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Legislación y normatividad

Análisis del caso parte 2

Evidencia de aprendizaje.

José Luis Manuel Flores Robles

ER-ELYN-1902-B2-002

Noviembre 2019
Instrucciones de la actividad:

1. Basándote en el ejemplo de caso de


contaminación del Río Sonora por Minera México
realiza los siguientes pasos:

2. Delimita el alcance, justifica y fundamenta la


problemática considerando los aspectos que el
marco jurídico ambiental FEDERAL puede abarcar.

3. Elabora un análisis de la problemática,


planteándola en forma de caso o pregunta a
investigar. La cual debe contener los siguientes
puntos:

 Problemática central y problemas colaterales 


Actores involucrados  Propuestas de solución a
partir de las normas y leyes ambientales
identificadas en las actividades realizadas de la
Unidad 2  Puedes apoyarte de las siguientes
preguntas para realizar tu análisis: ¿Qué sucede?,
¿Cuál es el problema a resolver?, ¿Quiénes están
involucrados?  ¿A qué situaciones se enfrentan?,
¿Cuáles son los conflictos, los intereses y las
posibilidades en juego?

4. Elabora tu documento con las siguientes


características:

 Portada de presentación  Título de la


problemática  Antecedentes  Planteamiento de la
problemática  Fuentes de referencia en formato
APA.

5. Guarda tu actividad con la nomenclatura


ELYN_U1_EA_XXYZ.

6. Envía tu actividad y espera las observaciones de


tu docente en línea

Aspectos importantes para tomar en cuenta:

Instrumento de Criterios de evaluación


evaluación:

Rúbrica 1) Ortografía
2) Presentación
3) Entrega la
evidencia en
tiempo y forma
4) Delimita el
alcance de la
problemática
considerando los
aspectos del
marco jurídico
ambiental
FEDERAL
5) Envía su
documento en el
lugar
correspondiente y
con la
nomenclatura
solicitada

Desastre ecológico en los ríos Bacanuchi y


Sonora
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda

Derrame de sustancias químicas en los ríos


Bacanuchi y Sonora, en Sonora, México

Municipios sonorenses afectados por el derrame

Fecha 6 de agosto de 2014
Causa Derrame de 40 millones de litros de desechos
químicos peligrosos

Lugar Cananea, Arroyo Tinajas, Río Bacanuchi. Río


Sonora, Sonora, México 

30°58′24″N 110°19′13″OCoordenadas:  30°5
Coordenadas
8′24″N 110°19′13″O (mapa)

Implicado

Nombre Mina Buenavista del Cobre propiedad de Grupo


México

[editar datos en Wikidata]

El desastre ecológico en los ríos Bacanuchi y Sonora ocurrió el 6 de agosto de 2014 cuando 40,000 metros
cúbicos de lixiviados de sulfato de cobre acidulado se vertieron en el arroyo Tinajas, y posteriormente en
el afluente de ambos cuerpos de agua, convirtiéndose así en el peor desastre de este tipo en México, el cual afectó
a 22 mil 878 pobladores.1 La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), a través de
la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), identificó a la empresa minera Buenavista del
Cobre (de Grupo México) como responsable del accidente. 23

Índice

 1Los hechos

 2Buenavista del Cobre

 3Consecuencias

o 3.1Causas del accidente

o 3.2Multas y compensaciones

o 3.3Contaminación del agua

 4Véase también

 5Referencias

 6Enlaces externos

Los hechos[editar]
El 6 de agosto de 2014, un accidente producido en la mina de cielo abierto denominada Buenavista del Cobre,
vertió 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre en el Río Bacanuchi. El contaminante viajó en primera instancia
por los 18 kilómetros del Arroyo Tinajas, para luego llegar al Río Bacanuchi, afluente que desemboca en el Río
Sonora. Sin embargo, no fue sino hasta el día siguiente que algunos habitantes de la zona lo notificaron a
Protección civil.4
La mancha tóxica avanzó por los 254 kilómetros de los ríos Bacanuchi y Sonora, y llegó a la presa El Molinito, que
es la que surte de agua a Hermosillo. Ahunado a esto, hubo una crecida en los ríos, debido a la presencia
del Huracán Odile, ocasionando la inundación de los pozos con agua contaminada. 4

Buenavista del Cobre[editar]


Se trata de una empresa minera que opera en Cananea, y es parte de Grupo México, la mayor compañía minera
del país. La empresa intentó deslindarse del accidente, pues señalaron que el desastre se debió a las intensas
lluvias; sin embargo, el Servicio Meteorológico Nacional desestimó esa posibilidad, pues no hubo reportes de
lluvias en los días anteriores al desastre. Por su parte, las autoridades indicaron que el accidente se debió al mal
diseño de las instalaciones de la minera, pues un tubo necesario para el buen manejo de las sustancias estaba
ausente.5

