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DERECHO AMBIENTAL Y

ÉTICA
Cristian Arbey Zapata

EJE 3
Pongamos en práctica

Fuente: Freepik/1048510
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3

La atmósfera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4

Los límites de emisión para la calidad del aire . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7

La contaminación auditiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12

Los olores ofensivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15

El agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

El agua como recurso a abastecer . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 20

Los Pomca y los PMA para el recurso del agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

La planificación estratégica y el monitoreo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

El agua como sujeto de derechos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25

Herramientas éticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
ÍNDICE
Introducción

Este módulo está enfocado en los principales retos relacionados


con estos recursos que se tienen a nivel local.

Se pretende incentivar un ejercicio de reflexión sobre cómo dichas


normas pueden o no encajar dentro de los casos que la realidad va
generando, algunos de especial dificultad, pues los matices y aristas
INTRODUCCIÓN

que los fenómenos ambientales presentan son a menudo impredeci-


bles, y los supuestos que consagran las normas se muestran rezaga-
dos ante los retos que la moderna sociedad, sus avances tecnológicos
y sus actividades extractivistas masificadas y complejizadas.

Se verán, entonces, cuáles han sido las principales herramientas y


recursos que desde el derecho se han ideado para tratar de equipa-
rar en algo los ritmos de producción normativa con las actividades
que a diario ejecuta una sociedad. Ese ejercicio de reflexión debe
llevar a preguntarse y saber responder la pregunta de cuál es el nivel
de degradación ambiental que irremediablemente está dispuesta a
soportar una sociedad en su tránsito por la mejoría de las condiciones
de vida.
La atmósfera
Según el Decreto 1076 de 2015, la atmósfera es “la capa
gaseosa que rodea a la Tierra”. El tratamiento jurídico
Emisión
de las acciones contaminantes a la atmósfera involucra
Descarga de una sustancia o elemento al
uno de los fenómenos ambientales más importantes a aire, en estado sólido, líquido o gaseoso,
nivel mundial, que está comprometiendo la supervivencia o en alguna combinación de estos, prove-
nientes de una fuente fija o móvil.
misma de la vida como se conoce. Hablamos del calenta-
miento global, fruto de la emisión de los gases de efecto
invernadero.

Figura 1. Atmósfera
Fuente: Freepik/5916189

Por ello, se ha avanzado en instrumentos jurídicos que obligan a la aplicación del prin-
cipio de “pensar global, actuar local”. Muestra de eso son los tratados internacionales ya
reseñados, como el Protocolo de Kyoto, o los Acuerdos de París. Colombia aporta, respecto
al resto del mundo, el 0,4 % del total de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Sin
embargo, dentro de sus compromisos está el reducir su número de emisiones hasta en
20 % para los próximos años.

Pero, además del calentamiento global, existen también otros problemas de degrada-
ción de la atmósfera de corte mucho más local y para los que el país ha tratado de aplicar
una normatividad propicia. Aquí nos ocuparemos de tres problemas locales concretos:

• Los límites de emisión para la calidad del aire.


• La contaminación auditiva.
• Los olores ofensivos.

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La atmósfera en Colombia se cuida entonces desde el
punto de vista de la calidad del aire respirable, el ruido y los Aire
olores. En nuestro ordenamiento jurídico, las normas sobre Fluido que forma la atmósfera de
la Tierra, constituido por una mez-
la atmósfera no tienen el rango de ley. Esta es una primera cla gaseosa cuya composición
deficiencia que se puede detectar, pues la protección está normal es de por lo menos 20 %
de oxígeno, 77 % de nitrógeno y
consagrada en normas de niveles menores, como son los proporciones variables de gases
decretos y las resoluciones. Esto implica que su modificación, inertes y vapor de agua en relación
volumétrica.
conocimiento y plena aplicación sean mucho más limitados.

Veamos algunas normas relacionadas:

• Contiene el reglamento para la protección y el control de la calidad del


aire.
• Establece las medidas y acciones a tomar para los momentos de crisis
en la calidad del aire.
• Establece los niveles de prevención, alerta y emergencia a declarar.
• Clasifica las fuentes contaminantes del aire en fuentes móviles y fuentes
Decreto 948 de 1995 compilado fijas.
en el Decreto 1076 de 2015
• Impone y regula los permisos de emisión atmosférica.
• Impone mecanismos de monitoreo para las fuentes móviles.
• Habla de los olores ofensivos como fenómeno de contaminación del aire
e impone tratamientos para este.
• Impone tratamientos al fenómeno de la contaminación auditiva y secto-
riza las zonas de emisión de ruido.
• Establece los topes máximos permitidos de contaminantes al aire, dis-
tinguiendo cada elemento contaminante.
• Establece límites de exposición a contaminantes en años, días y horas.
• Consagra los procedimientos para las mediciones de la calidad del aire.
• Consagra los topes para declarar los niveles de prevención, alerta y
Resolución 2254 de 2017 emergencia en relación con la calidad del aire.
• Consagra los topes máximos permitidos para los contaminantes del aire
no convencionales de efectos cancerígenos.
• Trae un listado de las principales sustancias generadoras de olores ofen-
sivos.
• Dicta normas sobre protección y conservación de la Audición de la Salud
y el bienestar de las personas.
• Define el fenómeno de contaminación auditiva.
Resolución 8321 de 1983,
del Ministerio de Salud. • Distingue las clases de contaminación entre ruido impulsivo y ruido con-
tinuo.
• Consagra unos niveles máximos de presión sonora, dependiendo de si se
trata de zonas residenciales, comerciales, industriales o de tranquilidad.
• Consagra unos topes máximos de ruido generado por vehículos.

