Está en la página 1de 6

La etica a Alcira B.

Bonilla*

El reconocimiento de responsabilida- décadas antes, en el pasaje introductorio a La Fe-


nomenología como ciencia estricta (1911), según
des que exceden el ámbito del saber el cual, además de "satisfacer a las máximas ne-
puro por parte de los científicos, la cesidades teóricas", dicha ciencia debe "posibili-
aparición de nuevos modelos de cien- tar, en una perspectiva ético-religiosa, una vida
cia que dan lugar a los valores y a las dirigida por normas puras de la razón" . Va más
3

D' allá de una mera coincidencia casual, entonces,


exigencias de esclarecimiento y de que tal expresión haya sido relevada por Sepp en
-r,
orientación por parte de la sociedad textos de los años treinta. En efecto, toda vez que
global hacen pensar que en este mo- Husserl se ha referido a la fenomenología en sen-
mento resulta más adecuada la deno- tido fuerte ha empleado términos que en el len-
guaje habitual se utilizan para describir procesos
minación de giro ético, como expresi- de cambio existencial global, como los de una
va también de un proyecto de convi- conversión religiosa, por ejemplo. Sin embargo,
vencia nuevo, de otras costumbres y en numerosos textos Husserl indica la limitación
subyacente a la sujeción a potencias superiores
hábitos de pensamiento y de acción,
t que toda conversión religiosa implica. La trans-
de un lugar propio (ethos) construido formación ético-filosófica por él propugnada, en
1 por y para todos los hombres. cambio, rebasa ese límite. La conversión se da,
en este caso, a través de un pensamiento y de un
obrar que transcurren por vías cada vez más ele-
vadas de autocomprensión y de autorresponsa-
I
Si bien en este trabajo se aclaran diversas bilidad y la referencia a lo religioso en este últi-
dificultades que ofrece la noción de ética aplica- mo contexto sólo remite al carácter existencial y
da en su empleo actual y se exponen algunos de global que el giro ético entraña. La adopción de
los problemas teóricos y prácticos vinculados con la frase husserliana en este artículo no significa
tal uso, la existencia de hecho de un giro ético acuerdo alguno con la perspectiva trascendenta-
CT
contemporáneo y la justificación de su necesidad
1 lista desde la que fuera formulada. La memoria
constituirán la hipótesis principal. En consecuen- de Husserl no va más allá de una apropiación
cia, en las páginas que siguen la ética aplicada ha desligada de compromisos ulteriores de una de
de aparecer como parte sustantiva de tal giro éti- sus expresiones más representativas y felices.
co y la problematicidad particular de aquélla no b) Coincidiendo con la decadencia de las
o resultará ajena a la evidenciada por éste. escuelas filosóficas hegemónicas, con las críticas
La expresión giro ético, en principio, pue- hacia las posiciones fuertes de la Modernidad
< de legitimarse de modo provisorio con argumen-
tos de autoridad que provienen de dos fuentes:
-los "grandes relatos"-, y con el desvanecimien-
-i
to gradual de los límites entre las corrientes pre-
a) la aparición temprana de la frase misma en al- valecientes, pero, a la vez, en la conciencia de la
^. gunos textos de Edmund Husserl, el fundador de desaparición de un estilo y de una época, hacia
c la fenomenología; y b) el empleo generalizado los años sesenta los cambios más importantes en
de la palabra turn en las ciencias humanas y so- la marcha del pensamiento comenzaron a desig-
ciales contemporáneas y en la filosofía. narse con el término turn -"giro", "cambio de
a) Hans-Reiner Sepp divide en tres etapas rumbo"-. En virtud de la amplitud denotativa que
el desarrollo de la doctrina ética de Husserl y se- le es inherente, el concepto de turn se convirtió
ñala que en escritos de la más tardía se alude con en un operador taxonómico apto para designar el
frecuencia a un "giro ético-religioso"'. Esta frase sesgo sobresaliente de un momento caracteri-
hace eco a ideas que el filósofo manifestara tres zado por la ruptura de los saberes modernos tor-

