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El Redular (Valderredible)

Chapter · April 2016

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2 authors:

Luis Teira Roberto Ontañón


Universidad de Cantabria Universidad de Cantabria
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ÁREA 4
El Redular Luis César Teira Mayolini 1
Roberto Ontañón Peredo 2
10
Ruanales, Valderredible 1 Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria – Universidad de Cantabria.
2 Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria – Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria.

1 Vista hacia el W del sitio de El Redular (Valderredible).

Ubicación y descripción del entorno


El conocido como “ídolo de Ruanales” se ubica el paraje de que han rebajado ostensiblemente (más de 80 cm) el nivel
El Redular, cerca del caserío llamado El Barriuco, a unos de suelo de la pared [fig. 1].
1100 m al SW del pueblo del que toma nombre, en el valle
de Valderredible. Estamos, por lo tanto, en territorios tras- Historiografía
montanos de Cantabria pertenecientes al valle del Ebro. Más allá del conocimiento popular, el descubrimiento para
Desde su posición y mirando hacia poniente se domina la ciencia del sitio se debe a M.A. García Guinea, Director del
una magnífica panorámica del robledal de Monte Hijedo. Museo Provincial de Prehistoria y Arqueología de Santan-
Como decimos en otras voces de esta misma publicación, der, quien, en una escueta nota en una guía regional de mo-
el topónimo de Monte Hijedo nos sirve de referente geo- numentos, lo cita y describe sumariamente (García Guinea,
gráfico y medioambiental para reunir diversas estaciones 1988: 210). Como el propio autor menciona, son los vecinos
con arte postpaleolítico en las que el contenido antropo- de Ruanales los que le enseñan el lugar. De igual forma harán
morfo destaca de forma notable. De hecho, en la ladera con otra visita, cercana en el tiempo, de los investigadores P.
enfrentada a este sitio, 2 km al SW, se encuentran las figu- Sarabia y R. Bohigas. En efecto, estos últimos publican otra
raciones geminadas de La Serna. A este respecto, merece nota en el mismo año (Sarabia y Bohigas, 1988: 63) en la que
destacarse la pervivencia en la memoria popular de leyen- ya aparecen descritos todos los elementos grabados de la pa-
das vinculadas a ambas representaciones y que nos hablan red, así como un primer contexto cronocultural del conjunto.
de “señores moros” que desde estas privilegiadas atalayas A partir de estas noticias se suceden otros análisis de variado
vigilaban ambos lados del valle. Son estos mitos los que contenido y dispar estrategia metodológica (Bueno y Balbín
dan lógica a las excavaciones hechas al pie de los grabados 1992, Díaz Casado 1993, Teira y Ontañón 1996, 1997, 2000).

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Detalle del panel principal del sitio de El Redular (Valderredible).
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2

2 Panel principal del sitio de El Redular (Valderredible).

El conjunto rupestre opuesto parece truncado de forma abrupta en lo que debería


Los grabados de El Redular se han trazado sobre una pa- ser la punta. La longitud total es de 36 cm, contando la zona
red vertical que mira al SW y que se estructura en tres más externa del surco de grabado. Por debajo del motivo se
grandes bancadas rocosas con un ligero buzamiento apa- han trazado dos líneas paralelas verticales situadas casi en los
rente hacia el W. Se trata de un afloramiento de areniscas extremos del icono del puñal. Estas miden unos 9 cm [fig. 3].
del Cretácico Inferior (facies Wealdiense) que en ese paño
alcanza una altura de unos 4 m. Los motivos se han tallado A unos 60 cm a la izquierda de éste y en una posi-
en los dos paquetes inferiores [fig. 2]. ción algo más baja se ha grabado otro motivo de apariencia
similar al anterior. En este caso su perfil mira hacia el lado
El motivo principal delinea una gran forma alargada opuesto. En efecto, se trata de una forma alargada dispues-
cuyo ápice superior se remata en arco y cuyos trazos descen- ta en sentido horizontal que cierra un extremo con un tra-
dentes, rectos, se abren progresivamente hasta finalizar de zo semicircular, en este caso el izquierdo, y el otro con una
forma abrupta en una cota horizontal inferior. La labor de ta- forma trapezoidal. Del lado del semicírculo se han tallado
lla se ha concebido como un bajo relieve profundo y amplio, cuatro puntos pareados: dos en el interior de la forma alar-
sobre todo en la zona superior del icono. Ese trabajo de libe- gada y otros dos entre ésta y el remate curvo. A pesar de esta
ración de la forma inscrita no continúa, sin embargo, en el re- analogía, no hay consenso en la interpretación de este moti-
mate inferior: su suelo. A la altura del tercio superior la forma vo. Para algunos se trata de un signo pisciliforme (Sarabia y
se ve afectada por un ligero retranqueo debido al cambio de Bohigas, 1989: 63) que podría, incluso, ser relacionado con
bancada en los paquetes de arenisca. Vista la forma en su con- grafismos religiosos altomedievales presentes en las ermi-
junto no resulta extraño el uso de la palabra faliforme para ca- tas rupestres del valle (Díaz Casado, 1993: 78). Para otros
racterizarlo (García Guinea, 1988: 210), o la relación propues- es una copia reciente del icono inscrito en la figura princi-
ta con antropomorfos-menhir del norte de Portugal (Bueno pal (Bueno, 1995: 94). En todo caso, su trabajo de talla está
Ramírez & Balbín Behrmann, 1992: 515). La forma inscrita en mucho menos patinado. Los surcos tienen un abrupto perfil
el bajo relieve mide 1,78 m de alto x 54 cm de ancho en la base. en uve y en algunos tramos se llega a distinguir los golpes
Si incluimos el área rehundida las medidas son 1,89 x 0,77 m. individualizados del buril trazador [Fig. 4]. El hecho de que
Buena parte del bajo relieve supera los 4 cm de profundidad. se haya dado la vuelta al motivo sin descomponerlo, es de-
cir, permaneciendo la estructura del diseño, no se ajusta a la
En su interior, a mitad de su altura, se ha grabado lo que idea una copia sin sentido propio y alejada, a la vez, del sig-
interpretamos como un puñal dispuesto en horizontal que es- nificado de origen. O bien hay continuidad en la semántica
boza el dibujo del puño y la hoja en un perfil común fusiforme. (se conoce lo que representa el más antiguo), o se mal inter-
El remate de esta empuñadura se define mediante un trazo preta aquél y, por mero paralelo formal, se reconduce hacia
neto semicircular. Incluso puede señalarse la presencia de dos una semántica nueva que le da razón de ser. ¿Una forma de
puntos piqueteados en esa zona del enmangue. El extremo cristianizar la memoria pagana con el pez paleocristiano?

