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Ricardo Salas
I.
No es extraño que al tratar cierto tema en un área determinada se pase por alto su
Indudablemente no se puede pretender que cada vez que se lo aborda deba hacerse una
remisión al contexto que dio origen o en que se enmarca, pues ello llevaría a un largo y
estéril recorrido que impediría llegar a algún resultado que no sea el desgaste. Sin
dinámica general y a no anticipar las consecuencias que en ella pueda tener; incluso en
contra de las que son previsibles desde la perspectiva del planteamiento en concreto,
escasamente se hace remisión a las vicisitudes sociales e históricas que dan nacimiento a
♦
Todos los subrayados en las citas textuales hechas en las siguientes páginas, son
suplidos. Además, para las que aparecen al pie de página, en los casos en que el texto estuvo
disponible en el idioma en que originalmente fueron escritas, se ha preferido su transcripción
inalterada, a fin de preservar en la mayor medida posible su contenido inicial.
2
omite ponderar las consecuencias que en los grupos humanos específicos tendrán esas
políticas.
Precisamente esto lleva a sentar desde ahora la cuestión medular de las siguientes
páginas: el Derecho es política. Política entendida como decisión y gestión de los asuntos
política coactivizada; y la filosofía del Derecho no es más que la filosofía política. Pero, a
diferencia de esta, cuyos postulados puede intentarse imponerlos o asignarlos por las
diversas vías del poder (desde los psicológicos, culturales, hasta los económicos o
militares), la filosofía de Derecho busca que los suyos se plasmen en normas formales
coercibles. Entonces, la única diferencia que hay entre el Derecho y la política es que el
conflictos.
De modo que las diversas teorías o planteamientos jurídicos (que ya son normas) o
de filosofía jurídica (que pretenden alcanzar esa condición de actualidad), no son extraños
1
Nótese la diferencia con la noción devaluada y empobrecida de política que hoy
campea, la cual hace alusión a cuestiones mezquinamente partidistas, clientelismo o de
intereses personalistas, como la que inobjetablemente ha monopolizado para sí la categoría de
lo “político” y que ha contagiado con su deslegitimación la globalidad de la “política”, en su
significado de “lo que se refiere a la polis”, “lo que se refiere a la vida en sociedad”.
2
Aunque “estadocéntrica” (postura esta superada desde hace tiempo), hay una
definición de Max Weber que sobresale por el adecuado posicionamiento que hace del poder y
por la claridad que muestra. “...por política habremos de entender únicamente la dirección o la
influencia sobre la trayectoria de una entidad política, esto es, en nuestros tiempos, el Estado...
Por consiguiente, el concepto ‘político’ habrá de significar la aspiración a tomar parte en el
poder o a influir en la distribución del mismo, ya sea entre los diferentes Estados, ya en lo que
concierne, dentro del propio Estado, a los distintos conglomerados de individuos que lo
integran” (Weber, 2001, pp. 7-8).
3
Debe subrayarse la importancia del formalismo, pues es justamente lo que distingue la
coacción jurídica de una coacción cualquiera. Debe recordarse que, según Kant, lo propio de la
relación intersubjetiva de índole jurídica es ser externa, recíproca y formal. “Lo que caracteriza
al derecho no es esta o aquella materia de la reglamentación (todos los comportamientos
humanos, salvo los necesarios o imposibles, pueden ser regulados jurídicamente), sino la
forma de la reglamentación, especialmente en Kelsen, la reglamentación mediante el ejercicio
del poder coactivo. Aquí se puede hablar de una definición formal del derecho, en la medida en
que se contrapone a todas las definiciones del derecho que contienen referencia al
contenido...” (Bobbio, 1992a, p. 21).
3
inorgánicas y no pueden pretender ser más que mera especulación. Ignorarlo sólo puede
Se necesita que la historia, y con ella la política, sean entendidos como una
por quien no tiene conocimiento apropiado), que los males que aquejan la sociedad, a falta
que, si bien producidas por la vida misma en sociedad (no podría ser de otra forma),
Pero, en cualquier caso, lo cierto es que recurrir a la normativa criminal como forma
(recurriendo al social y humanamente más oneroso, sin haber agotado antes otros menos
costosos), sino también una elocuente precipitación, la cual delata el limitado manejo que
se hace de los fenómenos en sí mismos y del papel social que cumple el Derecho Penal.
Como se puede percibir, esta última situación está íntimamente vinculada a una
comprensión simplificada del fenómeno jurídico, y en este caso particular del Derecho
Penal, como una manifestación histórica. Esto es, producto de un contexto determinado y
biodinámico.
Quizá uno de las mejores muestras de esa desvinculación discursiva entre política y
Derecho, sea el debate que actualmente tienen lugar en el ámbito del Derecho Penal
una cierta concepción de la vida social y a un método con el que se busca examinarla, por
lo que al igual que otras propuestas teóricas no es ajena a las veleidades políticas; antes
bien, es una forma de ver las relaciones de poder que se dan en aquella.
corrientes más importantes; analizar cuáles son sus posibles aportes al Derecho Penal; y
efectuar una valoración política de estos, son el propósito de las siguientes páginas. 4
4
Debe aclararse que en ellas no se aludirá a las diferentes versiones de la “imputación
objetiva” en que adquiere cuerpo el pensamiento funcionalista sobre el plano penal
(particularmente, tomando prestada la denominación empleada por Vives Antón, el
funcionalismo teleológico representado por K. Roxin o el funcionalismo estratégico de G.
Jakobs), ya que, por una parte eso está más allá del afán de estas reflexiones, que es analizar
las teorías sociológicas o políticas que les sirven de basamento general o en sus diversas
versiones; y, por la otra, son tópicos desarrollados por otros coautores en esta misma obra
colectiva.
5
II.
cuerpo, en el que cada parte debe asumir el papel que le corresponde y cumplirlo a
cabalidad en pro de la buena salud colectiva. Tanto los individuos, como las
determinada manera, sin intentar un curso propio, pues este sólo puede ocasionar
en “La República”, cuando en el escenario de una fecunda tertulia, Platón pone en boca de
Sócrates la importancia de que cada uno cumpla en la polis la tarea que le corresponde,
sin entrometerse en las de los demás y sin justificaciones para abandonar la propia 5. Años
más tarde, en las “Leyes”, el mismo filósofo acotaría que la sociedad es un cuerpo, con
órganos que deben cumplir funciones específicas, las cuales no pueden ser asumidas ni
usurpadas por otros, a fin de lograr un desempeño general pacífico y sin oposiciones
implicaba que también la política era una ocupación especializada, la mayor por cierto,
pues cruzaba transversalmente a las demás; por lo cual, siendo la mayor de las artes,
debía ser monopolio de los más altos espíritus, y no de quienes tenían papeles otros que
(compañero de Platón entre los discípulos de Sócrates) describía como aquella en que
había crecido el rey persa Ciro II. Por eso la obra lleva el nombre de “Ciropedia”
(Jenofonte, p. 207). A años vista, resultó notorio que se trataba de la defensa y promoción
hechas por un ateniense proscrito que terminó cantando las glorias de quienes en las
guerras del Peloponeso, habían apagado la fluctuante y todavía hoy idealizada democracia
de Atenas.
censurar el totalitarismo de Platón (el cual no distinguía espacios públicos de los privados
comunidad, como cuerpo que es, en cuestiones de interés público prevalece sobre las
partes.10 Estas deben acomodarse al desempeño que les corresponda y estar supeditadas
partes.11
tornare nel caos primigenio: e quindi costituire un ordine. La virtú della giustizia è strettamente
connessa con la virtú della concordia... il corpo sociale ricostruito a immagine e somiglianza del
corpo fisico... I due aspetti della giustizia come virtú ordinatrice sono perfettamente
rappresentanti delle due massime che si integrano a vicenda: si dia a ciascuno il suo e faccia
ciascuno ciò che gli spetta. C’è una perfetta corrispondenza tra l’una e l’altra: la prima enuncia il
dovere del ordinante, la seconda quello dell’ordinato” (Bobbio, 1999, p. 269).
9
“...la virtud del ciudadano debe ser relativa a la constitución de que forma parte como
miembro. Y habiendo muchas formas de gobierno, es evidente no es posible que haya una
sola virtud correspondiente al buen ciudadano, que sería la virtud perfecta. ... no es necesario
que el buen ciudadano posea la virtud que hace que el hombre de bien sea considerado como
tal...la virtud del ciudadano y la del hombre de bien no puede coincidir.” (Aristóteles, p. 106; en
otras ediciones, ver el parágrafo 1276B). No así su maestro Platón, quien sin discernir entre
una dimensión y otra, aglutinaba “…al ateísmo, al desorden y a la injusticia” dentro de la
misma clase de faltas contra el estado, que merecían ser castigadas “…por medio de
sentencias de muerte o de exilio y por medio de los castigos más infamantes” (Platón, tomo II,
p. 137; en otras ediciones, véase parágrafo 309a).
10
“...la ciudad es una por naturaleza, anterior a la familia y al individuo, dado que el todo
es por necesidad anterior a la parte” (Aristóteles, p. 29; en otras ediciones, ver el parágrafo
1253a).
11
“...como sostiene el organicismo en todas sus formas, de acuerdo con el cual la
sociedades primero que los individuos, o con las fórmula aristotélica, destinada a tener un gran
éxito a lo largo de los siglos, el todo es primero que las partes” (Bobbio, 1992b, p. 16).