42 / enoikos
h ¡>9IKÓ

nados tradicionales, por la constitución de nue- organismos gubernamentales. En estas instancias,


vos campos epistemológicos y semánticos, por el el filósofo práctico ocupó (y ocupa) un lugar des :

trasvasamiento y cruce de metodologías, proble- tacado y se recurrió a él como asesor o consultor


mas y lenguajes, etc., pero también por el adve- sobre aquellos asuntos que suponen una conflic-
nimiento de conflictos no previstos y de nuevas tividad de tipo ético. De forma más concreta, se
prácticas sociales. creó la figura del eticista, entendiéndose por tal al
A comienzos de los años ochenta hizo su experto que puede proporcionar el esclarecimien-
aparición la denominación de giro aplicado con to ético y el consejo orientador para el diagnósti-
respecto a diversas ramas de la filosofía, si bien co y la resolución de aquellos conflictos que los
esto sucedió como consecuencia del crecimiento cambios van generando en las prácticas sociales y
de las investigaciones en el ámbito de la ética políticas, particularmente en las decisiones acerca
aplicada, ya existentes en la década anterior . 4 de la vida y de la muerte .7

Con algunos antecedentes, que no han de men- Como se alejan mucho de los objetivos del
cionarse, las investigaciones sobre ética aplicada artículo, no se mostrarán las consecuencias del ap-
de esos veinte años, en las cuales, además de fi- plied turn en campos tales como la estética, la
lósofos, intervinieron teólogos, médicos y juris- epistemología o la filosofía de la ciencia. Con res-
tas, se multiplicaron en el mundo anglosajón, en' pecto a la ética, tal giro no parece encontrarse li-
primer término, y luego en Francia y Alemania, si bre de dificultades, tanto para el pensamiento co-
bien con características locales provenientes tan- mo para la acción. La ética aplicada hace referen-
to de las tradiciones culturales respectivas como cia a una práctica actual del saber que, cada vez
de los problemas que se fueron presentando . Di-5 más, compromete varias ramas del conocimiento y
versos movimientos sociales (contra el racismo, de las prácticas profesionales, así como también se
pacifistas, a favor del respeto por las minorías, fe- vincula con las restantes prácticas sociales. Pero la
minismo, objetores de conciencia, etc.) y debates noción habitual de tal ética aplicada, generalmen-
ocasionados por hechos de incidencia mundial, te entendida como "aplicación sistemática y prác-
como el desatado por la guerra de Vietnam, por tica de criterios ético-filosóficos a las decisiones
un lado , y, sobre todo, los avances de la biotec-
6 humanas de importancia", se basa sobre algunos
nología y de la tecnología médica (fertilización, supuestos que han de esclarecerse.
control genético, trasplantes, alargamiento tecno- Dichos supuestos comienzan por la confu-
lógico de la vida, y otros), la percepción de los sión generada por los términos. Inicialmente, ca-
problemas ecológicos y ambientales (polución, bría una referencia sobre los alcances del adjeti-
población, pobreza, merma de la biodiversidad, vo aplicada. En su primera acepción, según el
etc.), la conciencia creciente de los aspectos mo- Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
ralmente conflictivos de las actividades aplicado-da es el participio pasivo del verbo
profesionales y de muchas otras instan- aplicar. Este significa: "poner una cosa en con-
cias de la vida económica, política y tacto con otra o sobre otra". Tanto para el espa-
social, resultaron motivantes y res- ñol, como en las lenguas romances y en inglés,
ponsables de una renovación sus- el verbo proviene del verbo latino applicare,
tantiva de las investigaciones en equivalente, en la época clásica, a "abordar, diri-
ética, dado que se las sacó de su girse hacia, apoyar" y, más tardíamente, "añadir" .
8

