La salud en las culturas
31 prevalentes en nuestro medio
Itziar Martín, Jordi Belloso, Claudia Guzmán, Joy Ngo
INTRODUCCIÓN
España cuenta con una población de 46.624.382 habitantes
censados en enero de 2015, último dato publicado por el Ins-
tituto Nacional de Estadística (INE). De esa cifra, 4.729.644
(10,14%) corresponden a extranjeros con permiso de residencia
en vigor (49% mujeres). Los flujos de migración están en cons-
tante cambio en función de variados factores socioeconómicos.
Así, España recibió un número creciente de inmigrantes en la
primera década del siglo XXI, pero debido a la última crisis
económica, desde el año 2011 se ha observado una tendencia
descendente en el número de inmigrantes (Fig. 30.1).
La distribución de inmigrantes no es regular en todo el terri-
torio español, y varía si comparamos áreas urbanas y rurales,
y diferentes Comunidades Autónomas. La mayoría de inmi-
grantes se distribuye en Cataluña (1.028.069), Comunidad
de Madrid (811.128), Comunidad Valenciana (700.211) y
Andalucía (636.205) (Fig. 30.2).
En cuanto a su procedencia (Fig. 30.3A), los porcentajes varían
en cada provincia, pero, globalmente, predominan: marroquíes
(16,4%), rumanos (14,4%), ecuatorianos (8,9%), colombianos
(7,5%), y de Reino Unido (6,1%). El grupo más numeroso
procedente de Asia corresponde a los inmigrantes chinos, que
suponen 4% del total.
Respecto a su distribución etaria, el 15,8% de inmigrantes
tiene de 0 a 15 años (747.463), siendo el grupo mayoritario
de estos de origen europeo, seguido del africano y latinoame-
ricano (Fig. 30.3B).
El aumento de la inmigración en España ha comportado cam-
bios en su estructura social, y ha repercutido de forma significa-
tiva en las consultas de Pediatría de Atención Primaria, llevando,
por ejemplo, al diagnóstico de enfermedades poco comunes
en nuestro medio, la detección de actividades delictivas, como
la ablación de clítoris, y el conocimiento del uso de terapias
alternativas. Además, en muchas ocasiones, los profesionales
sanitarios han aprendido a tener en cuenta tradiciones, creencias
culturales y religiosas, y hábitos alimentarios de las diferentes
culturas para poder crear empatía con el paciente y su familia.
Así, se ha propuesto la competencia cultural como un enfoque
general para mejorar los servicios de salud, siendo un reto
importante para la calidad asistencial, ya que implica cambios
tanto a nivel institucional como clínico. La competencia cul-
tural clínica consiste en la adquisición de unos conocimientos
específicos, unas habilidades y unas actitudes con los que poder
ofrecer un tratamiento adecuado, individualizado y cultural-
mente sensible.
CONCEPTO TRANSCULTURAL DE
ENFERMEDAD
El análisis que ciertos antropólogos ofrecen del concepto trans-
cultural de enfermedad se inicia a partir de los tres significados
que tiene la lengua inglesa para la palabra enfermedad: disease,
illness y sickness.
Disease correspondería al significado de la enfermedad desde
un punto de vista biomédico y científico. En este concepto,
el paciente se limita a ser un mero receptor del mensaje que le
proporciona el personal sanitario, no teniendo protagonismo
alguno sobre su diagnóstico. Bajo el concepto illness el paciente
adquiere una dimensión participativa, explicando su visión de
la enfermedad a partir de su vivencia, su propio conocimiento
y lo que representa para él. El paciente adquiere el papel de
emisor en la explicación de su dolencia. Sickness revela que,
más allá de la objetividad y subjetividad de la enfermedad,
existe un proceso asistencial. Es decir, tener en cuenta todo lo
que la sociedad puede establecer como frontera entre salud y
enfermedad: lo social, lo histórico, lo económico y lo cultural.
Por todos estos motivos, creemos interesante presentar en este
capítulo cómo varían las percepciones de salud-enfermedad y
los hábitos alimentarios en cada uno de los grupos culturales
mayoritarios en España.
COMUNIDAD ISLÁMICA
Los conceptos de dolor y enfermedad varían según ciertos
patrones culturales. En el cristianismo, cuando la enfermedad
implica sufrimiento y muerte, suele vivirse como consecuencia
de una falta cometida. Los musulmanes están menos enfren-
tados que judíos o cristianos a la paradoja del justo sufridor,
puesto que, si para estos Dios es amor, para los musulmanes es
poder absoluto. Los musulmanes no se rebelan ante la adver-
sidad o los sufrimientos que les afectan. Dios quiere lo fácil y
no lo difícil para los hombres. Si Dios castiga a la persona con
una enfermedad, a la vez le ofrece herramientas para comba-
tirla, la Medicina. Los musulmanes luchan contra el mal con
los medios del Hombre, sin sublevarse contra Dios o caer en
lamentaciones. El cuerpo se considera un legado de Dios, de
ahí que en el Islam esté prohibido cualquier acto que implique
maltratarlo: tatuajes, eutanasia, suicidio. Algunos musulma-
nes pueden ser reticentes a la donación de órganos, la cirugía
estética o la autopsia. La concienciación y la percepción de la
enfermedad se comparten y negocian con los miembros de
la familia. Solo ellos contribuyen de manera importante a las
decisiones referentes a los cuidados de los enfermos. La familia
se responsabiliza del cuidado del paciente durante el proceso
1
 2 promoción de la salud y prevención