Consecuencias[editar]
Después del derrame fueron contaminados el arroyo Tinajas (17.6 km), el río Bacanuchi (64 km) y el río Sonora
(190 km), lo que afectó a siete municipios que se quedaron sin acceso a agua potable, agravados además por el
cierre de 322 pozos.6
El entonces titular de la SEMARNAT (2012-2015) en México, Juan José Guerra Abud, señaló que el derrame de
40,000 metros cúbicos de desechos tóxicos en los ríos Bacanuchi y Sonora podría representar el peor desastre
medioambiental en México que, además, afecta directamente a 24 mil personas. El director de la CONAGUA en
ese entonces, David Korenfeld, señaló que en los ríos afectados se encontraron substancias tóxicas como
arsénico, cadmio, cromo, plomo, cobre, aluminio y fierro, por encima de la norma ecológica y de salud humana. 5La
PROFEPA ordenó a la empresa minera limpiar el producto del derrame en el cauce de ambos ríos afectados y
detener cualquier actividad dentro de los patios de lixiviación. 7 Asimismo, las autoridades ambientales realizaron
una denuncia contra quien resultara responsable del derrame por delitos contra el medio ambiente, siendo las
penas de hasta 9 años de prisión y 300 mil días de salario mínimo (el salario mínimo en México es de $70.1 pesos,
o 4.31 dólares estadounidenses).8El derrame afectó inmediatamente a 22 mil pobladores de los municipios
colindantes con los ríos, que son Banamichi, Ures, Baviácora, Aconchi, San Felipe, Arizpe y parte de Hermosillo,
según lo denunció la ONG Red Mexicana de Afectados por la Minería, quienes además señalaron que la
contaminación afectaría la zona a largo plazo.9 Los pobladores también reportaron que las aguas del río Bacanuchi
adquirieron un color anaranjado, por lo que las personas que se abastecían de agua potable a través del río, ya no
podrían hacerlo.10
Causas del accidente[editar]
Desde 2009, ya existían antecedentes de la falta de mantenimiento en una de las máquinas de la mina. En el
momento en que sucedió el derrame no se notificó, sino hasta 48 horas después. A su vez, Buenavista del Cobre
hace oficial que ocurrió un incidente 6 días después del accidente. La causa del incidente fue provocada por la falta
de una válvula en el tubo de polietileno en una de las piletas de lixiviados. 6
Multas y compensaciones[editar]
Después de las evaluaciones emitidas por la PROFEPA y de las 50 irregularidades encontradas en la minera
Buenavista del Cobre, Grupo México pagó una multa de 23.5 millones de pesos (1.5 millones de dólares,
aproximadamente), así como un fideicomiso de 2 mil millones de pesos (125 millones de dólares, aprox.) para
atender las afectaciones de la zona a nivel ambiental y social. 11Aunque las multas y compensaciones ascenderían
a más de mil millones de pesos, esto no representa un gran impacto para Grupo México, pues es la cuarta empresa
más grande en capital dentro de la Bolsa Mexicana de Valores, la cual en 2013 tenía acciones que ascendían a
336 mil 546 millones de pesos, y su presidente del Consejo de administración, Germán Larrea Mota Velasco, posee
una fortuna que asciende a 191 mil 500 millones de pesos (14 mil 700 millones de dólares). La sola multa,
entonces, representaría el 0.03% de las ganancias del corporativo y 0.1% de sus utilidades. 12
Cerca de 1 año después del desastre, las organizaciones, los municipios y las poblaciones afectadas no habían
recibido algunas de las compensaciones por el daño de la empresa, como la instalación de 15 plantas tratadoras
de agua y una clínica de especialidades para atender a la población con problemas médicos derivados del
derrame, como se había comprometido la empresa responsable. 13
La organización Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), que asesora a los
pobladores afectados, señaló el 5 de agosto de 2015 que se habían emitido cinco juicios de amparo en contra de la
minera Buenavista del Cobre y también en contra del Gobierno Federal por diversas irregularidades cometidas por
la empresa y las dependencias de gobierno responsables de llevar el proceso. Tanto autoridades de SAGARPA,
SEMARNAT, CONAGUA, la Secretaría de Salud y la COFEPRIS, fueron acusadas de desacato, pues no habían
atendido las demandas de la población afectada prometidas en el momento en que se deslindaron las
responsabilidades. Asimismo han denunciado la opacidad en cuanto al reparto de los recursos del fideicomiso
entregado por la subsidiaria de Grupo México.14
Para 2017, las compensaciones por el daño no habían sido subsanadas, pues se suspendió la construcción de una
Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental (UVEAS) que atendería a los pobladores. De las 36 plantas
potabilizadoras de agua planeadas, sólo se iban a construir 9, de las cuales 7 son fijas y 2 móviles. Grupo México
señaló que tomaron esta decisión porque el estado de Sonora no contaba con la capacidad para operar las
plantas.15
En 2018, la Buenavista del Cobre planeó construir una presa de jales de ocho kilómetros y 200 metros de altura a
22 kilómetros de Bacanuchi, para incrementar la acumulación de agua con desechos producto de la explotación
minera.16 Los comuneros y pobladores se opusieron a esta nueva presa, y luego de que su amparo fuera
rechazado por un Juez de Distrito, la Suprema Corte de Justicia de la Nación señaló que antes de otorgar el
permiso de construcción, la comunidad deberá ser consultada. 17
Contaminación del agua[editar]
En junio de 2017 el Grupo Microanálisis de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios
(Cofepris) realizaron un análisis en el río Sonora, revelando que el agua que consumen las personas de ocho
comunidades aledañas, contenía niveles altos de plomo, arsénico y cobre. En el caso del plomo, el agua contenía
0.0223 miligramos por litro, 25% más del límite que preve la norma oficial mexicana NOM-127, por lo que no es
para consumo humano. Los pobladores demandaron que a tres años de la tragedia, el Grupo México aún no
creaba las 27 plantas tratadoras de agua que habían pactado. 18
En octubre de 2014, el comisionado de la COFEPRIS Mikel Arreola señaló que los 31 pozos que habían sido
afectados por el derrame ya no representaban un peligro para la población y eran potables; 19 sin embargo, los
pobladores de municipios aledaños, encabezados por la organización PODER, se ampararon en contra de la
resolución en 2015. El juez Juez Primero de Distrito del Estado de Sonora, Antonio Mora Diez, resolvió a favor de
los quejosos, pues se encontró que los pozos Sinoquipe y La Labor tenían altos niveles de arsénico y
manganeso.15
Dos de los representantes de las comunidades afectadas, Mario Alberto Salado y Ramón Miranda, señalaron que
el río sólo había sido limpiado en 30 kilómetros de su cauce y de forma inadecuada, con herramientas
rudimentarias, dejando los contaminantes en la ribera. La misma investigación señaló que el monitoreo de
COFEPRIS no era confiable, por lo que dejaba a los pobladores de Arizpe, Banámachi, Huepac, Aconchi, San
Felipe, Baviácora y Ures, y otras 25 comunidades en riesgo de salud. 15

https://es.wikipedia.org/wiki/Desastre_ecol%C3%B3gico_en_los_r%C3%ADos_Bacanuchi_y_Sonora
Así es la vida en las comunidades
del Río Sonora, a 5 años del
derrame tóxico de Grupo México
En la zona, los pobladores cuentan que cambió su forma de beber, de
comer, y de ganar dinero. También se alteraron sus tradiciones, su salud y
el entorno.