campo habitual. Puesta en movi- Una consideración superficial de esta etimología


miento por las exigencias de un puede conducir a la idea -generalizada, aunque
presente conflictivo, esta renova- errónea- de que la ética aplicada es mera aplica-
ción de la ética trajo aparejadas ción de principios generales, normas, valores y/o
modificaciones notables también modelos de conducta ya conocidos a situaciones
en la docencia (sobre todo en los o casos particulares. Según esta visión esquemá-
planes del pregrado universi- tica de la ética aplicada, se trataría de un proce-
tario y en la formación de dimiento un tanto mecánico de puesta al día de
posgrados especializados) y se tal o cual ética filosófica (deontologismo kantia-
refleja actualmente en diversas no, utilitarismo, pragmatismo, eudemonismo aris-
prácticas e instituciones. Igual- totélico, axiología), logrado con el simple gesto
\e se asistió a la creación del "acercamiento" del principio o norma más ge-
' ele comités de ética en los hos- neral a los casos (particulares y concretos), como
pitales, laboratorios, empresas y comprendiéndolos debajo de sí. Con esta des-
cripción, un tanto irónica, se quiere poner en re- nientes que soluciones. Por consiguiente, resulta
lieve el carácter rutinario y estéril, cuando no aconsejable seguir empleando la denominación
ideológico y dogmático, de ciertas formas de éti- usual, si bien poniendo cuidado en eludir el ries-
ca aplicada de uso extendido. go epistemológico que ella encierra y que tiene
El recurso que, en primera instancia, pare- que ver con una confusión proveniente del ám-
ció más eficaz contra este tipo de simplificacio- bito de la física. Al menos en la forma más tradi-
nes fue el del cambio de denominación. Con ello, cional de concebir la física, se distingue entre un
empero, se ha .logrado el efecto contrario. Así, ámbito de principios y un ámbito de aplicación.
por ejemplo, Peter Singer tituló su libro de 1979 Un cierto fisicalismo algo caduco parece animar
Practical Ethics. Dejando de lado las dificultades el argumento básico que subyace a este modo
que encierra el título mismo, que se derivan del extendido de explicar las relaciones de la ética
carácter prácticamente redundante de los térmi- aplicada con la ética fundamental. Esquematizan-
nos, la definición que adjunta no resuelve tampo- do el argumento: si en el campo de la física se
co los problemas ni aclara el panorama: "El tema distingue entre la física pura o teórica y la física
de este libro es la ética práctica, es decir, la apli- aplicada o técnica, trasladando estas distinciones
cación de la ética o la moralidad -dos palabras al dominio de la ética, parecería legítimo distin-
que usaré indiferentemente- a problemas prácti- guir igualmente entre un ámbito de los principios
cos" . Y a continuación, en lugar de discutir las
9 constituido por los principios morales o las teo-
diversas maneras en las cuales contemporánea- rías éticas generales, del tipo que fuere, que son
mente se puede entender este propósito, esboza de competencia del filósofo práctico, y un ámbi-
una lista de tales problemas prácticos: el trata- to de aplicación consistente en la aproximación
miento de las minorías raciales, la igualdad para de estos principios a situaciones y/o casos cuya
las mujeres, el uso de animales para diversos fi- conflictividad fuera evidente mediante el recurso
nes, el aborto, la eutanasia, las obligaciones de a normas y reglas de aplicación . Esta práctica no
12

los ricos para con los pobres. siempre estaría necesitada de la intervención de
Para distinguir esta ética aplicada de otras un filósofo, puesto que podría estandarizarse y,
ramas de la ética, Jean-Louis Baudouin, de la Uni- por consiguiente, tal estilo de ética aplicada tam-
versidad de Montreal, la denomina ética de la si- poco serviría de estímulo al trabajo del pensador.
tuación . La denominación presenta igualmente
10 Una vez fijados los principios en la forma que se
problemas, ante todo porque coloca a la ética apli- estime más conveniente y derivadas las normas
cada en la pendiente resbaladiza del situacionismo más importantes, podría quedar confiada a un
y del casuismo y porque no se aleja demasiado de eticista -concebido como mero técnico- la tarea
la confusión inicial a la que se hizo referencia. Es- de proponer las reglas de aplicación inmediata y
ta definición también parece conservar una huella la resolución de casos particulares.
de las propuestas del Sartre existencialista de la in- Retomando críticas de Antón Leist, hay que
mediata posguerra, propuestas que el filósofo subrayar que de esta forma queda franqueado el
francés revisó hasta el final de su vida. paso a versiones un tanto cuestionables de la éti-
Con el objeto de zanjar estas dificultades, ca aplicada, tales como la ética del libro de rece-
Marie-Héléne Parizeau prefiere el rótulo de ética tas, calificativo que da en particular a los Princi-
sectorial, cuya neutralidad elogia, pues "indica, pies of Biomedical Ethics de T.L. Beauchamp y J.F.
simplemente, que el análisis ético tiene un cam- Childress . En este libro exitoso se intenta hacer
13

