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Para detallar la responsabilidad contractual es necesario conocer el concepto de responsabilidad,

que ha evolucionado a lo largo de la historia. En la antigüedad, existía una noción unitaria de


responsabilidad que pretendía preservar un equilibrio cósmico. Era a través de la expiación y de
los sacrificios que la responsabilidad se adjudicaba para restablecer dicho equilibrio. La
modernidad trajo consigo la desintegración del concepto unitario de responsabilidad en distintos
tipos de ella (moral, política, jurídica) y esta última, a su vez, en administrativa, ambiental,
etcétera. La noción subyacente a todas las formas de responsabilidad es, quizá, la de
imputabilidad.

Cuyo concepto más congruente define, que, es la obligación que incumbe a una persona, de
reparar y asumir las consecuencias de un daño ocasionado libremente. (Con intención, o por
negligencia, o por imprudencia, o por otra causa legal) por su propio hecho, o por el hecho de las
personas, o cosas dependientes de ella.

Según Cabanellas (1978) "Es la obligación de reparar y satisfacer por uno mismo, o en ocasiones
especiales por otro, la pérdida causada, el mal inferido o el daño originado".

La norma básica de la materia viene dada por el artículo 1185 del Código Civil: “El que con
intención, o por negligencia o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a
repararlo. Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo, en el
ejercicio de su derecho, los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha
sido conferido ese derecho”

Ahora bien, cuando la norma jurídica transgredida es una obligación establecida en una
declaración de voluntad particular (contrato, oferta unilateral, etcétera), nos referimos, entonces,
a la responsabilidad contractual. Es decir, el conjunto de consecuencias jurídicas que la ley le
asigna a las obligaciones derivadas de un contrato. En razón de esta definición es que a esta
materia también se le conoce como efectos de las obligaciones. Pablo Rodríguez la define como
“el deber de indemnizar los perjuicios causados por el incumplimiento de una obligación
preexistente derivada de una relación contractual”.

En efecto, el citado artículo 1264 Código Civil dispone: “Las obligaciones deben cumplirse
exactamente como han sido contraídas. El deudor es responsable de daños y perjuicios, en caso de
contravención.”

Por ende, si la persona natural a través de la cual una persona jurídica ha de cumplir una
obligación contractual no la cumple exactamente como fue contraída, este incumplimiento genera
responsabilidad contractual en cabeza de dicha persona jurídica. En consecuencia, si una
obligación a ser cumplida por un órgano o un dependiente no es satisfecha exactamente como se
pactó, la persona jurídica incurre en responsabilidad frente a su contraparte contractual.

En otras situaciones, no existe un contrato previo entre la persona a la que se atribuye la


acusación de un daño y la persona que sufre dicho daño, por lo que la responsabilidad es
extracontractual. La responsabilidad extracontractual por excelencia es la responsabilidad por
hecho ilícito. La regla general, en materia de responsabilidad por hecho ilícito, está consagrada en
la primera parte del citado artículo 1185.
Lo establecido en el artículo anterior se aplica cuando la persona jurídica genera un perjuicio por
culpa de su órgano, fuera de la esfera de una relación contractual entre la persona jurídica y la
víctima de dicho daño. Además, el artículo 1191 del Código Civil establece:

“Los dueños y los principales o directores son responsables del daño causado por el hecho ilícito
de sus sirvientes y dependientes, en el ejercicio de las funciones en que los han empleado.”

La regla precedente es aplicable en los casos en los que una persona jurídica produce un perjuicio
por culpa de su dependiente, fuera del ámbito de un contrato entre la persona jurídica y la víctima
de dicho daño.

De todo lo antes dicho se desprende que, si una persona jurídica viola una obligación contractual
que tenía previsto cumplir a través de su órgano o dependiente, dicha persona jurídica incurre en
responsabilidad contractual, frente a su contraparte en el contrato correspondiente, conforme al
artículo 1264 del Código Civil; y, si una persona jurídica, fuera del ámbito de un contrato y por la
mala intención, o la imprudencia o negligencia, de su órgano o su dependiente, causa un daño,
dicha persona jurídica incurre en responsabilidad por hecho ilícito, frente al tercero víctima de
dicho perjuicio, de conformidad con, según el caso, el artículo 1185 o el artículo 1191 del Código
Civil.

En efecto, el artículo 1185 rige para la responsabilidad de la persona jurídica por hecho propio,
atribuido a su administrador u otro órgano; mientras que el artículo 1191 rige para la
responsabilidad de la persona jurídica por hecho ajeno, atribuido a su trabajador u otro
dependiente.

