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ACTIVIDAD CONTINUADA. QÌ GONG.09-04-2020

ACTIVIDAD CONTINUADA. QÌ GONG.09-04-2020

Buenos días bienvenidos a Impulso, Actividad Continuada en la formación.


Impulso en la Formación Continuada, en la Escuela Neijing, en concreto en el ideograma
viviente Tian.
Hoy estamos en la estancia del Qì Gong.
Definir Qì Gong no es fácil, pero si recogemos la idea de que somos un microcosmos y en
consecuencia es lo mismo que ese macrocosmos, pero en pequeño, pues cuando nosotros
hacemos Qì Gong -seas cual sea el estilo-, aunque no son iguales, y no tienen la misma
característica o intención, pero cuando hacemos Qì Gong, lo que estamos haciendo es
reproduciendo -esto es muy importante-, la actividad del universo.
Sí, esa actividad de universo que crea unas Novas, unas Supernovas, un Agujero negro, un
cometa, una Enana marrón, una Gigante blanca.
Realmente cada movimiento de Qì Gong es reproducir el movimiento que está haciendo el
universo. Esto es importantísimo recogerlo para el que practica el Qì Gong, que no es una
dinámica de la persona como producto de su inteligencia. No. Es producto de reconocerse en
consciencia como mircrouniverso pero a la hora de moverme, a la hora de sintonizarme con mi
entorno -con el macrouniverso-, lo único que puedo hacer es “simular” -entre comillas lo de
simular-, es decir, parecerme, hacerme un movimiento que en alguna medida me recuerde a ese
movimiento galáctico que se aleja, que se aproxima, que se funde, que asciende, que desciende.
Es decir, lo que hace cada movimiento de Qì Gong es mostrarnos lo que nosotros vemos a
través de la astronomía. En esas diferentes secuencias que nos manda el Hubble en esas
magnificas fotografías. Pero en muy pequeñito, muy pequeñito, lo representamos en el Qì Gong.
Eso es verdaderamente Qì Gong. Sentirse universo, el sentirse microcosmos, y por ello los
movimientos tienen un sentido, y por eso le dotamos a cada movimiento de un sentido.
Hoy vamos a entrar en dos movimientos muy de universo y vamos a culminar -también-, de una
forma muy de universo.
Y es importante para los queridos radio videntes, los que estén en radio solamente lo escuchen.
Escucharan la explicación del movimiento.
Los que puedan estar radio y videntes, verán el movimiento.
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La sugerencia de hoy es que se impregnen de ese movimiento como si lo estuvieran haciendo


ustedes mismos.
Luego llegará el momento de poder bajar el programa, verlo, repetirlo. Bien, vendrá la
incorporación más -digamos- intelectual. Pero ahora yo les invitaría a que nos siguieran en ese
microuniverso que está replicando el movimiento de los universos en los que estamos imbuidos. Y
este es el estilo BĀ HÀN SHĒNG que les tratamos de mostrar o iniciar a todos ustedes, en especial
a los colegas de Qì Gong que se están realizando aquí en Tian.
Para todos ustedes, les dejamos con la profesora para que ella les indique cual es la estrategia de
hoy.
Gracias.

Lila:
Muchas gracias, Maestro.
Buenos días.
Hoy traemos para ustedes dos alientos poéticos.
Antes de pasar a explicar cada uno de ellos, me gustaría decirles que lo que vamos a presentar
hoy, -estos dos Qì Gong-, son Qì Gong que nosotros denominaos: “de viaje”. Es decir que son un Qì
Gong para vivirlo hacia uno mismo, son de auto sanación.
Les invitamos para que a través de lo que van a escuchar, vivan, sientan y se dejen llevar a través
del verbo.
Lo primero que vamos a hacer es disponernos en una posición en la que mantengamos la espalda
recta, mas no rígida y relajemos los hombros.
Vamos a llevar las manos al centro del pecho, donde vamos
a unir una palma con otra, en la posición de plegaria. Y con
esta posición vamos a centrar toda la atención en la
respiración abdominal.
Una respiración suave, lenta, que va a estar referenciada en
la zona abdominal. Y así nos mantenemos unos minutos,
tomando consciencia de este ritmo de respiración.
Recordando que después de cada inspiración y cada
exhalación hay que hacer una pequeña pausa.
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El primer aliento poético en el que nos vamos a adentrar lleva por nombre: “Los Peldaños del
Infinito, Peldaños de una Escalera Infinita”.
Y manteniendo esta posición de las
manos -las palmas unidas-, vamos a
formar un mudra, un mudra en el que
vamos a unir el dedo pulgar y el dedo
índice de una mano, y de la otra…
unimos, dedo pulgar e índice de una
mano; y dedo pulgar e índice de otra.
Y mantenemos las manos unidas en el
centro del pecho.
Este es el mudra de la gran
comprensión. Y esa gran comprensión
tiene que estar en todos los seres, con
el objeto de formar parte de la escalera
que conduce a lo eterno.
Un peldaño.
Eso son hoy, un peldaño.