po preciso de investigación, un ámbito concre- caso omiso de las disputas de principio entre las
to" . Con esta denominación, la mirada prescrip-
11 dos posiciones más extendidas de la ética contem-
tiva constituye el lazo entre'la bioética, la Busi- poránea, utilitarismo y deontólogismo, y mostrar a
ness Ethics o la ética ambiental, pero nada dice modo de mantra los aspectos coincidentes: los
acerca de los problemas epistemológicos, meto- principios de autonomía, no maleficencia, benefi-
dológicos y de fundamentación o justificación cencia y justicia, aplicando los cuales se resuelven
más sustantivos. '" los casos particulares en los que la obra abunda.
Sea lo que fuere de estas discusiones, en la El modelo así obtenido, de gran aceptación en el
práctica académica 'de>4pi6vest^í¥Jéñ" y en-los campo de la bioética -en especial, en la práctica
;

comités de ética se mantiene la denominación, de los comités hospitalarios-, ha sido trasladado


popularizada desde los Estados Unidos, de ética sin modificaciones mayores a otros sectores de la
aplicada. En atención a este uso generalizado, to- ética aplicada. El mérito de Leist consiste no sólo
da innovación parecería acarrear más inconve- en mostrar las dificultades prácticas de este inten-

La ética aplicada Alcira Bonilla enoikos / 45


to, que se ponen de manifiesto cuando ciertos ca- 4) El carácter dialógica adhieran o no los
sos más complejos se resisten a su pregonada in- investigadores a las variedades de la ética discur-
falibilidad, sino en haber señalado que los princi- siva propiamente dicha, en la mayor parte de las
pios sólo en apariencia resultan comunes; tal' con- investigaciones se observa una preponderancia
cordancia de las teorías lo es nada más que en un metodológica de las hoy denominadas éticas del
sentido superficial y pragmático . Por otra parte, a
14 diálogo, denominación que es apta para designar
este modelo de ética aplicada y a otros similares, una amplia gama de teorías de raíz hermenéuti-
cabe la crítica de que en nada contribuirían al es- . ca, liberal, discursiva, comunitarista, etcétera .17

tablecimiento de la ética aplicada como un campo Investigaciones de este tenor, que abarcan
del saber realmente novedoso. En tales prácticas, un espectro amplio que va desde la bioética, con
efectivamente, la pretendida interdisciplina queda- su especialización y complejidad crecientes, has-
ría reducida a pluridisciplina, dada ésta por una ta la ética de las finanzas, la ética de la educa-
conjunción de los principios -ético-filosóficos- y ción, la ética de las profesiones, la ética empre-
la presentación del caso -clínico, ambiental, far- sarial y la ética ambiental, pueden responder, en
macológico, u otros-. cierta medida, a los requerimientos de una socie-
En relación con estas críticas, algunos au- dad global y pluralista que necesita un esclareci-
tores comienzan a subrayar el abismo existente miento racional de los conflictos emergentes y la
entre la teoría y la práctica de la ética aplicada, generación de normas y de valores que posibili-
en general y, sobre todo, en cada uno de los sec- ten y optimicen la convivencia.
tores más desarrollados (bioética, ética ambien- Haber destacado los rasgos comunes y po-
tal, ética y ámbito público, ética empresarial, sitivos de la ética aplicada no significa incurrir en
etc.). Barry Hoffmaster, por ejemplo, muestras las el olvido de las dificultades y riesgos que encierra:
falencias de los dos modelos más empleados de 1) El problema de los criterios: A. Leist ha
una ética aplicada entendida como mecánica visto este problema con agudeza y muestra cómo
aplicación de principios a problemas reales: el la omnipresencia de hecho de la ética aplicada
modelo proveniente de la filosofía de la ciencia en las sociedades más desarrolladas (la profusión
positivista y el modelo del cálculo de riesgo para de éticas profesionales y sectoriales) conlleva el
la toma de decisiones. Hoffmaster señala que am- riesgo de una trivialización teórica y práctica de
bos modelos caen en el defecto de plantearse los la misma . Para evaluar la pertinencia del trata-
18

problemas de manera estática y que a ambos, miento desde el punto de vista ético de una cues-
además, subyace un modelo de racionalidad de- tión, Leist propone los criterios de relevancia so-
masiado formal. A causa de esto, la imprevisibili- cial y claridad moral. La aplicación de estos cri-
dad de los contextos en los que aparecen los terios al campo íntegro de los conflictos contem-
problemas morales deja a las teorías sin posibili- poráneos determina áreas temáticas de singular
dad alguna de respuesta .
interés escasamente reflejadas por las investiga-
15