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Es también significativo el rebaje del suelo al pie de la pa- troso estos elementos parecen completarse con otro trazo curvo
red rocosa. De hecho, un nivel inicial de suelo, coincidente por encima del puñal. Como decimos en la voz perteneciente a
con el arranque de los trazos rectos envolventes de la figura tal sitio, todos estos surcos —que fueron tallados una vez hecho
principal, puede seguirse en los cambios de coloración y en el puñal— pueden interpretarse como un nuevo antropomorfo
la trama erosiva de su superficie. Si para el motivo central inscrito en el mayor, exegesis pertinente teniendo en cuenta el
el campo manual de trabajo se hace lógico suponiendo ese juego de tamaños expresado en la veintena de motivos seriados
nivel, en el caso de la figura del “pez” ese suelo queda dema- de ese gran panel corrido. En la figura de la derecha de La Serna
siado alto e implica una postura forzada de trabajo. Resulta volvemos a ver un icono semejante inscrito en el mayor, aunque
más procedente pensar que este último se trazó cuando tal aquí, debido al mal estado de conservación, no es posible inten-
nivel estaba más bajo, o sea, en momentos posteriores. tar interpretaciones complementarias, más allá de la constata-
ción de la existencia de una ruptura horizontal del arco inscrito.
Contexto arqueológico y cronología En el caso de El Redular sólo se grabaron los trazos inferiores,
El grabado de El Redular mantiene evidentes analogías con lo que descarta la lectura hecha para Peña Lostroso. Quizás se
los cercanos ejemplos de La Serna (Valderredible), Peña trate de algún elemento de amarre o de cinturón.
Lostroso (Las Rozas de Valdearroyo) y Portillo Viejo (Alfoz
de Santa Gadea, Burgos) (Bohigas y otros, 2006: 40) (Teira ¿Cuál es el marco cronocultural del Grupo de Monte Hi-
y Ontañón: 1997). De hecho tiene pleno sentido hablar del jedo? Del código gráfico compartido en estos ejemplos podemos
Grupo de Monte Hijedo como un conjunto de manifestacio- destacar tres aspectos. El carácter arcaico de sus convenciones,
nes de raíz antropomorfa cuya semiótica se resuelve aten- sobre todo en lo que respecta a la figura humana.; la unicidad de
diendo a dos argumentos gráficos. De una parte la fisonomía los atributos que califican esa figura y el sentido social jerárqui-
fálica o menhírica de la forma mayor envolvente. De otra, el co de la composición de Peña Lostroso. En cierto modo, nuestra
recurso a un único elemento narrativo inscrito en la parte estrategia de contextualización puede seguir un camino similar
media-baja de esa grafía mayor, por lo demás lisa. En el caso al planteado para el Grupo Sejos/Peña Tu/Tabuyo (Saro y Teira,
de El Redular estos trazos pueden ser interpretados como 1992), pero aquí con elementos menos diagnósticos. Analizamos
un puñal corto dispuesto en horizontal y de remate curvo. una etapa de la glíptica antropomorfa orientada al retrato social
Dibujos similares se repiten en el caso de la figura central de pero resuelta con muy pocos elementos. Además, su concentra-
Peña Lostroso, aún cuando aquí el arma mira al lado opues- ción espacial hace que las convenciones utilizadas no resulten tan
to. El paralelo alcanza otras labras de más oscura interpreta- trascendentes como lo compartido en la amplia geografía del Gru-
ción. En ambos ejemplos por debajo del arma se sitúan dos po de Sejos. En principio deberíamos tratar este de Monte Hijedo
líneas rectas verticales, o casi verticales que parten de zonas como un diseño local. A pesar de ello es interesante mencionar un
inmediatas a los extremos del perfil del puñal. En Peña Los- paralelo ya propuesto en los años 90 (Bueno, 1990: 107). Se trata de