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• Distingue entre ruido y ruido ambiental.
• Impone otros límites de generación, expresados en decibeles, para am-
bas clases de ruido, creando una nueva sectorización y discriminando los
horarios diurnos y nocturnos.
Resolución 627 de 2006 del
Ministerio del Ambiente. • Establece el procedimiento para las mediciones del ruido y la prepara-
ción de los equipos.
• Impone la obligación a las autoridades ambientales de generar mapas
de ruido y anexarlos como parte de los planes de ordenamiento territo-
rial.
• Establece los límites permisibles de las sustancias generadoras de olores
ofensivos.
Resolución 1541 de 2013 del Minis-
• Estableció el procedimiento para quejas por olores ofensivos.
terio del Ambiente
• Creó la obligación de contar con los PRIO, con las actividades que gene-
ran olores ofensivos.
Tabla 1. Principales normas relacionadas con el cuidado de la atmósfera
Fuente: propia

Los límites de emisión para la calidad del aire

Para empezar, las normas antes reseñadas obligan a que se tengan que diferenciar
las fuentes de emisión de materiales contaminantes al aire. Las fuentes móviles y las
fuentes fijas.

Figura 2. Calidad del aire


Fuente: Freepik/881233

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El Decreto 948 de 1995, compilado en el Decreto 1076 de 2015, consagra que una fuente
de emisión es: “toda actividad, proceso u operación, realizado por los seres humanos, o
con su intervención, susceptible de emitir contaminantes al aire”. Al tiempo que define
la inmisión como la “transferencia de contaminantes de la atmósfera a un receptor. Se
entiende por inmisión la acción opuesta a la emisión”.


Y en cuanto a las fuentes fijas y móviles las define así:

Fuente fija: Es la fuente de emisión situada en un lugar determinado e inamovi-


ble, aun cuando la descarga de contaminantes se produzca en forma dispersa.

Fuente móvil: Es la fuente de emisión que, por razón de su uso o propósito, es


susceptible de desplazarse.

Se puede hacer la siguiente asociación, por fuentes fijas de contaminación se entienden


las chimeneas y demás actividades fabriles, entre otras; y por fuentes móviles se entienden
los vehículos automotores.

El tratamiento para ambas es distinto. En el caso de las fuentes fijas, los


controles para la emisión de los materiales contaminantes al aire se dan,
exigiendo que estas tengan un permiso de emisiones atmosféricas, que
lo conceden las corporaciones autónomas regionales (CAR) por un tiempo
determinado, y señalando los compuestos a emitir, así como los compro-
misos de mitigación que esa fuente tendrá para contrarrestar esa acción
contaminante. La infracción a esos permisos de emisiones conlleva el cierre
del establecimiento, la suspensión de la actividad y una sanción ambiental.

En el caso de las fuentes móviles, los vehículos, los controles se dan a partir de la
exigencia de catalizadores y demás instrumentos de filtración, así como las revisiones
periódicas en los centros de diagnóstico automotriz, donde se deben vigilar los niveles
de emisión de gases y demás contaminantes. También, existen controles esporádicos
que pueden hacer las autoridades ambientales. La infracción a estos controles conlleva
la inmovilización del vehículo y sanciones a las autoridades de tránsito y transportes, así
como sanciones de tipo ambiental.

Esto en lo que tiene que ver con los topes máximos individuales que se deben respetar
de contaminación al aire. No obstante, existen también unos topes máximos generales
que remiten a la sumatoria de toda la carga contaminante que el aire tenga, indepen-
diente de la fuente.

Esos topes máximos generales están discriminados dependiendo de dos asuntos:

• La clase de contaminante.

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• El lapso de exposición de las personas a ese contaminante.

Los contaminantes del aire según la norma son los siguientes: el dióxido de azufre
(SO2), el dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono (O3), el monóxido de carbono (CO) y el
material particulado.

Este último es el de mayor atención en la actualidad pues ha generado los peores


episodios críticos de calidad del aire en ciudades como Bogotá o Medellín. Por material
particulado se entiende a esas partículas suspendidas en el aire que pueden llegar a ser
inhaladas. Esas partículas son diminutas, de 10 micrómetros (MP 10), que pueden llegar
hasta los pulmones, o, incluso más diminutas, de hasta 2,5 micrómetros, que pueden
llegar hasta el torrente sanguíneo.

De otro lado, la norma distingue lapsos para fijar los topes máximos permitidos. Se
habla entonces de límites de exposición diarios, anuales e, incluso, para algunos conta-
minantes, límites de exposición por horas.

Esos límites de contaminación al aire para cada uno de los compuestos, expresados en
micrómetros por metro cúbico, y sus intervalos de tiempo, se pueden comprender mejor
con la siguiente tabla.

Límite máximo Tiempo de


Contaminante Unidad
permisible exposición
100 Anual
PST μg/m3
300 24 horas
50 Anual
PM10 μg/m3
100 24 horas
25 Anual
PM25 μg/m3
50 24 horas
80 Anual
SO2 μg/m3 250 24 horas
750 3 horas
100 Anual
NO2 μg/m3 150 24 horas
200 1 hora
80 (0,041 ppm) 8 horas
O3 μg/m3
120 (0,061 ppm) 1 hora
10.000 8 horas
CO μg/m3
40,000 1 hora
Tabla 2. Niveles máximos permisibles de contaminantes al aire.
Fuente: Resolución 2254 del 1 de noviembre de 2017 del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

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Ahora bien, la norma también permite que esos límites máximos, que se imponen de
manera nacional, puedan ser modificados por parte de las autoridades regionales; úni-
camente para ser más rigurosos y no más laxos. Ello, porque en ocasiones puede que un
lugar en específico necesite de niveles más restrictivos que los de la norma nacional, dado
que tiene particularidades, por ejemplo, climatológicas, que agraven la contaminación
del aire. Es el caso de la ciudad de Medellín, Antioquia, que, por estar localizada en un
valle estrecho y emparedado por grandes montañas, genera un fenómeno meteorológico
conocido como la inversión térmica, que agrava la situación de su mala calidad de aire
y demanda límites y herramientas jurídicas más restrictivas que los que trae la norma
nacional.

Finalmente, la norma trae dos herramientas para tratar esos sucesos de contamina-
ción, dependiendo, básicamente, de la regularidad con la que se presente ese suceso.

Se debe entonces distinguir si el suceso de contaminación


es episódico, esto es, temporal, atípico, impredecible y
pasajero, o si, caso contrario, se trata de un suceso crónico,
eso es, continuo, regular y con una presencia predecible.

