Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Aprendiz
ERIKA ALEJANDRA GOMEZ URIBE
Instructor
DINA MARCELA VILLEGAS
Una primera reflexión que, a modo de introducción, creemos importante plantear es que todo
grupo humano, todo colectivo, incluso todo individuo tiene unas necesidades y unos recursos. Es
importante que tomemos conciencia de que hasta la persona más desvalida que podamos
encontrarnos, objetivamente tiene unas limitaciones, unas carencias, pero también unas
capacidades, unas potencialidades. Todos, por tanto, tenemos necesidades y recursos. Y tan
importante es ser conscientes de las unas como de los otros. Es necesario ser conscientes de
nuestras necesidades y, consecuentemente, debemos reivindicar que sean satisfechas. Así lo
hemos hecho los seres humanos en muchas ocasiones y así habrá que seguir haciéndolo en
muchos ámbitos de la vida (laboral, social, política, cultural, entre otras). Pero también debemos
ser conscientes de nuestros propios recursos y del “poder” que ellos nos confieren de modo que
podamos ejercerlo sin delegarlo en nadie. Cuando sólo somos conscientes de nuestras
necesidades, podemos adoptar (o no) una actitud reivindicativa, pero si no se acompaña de una
similar conciencia de nuestros recursos y potencialidades, y de las posibilidades que gracias a ellos
tenemos, a lo más que llegaremos es a una catarsis colectiva que, en el fondo, está poniendo de
manifiesto que tenemos una imagen de nosotros mismos como impotentes e incapaces.
En paralelo con la dialéctica “necesidades vs. recursos” podemos reflexionar en segundo lugar
sobre otra equivalente como es la dialéctica “derechos vs. deberes”. La reivindicación de nuestros
derechos nace de la conciencia que tenemos de nuestras necesidades no satisfechas (no solo
necesidades materiales sino de cualquier tipo). Todos los movimientos sociales contribuyen a la
toma de conciencia de las necesidades de determinados colectivos y, consiguientemente,
reivindican los derechos que tienen a que sean satisfechas. Pero esos mismos movimientos sólo
serán verdaderamente transformadores de la realidad en la medida en que están formados por
personas con plena conciencia de sus recursos, de sus potencialidades y capacidades y, en
consecuencias, de sus deberes (de su obligación de poner en ejercicio esas potencialidades), es
decir, movimientos que estén formados por personas que han desarrollado actitudes que
podríamos denominar como “militantes”.
Otro aspecto que muestra la superficialidad de muchos de los planteamientos que actualmente se
hacen sobre los derechos humanos es hablar de ellos según los parámetros de “lo políticamente
correcto” y el uso de palabras vacías de contenido. Superficialidad que debe ser tanto más
combatida cuanto que es ocasión para la manipulación de la Sociedad por parte de quienes
apoyan el (des)orden establecido. Así, los derechos (a la educación, a la libertad de expresión, a la
asociación…) no son SÓLO derechos. Si lo fueran podría renunciarse a ellos. Quizá se vea más claro
tomando como ejemplo el “derecho a la educación básica”: si fuera sólo un derecho no podría ser
“obligatoria” pues a los derechos se puede renunciar. Es decir, los derechos, en cierto modo,
también son una obligación o conllevan una obligación y a las obligaciones no se puede renunciar.
Por eso, siguiendo con el mismo ejemplo, podemos decir que la educación es obligatoria; porque,
además de un derecho, es un deber (parece una perogrullada, pero hasta aclarar cosas como esas
parece que hay que llegar). No hay, por tanto, derechos sin obligaciones ni viceversa, sino que la
razón de ser de los derechos es cumplir con las obligaciones. Por ejemplo: tenemos la obligación
de participar en la organización política y por eso tenemos el derecho a la libertad de asociación, o
de expresión; tenemos derecho a la educación porque tenemos la obligación de contribuir al
progreso de la Humanidad, … y así podríamos repasar todos los derechos humanos y veríamos que
cada uno de ellos es una cara de una moneda mientras que la otra es la obligación
correspondiente.
Es necesaria también una reflexión sobre los llamados “nuevos derechos” a los que aludíamos más
arriba (derecho al aborto, a la eutanasia, a un medio ambiente, …). Habría que someter este
heterogéneo conjunto de supuestos derechos a la prueba de fuego de cuál es la obligación
asociada a cada uno de ellos y en qué medida dicha obligación (en caso de que exista) contribuye
al bien común de toda la Humanidad.
