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Estaba yo en una fiesta en una casa cercana a la tienda. Mis amigos y yo estábamos
haciendo de cenar y de pronto nos dimos cuenta de que nos faltaban ingredientes,
eran como las 10:00 p.m. Con gusto yo me ofrecí a ir a la tienda de conveniencia a
comprar lo que hacía falta, no me iba a tardar nada porque estaba muy cerca. Llegué
a la tienda como a eso de las 10:10 pm, comencé a buscar lo que necesitaba, estaba
hasta el fondo de la tienda porque estaba buscando algunas bebidas y estaba cerca
de los refrigeradores. Como a las 10:15 pm, escuché mucho ruido, eran pasos de
varias personas. No estaban muy cerca de mí puesto que se dirigieron directamente
al mostrador. Rápidamente vi que sacaron unas navajas con las que amenazaron al
cajero, éste último abrió la caja registradora y les dio todo el dinero. No pude ver bien
sus rostros porque yo estaba atrás y la verdad es que me escondí porque me dio
mucho miedo que me asaltaran a mí también. Lo que sí vi es que no tenían la cara
cubierta y que eran tres sujetos. Dos de ellos de estatura mediana y el otro muy alto,
todos de tez blanca. El más alto tenía un tatuaje con letras en la parte trasera del
brazo izquierdo. Todo fue muy rápido, como un minuto después de que entraron,
salieron. Cuando pasó un poco de tiempo me acerqué al cajero y llamamos a la
policía
Fuente: ejemplo_de_testimonio.html#ixzz6LbjV3arc
Escrito por Inés Syilvestre, una adolescente argentina. Relacionado con el Testimonio de una
madre
Entonces, decidí buscar algún método “milagroso” que me ayudara. Probé unas
pastillas. Fue una total maravilla, perdí 10 kilos en un mes, estaba feliz. El problema
fue que al poco tiempo comencé a sentirme mal de salud, tenía la boca
constantemente seca y en algunas ocasiones llegué a desmayarme.
La segunda vez que me desmayé decidí acudir con el médico, éste me dijo que tenía
un problema en uno de mis riñones, las pastillas lo estaban dañando. En ese
momento decidí dejar las pastillas, y con esa acción, vino el temido “rebote”.
Recuperé los 10 kilos que había perdido y otros 7 más. Estaba en total depresión,
pero lo que más me importaba era cuidar mi salud. El médico me dio tratamiento y
finalmente mi función renal volvió a la normalidad.
Ahora con muchos más kilos encima, decidí hacer las cosas de la manera tardada:
dieta y ejercicio. Acudí con un nutriólogo y un entrenador de gimnasio. En tres meses
perdí 5 kilos, y así fui bajando poco a poco. La cuestión aquí es que todos estamos
desesperados por lograr nuestras metas lo más rápido posible, pero la verdad es que
el camino fácil nunca es el más indicado. Lo que nos lleva al éxito es el esfuerzo
constante y la dedicación. Hoy estoy en mi peso ideal y me siento maravillosamente
de salud.