La República Platon

CÓMO SE PRODUCE ESTO. VER EJEMPLO DEL TEATRO.

.- QUÉ OCURRE CON LA PARTE RACIONAL DEL ALMA CUANDO EL ARTE INCIDE EN LA
IRRACIONAL.

.- A QUIÉNES LOGRA PERSUADIR Y POR QUÉ

Lo que dice Platón en la Republica es que nuestra alma tiende tanto a la expresión irracional
de nuestros sentimientos frente a distintos momentos de la vida como a tendencias más
racionales, mas ecuánimes, o equilibradas frente a la adversidad. Los poetas y el teatro
tienden a representar el lado de las posiciones más irracionales, son aquellas posiciones que
posibilitan seguidores. En el teatro los espectadores producen señales de aprobación y
compasión frente a las lágrimas que vierten otros, disfruta en ese momento de la exacerbación
de las pasiones, de las intensidades. Pero mientras contemplan esta situación también hacen
suyos los sentimientos representados, y de este modo influye sobre nuestra parte emocional, y
debilita aquella que es racional. , “no estando aún bastante fortificada por la razón y por el
hábito, floja la rienda a la otra parte llorona, excusándose con que no es más que simple
espectadora de las desgracias de otro, y que no es vergonzoso para ella dar señales de
aprobación y de compasión” (Platón La República). Estas representaciones harán en los
hombres que al ver los males ajenos, incentiven los propios. Lo mismo relaciona Platón la
comedia y las representaciones de los bufones. Cuando se aprueban las actuaciones ridículas y
uno se ríe de ellas, finalmente, nos dice Platón, terminaremos aprobando esas acciones para
nuestra conducta.

Entonces actúan sobre nuestra alma y cercenan nuestra parte racional. La poesía produce un
efecto en las pasiones del alma, esas pasiones que nos sitian constantemente, estas artes
imitativas, en vez de permitir que estos sentimientos destructivos se vayan secando poco a
poco, los termina alimentando, nos produce además un deseo de volver sobre ellas, nos
generan dependencia y nos envician.

Por eso en una república como la que imagina Platón, estas artes deben limitarse, sino
actuaran sobre las acciones de los ciudadanos, reinará el dolor y el placer, y se perderá todas
las acciones racionales, tan importantes para la felicidad del pueblo. Es necesario estar en
guardia contra las pasiones, escucharlas con precaución y fortalecer los sentidos racionales.
Por eso dirá que cuando se exacerban las pasiones, nuestra parte racional perderá fuerza, se
desacostumbrara a tener peso, y dejará de ser usada.

Platón dirá que las artes que impulsan esos valores, o que fomentan esas pasiones
influenciarán en aquellos que no quieran seguir lo justo y bueno, que no deseen alimentar su
alma con los objetos que están relacionados con la divinidad, que no quieran la búsqueda de la
verdad, y que no traten de alimentar su alma con todo lo divino, imperecedero e inmortal. Y
que un alma así, un alma enferma tenderá hacia el vicio y hacia la propia destrucción, será, al
final de la vida, y también después de la muerte, condenada al sufrimiento y al desprecio
general.
Ion de Platon

1. La cadena de anillos de hierro.

2. La definición de poeta.
3. La definición de espectador.
4. La definición de obra

En relación a la cadena de anillos de hierro Platón nos dirá que Ion no contiene una técnica
particular que lo hace hábil en su poemario sobre Homero, sino que es una fuerza divina el que
lo mueve a hacer o decir esas palabras. Esa fuerza divina es similar a la que hay en la piedra
que Eurípides llamó magnética, que no solo atrae a los anillos de hierro sino que les confiere
una gran fuerza, y así esos anillos pueden atraer a otros anillos. De este modo se genera una
gran cadena de anillos de hierro, pero todos ellos tienen fuerza porque están sustentados en la
piedra primera. Esta situación es comparable a la de los poetas que obtienen su fuerza y su
brillo gracias a la inspiración de la Musa y también encadenan a otros en su entusiasmo.

Para Platón los poetas son contagiados por las Musas para componer y son movidos por
fuerzas divinas. Su capacidad no proviene de una técnica sino de la influencia de los dioses
que a través de ellos comunican su sentir. “por una predisposición divina, según la cual cada
uno es capaz de hacer bien aquello hacia lo que la Musa le dirige; uno compone ditirambos,
otro loas, otro danzas, otro epopeyas, otro yambos.” (Platón Ion). Los poetas necesitan
alejarse de la razón de lo racional, perderse y dejarse poseer por Baco, para que de modo
caótico puedan alcanzar lo sagrado, lo elevado, y en forma demente lograr poetizar.

El público o espectadores cuando se acercan a los poetas, ven como perdiendo la razón ellos
son medios de los dioses, y al igual que en el caso de los adivinos, el público puede ver que no
son los poetas los que dicen sus versos tan elevados, sino que la divinidad es la que habla a
través de ellos.

En cuanto a la obra del poeta, no toda es posible de considerar de este nivel de conexión con
lo divino. Platón toma la obra de Tínico de Calcis para mostrar como este poeta solo realizo un
poema digno de rememoración, y que el resto de los poemas eran vacíos, comunes y no
conmovían a ningún espectador. De este modo la obra para Platón va a ser aquella que al ser
fruto de la transmisión divina, de la relación con lo sagrado pueda mover o conmover al
público y elevarlo en su relación divina, y no toda obra o poema puede ser considerado como
tal.