Se afirma con base a los elementos que lo conforman que el hecho ilícito es una conducta
antijurídica, culpable y dañosa que impone a su autor la obligación de reparar los daños, esto es,
que propicia responsabilidad civil. O dicho de otra manera, hecho ilícito es la violación culpable de
un deber jurídico que causa un daño a otro y que responsabiliza civilmente.

El hecho ilícito constituye un hecho culposo e injusto que causa un daño. Por lo que cualquier acto
ilícito que ocasione o depare un daño cualquiera a otro sujeto de Derecho debe conllevar al
nacimiento de la consiguiente obligación de reparar o indemnizar dicho daño, a partir de ahí, pues,
el hecho ilícito tiene una serie de características;

1° Es relativo, único e individual; La vida está hecha de situaciones o cuestiones relativas, sin
embargo, la relatividad de un hecho no se enfoca en el hecho en sí, sino de la percepción del
sujeto, es cuestión de subjetividad y observación. Por ende, la transcendencia de un hecho,
como el valor, contenido y efectos dependerá totalmente del intérprete, independientemente
de ser el testigo, experto o juzgador acatará de su capacidad subjetiva.

De allí se deducible que el hecho se representa por estar individualizado, ya que, a pesar de
que pudieren suceder hechos similares, cada uno de ellos se pueden definir
independientemente de dicha razón, no solo por lo que exterioriza sino que también por todo
lo que lo envuelve. En consecuencia lo hace único por el vínculo que lo acopla con los seres
humanos.
2° Tiene una causa y una fuente de producción; Como ya sabemos, para que ocurra un hecho
es necesario un factor de origen, de allí que, es la relación que se establece entre causa y
efecto. Se puede hablar de esa relación entre acontecimientos, procesos, regularidad de los
fenómenos para lograr la producción de algo

Comprendido esto, y como seguimiento natural de las cosas, el hecho producirá


consecuencias, generando así el agente daño, cuyo agente no existiría sin el daño y por ende
no habría responsabilidad sin daño; A su vez, posiblemente, no existiría un hecho ilícito.

3° Es descriptible; Cualquier tipo de hecho es totalmente descriptible mediante el uso del


lenguaje, la apariencia o exterior de alguien o algo, detallando sus cualidades elementales. Es
prácticamente imposible no caer en la subjetividad, ya que esa descripción será realizada a
partir de la visión individual que cada uno disponga.

4° Repercute en una estructura particular, el protagonista o la víctima; Éste individuo se


originará a partir del daño causado, ya que una víctima es una persona a quién se la ha
producido una lesión. Por ende, le daño no influye en sí mismo, sino que debe vulnerar en
algún miembro de la sociedad.

5° Tiene efectos en el orden jurídico; Con la aparición de una víctima, una persona que ha sido
vulnerada en sus derechos, la ley ha consagrado el efecto jurídico consiguiente, el cual es la
reparación de ese daño. Dependiendo del daño causado, se precisarán justamente la
responsabilidad civil, la responsabilidad moral y la responsabilidad penal, cuyo efecto ya no se
encuentra en manos de la sociedad sino por un sujeto definitivo.

6° Es juzgado o ponderado por un especialista, científico, observador o juez; El sujeto al tomar


conciencia de la existencia del hecho manifiesta un juicio condicionado por el nivel cultural,
según las percepciones que lo caracterizan, visualiza los efectos del hecho por lo que logra
definirlo.

Lograr la mayor aproximación a la justicia verdadera, no solo se trata de una observación sin
hipótesis, ya que eso sería solo mirar, se trata de la capacidad de observación como una
función activa, donde se formulen hipótesis y se analice durante la observación. Además del
manejo de los valores humanos que favorecen el desarrollo y manejo de la interpretación. En
efecto, la persona actúa, piensa analiza y decide en base a los valores inculcados, siendo así la
capacidad de juzgar y observar aquello que realmente se juzga, independientemente de si el
hecho es relacionado con la objetividad.

7° Todo hecho que provoque un daño debe ser reparado; Es un principio fundamental de la
teoría del daño, estima que el autor del daño responde si se ha producido por su culpa, el
legislador está obligado a consagrar las normas reparatorias o sancionatorias, frente cualquier
daño producido.

Por otro lado, La responsabilidad civil viene a satisfacer la necesidad de reparar un daño injusto
causado por el incumplimiento culposo de una conducta preexistente, preestablecida o impuesta
en algunos casos por el legislador, o supuesta en otros, pero siempre una conducta protegida por
el ordenamiento jurídico positivo. Mencionado con anterioridad existe la responsabilidad civil por
hecho propio, en la cual una persona es responsable por sus acciones u omisiones, dicha
responsabilidad civil por hecho propio es, la responsabilidad civil extracontractual;
Responsabilidad civil delictual, es la obligación de reparar un daño proveniente del incumplimiento
culposo de una conducta o deber jurídico preexistente, que si bien el legislador no determina
expresamente, sí lo protege o tutela jurídicamente al establecer su sanción dentro del
ordenamiento jurídico positivo. Ocurre cuando el agente causa un daño a la víctima mediante la
comisión de un hecho ilícito.