Más allá de estas críticas, se pueden exhi- ciones de la ética tradicional que, en términos
bir algunos rasgos distintivos de las investigacio- generales, pensó siempre en el obrar tempo-
nes actuales en este campo de la ética aplicada, ral y espacialmente acotado de un ser hu-
evaluables en sentido positivo, que, si bien de mano adulto, varón y normal -concebido, en-
modo parcial, también pueden ser atribuidos a tonces, como sujeto y objeto de la ética -.19

las actividades de docencia, comités, consultoría, 2) El problema de su universalidad: con


etc., relacionadas: ello se hace referencia a la vinculación de la éti-
1) El establecimiento de un continuum teó- ca aplicada con las discusiones acerca de una éti-
rico-práctico, vale decir, la mutua iluminación del ca global o con la posible adopción de princi-
ámbito de la teoría y del ámbito de la práctica. pios, normas o imperativos de alcance universal.
2) El carácter interdisciplinario y no mera- El límite de la ética aplicada en este sentido se
mente multidisplinario de las investigaciones. hace evidente en las diferencias en las cuestio-
3) La orientación social; o sea: la ética apli- nes de fundamentación y/o legitimación
cada se encamina hacia el esclarecimiento y so- que se plantean entre las éticas predo-
lución de los problemas que se presentan en el minantes en Occidente y en el Extre-
seno de la sociedad contemporánea, afecten és- mo Oriente. En términos muy am-
tos a la sociedad global o a grupos particulares plios, parece tratarse de la diferen-
de la misma, pretendiendo la participación y/o el cia entre un ethos individualista, an-
consenso de todos los afectados . 16
tropocéntrico, que pone la clave de

46 / enoikos
bóveda de la ética en la autonomía de la perso- puntos de vista. Un primer grupo de problemas
na y en el respeto por sus derechos, y un ethos ha sido planteado por los filósofos prácticos
holístico, predominantemente biocéntrico ". El ca-
2 mismos, quienes se preguntan acerca de la uti-
rácter global de los problemas actuales muestra a lidad de estas nuevas cuestiones para el avance
las claras la importancia de la discusión y la ne- real de su labor. En opinión de Leist, la ética
cesidad de encontrar posibilidades de armoniza- aplicada, además de haberse convertido en un
ción entre perspectivas diversas, posibilidades campo de pruebas de las teorías éticas tradicio-
que quizá deban ir más allá del carácter formal nales, es generadora de teoría, razón por la cual
de un modelo de argumentación que de manera resulta del máximo interés para los filósofos
harto difícil puede ser compartido por todos los prácticos . En sentido similar, aunque con me-
23

afectados .21 nor fuerza que Leist, según Roger Heeger, "las
3) El problema de si la especificidad de las cuestiones de aplicación inciden sobre las teo-
éticas sectoriales -variedad de temas, metodolo- rías y, en consecuencia, hay que ajustar dichas
gías y prácticas- no anula el concepto de una éti- teorías" ". El otro grupo de problemas se plantea
2

ca aplicada en general e imposibilita una teoría desde el ángulo de la interdisciplina, en la cual


de la misma, así como la interrelación entre las aparece la función de la filosofía práctica como
varias éticas sectoriales. Ambas, por otra parte, más amplia que la del mero control metodológi-
pueden justificar su necesidad. En el caso de co. Si resulta evidente que, más allá de las ne-
una teoría de la ética aplicada, se abordarían cesidades fácticas, la interdisciplina se da en la
en ella las cuestiones teóricas de la aplica- ética aplicada como una relación estructural y
ción misma y de su metodología general y necesaria, por la constitución del campo proble-
específica. En cuanto a la interrelación entre mático mismo, además, en el caso particular de
éticas sectoriales, su necesidad no sólo pue- la ética aplicada, tal interdisciplina -parafrasean-
de probarse desde una adecuada teoría de do a Carlos Cullen- puede ser pensada desde la
la aplicación, sino que viene dada por mul- ética -misma, en cuanto ésta se instituye como
titud de ejemplos, de los cuales dos bastan intersubjetividad sapiencial.
como ilustración de lo dicho: i) La mayor Si, entonces, como consecuencia de los
parte de los autores estaría de acuerdo en análisis anteriores, "se reconoce a la ética aplica-
admitir el vínculo existente entre la proble- da una función más importante que la de la me-
mática ambiental global y las cuestiones de ra aplicación de principios ya conocidos como
equidad y justicia en la distribución de re- independientes" , esto es índice de que, en la
26