Cuartoscuro Archivo

PorAndrea Vega
@EAndreaVega
 6 de agosto, 2019
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En las comunidades ubicadas a la orilla de los ríos Bacanuchi y Sonora se
acostumbraba beber agua directo del grifo. “Yo llegaba a la casa y me
pegaba a la llave, era agua potable, de los pozos, sabía buena, fresca. Acá ni
conocíamos los garrafones”, dice Óscar Encinas, habitante del municipio de
Ures. 
Ahora los conocen. Cada familia debe comprar unos 10 por semana. Un
garrafón cuesta entre 12 y 20 pesos, dependiendo del área donde se adquiera.
“Nos gastamos unos 960 pesos a la quincena, mínimo. Pero es que no solo
usamos esa agua para tomar, también para cocinar. Mi esposa ya no cuece ni
los frijoles con la de la llave, nos da desconfianza”.
Lee más: La Profepa multa con 22 mdp a minera que contaminó con
ácido los ríos Sonora y Bacanuchi
Los pobladores de la zona han hecho ese gasto en garrafones desde hace
cinco años. Desde el 6 de agosto de 2014, cuando se derramaron, de una
pileta donde la mina Buenavista del Cobre de Grupo México almacenaba
desechos tóxicos, 40 millones de litros solución de sulfato de cobre
acidulado al Río Bacanuchi, que desemboca en el Sonora. 
Ese volumen de tóxicos equivale al de 12 albercas olímpicas llenas. El
derrame se catalogó como el peor desastre ambiental en la historia de la
industria minera en México.
Los afectados directos, reconocidos tanto por Grupo México como por el
gobierno, fueron más de 22 mil personas de siete municipios: Arizpe,
Banámichi, Huépac, Aconchi, San Felipe, Baviácora y Ures. Pero podrían
ser más, hasta un millón de personas, si es que la contaminación alcanzó la
Presa El Molinito, que a su vez se conecta con la Presa Abelardo L.
Rodríguez, principal fuente de agua de Hermosillo, la capital del estado de
Sonora.
Después del derrame, el principal reclamo de quienes viven en los
municipios afectados ha sido la falta de agua potable. “Se suponía que como
parte de la remediación de los daños, Grupo México iba a poner 36 plantas
potabilizadoras de agua, una en cada pueblo afectado. Pusieron unas cuantas
y no funcionan”, dice Elba Nidia Hurtado, habitante del Sauz, también en
Ures, Sonora. 
Ella confirma la incertidumbre que viven en la región por el agua. “No da
confianza usarla ni para bañarse. Hay familias que compran garrafones para
asear a los niños chiquitos. Yo no puedo estar comprándola para mi aseo
personal. Solo los compro para beber y cocinar. Pero ya tiene como un año
que siento comezón en la piel. Me pongo crema o alcohol si es muy fuerte.
Se me pasa por unos días y después regresa”. 
Elba cuenta que ha ido al médico, pero le dicen que sólo es una alergia.
“También se suponía que Grupo México iba a montar un hospital para
atendernos, la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental de Sonora
en la población de Ures, pero no lo acabaron, se quedó en obra negra, solo
hay un pequeño módulo de atención”. 
Así que Elba ha ido al ISSSTE, del que es derechohabiente, pero le dicen
que necesita un examen especial para ver si tiene metales pesados en la
sangre, “y el hospital ese donde según los iban a hacer no funciona”. 
Fernanda Hopenhaym, codirectora ejecutiva de PODER, organización de la
sociedad civil que le da acompañamiento legal a afectados por el derrame de
Grupo México, afirma que a los pobladores no se les han hecho estudios
para ver si hay tóxicos en su sangre. 
“Por lo que hemos estado documentado y por lo que hemos visto durante el
acompañamiento a las comunidades, sabemos que hay más casos de cáncer
en la zona y también hay incidencia de padecimientos en los riñones, pero
no se puede confirmar o descartar que sea por el derrame porque justo no se
han hecho los estudios necesarios a la población”, denuncia Hopenhaym.
Los pobladores dicen que sí han visto un mayor número de padecimientos
graves entre sus vecinos. “No sabría decir cuántos casos, pero ha habido
varios de cáncer de colon, por ejemplo. Y se los acaba rápido, después del
diagnóstico duran unos 15 o 20 días y se van”, dice Óscar. 
No existen datos fidedignos –afirma Hopenhaym– sobre el número real de
personas afectadas en su salud y el tipo de afectaciones. No se han llevado a
cabo estudios completos y tampoco se han dado a conocer los resultados de
los estudios toxicológicos parciales realizados por laboratorios pagados por
la empresa
El tercer nivel de afectación, además del derecho humano al agua y la salud,
ha sido a la gastronomía, las tradiciones y la economía de la región. 
Ya nada es lo mismo 
La mamá de Francisca García Enríquez hacía quesos. Su papá sembraba
maíz, quelite, pepinos, chile verde. Tenía un poco de ganado y vendían
becerros, una vez al año. Era la entrada extra que esperaban para darse unos
lujos: arregla la casa, comprarse ropa. 