Por otra parte, llama la atención que se esté planteado la necesidad de que el Estado, vía
legislación, otorgue nuevos derechos a la ciudadanía cuando aún no se ha universalizado la
aplicación de los Derechos Humanos, llamémosles así, “tradicionales” como pone de manifiesto,
por ejemplo, el hecho de que, en muchos países, incluso entre los llamados “desarrollados” se
mantenga la pena de muerte. También llama la atención que estos “nuevos derechos” sean, en
algunos casos, contradictorios, con los originarios como es el caso del denominado “derecho al
aborto” que es contrario al “derecho a la vida”. Y llama la atención que al mismo tiempo que
sucede lo anterior se esté planteando como algo vital los derechos de los animales (pensemos, por
ejemplo, en el auge que está tomando la oposición a las corridas de toros en España o,
anteriormente, a la caza del zorro en Gran Bretaña) o los derechos “humanos” de algunos
animales (recordemos el “Proyecto Gran Simio”) que se niegan a muchas personas que viven en la
miseria, en la explotación, incluso en la esclavitud. Por ahora dejamos ese análisis para otras
personas o para otro momento, aunque no quisiéramos dejar pasar la ocasión para señalar que no
puede hablarse de “derechos de los animales” (los animales no son sujetos de derechos), sino de
obligación de los seres humanos de respetar y cuidar la Naturaleza. Pero, como decimos, en este
momento quisiéramos poner el acento en otro asunto: en el hecho de que respecto a estos
“nuevos derechos” no se hable de “reconocimiento” de derechos inherentes a la dignidad de todo
ser humano por el mero hecho de serlo, sino de derechos que son otorgados por los órganos del
Estado. Uno no puede dejar de preguntarse si este empeño en destacar los “nuevos derechos” no
es una manera de distraer la atención de la Declaración de los Derechos Humanos (derecho a la
vida, a un trabajo, …) que pasarían a un segundo plano imponiéndose una lógica sociopolítica
descafeinada.
Un hecho fundamental que habría que destacar es que esta segunda generación de supuestos
derechos se está gestando de un modo diferente a la declaración de derechos universalmente
reconocidos. En estos últimos se RECONOCE a cada ser humano una serie de derechos que tiene
por ser persona. Sin embargo, la “nueva generación de supuestos derechos” son OTORGADOS por
los Estados (de hecho, algunos los otorgan y otros no, aunque hay grupos de presión que tratan de
extenderlos a todo el mundo). La diferencia entre unos y otros radica en la fuente de legitimidad
de cada uno de ellos. Los primeros son derechos inherentes a la dignidad intrínseca a cada ser
humano por el hecho de serlo y, por tanto, exigibles en cualquier lugar y circunstancia con
independencia que en su entorno se respeten o se violen; es decir, pueden ser protegidos o
pueden ser violentados, pero tanto en un caso como en el otro, el hecho de que sean derechos
exigibles depende de una realidad ajena a la voluntad de nadie. Por el contrario, los segundos no
son considerados intrínsecos a la dignidad de toda persona, sino que se derivan de la graciosa
concesión de los órganos del Estado que así lo legislan; dependen de la voluntad del poder. Unos
pueden tenerlos y otros no (como los fueros que las Monarquías Absolutas otorgaban a unas
zonas y no a otras, que no dependían del reconocimiento como personas de sus habitantes sino de
la voluntad del monarca o de la capacidad de cada pueblo de arrancárselos).
Es posible que esos supuestos “nuevos derechos” acaben siendo reconocidos en la conciencia
colectiva como inherentes a la persona, pero eso no anula que su origen haya sido una concesión
del poder debida a determinados intereses. Y si aceptamos que los derechos derivan de la
voluntad de los que ostentan el poder en un momento determinado, estaremos aceptando la
dictadura y dando un paso más hacia Estados Totalitarios, pues, quien los otorga puede dejar de
otorgarlos. Si reconocemos al poder como fuente de derechos, también le reconocemos la
posibilidad de suprimirlos. Es decir, desaparece el concepto de “violación de uno u otro de los
derechos humanos”, simplemente es que ya no se tienen esos derechos por decisión del Poder.
Normas morales
Son aquellas que proviene de la moral, esta es una palabra que hace
ilusión a la costumbre; es un término establecido con el fin de denotar
la reflexión distintiva del hombre entre lo bueno y lo malo.
Estas normas morales son el conjunto de creencias y valores
intrínsecos (propios) que tiene una persona. Estas normas carecen de
sanción específica, ya que dependen de la conciencia del individuo.
Las normas morales buscan regular los actos de las personas, de
forma individual y colectiva, dentro de una sociedad. Sin embargo, no
se puede exigir su cumplimiento tal como con las normas jurídicas.
Normas jurídicas
Estas son aquellas emitidas por un órgano competente, en sentido
estricto son aquel conjunto del cuerpo normativo promulgadas por este
cuerpo quien las examina y emite en forma escrita.