7
Agustín de Hipona y Tomás de Aquino 12, para quienes los reinos terrenales justos y los
Esa ilusión idílica fue hecha añicos por la obra de un florentino, Nicolás Maquiavelo,
vida.13 Quizá por eso su nombre está aún asociado a la bajeza, la villanía y la ruindad. Sin
profundidad de Maquiavelo, quien a inicios del siglo XVI postulaba que las sociedades no
son una entidad homogénea, única y sin contradicciones; ni pueden pretender serlo. Al
contrario, en la sociedades hay intereses opuestos entre sus integrantes, sea porque los
bienes son limitados o porque hay diferentes formas de pensar los asuntos públicos, por lo
cual no se puede pretender que haya un sereno acuerdo o reparto de tareas. 14 Aun más,
12
“...basta vedere l’esigenza dell’unità, che domina non soltanto il De regimine principum,
con il quele s’inaugura un genere politico destinato ad avere fortuna sino alla fine del
Cinquecento: al principe che rappresenta l’unità política, si debe solo obbedienza” (Matteucci,
p. 301).
13
Hay que aclarar que el “organicismo” atribuido a Herberth Spencer no coincide con el
significado empleado en estas reflexiones. Aunque postulaba la diferenciación progresiva de
funciones y la afectación en los demás por el cambio registrado en uno de sus componentes, y
concibiendo por ende que la sociedad es un gran cuerpo o un organismo complejo, la doctrina
de Spencer fue llamada organicista porque conceptuaba que la sociedad evolucionaba al igual
que todos los organismos. En realidad su pensamiento consistía en un evolucionismo. Acerca
del evolucionismo de Spencer, apunta George Sabine: “It expressed again the hope that the
growth of society would provide clear criteria of lower and higher stages of development by
which to distinguish the obsolete from suitable, the fit from the unfit, and therefore the good
from the bad. With Spencer this hope was given the appearance of having behind it the
established fact of organic evolution, since moral improvement was made to seem merely an
extension of the biological concept of adaptation, and social well-being appeared to be equated
with survival of the fittest” (Sabine, pp. 722-723).
14
Sin llegar al individualismo que alimentará a la Ilustración, el pensamiento de
Maquiavelo provocaba la crisis del paradigma epistémico que le cerraba el paso. Así,
“...mientras el organicismo considera al Estado como un cuerpo en grande compuesto por
partes que concurren cada una de acuerdo con su propio sentido y en relación de
interdependencia con todas las demás, para la vida del todo, y por tanto no concede ninguna
autonomía a los individuos, el individualismo considera al Estado como un conjunto de
individuos, como resultado de su actividad y de las relaciones que se establecen entre ellos”
(Bobbio, 1992b, p. 49).
8
decía Maquiavelo, si ello fuera posible sería inconveniente, porque las diferencias entre
“...digo que quienes deploran las controversias entre los nobles y la plebe me
parece que reprueban lo que justamente fue la causa para mantener libre a Roma, y que
consideran más los ruidos y gritos que de esas controversias nacían, que los buenos
efectos que parían; y que no toman en cuenta que en toda república hay dos humores
diferentes, el del pueblo y el de los grandes, y que las leyes que se hacen a favor de la
libertad, nacen precisamente de la desunión entre ellos... No se puede por tanto juzgar
como nociva esas diferencias ni las divisiones dentro de la república... porque quien
examine su finalidad, no encontrará exilio ni violencia en disfavor del bien común, sino
leyes y orden en beneficio de la libertad pública... porque cuando las opiniones sean
falsas, hay remedio en los debates, en que surja alguien que discurriendo bien las
15
“La tradicional concepción orgánica de la sociedad privilegia la armonía, la concordia
incluso impuesta, la subordinación regulada y controlada de las partes al todo, y condena el
conflicto como elemento de desorden y disgregación social. Por el contrario, en todas las
corrientes de pensamiento que se contraponen al organicismo, progresa la idea de que el
contraste entre individuos y grupos en competencia sea benéfico y sea una condición
necesaria del progreso técnico y moral de la humanidad, el cual solamente emana de la
contraposición de opiniones e intereses diferentes” (Bobbio, 1992b, pp. 28-29).
16
“Against the dominant traditions of his time, Machiavelli contended that the existence of
opposed social forces and dissension, far from eroding all possibility of good and effective laws,
might be the condition of them” (Held, pp. 52-53).
17
“El tema de la libertad es tomado por Maquiavelo bajo la perspectiva de dos asuntos
entrelazados: por un lado cómo obtener la soberanía – en otras palabras, fundar el Estado, lo
cual sólo puede ser lograrse por las armas – y por otro cómo es posible mantener al Estado
alejado el mayor tiempo posible de la corrupción. Para lograr el segundo objetivo es preciso
adoptar la forma republicana de gobierno, la única que permite evitar en el largo plazo la guerra
civil o la tiranía, porque en ella los ciudadanos desarrollan la virtù cívica. Los medios para
preservar la libertad interna son: dar representatividad a las clases principales, permitir que una
se oponga pacíficamente a otra, y aprovechar esos conflictos, aunque sea necesario
contenerlos en límites adecuados, para hacer que la virtud de los ciudadanos se desarrolle.
Sólo la República es capaz de ello, precisamente porque solo la República es capaz de
garantizar la libertad.... (esta) es el régimen en el cual la voluntad de quien esté al mando
admite la oposición pacífica de una o más fuerzas independientes. Ese derecho de oposición
garantiza que la voluntad de quien ejerce el poder deba tolerar la de quien no lo está, ya sea
para negociar, para ceder, o para convencer. En resumen, significa que la voluntad de los
poderosos tiene límites. Pero para que haya esa oposición de fuerzas, es preciso que exista
más de una fuerza...” (Singer, pp. 360-361).
9
De tal suerte que, según Maquiavelo, no es cierto que en las sociedades no haya
oposición entre sus componentes. Hay conflicto. Y la distribución de funciones no debe ser
naturalmente pacífica, sino impuesta, arrebatada o consensuada, según sea el caso; pero,
A pesar del denuesto de que ha sido objeto esa obra, así como su vilipendio
humanidad y ha sido apropiada incluso por sus detractores. Difícilmente hoy haya alguien
que niegue que en la sociedad hay contradicciones de intereses o perspectivas; que las
decisiones se toman según las correlaciones de fuerza; o, que todavía hoy afirme que las
organicismo y el conflictualismo, que son tesis bajo las que se han cobijado quienes han
pretendido organizar las sociedades bajo un único criterio o una pluralidad de ellos,
respectivamente.
III.
En cuanto al organicismo, que en la sociedad hay ciertas funciones que deben ser
que, mientras que en Platón o Aristóteles esas tareas eran ejecutadas por individuos, en el
pensamiento estructuralista son asumidas por “estructuras”, que pueden ser sujetos
da entre ellos.19
18
“Machiavelli did not believed that there was a given principle of organization (for
instance, a fixed view of the state as subserving the good life or the natural rights of individuals)
which it was the task of government to articulate and sustain. There was no natural or God-
given framework to order political life” (Held, p. 51).
19
“El organismo es de alguna forma la estructura paradigmática.... (sin embargo) la
noción de estructura como sistema autorregulativo, debe ser llevada más allá del organismo
10
controversias internas, las cuales deben ser resueltas por las mismas estructuras para
social.20 Pero, la forma en que dicho conflicto se conciba y la respuesta que se le de,
estructuralismo marxista, para el que los conflictos surgidos de las estructuras sociales 21
deben ser resueltos cambiado la sociedad y las estructuras mismas que son su génesis, al
teórico de análisis de “cómo funciona” la sociedad, para infiltrarse como si fuera asimismo
un “cómo debería funcionar”. Entre un extremo y otro media una diferencia que no consiste
solamente en la ya insuperable grieta que hay entre lo que es y lo que debería ser, entre la
justamente son contestatarios porque las estructuras están en la otra acera, sino que
opera en beneficio del poder vigente, del establishment. Este pretende dotar a su forma de
las cosas, sino también que así tiene que ser. De esa forma, lo único viable es rendir las
Lo que pasa es que ello no sólo suprime el protagonismo del ser humano, como
arquitecto y agente de historia, para que pase a asumir el papel de resignada víctima de
una fatalidad digna de una tragedia griega 22, sino que no es en nada un planteamiento
prevalecientes, que mediante un uso ideológico intentan buscar legitimidad para el sistema
IV.
Pero, ¿en qué consiste ese estructuralismo y por qué progresivamente pasó a ser
llamado funcionalista?
Fue el estadounidense Talcott Parsons quien (como biólogo que era de primera
profesión) se ocupó de reconstruir teóricamente las relaciones que corren entre los sujetos
individuo ocupa respecto a los demás (estatus) y el proceso en que actúa respecto a ellos
(función). De ello surge un esquema de cuatro puntos en los que aparecen a) el acto social
actos realizados por sujetos que ocupan posiciones recíprocas; c) el sujeto como sistema
del exterior, el individuo pondera si son válidos o no los juicios realizados 23. La estructura
del sistema social resulta ser entonces un conjunto de los modelos culturales normativos
sanciones con un sistema generalizado de valores o marco normativo, que los miembros
de la sociedad comparten. Ese acoplamiento tiene lugar cuando esos miembros se rigen
por una orientación común de valores, es decir cuando los valores comunes están
23
“De la derivación de la orientación normativa y del rol de los valores en la acción, se
sigue que todos los valores implican una referencia social; en la medida en que son culturales,
más que puramente personales, ellos son de hecho compartidos” (Parsons, p. 20). Más
adelante agrega: “El aprendizaje designa por tanto la incorporación de modelos culturales en
los sistemas de acción de los sujetos agentes individuales” (p. 23). “...la condición fundamental
de estabilidad de un sistema de interacción es que este esté vinculado, en el interés de los
sujetos agentes, a conformarse a un sistema compartido de criterios de orientación de valor” (p.
