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Concesion de Obra Con Servicio Publico e
Concesion de Obra Con Servicio Publico e
I. P REFACIO .-
Una serie de eventos recientes han creado la coyuntura propicia para el imparable
despegue de las concesiones en nuestro país. La entrega del premio “Proyecto
Financiero del Año 2008” a la Concesión del Corredor San José-Caldera durante
el 6º Foro de Liderazgo Latinoamericano, la aprobación de la reforma a la Ley de
Concesión de Obra Pública con Servicios Públicos y el buen suceso de las
concesiones de Puerto Caldera, han impulsado al gobierno a promover otros
proyectos de concesión relacionados con aeropuertos, puertos, sistema ferroviario
y caminos.
Aunado a ello, nuestra Sala Constitucional lúcidamente ha sabido servir tan sólo
como un intermediario entre las necesidades sociales requeridas de satisfacción
**
Abogado del Bufete BLP Abogados. Especialista en Derecho Público. Profesor de la Maestría en Derecho Público de la
Universidad Autónoma de Centroamérica. lortiz@blpabogados.com
1
Ortiz – Álvarez, L.A. (1999). La Protección Cautelar en el Contencioso Administrativo. Caracas: Editorial Sherwood, p.9.
en la relatividad del tiempo, y las normas, que deben tener ventanas abiertas para
su adaptación futura. Así, ha sancionado su interpretación progresiva en sus
resoluciones números 6240-93 (proyecto de ley de la primera Ley General de
Concesión de Obra Pública), 2318-98 (proyecto de ley de la actual Ley General de
Concesión de Obras Públicas con Servicios Públicos), 2001-11657 (Gestión
Interesada del Aeropuerto Internacional Juan Santamaría) y 2005-05651
(concesiones portuarias); en el sentido que no existe imposibilidad constitucional o
legal alguna para que el Estado otorgue bienes y servicios públicos en concesión.
De esta forma, cuando la realidad del país exige con premura obras de
infraestructura y servicios públicos de alta calidad que el Estado, con su exiguo
presupuesto, no puede proveer, surgen las concesiones como una tercera vía de
colaboración y sinergia entre el gobierno, la sociedad y el mercado. Con esta
técnica, pues, a la vez que se satisfacen las urgentes necesidades sociales,
también se impide que el Estado asuma una grave responsabilidad por la
discordancia fatal entre lo que se le exige, lo que se compromete a hacer y lo que
realmente hace.2
Tan amarga experiencia daría pie para que, en el año 1998, la Asamblea
Legislativa aprobara una nueva Ley General de Concesión de Obras Públicas con
Servicios Públicos, Ley N° 7762. Bajo el amparo de esta Ley se han adjudicado 4
proyectos: i) Concesión del Centro Penitenciario Pococí, ii) Concesión de Obra con
8
Santos Castro, A.M. (2004). La Garantía de Acuerdos Directos bajo el Modelo de Financiamiento de Proyectos y la Cesión
en Contratos de Concesión de Obras Públicas. Tesis para optar por el grado de Licenciada en Derecho no publicada.
Universidad de Costa Rica, Facultad de Derecho.
Servicio Público del Corredor San José-San Ramón; iii) Concesión de Obra con
Servicio Público de la Carretera San José-Caldera y iv) Concesión de Obra Pública
con Servicio Público de la Terminal Granelera de Puerto Caldera. De estos 4
proyectos, el primero fue rescindido por la Administración Concedente sin siquiera
haber iniciado; el segundo se encuentra en fase de cierre financiero; mientras que
los dos últimos ya han dado inicio y se encuentran en ejecución.
9
Jinesta Lobo, E. (2002) Tratado de Derecho Administrativo. (Tomo I). San José: Biblioteca Jurídica Diké, p. 451.
10
Véase sobre el particular resoluciones números 2654-97, 2981-96, 510-97 y 4305-96 de la Sala Constitucional de la Corte
Suprema de Justicia.
11
Jiménez Meza, M. (1997) La interpretación extensiva del silencio positivo y la dimensión jurídica de las concesiones,
autorizaciones y aprobaciones. En Justicia Constitucional y Administrativa. (p. 121) San José: Imprenta y Litografía Mundo
Gráfico, S.A., p. 132.
