Está en la página 1de 2

Poema a la vida, al hoy y al mañana

Despojado de la materia
Fuiste tú, Francisco, enviado a este mundo.
Comprendiste tu vida y existencia
E hiciste de ella una fiesta
Y a tu cuerpo lo convertiste en luz.

II

Llamado a servir, llamado a defender,


Escogiste por espada tu alegría y festejo
Y por escudo la creación y tu experiencia
Infundida por Dios en su vientre.

III

Dios te creó para relacionarte con nosotros


Y con la Naturaleza, nuestra hermana y Madre.
Dibujaste con tu mano y voz un hermoso canto,
Con el que hiciste hablar a tus hermanos menores y animales.

IV

Fuiste llamado por Dios,


Fuiste escogido por tus hermanos,
Fuiste ofrecido por Jesucristo para la sociedad de tu tiempo,
Y tu testimonio fue integrado e impregnado de oración,
De bendición, de cariño y de dulzura.

Hoy eres paz como un lago y


Sed para los caminantes,
Alegría para los pobres
Riqueza para los mendigos.

VI

Llenas nuestro aliento de fuerza,


Nuestras manos de esfuerzo,
Nuestra alma de comprensión,
Y nuestros ojos de belleza.
VII

Eres rey en la creación,


Eres el Paraíso,
Eres el centro,
Cristo eres tú.

VIII

¡Alabado seas tú!


¡Alabado seas, Francisco!
Vives tú en nosotros
Porque nosotros estamos en ti.

IX

Frente a la academia,
Contestas con tu amor,
Eliminas el ego y el orgullo
Con tu testimonio de vida.

Nos enseñaste a vivir con festejo,


Con devoción y alegría,
Desde el pasado nos exhortas,
Nos llamas a restablecer el amor entre nosotros.

También podría gustarte