44). “Se puede hablar de la motivación de una colectividad solamente en sentido elíptico, es
decir en referencia a ciertas uniformidades en las motivaciones de sus miembros o un cierta
organización de estas motivaciones... El aprendizaje no se restringe a los primeros estadios del
ciclo de la vida, sino que continúa durante esta. Lo que comúnmente es llamado una
adaptación ‘normal’ a un cambio sucedido en la situación o en el ‘desarrollo’ de un modelo
dinámico establecido, constituye un proceso de aprendizaje” (pp. 212-213).
13
cumplir y hacer cumplir las normas que gobiernan los asuntos de la comunidad. “Se trata,
que debe tener lugar dentro del conglomerado, según las cuales se espera que ante una
situación determinada cada uno de ellos se conduzca de una cierta manera. Estas
expectativas serán más específicas en la medida en que las sociedades sean menos
elementales y más complejas, por lo que deberán estar sometidas a una regulación más
estrecha.
Dicho de otra forma, los procesos cognitivo y catético llevan a que un cierto objeto o
proceso (la acción social es uno de ellos) se conciban como con ciertas cualidades que se
estiman favorables o no. Al mismo tiempo, de conformidad con los patrones valorativos
son los correctos o no. De ser así, se crean las expectativas sobre cómo deben actuar el
expectativas de los demás, sea a través del incentivo al contestatario para que se
individuales, en el curso del cual cada uno se conforma a las expectativas del otro (o de
los otros) de manera tal que las reacciones del alter de las acciones del ego constituyen
constituye un proceso de aprendizaje...” (Parsons, pp. 214-215). Unas líneas más adelante
desarrollar constituye las instituciones, que deben evitar las rupturas que ocasionen el
derrumbe del orden normativo o lo pongan en peligro (Parsons, pp. 37 y 46). De tal suerte
cumplidas por las estructuras y el sistema en su integridad. Por eso las estructuras
sociales son sólo una parte de la acción social compleja (Parsons, pp. 29 y 176).
A lo anterior debe agregarse que la misma función puede ser desempeñada por
diferentes elementos, así como un mismo elemento puede cumplir varias funciones
(Merton, p. 43). Esto por cuanto desde el inicio deba absolverlas, o porque estando la
movilidad para acomodarse a las necesidades del momento, a fin de seguir desarrollando
la misma función ante condiciones cambiantes. Así, los valores no tienen estructura por sí
mismos, sino la que se plasma en la norma; pero un cambio en la función puede partir o
A final de cuentas, el rol o papel es la función que cada uno debe cumplir en su
interacción social, según las expectativas que los criterios de valor crean en un
determinado contexto cuando interactúa con otros (Parsons, p. 45).24 Así entendido, lo
prevalente a las partes, como sucedía con el antiguo organicismo, sino los valores
previo a los sujetos y en el que estos eran una pieza más de un complejo mecánico ya
sino que se reproduce todos los días y que está compuesto por las valoraciones
disminuida, por ser un receptáculo de los impulsos externos, por lo que su identidad o
relevancia, si no nula.25 26
24
Posteriormente señala: “…la distribución de los tipos de rol constituye en sí mismo la
estructura fundamental del sistema social en cuanto sistema” (Parsons, p. 124).
25
Diversamente, Max Weber cifraba en la capacidad de entender el significado subjetivo
de la acción de cada componente del sistema, la diferencia entre una análisis funcionalista y
uno biofísico o bioquímico. “En el caso de colectividades sociales, precisamente como distintas
a los organismos, estamos en posición de ir más allá de la mera demostración funcional de
relaciones y uniformidades” (Weber, 1964, p. 103). Páginas abajo dice: “Toda forma de análisis
funcional que proceda desde la totalidad hacia las partes, puede cumplir sólo una preparación
preliminar para la investigación...” (p. 107).
26
“…if interpretative sociologies are founded, as it were, upon an imperialism of the
subject, functionalism and structuralism propose an empirialism of the social object. One of my
principal ambitions in the formation of structuration theory is to put an end to each of these
empire-building endeavours. The basic domain of study of the social sciences, according to the
theory of structuration, is neither the experience of the individual actor, nor the existence of any
form of societal totality, but social practices ordered across space and time. Human social
activities, like some self-reproducing items in nature, are recursive. That is to say, they are not
brought into being by social actors but continually recreated by them via the means whereby
they express themselves as actors. In and through their activities agents reproduce the
conditions that make these activities possible” (Viskovatoff, p. 20).
16
Milner y Browitt formulan este aspecto del pensamiento parsoniano acotando: ”En
realidad, las metas humanas son muy claramente estructuradas o pautadas. Aun más, en
realidad, los actores humanos conocen el mundo de modos más allá de los de las ciencias
positivas: sus metas están pautadas tanto por sistemas de valor religioso, político, ético y
estético, como por todo tipo de conocimiento, científico o no. De ahí la importancia para
Parsons de un ‘un sistema común de valores últimos como un elemento vital en la vida
social concreta’. Es precisamente ese sistema de valor último, decía, el que organiza,
integra y suprime el azar de las finalidades de los individuos actores sociales” (Milner y
constituye posiciones de poder que tienen vigor con independencia de la identidad actual
de sus detentadores, así como instaura reglas de comportamiento que proveen a aquellas
del funcionalismo, sino que a esta debe sumarse su resistencia a la mutación. Muy
cambio y está supeditado a que el sistema se modifique (cosa que es una falacia, porque
el sistema está compuesto por sujetos y organizaciones en las que estos se agrupan), el
funcionalismo parsoniano parte de que los cambios son posibles si y sólo si hay
(Parsons, p. 176).27 28
Es una reproducción entre las mismas estructuras. Esto, le confiere
cambiar por sí misma o por el influjo de otra; a diferencia de la que se hallará, más
autopoiesis, la cual tiene un carácter cerrado en virtud de que cada sistema sólo es
27
“La historia en cambio es la sucesión de hechos contingentes que pueden provocar
una modificación de la estructura; pero si la orientación estructural resiste el golpe, las nuevas
soluciones se mantendrán en la línea anterior. Se producirá entonces un desplazamiento de los
términos de la estructura, pero esta conservará su propio equilibrio interno, aunque
cambiándolo. El ordenamiento estructural no tienen en sí mismo el principio de su propio
movimiento: este último se encuentra en el exterior, en la historia. Mientras la estructura es una
sucesión de estados de equilibrio, la historia es el catalizador de los cambios estructurales, o
sea de la realización de las posibilidades intrínsecas de la estructura” (Gozzi, p. 599).
28
“Es claro que no queremos decir que las tendencias, necesidades y deseos de los
hombres no intervengan jamás de una manera activa en la evolución social. Por el contrario, es
cierto que les es posible, según la forma en que influyan en las condiciones de que depende un
hecho acelerar o contener su desarrollo. Pero además de que no pueden en ningún caso hacer
una cosa de la nada, su intervención, cualesquiera que sean sus efectos, sólo puede tener
lugar en virtud de causas eficientes” (Durkheim, 1982, p. 119). Más adelante agrega: “Las
representaciones, las emociones, las tendencias colectivas no tienen por causas generatrices
ciertos estados de la conciencia de los particulares, sino las condiciones en que se encuentra
el cuerpo social en conjunto. Sin duda, ellas no pueden realizarse más que si las naturalezas
individuales no les son refractarias; pero estas no son más que la materia indeterminada que el
factor social determina y transforma. Su aportación consiste exclusivamente en estados muy
generales, en predisposiciones vagas y, en consecuencia, plásticas, que por sí mismas no
podrían tomar las formas definidas y complejas que caracterizan los fenómenos sociales, si no
intervinieran otros agentes” (p. 130).
29
Esta acusación, por cierto, no incomoda a Luhmann, quien acota: “El mundo, como lo
experimentamos al ordenar la vida, sigue siendo preconsciente, en el estatus de un horizonte
de posibilidades no actualizadas. De este modo, los aumentos en las actividades que buscan
organizarlo sólo son posibles como aumento en las premisas de sentido formuladas y no
formuladas, problematizadas y no problematizadas en el intercambio social” (Luhmann, 1995,
p. 100).
18
Otro francés ya aludido, Pierre Bourdieu, dirá al respecto que al privilegiar la obra
sujetas al accionar o juicio general del mismo, lo cual conlleva suponer que unilinealmente
sólo existe un sistema viable, que ese es el único viable y que de poco vale plantearse
expectativas será sólo una desviación, contra la cual la sociedad deberá proveerse de
funciones específicas. Desde el punto de vista de los subsistemas regidos por sus propios
conformidad con los criterios comunes (que es un eufemismo para apelar al poder ejercido
sobre él) son relevantes para su rol. El sistema puede tolerar hasta un cierto límite la
30
“En effet, si, en privilégiant l’opus operatum, il se condamne à ignorer la dimension
active de la production symbolique, mythique notamment, c’est-à-dire la question du modus
operandi, le structuralisme symbolique à la manière de Lèvi-Strauss a le merite de s’attacher à
dégager la cohérence des systèmes symboliques, considérés comme tels, c’est-à-dire un des
principes majeurs de leur efficacité (comme on le voit bien dans le cas du droit, oú elle est
délibérément recherchée, mais aussi dans le cas du mythe et de la religión). L’ordre
symbolique repose sur l’imposition à l’ensemble des agents de structures cognitives qui dovient
une part de leur consistance et de leur résistance au fait qu’elles sont, en apparence au moins,
cohérentes et systématiques et qu’elles sont, objectivement acordées aux structures objectives
du monde social. C’est cet accord inmédiat et tacite (en tout opposé à un contrat explicite) qui
fonde la relation de soumission doxique qui nous lie, par tous les liens de l’inconscient, à l’ordre
établi. La reconnaissance de la légitimité n’est pas, comme le croit Max Weber, une acte libre
de la conscience claire” (Bourdieu, p. 127).
