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El hogar es el primer lugar donde el niño conoce de sexualidad, los padres son los
directos responsables de cómo afrontar las situaciones y la manera de reaccionar
ante una situación relacionada con la temática, ya sea que se maneje
directamente con el infante o se ignore, envía un mensaje que puede ayudar o
hacer más embarazoso el desarrollo sexual de un niño o una niña, es mejor
empezar a hablar con nuestros hijos sobre la sexualidad en los primeros años de
su niñez, no obstante nunca es demasiado tarde para comenzar. Los padres que
platican con sus hijos verdaderamente hacen que la práctica sea distinta. En
efecto, los adolescentes suelen contar a sus padres como la mayor influencia en
sus decisiones sobre sexo. Además, los adolescentes que comentan tener
diálogos con sus padres acerca de sexualidad son más propensos a postergar la
actividad sexual, a disminuir la cantidad de parejas y a usar preservativos y otros
métodos anticonceptivos cuando tienen relaciones sexuales.
Por otro lado las escuelas como lo afirma Cardinal, 2005 (Como se cito en
Cevallos-Neira & Jerves-Hermida, 2014) sostiene que la escuela debería
complementar la educación sexual, afirmando que el hogar y la institución
deberían trabajar juntos. Enseñándoles a respetar la multiplicidad de opiniones,
haciéndoles conocer sus derechos a decir y poniendo a su dispocision la
información necesaria para tomar decisiones personales que influirán a lo largo de
su vida. La educación sexual en la escuela también es de importancia para
proteger a los niños y niñas de la violencia y promover que aprecien de manera
positiva su cuerpo, su bienestar y su salud.
Bibliografía
Cevallos-Neira, A. C., & Jerves-Hermida, E. M. (2014). ¿Educación sexual para mi hijo e hija de
preescolar (3-5 años)? Percepciones de padres y madres de familia . Educare.