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Aquí hay que hacer una aclaración, el noúmeno, es decir la cosa en sí, es lo incognoscible,

pero este hecho no impide que se ordene en la mente por medio de la sensibilidad del
espacio y el tiempo creando de esta forma una abstracción en la mente que llamaremos
fenómeno, es decir, aquello que se nos manifiesta. Después de este proceso, el sujeto,
haciendo uso de las categorías de entendimiento, hace posible la estructuración de aquello
que se nos manifestó; por tanto, las categorías son estructuras organizadas de lo que nos es
dado por la primera organización (impresiones sensibles), es decir, por el ordenamiento en
el tiempo y el espacio.

Entonces, primero se recibe el caos de sensaciones, después se les ordena en un espacio y


tiempo para posteriormente estructurarlas mediante categorías de entendimiento. De esta
forma, siguiendo a Kant, nunca tenemos acceso a las cosas en sí mismas, al noúmeno, sino
que simplemente conocemos según lo que organiza nuestra razón, es decir, siempre
conocemos el fenómeno (esto es nuestro objeto de conocimiento). Teniendo esta idea surge
la pregunta ¿cómo se estructura el fenómeno? Para resolver esto, debemos de ubicarlo en
un tiempo y un espacio, después se ordena formulando los conceptos empíricos a través de
los conceptos puros o categorías del entendimiento, es decir, que por medio de todo ese
proceso se puede llegar a la construcción de un concepto empírico como por ejemplo la
idea de un caballo.

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