19
“desviación”, más allá del cual corre el riesgo de tener que mutar o disgregarse. En ese
presente en uno o en más sujetos agentes individuales, que tiende a neutralizar una
más sujetos. Se trata de un mecanismo de reequilibrio” (Parsons, p. 216). Ello sin duda es
una noción restringida del “control social”, que se limita a las funciones reactivas, pero que
última, consistente en que las sanciones son dejadas en “manos privadas”, es el cimiento
básico a partir del cual se desarrolla la primera, porque es la que surge de inmediato de la
si no está presidido por esos modelos institucionalizados (Parsons, p. 142). Pero no es ese
falta del formalismo que al inicio se acotó como particularidad diferenciadora del Derecho y
que recurrentemente es cuestionada por algunos de los que detentan el poder o instigan a
interacción, o bien a una rebelión activa contra ella, tratando de establecer las propias
31
Al respecto, siempre conviene recordar la advertencia ilustre de Alessandro Baratta:
“...la experiencia nos enseña que muchos de los regímenes más injustos y autoritarios de los
últimos tiempos, han estado acompañados de una degeneración del ordenamiento jurídico,
determinado también por la pretensión de superar el formalismo legalista con la introducción de
confusas ideologías sustancialistas, en el nombre de un pretendido acercamiento de la praxis
jurídica a la realidad política y a la ‘sustancia ética de la nación’” (Baratta, 2002, p. 13).
20
del sujeto, quien se sabe indispuesto a acogerse a las funciones que debe desempeñar
socialmente y a cumplir las expectativas que de ello surgen, anuncian una “inadecuada
el sistema debe incentivar el reacomodo del individuo contestatario o lo reprime para que
se posicione conforme a sus cánones; pero, ante todo, cumple la tarea simbólica de
violado. Esta expresión ritual debe servir para consolidar aquellos sentimientos y sobre
todo para reforzarlos en aquella parte de la población que tiene motivaciones positivas,
pero latentes, a la punición de la desviación. La punición es por ende una declaración del
tipo ‘o con nosotros ó contra nosotros’ y tiende a movilizar los sentimientos de solidaridad
con el grupo en el interés de una conformidad que debe continuar. Una buena dosis de
sanción está dirigida por eso ya no al criminal mismo, sino a otros que potencialmente
positiva. Lo importante, es que la norma se respete, en cuanto tal. Que se respete porque
32
Téngase presentes las palabras lapidarias de Roland Barthes: “En esta creencia la
estupidez rivaliza con la mala fe; es evidente que el cuestionamiento de una norma sólo puede
encontrar raíz y alimento en una conciencia que toma distancia con relación a esa norma”
(Barthes, 1997, p. 140).
21
vida propios del individuo o su perspectiva del mundo. Esos puntos no vienen a discusión.
decir, a menos que se transforme en el poder mismo. Mientras tanto, es una situación
patológica y como tal debe tratarse 33. Sin embargo, la cuestión es aun más sofisticada,
porque debe haber un control mutuo de los individuos para garantizar la buena salud del
sistema, porque “cada alter, que puede constituir respecto al ego un agente de control
social, es al mismo tiempo un ego que puede tener sus propios problemas de tendencia a
la desviación”, por lo que un análisis completo sólo puede ser efectuado a nivel del sistema
287).
Por cierto, la visión de Durkheim sobre el delito es aun más enfática, porque parte
de que este es inevitable en la sociedad (“el delito es normal, porque una sociedad exenta
del mismo es del todo imposible” -1982, p. 93-), por lo que su carácter patológico es sólo
otro34 (cosa que ya había sido apuntada, aunque con una propósito diverso por C. Marx).
Por consiguiente, si el delito no tiene nada de “mórbido”, la pena no puede tener por
satisfacción de una “formalismo lógico” para validar la norma y evitar que los sentimientos
que produce el delito no se “enerven” si no fuera castigado (Durkheim, 1982, pp. 97 y 122).
Esto es, lo importante no es que el orden social censure una conducta en tanto
33
“...sólo hay una razón que pueda permitirnos calificar de funesta esta consecuencia, y
es que perturba el desarrollo normal de las funciones” (Durkheim, 1982, p. 83).
34
“...el delito no desaparecería por ello, tan sólo cambiaría de forma; porque la causa
misma que cegaría así las fuentes de la criminalidad abriría inmediatamente otras nuevas”
(Durkheim, 1982, p. 93).
22
el del pluralismo de concepciones del mundo o planes de vida de los individuos, los cuales
Con esto se obvia que un sistema normativo que pretenda justificarse a sí mismo
“gira en torno al vacío”; o, en otras palabras, no se autolegitima. Y con menor razón aun en
mecanismos informales o, aun mas grave, formales de control social fue recogida por
complemento funcional de los subsistemas regulados por medios; pero no puede sustituir
por naturales el contenido de los mismos. La línea tenue que separa la descripción de un
cierto orden y modelo de acción social y de los valores que internamente los legitiman, se
borran para legitimar el sistema en sí mismo. Ya no sólo es que, acorde a una cierta
jerarquía normativa el orden y modelo de acción son legítimos, sino que, como sistema,
ese es legítimo en su integridad, por lo que no vale alternativa alguna a él. De suerte que,
por una parte, el sujeto se ve privado de su dimensión normativa (como dice Habermas),
23
pues los preceptos no son construidos por él o con su concurso, sino que le llegan del
sistema, de las funciones que este ha asignado y de las expectativas que de ello derivan.
Por la otra, ese orden es bueno por el solo hecho de serlo, independientemente de sus
características sociales o políticas. Y sin importar cuál es la condición del ser humano en
su seno (salvo que esta amenace su continuidad, en cuyo caso debe tomarse las medidas
igual a otra, ni el ser humano en una es idéntico al de otra, porque los órdenes, las normas
y las acciones sociales sólo existen como concepto abstracto en la teoría. En la vida
privilegian ciertos intereses o los marginan, imponen criterios y rechazan otros; es decir,
que forman parte del entramado a través del cual se ejerce el poder. En resumen, como
del mito; tampoco necesarios por naturaleza, ni justificables por la tradición, sino obra del
ser humano (Popitz, p. 9). En tanto es así, tienen consecuencias prácticas diversas y
organización normativa no sólo puede, sino que debe, ser objeto de evaluación alternativa
al sistema, y no sólo interna a este, a fin de constatar más allá de su conformidad con él, la
Echando mano a ese paradigma, el orden social, cualquiera que sea, se da por
tanto que las posibilidades alternativas son anormales. Entonces, ese orden y las reglas
los individuos debe acomodarse a las expectativas socialmente certificadas, también con
24
prescindencia de qué imponen. Pero, lo cierto es que ni las normas son neutras, sino que
promueven o protegen intereses que, como demostró Maquiavelo, no son comunes sino
que están en conflicto con los de otros miembros de la sociedad; ni las expectativas las
determina un etéreo “proceso social”, sino los juicios que pueden asignar valores, es decir
provistos de poder.
como si todas fueran uniformemente apoyadas por todos los grupos y estratos de la
una frase elíptica y engañosa. El poder puede ser legitimado por algunos grupos, sin serlo
por todos los grupos de una sociedad. Por lo tanto, puede ser erróneo describir el
representar el comienzo de una norma nueva, con sus derechos distintivos a la validez
“real”, que a menudo construye grandes nociones para justificar un discurso, pero que ante
descripción y análisis, paran convertirse en un método, que construye una estructura que
posibilidad, sino construir su necesidad lógica (Althusser, tomo II, p. 441). O, como decía
“se demostrará, no que tal acontecimiento debilita realmente al organismo social, sino que
expresados simbólicamente y con propiedades que aseguran su cohesión interna 36, y las
emplea para examinar las relaciones sociales y políticas en que se expresa el poder,
Eso le permitía decir con toda franqueza a Durkheim que ese método era en
esencia conservador, “puesto que considera los hechos sociales como cosas cuya
36
“El término ‘estructura social’ no tiene nada que ver con la realidad empírica, sino con
los modelos que son construidos a partir de ella. Esto debería ayudar a clarificar la diferencia
entre dos conceptos tan cercanos que a veces se confunden entre sí, estructura social y
relaciones sociales. Es suficiente indicar que las relaciones sociales son la materia prima de la
cual se construyen los modelos de estructura social, mientras que de ninguna manera la
estructura social puede ser reducida al ensamble de las relaciones sociales descritas en una
sociedad” (Levi-Strauss, p. 279). Contra una antropología como disciplina así concebida, se
lanza Althusser: “L’anthropologie, ça ne pas peut pas exister. C’est un concept qui ne fait que
résumer l’ideologie ethnologique dans l’illusion que l’objet de l’ethnologie, ce sont d’autres
réalités que celles que traite la science de l’histoire (des formations sociales, quelles qu’elles
soient)” (Althusser, tomo II, p. 438).
37
De acuerdo a Piaget, “…la estructura es preservada o enriquecida por el interjuego de
sus leyes de transformación, que nunca producen resultados externos al sistema ni emplean
elementos externos a él.” Más adelante señala: “las transformaciones inherentes a un
estructura nunca llevan más allá del sistema, sino que engendran elementos que pertenecen a
él y preservan sus leyes” (Piaget, pp. 5 y 14).
26
naturaleza, por dócil y maleable que sea, no es modificable a voluntad” (Durkheim, 1982,
un lado, debe ser fenomenológico, debe tratar de redescubrir las relaciones ordenadas
(con un inevitable nivel de abstracción) en una realidad descrita. Pero por el otro, debe
entender el fenómeno social como derivado y mediato, fruto de una praxis social de grupos
ideas o categorías conceptuales, es una trampa para encubrir el poder y los intereses que
presente. Quizá por eso el “fin de la historia” profetizado por Fukuyama como el triunfo
definitivo de un modelo único de sociedad, no sea tan extraño al mundo del Derecho
Penal.