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Después del derrame de sulfato de cobre en los ríos Bacanuchi y Sonora, la
mamá ya no hizo quesos. El número del ganado de la familia mermó. Era
difícil venderlo. No tenía caso invertir en tener los becerros, que antes se
vendían por kilo a 120 y después a la mitad, apenas a 60 pesos. 
“Había un señor que nos los compraba para exportar, pero a él ya no se los
querían comprar si sabían que venían de esta zona. Tener ganado ya no fue
negocio acá”, dice Francisca, Panchita, como le dicen, habitante del
municipio de Aconchi. 
Con la agricultura es igual. Los pobladores dicen que la tierra ya no produce
lo mismo. Los rendimientos de las cosechas han bajado 50 o 60%. Muchos
cultivos ya no se dan. El año del derrame, en 2014, el papá de Panchita
perdió toda su cosecha de maíz. Al año siguiente también. Volvió a sembrar
maíz hasta el año pasado, tampoco se dio. “Ahora lo intentó de nuevo.
Veremos, en octubre o noviembre si sale. Parece necedad, pero es que cómo
no va a sembrar, si esa era su vida”. 
Panchita dice que su familia ha perdido hasta el 60% de sus ingresos a causa
del derrame. Hay otras cosas ligadas a la economía que también se
perdieron. “Nos quitaron nuestra soberanía alimentaria porque de lo que
sembrábamos aquí en Aconchi de ahí comíamos, consumíamos mucho
quelite, verdolagas. Además teníamos nuestra forma de comercio,
intercambiamos lo que se sembrábamos con los de Arizpe o con los de
Ures”. 
Wenceslao Miramón Rivera, habitante de Bacanuchi, dice que parece que
quedaron en un territorio maldito. Después del derrame, la gente no quiere
ganado de la región, ni alimentos. “Antes vendíamos elotes o duraznos en
las tiendas de Cananea. Ahora si decimos que los productos vienen del Río
Sonora, no compran”. 
El miedo por la contaminación es tal, que no solo hay problema para vender
el ganado y los productos del campo. Los foráneos no quieren llegar a la
zona tampoco. Ni siquiera los médicos. “El centro de salud de Bacanuchi
está vacío. Hace tres años que no tenemos doctor. Antes venían pasantes de
medicina ahora ya no quieren estar aquí”, dice Wenceslao. 
Nada han remediado 
De acuerdo con diversas solicitudes de acceso a la información, PODER
verificó que Buenavista del Cobre, la mina de Grupo México dueña de la
pileta que causó el desastre, no contaba con las autorizaciones de Semarnat
para el manejo de residuos peligrosos al momento del derrame.
Pese a eso, Semarnat sólo obligó a Buenavista del Cobre a remediar el sitio
correspondiente a la zona 1 (los primeros 30 km desde el lugar donde se
produjo el derrame) y en las cuatro restantes resolvió que se hicieran
únicamente tareas de “monitoreo y control”.
Para canalizar los recursos necesarios con el fin de resarcir los daños, la
empresa y el Gobierno crearon el Fideicomiso Río Sonora, un mecanismo
voluntario y privado. Grupo México comprometió 2 mil millones de pesos
para la remediación. 
“Pero solo puso poco más de 1,200 millones de pesos”, dice Hopenhaym. El
Fideicomiso, de acuerdo a lo documentado por PODER, solo gastó 61% de
los recursos prometidos y no realizó un proceso efectivo de remediación.
Al inicio, Grupo México dijo que pondría 36 plantas potabilizadoras; pero la
cantidad se redujo a 28 en 2016. En 2017 anunció que se construirían nueve
de ellas. A cinco años del derrame, las únicas que funcionan son la de
Bacanuchi, en el municipio de Arizpe y eso de manera intermitente, la de La
Capilla (Baviácora) y de San Rafael (Ures).
“En ninguno de los casos se les ha dado garantías a los habitantes sobre la
separación de metales en el agua, por lo que se puede afirmar que no existe
seguridad hídrica en la región”, asegura Hopenhaym.
Lo que sí instaló el fideicomiso fueron 10,188 tinacos en los municipios
afectados, pero están vacíos. Se supone que almacenarían el  agua limpia
que llegaría de las plantas potabilizadoras prometidas. “Están ahí sin uso,
como testigos de la impunidad en el río Sonora”, dice Óscar Encinas, el
habitante de Ures. 
Tampoco se terminó de construir el Hospital de Vigilancia Epidemiológica y
Ambiental de Sonora (UVEAS), que la empresa comprometió en el
fideicomiso. “Solo funciona un módulo de la clínica, que pusieron en una
casa rentada, para dar atención a más de 300 afectados de primer orden, pero
ni para ellos ha sido buena la atención y ahora ya lo van a cerrar”, afirma
Elba Nidia Hurtado, de Ures. 
“La Semarnat cerró el fideicomiso–dice Hopenhaym– de forma unilateral,
sin que los pobladores tuvieran opinión, en marzo de 2017, supuestamente
porque ya había cumplido su función. Nunca se supo ni siquiera qué pasó
con él dinero. Al ser un fideicomiso privado no ha tenido escrutinio de la
Auditoría Superior de la Federación ni de la Secretaría de la Función
Pública”. 
Es por eso que los pobladores, con el acompañamiento de PODER, han
interpuesto cinco amparos, tres de ellos referentes al fideicomiso y su
funcionamiento. Sobre uno de ellos deberá pronunciarse la Corte este
miércoles 7 de agosto. 
Este lunes 5 de agosto, a cinco años del derrame, pobladores de la orilla del
río Sonora hicieron una manifestación en la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN), con la demanda de que se revisen esos amparos.
“La petición es que se revise el fideicomiso, su funcionamiento y en qué se
gastó el dinero. Queremos que la empresa cumpla, porque a cinco años no
ha habido remediación ni justicia para nosotros”, dice Wenceslao. 
Animal Político solicitó la postura tanto de Grupo México, como de
Semarnat, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. 
Lo que los pobladores esperan, ahora que hay nuevas autoridades en la
dependencia y en el gobierno federal, es que se revise el caso y se obligue a
Grupo México a resarcir los daños. “Aunque hay muchos que no pueden ya
repararse. ¿Con qué se remedia todo el daño que hemos tenido? Con nada.
Pero al menos deberían intentarlo”, dice Panchita.
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https://www.animalpolitico.com/2019/08/comunidades-derrame-toxico-grupo-mexico/

Sigue contaminado el Río Sonora, a casi 5 años del derrame minero: UNAM
La Minuta
11 mayo 2019 0

Un estudio realizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), encontró contaminación


residual en dos puntos de la cuenca del Río Sonora y Bacanuchi, que están relacionados con el derrame de
químicos en agosto del 2014, por parte de la mina Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México.

El estudio “Indicadores indirectos de contaminación residual en suelos y sedimentos de la cuenca del Río
Sonora, México”, realizado por cuatro científicos, identificó de manera certera la presencia de contaminación
residual (contaminación que permanece después de la aplicación de medidas de descontaminación) relacionada
con el derrame.

En los dos puntos, se notó un incremento del valor de la conductividad eléctrica y de la magnitud del color
amarillo del agua, y estos guardan una correlación con altas concentraciones de arsénico, cobre, hierro y zinc,
de acuerdo al estudio.

“Los parámetros color, pH y CE actuaron como indicadores indirectos de la contaminación residual en suelos y
sedimentos de la cuenca del Río Sonora, por lo que su evaluación aumenta la eficacia de su determinación y
delimitación”, indicó el artículo.

En el caso del suelo de la rivera de la cuenca, aproximadamente a 10 kilómetros al sur de la mina Buenavista
del Cobre, se encontró también altas concentraciones de conductividad eléctrica y color amarillento,
relacionado con la neoformación de sulfatos y la variación en la concentración de elementos potencialmente
tóxicos, como arsénico, hierro y cobre.

Leer el estudio de la UNAM: Indicadores indirectos de contaminación residual en suelos y sedimentos de la


cuenca del Río Sonora, México

Este material se comparte con autorización de La Minuta

https://desinformemonos.org/sigue-contaminado-el-rio-sonora-a-casi-5-anos-del-derrame-minero-unam/
Los afectados por el derrame de ácido en el río
Sonora demandan al Gobierno mexicano
Los pobladores exigen a la minera y a las autoridades la restitución de su derecho al agua, a la
salud y a un medio ambiente sano
Otros

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ZORAYDA GALLEGOS

México 3 AGO 2017 - 03:18 CEST


Vista del río contaminado en 2014. CUARTOSCURO
MÁS INFORMACIÓN

 Caos económico en la tierra sin agua


 Un derrame de ácido sulfúrico causa alerta ambiental en México
 Del desastre de Aznalcóllar al vertido en el río Sonora

Los pobladores de Sonora afectados por un derrame de residuos tóxicos en uno de sus principales
afluentes siguen luchando por justicia. Hace tres años, al 6 de agosto de 2014, la mina Buenavista del
Cobre –una de las más grandes del mundo– derramó 40.000 metros cúbicos de ácido sulfúrico en los
ríos Bacanuchi y Sonora (al norte de México). El hecho fue calificado como el peor desastre ambiental
provocado por la industria minera en México y el Gobierno federal, ante la presión ciudadana, obligó a
Grupo México –el operador de la minera- a crear un fideicomiso de 150 millones de dólares para
reparar el daño de los 22.000 afectados.
Una de las acciones más urgentes era abastecer de agua a los habitantes de las 24 comunidades
repartidas en siete municipios que bordean el río afectado. En esa región los pobladores utilizan el agua
del grifo para consumo humano y para sus actividades agrícolas y ganaderas. La compañía se
comprometió a crear 36 plantas potabilizadoras, pero apenas hay una. Además, en abril pasado la
gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, anunció que éstas se habían reducido a nueve, lo que ha
incrementado la molestia de los afectados.
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A tres años del desastre ecológico, los pobladores siguen buscando la restitución de sus derechos
humanos al agua, a la salud y a un medio ambiente sano. El martes, ciudadanos afectados por el
derrame –agrupados en los Comités de Cuenca Río Sonora (CCRS)-, anunciaron que ganaron un juicio
de amparo con el que demuestran que dos pozos de la región presentaban contaminación por arsénico y
manganeso en niveles superiores a los establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Con esta
resolución han demandado a las instituciones de salud estatales (Isssteson) y federales (Secretaría de
Salud e Instituto Mexicano del Seguro Social) por haber desatendido su salud.