Cuando se trata de un suceso meramente episódico, la norma habla de atender a la


declaración de los niveles de prevención, alerta y emergencia, y tomar ciertas medidas
temporales para cada uno de ellos, como la suspensión de chimeneas y la restricción de
vehículos en ciertos horarios. Dichos niveles se definen en el Decreto 948 de 1995, com-
pilado en el Decreto 1076 de 2016 así:

Tipo de nivel a declarar Descripción


Es aquel en el cual la concentración de contaminantes en el aire
y su tiempo de exposición o duración son tales, que no se produ-
Nivel normal (Nivel I). cen efectos nocivos, directos ni indirectos, en el medioambiente
o la salud humana
Es aquél que se presenta cuando las concentraciones de los
contaminantes en el aire y su tiempo de exposición o dura-
ción causan efectos adversos y manifiestos, aunque leves,
en la salud humana o en el medioambiente tales como
Nivel de prevención (Nivel II): irritación de las mucosas, alergias, enfermedades leves de
las vías respiratorias, o efectos dañinos en las plantas, dis-
minución de la visibilidad u otros efectos nocivos evidentes.
Es aquel que se presenta cuando la concentración de con-
taminantes en el aire y su duración o tiempo de exposición
puede causar alteraciones manifiestas en el medioam-
biente o la salud humana y, en especial, alteraciones de
Nivel de alerta (Nivel III) algunas funciones fisiológicas vitales, enfermedades cró-
nicas en organismos vivos y reducción de la expectativa de
vida de la población expuesta.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 10


Es aquel que se presenta cuando la concentración de con-
taminantes en el aire y su tiempo de exposición o duración
puede causar enfermedades agudas o graves u ocasionar
Nivel de emergencia (Nivel IV) la muerte de organismos vivos, y en especial de los seres
humanos
Tabla 3. Niveles Decreto 1076 de 2016
Fuente: propia

En el otro evento, cuando el suceso de contaminación ya se ha vuelto crónico, esto es,


lo que se mantiene en el tiempo, o que llega siempre con regularidad, la norma ordena
el tener que buscar las zonas que se deben declarar área fuente.

El área fuente se define como: “una determinada zona o región, urbana, suburbana o rural, que,
por albergar múltiples fuentes fijas de emisión, es considerada como un área especialmente
generadora de sustancias contaminantes del aire”, según el Decreto 948 de 1995, compilado en
el Decreto 1076 de 2015.

Cuando se declara un área fuente se pueden tomar medidas definitivas como adoptar
niveles de contaminación más restrictivos que los nacionales y restringir los permisos de
emisiones y la circulación de cierto parque automotor. Las varias clases de áreas fuente
y las medidas que trae el Decreto que se pueden sintetizar así:

Clase Descripción Medidas a tomar


Restringir emisiones. Medidas
Excede la norma anual en
Clase I. Áreas de contaminación alta tomadas se extienden hasta
75 % de los casos
por 10 años.
Clase II. Áreas de contaminación Excede la norma anual entre Restringir emisiones. Medidas
media 50 % y 75 % de los casos. se extienden hasta por 5 años.
Controlar emisiones y reducir
Clase III. Áreas de contaminación Excede la norma anual entre
niveles. Medidas hasta por 3
baja. 25 % y 50 % de los casos
años
Clase IV. Áreas de contaminación Excede la norma anual entre Reducir o mantener estables
marginal. 10% y 25 % de los casos. los niveles.

Tabla 4. Distintas clases de áreas fuentes


Fuente: elaboración propia

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La contaminación auditiva

Figura 3. Contaminación por ruido


Fuente: Freepik/1018442

La Resolución 8321 de 1983, del Ministerio de Salud, vigente todavía, consagra que se
entiende por “contaminación por ruido: cualquier emisión de sonido que afecte adver-
samente la salud o seguridad de los seres humanos, la propiedad o el disfrute de esta”.
Así mismo, consagra unos niveles permitidos de presión sonora, expresados en decibeles,
y diferenciando cuatro clases de zonas receptoras, así como dos tipos de horarios; ello se
puede entender en la siguiente tabla.

Periodo diurno Periodo nocturno


Zonas receptoras
7:01 a. m. - 9:00 p. m. 9:01 a. m. - 7:00 p. m.
Zona I Residencial 65 decibeles 45 decibeles
Zona II Comercial 70 decibeles 60 decibeles
Zona III Industrial 70 decibeles 75 decibeles
Zona IV de Tranquilidad 45 decibeles 45 decibeles

Tabla 5. Niveles permitidos de presión sonora


Fuente: Resolución 8321 de 1983 del Ministerio de Salud.

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De igual manera, la misma Resolución consagró también los niveles máximos de ruido,
permitidos para vehículos:

Tipo de vehículo Nivel sonoro dB (A)

Menos de 12 toneladas 83
De 2 a 5 toneladas 85
Más de 5 toneladas 92
Motocicletas 86 dB (A)
Tabla 6. Niveles máximos de ruido
Fuente: Resolución 8321 de 1983, del Ministerio de Salud.


El nivel de detalle fue tal, que dicha resolución llega a consagrar lo siguiente:

Artículo 32. Ninguna persona accionará o permitirá hacer sonar bocinas y sire-


nas de cualquier vehículo de motor en las vías públicas o en predios originadores
de sonido innecesariamente, excepto como una señal de peligro o en casos de
emergencia definidos en esta resolución.

Lo que además va en armonía con lo contemplado en el Decreto 948 de 1995, compi-


lado en el Decreto 1076 de 2015:

Artículo 59º.- Claxon o Bocina y Ruido en Vehículos de Servicio Público. El uso


del claxon o bocina por toda clase de vehículos estará restringido, conforme a
las normas que al efecto expidan las autoridades competentes.

Los vehículos del servicio público de transporte de pasajeros, tales como buses
y taxis, no podrán mantener encendidos equipos de transmisiones radiales o
televisivas que trascienden al área de pasajeros, a volúmenes que superen el nivel
de inteligibilidad del habla. Las autoridades ambientales establecerán normas
sobre localización de altoparlantes en esta clase de vehículos y máximos decibeles
permitidos.