12
Echandi Guardián, M.L. Nuevo Servicio Público, Constitución y Derecho de la Competencia. Revista de Derecho Público,
1.
derecho subjetivo pre-existente. Así, la doctrina hoy considera que la autorización
ya no sólo se limita a levantar barreras para ejercer un derecho pre-existente, sino
que también define los derechos y obligaciones de los particulares que han sido
habilitados para realizar la actividad económica respectiva. 13
13
Laguna De Paz, J.C. (2006). La Autorización Administrativa. Madrid, España: Thompson-Civitas.
14
Artículo 154.- Los permisos de usos de dominio público, y los demás actos que reconozcan a un administrado un derecho
expresa y válidamente a título precario, podrán ser revocados por razones de oportunidad o conveniencia sin
responsabilidad de la Administración; pero la revocación no deberá ser intempestiva ni arbitraria y deberá darse en todos los
casos un plazo prudencial para el cumplimiento del acto de revocación.
estudio se trata, entonces, de la combinación de ambas etapas, bajo el alero de
un único contrato nominado con la pretensión de – parafraseando a Dromi –
sumar la ejecución de la obra pública y la prestación del servicio público
consecuente en aquellos casos en que la obra y el servicio guardan conexión,
concurrencia o continuidad, en aras de instaurar una economía de escala,
minimizar la complejidad técnica y facilitar la asistencia financiera. 15
Así las cosas, en relación con la concesión de obra pública, la doctrina nacional lo
ha definido como aquél contrato administrativo por medio del cual la
Administración Pública delega en un particular la ejecución de una obra pública, la
cual será construida por el concesionario a su costo y riesgo y, a cambio, la
Administración le otorga el privilegio de explotarla durante el lapso necesario para
amortizar el capital y obtener intereses del mismo, manteniendo ésta la titularidad
del bien concesionado.16
18
El carácter intuitae personae del contrato de concesión de obra con servicio público en Costa Rica ha sido reiterado por la
Procuraduría General de la República en su Opinión Jurídica013-2006 de 06 de febrero de 2006, en referencia al Proyecto
de Ley denominado “Reforma Parcial de la Ley No. 7762, Ley General de Concesión de Obras con Servicios Públicos”,
Expediente Legislativo No. 15.992. Al respecto la Procuraduría advirtió las serias dudas y reservas que mantiene en cuanto
a la propuesta de conceptualizar el contrato de concesión como un contrato administrativo de naturaleza financiera,
permitiendo a la sociedad concesionaria su apertura al mercado de capitales. En este sentido, estimó la Procuraduría
General de la República que la apertura de la sociedad concesionaria al mercado de capitales podría resultar peligrosa,
pues una vez obtenidos los fondos, éstos podrían ser desviados a una finalidad distinta de la obra concesionada. Por
consiguiente – según la Procuraduría - la apertura de la sociedad al mercado de capitales debería ir acompañada de la
obligación de la empresa concesionaria de invertir la totalidad de los fondos obtenidos, exclusivamente, en el desarrollo de
la obra concesionada. Asimismo, con respecto a la prenda especial, la Procuraduría señaló que: “ ve con preocupación las
garantías que se proponen en el proyecto de reforma a favor de los inversionistas que otorguen créditos a las empresas
concesionarias. El constituir una prenda especial sobre el proyecto concesionado por los créditos que se le otorguen a la
empresa concesionaria implica que todo el riesgo de la inversión corre por cuenta de la Administración con el inconveniente
de que es la empresa concesionaria la que va a administrar y disponer de los recursos”. Finalmente, otra referencia de la
mayor importancia en cuanto al tema que nos ocupa lo constituye el voto de minoría de tres de los siete Magistrados que
integran nuestra Sala Constitucional en su Resolución No. 12405-2006 que, ante consulta de constitucionalidad sobre el
Proyecto de Ley denominado “Reforma Parcial de la Ley No. 7762, Ley General de Concesión de Obras con Servicios
Públicos”, Expediente Legislativo No. 15.992, dispuso que los artículos que incluyen la prenda especial son
inconstitucionales por violación de los artículos 182 y 183 de la Constitución Política y al principio de razonabilidad y
proporcionalidad.