Francisca García Enríquez, de 39 años, ha vivido toda su vida en Aconchi, un poblado de la región del
río Sonora. Sus padres también nacieron ahí y su economía familiar se ha visto seriamente afectada tras
el desastre ambiental. “Mi padre sembraba quelites, calabacitas, elotes y berros para autoconsumo y
para intercambio comercial. En esta región se utiliza mucho intercambiar lo que sembramos entre
pueblos. Nosotros sembrábamos maíz y el elote lo llevaban a otra comunidad, donde nos daban papá o
camote, y eso ya no lo podemos hacer por la incertidumbre del grado de contaminación que hay en el
agua”, dice la sonorense.

En estos tres años, los afectados que han sido acompañados legalmente por Poder –una organización
que busca fomentar la transparencia de las empresas en América Latina-- han presentado más de 12
amparos y acciones legales en contra de la empresa y las instancias de Gobierno involucradas, pero no
han logrado el acceso pleno a la justicia y la reparación del daño. “El Gobierno mexicano ha mostrado
poco o nulo interés en que Grupo México cumpla el compromiso de reparar los daños causados, y dejó
en el abandono las acciones legales que se intentaron contra la empresa”, señaló la organización en un
comunicado.

García Enríquez considera que  tanto el Gobierno anterior de Guillero Padrés (PAN) y el acutal de
Claudia Pavlovich (PRI) han sido omisos en sus exigencias a la federación y a Grupo México. "Este
Gobierno estatal y los municipios han sido tibios para pedrile a la empresa que cumpla lo que
prometieron: las plantas potabilizadoras y el monitoreo de nuestra salud", expone.
Otro de los compromisos del fideicomiso era la construcción de una clínica para albergar la Unidad de
Vigilancia Epidemiológica y Ambiental (UVEA), pero la empresa minera ha retrasado su edificación, a
pesar de que en los reportes oficiales la cifra de personas con daños en la salud va en incremento,
han denunciado los comités de Cuenca del Río Sonora. El mes pasado el titular de la UVEA, Lázaro
Eduardo Ávila, que opera provisionalmente en una vivienda en el poblado de Ures, dio a conocer al
diario La Jornada que 381 habitantes presentaban desechos tóxicos en sangre y orina.
El fondo creado en 2014 contemplaba pagos por las afectaciones materiales causadas a las personas
como consecuencias del desastre ambiental. Los comités de cuenca han señalado que el Comité
Técnico del Fideicomiso no realizó ningún análisis para definir el reparto de los 2.000 millones de
pesos destinados a la compensación de daños económicos causados por el derrame, lo que provocó que
las indemnizaciones fueran ínfimas comparadas con el nivel de las afectaciones. "El pago de hizo por
igual sin tomar en cuenta el valor de los cultivos. Hay casos donde las siembras son más costosas por
los insumos que se requieren, y hay otros cultivos que requieren menos dinero, eso es lo que hemos
cuestionado", explica Francisca.

La sanción que impuso el Gobierno federal a Grupo México ha sido calificada como irrisoria por los
afectados. En marzo de 2015, la Fiscalía ambiental (Profepa) multó a la compañía con 23,5 millones de
pesos (1,3 millones de dólares), el equivalente al 0,22% del flujo operativo que la empresa tuvo en el
tercer trimestre de ese año. El consorcio es uno de los principales productores de cobre a nivel
internacional y tiene presencia en México, Perú y Estados Unidos. Su dueño es Germán Larrea, el
segundo hombre más rico de México.

https://elpais.com/internacional/2017/08/03/mexico/1501712046_113059.html

Sonora: cuatro años de maldición minera


ARELI VILLALOBOS6 agosto, 2018
 
El Río Sonora, contaminado por un derrame de Grupo México en 2014 Foto: Julián Ortega


Este mes se cumplen cuatro años del “peor desastre” causado por mineras en México: el envenenamiento de
los ríos Bacanuchi y Sonora con millones de litros de sulfato de cobre, que afectó gravemente cultivos,
ganado y la salud de la población. En todo este tiempo el fideicomiso que crearon el gobierno de Enrique
Peña Nieto y la minera Buenavista del Cobre –responsable del crimen ambiental– no ha cumplido las
acciones de remediación del daño. Sin embargo, el instrumento financiero ha reportado millonarios gastos
de recursos públicos. 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La minera Buenavista del Cobre cambió la vida de 22 mil personas de siete
municipios de Sonora el 6 agosto de 2014. Al derramar 40 millones de litros de sulfato de cobre al afluente del
río Bacanuchi y el río Sonora contaminó 5 mil 573 hectáreas de cultivo, afectó 72 mil 755 cabezas de ganado y
provocó daños en la piel, vías respiratorias, riñones y aparato digestivo al menos a 381 sonorenses.

por Taboola

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A cuatro años de ese hecho, calificado por el gobierno federal como el “peor desastre ambiental en la historia
minera de México”, no se han cumplido las principales promesas del Fideicomiso 80724 Río Sonora que
crearon la administración de Enrique Peña Nieto, la empresa mencionada y la Operadora de Minas e
Instalaciones Mineras, a fin de resarcir los daños ambientales, económicos y de salud, por lo que habitantes de
24 comunidades de Arizpe, Banámichi, Huépac, Aconchi, San Felipe, Baviácora y Ures exigen justicia y
reparación del daño.

En entrevista con Proceso, Julieta Lamberti, de la organización civil Proyecto sobre Organización, Desarrollo,
Educación e Investigación (Poder), asegura que esa “es una gran deuda del gobierno de Enrique Peña Nieto: la
administración hizo responsable a la empresa de dientes para afuera, pero a la hora de la hora no cumplió”.

