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Otro ejemplo es la hormona paratiroidea, que aumenta el nivel de calcio en la

sangre. Cuando se eleva el nivel de calcio en la sangre, las glándulas


paratiroideas detectan el cambio y reducen la secreción de hormona paratiroidea.
Este proceso de interrupción se llama sistema de autorregulación negativa.
Problemas en el sistema endócrino
Una cantidad excesiva o insuficiente de cualquier hormona puede ser perjudicial
para el cuerpo. Por ejemplo, si la hipófisis produce una cantidad excesiva de la
hormona de crecimiento, el niño podría ser demasiado alto. Si produce una
cantidad insuficiente, el niño podría ser anormalmente bajo.
Mediante el control de la producción de hormonas específicas o su restitución se
pueden tratar muchos trastornos endócrinos en niños y adolescentes. Algunos de
ellos son:
Insuficiencia suprarrenal. Esta afección se caracteriza por la función disminuida
de la corteza suprarrenal y por la consiguiente producción insuficiente de
hormonas corticoidesteroides suprarrenales. Los síntomas de la insuficiencia
suprarrenal pueden incluir debilidad, fatiga, dolor abdominal, náuseas,
deshidratación y cambios en la piel. Los médicos tratan la insuficiencia suprarrenal
administrando hormonas corticoidesteriodes de restitución.
Síndrome de Cushing. Una cantidad excesiva de hormonas glucocorticoides en
el cuerpo puede provocar síndrome de Cushing. En los niños, suele darse cuando
se toman grandes dosis de fármacos corticoesteroides sintéticos (como la
prednisona) para tratar enfermedades autoinmunitarias como el lupus. Si la
afección se debe a un tumor en la hipófisis que produce una cantidad excesiva de
corticotropina y estimula las glándulas suprarrenales para que produzcan
corticoides en exceso, se trata de la enfermedad de Cushing. Los síntomas
pueden demorar años en aparecer e incluyen obesidad, insuficiencia de
crecimiento, debilidad muscular, piel propensa a formar moretones con facilidad,
acné, presión arterial alta y cambios psicológicos. Según la causa específica, los
médicos pueden tratar esta afección con cirugía, radioterapia, quimioterapia o
fármacos que impiden la producción de hormonas.
Diabetes tipo 1. Cuando el páncreas no produce la cantidad suficiente de
insulina, aparece la diabetes tipo 1 (antes conocida como diabetes juvenil). Los
síntomas incluyen exceso de sed, hambre, micción y pérdida de peso. En los
niños y los adolescentes, la afección suele ser un trastorno autoinmunitario en el
que células específicas del sistema inmunitario y anticuerpos producidos por él
atacan y destruyen las células del páncreas que fabrican insulina. La enfermedad
puede provocar complicaciones a largo plazo, como problemas renales, daños en
los nervios, ceguera y aparición temprana de cardiopatías isquémicas y accidentes
cerebrovasculares. Para controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir el
riesgo de complicaciones por la diabetes, los niños con esta afección deben recibir
inyecciones de insulina con regularidad.
Diabetes tipo 2. A diferencia de la diabetes tipo 1, en la que el cuerpo no puede
producir cantidades normales de insulina, en la diabetes tipo 2, el cuerpo no puede
responder a la insulina de manera normal. Los niños y los adolescentes con esta
afección suelen tener sobrepeso, y se cree que el exceso de grasa corporal
desempeña un papel en la resistencia a la insulina que caracteriza a la
enfermedad. De hecho, la prevalencia creciente de este tipo de diabetes en los
niños tiene su paralelo en los índices de obesidad que han aumentado
drásticamente en los niños en los últimos años. Los síntomas y las posibles
complicaciones de la diabetes tipo 2 son básicamente los mismos que los de la
diabetes tipo 1. Algunos niños y adolescentes pueden controlar el nivel de azúcar
en la sangre a través de cambios en la dieta, ejercicio y medicamentos orales,
pero muchos deben recibir inyecciones de insulina como los pacientes con
diabetes tipo 1.
Problemas con la hormona del crecimiento. Una cantidad excesiva de hormona
de crecimiento en los niños que todavía están creciendo hará que sus huesos y
otras partes del cuerpo crezcan demasiado, lo cual produce gigantismo. Esta
afección poco frecuente suele ser provocada por un tumor en la hipófisis, y puede
tratarse extirpándolo. Por el contrario, cuando la hipófisis no produce cantidades
suficientes de hormona de crecimiento, el crecimiento en estatura del niño se ve
perjudicado. Los niños con deficiencia de la hormona de crecimiento también
pueden tener hipoglucemia (niveles bajos de azúcar en la sangre), en particular
los bebés y los niños pequeños que tienen la afección.
Hipertiroidismo. El hipertiroidismo es una afección en la que los niveles de
hormonas tiroideas en la sangre son excesivamente altos. Los síntomas pueden
incluir pérdida de peso, nerviosismo, temblores, sudoración excesiva, aumento de
la frecuencia cardíaca y la presión arterial, ojos saltones e hinchazón en el cuello
por el agrandamiento de la glándula tiroidea (bocio). En los niños, la afección
suele ser provocada por la enfermedad de Graves, un trastorno autoinmunitario en
el que anticuerpos específicos producidos por el sistema inmunitario estimulan la
glándula tiroidea para que esté hiperactiva. La enfermedad puede controlarse con
medicamentos o mediante la extirpación o la destrucción de la glándula tiroidea
mediante tratamientos quirúrgicos o radiación.

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