Está en la página 1de 2

Chupícuaro

El Estado de Guanajuato se ubica en el centro de la región mesoamericana. La vida sedentaria


comenzó en Chupícuaro donde se desarrolló una nueva cultura que intercambió algunos elementos
artísticos de los pueblos de Mesoamérica. La cultura Chupícuaro toma su nombre del sitio localizado
cerca de río Lerma, hoy cubierto por la Presa Solís cerca de Acámbaro, Guanajuato.[6] Es compartido
en comunidades académicas extranjeras, la confusión de que Chupícuaro sea de Michoacán por llevar
este calificativo un asentamiento situado en los márgenes del Lago de Pátzcuaro, cuyo nombre significa
“el lugar donde el cielo es más azul”. El asentamiento del poblado del Chupícuaro en Guanajuato se
encuentra realmente en las inmediaciones de Acámbaro como se ha especificado con anterioridad, en
el cual se desarrolló una producción de piezas de cerámica caracterizadas por su belleza y fina
tecnología, representativa de la cultura Chupícuaro. La misma, corresponde a los períodos preclásico
superior y principios del clásico.

En el territorio de Guanajuato, existen otros asentamientos importantes de tradición Chupícuaro en


Yuriria, Comonfort, Pénjamo, Jerécuaro, San Miguel Allende, Los Morales y Coroneo, entre los más
importantes, en los cuales la cerámica, la orfebrería, la alfarería y los tejidos alcanzaron un alto grado
de creatividad. Las diversas formas de expresión artística, fueron utilizadas por las sociedades antiguas
del centro norte del actual Estado de Guanajuato. La cerámica tradicional de la cultura Chupícuaro,
muestra un desarrollo de tipos, que a la larga, influyeron en la región de forma trascendental. Un
ejemplo significativo se encuentra en los sitios arqueológicos de Plazuelas, Cañada de la Virgen,
Peralta y el Cóporo, en cuyas excavaciones se han encontrado vasijas y otros implementos dentro de la
arquitectura monumental en los que se pueden apreciar rasgos representativos ésta cultura.[7]

La cultura Chupícuaro es de gran importancia en la subregión mesoamericana, llamada Occidente de


México, con una amplia distribución en varios estados y evidentes influencias en el Altiplano Central. En
tal latitud, han sido recuperadas cantidades de esta cerámica, base de los desarrollos cerámicos
posteriores, incluso de otras regiones, de tal manera, lo más importante de esta cultura es la
trascendencia en el uso de espacios y rituales funerarios. Referente a las ofrendas funerarias de
Chupícuaro la arqueóloga Dolores Flores Villatoro señala:

Chupícuaro es uno de los sitios arqueológicos del Occidente de México, donde se llevaron a cabo
numerosas excavaciones, y la mayoría pusieron al descubierto áreas de inhumaciones; se rescataron
cerca de 400 entierros donde se hallaron ofrendas que comprenden aproximadamente 1300 vasijas y
mil figurillas, además de otros materiales, entre los que hay: metates y molcajetes de piedra; adornos e
implementos de hueso; collares y colgantes de concha; puntas de proyectil y navajas de obsidiana;
instrumentos musicales, vasijas miniatura y orejeras de arcilla.[8]

En el arte funerario de esta época temprana, se observa la predilección por vasijas que tienen una
calidad constante y adoptan tipos variados que generalmente presentan formas globulares o
hemisféricas, o bien elementos compuestos con líneas curvas. De tal manera, estas formas se pueden
encontrar en extraordinarios ejemplos en objetos disímiles de la cultura Chupícuaro: vasijas
antropomorfas que representan partes del cuerpo humano, cabezas, caras, piernas y pies, combinando
técnicas como el modelado y la pintura para dar un efecto realista. El arte Chupícuaro, visto como
conjunto es alegre y exuberante, esta civilización, llega a desarrollar un oficio de expresividad vigorosa
con una sensibilidad estilística muy marcada y personal. La cerámica, entre otras manifestaciones
artísticas desarrolladas por sus habitantes, se hacía con fines domésticos, comerciales y ceremoniales;
las piezas polícromas en colores crema, rojo, negro y otras tonalidades, servían para los intercambios
comerciales y para colocarlos como ofrenda a los muertos.

La herencia cultural iconográfica aportada en los centros económicos y de especialización artística


correspondientes a los períodos preclásico superior y principios del clásico precortesianos momentos en
que se evidencia el surgimiento, desarrollo y florecimiento de la cultura Chupícuaro en el Estado de
Guanajuato, representa una opción para dotar al diseño mexicano de una identidad propia.

La cultura Chupícuaro no es exclusiva del desarrollo local, su carácter universal la integra a la más
común representación humana de todas las sociedades antiguas como: la egipcia, Griega, Hindú y
China. Varios museos del mundo la muestran por ser la más antigua cerámica expresiva de complejos
desarrollos culturales.

Las formas de expresión de la cultura Chupícuaro son susceptibles de aplicar en el diseño


contemporáneo, auxiliándonos de los procedimientos que nos brindan las técnicas tradicionales y su
recreación a partir del uso de las nuevas tecnologías como la computadora, software, escáner, tabletas
gráficas, entre otras, para su posible aplicación en productos como papel (papel tapiz, papel de regalo),
textiles (sábanas, sobrecamas, edredones, cortinas, tapicería), acabados interiores, identidad
corporativa, empaques, etiquetas, plásticos (cortinas de baño, tapetes), escenografía, moda, entre
muchas otras opciones.

También podría gustarte