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Bonilla*
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Con algunos antecedentes, que no han de men- Como se alejan mucho de los objetivos del
cionarse, las investigaciones sobre ética aplicada artículo, no se mostrarán las consecuencias del ap-
de esos veinte años, en las cuales, además de fi- plied turn en campos tales como la estética, la
lósofos, intervinieron teólogos, médicos y juris- epistemología o la filosofía de la ciencia. Con res-
tas, se multiplicaron en el mundo anglosajón, en' pecto a la ética, tal giro no parece encontrarse li-
primer término, y luego en Francia y Alemania, si bre de dificultades, tanto para el pensamiento co-
bien con características locales provenientes tan- mo para la acción. La ética aplicada hace referen-
to de las tradiciones culturales respectivas como cia a una práctica actual del saber que, cada vez
de los problemas que se fueron presentando . Di-5 más, compromete varias ramas del conocimiento y
versos movimientos sociales (contra el racismo, de las prácticas profesionales, así como también se
pacifistas, a favor del respeto por las minorías, fe- vincula con las restantes prácticas sociales. Pero la
minismo, objetores de conciencia, etc.) y debates noción habitual de tal ética aplicada, generalmen-
ocasionados por hechos de incidencia mundial, te entendida como "aplicación sistemática y prác-
como el desatado por la guerra de Vietnam, por tica de criterios ético-filosóficos a las decisiones
un lado , y, sobre todo, los avances de la biotec-
6 humanas de importancia", se basa sobre algunos
nología y de la tecnología médica (fertilización, supuestos que han de esclarecerse.
control genético, trasplantes, alargamiento tecno- Dichos supuestos comienzan por la confu-
lógico de la vida, y otros), la percepción de los sión generada por los términos. Inicialmente, ca-
problemas ecológicos y ambientales (polución, bría una referencia sobre los alcances del adjeti-
población, pobreza, merma de la biodiversidad, vo aplicada. En su primera acepción, según el
etc.), la conciencia creciente de los aspectos mo- Diccionario de la Real Academia de la Lengua,
ralmente conflictivos de las actividades aplicado-da es el participio pasivo del verbo
profesionales y de muchas otras instan- aplicar. Este significa: "poner una cosa en con-
cias de la vida económica, política y tacto con otra o sobre otra". Tanto para el espa-
social, resultaron motivantes y res- ñol, como en las lenguas romances y en inglés,
ponsables de una renovación sus- el verbo proviene del verbo latino applicare,
tantiva de las investigaciones en equivalente, en la época clásica, a "abordar, diri-
ética, dado que se las sacó de su girse hacia, apoyar" y, más tardíamente, "añadir" .
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los ricos para con los pobres. siempre estaría necesitada de la intervención de
Para distinguir esta ética aplicada de otras un filósofo, puesto que podría estandarizarse y,
ramas de la ética, Jean-Louis Baudouin, de la Uni- por consiguiente, tal estilo de ética aplicada tam-
versidad de Montreal, la denomina ética de la si- poco serviría de estímulo al trabajo del pensador.
tuación . La denominación presenta igualmente
10 Una vez fijados los principios en la forma que se
problemas, ante todo porque coloca a la ética apli- estime más conveniente y derivadas las normas
cada en la pendiente resbaladiza del situacionismo más importantes, podría quedar confiada a un
y del casuismo y porque no se aleja demasiado de eticista -concebido como mero técnico- la tarea
la confusión inicial a la que se hizo referencia. Es- de proponer las reglas de aplicación inmediata y
ta definición también parece conservar una huella la resolución de casos particulares.
de las propuestas del Sartre existencialista de la in- Retomando críticas de Antón Leist, hay que
mediata posguerra, propuestas que el filósofo subrayar que de esta forma queda franqueado el
francés revisó hasta el final de su vida. paso a versiones un tanto cuestionables de la éti-
Con el objeto de zanjar estas dificultades, ca aplicada, tales como la ética del libro de rece-
Marie-Héléne Parizeau prefiere el rótulo de ética tas, calificativo que da en particular a los Princi-
sectorial, cuya neutralidad elogia, pues "indica, pies of Biomedical Ethics de T.L. Beauchamp y J.F.