3.000.000

2.500.000

2.000.000

1.500.000
Hombres
Mujeres
1.000.000

500.000

0 Figura 31.1. Número de

inmigrantes con permiso
99
00
01
02
03
04
05
06
07
08
09
10
11
12
13
14
15
de residencia en vigor en
19
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
20
España. Instituto Nacional de
Estadística (1.01.2015)

0,7%
China 4%

8,15% Rumanía 14,4%

22% Cataluña
28% Marruecos 16,4%
Comunidad de
Madrid Europa
Comunidad 22,06% América
Valenciana 46,38%
17% África
5% Andalucía Asia
Canarias Otros
13% Resto CC.AA.
15% 23,33%
Ecuador 8,9%
CCAA: Comunidades Autónomas

Figura 31.2. Distribución de inmigrantes en España. Instituto FIGURA 31.3A. Procedencia de los inmigrantes en España. Insti-
Nacional de Estadística (1.01.2015) tuto Nacional de Estadística (1.01.2015)

de enfermedad y/o muerte inminente. Ser una carga para la

familia no es una preocupación ni del paciente ni de la familia. China 5,82%
Cuando los pacientes se enfrentan a una enfermedad terminal, Pakistán 1,86% 6,5% Rumanía 16,7%
la mayoría no va a ningún tipo de centro sociosanitario, es
9,8%
impensable y va contra toda norma y valor básico.
Ecuador 2,83% Europa
Sobre la diferencia del rol de géneros en el Islam, hay que Bolivia 2,44% 36,5% África
15,1%
conocer ciertos aspectos de la tradición y el derecho islámicos. América
El derecho islámico establece la superioridad del hombre sobre Asia
la mujer. Además, según algunos exégetas del Corán, primera Otros
fuente de derecho islámico, el Mundo se divide en dos subuni-
versos: el público y el privado. Al público pertenecen Religión 32,1%
y Poder, y todo lo que conllevan - calles, espacios públicos… Al Marruecos 25,15%
privado pertenecen Hogar, Familia, Sexualidad… Lo público
se ha atribuido al hombre debido a que este es el más men- FIGURA 31.3B. Procedencia de los inmigrantes menores de 15
cionado por Dios, cuantitativamente, en el Corán. Mientras años en España. Instituto Nacional de Estadística (1.01.2015)
que el subuniverso privado les pertenece a hombre y mujer,
pero, como el hombre no puede ser patrón en dos lugares
simultáneamente, el espacio privado es atribuido a la mujer. traspasar sola esa frontera. De ahí que, si una mujer “cruza la
Por tanto, como el hospital y la calle son espacios públicos, la frontera”, necesite del acompañamiento o beneplácito tácito
mujer no puede, según una interpretación rigurosa del Islam, para hacerlo sola de un miembro de su comunidad, un hombre.

