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Porque una victima

[10:14 p. m., 26/5/2020] Camila Cifuentes: La vergüenza es el núcleo de la herida


emocional tras una violación sexual. La vergüenza es la reacción natural a ser
violado o abusado, porque es un acto humillante y deshumanizante. La víctima se
siente invadida y siente el vacío de encontrarse a merced de alguien más.

Este sentido de vergüenza ocasiona que, muchas veces, las víctimas se culpen a
sí mismas por las conductas sexuales de sus abusadores Contar el abuso sexual
y la violación propia es una experiencia humillante en privado y mucho más en
público. Como seres humanos, queremos pensar que tenemos control sobre lo
que nos ocurre. Cuando nuestro poder personal es retado por la victimización de
cualquier tipo, la humillación crece. A veces es más sencillo culparse a uno mismo
que aceptar que uno fue victimizado por alguien más.

Las mujeres en particular están acostumbradas a ser avergonzadas o a sentir


vergüenza. Sienten vergüenza cuando son acosadas en las calles o cuando se
burlan de sus cuerpos. Además, se les acusa por causar sus propias
victimizaciones con comentarios como: “¿Qué esperaba cuando se vistió como lo
hizo?”, o “No debió tomar tanto esa noche”.

Por vergüenza, una mujer puede forzarse a olvidar un hecho, enterrar su cabeza
en la arena y pretender que nunca nada pasó.

2) Negación, minimización

La vergüenza puede inducir a esto: negar o minimizar una situación de abuso o


violación sexual.

Muchas mujeres se niegan a creer que el tratamiento que sufrieron fue realmente
abusivo. Se pueden llegar a convencer de que “no fue tanto”.

La depresión es uno de los más grandes efectos posteriores a una violación


sexual. Las víctimas dudan de sí mismas, lo que conlleva a autoculparse y a veces
a buscar excusas para sus abusadores.
Además, una mujer puede convencerse de que solo ella ha sido víctima de equis
abusador, y puede esperar hasta que otra mujer dé el paso hacia la denuncia para
darse cuenta de que en realidad sí estuvo con un abusador serial.

3) Miedo a las consecuencias

Temer las repercusiones es un obstáculo mayor que enfrentan las mujeres a la


hora de reportar una violación sexual. Miedo a perder el trabajo, miedo a no
encontrar otro trabajo, miedo a no tener un ascenso, miedo a perder credibilidad,
miedo a ser etiquetada como problemática, miedo a caer en una lista negra en la
industria, miedo a consecuencias violentas.

Muchas veces también hay miedo a no ser creídas. El hecho de que los abusos
sexuales sean el crimen menos reportado se debe al pensamiento común de que
las mujeres inventan estas historias para ganar atención o vengarse de un hombre
que las rechaza. Las acusaciones de mujeres son muchas veces escrutadas hasta
el agotamiento. Así, las víctimas de violación o abuso sexual son a veces tildadas
de oportunistas, y esto también impide que tengan confianza para denunciar.

También causa miedo una posible venganza de los denunciados. Las víctimas
pueden sentir que tras una denuncia sus vidas corren peligro y también lo hacen
sus trabajos y sus carreras.

En Estados Unidos, quienes han denunciado abusos sexuales o violaciones,


especialmente por hombres poderosos, han reportado que perdieron sus trabajos
y en algunos casos sus reputaciones han sido destruidas.

Por su parte, Ana Hidalgo, coordinadora de Violencia de Género del Instituto


Nacional de las Mujeres (Inamu), explicó a La Nación que “la violencia sexual
siempre implica una configuración de poder desigual entre quien agrede y la
víctima”.

“Estos episodios de agresión son paralizantes, hay mucho miedo y este es miedo
real. Uno de los temores más importantes es el miedo a que no le crean a la
persona. Cuanto más poderoso es el agresor en la relación de poder, más
aumenta el temor”, añade Hidalgo en términos generales.
4) Baja autoestima

Algunas víctimas tienen tan baja autoestima que ni siquiera consideran que lo que
les pasó sea tan serio. No valoran o respetan sus propios cuerpos ni su integridad,
así que cuando alguien las viola, lo minimizan. Una violación sexual hiere el
autoestima.

Incluso una mujer con alta autoestima será profundamente herida tras una
violación sexual. Siente tanta vergüenza que es difícil levantar la cabeza y seguir
adelante. Encontrar la motivación para continuar el camino es muy difícil. Más aún
para interponer una denuncia.

5) Sentimientos de desesperanza e impotencia

Estudios han revelado que víctimas incapaces de salir de ciclos de abusos


sexuales desarrollan sentimientos de desesperanza e impotencia, y esto
contribuye a que no busquen siquiera ayuda o formas de escapar.