El pasado 2 de febrero de 2017, sin consultar al Comité de Cuenca Río Sonora (CCRS), que desde 2014 arropó
a parte de los afectados por el desastre ambiental, y con al menos dos juicios de amparo en proceso de
resolución, el Fideicomiso 80724 cerró sin realizar tres acciones claves para la remediación de los daños
ocasionados por el derrame: la creación de la Unidad de Vigilancia Epidemiológica y Ambiental (UVEA) en
Sonora, la apertura y mantenimiento de un total de 63 pozos de agua potable, así como la instalación de 36
plantas potabilizadoras para suministrar agua libre de metales pesados.

Sin embargo, en el resumen de los recursos ejercidos por el Fideicomiso Río Sonora hasta febrero de 2017, se
registra que para realizar esas acciones se ejercieron 201 millones 592 mil 484 pesos. 

En el sitio de internet del fideicomiso no se detalla el destino de estos recursos públicos y en el único informe
que allí difundió el Colegio de Ingenieros Ambientales de México –al que el comité técnico del fideicomiso
contrató para supervisar la rehabilitación de los pozos y las plantas potabilizadoras– se observan sólo
fotografías de los 10 mil 188 tinacos Rotoplas que se repartieron en 24 comunidades afectadas.

Compromisos incumplidos

En octubre de 2014 el exsubsecretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Lacy Tamayo, anunció la
creación de la UVEA en el Estado de Sonora como una acción determinante para remediar el daño que provocó
la subsidiaria de Southern Copper Corporation, filial del Grupo México, encabezado por uno de los empresarios
más ricos del país: Germán Larrea.

La UVEA atendería por 15 años a los sonorenses con daños en la salud y realizaría pruebas de toxicidad del
ambiente hasta 2029.

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Según el fideicomiso, se destinaron 78 millones 885 mil 290 pesos a las acciones de atención y seguimiento
médico de la UVEA, pero actualmente el edificio ubicado en el municipio de Ures está en obra negra, como
corroboró el reportero Milton Martínez. 

En abril de 2017 la minera Buenavista del Cobre informó a la ONU que no se concluyó la unidad ni las 36
plantas potabilizadoras de agua porque sería “irresponsable” de su parte, ya que “las autoridades municipales no
tendrían la capacidad para explotarlas”.

Según Poder, asesor legal de los damnificados, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios (Cofepris), que estuvo a cargo del excandidato del PRI a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de
México, Mikel Arriola Andoni, dejó de dar seguimiento a los sonorenses afectados desde 2016. El último
reporte demostró que los casos detectados de intoxicación aguda aumentaron de 19 en septiembre de 2014 a 381
dos años después.

Para Esperanza García Martínez, habitante de Baviácora, la UVEA “no trabajo como debía”, pues “atendieron a
quienes quisieron y la mayor parte del tiempo permaneció cerrada. Mi esposo y yo fuimos a consulta. Yo iba
con problemas graves de la piel y los riñones, pero nos dijeron así nomás: ‘Devuélvanse a Baviácora para que
los curen allá, en el centro de salud’. 

“Pero allí no hay análisis, no hay medicina competente para lo que necesitábamos. Tuvimos que curarnos en
Hermosillo, en un hospital particular, por lo cual hemos gastado mucho, al igual que mucha gente de aquí.”

En el mismo informe que la minera Buenavista del Cobre hizo llegar a la ONU en 2017 se indica que, según el
fideicomiso, se destinaron 125 millones 789 mil 274 pesos para perforar, construir y equipar 63 nuevos pozos
para garantizar el acceso al agua libre de contaminantes.

La meta tampoco se alcanzó, pues una solicitud de información (folio 1610100134018) de marzo de 2018
reveló que en el Organismo de Cuenca Noroeste de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) sólo existía
información sobre 17 trámites abiertos para la perforación de igual número de pozos.

Lo mismo ocurrió con las 36 plantas potabilizadoras que el comité técnico del fideicomiso se comprometió a
instalar en 2014.

El 10 de abril de 2017 la gobernadora priista de Sonora, Claudia Pavlovich Arellano, y el delegado estatal de la
Secretaría de Gobernación, Wenceslao Cota Montoya, anunciaron la decisión del Grupo México de reducir de
36 a nueve esas plantas potabilizadoras, argumentando que los monitoreos de Conagua y Cofepris –cuyos
resultados y metodología cuestionan los pobladores afectados y Poder– daban cuenta de que el fenómeno de
contaminación “se estaba estabilizando”.

No obstante, para este proyecto también se destinaron recursos: de acuerdo con cifras del fideicomiso, se
ejercieron 4 millones 722 mil 930 pesos para las nueve plantas potabilizadoras, que hasta la fecha no operan.

 La planta fija ubicada en San Rafael de Ures y las cuatro plantas móviles ubicadas de Baviácora, Aconchi,
Huépac y Arizpe no funcionan. Las plantas fijas de Mazacahui, San Felipe y La Capilla no pueden operar, pues
sólo la de Banámichi cuenta con instalaciones para la autogeneración de energía.

Julieta Lamberti, autora del informe de Poder titulado El Fideicomiso Río Sonora: simulando la remediación
privada en un Estado capturado, asegura en entrevista que la principal pregunta es si efectivamente el
fideicomiso sirvió para reparar los efectos del derrame. 
Lamberti, doctora en ciencia social de El Colegio de México, asegura que si no existió nada irregular en la
operación del fideicomiso es obligación de su comité técnico y de la Semarnat explicar sus decisiones y por qué
se dejaron de lado los problemas relacionados con la salud de los damnificados.

Por su parte Mario Salcido, miembro del Comité Cuenca del Río Sonora, comenta: “Nos sentimos indignados
porque la vida nos cambió completamente. A cuatro años, nosotros esperamos que la empresa pague, no en
dinero, sino que nos dé agua, salud, medio ambiente, eso es lo primordial. Podemos vivir bien con salud, con un
medio ambiente sano y con agua saludable y sin metales pesados; eso lo tiene que hacer la empresa”.

Esperanza y advertencia

Consultados al respecto, integrantes del Comité de Cuenca Río Sonora manifestaron su esperanza de que una
vez que Andrés Manuel López Obrador asuma la Presidencia de la República se haga justicia a los 22 mil
afectados y se le exija a la minera Buenavista del Cobre cumplir todas las medidas para resarcir el daño.

 A pesar de que López Obrador no se comprometió explícitamente a ello ante los damnificados, miembros del
CCRS recuerdan que en sus visitas de octubre de 2014 y de noviembre de 2017, cuando era presidente nacional
de Morena, el próximo presidente pidió justicia para la población y exigió que se suspendiera la concesión a la
minera.