Las normas jurídicas emanan (desprender) con el fin de establecer los
derechos y las obligaciones que pueden encuadrarse en cualquier
relación interpersonal que pueda establecerse en la sociedad. Estas
normas cuentan con un carácter especial que es el ser coercitivas, lo
que significa que las mismas deben ser cumplidas de forma obligatoria
ya que de lo contrario se corre el riesgo de padecer sanción.
Normas religiosas
Estas normas son observadas por los creyentes, la mayoría de las
normas religiosas van acordes a las normas morales jurídicas, por lo
general no las contravienen (quebrantar o vulnerar). Pese a que
muchas de ellas vienen determinadas con el fin de que la persona
obtenga la recompensa divina, estas permiten un actuar personal
idóneo y óptimo para la convivencia social.
Las normas religiosas no varían a lo largo del tiempo. Aunque bien
pueden presentar modificaciones, más bien se basan en normas y
pautas de comportamiento a largo plazo.
El cumplimiento de las normas religiosas es sancionado según cada
religión, pudiendo, en ciertos casos privarse a la persona de
determinados beneficios que como miembro pueda tener.
Normas morales
1 origen epistemológico: ambos conceptos significan costumbre o
habito.
2 surgen de los valores éticos: a raíz de los valores éticos nacen y
tiene sus fundamentos las normas morales. Algunos valoes éticos que
son compartidos por casi todas las sociedades en la actualidad son:
El valor de la amistad
El respeto por los demás
El valor de la sinceridad
3 finalidad: estas normas tienen como finalidad regular el
comportamiento o los actos de los individuos dentro de una sociedad.
4 carácter coercitivo: esto significa que no se puede exigir el
cumplimiento de estas normas como en las otras tres. Es mejor decir
que el cumplimiento de estas normas está ligado con el valor interno
de cada persona en relación con lo bueno y lo malo.
5 inculcación: es inculcada en el seno familiar, escolar, religioso, y
social de manera que el individuo, desde pequeño comience a
asimilarlas.
6 universalidad y particularidad: muchas de estas normas morales son
de carácter universal, otras dependen del contexto socio histórico y
cultural en el que se encuentre cada persona.
7 filósofos que dejaron su impronta: se encuentra Aristóteles e
Immanuel Kant. Este último filosofo plantea el concepto de “imperativo
categórico” que significa “tratar a los demás como nos gustaría que
nos trataran.
8 incoercibilidad: estas normas no son obligatorias ni merecen castigo
excepto cuando coinciden con normas jurídicas.
9 no son objeto de competencia: ningún organismo de gobierno o de
poder tiene competencia en la moral de las personas.
10 ejemplos de normas:
No mentir
No ser infiel
Ser una persona honrada
No ser una persona tramposa
Respetar a los mayores y a los padres
Ser una persona justa
Ayudar a las personas más necesitadas
No arrojar desechos en la calle
Normas jurídicas
1 coercitivas: quiere decir que su aplicación y cumplimiento están
garantizados por la fuerza pública del estado.
2 exterioridad: son las que el individuo manifiesta exteriormente y no
las que se producen en su interior.
3 heterónomas y bilaterales: heterónomas porque su formulación e
imposición proviene de un ente distinto y externo a los sujetos
destinarios de las normas. Bilaterales en el sentido de que, al crear
deberes a un deudor, también conceden facultades o derechos a un
acreedor en la misma norma.
4 determinantes: las normas jurídicas tienen un contenido claramente
reconocible en el texto. Sin embargo, al momento de su aplicación, se
recurre a la figura del juez para la interpretación de su contenido en el
caso particular, lo cual queda establecido mediante una sentencia.
5 compuestas por dos partes: supuesto jurídico (es un acontecimiento
prescrito en la norma jurídica como antecedente para la producción de
consecuencias determinadas por la misma norma).
Consecuencia jurídica (es el efecto que producen los supuestos
jurídicos, y que pueden ser obligaciones, sanciones, la nulidad de
actos jurídicos, entre otros.
6 deber de ser la conducta humana: estas se caracterizan por
establecer una relación de deber ser, y no de casualidad, entre un
hecho y una consecuencia.
7 presentación concreta del derecho: son el medio atravesó del cual
se representa y articula al conjunto de ideas que rigen y dan forma a la
vida de una sociedad determinada.
8 conforman un sistema jurídico: conforman un sistema jurídico
ordenado e interrelacionado que rige los distintos aspectos de la vida
de una sociedad.
Normas religiosas
1 origen: son más antiguas que las jurídicas pues tienen como punto
de partida la creencia en una divinidad o dios.
2 atemporales: estas se mantienen y persisten durante mucho tiempo.
De este modo se conservan costumbres durante siglos enteros.
3 incoercibles: hace referencia a que las normas religiosas no admiten
la acción de la fuerza física para el cumplimiento de las normas.