3 Detalle del arma en el interior de


la figura principal. Imágenes crea-
das a partir de modelo 3D obteni-
do por fotogrametría convergente
de rango cercano (Nikon D700. AF
Nikkor 24 mm. 1:2.8D). Point-cloud
resolution: 0.4 mm (Photomodeler-
Scanner2013). Poisson Surface Re-
construction desde Meshlab v1.3.2.
a) Textura de la imagen original.
b) Mapa de luces y sombras. c)
Coloreado de curvaturas APSS. d)
Mapa de profundidades. (Meshlab
Visual Computing Lab - ISTI - CNR.
http://meshlab.sourceforge.net/).

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la estatua-menhir de Villar del Ala (Soria) (Romero Carnicero, tena de km de Ruanales, se conocen otras estructuras de la
1981). Este excepcional ejemplo escultórico de bulto redondo misma filiación. Mucho más cercanos, aunque de contexto
de 2,5 m, singulariza un personaje que lleva incorporado al cin- incierto, son los hallazgos de una punta lítica con pedúncu-
to un arma dispuesta en horizontal con remate de la empuña- lo y aletas que se conserva en el MUPAC con referencia de
dura en media luna1. Por debajo se ha tallado un trapecio isós- “Monte Hijedo” o el hacha de bronce de Cejancas. A nuestro
celes que recuerda la disposición de líneas que complementan modo de ver, la representación de El Redular y, en general, las
los puñales de El Redular y Peña Lostroso. Para este menhir antropomorfas de Monte Hijedo deben vincularse con este
esculpido soriano se ha propuesto una fecha de inicios del 2º tipo de contextos en los que se manejan e intercambian armas
milenio (Balbín y Bueno, 1993: 52).Como mero paralelo formal, de metal. Frente a las primeras calcolíticas creemos, sin em-
cambiando de escala, también podemos mencionar las repre- bargo, que éstas representan los tipos metálicos de inicios de
sentaciones de bulto redondo del valle de Lunigiana (Italia), en la Edad del Bronce, entre el final del 3º milenio y el comienzo
concreto las del tipo Pontevecchio (Anati, 1972: 71). En ellas se del segundo a.C. (Teira y Ontañón 1997; Ontañón 2003).
repite una similar distribución de formas y atributos. En estos
casos, lejanos en geografía, se ha propuesto como cronología el
horizonte calcolítico de Remedello.
4
Volviendo a la geografía de Monte Hijedo, la zona
apenas tiene otro tipo de testimonios arqueológicos. Además
de los sitios con grabados se conoce otra media docena de
abrigos con pinturas, entre las que destaca el de El Cubular
(Mínguez y otros, 1984), sito a 1500 m al NE de El Redular y
también motivo de análisis en esta publicación. La evidencia
más abundante se refiere a estructuras funerarias megalíti-
cas. Si bien no coinciden con el espacio de Monte Hijedo, si
es posible aludir a monumentos del extremo norte del Grupo
de Sedano. El magnífico sepulcro de corredor de La Cabaña,
en Sargentes de La Lora (Delibes y otros, 1993), dista 13 km en
dirección SSE de la posición de El Redular. A una distancia
similar, ahora al S, está el grupo de túmulos de Arvejales y el
probable sepulcro de corredor de La Cespedera (García-So- 4 Figura ¿pisciliforme? a la izquierda del motivo central de El Redular. No-
to, 2000), todos ellos en la asomada de La Lora sobre el valle tese la irregularidad del surco de grabado. En algún tramo se llegan a
de Valderredible y circunstancialmente en la división admi- distinguir los golpes de buril individualizados. Imágenes creadas a partir
de modelo 3D obtenido por fotogrametría convergente de rango cer-
nistrativa de Cantabria. En el otro extremo del robledal de cano (Nikon D700. AF Nikkor 24 mm. 1:2.8D). Point-cloud resolution:
Monte Hijedo, es decir en Valdeolea y Campóo, a una vein- 0.4 mm (PhotomodelerScanner2013). Poisson Surface Reconstruction
1 Aunque F. Romero lo interpreta como una hebilla de cinturón de tipo desde Meshlab v1.3.2. Filtro: Shader Xray. . (Meshlab Visual Computing
“garfio y doble remache” (Romero, 1981: 116) Lab - ISTI - CNR. http://meshlab.sourceforge.net/).

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