Además, en caso de traspasarla, lo ha de hacer de la manera
más invisible posible; de ahí su indumentaria.
De los cinco pilares básicos que todo musulmán debe realizar,
aunque hay muchos musulmanes que llevan a cabo todos, algu-
nos o ninguno, la abstinencia ocupa el cuarto lugar por orden
de importancia. Sin embargo, es, sin duda, el pilar más seguido
y celebrado. Consiste en que no entre nada en el cuerpo de una
persona adulta durante las horas de luz solar durante el mes de
Ramadán, ni siquiera agua. Algunos creyentes que interpretan
de un modo más restrictivo este concepto también incluyen
no perfumarse, no ducharse, no tomar un baño y no tragar
saliva. Están exentos de cumplirlo las personas enfermas, los
viajeros, los niños, las mujeres con la menstruación, las mujeres
embarazadas y las que dan lactancia materna, y los ancianos.
Es clave entender que para un musulmán el concepto de abs-
tenerse no tiene equiparación ninguna con el ayuno prescrito
por el judaísmo y por el cristianismo. El periodo de abstinencia
en el Islam no está relacionado ni con la aflicción del alma ni
con la constricción. Consiste, básicamente, en una lucha de los
creyentes para superarse a sí mismos. Por esa razón, al final de
las horas de restricción se permite comer. En la última noche
del mes de Ramadán tiene lugar una celebración de hermana-
miento y de recordatorio colectivo, en la que se conmemora
conjuntamente la lucha librada por cada fiel contra el propio
cuerpo y la alegría de haber vencido a los sentidos. De ahí que
para todos los musulmanes, el mes de la abstinencia y su fiesta
de ruptura sean comparables a nuestro periodo vacacional.
Durante ese periodo cambian los horarios laborales y el ritmo
de vida, y algunas familias inician sus vacaciones.
Adaptaciones alimentarias de la comunidad
marroquí (grupo islámico mayoritario en España)
en el país de acogida
• Alto consumo de azúcar.
• Consumo elevado de bollería y postres lácteos azucarados.
• Se mantiene el consumo relativamente alto de hortalizas
(en contexto familiar y no tanto en hogares unipersonales
o compartidos).
• Menor consumo de fruta fresca, preferencia por el consumo
de zumos de frutas.
• Menor consumo de cordero y pescado (el último en per-
sonas procedentes de zonas costeras de Marruecos) por su
alto coste en España.
• Frecuentes cenas inadecuadas.
• Predominio de la técnica culinaria del guiso.
COMUNIDAD GITANA
La única certeza sobre el origen del pueblo gitano parece ser
su cuna oriental, documentada casi exclusivamente sobre una
base lingüística, al detectar la estrecha relación entre el Romaní
(lengua de los gitanos) y las lenguas habladas en el noroeste de
la India (concretamente la zona del Punjab).
El pueblo Rom o Roma ha tenido presencia en Europa desde
tiempos remotos. Se asentó entre los siglos XIV y XV principal-
mente en España, Portugal, Francia, Alemania, Rusia, Rumanía
y Hungría. La población gitana es la principal minoría étnica
europea. Se calcula que en la actualidad viven en Europa entre
10 y 12 millones de personas gitanas, de las cuales, cerca de
La salud en las culturas prevalentes en nuestro medio 3
las dos terceras partes habitan en los países del centro y este
de Europa. En la actualidad, se calcula que la población gitana
española es de unas 725.000-750.000 personas. Las comuni-
dades con mayor número de gitanos son Andalucía, Cataluña,
Comunidad Valenciana y Comunidad de Madrid. Por otro
lado, la incorporación de Rumanía en la Unión Europea el 1
de Enero de 2007 ha facilitado la llegada de gitanos rumanos
a España, cuyo censo y seguimiento son difíciles debido a que
cambian de domicilio con mucha frecuencia.
Algunos de los rasgos culturales más característicos de los gita-
nos, y necesarios para comprender su relación con la salud y
la enfermedad, son: organización social fundamentada en la
familia entendida en sentido extenso y prevalencia del grupo
frente al individuo; hay familias gitanas que no escolarizan a sus
hijos, ya que estos participan en la vida de los adultos, incluso
en los ingresos económicos familiares; gran valor a la palabra
dada, que prevalece frente a lo escrito; el respeto a los ancianos,
su figura es muy representativa y valorada en la comunidad; el
luto, que frena las actividades sociales y laborales, y condiciona
la estética personal (vestimenta negra y pañuelo en mujeres,
barba en hombres); la figura de los difuntos es tratada con un
gran respeto, es importante tener en cuenta las manifestaciones
que pueden surgir cuando se confirma la muerte de algún ser
cercano y/o cuando los médicos deben realizar el levantamiento
del cadáver y/o la autopsia; la influencia de la Iglesia Evangé-
lica, que ha motivado a muchas personas gitanas a aprender
a leer y a escribir para poder leer la Biblia, ha favorecido la
creación de identidad colectiva y cohesión social, y ha permi-
tido que las mujeres participen en otros ámbitos además del
doméstico; las mujeres sintetizan los saberes y tratamientos
relacionados con las enfermedades y dolencias; sobreprotección
de las mozas, desde edades tempranas se las prepara para el
matrimonio y para asumir las funciones reproductivas.
Un gran porcentaje de gitanos concibe la salud como la ausen-
cia de enfermedad, y la enfermedad como una situación inva-
lidante ligada a la muerte. Esta determinada visión de la salud
y la enfermedad tiene varias consecuencias. La preocupación
por la salud comienza cuando aparecen síntomas llamativos,
por lo que el concepto de prevención es difícil de trabajar.
Una vez que la persona, y su entorno familiar, perciben que
ha aparecido la enfermedad, la actuación debe ser inmediata
y resolutiva, por la relación directa que establecen entre enfer-
medad y muerte. Esto condiciona una excesiva utilización de
los servicios de urgencias, escasa utilización de los servicios de
ambulancias, pues suele ser la propia familia la que realiza el
traslado, y escasa utilización del servicio de cita previa.
El diagnóstico supone poner nombre a lo que se tiene; por
ello, la actitud ante él es ambivalente, siendo de clara evitación
cuando aún no han aparecido síntomas y consecuencias signifi-
cativas. Si con el tratamiento desaparecen los síntomas, suelen
ser abandonadas las pautas terapéuticas, pues desde esa deter-
minada concepción de la salud ha desaparecido la enfermedad.
En muchos casos consideran que el binomio salud-enfermedad
está regido por factores ajenos y, por lo tanto, no vinculan
la salud con el estilo de vida (alimentación, ejercicio físico,
tabaquismo…). Determinadas normas tradicionales, como
la prohibición del tabaco y el alcohol o la limitación de las
relaciones sexuales al matrimonio, son factores de protección
en relación con la salud, al margen de planteamientos éticos.