Muchas mujeres sienten que es inútil salir adelante a denunciar porque han visto
cómo otros casos han sido tratados. Muchas sienten que están solas en cuanto a
cuidarse de abusos sexuales. Y aunque ellas toman precauciones, sienten que es
imposible cambiar la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran. Por
ejemplo, muchas mujeres temen ir a Recursos Humanos en sus empresas o
sienten que es inútil, pues esos departamentos suelen proteger a las compañías a
cualquier costo.

Debido a esto, muchas mujeres no tienen la fuerza emocional para levantarse y


tomar partido en una lucha que ven como perdida.

6) Falta de información
Estudios muestran que en Estados Unidos el 70% de las mujeres sufre acoso
sexual en sus trabajos. Y una de cada cuatro mujeres han sido abusadas
sexualmente en sus centros de labores. Pero incluso mujeres con mucha
educación tienen una falta de conocimiento acerca de lo que un acoso, un abuso o
una violación sexual conlleva o genera en ellas mismas.

Por ejemplo, los devastadores efectos emocionales que este tipo de ataques
pueden causar en las víctimas son:

-Ansiedad

-Baja de autoestima

-Estrés post traumático

-Comportamiento suicida

No estar informado sobre esto lleva a que las víctimas no se traten psicológica o
psiquiátricamente después de sufrir un ataque sexual, y esto impide que
consideren siquiera la denuncia.
Es entendible que a las mujeres les sea difícil dar el paso hacia delante para hacer
una denuncia por abuso o violación sexual. Estas mujeres necesitan nuestro
reconocimiento sobre cuán difícil es el proceso y nuestra compasión por lo que
han sobrellevado. Las mujeres deben ser motivadas para sacarse la vergüenza
internalizada y reemplazarla por enojo y conocimiento, para finalmente trasladarle
esa vergüenza a los violadores”.
Sabía usted Muchas víctimas de abuso no denuncian nunca. Se estima que solo
entre un 15% y un 20% de las mujeres adultas denuncian los abusos sexuales de
los que han sido víctimas. Algunas tardan muchos años en hacerlo porque
piensan que no existen las condiciones para hacerlo”
[10:23 p. m., 26/5/2020] Camila Cifuentes: 1 - La mayoría de las agresiones
sexuales son cometidas por un extraño
Puede que la televisión muestre muchas veces escenas en las que una mujer es
agredida sexualmente cuando camina por un callejón oscuro.
Sin embargo, en el mundo real, es mucho más probable que las violaciones y las
agresiones sexuales ocurran en el hogar y el victimario sea una persona conocida.

En Inglaterra, Gales y Australia, una de cada cinco mujeres ha sido víctima de


violencia sexual al menos una vez en su vida.

Esto se aplica, evidentemente, a los casos reportados. Pero muchos no se


reportan.
En Estados Unidos, por ejemplo, estudios estiman que dos de cada tres agresiones
sexuales no son reportadas.

Hay muchas razones por las que alguien demora en hacer la denuncia o nunca la
hace, como muestran los testimonios publicados en Twitter con la etiqueta
#WhyIDidn'tReport (Por qué no lo denuncié).

"Mucha gente no lo reporta porque no quiere que el perpetrador vaya a la cárcel:


puede que estén enamoradas de él, o que sea un miembro de la familia, o una
pareja de la que dependen económicamente", dice Nicole Westmarland, directora
del Centro Durham para la Investigación de la Violencia y Abuso en Reino Unido.
No hay evidencia que indique que el momento en que se hace la
denuncia esté vinculado a la veracidad del reporte"
"Otra razón común entre estudiantes es que no quieren arruinar el resto de la vida
de la otra persona".

Incluso así, "no hay evidencia que indique que el momento en que se hace la
denuncia esté vinculado a la veracidad del reporte", dice Westmarland.
3 - Si se informa inmediatamente de la agresión, es relativamente fácil investigar el
caso y presentar cargos

Es cierto que los sobrevivientes de violaciones y agresiones sexuales que


denuncian lo ocurrido de forma inmediata tienen más chances de ser sometidos a
un examen médico forense, que involucra la toma de muestras del cuerpo de la
victima para identificar el origen del semen, la saliva o el ADN.

Los examinadores también documentan heridas como por ejemplo cortes o


moretones, que sirven para apoyar las acusaciones de uso de violencia.
 "La violaban mientras estaba pariendo": el infierno de las mujeres de América Latina
traficadas en Londres

Pero estos exámenes físicos no significan necesariamente que el agresor sea


atrapado o condenado, o incluso que el caso sea investigado, como lo demuestran
miles de equipos para tomar muestras y evaluar si hubo violación que permanecen
sin analizar en departamentos de policía e instalaciones forenses en todo EE.UU.
Y la evidencia física tiende a ser de menos ayuda si la persona acusada es la pareja un
conocido cercano.
"La mayoría de los casos no tienen que ver con si la relación sexual ocurrió o no, o
con evidencia forense sobre el acto sexual. Tienen que ver con si fue consensuado
o no", dice Westmarland.