De manera que, al ser el contrato de concesión intuitae personae o personalísimo
por excelencia, una vez adjudicada la licitación pública correspondiente, le
compete al mismo adjudicatario desarrollar las actividades necesarias para cumplir
con el objeto contractual. De ahí que, si el concesionario es seleccionado por la
Administración Pública respectiva con ocasión de la calificación técnica que
acredita en su oferta para la ejecución de la obra y la explotación de los servicios,
debe proceder a ejecutar el objeto del contrato por sí mismo – salvo las cesiones
y/o subcontrataciones que autoriza el mismo ordenamiento jurídico -, toda vez que
su selección se verificó sobre esa base que determinó la voluntad de la
Administración licitante.
19
Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Resolución número 5403-95 de las 16:06 horas del 3 de octubre de
1995.
La concesión de gestión de servicios públicos encuentra su fundamento normativo
en el artículo 74 de la Ley de Contratación Administrativa. Esta modalidad permite
la participación de personas privadas en la gestión de servicios públicos con
aptitud de ser explotados empresarialmente, esto es, en condiciones de
rentabilidad tales que el fin público se vea satisfecho en términos de calidad,
cobertura y eficiencia, obteniendo al mismo tiempo el particular una ganancia por
su participación.
20
Dictamen del Consejo de Estado Español de 14 de noviembre de 1950, referenciado en Ruiz Ojeda, A. (1993) El
Eurotúnel. La Provisión y Financiación de Infraestructuras Públicas en Régimen de Concesión. Revista de Administración
Pública, 132.
prestataria del servicio facilitando sus servicios meramente técnicos. Como
explica con claridad envidiable Omar Franco: “(...) El Estado para poder cumplir
con sus antiguos y nuevos objetivos, debe preparar al funcionario, al personal a
utilizar, y si no dispone del personal, o no lo tiene aún preparado, en definitiva, no
es posible dentro de sus capacidades atender a una necesidad nueva, por
carencia de personas habilitadas, podrá obtener ciertos servicios, para su propio
uso o para el beneficio de la comunidad, echando mano a los recursos de
personal que existen en la población, sin vincularlos como funcionarios, mediante
el contrato de prestación de servicios.”21
c. G ESTIÓN I NTERESADA
Así pues, si bien concesión de obra pública con servicio público y la gestión
interesada se asemejan en que ambas permiten la participación de un tercero en
la construcción de obras y explotación de servicios públicos, sus diferencias más
reveladoras se suscitan en relación con las responsabilidades de las partes en el
contrato, así como en su régimen económico particular.
Por otra parte, con respecto a la responsabilidad que recae sobre el proyecto, es
importante resaltar que, mientras que el concesionario asume toda la
responsabilidad por el cumplimiento cabal, íntegro y oportuno del contrato, así
como de la correcta ejecución de las obras, de la adecuada prestación de los
servicios y del cumplimiento de todas las obligaciones que se deriven 23; en la
22
Procuraduría General de la República, Opinión Jurídica OJ-014-2003, dirigida al Licenciado José Miguel Corrales
Bolaños, Diputado de la Asamblea General de la República, del día 30 de enero de 2003.
23
Ley General de Concesión de Obras Públicas con Servicios Públicos
Artículo 38.- Régimen aplicable a las relaciones del concesionario
En lo referente a derechos y deberes con terceros, el concesionario se regirá por las normas del Derecho Privado. Será
responsable ante la Administración concedente por los daños y perjuicios que puedan derivarse de cualquier
subcontratación.
gestión interesada, quien responde ante el usuario es la Administración, como
titular del servicio, sin perjuicio de las responsabilidades contractuales frente a ella
en que pueda incurrir el gestor.24
26
Procuraduría General de la República, Opinión Jurídica OJ-014-2003, dirigida al Licenciado José Miguel Corrales
Bolaños, Diputado de la Asamblea General de la República, del día 30 de enero de 2003.