 4 promoción de la salud y prevención
Los criterios que usan los gitanos para valorar la calidad en la
atención de los profesionales de salud se basan en: tiempo de
atención, calidad del trato, empatía percibida, y determinados
mensajes no verbales, como el recibimiento cordial, el contacto
visual relajado y el tratamiento de usted a personas mayores. Es
importante el saludo específico a los hombres gitanos, como
un detalle que condicionará la confianza del “cabeza de fami-
lia”, y verbalizar los hallazgos normales que se encuentran en
la exploración del paciente para rebajar niveles de ansiedad.
A grandes rasgos la población gitana presenta menor espe-
ranza de vida, mayor prevalencia de enfermedades crónicas,
mayor presencia de caries y de problemas visuales y auditivos,
una mayor presencia de factores de riesgo cardiovascular, así
como un mayor porcentaje de accidentabilidad. En el caso de
las mujeres destacan los problemas derivados de la alta tasa
de fecundidad y de los embarazos precoces y tardíos, meno-
res hábitos de prevención ginecológica y problemas de salud
derivados de la sobrecarga por su posición en la familia. En
la población infantil se señalan mayor mortalidad infantil,
menor seguimiento de las vacunaciones, hábitos alimentarios
deficientes, niveles superiores de sobrepeso y obesidad, menor
actividad física y mayor consumo de televisión que en la pobla-
ción infantil general.
Prácticas alimentarias
• Un 5,5% de los niños y un 8,4% de las niñas no desayunan,
cifras que quintuplican las que se observan en el conjunto
de la población española.
• Hay algunas familias que optan por la bollería industrial
para los almuerzos escolares, considerando que “un bocadillo
o fruta es poca cosa”.
• Algunos mitos muy implantados: “la carne es el alimento
de mayor calidad”, “comer pescado es como no comer”.
• El porcentaje que toma fruta y/o verduras a diario es más
bajo que en la población general.
• La presencia de azúcares y grasas animales es más frecuente
que en la población general.
• Las proteínas animales provienen principalmente de la carne
(con un consumo importante de embutidos y fiambres) y
los huevos, siendo el pescado y los lácteos productos de
consumo menos frecuente.
• Destaca un mayor consumo diario de pasta, arroz, patatas
y legumbres, respecto a la población general.
• La población infantil gitana comienza a tomar decisiones
sobre lo que quiere y lo que no quiere comer muy tem-
pranamente. No se suelen poner normas en relación con
el consumo de chucherías.
COMUNIDAD LATINOAMERICANA
Durante muchos años la inmigración latinoamericana consti-
tuyó un colectivo importante, aunque diverso y plural, inicial-
mente feminizado. Esta inmigración fue de tipo económica en
la mayoría de los casos. Actualmente, la situación de llegada
prácticamente se ha paralizado e, incluso, ha disminuido el
número total de latinoamericanos en el estado español. Los
años de la burbuja inmobiliaria propiciaron la reagrupación
familiar, constituyéndose nuevos escenarios, con familias que
se lograban ensamblar y reorganizar de manera tradicional,
con la existencia de un jefe de hogar varón y la integración
progresiva en la sociedad española (escolarización de los niños,
compra de pisos, obtención de la nacionalidad).
Sin embargo, la repercusión de la crisis económica ha incidido
de manera importante en el cambio y la conformación social
de este grupo. Ha existido una degradación económica, con
pérdida del trabajo de los jefes de hogar, la mayoría hombres
reagrupados, que trabajaban en la construcción. Desde el año
2012, se evidencia un retroceso en la población latinoamericana,
por una parte, en la obtención de la nacionalidad española y,
por otra, consecuencia de un proceso de retorno a sus países de
origen. Este hecho constituye una nueva ruptura de la familia:
no regresan todos, generalmente los integrantes de sexo mascu-
lino y/o los adolescentes-jóvenes sin trabajo, y permanecen las
mujeres, cuya fuerza laboral se ha mantenido más estable (ser-
vicio doméstico y cuidadoras), pero en condiciones de mayor
precarización. Muchas de estas mujeres se mantienen en España
por la escolarización de sus hijos pequeños. Estas familias, con
mujeres como única fuerza laboral, vuelven a estar en situación
de precariedad, buscando diferentes alternativas de gestión de
la crisis como el subalquiler de habitaciones (hacinamiento) y
la economía sumergida. Este colectivo se ve empobrecido y con
el estigma de la frustración (pérdida del trabajo, pérdida de la
vivienda, ausencia de ascensor social para las nuevas generacio-
nes). Los adultos que han obtenido la nacionalidad consideran
que el regreso a sus países de origen puede ser una solución
transitoria en espera de la recuperación económica de España.
Estudios durante la última década indican que los niños lati-
noamericanos presentan evidencias de una precoz integración
social, y se sienten partícipes de esta sociedad. Pero hay cifras
de que, aunque la escolarización sea precoz, la tasa de aban-
dono estudiantil en edades mayores es importante y claramente
diferenciada con otros colectivos de inmigrantes. Existe un
segmento de población adolescente-joven de origen latinoa-
mericano que actualmente no estudia ni trabaja. Este grupo
es de alta vulnerabilidad, y está provocando un escenario que
es de difícil gestión para la misma familia y para la sociedad
en su conjunto. Estos niños-adolescentes, además, han estado
sometidos a una experiencia inicial de doble duelo (primero
abandono de la madre en su país, y, posteriormente, pérdida
de los vínculos con sus cuidadores debido a la reagrupación),
y ahora se enfrentan a un posible tercer duelo en pocos años
(el retorno de algún miembro de la familia o uno de ellos mis-
mos). En estas circunstancias aumentan y reaparecen síntomas
y signos de la esfera psicológica, así como la utilización de los
servicios sanitarios.
La mujer latinoamericana inmigrante es la piedra angular social
de este proceso migratorio. Este grupo de mujeres entiende
la salud como “ausencia de enfermedad”, y esta se encuentra
influida por múltiples factores, entre ellos el religioso, conside-
rando a Dios como un proveedor de salud. La salud es un valor
esencial básico, especialmente porque es un vehículo necesario
e imprescindible para poder trabajar y mantener la estabilidad
de su entorno; más que un bien individual es un bien colectivo.
La salud del hijo se relaciona directamente con este mismo
fenómeno. Por ende, el cumplimiento del calendario de vacu-
nas y los controles programados del niño y/o la gestante son
dos procesos de tipo preventivo que son asumidos con cierta
regularidad. Pero, en muchas ocasiones, la asistencia sanitaria
se ve influenciada por la extensión de la jornada laboral de