En efecto, en una gira de dos días por los municipios de Ures, Moctezuma y Nacozari, López Obrador se reunió
con militantes de Morena y acusó a Germán Larrea:

“Todo esto que acabamos de escuchar es muestra fehaciente de que las autoridades están divorciadas del
pueblo, que el gobierno es un comité del servicio de una minoría rapaz, que no hay un gobierno del pueblo y
para el pueblo. ¿Por qué no se hace justicia luego de la contaminación del río Sonora? Porque el responsable
principal, el dueño de la minera, forma parte de la mafia del poder en el país. Y están sometidas todas las
autoridades.”

Sin embargo, después de su victoria electoral López Obrador y su equipo no han mencionado el asunto. Incluso,
así como algunos miembros del CCRS mantienen la esperanza en que reactive la remediación de daños, otros
temen que el tabasqueño presente un doble discurso, pues ya tuvo acercamientos con el Consejo Coordinador
Empresarial y Alfonso Romo, próximo jefe de la oficina de la Presidencia, se refirió a una “luna de miel” con el
sector.

Mario Salcido, miembros del CCRS y afectado, advierte: “En el caso del gobierno que está por llegar, tiene la
misma obligación y los habitantes del río Sonora no nos vamos a vencer ni a echar para atrás; vamos a seguir en
la lucha por las generaciones que vienen detrás”.

A su vez, la pobladora Esperanza García Martínez envía un mensaje a López Obrador: “Entienda el problema
tan grave que hay en todos los habitantes del río Sonora y exija a la minera que ponga una clínica especializada.
Las tierras están contaminadas, tenemos que comprar agua para la agricultura… En todos los aspectos nos
afectó la contaminación. Ojalá que lo que le digo llegue a oídos del que va a ser nuestro presidente, porque es
nuestra única esperanza que Dios y él nos atiendan”.   

Este reportaje se publicó el 5 de agosto de 2018 en la edición 2179 de la revista Proceso.

https://www.proceso.com.mx/545819/sonora-cuatro-anos-de-maldicion-minera
Grupo México, de Germán Larrea,
añade otro daño a aguas del país a su
holgada lista de desastres
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Por Redacción / Sin Embargo


SinEmbargo
julio 11, 2019
6:00pm
4 Comentarios
SECCIÓNeconomía
Grupo México, la compañía de minería, transporte e infraestructura de Germán
Larrea Mota Velasco ha obtenido beneficios de concesiones, independientemente
de haber sido causante de al menos cuatro grandes desastres ecológicos: en
febrero de 2006 la explosión en la mina 8 de la Unidad Pasta de Conchos donde
quedaron 65 obreros atrapados; en 2014 el derrame de metales tóxicos en el Río
Sonora, por la empresa Buenavista del Cobre; en mayo de este año el derrame en
el Río San Martín y finalmente este julio el derrame de ácido sulfúrico en el Mar
de Cortés desde la Terminal Marítima de Guaymas.

VER MÁS
Grupo México, de Germán Larrea, derrama ahora 3,000 litros de ácido sulfúrico
en Mar de Cortés
-Con información de Lydiette Carrión, Ivette Lira, Dulce Olvera
Ciudad de México, 11 de julio (SinEmbargo).- A poco menos de un mes de cumplirse 5
años del derrame de residuos tóxicos en el Río Sonora por parte de la minera Buenavista
del Cobre, de Grupo México, este jueves se dio a conocer que la Terminal Marítima
de Guaymas contaminó parte del Mar de Cortés con ácido sulfúrico. Pero las
irregularidades de la empresa se remontan hasta el accidente en la mina Pasta de
Conchos en 2006 y, hasta ahora, la compañía propiedad de Germán Larrea no ha sido
sancionada fuertemente.
Esta mañana el Presidente Andrés Manuel López Obrador, hizo referencia al último
desastre ecológico, durante su conferencia de prensa matutina. Dijo estar informado sobre
el derrame de 3 mil litros de ácido sulfúrico en aguas del estado de Sonora.
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“Sí tengo la información de este derrame en Guaymas, ya va intervenir la Secretaría de
Medio Ambiente para este caso para evaluar los daños. Es un hecho que si hubo
un derrame”, dijo.
Grupo México, la compañía de minería, transporte e infraestructura de Germán Larrea
Mota Velasco, el segundo hombre más rico del país, recibió 333 concesiones de la
Secretarías de Economía (SE), de Comunicaciones y Transportes (SCT), y de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari
hasta el de Enrique Peña Nieto con vigencia incluso hasta 2063, de acuerdo con una
revisión al Portal de Transparencia del Instituto Nacional de Acceso a la Información
(INAI).

La empresa ha obtenido estos beneficios independientemente de haber sido causante de al


menos cuatro grandes desastres ecológicos: en febrero de 2006 la explosión en la mina 8
de la Unidad Pasta de Conchos donde quedaron 65 obreros atrapados; en 2014 el derrame
de metales tóxicos en el Río Sonora, por la empresa Buenavista del Cobre; en mayo de
este año el derrame en el Río San Martín y finalmente este julio el derrame de ácido
sulfúrico en el Mar de Cortés desde la Terminal Marítima de Guaymas.

VER MÁS
De CSG a Peña, Larrea obtuvo 333 concesiones (hasta 2063) de pura perla:
minería, trenes, energía…
CONTRATOS E IMPUNIDAD
La Unidad de Datos de SinEmbargo reportó en 2018 que su división de minería la
integra la filial Industrial Minera México, que ha recibido 282 concesiones desde inicios
de 1994, el último año de gestión de Salinas de Gortari, con vigencias hasta mayo de
2063 en el caso de una otorgada en 2013. Se trata de la que tiene número de título
242111, con nombre de lote El Moral. Para su vencimiento faltan 45 años y el empresario
Germán Larrea tiene 76 años. También hay otras que finalizan en 2055 o 2060.
De ese puñado, la Secretaría de Economía le ha dado 257 concesiones, en su mayoría en
los sexenios de Vicente Fox Quesada (124) y de Felipe Calderón Hinojosa (125), cuando
los titulares de la dependencia eran Fernando Canales Clariond, Sergio García de Alba,
Eduardo Sojo Garza-Aldape, Gerardo Ruiz Mateos y Bruno Francisco Ferrari García de
Alba, respectivamente. Con Peña Nieto y el Secretario Ildelfonso Guajardo Villarreal se
le han dado ocho.

La Conagua, por su parte, le ha otorgado 25 concesiones desde 1994 con vigencia de


entre 5 a 50 años a través de sus delegaciones en Coahuila, Chihuahua, San Luis Potosí,
Guerrero y Zacatecas.

