es más difícil” Yo consumía esporádicamente, cuando me iba de fiesta. Pero un problema con mi pareja me hundió y me refugié en la droga. Empecé a consumir a solas y a diario; perdí mi trabajo. Comencé a robarle a mi madre para pagarla. Mi madre me perdonó, pero perdonarse a uno mismo es más difícil. Con la droga pasas por encima de tus sentimientos, ni te das cuenta. Me dominó, me tenía muy enganchado. Empecé la terapia y gracias a mi deseo de superarme estoy limpio. Pude perdonarme a mí mismo. “Nuestra dificultad no es la droga. Es lo que está detrás: el porqué y el para qué hemos consumido” Tuve una infancia bonita, una buena familia. Sentirme que estaba en la rutina no podía conmigo. Yo necesitaba adrenalina, hacer cosas… Ese vacío lo llené con la droga. La recuperación no es fácil. Pero nuestra dificultad no es la droga. Es lo que está detrás, el porqué y el para qué hemos consumido. Con ayuda de terapeutas y compañeros he aprendido a parar, a gestionarme, a amarme a mí misma. Me han salvado la vida» «YO CONTROLO». Esta es la famosa frase, la frase que tantas y tantas veces hemos dicho, yo no me engancharé, yo sé de qué va esto, sé hasta dónde puedo llegar, a mí nunca me ocurrirá lo que a otros, NUNCA. Bueno, pues eso también lo pensaba yo, empiezas con unas invitaciones, luego el círculo se va ampliando, hasta que ya no se controla. Al día de hoy, después de más de 1 año limpia, puedo decir que se destruyó un matrimonio, una familia, muchas amistades, y mucha salud, pero hay formas de salir, hay especialistas, está la familia y LO MAS IMPORTANTE la fuerza de voluntad de cada uno, porque la vida vale más, las pequeñas cosas valen más y tú mismo vales más, pero cuesta tanto esa vida, que mata, pero no solo a mí misma sino a las personas que me rodean.
“Lo más importante es quererse a uno mismo. Aprender a valorarte y
respetarte” Mi padre también fue drogadicto y asumí el rol de cuidador de mi madre y de mi hermana. Trabajé en el extranjero. Me sentí un fracasado y me refugié en el alcohol y la droga. Consumía siempre solo, en un hotel. Hasta que me di cuenta de que me estaba convirtiendo en mi padre. Siempre quise ser deportista. Me dediqué entonces al deporte en cuerpo y alma. Fui campeón del mundo de kickboxing. El deporte y mis ganas de salir adelante me ayudaron a superarme y a entender que en la vida lo más importante es quererse a uno mismo. Aprender a valorarte y respetarte.