27
Según el artículo 60 de la Ley de Contratación Administrativa: “La ejecución del contrato de obra se realizará por cuenta y
riesgo del contratista y la Administración no asumirá ante él más responsabilidades que las previstas en la contratación.”
28
De acuerdo con nuestra Ley General de Concesión de Obras Públicas con Servicios Públicos ello no excluye la
posibilidad de que la Administración concedente pueda retribuirle al concesionario, a cambio de la inversión en la
construcción de las obras, ciertas contraprestaciones pactadas dentro del contrato de concesión. Éstas, sin embargo, no
podrán cubrir la totalidad del monto de la inversión porque ello desvirtuaría la lógica del contrato de concesión, cual es
atraer inversión privada para el desarrollo del país, librando de esa obligación, por lo menos en alguna medida, al erario
público.
contratista. Por su parte, en la concesión de obra pública con servicio público,
además de la relación existente entre Administración concedente y concesionario,
se presenta otra entre el concesionario y los usuarios de la obra pública. Como
explica con absoluta razón Ruiz Ojeda, “la concesión de obra pública es, en sí
misma, una lex inter partes propter tertios, una ley para las partes pero con la que
se busca afectar a terceros.” 29
V. P ARTICULARIDADES .-
a. P ROCEDIMIENTO
i. I NICIATIVA D E L A A DMINISTRACIÓN C ONCEDENTE
1. A CTUACIONES P REVIAS O P REPARATORIAS
32
Reglamento sobre el Refrendo de la Administración Pública No. R-CO-44-2007
Artículo 2.- Naturaleza del refrendo.
El refrendo es un acto de aprobación, por lo que funge como un requisito de eficacia del contrato administrativo y no como
un medio por el cual la Contraloría General de la República pueda anular de forma indirecta el acto de adjudicación ni el
contrato administrativo. Por medio del refrendo la Contraloría General de la República examina y verifica que el clausulado
del contrato administrativo se ajuste sustancialmente al ordenamiento jurídico, en los términos previstos en el artículo 8º de
este Reglamento.
Cuando la Contraloría General de la República deniegue el refrendo a un contrato administrativo, señalará a la
Administración los defectos que deben ser subsanados, enmendados o corregidos para obtener el respectivo refrendo en un
eventual trámite futuro.
En virtud de que los procedimientos de contratación administrativa y todos los aspectos relativos a la formación y perfección
de los contratos administrativos están imbuidos por la celeridad y sumariedad en la debida e impostergable atención y
satisfacción de las necesidades y requerimientos públicos, el análisis de legalidad que realiza la Contraloría General de la
República en el refrendo está sujeto a los principios de eficiencia y eficacia desarrollados en el artículo 4 de la Ley de
Contratación Administrativa y a lo dispuesto en el artículo 10 de la Ley General de la Administración Pública.
El refrendo no constituye un procedimiento administrativo destinado a resolver intereses contrapuestos de las partes o de
terceros interesados, por lo que las gestiones que con ese propósito se interpongan durante el trámite, serán rechazadas de
plano.
El refrendo no es un medio por el cual la Contraloría General de la República ejerce las potestades de realizar auditorías y
de investigación, reguladas en los artículos 21 y 22 de la Ley Orgánica de la Contraloría General de la República. En
consecuencia el análisis de legalidad se basa en una revisión del expediente administrativo aportado por la Administración,
por lo que se presume la veracidad de la documentación en él incorporada, según el principio de buena fe que rige la
actividad contractual pública, todo bajo la responsabilidad de los funcionarios de la Administración encargados de la
conformación y remisión del expediente.
principios básicos: el principio de primero en tiempo, primero en derecho (art. 6) y
el principio de cooperación público privada (art. 9.4). Sobre este último depende
en mucho el éxito de la figura, pues si se quiere tener éxito en los proyectos de
colaboración público-privada, la Administración Pública debe renunciar a la
tradicional postura autoritaria y vertical y pasar al campo de las relaciones de tipo
horizontal que involucran redes contractuales con el sector privado, regidas por el
principio de eficiencia.33
privadas de telecomunicaciones que no requieran del uso del espectro radioeléctrico; para prestar servicios de
telecomunicaciones disponibles al públicos por medio de redes públicas de telecomunicaciones que no se encuentren bajo
su operación; así como también para operar redes privadas de telecomunicaciones que no requieran uso del espectro
radioeléctrico.