simplemente, que el análisis ético tiene un cam- Childress . En este libro exitoso se intenta hacer
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po preciso de investigación, un ámbito concre- caso omiso de las disputas de principio entre las
to" . Con esta denominación, la mirada prescrip-
11 dos posiciones más extendidas de la ética contem-
tiva constituye el lazo entre'la bioética, la Busi- poránea, utilitarismo y deontólogismo, y mostrar a
ness Ethics o la ética ambiental, pero nada dice modo de mantra los aspectos coincidentes: los
acerca de los problemas epistemológicos, meto- principios de autonomía, no maleficencia, benefi-
dológicos y de fundamentación o justificación cencia y justicia, aplicando los cuales se resuelven
más sustantivos. '" los casos particulares en los que la obra abunda.
Sea lo que fuere de estas discusiones, en la El modelo así obtenido, de gran aceptación en el
práctica académica 'de>4pi6vest^í¥Jéñ" y en-los campo de la bioética -en especial, en la práctica
;
tablecimiento de la ética aplicada como un campo Investigaciones de este tenor, que abarcan
del saber realmente novedoso. En tales prácticas, un espectro amplio que va desde la bioética, con
efectivamente, la pretendida interdisciplina queda- su especialización y complejidad crecientes, has-
ría reducida a pluridisciplina, dada ésta por una ta la ética de las finanzas, la ética de la educa-
conjunción de los principios -ético-filosóficos- y ción, la ética de las profesiones, la ética empre-
la presentación del caso -clínico, ambiental, far- sarial y la ética ambiental, pueden responder, en
macológico, u otros-. cierta medida, a los requerimientos de una socie-
En relación con estas críticas, algunos au- dad global y pluralista que necesita un esclareci-
tores comienzan a subrayar el abismo existente miento racional de los conflictos emergentes y la
entre la teoría y la práctica de la ética aplicada, generación de normas y de valores que posibili-
en general y, sobre todo, en cada uno de los sec- ten y optimicen la convivencia.
tores más desarrollados (bioética, ética ambien- Haber destacado los rasgos comunes y po-
tal, ética y ámbito público, ética empresarial, sitivos de la ética aplicada no significa incurrir en
etc.). Barry Hoffmaster, por ejemplo, muestras las el olvido de las dificultades y riesgos que encierra:
falencias de los dos modelos más empleados de 1) El problema de los criterios: A. Leist ha
una ética aplicada entendida como mecánica visto este problema con agudeza y muestra cómo
aplicación de principios a problemas reales: el la omnipresencia de hecho de la ética aplicada
modelo proveniente de la filosofía de la ciencia en las sociedades más desarrolladas (la profusión
positivista y el modelo del cálculo de riesgo para de éticas profesionales y sectoriales) conlleva el
la toma de decisiones. Hoffmaster señala que am- riesgo de una trivialización teórica y práctica de
bos modelos caen en el defecto de plantearse los la misma . Para evaluar la pertinencia del trata-
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problemas de manera estática y que a ambos, miento desde el punto de vista ético de una cues-
además, subyace un modelo de racionalidad de- tión, Leist propone los criterios de relevancia so-
masiado formal. A causa de esto, la imprevisibili- cial y claridad moral. La aplicación de estos cri-
dad de los contextos en los que aparecen los terios al campo íntegro de los conflictos contem-
problemas morales deja a las teorías sin posibili- poráneos determina áreas temáticas de singular
dad alguna de respuesta .