estas mujeres, lo que les dificulta acudir a citas regladas, por
lo que utilizan recursos informales (autovaloración, consultas
en las farmacias), y son usuarias frecuentes de los Servicios de
Urgencias cuando consideran que la afección es importante.
Desconocemos actualmente los cambios y repercusiones en
el ámbito social y sanitario que provocará el impacto de la
crisis en este colectivo. Sin embargo, el proceso de inmigra-
ción tiene unas claras repercusiones psicológicas, aunque este
fenómeno sea poco reconocido tanto en la madre como en los
hijos, asumiéndose como un proceso normal sin ser percibido
como una dificultad. Este hecho hace que sean frecuentes las
somatizaciones como motivo de consulta.
La percepción de este colectivo del sistema sanitario español es
buena, y existe confianza en él, así como en el sistema escolar,
vehículo clave en la mejora de la calidad de vida.
Adaptaciones alimentarias en el país de acogida
Aumento del consumo de leche y productos lácteos, particu-
larmente en la población infantil.
• Aumento del consumo de carne y pollo según el nivel de
ingresos.
• Poco consumo de pescado.
• Las cenas suelen ser ligeras, compuestas por yogur, boca-
dillo, huevo, restos de la comida…
• Se mantienen los platos tradicionales (sobre todo arroz,
legumbres, plátano macho, patata y, en menor grado, harina
de maíz), aunque el consumo puede ser menor.
• Se adaptan a patrones de consumo españoles en cuanto al
desayuno y al consumo de fruta (comen más fruta autóc-
tona y menos fruta tropical).
• Se mantiene el consumo relativamente bajo de verduras y
hortalizas, aunque dentro de este grupo, hay un discreto
incremento en el consumo de ensaladas.
• Se reduce el consumo de zumos de frutas naturales y
aumenta el consumo de zumos de frutas comerciales, endul-
zados, refrescos y alimentos de baja calidad nutricional.
COMUNIDAD CHINA
Las comunidades autónomas con mayor número de chinos
son Comunidad de Madrid (51.835), Cataluña (51.510),
Comunidad Valenciana (21.252) y Andalucía (20.183). En este
momento, es la comunidad de origen asiático más importante
del país, y su visibilidad en el espacio público refleja el empeño
en sus actividades empresariales. Sin embargo, a veces se han
referido a este colectivo como la comunidad “silenciosa”, dado
que, comparada con otros grupos de población inmigrante, se
ha mantenido más independiente en su economía y círculos
sociales, y tiende a no acceder tanto a los servicios y recursos
comunitarios.
Aproximadamente, el 70% de los chinos en España procede
del sur de la provincia de Zhejiang, del distrito de Qingtian,
una zona rural montañosa del interior. Este hecho ha llevado al
establecimiento de una comunidad con importantes vínculos
familiares, de amistad y vecindad, con un tejido social muy
firme y cohesionado. Hablan el mismo dialecto –o variedad
lingüística del chino meridional– y muchos se conocían pre-
viamente, antes de venir a España.
La salud en las culturas prevalentes en nuestro medio 5
Hoy en día, los pacientes que residen en China pueden optar
tanto por hospitales de medicina occidental como por los que
ofrecen la medicina tradicional china (MTC). Por tanto, al
llegar al país de acogida, la perspectiva para la atención médica
de los inmigrantes chinos puede abarcar los dos enfoques.
Según la MTC, el Qi (energía vital) débil, estancado y des-
equilibrado conduce a los problemas de salud. En la MTC se
basa el entendimiento del organismo en un enfoque integral
del universo, y el tratamiento de las enfermedades radica en
el diagnóstico y la diferenciación de síndromes. La evaluación
de un síndrome no solo abarca la causa, el mecanismo, la
localización y la naturaleza de la enfermedad, sino también el
enfrentamiento entre el factor patogénico y la resistencia del
organismo. Se prioriza la prevención de la enfermedad más que
su tratamiento, lo cual se refleja en el refrán chino que dice que
se distingue un buen médico por la ausencia de enfermedades
en la comunidad en la que ejerce.
La MTC busca el equilibrio entre el Yin y el Yang, dos elemen-
tos opuestos y esenciales del universo (definidos como el calor
y el frío, la luz y la oscuridad...), tanto entre el organismo y
el mundo natural, como dentro del mismo cuerpo humano.
La alimentación tiene un papel destacado en la prevención
y el tratamiento de enfermedades, ya que puede influir en el
estado de equilibrio.
La acupuntura es también un elemento intrínseco en la MTC.
Es una técnica que consiste en tratar a través de la inserción de
agujas en puntos claves del organismo que corresponden a las
zonas o los órganos afectados. Se ha demostrado la eficacia de la
acupuntura para diversas dolencias, como el dolor crónico, los
problemas ginecológicos, el reumatismo, la artritis y las migra-
ñas. Los puntos de acupuntura pueden estimularse con otras
técnicas como la aplicación de calor, masaje, pellizcos, sangrado
y ventosas. Comentar que se ha visto en población infantil la
práctica del coin rubbing (frotar sobre la piel con una moneda
o una cuchara china para desbloquear el flujo sanguíneo).
Cuando los pacientes chinos interactúan con los médicos
españoles pueden sentirse frustrados al pensar que el médico
no entiende plenamente su problema debido al proceso de
diagnóstico occidental. Este fenómeno se agudiza por la difi-
cultad de comunicación, que continúa siendo una barrera en
la relación sanitario-paciente dentro de la comunidad china.
En general, los chinos tienden a ser reservados y educados,
dando pocas muestras de afecto. Es frecuente que oculten su
incomodidad o las emociones desagradables, enmascarando
sus sentimientos con una sonrisa o una actitud deferente. El
saludo más frecuente es dar la mano. El no mirar a los ojos
directamente o mantener una cara inexpresiva no quiere decir
que el paciente no tenga interés ni respeto, sino que forma
parte del lenguaje corporal que rige su cultura. Esta forma de
comunicarse puede dar pie a malinterpretaciones en la inte-
racción entre el sanitario y el paciente chino.
Los inmigrantes chinos utilizan los servicios sanitarios menos
que otros grupos étnicos, sobre todo, en lo que se refiere a
revisiones ginecológicas, servicios odontológicos y atención
psiquiátrica. La enfermedad mental se manifiesta a menudo a
través de trastornos de conducta, y eso en la cultura china se
asocia con deshonra y culpabilidad para la familia. Aparte del