Sin embargo, actualmente, en ninguno de los tipos de concesión preceptuados por
nuestra legislación, los bienes de dominio público del Estado costarricense son
enajenados, arrendados ni gravados, ni pierde éste su titularidad, dominio ni
control. Consecuentemente, ninguna imposibilidad constitucional o legal existe
para dar esos bienes y servicios en concesión.
c. P ARTES
i. C ONSEJO N ACIONAL D E C ONCESIONES
iii. U SUARIOS
Los usuarios son los destinatarios de la obra y servicio público. Por tanto, no son
propiamente parte del contrato de concesión como sí lo son el concesionario y la
Administración concedente. Sin embargo, dado que la Administración contrata al
concesionario para satisfacer necesidades de la colectividad, se puede decir que
son los usuarios la causa de que un contrato de concesión nazca a la vida jurídica.
Por ello, lleva razón Ruiz Ojeda cuando explica que la concesión consiste, en
buena medida, en un contrato hecho a favor de terceros, a quienes se hace
desaparecer del primer plano de la relación contractual configurado por las partes
del negocio concesional, que son el concesionario y la Administración, pero no de
forma definitiva y completa, ya que los beneficiarios y usuarios de la obra pública
estarán presentes de otro modo. Lo están como destinatarios de los efectos del
contrato, y entrarán en relación con el concesionario en calidad de usuarios de la
obra.35
37
Sobre las razones que aconsejan la elección de un vehículo jurídico independiente para la ejecución y desarrollo de un
proyecto de concesión sobresalen: a. facilita la centralización y coordinación en el desarrollo y ejecución del proyecto de
concesión; b. coadyuva al financiamiento de los promotores del proyecto como una auténtica unidad autónoma e
independiente; c. la reducción de costos financieros como consecuencia de aislar los riesgos del proyecto; d. permite a los
agentes financieros facilidades para articular técnicas de financiamiento acordes con las características del proyecto; e. la
constitución de una unidad autónoma e independiente.
38
Ventura Rodríguez, M.E. (2008). Las Relaciones de Sujeción Especial en el Derecho Público Económico. En L.A. Ortiz
Zamora (Coord.), Derecho Público Económico (pp. 116-123) San José: Editorial Jurídica Continental.
39
Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Resolución número 2101-91 de las 8:45 hrs. del 18 de octubre de
1991.
40
A diferencia de otros ordenamientos jurídicos donde la figura de la especial sujeción o supremacía especial ha sido
incorporada a base de jurisprudencia, en Costa Rica la figura es parte del derecho positivo por disposición del artículo 14 de
la Ley General de la Administración Pública, Ley No. 6227 que a la letra dice:
Artículo 14.- 1. Los principios generales de derecho podrán autorizar implícitamente los actos de la Administración Pública
necesarios para el mejor desarrollo de las relaciones especiales creadas entre ella y los particulares por virtud de actos o
contratos administrativos de duración.
2. Las limitaciones y las sanciones disciplinarias, en este caso, podrán alcanzar hasta la suspensión temporal de los
derechos y bienes creados por la Administración dentro de la relación especial, pero no la negación ni la supresión de los
mismo, ni de los otros propios del particular.
3. El Juez tendrá contralor de legalidad sobre los actos de la Administración dentro de este tipo de relaciones.
En este contexto, entonces, la sociedad anónima nacional o concesionaria está
vinculada a determinadas finalidades de interés general que le confiere una
virtualidad expansiva a la regulación administrativa que impera sobre ésta. Por lo
tanto, el concesionario – sin dejar de ser una persona jurídica privada - debe
cumplir las obligaciones acordadas con la Administración concedente con
sometimiento pleno y estricto no sólo a las bases y términos de la contratación,
sino también a numerosos controles administrativos, tales como órdenes y
directrices.