Y para actividades de comercio, la Ley 1801 de 2016, señala en su artículo 87 que:


... es obligatorio para el ejercicio del comercio que los establecimientos abiertos
al público reúnan los siguientes requisitos: ... Cumplir con todas las normas re-
ferentes al uso del suelo, intensidad auditiva, horario, ubicación y destinación
expedida por la autoridad competente del respectivo municipio.

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Y de otro lado, el artículo 15 del Decreto 948 de 1995, compilado en el Decreto 1076 de
2015, también trae su propia zonificación para establecer los límites de ruido permisibles.


Sectores A. (Tranquilidad y Silencio), áreas urbanas donde estén situados hospi-
tales, guarderías, bibliotecas, sanatorios y hogares geriátricos.

• Sectores B. (Tranquilidad y Ruido Moderado), zonas residenciales o exclusiva-


mente destinadas para desarrollo habitacional, parques en zonas urbanas, escue-
las, universidades y colegios.

• Sectores C. (Ruido Intermedio Restringido), zonas con usos permitidos industria-


les y comerciales, oficinas, uso institucional y otros usos relacionados.

• Sectores D. (Zona Suburbana o Rural de Tranquilidad y Ruido Moderado), áreas


rurales habitadas destinadas a la explotación agropecuaria, o zonas residenciales
suburbanas y zonas de recreación y descanso.

De esa forma, la Resolución 627 de 2006, del Ministerio del Ambiente, fijó sus topes de
emisión de ruido ambiental, de la siguiente manera:

Estándares máximos permisibles de


Sector Subsector niveles de emisión de ruido en dB(A)
Día Noche
Sector A. Tranquili- Hospitales, bibliotecas, guarderías, sana-
55 50
dad y Silencio torios, hogares geriátricos.
Zonas residenciales o exclusivamente
destinadas para desarrollo habitacional,
hotelería y hospedaje.
Sector B. Tran-
quilidad y Ruido Universidades, colegios, escuelas, centros 65 55
Moderado de estudio e investigación.
Parques en zonas urbanas diferentes a
los parques mecánicos al aire libre.
Zonas con usos permitidos industria-
Sector C. Ruido
les, como industrias en general, zonas
Intermedio 75 75
portuarias, parques industriales, zonas
Restringido
francas.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 14


Zonas con usos permitidos comerciales,
como centros comerciales, almacenes,
locales o instalaciones de tipo comercial,
talleres de mecánica automotriz e indus- 70 60
trial, centros deportivos y recreativos,
gimnasios, restaurantes, bares, tabernas,
discotecas, bingos, casinos.
Zonas con usos permitidos de oficinas.
65 55
Zonas con usos institucionales.
Zonas con otros usos relacionados, como
parques mecánicos al aire libre, áreas
80 75
destinadas a espectáculos públicos al
aire libre.
Residencial suburbana.
Sector D. Zona
Rural habitada destinada a explotación
Suburbana o Rural
agropecuaria. 55 50
de Tranquilidad y
Ruido Moderado Zonas de recreación y descanso, como
parques y reservas naturales
Tabla 7. Estándares máximos permisibles de niveles de emisión de ruido expresados en decibeles DB(A)
Fuente: Alcaldía Mayor de Bogotá.

Finalmente, se debe reseñar la Sentencia T-099 de 2016, donde se habla de la conta-


minación auditiva como una vulneración al derecho fundamental a la tranquilidad, que
es solo una derivación de la intimidad, según la Corte Constitucional. Allí se resaltó que es
función de las autoridades ambientales, pero también de las autoridades municipales, a
través de sus funciones de policía, el velar por el cumplimiento de las normas sobre ruido.

Los olores ofensivos

Figura 4. Mal olor


Fuente: Freepik/2361588

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 15


La Resolución 1541 de 2013 del Ministerio del Ambiente instauró los límites permisibles
para las sustancias generadoras de olores ofensivos en el aire. También consagró el pro-
cedimiento para atender las quejas por esta clase de olores y las entidades encargadas
de investigar y sancionar. A su vez, trajo un listado de actividades generadoras de olores
ofensivos que necesitan controlarse, y las sustancias químicas que generan.

Actividad Sustancia
Procesamiento y conservación de carne, pescado,
Azufre Total Reducido (TRS)
crustáceos y moluscos.
Sulfuro de hidrógeno (H2S) Amoniaco
Fabricación de productos de la refinación del petróleo.
(NH3)
Fabricación de pulpas (pastas) celulósicas; papel y
Azufre Total Reducido (TRS)
cartón.
Curtido y recurtido de cuero; recurtido y teñido de Sulfuro de hidrógeno (H2S) Amoniaco
pieles. (NH3)
Tratamiento y disposición de desechos no peligrosos y Sulfuro de hidrógeno (H2S) Amoniaco
estaciones de transferencia. (NH3)
Planta de tratamiento de aguas residuales. Sulfuro de hidrógeno (H2S)
Actividades que capten agua de cuerpos de agua
Sulfuro de hidrógeno (H2S)
receptores de vertimientos.
Sulfuro de hidrógeno (H2S) Amoniaco
Tratamiento térmico de subproductos de animales.
(NH3)
Sulfuro de hidrógeno (H2S) Amoniaco
Unidad de producción pecuaria.
(NH3)
Sulfuro de hidrógeno (H2S) Amoniaco
Otras actividades
(NH3)
Tabla 9. Sustancias de olores ofensivos por actividad.
Fuente: Resolución 1541 de 2013 del Ministerio del Ambiente.

Finalmente, la misma norma consagra que estas actividades deben contar con un
Plan de Reducción de Impacto por Olores Ofensivos (PRIO), que debe ser exigido y moni-
toreado por la autoridad ambiental, quien puede suspender la actividad si no se cuenta
con el mismo.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 16


El agua

Figura 5. Agua
Fuente: Freepik/1101025

El agua cubre el 75 % de la superficie del planeta. Se encuentra en varios estados


-líquida, sólida, evaporada- y presentaciones -nieve, granizo, niebla-. Es la base de la


vida y de la mayoría de las actividades. Según proyecciones hechas por Andaluz (2006):

Una persona necesita aproximadamente 50 litros de agua diariamente para


cubrir sus necesidades básicas (comida, bebida, higiene y saneamiento). Mien-
tras que la actividad agraria es la que más recurso hídrico demanda, pues se
necesitan 15 metros cúbicos para producir un kilo de carne y tres para un kilo de
cereales.