cursos entre los pueblos del planeta, esta- cultura contemporánea, se ha abierto un espacio
bleciéndose así una relación necesaria entre de reflexión que va más allá de los límites acota-
sectores de la ética aplicada tales como la dos tradicionalmente para la filosofía práctica. La
ética ambiental, la ética de la econo- aparición de este nuevo saber práctico, interdis-
mía, la ética de las relaciones inter- ciplinario y dialógico, comprometido con el mun-
nacionales, etc. ii) En la idea de una do de la vida, a tal punto que se hace cargo de
ética editorial, se encierran las aportacio- la crisis normativa y axiológica contemporánea,
nes de una ética de los media y las de la señala un giro global, para emplear la frase de
ética empresarial .
22 Rorty , cuyos alcances apenas se vislumbran
27

\) El problema de las relaciones cuando se emplea la fórmula de giro aplicado. El


de la ética aplicada con la ética y la f i - espacio cada vez mayor ocupado por las investi-
losofía práctica en general: como se gaciones aludidas, el reconocimiento de respon-
jha indicado, la figura del filósofo sabilidades que exceden el ámbito del saber pu-
^práctico ha sido vista siempre como ro por parte de los científicos, la aparición de
\
indispensable para las investigaciones' nuevos modelos de ciencia que dan lugar a los
sobre ética aplicada e, incluso, se consi- valores y a las exigencias de esclarecimiento y de
dera habitualmente necesaria su actua- orientación por parte de la sociedad global hacen
ción en comités, asesorías, etc., para la pensar que en este momento resulta más adecua-
- correcta descripción y resolución de las,múl- :v»: da la denetfiftinación de giro ético, como expresi-
tiples situaciones contemporáneas, si se preten- va también de un proyecto de convivencia nue-
de algo más que meras aplicaciones de códigos vo, de otras costumbres y hábitos de pensamien-
profesionales. Más allá de lo fáctico, estas rela- to y de acción, de un lugar propio (ethos) cons-
ciones pueden problematizarse desde dos truido por y para todos los hombres.