Con fundamento en lo que viene dicho es que esas dos normas antes señaladas,
una de la Ley y la otra del Reglamento, ordenan la constitución de una sociedad
anónima nacional a fin de instrumentalizar el contrato de concesión, delimitan su
objeto social única y exclusivamente a la ejecución del contrato, establecen una
causa de disolución especial de la sociedad (una vez terminada la concesión y
comprobada la inexistencia de pasivos contingentes a cargo de ella), fijan
específicamente los parámetros para determinar su capital social, e imponen los
porcentajes de participación que deben tener los socios en el capital social; todos
ellos condicionamientos externos inimaginables en cualquier otro tipo de sociedad
anónima ordinaria.
Ahora bien, dicho lo anterior, queda latente la pregunta de cómo conciliar la figura
de la sociedad anónima nacional o concesionaria antes explicitada con el carácter
personalísimo del contrato de concesión.
45
Véase resolución de la Contraloría General de la República, Oficio 12636 del 19 de octubre de 2004 que contempla el
principio de prevalencia de los actos propios, estableciendo lo siguiente: “En los antecedentes in fine, se señala que en caso
de discrepancia entre los documentos contractuales, prevalecerá el cartel sobre el contrato, salvo que éste último indique lo
contrario. En ese sentido, cabe señalar que el cartel define de antemano el objeto que se pretende satisfacer mediante un
determinado procedimiento concursal, constituyendo “ un conjunto de cláusulas formuladas unilateralmente por el licitante,
que especifican el suministro, obra o servicio que se licita (objeto); de oferentes y co-contratante (relación jurídica), y el
mecanismos procedimental a seguir en la preparación y ejecución del contrato (procedimiento)...” (véase Dromi, José
Roberto, La Licitación Pública, 3° Edición, Editorial Astrea, pág. 194). La trascendencia del cartel radica fundamentalmente
en constituir el reglamento específico de la contratación que se tramita y por ende el instrumento idóneo para definir en
términos claros el objeto que requiere, las condiciones en que lo desea y establecer las reglas a través de las que definirá
cuál de los proponentes resulta ser la mejor para los intereses que tutela. De allí que, las cláusulas de los contratos, deben
ser acordes con las disposiciones del cartel, no pudiendo contravenir o desarrollar aspectos que el pliego cartelario no
incluyó indubitablemente. En ese sentido lo establecido en la cláusula en análisis resulta improcedente al permitir que en
caso de discrepancia entre las normas del contrato y del cartel, prevalezcan las del primero.”
46
Los acuerdos directos (step-in-rights), son acuerdos en los que las entidades financieras se reservan el derecho a
subrogarse en la posición de la sociedad vehículo o a designar un tercero que la sustituya en caso de incumplimientos. Esto
con el fin de garantizar el buen fin del proyecto hasta la entrega total del mismo y no es necesario esperar a su finalización.
Se pretende con ello conservar los contratos fundamentales del proyecto en caso de incumplimiento o quiebra, así, el
contrato de construcción, de suministro, de compraventa y el de explotación y mantenimiento. Véase Vañó Vañó, M.J.
(2002) El contrato de Project Finance. Valencia: Tirant Lo Blanch, pp. 204-205.
47
En efecto, tanto la Ley General de Concesión de Obras Públicas con Servicios Públicos como su Reglamento establecen
como requisito para la cesión del 51% de las acciones de la sociedad concesionaria la autorización, tanto de la
Administración Concedente como también de la Contraloría General de la República.
les sirvieran para tomar el control del proyecto en caso de incumplimiento por
parte de los sponsors o de la sociedad anónima nacional o concesionaria.
Sin embargo, como paliativo a ese vicio congénito, en el caso del “Contrato de
Concesión del Corredor San José-Caldera” se constituyó un fideicomiso de
garantía con el cien por ciento de las acciones de la sociedad anónima nacional o
concesionaria. Por medio del mecanismo ideado, se transfieren las acciones de
los sponsors (fideicomitentes) a un fiduciario, quien administra y custodia las
acciones de la sociedad concesionaria solamente en garantía y según las
instrucciones del contrato de fideicomiso a favor de los financistas o acreedores
del proyecto (fideicomisarios o beneficiarios), siendo que, los sponsors continúan
teniendo el derecho a que se les devuelvan las acciones fideicometidas en la
misma proporción, al pagarse el crédito.