honor de la familia, que es un valor primordial, también se
 6 promoción de la salud y prevención
respeta mucho a los ancianos. Los chinos educan a los niños
para ser obedientes, respetuosos, contener emociones y evitar
conflictos para conseguir la armonía familiar y evitar traer
vergüenza a la familia.
Adaptaciones alimentarias en el país de acogida
• Los cambios alimentarios se correlacionan con el tiempo
que llevan establecidos en el nuevo país. Generalmente,
aumentan en las segundas y terceras generaciones, y en los
más jóvenes.
• La cena sigue siendo la comida más tradicional.
• Se mantiene el consumo de arroz, soja y derivados, verduras
y frutas. Los salteados, los guisos y la cocina al vapor siguen
siendo las técnicas culinarias más habituales.
• Se aumenta la ingesta de carne y aves. Se sustituyen algunas
verduras y frutas tradicionales por las autóctonas del país
de acogida.
• Se aumenta la ingesta de azúcar a través del consumo de
refrescos, pasteles y golosinas.
COMUNIDAD DE ASIA MERIDIONAL
Los inmigrantes de los países de Asia Meridional (Bangladesh,
India y Pakistán) comprendían en 2015 un 2,7% de los extran-
jeros con autorización de residencia en vigor en España. La
población más numerosa es la procedente de Pakistán (77.695),
seguida por las de India (36.724) y Bangladesh (12.833). Cata-
luña es la comunidad autónoma con mayor número de estos
inmigrantes, cuya mayoría reside en la provincia de Barcelona.
Estas comunidades reflejan una variedad de religiones, liderada
por el Islam (poblaciones Pakistaní y Bangladeshí), y seguida
por el Hinduismo (India) y, en menor medida, el Budismo,
el Cristianismo y el Sikhismo.
A pesar de la diversidad que se encuentra en Asia Meridional,
estos países comparten numerosos elementos culturales, que
se ven reflejados en el tejido familiar y en las prácticas sobre la
salud. El subcontinente índico tiene una tradición milenaria de
fomentar el bienestar mediante la práctica de yoga, el masaje,
la aromaterapia y la meditación. Además, cuenta con ciertos
tratamientos médicos que pertenecen a la medicina ayurvédica
y herbal (en la India conocida como Unani). También se acude
a la medicina occidental, aunque el enfoque de esta última,
comparado con el de las medicinas tradicionales, se centra
más en el tratamiento que en la prevención de las patologías.
El sistema de medicina ayurvédica (la palabra significa “el cono-
cimiento de la vida”) tiene un enfoque holístico que emplea las
hierbas y los aceites para conseguir el equilibrio humoral del
cuerpo. Los médicos ayurvédicos intentan diagnosticar la raíz
de la enfermedad, que no solo incluye una evaluación corporal,
sino también del entorno del paciente. Trabajan aspectos de la
alimentación, que se ajusta según las propiedades de los alimen-
tos: satvic (puros), rajasic (estimulantes) o tasmasic (degradantes).
Unani es un sistema de medicina antigua y con un enfoque
integral, que llegó al subcontinente índico de los países ára-
bes. Se practica en comunidades menos occidentalizadas, sobre
todo, en zonas rurales. Se llaman Hakims aquéllos que lo ejer-
cen, aplicando remedios tradicionales y utilizando hierbas y
regímenes dietéticos para curar la enfermedad. Asimismo, estos
curanderos también elaboran amuletos que contienen hierbas y
que se colocan en el cuello, consultan la confluencia de cuerpos
celestes, y emplean el uso de piedras preciosas y semipreciosas.
Por otro lado, también es habitual considerar que una enfer-
medad es el resultado de mal karma, mal de ojo o simplemente
mala suerte. Como consecuencia, a menudo se realizan rituales
religiosos para eliminar la influencia maligna, y dar esperanza
y confianza al paciente y su familia.
Como ha ocurrido en otros colectivos, la primera ola de los
inmigrantes de Asia Meridional consistía mayoritariamente en
hombres. Estudios realizados en la población pakistaní mues-
tran que las cifras de utilización y conocimiento de los servicios
sanitarios, sociales y educativos son muy bajas, y aumentan en
la medida que llegan las esposas con los hijos. Por otro lado,
los vínculos familiares, tanto en la familia directa como en
la extensa, son primordiales en la mayoría de las culturas de
Asia Meridional. No suelen hablar de asuntos personales ni
problemas mentales con personas ajenas a la familia, porque
puede ser una fuente de vergüenza y culpabilidad.
Es importante que los profesionales sanitarios e intérpretes
sean del mismo sexo que el paciente, sobre todo, si se trata de
ciertas exploraciones médicas o cuestiones de salud sensibles.
Estos colectivos tienden a respetar la autoridad del profesional
sanitario y tomar un papel pasivo en su tratamiento. Si el trata-
miento va en contra de sus creencias culturales, suelen ignorarlo
en vez de manifestar su opinión. No están acostumbrados al
modelo occidental de informar al paciente sobre todos los
riesgos asociados y cada aspecto del tratamiento.
Adaptaciones alimentarias en el país de acogida
La cena se mantiene con platos tradicionales.
• Se aumenta el consumo de cereales para desayunar.
• No se suele comer carne en restaurantes por no estar seguros
de si es halal (carne permitida en la Islam).
• Se aumenta el consumo de comida rápida y preparada (piz-
zas, galletas…).
• Normalmente, se cambia de un patrón alimentario alto
en fibra y bajo en grasa en el país de origen, a otro bajo en
fibra y alto en grasa en el país de acogida.
COMUNIDAD FILIPINA
La comunidad filipina comprendía en 2015 un 0,64% de
los extranjeros en España con permiso de residencia en vigor
(30.329). Las comunidades autónomas con mayor número de
este colectivo son Comunidad de Madrid (12.383), Cataluña
(10.286) y Andalucía (2.241). En España hay más mujeres
filipinas (61%) que hombres. La mayoría de las mujeres se
encuentran en la franja de edad de 25 a 45 años. Los filipinos
trabajan principalmente en el servicio doméstico, en residencias
privadas y en el sector de la hostelería (90%). La comunidad
filipina se considera el grupo más antiguo de inmigrantes de
origen asiático en España.
Filipinas comprende un archipiélago de más de 7.000 islas, con
unos 80 dialectos. La mayoría habla el idioma oficial, el tagalo,
y también inglés. La religión principal es el catolicismo, herencia
de haber sido una colonia española durante más de 3 siglos.
Los filipinos, como otros colectivos, pueden emplear una mez-
cla de la medicina occidental con la medicina tradicional y