Se le pueden sumar cálculos esgrimidos por nuestra Corte Constitucional, que


afirma que se necesitan 17 litros de agua para producir un solo grano de café y 477
litros para producir un gramo de oro (Corte Constitucional, 2016).

Aunque existe una cantidad de agua fija en la Tierra, se lo considera un recurso reno-
vable porque participa del ciclo hídrico, el que, de no interrumpirse, permite gozar del
recurso indefinidamente. El ciclo del agua es impulsado por la evaporación solar, así
la humedad sale de la superficie de la tierra hacia la atmósfera y vuelve en forma de
lluvia, nieve, granizo, garúa, etc. Cuando el agua vuelve a la tierra una parte se evapora
inmediatamente, otra se escurre hacia riachuelos, ríos, represas, lagos o los océanos; otra

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 17


parte se deposita en los nevados; otra cantidad va al suelo manteniéndose allí (hume-
dad del suelo) o se infiltra formando la capa freática (mantos acuíferos). Una cantidad
importante es absorbida por las plantas y es transpirada luego por las hojas volviendo
de nuevo al aire.

Figura 6. Ciclo del agua


Fuente: Freepik/6907482

Colombia es una sociedad hídrica: arterias fluviales en todo el territorio, dos océanos,
la mitad de los páramos del mundo, grandes reservas de acuíferos subterráneos y más de
la mitad de su territorio susceptible de ser humedal o manglar. Paradójicamente, nunca
ha habido en el país un ordenamiento del territorio en torno al agua. Todo lo contrario,
se suele ignorar el factor del agua, lo que genera grandes traumas posteriores. Para
hacerse a una idea: “Más del 80 % de las cabeceras municipales se abastece de fuentes
pequeñas (arroyos, quebradas, riachuelos) con bajas condiciones de regulación y alta
vulnerabilidad” (Ministerio del Ambiente, 2010). Ello, sumado a las “frecuentes inunda-
ciones o sequías que disminuyen la oferta del recurso hídrico, especialmente en época
de influencia de los fenómenos de El Niño y de La Niña, respectivamente” (Ministerio del
Ambiente, 2010).

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 18


Existe en el país una Política Nacional para la Gestión Integral del Recurso Hídrico,
formulada por el Ministerio del Ambiente. Allí se trazaron seis objetivos en el manejo del
recurso del agua, que tocan los temas de: la oferta, la demanda, la calidad, el riesgo, el
fortalecimiento institucional y la gobernabilidad. De allí se transcribe el siguiente esquema
de compilado normativo sobre el agua, veamos.

Norma Número Año Epígrafe


Plantea la necesidad de proteger los recursos naturales, fija límites
mínimos de contaminación y establece sanciones por violación de las
Ley 23 1973
normas. Se faculta al Presidente de la República para expedir el Código
de los Recursos Naturales y de Protección al Medio Ambiente.
Decreto Por el cual se dicta el Código Nacional de Recursos Naturales Renovables
2811 1974
Ley y de Protección al Medio Ambiente.

Por el cual se reglamentan parcialmente el inciso 1 del numeral 5 del artí-


Decreto 1449* 1977 culo 56 de la Ley 135 de 1961 y el Decreto Ley 2811 de 1974, parcialmente
derogado en la Ley 79 de 1986. Ley 373 de 1997 y el decreto 1791 de 1996.
Por medio de la cual se dictan normas sobre mar territorial, zona econó-
Ley 10 1978
mica exclusiva, plataforma continental, y se dictan otras disposiciones.
Por el cual se reglamenta la Parte III del Libro II del Decreto - Ley 2811
Decreto 1541* 1978
de 1974: “De las aguas no marítimas” y parcialmente la Ley 23 de 1973.
Por el cual se dictan normas sobre la prevención de la contaminación
Decreto 1875 1979
del medio marino y se dictan otras disposiciones.
Por el cual se reglamenta parcialmente el Título I de la Ley 9 de 1979,
al igual que el Capítulo II del Título VI - Parte III- Libro II y el Título III de
Decreto 1594* 1984
la Parte III - Libro I- del Decreto - Ley 2811 de 1974 en cuanto a usos del
agua y residuos líquidos.
Por la cual se crea el Ministerio del Medio Ambiente, se reordena el sector
público encargado de la gestión y conservación del medio ambiente y los
Ley 1875 1993 recursos naturales renovables, se organiza el Sistema Nacional
Ambiental—SIMA- y se dictan otras disposiciones.
Por la cual se organiza la Corporación Autónoma Regional del Río Grande
Ley 161 1994 de La Magdalena, se determinan sus fuentes de financiación y se dictan
otras disposiciones.
Por el cual se reglamenta parcialmente el Sistema Nacional Ambiental
Decreto 1600* 1994 -SINA- en relación con los Sistemas Nacionales de Investigación Ambien-
tal y de Información Ambiental.
Decreto 1933* 1994 Por el cual se reglamenta el artículo 45 de la Ley 99 de 1993.
Por la cual se establece el programa para el uso eficiente y ahorro del
Ley 373 1997
agua.
Tabla 8. Normas sobre el agua
Fuente: Ministerio del Medio Ambiente.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 19


El agua como recurso a abastecer

Es de mencionar que el acceso al agua es un derecho fundamental, según los tra-


tados internacionales suscritos por Colombia y la Sentencia T-740 de 2011 de la Corte
Constitucional.


El Decreto 1640 de 2012, define la cuenca así:

el área de aguas superficiales o subterráneas que vierten a una red hidrográfica


natural con uno o varios cauces naturales, de caudal continuo o intermitente,
que confluyen en un curso mayor que, a su vez, puede desembocar en un río
principal, en un depósito natural de aguas, en un pantano o directamente en el
mar.

