APRENDIZ:

Jean Sebastian Ortega Villota

MAESTRO:

Patricia Rey

Curso:

602

Institución Educativa Distrital

Andres bello I.E.D.
2020
 EL SENTIR EN LA TIEMPOS DE CUARENTENA

Actualmente no estoy escribiendo como escritores reconocidos con una taza de café a mi
lado, pero si con ambiente hogareño, escuchando música de Yuri y mi mamá lavando la
loza y cantando a todo pulmón. Desde que empezó la cuarentena mi manera de pensar ha
cambiado de sobre manera, como veía el mundo y lo que pensaba de las personas. Ahora
me doy cuenta que la humanidad es el ser vivo más peligroso del mundo, pero a su vez una
de las especies más vulnerables que pueden existir, como una especie que ha acabado con
animales tan majestuosos y peligrosos como el rinoceronte negro puede verse tan
doblegada por un ser tan pequeño que ni se puede ver.
En estos tiempos en los que no se puede confiar siquiera en el aire que se respira, y mucho
menos a las personas ajenas a nuestro hogar, me doy cuenta que la sociedad por fin piensa y
siente como una sola unidad, ¿Cuál puede ser ese pensamiento?, desconfían de todo aquel
que estornude, o aquel que este débil por cansancio. Actualmente el sentimiento de las
personas vuelve a nuestros instintos más primitivos, que es el sobrevivir, que es casi
imposible de imaginar qué en una era tan avanzada, estemos pensando como los
neandertales del tiempo paleozoico, solo pensamos en no morir.
El sentir en tiempos de crisis como en la que estamos es confuso y algo dudoso, por
ejemplo, el sentir de cada persona es diferente, un trabajador siente angustia y ansiedad,
siente miedo de perder el empleo que tiene, un estudiante se siente estresado al tener
demasiados deberes, trabajos y tareas acumulados, un padre de familia tiene demasiados
sentimientos, y aunque soy demasiado joven como para ser padre, tengo a mis dos padres,
quienes expresan de una manera muy directa su sentir, solo me pongo en los zapatos de
ellos por un minuto, y es cuando caigo en cuenta que un padre tiene más responsabilidad
que el mismo presidente de la república, un padre tiene que sostener un hogar, una familia y
aparte no dejarse morir de hambre también.
Se puede asegurar que en estos tiempos no se puede vivir tranquilo, no se puede pensar en
ninguna otra cosa que en estar bien, no se puede evitar sentirse preocupado al pensar, y si
en algún momento yo me llego a contagiar, diciéndolo en palabras de mi profesora “en
estos tiempos de zozobra” no se puede dar por alto un malestar, y mucho menos se puede
perder la esperanza de que vamos a salir de toda esta situación, y así pensar que tantas
veces que estuvimos separados y sentir que a pesar de la distancia trataremos de estar
mejor.