interés escasamente reflejadas por las investiga-
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Más allá de estas críticas, se pueden exhi- ciones de la ética tradicional que, en términos
bir algunos rasgos distintivos de las investigacio- generales, pensó siempre en el obrar tempo-
nes actuales en este campo de la ética aplicada, ral y espacialmente acotado de un ser hu-
evaluables en sentido positivo, que, si bien de mano adulto, varón y normal -concebido, en-
modo parcial, también pueden ser atribuidos a tonces, como sujeto y objeto de la ética -.19
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bóveda de la ética en la autonomía de la perso- puntos de vista. Un primer grupo de problemas
na y en el respeto por sus derechos, y un ethos ha sido planteado por los filósofos prácticos
holístico, predominantemente biocéntrico ". El ca-
2 mismos, quienes se preguntan acerca de la uti-
rácter global de los problemas actuales muestra a lidad de estas nuevas cuestiones para el avance
las claras la importancia de la discusión y la ne- real de su labor. En opinión de Leist, la ética
cesidad de encontrar posibilidades de armoniza- aplicada, además de haberse convertido en un
ción entre perspectivas diversas, posibilidades campo de pruebas de las teorías éticas tradicio-
que quizá deban ir más allá del carácter formal nales, es generadora de teoría, razón por la cual
de un modelo de argumentación que de manera resulta del máximo interés para los filósofos
harto difícil puede ser compartido por todos los prácticos . En sentido similar, aunque con me-
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afectados .21 nor fuerza que Leist, según Roger Heeger, "las
3) El problema de si la especificidad de las cuestiones de aplicación inciden sobre las teo-
éticas sectoriales -variedad de temas, metodolo- rías y, en consecuencia, hay que ajustar dichas
gías y prácticas- no anula el concepto de una éti- teorías" ". El otro grupo de problemas se plantea
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cursos entre los pueblos del planeta, esta- cultura contemporánea, se ha abierto un espacio
bleciéndose así una relación necesaria entre de reflexión que va más allá de los límites acota-
sectores de la ética aplicada tales como la dos tradicionalmente para la filosofía práctica. La
ética ambiental, la ética de la econo- aparición de este nuevo saber práctico, interdis-
mía, la ética de las relaciones inter- ciplinario y dialógico, comprometido con el mun-
nacionales, etc. ii) En la idea de una do de la vida, a tal punto que se hace cargo de
ética editorial, se encierran las aportacio- la crisis normativa y axiológica contemporánea,
nes de una ética de los media y las de la señala un giro global, para emplear la frase de
ética empresarial .
22 Rorty , cuyos alcances apenas se vislumbran
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS York, Cambridge University Press, vas y sus efectos positivos en la
1 Cf, A. Bonilla, "El giro ético con- 2.e„ 1993, p . l . práctica, pero el problema surge
temporáneo", en: G. Bianco 10 Cf. M. McDonald et alii, To- con respecto a la condición de in-
(coord), El campo de la ética. Me- rnareis a Canadian Research Stra- terlocutores válidos. En un princi-
diación, discurso y práctica, Bue- tegyfor Applied Ethics, Ottawa, Ca- pio, parecería que para estas éticas
nos Aires, EDICIAL, 1997, pp. 37-50. nadian Federation for the Humani- dicha condición es atribuible a per-
2 Cf., "Mundo de la vida y ética en ties, 1988, p.9. sonas que posean no sólo capaci-
Husserl", en: J. San Martín (ed.), 11 O.c, p. 8. dad discursiva sino un cierto tipo
Actas de ¡a II Semana Española de 12 Cf, A. Leist, "Qué es la ética de competencia argumentativa.
Fenomenología. Sobre el concepto aplicada?", Cuadernos de ética, 10, 22 Cf, A. Bonilla y M. Goldstein,
del mundo de la vida, Madrid, 1990, pp. 41-43. Etica editorial. Proyecto de inves-
U.N.E.D, 1993, pp. 75-93. 13 New York, Oxford University tigación UBACYT, 1998-2000.