La obligación para que las entidades territoriales adquieran, bajo cualquier título,
los predios donde existen nacimientos de agua o sean importantes para el cuidado
de las fuentes hídricas.

Esto es una clara obligación legal que obliga a las CAR y los municipios a tomar
acciones para ubicar esos predios necesarios para el cuidado del agua y garantizar su
manejo haciéndose a su propiedad y declarándose de utilidad pública. Así se consagra
en el Código de recursos naturales, artículo 69, literal c; en la Ley 99 de 1993, artículo
107; en la Ley 373 de 1997, artículo 16; y, más recientemente, se ratificó en la Ley 1753
de 2015, que modificó a su vez el artículo 108 de la Ley 99, donde además se dijo que
la adquisición de esos predios de interés para el cuidado del agua se debe hacer con la
activa participación de la sociedad civil.

Para que no cupieran dudas al respecto, el artículo 111 de la Ley 99, de 1993, también
fue modificado en los siguientes términos:


Artículo 111º.- Adquisición de Áreas de Interés para Acueductos Municipales. De-
clárense de interés público las áreas de importancia estratégica para la conser-
vación de recursos hídricos que surten de agua los acueductos municipales y
distritales.

Los departamentos y municipios dedicarán durante quince años un porcentaje


no inferior al 1 % de sus ingresos, de tal forma que antes de concluido tal período,
haya adquirido dichas zonas.

La administración de estas zonas corresponderá al respectivo distrito o municipio


en forma conjunta con la respectiva Corporación Autónoma Regional y con la
opcional participación de la sociedad civil.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 20


Los Pomca y los PMA para el recurso del agua

El primer instrumento de ordenación en torno al agua son los Programas de Ordenación


y Manejo de la Cuenca (Pomca), creados mediante el Decreto 1729 de 2002, y cuyos cri-
terios de estructuración se dan en el Decreto 1640 de 2012, compilado en el Decreto 1076
de 2015. Para su diseño y ejecución, se tiene también un órgano de participación de la
ciudadanía, denominado el Consejo de la Cuenca, cuya conformación y funcionamiento
está reglamentada en la Resolución 509 de 2013, del Ministerio del Ambiente.

Este instrumento se debe aplicar para las grandes cuencas susceptibles de ordenación.
En la actualidad en el país hay más de 400 Pomca ya diseñados y en ejecución.

Así mismo, para las microcuencas y las aguas subterráneas, ubicadas en sitios donde
no hay un plan de ordenación, la norma exige que cuenten con un plan de manejo
ambiental. Existen guías técnicas de muchas autoridades ambientales que indican los
pasos para la formulación de los Pomca y de los planes de manejo ambiental para las
microcuencas.

La planificación estratégica y el monitoreo

Figura 7. Monitoreo de cuentas


Fuente. Ministerio del Ambiente (2010)

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 21


Estos instrumentos se reservan para las cuencas de especial importancia y se realizan
por el Ministerio del Ambiente y el Ideam. En la actualidad, hay cinco cuencas de mayor
relevancia que son objeto de planificación estratégica y 41 zonas geográficas a las que
se les impuso deberes de monitoreo. La siguiente figura ilustra mejor las diversas clases
de cuencas y los instrumentos de gestión con los que se les trata.

La tasa de utilización de aguas

Otro instrumento de gestión al recurso natural del agua es la tasa por utilización de
agua, que se entiende como una carga tributaria que un usuario debe pagar por la utili-
zación de un cuerpo de agua natural para abastecerse en grandes cantidades. El recaudo
de dicho tributo se debe reinvertir en el cuidado de la cuenca. Esta tasa ambiental se
encuentra regulada en los artículos 42 y 43 de la Ley 99 de 1993, y ha sido reglamentada
por el Decreto 3100 de 2003, modificado por el 3440 de 2004 y por el Decreto 2667 de
2012. A su vez, se han expedido las Resoluciones 1433 de 2004 y 2145 de 2005 por parte
del Ministerio del Ambiente.

El agua como receptor de desechos

La norma también considera al agua, ya no como recurso a abastecer, sino como


receptor de actividades contaminantes por el ser humano. Y desde este punto de vista
entonces, las aguas se clasifican en dos clases:

Aguas que no admiten vertimientos

Según los Decretos 1541 de 1978 y 3930 de 2010, compilados en


el Decreto 1076 de 2015, los sitios donde no se admiten vertimientos Vertimiento
a las aguas son los siguientes: Todas las descargas puntua-
les o no puntuales, directas
o indirectas, que se hagan
• En las cabeceras de las fuentes de agua. de un acuífero que ha sido
usado.

• En acuíferos.

• En los cuerpos de aguas o aguas costeras destinadas para recreación y usos afines.

• En un sector aguas arriba de las bocatomas para agua potable.

• En cuerpos de agua que la autoridad ambiental competente declare total o par-


cialmente protegidos.

• En calles, calzadas y canales o sistemas de alcantarillado para aguas lluvias, cuan-


do quiera que existan en forma separada o tengan esta única destinación.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 22


Aguas que admiten vertimientos

A su vez, las aguas que sí admiten vertimientos tienen también varios instrumentos
de gestión de la norma, que se exponen a continuación.

Los permisos de vertimientos. Un permiso de vertimiento es una autorización


dada por la autoridad ambiental para verter compuestos en un cuerpo de agua,
condicionado a que haya un tratamiento que garantice que bajo varios parámetros
el agente contaminante puede remover entre el 80 % y el 99 % de la carga conta-
minante generada en el agua.

Vertimiento es a su vez toda descarga puntual o no puntual, directa o indirecta, que


se haga de un acuífero usado. Así mismo, el artículo 41 del mismo Decreto 3930 de 2010,
consagró lo siguiente:


Artículo 41.  Requerimiento de permiso de vertimiento. Toda persona natural
o jurídica cuya actividad o servicio genere vertimientos a las aguas superficia-
les, marinas o al suelo, deberá solicitar y tramitar ante la autoridad ambiental
competente el respectivo permiso de vertimientos.

 Parágrafo 1°. Se exceptúa del permiso de vertimiento a los usuarios y/o suscrip-
tores que estén conectados a un sistema de alcantarillado público.