V.
dar una explicación de las situaciones que se presentan. Esto es, su estructuralismo no
38
Al respecto, apunta Althusser: “...les lois du mécanisme d’une formation sociale varient
en fonction de la structure de cette formation sociale... bien que dans le principe les choses
fonctionnent en vertu des mêmes lois de nécessité, leurs formes sont différents.” Añadiendo
sobre el estructuralismo que recoge la obra de Levi-Strauss: “tout ce que distingue les réels
entre eux, c’est-à-dire tout ce qui fait la nécessité différentielle des réalites, des instances
distinctes, tout cela est escamoté” (Althusser, tomo II, pp. 443 y 445).
27
versa sobre el sistema social, sino sobre la situación, realizando tres operaciones
las que pueden tender la acción social, atraídos por normas o valores de grupos de
concreta, otorgándosele mayor énfasis a las cuestiones externas al sujeto, como los
Cabalmente esa reducción del objeto de estudio del sistema social al de “una
así que se adopta el postulado de que todas las estructuras sociales existentes son
vista funcional aplicado a la conducta colectiva indudablemente afrentará a todos los que
(Merton, p. 48).
expectro y no una “teoría intermedia” como la de Merton, la cual contribuiría a definir los
preceptos que debe regular un tipo de situaciones u otro en consideración a los factores
manifiestas y latentes de las estructuras, entendiendo por aquellas las consecuencias que
contribuyen al ajuste o adaptación del sistema y que son buscadas, y por latentes las que
cumplimiento fáctico o en la idoneidad para preservar esos bienes, sino la estabilidad del
existente. Lo que pasa es que de un tiempo para acá, esto último está pasando de ser una
quehacer social debe tomarse en consideración ambos efectos. No obstante, ello destaca
pues mientras en este se indica que la eliminación de las funciones es falaz en tanto las
desempeñadas por la organización social que sufre el cambio es incurrir en ritual social y
solución propone la viabilidad de crear otras nuevas estructuras que satisfagan esas
necesidades o que las eliminen (Merton, pp. 90-91), lo cual convierte su teoría en
29
relegitimación sistémica.
Quizá eso explica su escasa acogida en el debate actual promovido con ese
“sistémicas”.
VI.
abstracto de elaborar una teoría sistémica se debe a Niklas Luhmann, aunque no pueda
hablarse de una sola postura teórica, como puede comprobarse con vista en las dos obras
hacia posiciones cada vez menos concretas o empíricas. Es el más sofisticado porque
introduce toda una serie de elementos o variables que no estaban presentes en los
más adelante se verá. Es el más abstracto, porque como decía su autor, supera el
colectivos) para hacerlos residir en procesos comunicativos entre los diferentes sistemas o
subsistemas.
Sin pretender ser exhaustivos al reseñar una obra tan compleja y extensa como la
de Luhmann, puede decirse que su punto medular es la comunicación. Para ese pensador
alemán las estructuras (incluyendo allí a los sujetos) por sí mismas no cumplen función
de los sistemas, que van desde las máquinas hasta los sistemas psíquicos, los que por
ahora interesan son los sistemas sociales, en los cuales los sujetos interactúan. Hasta
aquí no hay mayor novedad. Donde esta yace es que, muy de acuerdo a un pensamiento
(cosa, situación social o interpersonal) que emana una imagen o mensaje y un sujeto que
modernidad resulta una falacia para el pensamiento que rechaza el racionalismo sin
fronteras explicativas. Por el contrario, para un autor como Nietzsche (acaso el padre de lo
mediada por las percepciones del sujeto. Esto es, no existe una aprehensión de lo real. Lo
real no existe. Lo que existe son las percepciones, que son elaboradas a partir del
mensaje o sensación recibida por el individuo, pero mediada por sus esquemas mentales o
sus intereses. La razón no asegura que la comunicación se pueda dar o que sea efectiva.
El resultado puede ser contingente, porque bien puede acontecer que el receptor no pueda
empleado por el emisor, es decir descifrado con códigos diferentes, o tenga sus propios
imperativos para elaborar su reacción o respuesta, los cuales no coincidan con los de
misma.
31
modernidad (el ordenamiento racional de la sociedad y las ideas) y que dio pie a una
contribución hecha en esa dirección por G. Sorel) o bien lo que se llamó después el
comunicación de los sistemas sociales. Cada sistema tiene sus propias reglas de
precisa que los demás sistemas identifiquen ambas situaciones a partir de sus propios
En estos casos, los demás sistemas ostentan la misma calidad que el medio no
estructurado, son el entorno. Este se entiende como el correlativo negativo del sistema,
como el ambiente exterior al sistema en cuestión, que puede consistir en otros sistemas o
en material no estructurado, desde el cual pueden provenir impulsos hacia el primero, pero
que este leerá de conformidad con su capacidad de diferenciación, es decir, les atribuirá
su propio sentido40, ya que es autorreferente (Luhmann, 1998, pp. 54 y 176). Por ende, el
39
“Para cada medio diferente se puede desarrollar un código diferente” (Luhmann, 1995,
p. 48).
40
“Sólo a los sistemas autorreferenciales se les presenta la influencia exterior como una
ocasión para la autodeterminación y con ella como información: la información modifica el
contexto interno de la autodeterminación sin rebasar la estructura legal con que el sistema
tiene que negociar y con todo lo que de ello se sigue. Las informaciones son, por consiguiente,
32
que queda en un plano subsimbólico (Leydesdorff, p. 57). Entonces, el sistema tiene sus
propias reglas para determinar los límites de sí mismo (hasta dónde alcanza y a partir de
dónde empieza el entorno) y para decidir cuáles impulsos procedentes del entorno le
resultan relevantes y en qué. Más allá de eso, el sistema lo que escucha es ruido
demás sistemas, o los individuos mismos y sus vidas, quedan fuera del sistema social
(Leydesdorff, p. 60).43
acontecimientos que delimitan la entropía, sin determinar por ello el sistema. La información
reduce la complejidad en la medida en que da a conocer una selección y, con ello, excluye
posibilidades.” De acuerdo con esto, dos páginas adelante define el sentido: “...es la forma
general de la disposición autorreferencial hacia la complejidad que no puede ser caracterizada
por contenidos determinados (con exclusión de otros)” (Luhmann, 1998. pp. 84 y 87).
41
“La comprensión surge cuando la experiencia del sentido o la acción plena de sentido
se proyecta hacia otros sistemas con su propia diferencian de sistema/entorno” (Luhmann,
1998, p. 89).
42
“La teoría de los sistemas abandona el nivel de los sujetos de acción individuales y
colectivos, y del adensamiento de los complejos organizativos saca resueltamente la
consecuencia de que hay que considerar la sociedad como una red de subsistemas autónomos
que se encapsulan unos frentes a otros adoptando cada uno su propia semántica, y que
constituyen entornos los unos para los otros. Para la interacción entre tales sistemas sólo
resultan ya decisivas sus propias formas de operación, fijadas internamente y no las decisiones
e intereses de los actores implicados” (Habermas, 1998, p. 413).
43
Contrario a esta acepción del “sentido” intrasistémico, Zagrebelsky, recoloca su lógica
en el terreno de los hechos sociales. “Per ‘senso’ si debe intendere qui la connessione tra
un’azione e il suo ‘prodotto’ sociale. La comprensione del senso di un’azione, cioè della sua
‘logica sociale’, si ha sempre solo mettendola in connessione con le conseguenze che essa si
considera idonea a determinare” (Zagrebelsky, p. 187).
44
En dos párrafos que, de no ser por los vocablos, bien pudieron haber sido escritos por
un resucitado Nietzsche, se señala: “La concepción antigua era: la ciencia no puede prescindir
de la racionalidad correlativa al objeto. Esta concepción, en la versión vigente de la ontología,
fue abandonada por la filosofía trascendental. En su lugar, al tiempo que se llegaba a la
autorreferencialidad del ‘sujeto’, fue ubicada la tesis de que la realidad en ‘sí’ es irreconocible.
esta tesis no es considerada falsa, sólo se le generaliza debido a la reobjetivización del sistema
autorreferencial: cada sistema autorreferencial tiene contacto con un entorno que él mismo se
33
sea para darle un contenido o dirección, o incluso para desvanecerlo por indetectable.
embaucar por la realidad.” Más adelante añade: “La teoría de los sistemas sociales, por
desplazaría de nuevo el punto esencial de la teoría hacia los seres vivientes, los sujetos,
parte del entorno y no como parte del sistema social” (Luhmann, 1998, pp. 11 y 15).
Esta teoría sistémica no es una variable del funcionalismo como cualquier otra: es
un funcionalismo calificado, toda vez que los roles no sólo se cumplen con independencia
estructuras, sino porque entre ellas no hay capacidad de comunicación, lo que significa
que los sistemas no puede ser modificados desde afuera. Sólo responden a sí mismos. Si
lectura. Es decir, cada sistema escoge los impulsos que recibe de afuera y les atribuye el
posibilita y no con un entorno ‘en sí’... crea condiciones previas bajo las cuales el entorno
resulta observable, comprensible y analizable para los sistemas de sentido que operan de
manera autorreferencial cerrada” (Luhmann, 1998, pp. 111-112).
45
“...el acto de transmisión ya no depende de la persona que hace la selección, sino
solamente de las condiciones del código. Entonces, la persona que conoce ciertas verdades o
que tiene poder, sólo es un factor en la predicción de las elecciones de la materia y de las
reducciones, pero no es un factor formativo de la verdad o el poder” (Luhmann, 1995, p. 54).
