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Por
Álvaro Javier García cód.
Carol Jimena Rodríguez Peláez cód. 66684187
Jorge Javier Betancourth Hernández cod. 6318755
Fitopatología Grupo N° 4
Presentado a
Gloria Yazmin Duarte
• Salmonella: bacteria que suele estar en muchas aves y, por consiguiente, en los huevos.
También la encontramos en frutas, verduras y hortalizas que están en contacto con la tierra.
• Staphylococcus aureus: es una bacteria bastante extendida en todo el mundo y 1 de cada 3
personas del mundo son portadoras de la misma. No es la propia bacteria la que, generalmente,
suele provocar infecciones sino la toxina que ésta libera.
• Listeria monocytogenes: bacteria que provoca una de las infecciones alimentarias más
graves causando muerte entre un 20 y 30% de los infectados. Es resistente a las temperaturas
bajas y crece dentro de las cámaras frigoríficas.
• Clostridium perfringens: bacteria que se encuentra en el intestino de los seres humanos y
de algunos animales, en el suelo, agua y algunos alimentos. Forma esporas tóxicas y puede llegar
a causar la muerte.
• Clostridium botulinum: bacterias que producen la toxina botulínica, causante del
botulismo. Se desarrollan con poco oxígeno por lo que podemos encontrarla en latas y conservas.
• Escherichia coli: bacteria que se encuentra típicamente en el aparato digestivo de muchos
animales y humanos, forma parte de la flora intestinal y ayuda a la absorción de nutrientes.
Algunas de sus cepas producen toxinas tóxicas que causan infecciones intestinales generalmente
graves.
Etapas del ciclo de la enfermedad en plantas
Etapas Descripción
Ocurre cuando el patógeno y la planta que lo hospedera entran en contacto.
Inoculación
Pre-penetración Germinación de las esporas de los hongos y las semillas de las plantas
parásitas previamente antes de iniciar la penetración.
Penetración
Ingreso del patógeno a la planta, a través de heridas o aberturas naturales.
Infección Consiste en la puesta en contacto del patógeno con las células o tejidos
susceptibles de la planta.
La inmunidad se define como un hospedero exentó de infección por consiguiente esta definición
de aplica a todos los sistemas eucaríoticos multicelulares es conveniente describir la habilidad de
las plantas para enfrentar infecciones microbianas como una respuesta inmune. Lo que se
comprende de la nueva terminología se referirse a el estado fisiológico al estado de vigorosidad
de la planta lo cual se expone en que la planta posee las suficientes defensas biológicas para
defenderse y tolerar a cualquier patógeno o microorganismos patógeno los cuales deseen realizar
una invasión biológica a la planta causando daños.
Hablamos de que las plantas se defienden de las bacterias patógenas gracias a unos sensores que
detectan la endotoxina bacteriana. Esta sustancia bacteriana es la misma que activa la respuesta
inmunitaria en humanos y otros mamíferos.
Es un estado fisiológico de tener suficientes defensas biológicas para evitar una infección, una
enfermedad o cualquier invasión no deseada.
En las plantas este reconocimiento puede ser específico a nivel de especie, como ocurre en la
resistencia basal y de no-huésped, o a nivel de cultivar o variedad, como sucede en la resistencia
gen a gen.
Los PAMPS son patrones moleculares asociados a patógenos producidos únicamente por
patógenos microbianos y no por sus huéspedes. Por ejemplo, el LPS es sintetizado solamente por
bacterias; el receptor reconoce el LPS y alerta al huésped de la presencia un organismo
infectante.
Los ejemplos mejor conocidos son el LPS bacteriano, el peptidoglicano, ácidos lipoteicoicos,
manosa, DNA bacteriano, RNA bacteriano y glicanos. Aunque estas estructuras son
químicamente muy diferentes, todos los patrones moleculares asociados a patógenos tienen
hechos comunes.
Las estructuras reconocidas por el sistema inmune innato son habitualmente esenciales para la
supervivencia de los microorganismos o su patogenicidad.
Al transcurrir tantas modificaciones naturales los cambios de clima y demás las plantas han
evolucionado y se han adaptado a nuevas formas de supervivencia cada una con lo que puede
ofrecer según en el ambiente en el que se desarrolle, las cuales para su reproducción utilizan un
sin número de mecanismos de herramientas las cuales le garantizan la supervivencia, mediante
flores, olores y frutos, esto lo que implica es q las plantas han mutado han evolucionado y han
adquirido proteínas de resistencia (R), que detectan a los efectores microbianos y disparan las
respuestas inmunes de las plantas. La defensa de la planta activada por este mecanismo se define
como inmunidad disparada por efector y es sinónimo de resistencia a la enfermedad específica de
cultivar en contra de una raza de patógeno.
La interacción específica de genes de resistencia (R) de las plantas con los correspondientes
genes de avirulencia (Avr) de los patógenos. En años recientes, se han caracterizado algunos
genes R de varias especies vegetales que codifican para proteínas que se agrupan en cinco clases
de acuerdo al dominio común que comparten, tales como los dominios que son ricos en leucina y
que se repiten a intervalos regulares, con dominios conservados de proteínas con actividad de
fosforilación (proteína cinasa) de serina/treonina, con sitios de unión de nucleótidos de trifosfato,
con motivos llamados “cierres de leucina”, y con dominios similares al receptor “Toll/
Interleucina-1” citoplásmico de células animales. Se ha sugerido que los genes R codifican para
receptores que interactúan directa o indirectamente con ligandos producidos por los
correspondientes genes de avirulencia del patógeno. Algunos de los procesos bioquímicos y
fisiológicos asociados con la resistencia gen por gen son la generación de especies reactivas de
oxígeno, la producción de óxido nítrico, la producción de compuestos antimicrobianos, la
peroxidación de lípidos, el flujo de iones, y la inducción de genes de defensa, entre otros. El
disponer de los genes R clonados abre nuevas posibilidades de incorporar por transformación
genética, genes de resistencia nuevos a las plantas.
Mapa conceptual
Conclusiones
Referencias
M. Javierre González (ed.), Gran Enciclopedia Universal, Vol. IX y XII, Madrid 2004.
M. Megías Guijo- A. J. Palomares Díaz- F. Ruiz Berraquero (eds.), Aportaciones a la Biología
de la fijación del Nitrógeno atmosférico, Sevilla 1991.
La inmunidad innata en las plantas: una batalla molecular entre receptores y estimuladores
recuperado de http://www.biologicas.umich.mx/index.php/biologicas/article/viewFile/53/53