4 internas: debe cumplir con lo esperado de manera devocional y con
amor a Dios y no solo por su cumplimiento externo.
5 conductas permitidas: son aquellas señaladas por Dios. Se
encuentran escritos en libros o textos que son considerados como
sagrados.
6 unilaterales: solo imponen obligaciones y no derechos, también es
cierto que prometen una vida pos terrenal de beneficios y promesas
eternas.
7 heterónomas: alude a que las normas religiosas son impuestas
desde afuera pues, como se explicitó más arriba, son enviadas por
Dios.
8 promesa religiosa: hacen una promesa explicita hacia los miembros
de su iglesia: prometen que, tras el acatamiento de los propuestos les
espera una vida ultra terrenal. Pero si no responde de manera correcta
hacia estas normas religiosas el destino que les espera es el infierno
mismo.
9 influencia de las normas religiosas: las normas de la edad media
influenciaron directamente a las normas jurídicas de aquel entonces,
en la actualidad esto no ocurre.
10 ejemplos de normas:
Los 10 mandamientos
El bautismo
Casamiento por la iglesia
La comunión
No mentir
No robar
Hacer lo correcto
Ayudar a otros semejantes
Hacer donaciones
Ser justo y solidario, entre otras.
Normas sociales
1 temporalidad y espacialidad: estas normas dependen de cada
sociedad en particular y están atravesadas por el factor temporal que
las condiciona. Por esto es importante conocer las costumbres de
cada país o territorio, para comprender las normas sociales.
Por ejemplo: al castigar un perro, golpearlo hasta matarlo, no está
penalizado en muchos países de Latinoamérica. Sin embargo, una
persona que tenga este accionar es repudiada socialmente hasta
puede llegar a generar represalias de los miembros de esa sociedad
contra su persona por la actitud.
2 contexto: modificar las normas sociales en un periodo determinado.
3 unilateralidad: con las normas sociales se establecen deberes que
los ciudadanos deben cumplir. Es decir, es un tipo de norma unilateral.
4 sanción por incumplimiento: tal como se expresa anteriormente, la
sanción es una desaprobación social, aunque dependiendo de la falta
moral realizada puede ser que la sociedad responda con el ridículo.
5 heteronomía: esta es una característica externa al individuo de cada
sociedad, es decir la norma le es impuesta desde la sociedad hacia el
individuo.
6 incoercibles: las normas sociales son incoercibles, es decir, que la
persona que las incumpla no es condenada, y no se puede utilizar la
fuerza bruta o penal sobre ella.
7 exterioridad: regula el comportamiento externo de cada individuo,
pero no observa el fuero interno del mismo.
8 resistencia social a cambios en las normas: algunas personas
pueden verse resistentes a enfrentar estas modificaciones sociales. Se
pueden dividir en 3 grupos:
- Individuos reacios, que demuestran hostilidad o descontento
frente a los cambios.
- Individuos pendientes en no incurrir a faltas frente a estos
cambios.
- Individuos que se adaptan sin darle mayor trascendencia o
importancia.
9 estabilidad: la continuidad y la estabilidad de estas normas a lo largo
del tiempo es lo que garantiza la armonía dentro de la sociedad.
10 ejemplos de normas sociales:
Ceder un asiento a una persona mayor en un transporte publico
Ayudar a cruzar la calle a una persona ciega
Masticar con la boca cerrada
Lavarse las manos antes y después de sentarse en la mesa
Limpiarse la boca con una servilleta
QUE SON LOS DERECHOS HUMANOS:
Los derechos humanos son derechos que tenemos todas las personas por el
simple hecho de vivir y existir. Respetarlos permite crear las condiciones
indispensables para que los seres humanos vivamos dignamente en un entorno de
libertad, justicia y paz. El derecho a La vida, a la libertad de expresión y
conciencia, a la educación, a la vivienda, a la participación política o de acceso a
la información son algunos de ellos.
Los derechos humanos engloban derechos y obligaciones inherentes a todos los
seres humanos que nadie, ni el más poderoso de los gobiernos, tiene autoridad
para negarnos. No hacen distinción de sexo, nacionalidad, lugar de residencia,
origen nacional o étnico, color, religión, lengua, edad, partido político o condición
social, cultural o económica. Son universales, indivisibles e interdependientes.
VALOR DE LA IGUALDAD:
La igualdad es el trato idéntico que una empresa, sociedad, estado, grupo o
individuo que les brinda a las personas sin que diferencie raza, sexo o tipo social.
En pocas palabras es cualquier ausencia de tipo de discriminación.
La falta de igualdad implica en la mayoría de los casos no solo una gran violación
a los derechos humanos universalmente aceptados, si no que suele representar
unos de los pasos que marcan a una sociedad intolerante o incluso poco
democrática.