Según cifras del Ministerio del Interior británico, el 26% de las violaciones y serias
agresiones sexuales reportadas el mismo día concluyen con la presentación de
cargos contra alguien, y caen a 14% cuando ha pasado uno o más días.

Quienes reportan el delito en el día tienen más posibilidades de que su caso llegue
al tribunal.

En EE.UU., solo el 18% de los casos de violaciones reportadas concluyen con un


arresto y el 2% con una condena.

4 - Si "realmente" no querías, te hubieras resistido


La gente varía en cómo responde ante una violación o agresión sexual.
En el libro Serial Survivors, la criminóloga Jan Jordan, de la Universidad de
Wellington, en Nueva Zelanda, describe la variedad de técnicas utilizadas por 15
mujeres que fueron agredidas sexualmente por el mismo hombre: algunas trataron
de hablar con él, otras pelearon, otras trataron de alejarse mentalmente de la
situación, un proceso que los psicólogos llaman "disociación".

Otro estudio, que examinó 274 informes policiales de EE.UU., encontró que solo el
22% de los sobrevivientes se resistía a la violación peleando y gritando.

La mayoría (56%) trató de suplicarle al perpetrador, mientras que otros reportan


haberse "quedado heladas por el miedo".
Distintas respuestas resultaron más o menos efectivas en distintas circunstancias.

La mujeres que pelearon, por ejemplo, tuvieron más posibilidades de evitar la


violación, pero corrieron un riesgo mayor de resultar heridas, si había un arma
presente.

Por otro lado, rogar, llorar o razonar con el perpetrador estuvo asociado con más
heridas físicas si el ataque ocurrió en un lugar cerrado o mayor agresión sexual si
por ejemplo alguien apareció en la escena.
También es importante reconocer que la gente no puede necesariamente controlar
sus respuestas en estas situaciones.
 La mujer que colecciona ropa de víctimas de agresiones sexuales
Algunos entran en un estado involuntario de parálisis física, conocida como
"inhibición tónica", cuando se ven enfrentados con una amenaza extrema.

Un estudio sueco de 298 mujeres que visitaron una clínica de emergencia por
violación dentro del mes en que habían sufrido la agresión indicó que el 70%
reportó inmovilidad tónica significativa, y un 48% reportó inmovilidad tónica
extrema durante el episodio.
5 - Puede que estés confundiendo lo que pasó.
Mucha gente que ha sido violada o agredida sexualmente dice con frecuencia que
tiene memorias vívidas de ciertas imágenes, sonidos y olores asociados con el
ataque, incluso aunque haya ocurrido hace décadas.

Sin embargo, cuando les piden que recuerden exactamente a qué hora del día fue
o qué estaba dónde en un momento específico -el tipo de detalles en los que la
policía y la fiscalía suelen centrarse para establecer los hechos de un crimen-
puede que tengan dificultades para hacerlo o que se contradigan a sí mismos,
socavando su propio testimonio.

"Hay una discrepancia trágica entre lo que se espera dentro del sistema de justicia
criminal y la naturaleza de las memorias traumáticas y cómo la gente suele
reportarlas", dice Amy Hardy, psicóloga clínica del King's College de Londres
Esto es porqueel recuerdo de eventos traumáticos se guarda de manera diferente a
los recuerdos de todos los días.

Normalmente, codificamos lo que vemos, escuchamos, olemos y sentimos


físicamente, así como cómo se combinan y qué significa para nosotros.

Todo eso junto -todos esos tipos de información- nos permite recordar eventos
como una historia coherente.

Hay una discrepancia trágica entre lo que se espera dentro del sistema
de justicia criminal y la naturaleza de las memorias traumáticas y cómo
la gente suele reportarlas"

Pero durante un evento traumático nuestro cuerpo está inundado de hormonas del
estrés.
Estas hacen que nuestro cerebro se concentre en el aquí y ahora, a expensas del
panorama general.

Esto tiene sentido desde un punto de vista evolutivo.


"Cuando estamos bajo amenaza, es mejor concentrarnos en lo que estamos
experimentando, lo cual nos prepara para luchar, huir o quedarnos paralizados, no
para centrarnos en el significado más amplio", dice Hardy.
"También sabemos que si la gente se disocia durante el trauma -una parte
cognitiva del cerebro se cierra y se vuelve como anestesiada-, eso exagera el
proceso de fragmentación, por eso sus recuerdos son muy del tipo aquí y ahora".

Hardy examinó el impacto de estos procesos de la memoria en la experiencia de


los sobrevivientes que reportan una agresión sexual a la policía.

La investigadora descubrió que quienes reportaron un mayor nivel de disociación


durante el incidente percibieron sus recuerdos de una manera más fragmentada
cuando fueron entrevistados por la policía, y que aquellos con un mayor nivel de
fragmentación tenían más tendencia a sentir que habían hecho un recuento
incoherente de lo ocurrido.

Y estos factores, a su vez, hacían que sean menos proclives a presentar un caso
legal.

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