herbal y prácticas religiosas de curación. Para algunos, consultar
al médico es el último recurso, reservado para los casos graves.
La medicina tradicional incluye remedios a base de hierbas
para resfriados, dolor de estómago y de cabeza, y problemas
con los riñones y el hígado. Los curanderos también emplean
el masaje, la reflexología, la imposición de manos, la curación
de huesos y la curación psíquica.
Por otro lado, se consideran la devoción a los santos y otras
prácticas religiosas como un elemento clave en el proceso de
curación. La creencia de que “el rezo cura todo” sigue en vigor
para los creyentes. Los filipinos son bastante religiosos, pero,
a la vez, también son supersticiosos. Al lado de la fe cristiana,
los filipinos suelen creer en los anitos (espíritus), que también
pueden ser la causa de una enfermedad. En zonas rurales, los
curanderos realizan rituales para apaciguar al espíritu invasor.
Para un filipino, la familia es la fuente de su identidad personal
y del apoyo emocional y material, y también su responsabili-
dad y obligación. La familia extensa es el centro, e, incluso, el
parentesco engloba amigos, vecinos y compañeros de trabajo,
a quienes se llama tito o tita. Existe el deber de cuidar a los
familiares de mayor edad y mantener el honor de la familia.
En el caso de las mujeres, que suelen ser las que trabajan,
se encuentran con la dualidad de “sacrificar” su salud para
los intereses de la familia, y de “cuidar” su salud para poder
mantener a la familia.
Asimismo, con la reagrupación familiar, la pareja filipina a
menudo tiene que afrontar el cambio de los papeles tradicio-
nales de género, que puede conllevar conflictos matrimoniales:
la madre trabaja y el padre cuida a los niños.
En general, no se consideran los problemas psicológicos como
un problema de salud, sino que tienden a entender las enfer-
medades mentales como si alguien “se ha vuelto loco”. Por
tanto, los filipinos son reacios a buscar ayuda cuando alguien
padece trastornos mentales.
Los filipinos de ambos sexos saludan dando la mano, con pre-
ferencia a saludar primero a la gente mayor. Destaca el valor
cultural de evitar la vergüenza o hiya, una ansiedad por evitar
el rechazo, hacer el ridículo y sentirse vulnerable. Este sentido
de hiya implica que los filipinos son sensibles a suscitar críticas
y sentirse despreciados, y, por tanto, en cualquier forma de
comunicación se esmeran en evitar conflictos, y demuestran
una actitud de deferencia. Mantienen una sonrisa cuando no
están de acuerdo o se encuentran en situaciones incómodas,
como mecanismo para apaciguar momentos difíciles. Tienden
a evitar el contacto visual directo porque lo consideran de mala
educación o agresivo.
El personal sanitario es, en general, muy respetado por sus
conocimientos y su educación, y, por este motivo, no se suelen
cuestionar sus recomendaciones o consejos. Como en otros
colectivos, las mujeres prefieren ser atendidas por personal
sanitario femenino, sobre todo, en los servicios de ginecología
y obstetricia.
Adaptaciones alimentarias en el país de acogida
• Aumento en el consumo de productos lácteos.
• Menor consumo de pescado/marisco (más caro en el país
de acogida).
• Consumo más elevado de carne, pollo, huevos.
La salud en las culturas prevalentes en nuestro medio 7
• Menor consumo de arroz, sobre todo, en el desayuno; aun-
que, como mínimo, se come una vez al día.
• Aumento en el consumo de verduras de hoja verde y en
forma cruda (ensaladas).
• Ingesta más elevada de leche con chocolate y refrescos.
COMUNIDAD AFRICANA SUBSAHARIANA
África Subsahariana reúne un grupo muy heterogéneo de paí-
ses, etnias, culturas y lenguas. La inmigración actual a España
proviene mayoritariamente de Senegal y Gambia, y está cons-
tituida por una gran variedad de grupos étnicos. La población
senegambiana se caracteriza por ser un modelo de inmigración
masculinizada. Se trata de hombres jóvenes, menores de 24
años, sanos y fuertes, los más aptos de la comunidad, que
emigran con un motivo central económico, pero también
social y colectivo. La gran mayoría son solteros a su llegada;
sin embargo, casi la totalidad de ellos tendrá concertado su
matrimonio en el momento en que se afinca en el territorio
español. Una cuarta parte del total tiene a su cónyuge en el país
de origen. Una vez establecidos y regularizada su situación, lo
cual implica años de transición y de inserción social-laboral-le-
gal, se inicia el proceso de reagrupación familiar. La población
joven masculina subsahariana reagrupa a su mujer, con o sin
hijos. Las familias reagrupadas muestran a las mujeres-madres
escasamente integradas en la sociedad, pero habitualmente los
niños se adaptan y se integran.
Sin embargo, esta situación ha descendido de forma importante