enoikos / 47
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS York, Cambridge University Press, vas y sus efectos positivos en la
1 Cf, A. Bonilla, "El giro ético con- 2.e„ 1993, p . l . práctica, pero el problema surge
temporáneo", en: G. Bianco 10 Cf. M. McDonald et alii, To- con respecto a la condición de in-
(coord), El campo de la ética. Me- rnareis a Canadian Research Stra- terlocutores válidos. En un princi-
diación, discurso y práctica, Bue- tegyfor Applied Ethics, Ottawa, Ca- pio, parecería que para estas éticas
nos Aires, EDICIAL, 1997, pp. 37-50. nadian Federation for the Humani- dicha condición es atribuible a per-
2 Cf., "Mundo de la vida y ética en ties, 1988, p.9. sonas que posean no sólo capaci-
Husserl", en: J. San Martín (ed.), 11 O.c, p. 8. dad discursiva sino un cierto tipo
Actas de ¡a II Semana Española de 12 Cf, A. Leist, "Qué es la ética de competencia argumentativa.
Fenomenología. Sobre el concepto aplicada?", Cuadernos de ética, 10, 22 Cf, A. Bonilla y M. Goldstein,
del mundo de la vida, Madrid, 1990, pp. 41-43. Etica editorial. Proyecto de inves-
U.N.E.D, 1993, pp. 75-93. 13 New York, Oxford University tigación UBACYT, 1998-2000.
3 Cf., o.c, pp. 76-77. Press, 1979. 23 Cf, O.c, pp. 58-59.
4 Cf., V.V.A.A., The Applied Turn 14 Cf, O.c, pp. 43-48, 24 "What is Meant by 'The Turn to
in Contemporary Philosophy, Bow- 15 Cf, "The Theory and Practice Applied Ethics?", en R. Heeger
ling Green (Ohio), Bowling Green of Applied Ethics", Dialogue, and T.Van Willienburg (eds.), The
State University Press, 1983. voLXXX, n.3, 1991, pp. 213-216. Turn to Applied Ethics: Practical
5 Cf., H. Doucet, "La bioéthique: 16 Rasgos señalados en M.McDo- Consequences for Research, Edu-
sens et limite d'un mouvement so- nald et alii, o.c, cf, p.10. cation and the Role of Ethicists in
cioculturel", Ethica, vol. 10 n . l , 17 Cf, J. Sauer, "Discourse, Consen- Public Debate. Proceeding of the
1998, pp. 41-57. sus, and Valué: Conversations about 1992 Conference of the European
*Lic. en Filosofía y Doctora en Filoso- 6 Cf., J.De Marco and R. Fox, "The the Intelligible Relation between the Society for Research in Ethics (So-
fía y Letras de la Universidad Complu- Challenge of Applied Ethics", en: Prívate and Public Spheres", Poz- cietas Ethica), Woudshoten/U-
J.De Marco and R. Fox, New Direc- nan Studies in the Philosophy of the trecht 24-28 August 1992, Kampen,
tense, Madrid (1985). Investigadora lions in Ethics. The Challenge of Sciences and the Humanities, 1996, Kok Pharos Publishing House,
del CONICET, Profesora titular regular Applied Ethics, New York/London, vol. 46, pp. 143-166. 1993, p . l l .
Routledge & Kegan Paul, 1986, pp. 18 Cf, O.c, p. 54. 25 Cf, "Interdisciplinariedad. La
de Antropología Filosófica y Profeso-
11 ss. 19 Cf, O.c, p. 55. posibilidad de lo epistemológico
ra adjunta regular de Etica del depar- 7 Cf., o.c. 20 Cf, H. Sakamoto, "Foundations como ético", en: Reflexiones desde
tamento de Filosofía y miembro de la 8 Cf., A. Ernout et A. Meillet, Dic- of East Asian Bioethics", Eubios América II, Rosario, Fundación
tionnaire étymologique de la lan- Journal of Asian and Internatio- Ross, 1986, pp. 143-156.
Comisión Directiva de la Maestría en
gue latine. Histoire des Mots. Paris, nal Bioethics, vol.6 (2), 1996, pp. 26 A. Leist, o.c, p. 43.
Etica Aplicada de la Facultad de Filo- Kliencksieck, 4.e., 1959, pp. 514- 31-32. 27 Cf, Contingency, Iroriy, and
sofía y Letras de la UBA. 515. 21 No se desconoce la intención Solidarity, New York, Cambridge
9 P Singer, Practical Ethics, New democrática de las éticas discursi- University Press.

La cuarta "E"
El estado reformado
En nuestro país, la primera y la segunda reforma del estado pivotearon, al menos desde el discurso, alrede-
dor de las notas conocidas como las "tres E": Eficacia - Eficiencia - Economía.

Nos sorprendería constatar que casi no encontra- La temática a la que nos asomamos se vincula con
mos un documento de los denominados "oficia- un silencio, con una omisión que muy tardíamente
les" en los que estos conceptos se hayan omitido. entra en escena, cuando ya hay un daño severo en
Aperturas, cierres, introducciones, conclusiones, algo que nos proponemos proteger: el derecho y
diagnósticos, recomendaciones, etc., han coincidi- la necesidad de los ciudadanos a creer.
do en otorgarles un lugar de privilegio. Resultaría Este silencio, esta omisión es la "cuarta E": la Etica.
estéril discutir o poner en cuestión su pertinencia y Entre las competencias éticas casi universales para
validez porque, en definitiva, resultan buenas me- los cuadros dirigentes del estado, se registran las
tas; sólo que se han mostrado insuficientes, indife- siguientes:
rentes, autistas, frente a cuestiones que reclaman Sentido moral: respeto y lealtad hacia los otros.
un tratamiento cualitativamente diferente. Responsabilidad.
El "cómo morir alegre con los indicadores macroe- Honestidad e integridad.
conómicos en equilibrio" es vivido en los sectores Resultan no ser diferentes de algunos de los deno-
sociales más vulnerables con el cuerpo y ellos no minados "valores del servicio público" citados por la
disfrutan ni comprenden esta terminología su- OCDE (Organización de Cooperación y de Desarro-
puestamente creativa que, finalmente, es irrespe- llo Económico) en un trabajo de análisis comparado
tuosa. acerca de la ética en la Administración Pública.
CS.B.

48 / enoikos

También podría gustarte