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EL MUNDO TEME A SU NUEVO ENEMIGO: COVID-2019, EL VILLANO INVISIBLE.

A finales del año 2019 e inicios del 2020, el brote de un nuevo virus cesó la calma de

Wuhan en la región de Hubei Sheng en China, conocido por ser una potencia económica,

financiera, política, educativa y de comercio del centro de este país asiático y que desde ese

entonces se convirtió en el epicentro de una enfermedad que circularía por todo el planeta.

Fue una situación muy compleja que desde un principio sorprendió a los médicos y

encargados de la salud de aquella región, puesto que su génesis no fue descubierta del todo y

hubo grandes confusiones razón por la cual se orientó el diagnóstico de pacientes con

patología respiratoria que llegaban a los diferentes centros de salud (que se sabe es propia de

este virus) a otras etiologías muy distintas a la real, lo que disparó de forma drástica el contagio

y transmisión de este patógeno. Se trata de un virus de la familia de los coronavirus

denominado SARS-CoV2, que produce la enfermedad  Corona Virus Disease 2019=COVID19

cuyo cuadro clínico y por ende una posible sospecha de ser portador/a de este virus se

caracteriza por presentar inicialmente tos seca, fiebre, disnea, y haber estado en alguno de los

lugares o regiones donde la enfermedad se encuentra activa (OMS, 2020), es decir es una

afección primordialmente respiratoria (insuficiencia respiratoria) que puede causar también

insuficiencia renal y hepática.

Desde su aparición, se consideró un brote epidemiológico desconocido, propiamente

nuevo del cual no se tenía bases de datos, más que de sus similares presentados años atrás

en las mismas regiones como lo son el SARS y el MERS, situación por la cual se consideró una

emergencia sanitaria en China y territorios vecinos que debido a su rápida propagación llegó a

convertirse en una epidemia que paralizó la región. El virus que inmediatamente se esparció

por la gran mayoría del territorio chino, empezó a traspasar fronteras, llegando primeramente a

países aledaños del mismo continente y luego, debido a que la transmisión se da fácilmente

por gotitas de flugge y contaminación de fómites y manos, se disparó por regiones muy lejanas

a su epicentro como lo son Europa (uno de los más afectados), América, África, pasando de
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ser una epidemia a convertirse en una de las pandemias más peligrosas dentro de los últimos

años.

El SARS-CoV2 ha causado 118459 muertes y más de 1,9 millones de contagios

alrededor del mundo (según la última actualización de la OMS: 13/04/2020) y son cifras que

seguirán aumentando en los próximos días. Se ha referido que no es sólo un problema de

salud que ha causado muchas pérdidas en cuanto a vidas se refiere, sino que también es una

barrera social que ha cambiado por completo la forma de vivir de las personas y su

comportamiento, además de los problemas que consigo conlleva la pérdida de salud de la

gente, por mencionar ejemplos, déficits económicos, financieros, políticos que afectan no sólo a

una región sino al mundo entero y que llevarán a una crisis muy grande a la cual deberemos

enfrentar y solventar aún estando con el enemigo al asecho, puesto que es una enfermedad

que no se irá fácilmente y con la cual tendremos que lidiar por mucho tiempo y más, si no se

cumplen las medidas de prevención y control que se han dispuesto alrededor de todo el planeta

como el aislamiento social, cierre de fronteras y espacios de comercio nacionales e

internacionales que de una buena forma han ayudado a contener el brote y evitar un

holocausto mundial.

Expertos afirman que la vida después del nuevo coronavirus ya no será la misma que

antes; habrán algunos que ya no estarán con nosotros y otros que buscarán de forma más

sigilosa y preventiva subsistir ante el nuevo mundo político y económico que aparecerá y

también con las nuevas reformas que se plantearán para lidiar con las consecuencias que

dejará esta enfermedad, una enfermedad que apareció quizá sin aviso, pero que ahora está

cerrando puertas y abriendo nuevos pensamientos hacia un cambio total en la forma de pensar

del ser humano.

Exhorto por tanto a la población de mi país y del mundo, cumplir con las normas

vigentes y de restricción que se han dispuesto, y sumar esfuerzos para luchar con este

enemigo que no lo vemos, pero que nos ha dado una guerra hasta el momento invencible, pero
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que si todos con prudencia, paciencia y la fortaleza que nos caracteriza, luchamos juntos,

venceremos y podremos de nuevo salir de nuestros hogares y decir por fin: aquí estoy amigo/a,

papá, mamá, esposa/o, hijo/a te doy mi presencia y mi tiempo y con ello, el abrazo que todo

este tiempo reserve para ti.