Ahora bien, esta responsabilidad civil delictual es la derivada del hecho ilícito, también
denominado delito civil, y encuentra su fundamento legal como principio general en el primer
párrafo del artículo 1185 del Código Civil venezolano, así: “El que con intención, o por negligencia,
o por imprudencia, ha causado un daño a otro, está obligado a reparado”. Maduro (2008) hace la
observación de que en este caso, la necesidad de reparar proviene de la violación de una conducta
preexistente que consiste en “no causar daños a otros por culpa”, conducta que el legislador no
menciona ni enuncia expresamente, pero que sí la presupone cuando ordena reparar el daño
causado por incumplimiento de dicha conducta.

En el Derecho venezolano también constituye un caso de responsabilidad delictual la necesidad de


reparar un daño cuando éste es causado por abuso de derecho, figura que en nuestro
ordenamiento constituye un caso particular del hecho ilícito. El abuso de derecho está consagrado
en el segundo párrafo del artículo 1185 del Código Civil:

“Debe igualmente reparación quien haya causado un daño a otro, excediendo en el ejercicio de su
derecho los límites fijados por la buena fe o por el objeto en vista del cual le ha sido conferido ese
derecho”.

La Responsabilidad ordinaria por hecho propio es personal en el sentido de que solo es


responsable el agente material del daño quien va a reparar los daños causados personalmente
por su propio hecho culposo. Si los autores del hecho son varios, todos responden solidariamente
Artículo 1185 y 1195 del CC.

La victima tiene la carga de prueba del hecho ilícito. A fin de obtener reparación, debe demostrar
el daño (Su existencia, Consistencia y Cuantía), la culpa y la relación de Causalidad.

Cuyos elementos, son:


a) Los Daños y Perjuicios causados a un sujeto de Derecho;
b) Una culpa o como afirman algunos autores, el carácter Culposo del incumplimiento y
c) La Relación de Causalidad entre el incumplimiento Culposo y el Daño.

a-) El Daño: Es el detrimento perjuicio o menoscabo causado por culpa de Otro en el patrimonio o
la persona física o moral. El daño puede ser:

 Daño Patrimonial; Se subdivide en:


 Daño Emergente: Perjuicio actual que experimenta la victima de un hecho ilícito
 Lucro Cesante: Perjuicio Futuro que la victima dejara de ganar como consecuencia
de un hecho ilícito.
 Daño Moral; Es la evaluación económica de los desperfectos producidos por una persona
en sus bienes y derechos. El pesar, la aflicción o el doloroso vacío que la ausencia de una
persona puede generar, el descrédito.
 Daño Personal; Es la lesión corporal o muerte causada a personas físicas.

b-) La Culpa: Es simplemente un hecho culposo o negligente que genera un daño.

c-) La Relación de Causalidad.

Podemos mencionar algunas teorías tales como:

 La teoría de la causa próxima: Atribuida la fuente de esta teoría a Francis Bacon (filósofo
Ingles del Siglo XVI, 1561 – 1626), ésta tesis considera como lo explica LLambias, “que la
causa es el antecedente o factor temporalmente inmediato de un resultado. Los demás
hechos que influyen más lejanamente en la producción de un resultado, con sus
condiciones pero no su causa.

 Teoría de la Equivalencia de Condiciones: “Conditio Sine quanon”, elaborada por


Maximiliano Von Buri (1860 – 1899) “la Causa pues, filosóficamente hablando, es la suma
de las condiciones positivas y negativas tomadas juntas, el total de todas las contingencias
de toda natura”.

La Relación de Causalidad:

En sentido teórico parece sencilla, pero su determinación práctica es muy compleja, pues en la
mayoría de los casos se encuentra una gran cantidad de hechos que han contribuido a la
producción del daño que obliga al Juez a verificar cual es el hecho causal que lo produjo. Además,
al Juez se le plantea el problema no solo de estudiar la pluralidad de hechos que han determinado
el daño, sino también la pluralidad de consecuencias perjudiciales que un solo hecho puede
causar.

Fijar estos límites en sus dos aspectos es el fin de este elemento:

1) En lo que respecta a la pluralidad de hechos que han determinado el daño.


2) En lo que respecta a la pluralidad del daño resultante del hecho ilícito; es el problema
fundamental de la teoría de relación de causalidades, pues ante una causa única y una
consecuencia única no surgirá problema alguno para el juez.

Concluyendo así

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