Los permisos de vertimientos los otorgan las CAR, y su desacato e incumplimiento


acarrea la suspensión de la actividad contaminante y una sanción ambiental.

 Para sanear dudas al respecto, el Ministerio del Medio Ambiente promulgó la Reso-
lución 631 de 2015, donde se cambió la metodología de medición de la calidad del agua
vertida, estableciendo que, en adelante, el control se seguirá realizando a partir de la
medición de la cantidad de sustancias descargadas, y no del proceso de tratamiento,
pasando al estándar de medición mg/L, y dejando el de kg/día, como se venía haciendo.
Dicha Resolución trae el anexo 2, detallando todas las actividades industriales, comer-
ciales o de servicios, objeto de control por vertimientos.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 23


Figura 8. Vertimiento
Fuente: http://ambientebogota.gov.co/vertimientos

Adicionalmente, a través de la Resolución 883 de 2018, el Ministerio del Medio Ambiente


estableció los parámetros y valores límites máximos permisibles en los vertimientos pun-
tuales a cuerpos de aguas marinas, con lo que se busca controlar las sustancias conta-
minantes presentes en las aguas residuales domésticas, industriales, comerciales o de
servicios de cualquier sector productivo, cuya descarga sea realizada en aguas marinas.

Así mismo, a través de la Ley 1955 de 2019, por medio de la cual se expide el Plan
Nacional de Desarrollo (PND) 2018-2022 “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad”, se
precisa que ya no será necesario obtener permiso de vertimientos en los casos en los que
los usuarios comerciales, industriales, oficiales y especiales, realicen sus vertimientos de
aguas residuales no domésticas en la red pública de alcantarillado. Lo que supone que los
usuarios conectados a la red pública de alcantarillado deben continuar cumpliendo con
los parámetros y valores máximos permisibles que le son exigibles de acuerdo con su acti-
vidad, pero no estarán obligados a obtener un permiso de vertimientos al alcantarillado.

La tasa retributiva para las descargas de agua

La misma Resolución 631 de 2015 obliga al pago de una tasa ambiental retributiva por
el servicio de utilizar el cuerpo de agua como receptor de vertimiento. La cual debe liqui-
darse y cobrarse por la autoridad ambiental. Esta es otra clase de tasa como la explicada
más arriba, donde se impone una carga tributaria a quien descargue contaminantes
en un cuerpo de agua de manera directa. Cuando se vierte al alcantarillado, la entidad
prestadora del servicio es quien la debe pagar. Estas tasas se encuentran reguladas en
el artículo 42 de la Ley 99 de 1993.

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 24


El agua como sujeto de derechos

Figura 9. Río Bogotá


Fuente: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/4/47/RioBogotaBrice%C3%B1o.JP-
G/1200px-RioBogotaBrice%C3%B1o.JPG

Finalmente, no se puede finalizar este módulo dedicado al agua, sin mencionar dos
fallos judiciales de suma trascendencia, dado que obligaron a replantear todo el tra-
tamiento jurídico que se le venía dando a los ríos. Esos fallos son, en primer lugar, la
sentencia del Consejo de Estado sobre la problemática del río Bogotá, y la más reciente
sentencia de la Corte Constitucional sobre el río Atrato. Ambas aportaron nuevas luces
sobre el régimen de protección jurídica que se debe tejer en torno al agua, y plantearon
una serie de tesis novedosas que se pueden resumir en las siguientes.

1. La idea de que el río es un sistema complejo y articulado con muchos otros eco-
sistemas, y que su tratamiento entonces debe ser integral, dado que, además,
posee el derecho a la restauración por sí solo, y no por la relación que tenga con
las actividades humanas.

En la sentencia sobre el río Bogotá se habló de la necesidad de tratarse al río, no


solo como un cuerpo de agua aislado, sino como un sistema hídrico integrado por
muchos subsistemas, donde cada subsistema tiene un contexto diferente, carac-
terizado por factores físicos, bióticos y socioeconómicos, y la solución entonces a

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 25


esos problemas diferentes, debe ser articulada, donde cada uno de esos contextos
debe confluir a un manejo integral de la problemática general del río.


Y en la sentencia sobre el río Atrato, la Corte con toda claridad afirmó:

RECONOCER al río Atrato, su cuenca y afluentes como una entidad sujeta de


derechos a la protección, conservación, mantenimiento y restauración...

En consecuencia, la Corte ordenará al Gobierno nacional que ejerza la tutoría


y representación legal de los derechos del río (a través de la institución que el
Presidente de la República designe, que bien podría ser el Ministerio de Ambiente)
en conjunto con las comunidades étnicas que habitan en la cuenca del río Atrato
en Chocó; de esta forma, el río Atrato y su cuenca en adelante estarán repre-
sentados por un miembro de las comunidades accionantes y un delegado del
Gobierno colombiano, quienes serán los guardianes del río (Corte Constitucional,
Sentencia T-622 de 2016).

2. Desestima la idea falsa de que, tratándose de ecosistemas con un grado de con-


taminación tan generalizado −que obedece a un factor de concentración, donde
la degradación se da por agentes difusos y no se puede saber a ciencia cierta
quién contamina y qué grado, dado que todos los hacen desde distintas posturas−
no se puede hacer nada ni buscar responsabilidades individuales.

Figura 10. Río Atrato


Fuente: https://m.eltiempo.com/files/image_640_428/uploads/2018/10/12/5bc12aa4ddbef.jpeg

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 26


¿Quién puede ser el culpable de la contaminación del río Bogotá y del río Atrato? Todos
con distintas medidas. Sin embargo, estas sentencias dejaron claro que eso no es excusa
para la parálisis judicial. Y que todos deben asumir la culpa que les corresponde, aún si
han contaminado un río que ya estaba contaminado. La solución que ambas sentencias
encontraron fue declarar responsables a todos los involucrados y a todos imponerles una
carga que deben cumplir con sus distintas posturas.