3 Cf., o.c, pp. 76-77. Press, 1979. 23 Cf, O.c, pp. 58-59.
4 Cf., V.V.A.A., The Applied Turn 14 Cf, O.c, pp. 43-48, 24 "What is Meant by 'The Turn to
in Contemporary Philosophy, Bow- 15 Cf, "The Theory and Practice Applied Ethics?", en R. Heeger
ling Green (Ohio), Bowling Green of Applied Ethics", Dialogue, and T.Van Willienburg (eds.), The
State University Press, 1983. voLXXX, n.3, 1991, pp. 213-216. Turn to Applied Ethics: Practical
5 Cf., H. Doucet, "La bioéthique: 16 Rasgos señalados en M.McDo- Consequences for Research, Edu-
sens et limite d'un mouvement so- nald et alii, o.c, cf, p.10. cation and the Role of Ethicists in
cioculturel", Ethica, vol. 10 n . l , 17 Cf, J. Sauer, "Discourse, Consen- Public Debate. Proceeding of the
1998, pp. 41-57. sus, and Valué: Conversations about 1992 Conference of the European
*Lic. en Filosofía y Doctora en Filoso- 6 Cf., J.De Marco and R. Fox, "The the Intelligible Relation between the Society for Research in Ethics (So-
fía y Letras de la Universidad Complu- Challenge of Applied Ethics", en: Prívate and Public Spheres", Poz- cietas Ethica), Woudshoten/U-
J.De Marco and R. Fox, New Direc- nan Studies in the Philosophy of the trecht 24-28 August 1992, Kampen,
tense, Madrid (1985). Investigadora lions in Ethics. The Challenge of Sciences and the Humanities, 1996, Kok Pharos Publishing House,
del CONICET, Profesora titular regular Applied Ethics, New York/London, vol. 46, pp. 143-166. 1993, p . l l .
Routledge & Kegan Paul, 1986, pp. 18 Cf, O.c, p. 54. 25 Cf, "Interdisciplinariedad. La
de Antropología Filosófica y Profeso-
11 ss. 19 Cf, O.c, p. 55. posibilidad de lo epistemológico
ra adjunta regular de Etica del depar- 7 Cf., o.c. 20 Cf, H. Sakamoto, "Foundations como ético", en: Reflexiones desde
tamento de Filosofía y miembro de la 8 Cf., A. Ernout et A. Meillet, Dic- of East Asian Bioethics", Eubios América II, Rosario, Fundación
tionnaire étymologique de la lan- Journal of Asian and Internatio- Ross, 1986, pp. 143-156.
Comisión Directiva de la Maestría en
gue latine. Histoire des Mots. Paris, nal Bioethics, vol.6 (2), 1996, pp. 26 A. Leist, o.c, p. 43.
Etica Aplicada de la Facultad de Filo- Kliencksieck, 4.e., 1959, pp. 514- 31-32. 27 Cf, Contingency, Iroriy, and
sofía y Letras de la UBA. 515. 21 No se desconoce la intención Solidarity, New York, Cambridge
9 P Singer, Practical Ethics, New democrática de las éticas discursi- University Press.
La cuarta "E"
El estado reformado
En nuestro país, la primera y la segunda reforma del estado pivotearon, al menos desde el discurso, alrede-
dor de las notas conocidas como las "tres E": Eficacia - Eficiencia - Economía.
Nos sorprendería constatar que casi no encontra- La temática a la que nos asomamos se vincula con
mos un documento de los denominados "oficia- un silencio, con una omisión que muy tardíamente
les" en los que estos conceptos se hayan omitido. entra en escena, cuando ya hay un daño severo en
Aperturas, cierres, introducciones, conclusiones, algo que nos proponemos proteger: el derecho y
diagnósticos, recomendaciones, etc., han coincidi- la necesidad de los ciudadanos a creer.
do en otorgarles un lugar de privilegio. Resultaría Este silencio, esta omisión es la "cuarta E": la Etica.
estéril discutir o poner en cuestión su pertinencia y Entre las competencias éticas casi universales para
validez porque, en definitiva, resultan buenas me- los cuadros dirigentes del estado, se registran las
tas; sólo que se han mostrado insuficientes, indife- siguientes:
rentes, autistas, frente a cuestiones que reclaman Sentido moral: respeto y lealtad hacia los otros.
un tratamiento cualitativamente diferente. Responsabilidad.
El "cómo morir alegre con los indicadores macroe- Honestidad e integridad.
conómicos en equilibrio" es vivido en los sectores Resultan no ser diferentes de algunos de los deno-
sociales más vulnerables con el cuerpo y ellos no minados "valores del servicio público" citados por la
disfrutan ni comprenden esta terminología su- OCDE (Organización de Cooperación y de Desarro-
puestamente creativa que, finalmente, es irrespe- llo Económico) en un trabajo de análisis comparado
tuosa. acerca de la ética en la Administración Pública.
CS.B.
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