Cada ser es un peldaño en el que se apoyan los otros y cada uno se apoya en el otro. En base a esa
compresión, para así poder alcanzar la suficiente sabiduría que permita la comprensión de todo lo
que ocurre. De sentir la inmersión del ser en la existencia.
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Y con esos peldaños, esos peldaños, que son enlaces de uno con otro, vamos a ir separando las
manos despacio, pero vamos a mantener el mudra en las manos, y vamos a colocar las manos

hacia arriba.
Vamos a llevar nuestras manos a la zona más baja del abdomen, a la zona del regazo, y ahí vamos
a colocar una mano abajo y la otra arriba. No están juntas, están separadas.
Como si el dorso de una mano estuviera encima de una palma.
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Y con esta posición de las manos vamos a comenzar a hacer giros, giros para hacer mover esa
escalera a lo largo de todo el tronco. Giros que van a ir ascendiendo, recorriendo la línea media del
tronco.

Si se fijan, mis manos hacen giros de adentro hacia


afuera.

Y así ascendemos a lo más alto por arriba de la


cabeza y de ahí, con ese ritmo pausado de la
respiración, las manos van descendiendo, girando, como si estuviéramos envolviendo algo.
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Peldaños de una gran escalera. Peldaños que se suceden unos a otros, que ascienden y
descienden.
Ser peldaño de una escalera mágica por la que se asciende y se desciende al mundo de lo infinito,
al mundo de lo mesurado.
Así el ser descubre su infinitud. Descubre la apariencia de lo finito.

Y para que esto sea posible, vamos a incorporar una pequeña variable en el descenso de las
manos.
Ascendemos y cuando llegamos a lo más alto -por arriba de la cabeza-, ahí las manos van a
cambiar el sentido para descender.
Ahora si se fijan mis manos van haciendo ese giro de afuera hacia adentro.

Cuando lleguemos a la zona del regazo, de nuevo cambiamos el sentido del giro. Ascendiendo los
giros de adentro hacia afuera, hasta llegar a lo más alto, estirando bien esos brazos.
Y ahí, en lo más alto, cambiamos el giro, descendiendo, haciendo esos giros. Y manteniendo este
movimiento que estamos realizando, vamos a ir visualizando el ponernos de pie. Y cuando
estemos de pie vamos a incorporar el movimiento de las piernas.
Esas piernas en donde cada una va a representar, también, un peldaño.
Visualizamos el ponernos de pie, con elegancia, despacio, manteniendo el movimiento de los
brazos.

Y así, cuando estemos de pie, vamos a hacer instantes de equilibrio, semejante a una garza, que se
mantiene un instante en equilibrio y luego avanza suavemente. Así que despacio.
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Y antes de
empezar a desplazarnos, es importante que estando en
esta posición tomemos consciencia de que pertenecemos
a una inmensa escalera, y que cada uno es un peldaño. Y que
tenemos que reconocernos como tales, para usarnos y ser
usados.1
Para ser servidos y servir. Ser servicial y servidumbre. Para desbloquear las obsesiones, para
desenmarañar los vicios.
Y así, conforme los brazos van ascendiendo. Podemos tener momentos de desequilibrio, pero ese
desequilibrio nos anuncia que hay un bloqueo y que el cuerpo busca la seguridad.

Elevamos una pierna a lo más alto, y conforme los brazos descienden, va descendiendo la pierna,
para dar el paso, apoyando: planta, talón y la punta de los dedos de los pies.

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En esta posición de pie, continúa haciendo el movimiento de giro de las manos.
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Y así nos vamos a ir desplazando despacio, acompañando este movimiento con el ritmo de la
respiración. Siendo conscientes de que cuando elevemos los brazos a lo más alto, vamos a estirar
bien ese peldaño, ese peldaño del conocimiento, de la sabiduría, de la comprensión, para hacerse
infinito lo finito, y así desobstruir esos estanques que han estado bloqueados.

Y avanzamos
en un sentido
circular.
Así, nos vamos desplazando por todo el espacio en el que estemos.
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Y vamos a ir incorporando una pequeña variable. A la vez que la pierna se eleva y los brazos van
ascendiendo, vamos a hacer una flexión con el tronco hacia adelante.

cuando los brazos descienden, la pierna va


descendiendo y de ahí llevamos la flexión del trono
hacia atrás.
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Después de realizar varios minutos este movimiento, vamos a ir buscando mantenernos en el


espacio.

Y aquí vamos a continuar -manteniendo ya la espalda recta- el movimiento de brazos que


ascienden junto con la pierna, ese instante de equilibrio, y descender.

manteniendo el movimiento de los brazos, despacio, con


elegancia, vamos a ir buscando asiento en el suelo.
Y aquí, seguimos con ese movimiento de los brazos, que ascienden y descienden.
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Y en uno de esos movimientos, cuando los


brazos descienden del todo, van a quedar reposando en el regazo. Pero ahí la mano derecha va a
quedar encima de la mano izquierda, de tal forma que el dorso de los dedos índices quedan
unidos. Y con esta posición buscamos ese instante de quietud.
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Mantenemos la espalda recta, relajamos los hombros, y centramos toda la atención en la


respiración.
Y aquí vamos a acompañar, le vamos a dar un sonido a estos peldaños.

Ommmmmmmmmmmmmm
Ommmmmmmmmmmmmm
Ommmmmmmmmmmmmm2

Maestro: Y así, con este mantra, y este mudra, culminamos este impulso de Formación
Continuada en Qì Gong, bajo este sonido de universo que se abre en su primera estancia, que se
cierra, sus labios en una vibración, y que se vuelve a abrir de nuevo al exterior.
Gracias por haber estado con nosotros en este Qì Gong.
Gracias a Lila, la profesora.
Gracias a todos ustedes y gracias al equipo técnico.
Saludos cordiales.

Lila: Gracias, Maestro.

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El Maestro comienza a hacer el mantra, se realiza por unos minutos.

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