34
sustancia, es el sistema el que de acuerdo con sus procesos internos y la traducción que
significa “autocreación”).46
sobre la operación futura del sistema. De hecho, el sistema social sólo existe en término
sujetos, pero que en una sociedad compleja, no puede dar margen a la inseguridad. Esta
sistema recurre al estado previo de ese tejido, ya que no es afectado por la interacción con
ochenta indicaron que las células evolucionan por sí mismas y son indiferentes a los
46
“Elemento es, por consiguiente, aquella unidad no más reductible del sistema... Los
elementos son elementos sólo para los sistemas –ellos los utilizan como unidad-, y sólo dentro
de ellos llegan a existir. Esto queda formulado en el concepto de autopoiesis” (Luhmann, 1998,
pp. 45-46).
47
“Thus, this theory focuses on the reflexive top layer of the complex network of human
consciousness and interhuman interactions. Indeed, Luhmann shared with Parsons an interest
in cybernetics and control. Self-organization theory can be considered as a theory about the
limits of control given the wealth of possible combinations at the reflexive level” (Leydesdorff, p.
55).
35
Pero este enfoque biologicista difícilmente podría ser aceptado como un modelo de
análisis social y con menor razón todavía de ingeniería social. En cuanto a lo primero,
porque como dice Viskovatoff, los impulsos de los sistemas sociales no son simplemente
sintaxis (o una oración estructurada), sino que son semánticos, tienen significados; es
decir, el proceso comunicativo tiene un contenido (Viskovatoff, pp. 1 y 20). En tanto es así,
porque tampoco este está exento de una circunstanciación social vinculada o vinculable a
su entorno.
En cuanto a lo segundo (como ingeniería social), porque implica que ante los
encarnen. No obstante, aun más allá del funcionalismo parsoniano (a quien Luhmann
–Luhmann, 1998, p. 256-), implica al mismo tiempo que ni siquiera son influibles por otros
que les son aledaños y familiares (sea porque a su vez forman parte de un sistema mayor
48
“...el sistemismo es, según los casos, o una variante del estructuralismo, o una base
del estructuralismo... pero suponer que una estructura –real o conceptual, o ambas– tiene
necesariamente que descomponerse en elementos últimos independientes entre sí representa
sólo una de las posibles concepciones del procedimiento analítico en general. En principio, no
hay inconveniente en adoptar una posición analítica de carácter estructuralista o hasta de
carácter globalista; a fortiori, es más plausible aun adoptar una posición analítica de carácter
sistemista. En esta última no se procede de elementos últimos a elementos compuestos de
tales elementos últimos, sino de elementos, puntos o posiciones de un sistema a otros
elementos, puntos o posiciones del sistema, así como a elementos, puntos o posiciones de
otros sistemas. Se destacan en tal caso no los «elementos» o las reducciones de unos
«elementos» a otros, sino las conexiones y, desde luego, las interconexiones estructurales”
(Ferrater, tomo IV, p. 3069).
36
cerrados.49 Entonces, la sociedad debe marchar como marcha y dentro de cada una de
sus áreas las cosas deben ser como son: la economía no debe regularse desde la política,
1998, p. 167).
Pero, todavía más serio, el Derecho, incluyendo claro está el Derecho Penal, no
debe ser modificado desde la construcción política. En otras palabras, las normas punitivas
que existen son las que tienen que existir y punto. El propio Derecho, no la discusión ni el
que ella misma decida qué conocimientos necesita, así como que, aun sin conocimiento,
338).
Por eso no cabe discutir cuáles aspectos de la vida son susceptibles de regulación,
personas; tampoco las diferentes concepciones que de esos dos aspectos se pueda tener.
desenvuelva como tiene que ser o le resulte “natural”, el que defina su alcance y
contenido. Estos están supeditados a la armonía social que debe posibilitar, y a su vez es
producto, del cumplimiento fiel de la función que corresponde a cada sistema. Esto
significa que, como subsistema social, el Derecho cumple una doble función; a saber, una
49
“The non-random pattern of a network distribution implies a condition, since
randomness can be defined as the unconditional generation of noise. The covariation between
the network and its generators at each moment in time is expected to develop into a coevolution
over time at the interface because of the recursivity of the selective condition… Coevolving
systems shape each other mutually along these trajectories by selecting upon each other in
terms of signals and noise. A reflexive system is embedded in the systems of reference for the
reflection, as in such a coevolution” (Leydesdorff, p. 57).
37
se marginaliza la cuestión de la validez del Derecho 50, al que sólo se puede acceder
privado del valor que este tiene como bien de integración social, ya que se suprimen los
independencia del contenido específico de las normas y que tratan de sustituir la confianza
personal por la de tipo institucional. En consecuencia, si no quieren ser una autoilusión, las
cómo distribuir los valores del código binario aludido en los casos particulares y concretos
Derecho positivo, que visto desde fuera debe ser aproblemático). En fin, las expectativas
medida en que se desarrollen teorías que abandonen la simple tesis de una constitución
normativa de lo social y que estas avancen hacia afirmaciones más precisas sobre la
Mediante una suposición similar, la evolución del sistema jurídico puede concebirse
como una autonomización progresiva que termina independizándolo una vez positivizado,
para convertirlo en autopoiético, lo que lo inhibe de mantener intercambios directos con los
demás subsistemas del sistema social o los sistemas externos a este, todos los cuales
selectivamente por el sistema jurídico, sólo ofrecerá a este la ocasión o motivo para actuar
50
“No se trata, pues, de generación de consenso, sino sólo de que surja la apariencia
externa (o la probabilidad de la suposición) de una aceptación general” (Habermas, 1998, p.
566).
38
por sí mismo. Entonces, la distinción entre lo que es y lo que debe ser, entre lo descriptivo
perdiéndose de vista el ligamen interno que hay entre esas funciones y la consecución,
operaciones a partir de los insumos que él mismo produce. En otros términos, no hay un
“...en el ámbito de decisión del juez, a éste le vienen adelantados y sugeridos los
Aun más, puede agregarse que el proceso judicial mismo pierde su razón
legitimante.
Así las cosas, por una parte, habrá que entender que el sistema político se
autocompone de la red reticular de instancias a través de las cuales fluye el poder, que
incluye a los órganos jurídicamente existentes y los que son fruto de la cultura política,
pero también comprende al público o ciudadanía (organizada o no). Todos, sin embargo,
oficial del poder, la cual es cada vez más incapaz ante la creciente complejidad de la
39
sociedad y obliga a una circulación informal mayor, dado la multiplicidad de asuntos que se
centro del sistema social deja de ser el sujeto para ser el sistema en sí mismo. Por la otra,
el Derecho que se asienta sobre ese sistema político ya de por sí autónomo, hace su
propia categorización de lo que es lícito o no, de acuerdo a sus procesos internos y a los
impulsos que le llegan del entorno, en el cual se incluye el sistema político (expropiado a
Derecho positivo . En ese orden, hablar de democracia o Estado de Derecho es una banal
ilusión.51
negativa, la siguiente pregunta sería por qué suerte de forma gravitacional se mantiene
jurídica, pasa de ser la seguridad o certeza provista a las personas, a ser la seguridad en
el suave y fluido funcionamiento social; pero no el de los sujetos, sino de los sistemas, el
cual tenderá a ser más estricto a medida que la sociedad sea más compleja 52, dado el
51
“Una teoría de sistemas, que ha desterrado de sus conceptos básicos todo lo
normativo, permanece insensible a ese umbral de contención normativa que representa la
circulación del poder regulada en términos del Estado de derecho. Con penetrante mirada
observa cómo el proceso democrático queda socavado y ahuecado bajo la presión de los
imperativos funcionales... la teoría de los sistemas no ofrece marco para una teoría propia de la
democracia porque parcela y separa la política y el derecho convirtiéndolos en sistemas
funcionales distintos, recursivamente cerrados, y al sistema político lo analiza esencialmente
desde puntos de vista concernientes a la autorregulación y autocontrol del poder
administrativo” (Habermas, 1998, p. 414).
52
“La relación con el entorno tiene que reproducirse en un nivel mayor de complejidad del
sistema y, por lo tanto, con más posibilidades y restricciones. Se sabe que los sistemas
sociales que no tienen ninguna posibilidad de acción colectiva no sobrepasan un nivel de
desarrollo menor...” (Luhmann, 1998, p. 192).
40
porque se dañe ciertos intereses o bienes jurídicos, sino porque sacude la confianza
complejas, que necesitan mucho más poder que las sociedades simples, tienen que
manejar una incidencia cada vez menor de realización factual de alternativas evitables”
(Luhmann, 1995, p. 33) “...el aumento de la complejidad del sistema social tiene que
Esto explica que, como lo advirtiera S. Freud, entre más sofisticada la sociedad,
más represiva tenderá a ser (Freud, pp. 39-40). Y si las sociedades son progresivamente
complejas, menor margen de libertad queda para el ser humano 53. A partir de las
se definirá si sus acciones deben ser reprimidas o no, sea por haber puesto en riesgo (a
contenidos previos que deban ser asumidos por el Derecho antes de determinar su campo
de acción o la dirección de esta. Lo importante es que el sistema, cualquiera que este sea,
53
“El punto de partida para este problema es una necesidad para la toma de decisiones
que aumenta rápidamente junto con el desarrollo de la sociedad, pero que no puede estar
surtida de decisiones correspondientes y de actos de transmisión. El número de sucesos que
requieren de una decisión ha aumentado tanto en relación con las constantes naturales de
cualquier tipo, que se presume que casi toda selección es una decisión, o se deduce que tiene
su origen en las decisiones. Sin embargo, ya que, obviamente esta responsabilidad de toma de
decisiones no puede darse en un solo punto, en realidad, incluso no puede controlarse desde
un punto, la organización de las decisiones y, con esto, la transmisión del poder de una
formación de cadenas se torna en un problema.” Páginas adelante, reconocía Luhmann en esa
obra que la generalización normativa tenía un efecto inflacionario que devaluaba los medios de
motivación, o como diría Parsons “primarios” de defensa social (Luhmann, 1995, pp. 119 y
126).
