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El
cambio esencial, el cambio en el ser de las cosas, no es posible. Segú n Parménides, todo lo real
es eterno e inmutable. Para él, el elemento esencial del Universo es el propio ser. Má s allá de su
filosofía, lo importante en Parménides es la idea de que la verdad se descubre a través del
pensamiento ló gico deductivo, y la convicció n de que nuestra percepció n del mundo es
erró nea. Después de Parménides ningú n otro filó sofo fue monista. La bú squeda de un ú nico
elemento se sustituyó por las explicaciones pluralistas, que encontraban el origen del Universo
en varias sustancias primigenias.
Uno de los pluralistas fue Empédocles, que señ aló al agua, la tierra, el aire y el fuego como los
cuatro elementos esenciales que componían todas las cosas. El arché pasaba de ser una ú nica
sustancia (monismo) a poder estar formado por varias (pluralismo). Los cuatro elementos que
identificó Empédocles como sustanciales estaban en constante movimiento y mezclá ndose.
Ademá s, Empédocles habló de el Amor y la Discordia como fuerzas motoras del ser, fuerzas de
atracció n y repulsió n.
Otro pluralista fue Anaxá goras, que habló de una serie de semillas que formaban el mundo
físico. Trataba así de explicar la pluralidad de formas en el mundo, ya que estas semillas de las
que hablaba eran partículas elementales de muy diferente naturaleza. Ademá s de esta
explicació n, Anaxá goras introdujo el concepto de nous, con el que intentó dar forma a la
inteligencia, que segú n él era un fluido que se filtraba en el interior de la materia y la dotaba de
movimiento.
Junto con su maestro Leucipo, Demó crito planteó que el misterioso arché era en realidad una
enorme cantidad de á tomos, sustancias indivisibles. Así pues, el Universo no estaba formado de
una sola sustancia, sino de millones de partículas inmutables y diminutas. Demó crito
las llamó atomos, literalmente: indivisible. Ademá s, aportó una interesante idea relacionada con
el vacío que había entre los á tomos, de manera que en el Universo só lo existían á tomos y vacío,
nada má s. Y nada menos. Esta corriente, denominada atomismo, fue la primera visió n
mecanicista del Universo.
Diógenes (412 a.C. – 323 a.C.)
Famoso por vivir como un vagabundo, Dió genes consideraba que la pobreza era una virtud, ya
que la verdadera virtud es la supresió n de necesidades. Algo só lo al alcance de los má s sabios.
É l sin duda era muy sabio: vivía ú nicamente con un manto, un zurró n y un bá culo. Llevó una
vida natural e independiente de los «falsos bienes» de los que gozaba la sociedad convencional.
Dió genes pensaba que los dioses habían dado al hombre una vida fá cil, pero que este se
encargaba de complicarla. La filosofía de Dió genes era denunciar lo convencional, liberarse de
los deseos y reducir al mínimo las necesidades. En la actualidad hay un síndrome psiquiá trico
que lleva el nombre de Dió genes, y que hace referencia a personas que sufren aislamiento social
(voluntario), abandono personal y acumulació n de basura.