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El documento habla sobre la importancia de la obediencia a Dios. Señala que debemos tenerle respeto, reverencia y obediencia a Dios, quien es bueno y misericordioso. También debemos ser sabios y buscar la guía de Dios en momentos difíciles a través de la oración y la fe, acatando sus órdenes. Además, debemos conocernos a nosotros mismos y no tratar de engañarnos, pues si creemos que podemos engañar a Dios, no es así. La voluntad de
El documento habla sobre la importancia de la obediencia a Dios. Señala que debemos tenerle respeto, reverencia y obediencia a Dios, quien es bueno y misericordioso. También debemos ser sabios y buscar la guía de Dios en momentos difíciles a través de la oración y la fe, acatando sus órdenes. Además, debemos conocernos a nosotros mismos y no tratar de engañarnos, pues si creemos que podemos engañar a Dios, no es así. La voluntad de
El documento habla sobre la importancia de la obediencia a Dios. Señala que debemos tenerle respeto, reverencia y obediencia a Dios, quien es bueno y misericordioso. También debemos ser sabios y buscar la guía de Dios en momentos difíciles a través de la oración y la fe, acatando sus órdenes. Además, debemos conocernos a nosotros mismos y no tratar de engañarnos, pues si creemos que podemos engañar a Dios, no es así. La voluntad de
El Señor nuestro Dios es bueno y misericordioso con cada uno de
sus hijos y nosotros debemos ser temerosos de Él; esto significa que debemos tenerle respeto, reverencia, admiración, sumisión y obediencia. Debemos ser sabios para así no dejarnos llevar por nuestros impulsos, pensamientos y por lo que creemos que nos hará bien. En los momentos difíciles como en los buenos debemos buscar de Dios, orar, ser sinceros, tener fe para así ser guiados por el señor y acatar sus órdenes. También tenemos que mantener presente que debemos conocernos a nosotros mismos y no tratar de engañarnos porque con esto nos hacemos daño y si creemos que vamos a engañar a Dios no es así. Si queremos conocer la voluntad de Dios debemos orar y ser pacientes porque muchas veces queremos que nuestros planes se cumplan en el momento deseado, pero frecuentemente no somos conscientes de que si las cosas no se dan es porque Dios tiene un plan maravilloso en el tiempo perfecto para cada uno de nosotros. No sabemos lo que es bueno para nosotros mismos; y aquello a lo cual más nos aficionamos, y en que hemos puestos nuestro corazón, a menudo resulta nocivo y, a veces, fatal.