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Nanorobots: El futuro en la lucha contra el cáncer

La Nanotecnología es una ciencia relativamente nueva que consiste en el diseño y manipulación de la materia a nivel de


átomos o moléculas, para ser aplicada entonces a muchos campos de la investigación, y uno de los más sobresalientes
es la Medicina.

La nanomedicina tiene como objetivos prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades, a través del desarrollo de
nanopartículas programadas para detectar la presencia de una patología o diseñadas para transportar fármacos al tejido
afectado.

El concepto de “combatir el cáncer” es muy amplio, ya que los métodos usados tradicionalmente en el tratamiento de
esta enfermedad, si bien pueden destruir células malignas, también eliminan por igual a las células que funcionan
correctamente, perjudicando al organismo. Es por esto que dentro del campo de la oncología, desde hace un tiempo los
investigadores se han planteado cómo desarrollar nanopartículas que permitieran rastrear, identificar y destruir
únicamente las células tumorales y cancerosas sin atacar las células normales del cuerpo.

Entonces, a los investigadores se les ocurrió una idea que podría funcionar: Bloquear el aporte de nutrientes hacia el
tumor. Esto lo logran inyectando en el torrente sanguíneo nanopartículas basadas en ADN que llevarán agentes
coagulantes (en este caso, trombina) a los vasos sanguíneos del tumor, induciendo la coagulación de la sangre en los
mismos. Si la sangre, encargada de transportar nutrientes y oxígeno a las células, no puede acceder al tumor, éste no
recibe refuerzos para llevar a cabo su metabolismo, provocando la muerte del tejido y la reducción del tamaño del
tumor.

Los nanorobots, formados de ADN, tienen la capacidad de plegarse y adquirir formas diversas, denominadas “Origami de
ADN”. Esta especial característica es la que les confiere a dichas estructuras la propiedad de contener fármacos o
agentes terapéuticos en su interior que pueden ser liberados cuando lleguen a su célula diana.

Además, para asegurar que los nanorobots ejercieran su función únicamente en los tumores, los investigadores
añadieron a la lámina de ADN unas moléculas denominadas aptámeros, que reconocen a la proteína nucleolina
producida por las células endoteliales de los tumores. Este reconocimiento sirve como interruptor de activación para los
nanorobots; es la señal que estos necesitan recibir para cumplir con su función.

Este tratamiento ha demostrado ser muy seguro y confiable, ya que no muestra signos de toxicidad o de que ocurra
alguna alteración indeseada a nivel genético. Además, por ser estructuras orgánicas, al terminar de realizar su función,
estas son degradadas o eliminadas por el organismo de forma natural.

A pesar de que esta idea se concibió hace varios años, el tratamiento permanece en estado de prueba y aún no ha sido
utilizada en humanos. Su desarrollo, hasta el momento, ha consistido en la experimentación con diversos animales,
desde insectos, hasta organismos cuyas características genéticas son muy similares a las de los humanos, como cerdos
Bama, ratones y otros mamíferos. También, los últimos años se han utilizado para comprobar la eficacia de este nuevo
método en el tratamiento de varios tipos de cáncer, como melanoma, cáncer de ovario, de pulmón, y el más
recientemente probado, cáncer de mama.

Cabe destacar que estas pruebas en animales han arrojado resultados exitosos y muy alentadores, ya que con el
perfeccionamiento de la técnica, se ha logrado no solo detener el avance del cáncer o el crecimiento de tumores, sino
que también ha erradicado casi por completo las células cancerosas. No existe duda de que con avances como este, la
Nanomedicina augura un futuro prometedor para la humanidad en la lucha contra el cáncer.

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