debido a la crisis económica actual. Muchos de los hombres
han iniciado un proceso de inmigración hacia terceros países,
sobre todo, aquéllos que de una situación de regularización
han pasado a ser irregulares por pérdida de la tarjeta de resi-
dencia por falta de trabajo. Se supone que muchas de estas
familias vivirán un nuevo proceso de inmigración durante los
próximos años.
La salud materno-infantil gira en torno a la figura de la mujer.
Algunos trabajos en España revelan que existe un importante
analfabetismo entre las madres africanas (80%), y que la inte-
gración con los servicios sanitarios es compleja por la barrera
de la lengua y la cultura. Se considera que mayoritariamente
son musulmanas, y la práctica religiosa es importante en su
vida diaria. Por ende, las concepciones de salud se asemejan en
algunos aspectos a la concepción islámica revisada con ante-
rioridad, pero se entremezclan con la cosmovisión tradicional.
Cuando estas mujeres inmigran, se enfrentan con una pobla-
ción que habla una lengua distinta, pero que, además, concibe
universos simbólicos relativos a la mujer (matrimonio, materni-
dad, percepción de salud, cuerpo) de una forma muy diferente.
Muchas de estas mujeres conocen a su marido en el momento
de llegar a España, son jóvenes y primíparas en destino, y care-
cen de una experiencia maternal previa. Sus redes tradicionales
femeninas de enculturación y aprendizaje (las ancianas de la
comunidad) están ausentes, lo que acarrea un círculo de aisla-
miento social y una importante dependencia del marido.
Las mujeres africanas construyen su identidad étnica y de
género a partir de dos rituales que dan sentido a la centralidad
de dos universos: la iniciación a la pubertad social y la entrada
en el mundo de la maternidad. La significación de estos ritos
de iniciación es compleja; por ello, cuando las condiciones
 8 promoción de la salud y prevención
sociales cambian, como en el caso de la inmigración, se puede
producir un desfase y una desorientación en la pauta vital.
La maternidad para estas mujeres se presenta entonces como
una tarea compleja y sin referencias. El bienestar y el cuidado
del niño pasan a ser el centro de su existencia, sin tener las
herramientas y los soportes necesarios. La incorporación de los
niños a la escuela facilita la integración social de estas madres,
y es un pilar en la mejora socio-sanitaria de este colectivo.
Por otra parte, la mutilación genital femenina para algunos
grupos, principalmente los provenientes de Gambia, puede
constituir un signo de identidad. En febrero de 2014, durante
las Jornadas Internacionales sobre Mutilación Genital Feme-
nina que se celebraron en Madrid por el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad, se alertaba de que casi 17.000
niñas menores de 15 años residentes en España corrían riesgo
de ser víctimas. Actualmente, se considera que este riesgo debe
ser abordado como parte de la Estrategia Nacional para la
Erradicación de la Violencia contra la Mujer 2013-2016, y
que contiene un eje específico denominado “visibilización de
otras formas de violencia sobre la mujer”, donde se enmarca la
mutilación genital femenina (Protocolo común para la actua-
ción sanitaria ante la Mutilación Genital Femenina, 2015).
Adaptaciones alimentarias en el país de acogida:
• Desayunos más parecidos a los del país de acogida.
• Ingestas elevadas de azúcar.
• Consumo elevado de extractos de caldo y productos enla-
tados.
• Consumo elevado de aceite de girasol y de palma.
• Baja ingesta de verduras, frutas y lácteos.
• Consumo disminuido de pescado, un alimento básico en las
zonas costeras de Senegal y Gambia, por el precio elevado
en España.
• Elevado consumo de zumos de frutas.
CONCLUSIONES
La inmigración que vive España en las últimas décadas está
planteando y generando nuevos desafíos para la sociedad. Hay
que tener en cuenta que las experiencias de duelo por la inmi-
gración no son siempre superadas, lo que, unido a la situación
económica actual y a la precariedad en las condiciones laborales
de los núcleos familiares inmigrantes, puede repercutir en la
salud física y mental de este colectivo.
Para facilitar que el encuentro entre el personal sanitario y el
paciente sea eficaz, se recomienda que el profesional de salud:
1) tenga respeto e interés en conocer la cultura de la persona
emigrada, es decir, que sea competente culturalmente, que sepa
actuar delante de los diferentes contextos socioculturales de la
población inmigrante más representativa en su entorno; 2) sea
culturalmente consciente de sí mismo (¿qué considera impor-
tante sobre su propia cultura?); 3) sepa cómo actuar ante la
barrera idiomática; y 4) disponga de materiales adaptados para
los grupos de población inmigrante con que tenga contacto.
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