41
liberalismo político.54
Mas, ¿es que acaso porque los procesos son más complejos o entreverados en la
sociedad actual, el ejercicio del poder desaparece? ¿o lo hacen los intereses o visiones del
Se podría decir que el argumento de que las relaciones de poder se han dislocado
político en general se haya diluido, sino que ha penetrado uniformemente las más diversas
funcionamiento sin riesgo de tropiezo alguno 55. No es que no está sólo algunas partes,
los patrones que priman, sino que estos se han “globalizado” a tal punto que las
que la sociedad ha visto evaporarse a sus actores, dejando tras de sí sólo los
inaprensibles “procesos comunicativos”, sino que los actores dominantes han hallado una
nueva legitimidad en volver anónimas las relaciones de poder, haciéndolas parecer como
cuestionamiento que ello podría posibilitar. En síntesis, existen las reglas de convivencia,
las expectativas que todos los seres humanos deben cumplir en su vida social, pero no es
Derecho. Tampoco se ponen en riesgo los intereses del mismo. Son concepciones o
norma, que no provienen de un “Derecho técnico” (otra falacia discursiva para inmunizarse
contra su valoración política por parte de los miembros de la sociedad), o más bien
Existen los procesos comunicativos entre los sistemas; eso es innegable. Pero esos
procesos responden a los intereses o visiones que conforman los grupos sociales y sus
técnico.58
56
En “Poder”, Luhmann tiene una concepción más concreta y menos claudicante
respecto al Derecho, reconociendo que el precepto jurídico mecaniza un poder para las
hipótesis en que la situación específica no lo da (Luhmann, 1995, p. 69). Sin embargo, esto
significa una diferencia sustancial respecto a su obra posterior aquí utilizada, toda vez que las
circunstancias específicas son tomadas en cuenta para constatar que tienen relevancia
proporcionalmente inversa a la coactividad de que se reviste la norma jurídica.
57
Habermas habla de una “ceguera sistémica de una teoría normativa de la democracia
que sigue sin enterarse de la expropiación burocrática de la base sobre la que opera”, que
liquida lo normativo y excluye que pueda haber una comunicación en la que la sociedad pueda
centrar la atención sobre sí misma como conjunto que es (Habermas, 1998, p. 607).
58
Respecto a cómo esto se refleja asimismo en terreno de la moral, la pluma de Barthes
es enfática: “...(se) opera una especie de crasis entre la moral y la naturaleza, da a una como
fianza de la otra. Por miedo a tener que naturalizar la moral, se moraliza a la naturaleza, se
finge confundir el orden político y el orden natural y se termina decretando inmoral a todo lo
que impugna las leyes estructurales de la sociedad que se propone defender” (Barthes, 1997,
p. 137).
43
apariencia de decir lo que es, desliza lo que estima que debe ser. En el campo jurídico, los
producción normativa, tratan de hacer imperceptible la relación que corre entre este y una
universal y abstracta a esos intereses particulares, de proyectarlos como una teoría del
Derecho, del “servicio público”, el “orden público”, la “salud pública”, “la nación” o “el
El punto está en que si esa estrategia de legitimación oblicua se recibe como válida
Así vista, dice Luhmann, la norma represiva sólo cumple el papel que le
imperativos impuestos por “el sistema social”, debe venir en su auxilio el control social
no es pasible de ser afectado desde el exterior) que de momento “destruye (su) pretensión
seguridad de las expectativas que este debe garantizar. Es una veleidad que destaca la
se rebela contra aquella (Luhmann, 1998, pp. 333 y 337). Como subsistema que es, tiene
eliminen60. Ante ello no vale el estudio de la problemática que le ha dado lugar, ni de las
características del conflicto. Simplemente se suprime. Como en una célula biológica. Sin
“La contradicción es una forma que permite reaccionar sin cognición, basta la
inmunidad también operan sin cognición, sin conocimiento del entorno, sin análisis de los
Así las cosas, no importa las causas de la contradicción o conflicto. Estos son
situaciones que están disponibles en el sistema social. Al actor se le enseñará, con mayor o
menor éxito, la manera correcta de realizar la autoadscripción. Así podrá darse cuenta a
tiempo, y de preferencia con anticipación de cuando actúa y desahogar el control social a favor
del autocontrol” (Luhmann, 1998, p. 165).
60
“Como sistemas sociales, los conflictos son unidades autopoiéticas,
autorreproductivas. Una vez que se han establecido, su continuación es previsible, no así sus
final, que no puede resultar de la autopoiesis misma, sino únicamente del entorno del
sistema...” (Luhmann, 1998, pp. 354-355).
61
Vale acotar que en este aspecto hay un desplazamiento en el pensamiento de
Luhmann, quien en la otra obra visitada en estas páginas (publicada en alemán en 1975, en
tanto “Sistemas Sociales” lo fue en 1984), dice que si la acción va a ser comprendida, es
necesario el conocimiento de la motivación. “Así, la comprensión de los motivos ayuda
retrospectivamente a reconocer si una acción ha ocurrido” (Luhmann, 1995, p. 30).
45
sin mirar las razones o su génesis. Salvo que el sistema mismo detecte que son
tarea del Derecho, un instrumento creado como precaución de posibles conflictos, 62 que
sin más reparos deben ser resueltos estrictamente según el código binario aludido.
“Ya no es la capacidad del culpable para proceder de otra manera, lo que está a la
base del juicio de culpabilidad, sino la correspondencia del sujeto y de la situación en que
él actuó con una tipo normativo de sujeto y situación, en presencia del cual la conciencia
subjetivas (a esos efectos se presupone la igualdad de las personas) del delito, sino un
expectativas) defraudadas. Así se disuelve los dos parapetos creados por el pensamiento
liberal contra las ambiciones punitivas del Estado contra el individuo: el principio de
lesividad y el de culpabilidad.
cierto es que cumple una función limitativa en relación con la pena, en tanto se debe tener
62
“...el sistema de derecho sirve al sistema social como sistema de inmunidad, lo cual no
quiere decir que el derecho esté fundamentado sólo en esa razón., El derecho produce
también, y es parte de su esencia, seguridad para las expectativas de comportamiento que son
evidentes. Pero esta función de la generalización de expectativas respecto de las expectativas
de funcionamiento riesgosas, parece estar ligada al sistema de inmunidad de la sociedad”
(Luhmann, 1998, p. 337).
46
replantearse las réfutas antes expuestas, lo que sería ocioso. Para no redundar en
razones, quizá sería mejor cerrar este acápite concluyendo simplemente que “...porque el
derecho guarda relación interna con la política, por un lado, y con la moral, por otro, la
racionalidad del derecho no puede ser sólo asunto del derecho” (Habermas, 1998, p. 570).
la actividad valorativa ni de discursos metajurídicos, pues serán estos los que fijarán los
157).
VII.
sociedad que pretende autolegitimarse como “pluralista”? O, aun más, que pretende ser
pluralista; que parte de la premisa que no hay posibilidad alguna de lograr un ser humano
de acuerdo a un modelo único; que sabe que en la diversidad está la riqueza, el progreso
63
A propósito de la artificialidad de la “realidad social” y su ligamen con el control social,
un breve sobrevuelo en la obra de George Mead proporciona argumentos categóricos en esa
dirección. “Meaning is a statement of the relation between the characteristics in the sensuous
stimulation and the responses which they call out... (p. 129) Thus our adjustments to their
changing reactions take place, by a process of analysis of our responses to their stimulations.
In these social situations appear not only conflicting acts with the increased definition of
elements in the stimulation, but also a consciousness of one’s attitude as an interpretation of
the meaning of the social stimulus. We are conscious of our attitudes because they are
responsible for their changes in the conduct of other individuals… Successful social conduct
brings one into a field within which a consciousness of one’s own attitudes helps toward the
control of the conduct of others… within social conduct the feels of one’s own responses
become the natural objects of attention, since they interpret first of all attitudes of others which
have called out, in the second place, because they give material in which one can state his own
value as a stimulus to the conduct of others”(pp. 131-132). Páginas más adelante concluye:
“Social control, then, will depend upon the degree to which the individual does assume the
attitudes of those in the group who are involved with him in his social activities… upon the
degree to which the individuals in society are able to assume the attitudes of the others who are
involved with them in common endeavor” (Mead, 1981, pp. 290-291).