Así, por ejemplo, la sentencia del río Bogotá, a la hora de declarar responsabilidades,


afirmó:

Declárense responsables de la catástrofe ambiental, ecológica y económico-so-


cial de la cuenca hidrográfica del río Bogotá y de la contaminación de los ríos y
quebradas afluentes del primero y de que dan cuenta las demandas, por acción
a todos los habitantes e industrias de la cuenca que desde hace no menos de
treinta años han venido realizando sus vertimientos domésticos e industriales,
además de las malas prácticas agropecuarias y de disposición de residuos só-
lidos, entre otras, todos ellos como actores difusos, por omisión a la nación -
Ministerio de minas y energía - Ministerio del Ambiente y desarrollo sostenible,
Ministerio vivienda, ciudad y territorio, Ministerio de salud y protección social,
Ministerio del trabajo, Ministerio de agricultura y desarrollo rural, a la Corpo-
ración autónoma regional de Cundinamarca, - car, al Departamento de Cun-
dinamarca, al Distrito capital de Bogotá, y todos los municipios aferentes a la
cuenca (Consejo de estado, Sentencia del 28 de marzo de 2014).

Y la sentencia del río Atrato hizo lo mismo:


DECLARAR la existencia de una grave vulneración de los derechos fundamenta-
les a la vida, a la salud, al agua, a la seguridad alimentaria, al medioambiente
sano, a la cultura y al territorio de las comunidades étnicas que habitan la cuen-
ca del río Atrato y sus afluentes, imputable a las entidades del Estado colom-
biano accionadas (Presidencia de la República, Ministerio de Interior, Ministerio
de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Ministerio de Minas y Energía, Ministerio
de Defensa Nacional, Ministerio de Salud y Protección Social, Ministerio de Agri-
cultura, Departamento para la Prosperidad Social, Departamento Nacional de
Planeación, Agencia Nacional de Minería, Agencia Nacional de Licencias Am-
bientales, Instituto Nacional de Salud, Departamentos de Chocó y Antioquia,
Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó -Co-
dechocó-, Corporación para el Desarrollo Sostenible del Urabá -Corpourabá-,
Policía Nacional – Unidad contra la Minería Ilegal, y los municipios de Acandí,
Bojayá, Lloró, Medio Atrato, Riosucio, Quibdó, Río Quito, Unguía, Carmen del
Darién, Bagadó, Carmen de Atrato y Yuto -Chocó-, y Murindó, Vigía del Fuerte
y Turbo -Antioquia-), por su conducta omisiva al no proveer una respuesta ins-

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 27


titucional idónea, articulada, coordinada y efectiva para enfrentar los múltiples
problemas históricos, socioculturales, ambientales y humanitarios que aquejan
a la región y que en los últimos años se han visto agravados por la realización de
actividades intensivas de minería ilegal (Corte Constitucional, Sentencia T-622
de 2016).

3. Plantean la idea de que la solución para salvar estos ecosistemas hídricos no


consiste en una orden judicial de aplicación inmediata. Dado que, en materia
de derecho ambiental, las órdenes judiciales inmediatas que mandan una orden
de cumplimiento inmediato son ineficaces. No serviría de nada que los jueces en la
sentencia ordenaran “no contaminar más” al río Bogotá o al río Atrato; pues esto
involucra todo un sinnúmero de acciones y cambios que son imposibles de lograr
de la noche a la mañana.

Lo que funciona en estos casos para de verdad ser eficaces, es que los jueces dejen las
órdenes inmediatas y, en cambio, procedan a dar “órdenes complejas” de aplicación gra-
dual y diferibles en el tiempo, cuyo cumplimiento se deba estar siguiendo y monitoreando,
y donde el juez se vuelva una especie de auditor que constantemente está vigilando los
avances del acatamiento de su orden.

Por eso la sentencia sobre el río Bogotá, ordena a muchas autoridades públicas y
privadas el tener que diseñar un plan de descontaminación a largo plazo para el río,
que puede llegar hasta a 20 años, donde se elaboren cronogramas y planes de acción
a seguir, con cumplimientos parciales que se logran a partir de ejecuciones graduales
en el tiempo. Y donde cada cierto tiempo se celebren audiencias de seguimiento en las
que el juez evalúe los avances en ese plan de descontaminación del río y castigue a los
responsables que se rezaguen en las acciones ordenadas.

Exactamente lo mismo se ordenó en el caso del río Atrato, donde se pidió elaborar:


un plan para descontaminar las fuentes hídricas del Chocó, comenzando por la
cuenca del río Atrato y sus afluentes, los territorios ribereños, recuperar sus eco-
sistemas y evitar daños adicionales al ambiente en la región. Este plan incluirá
medidas como: (i) el restablecimiento del cauce del río Atrato, (ii) la eliminación
de los bancos de área formados por las actividades mineras y (iii) la reforesta-
ción de zonas afectadas por minería legal e ilegal. Adicionalmente, este plan
incluirá una serie de indicadores claros que permitan medir su eficacia y deberá
diseñarse y ejecutarse de manera concertada (Corte Constitucional, Sentencia
T-622 de 2016).

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 28


Herramientas éticas

El gestor ambiental, además del ser y el conocer, como se vio, fundamenta su profesión
en el hacer. Sus tareas son eminentemente prácticas y sus actuaciones siempre tienen
como receptora a la comunidad. Pero su acción en la comunidad, ejecutada sin atender
los imperativos de la ética, se puede volver una llamada acción con daño. Como cuando
se justifican proyectos extractivistas en territorios étnicos sin atender a la cosmovisión
distinta que pueda manejar la comunidad receptora del mismo, lo que termina menos-
cabando sus creencias y culturas.

Por eso, para evitar las acciones con daño, toda ejecución dentro de la comunidad ha
de basarse en atender los valores de la prudencia, la transparencia y la pertinencia.

Figura 11. Herramientas éticas


Fuente. propia

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 29


Visitar página
Lo invitamos a visitar el siguiente enlace cuyo abordaje es
fundamental para las actividades de evaluación:

Biodiversidad como respuesta al cambio climático del Instituto


Alexander Von Humboldt

https://bit.ly/2QA1aDJ

Derecho ambiental y ética - eje 3 pongamos en práctica 30


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