Grupo México es la compañía de minería más grande en el país y opera en Perú, Estados
Unidos, Argentina, Chile, Ecuador y España. Su mina estrella es Buenavista del Cobre en
México, la tercera minera de cobre más grande a nivel mundial, responsable del derrame
de 40 mil litros cúbicos de tóxicos sobre los ríos Sonora y Bacanuchi el 6 de agosto de
2014. Hasta la fecha, habitantes de siete municipios siguen afectados por el agua
contaminada y efectos en la salud.
En Coahuila, la compañía también es responsable de la muerte de 45 mineros tras un
accidente en febrero de 2006 en la mina de carbón Pasta de Conchos, en Nueva Rosita,
Coahuila. Sus familiares han exigido por 12 años recuperar sus cuerpos.

Esa concesión la recibió en 2009 durante el Gobierno del panista Felipe Calderón
Hinojosa.
VER MÁS
Grupo México, de Germán Larrea, no limpió el Río Sonora y jamás nos ayudó, se
quejan afectados
RÍO SONORA
Los ríos Sonora y Bacanuchi vivieron derrames causados por Grupo México, por los que
24 mil personas resultaron afectadas en 2014.

El 6 de agosto de ese año, la mina Buenavista del Cobre –subsidiaria de Grupo México–
derramó 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico con 700 toneladas de metales pesados
en los ríos Bacanuchi y Sonora, que afectaron a siete municipios: Ures, Baviácora,
Aconchi, Huépac, Banámichi, San Felipe de Jesús y Arizpe.
A finales de abril de 2018, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) decidió
atraer dos casos relacionados con estos desastres.

La mina Buenavista del Cobre, de Grupo México, opera desde hace tres años como una
enorme presa de desechos tóxicos 100 veces más grande que la derramada en 2014,
cuando generó el peor desastre ambiental en la historia de la minería en México en el Río
Sonora.
A la comunidad jamás se le informó nada. El 5 de julio, la Secretaría de Medio Ambiente
y Recursos Naturales (Semarnat) llegó a Bacanuchi, mandatada por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN), para explicar el “Informe Preventivo” de Grupo México
que aprobó para que se construyera la presa, el por qué dio visto bueno al proyecto, bajo
qué criterio, y por qué no informó a la población.

DESASTRES ECOLÓGICOS
El pasado 9 de julio, una falla en las válvulas de las tuberías de Grupo México durante un
proceso de trasvase en la Terminal Marítima de Guaymas, provocó el derrame de 3,000
litros de ácido sulfúrico en el Mar de Cortés, informaron autoridades portuarias.

Metalúrgica de Cobre de México, subsidiaria de Grupo México, informó que la fuga


ocurrió alrededor de las 15:00 horas del martes y no ocasionó daños a personas.

“Se presentó un evento que ocasionó el vertido de ácido sulfúrico por el fallo de una
válvula que ocasionó la liberación de tres mil litros”.

VER MÁS
Grupo México derramó tóxicos de mina en Zacatecas, acusan. FOTOS: los barren
con escobas de mijo
RÍO SAN MARTÍN. El derrame de 20,000 litros de agua con sedimentos de una mina
propiedad de Grupo México en un río de San Martín, Zacatecas, el 11 de mayo, fue
considerado por la empresa como no peligroso, pero recorrieron 200 metros sobre un
arroyo fuera de su propiedad.
Aunque el consorcio se comprometió a resolver la catástrofe, habitantes de San Martín
denunciaron que el río de su comunidad había sido contaminado y que la afectación
repercute en dos mil habitantes de la comunidad, además de aquellos quienes se
encuentran río abajo como las localidades de San Antonio de Belén y Carretas, que
utilizan el agua para consumo humano y doméstico, denunciaron habitantes.

De acuerdo con las denuncias, el derrame contiene reactivos como cianuro, sulfato de
zinc, sulfato de cobre, y desemboca en los sembradíos frutales y demás cultivos de granos
básicos.

PASTA DE CONCHOS. El 19 de febrero de 2006 se registró una explosión en la mina


8 de la Unidad Pasta de Conchos, en Coahuila, 65 de los 73 obreros que se encontraban
trabajando en ese turno quedaron atrapados.
Desde el año 2000 habría reportes sobre fallas de seguridad en la mina que era operada
por la empresa Grupo México, de Germán Larrea.
La empresa, que se quedó a cargo de la labor de rescate, nunca pudo determinar el punto
exacto en el que se encontraban los trabajadores y tiempo después, el entonces presidente
de México, Felipe Calderón, nombró a Javier Lozano como titular de la Secretaría del
Trabajo, quien se encargó de argumentar que había razones científicas para no continuar
con el rescate de los cuerpos por lo que finalizaron el 4 de abril de 2017 y solo con el
rescate de dos cuerpos.
VER MÁS
“¿Por qué hasta ahora?”. Víctimas de Grupo México reciben informe de la
Semarnat siete años tarde
Para los deudos, la suspensión de las labores de rescate respondía a que hacerlo, habría la
posibilidad de evidenciar situación de corrupción que rodeaban a la minera.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México aseguró en 2007 que
en la muerte de los mineros hay responsabilidad de autoridades del Ministerio del
Trabajo, empresa y sindicato minero.

AZNALCÓLLAR, EN ESPAÑA. Hace 16 años, el yacimiento de Aznalcóllar en la


provincia de Sevilla, sufrió uno de los accidentes mineros más contaminantes de la
historia de España.
En la madrugada del 25 de abril de 1998 se produjo la rotura de la balsa de la mina,
propiedad de la empresa Boliden Apirsa que provocó una gran inundación de lodos
tóxicos. El vertido en el río Agrio llegó rápidamente al río Guadiamar que discurre hacia
el Parque Nacional de Doñana, con un alto valor ecológico en España por sus numerosas
especies animales y vegetales.
En 2001, la empresa Boliden abandonó la explotación minera. Las administraciones le
reclamaron entonces a la empresa 90 millones de euros por la limpieza de los lodos, en
una demanda judicial que aún continúa abierta según menciona el diario ABC. En 2002 se
cerró la vía penal del caso y los 21 técnicos imputados por el derrame fueron absueltos.
La Junta de Andalucía (parecido al gobierno del estado) demandó a Boliden para
recuperar los 89 millones invertidos en la limpieza de los residuos. En 2004 el Tribunal
Supremo condenó a Boliden-Apirsa a pagar 45 millones de euros como indemnización,
pero la empresa informó de que no pagaría por obedecer el accidente a un “factor
externo”.
Como alternativa a la minería, en 2005 la Junta impulsó en Aznalcóllar un parque
industrial para la ubicación de empresas privadas especializadas en el medio ambiente,
pero en 2013, la institución de gobierno aprobó un decreto que permitió la reapertura de
la mina y de la que ahora se beneficia Grupo México.

https://www.sinembargo.mx/11-07-2019/3611306

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