47
parte y pasa necesariamente por la reivindicación del valor del individuo en sí mismo; ya
no como miembro de uno u otro colectivo, sino de la consideración del sujeto como punto
cual cada quien tenía capacidad para responder por sus hechos y es titular de una
convivencia o interacción desde una óptica atomística. Como se dijo, no el individuo como
parte de una colectividad, sino como una colectividad compuesta por individuos. En
doctrina esta para la cual la concepción pragmática de la ciencia toma como base de
análisis social las acciones de los individuos, más que la sociedad considerada como un
aducido por Kant. Al respecto, de acuerdo con Bobbio, “...el hombre debía romper las
cadenas de siglos, adquirir mayor libertad de movimiento espiritual y material, obtener que
también de acuerdo a las ideas más avanzadas del tiempo, la económica” (Bobbio, 1999,
hechos tangibles.64
para ellos. Es decir, que deben tener libertad e igualdad en la definición de las condiciones
de sus propias vidas, en tanto no nieguen o lesionen los mismos derechos a los demás
Quizá quien mejor concretó ese principio en sus trabajos de filosofía política fue
John Stuart Mill. En su libro “Acerca de la Libertad”, señala que la sola finalidad por la cual
El problema está en que un discurso funcionalista pasa por alto los principios de
las tareas institucionales a todo el ámbito de la vida privada y pública, cuyo confín a esos
efectos es irrelevante, pues basta que allí se ubique una función para que el Derecho
pueda irrumpir. El nuevo concepto de deberes, hace que los bienes y valores pierdan su
punitiva. Esto es, aparentando limitarse a describir o constatar lo que allí acontece, dar por
logrado demostrar la racionalidad política del tipo vigente de control en una sociedad que
resignación ante el hecho consumado, por obsceno que este sea, porque pareciera que
todo lo que contribuye a sostener el sistema social merece un juicio positivo: la única
verdad es lo funcional. Con una autoridad paternal, se prescribe al ser humano el acomodo
(quienes a su vez son víctimas de las mismas), y en cuya creación no participa, pues
consequences as may follow: without impediment from our fellow creatures, so long as what we
do does not harm them, even though they should think our conduct foolish, perverse, or wrong.
Thirdly, from this liberty of each individual, follows the liberty, within the same limits, of
combination among individuals; freedom to unite, for any purpose not involving harm to others:
the persons combining being supposed to be of full age, and not forced or deceived. No society
in which these liberties are not, on the whole, respected, is free, whatever may be its form of
government; and none is completely free in which they do not exist absolute and unqualified.
The only freedom which deserves the name, is that of pursuing our own good in our own way,
so long as we do not attempt to deprive others of theirs, or impede their efforts to obtain it. Each
is the proper guardian of his own health, whether bodily, or mental and spiritual. Mankind are
greater gainers by suffering each other to live as seems good to themselves, than by
compelling each to live as seems good to the rest. Though this doctrine is anything but new,
and, to some persons, may have the air of a truism, there is no doctrine which stands more
directly opposed to the general tendency of existing opinion and practice. Society has expended
fully as much effort in the attempt (according to its lights) to compel people to conform to its
notions of personal as of social excellence” (Mill, pp.80-81).
50
elemento disfuncional.
En realidad se trata de una concepción teórica para nada ingenua, ya que esas
“expectativas” (que en sí mismas son valoraciones de quienes definen cuáles deben serlo
y cuáles no son funcionales como tales, es decir como expectativas) son la encarnación de
la sociedad o sus colectivos. En otros términos, en paradoja abierta contra sus aserciones,
presupone un sustrato axiológico, que es la valoración favorable del actual orden de cosas.
Recordando a Barthes, se puede advertir que con ello se arrebata al ser humano su
idiorritmo (idio = propio, rhuthmos = fluir) y se fija un esquema (schema = forma fija), a la
cual deben amoldarse los sujetos (ahora en doble sentido, ya no sólo como individuos,
sino también como quien está sujeto a algo), para no convertirse en un “fugitivo del código”
integrismo, el “sano sentimiento del pueblo alemán”, el american way of life, o la “doctrina
de la cultura política.
66
“...c’est même pour cela, contre cela qu’historiquement on les constitue – on les
constituées... Et pourtant, c’est sa mére! Le pouvoir –la subtilité du pouvoir –, (qui) passe par la
dysrythmie, l’hétérorythmie” (Barthes, 2002, p. 40).
51
Por eso no se precisa recurrir a nociones restrictoras del poder como la del delito
para reprimir a quien ha transgredido las susodichas expectativas. Bastará a tal efecto que
infracciones (o, como dice Baratta, la infección de los mecanismos inhibitorios que
derivaría si la pena no interviene –1984, p. 11-); aun si estas puedan ser incluso de
Dada la factibilidad de que, quien por un cosa y quien por la otra, incurran en un
ilícito, atendiendo a la fenomenología del poder de Popitz habría que preguntarse si en tal
ordenamiento no es más fácil proponer premios para los que actúen conforme a Derecho,
Si se pasa por alto la necesidad de que haya una lesión a terceros para que sea
políticamente justa la intervención del ordenamiento jurídico (garantía esencial del Derecho
de disvalor de la acción como meollo del código lícito/ilícito, y al sancionar el aumento del
imputación (teoría esta ya palpable en la obra de Durkheim a finales del siglo XIX). En
que nació como límite del poder punitivo se transforma, como en los años felices o
fortalece así la violencia institucional y la selectividad del poder, pues es este el que define
52
quién tiene un rol que cumplir o un cierto margen de riesgo permisible, sin reparar en la
del status de cada quien, y su relación con el grupo o la de este con otros individuos o sus
cuales plasmen en una entidad normativa de índole jurídica los papeles culturales, que son
las instituciones, sino también por lo individuos, cuyas actuaciones absurdamente se ven
transferidas de una categoría descriptiva a una prescriptiva. En palabras pobres, antes que
ello, dice Baratta, la teoría funcionalista pasa por alto tres situaciones que de acuerdo a sí
misma, e incluso su variable sistémica (la más excluyente), serían plausibles, pero que
para evitar el desgaste que implicaría el cuestionamiento más le vale evitar. A saber, que
dentro del mismo sistema serían posibles alternativas al Derecho Penal para asegurar la
confiabilidad de las expectativas; que con frecuencia los conflictos sociales se manifiestan
en lugares diversos en que se hallan sus causas, por lo que poco se gana atacando sus
efectos negativos sobre el sistema, como pueden ser los costos disgregantes respecto a
los miembros catalogados como disfuncionales (que pueden ser expulsados física o
simbólicamente del mismo) o los que se sienten sin cabida en un espacio, como diría
El Derecho no puede pretender crear patrones culturales, sino solamente regular las
inadecuación e indiferencia social 67; y logrando, cual único resultado, su descrédito como
instrumento político efectivo, así como el aumento de la inflación normativa. Esta última, se
traduce en más leyes que desde el inicio están destinadas a no cumplirse, sea porque se
realidad socio-cultural del medio humano al que están dirigidas. Debe siempre tenerse
presente la advertencia de Robert Dahl, de que pesa más la cultura que las instituciones
formales. A final de cuentas, esa inflación vuelve aun más incierto el panorama preceptivo,
saber: a) ser producto de una construcción política deliberativa; b) constatar que recaiga
sobre asuntos públicos; y, c) que en caso de invadir la esfera privada de los individuos, en
honor al principio de autonomía que los tutela, ello sea en la medida estrictamente
religiosa). Es decir, argumentos que pesen para todos con independencia de su visión
personal del mundo. De lo contrario, se corre el riesgo de que, como hasta ahora ha
sucedido, los sectores o sujetos de visiones dominantes las terminen imponiendo a los
67
Que el ser humano solo comprende como Derecho los preceptos en que reconoce
comprometidos los intereses propios y de su medio, fue claramente establecido por George
Mead en 1934, cuando advertía contra la instauración coactiva de valores que trataban de
preformar la concienciación social o individual de valores y reglas.“When we reach the question
of what is right, I have said that the only test we can set up is whether we have taken into
account every interest involved. What is essential is that every interest in a man’s nature which
is involved should be considered. He can consider only the interests which come into his
problem... You cannot lay down in advance fixed rules as to just what should be done. You can
find out what are the values involved in the actual problem and can act rationally with reference
to them. That is what we ask, and all we ask, of anyone” (Mead, 1967, pp. 387-388).
54
valores o creencias.
A estas alturas es palpable que el intento de crear una base única de imputación
penal basada sobre la infracción de las expectativas tiene poco que ver con una posición
causalista que atribuye un cierto devenir. Esta es retrospectiva; mira a cuáles fueron las
prospectiva y teleológica; apunta a lo que debe hacer un sujeto con vista el cumplimiento
de su papel social y a la incolumidad del orden de cosas. De modo que si la primera teoría
de imputación objetiva fue la causalidad, hoy no lo es más, sino que actualmente responde
que los efectos pueden ser producto de diferentes factores, achacables o no al sujeto,
misma vicisitud, sino que “similares perturbaciones pueden tener otros efectos en
como si esta fuera la alternativa válida, cuando en realidad lo único que denuncia la crisis
debe proveer a la manipulación de un sujeto para que sea imagen y semejanza de valores
libertad. Pero, como se vio, esa es una objeción que no vale para el paradigma
funcionalista.
afectación de los intereses o derechos de terceros. Estos son intrascendentes con miras a
autónomo, capaz de decidir conforme sus posibilidades sobre la rectitud o no de sus actos,
sino ante un elemento que pone en cuestión la pretensión autovalidante del sistema y
resulta disfuncional por no cumplir el rol asignado. Frente a esta situación, la respuesta del
sociales de las personas no pesan, sino que para la autoinmunización del sistema son
indiferentes.68
Es decir, dando una respuesta penal a los problemas sociales, con la consecuente
sujetos (con las excepciones de aquellos asuntos que sean de interés para la prosecución
de la convivencia), sino que por el contrario, invirtiendo las cosas, cada día se inclina a ser
se está dispuestos a renunciar a aquellos principios en pro de una sociedad que asegure
68
“...il soggetto dell’imputazione di responsabilità penale non è più il fine dell’intervento
istituzionale, ma il supporto psico-fisico di un’azione simbolica che ha i suoi fini al di fuori di lui,
e di cui egli è solo strumento” (Baratta, 1984, p. 24)
57
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA
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1994
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1999
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MEAD, George. “Mind, Self and Society”. University of Chicago Press, Chicago, 1967
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1951
WEBER, Max. “El político y el científico”. Ediciones Coyoacán, México D.F., 2001
WEBER, Max. “The Theory of Social and Economic Organization”. The Free Press, Nueva
York, 1964
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