Está en la página 1de 14

Aportes de la

Psicología
Ámbitos de la psicología

1
4.1 Psicología forense y jurídica
Con frecuencia se utilizan indistintamente los términos psicología forense y
psicología jurídica, por lo que vamos a plantear las diferencias que hay
entre ambas, aunque tienen puntos de contacto.

García-López (2014), en el capítulo titulado “La psicología jurídica en


América Latina”, propone:

La Psicología Jurídica, implica el estudio del comportamiento


humano con relación a todos los ámbitos jurídicos. Abarca
pues, el Derecho penal, civil, familiar, etc.; esto es, todas las
áreas del Derecho. Más todavía, implica un análisis profundo
de los elementos (conceptos) constitutivos del Derecho que
son compartidos por la Psicología, por ejemplo: cognición,
volición, conducta, personalidad, entre otros.
Por si fuera poco, un camino de convergencia ineludible
entre el Derecho y la Psicología, es la Justicia; aquella que
Taylor (2003) señalaba como una necesidad humana básica.
En síntesis, la Psicología Jurídica estudia, investiga y analiza
el comportamiento humano con relación al Derecho y la
Justica”. (García-López, 2010)

Y la diferencia que establece con la Psicología Forense, la centra en el


ámbito y función:

“…Cabe aclarar que la palabra forense alude al foro,


“lugar donde se oyen y enjuician las causas” (Esber, 2000),
es decir; aquel sitio, los tribunales de justicia, donde el
perito ha de explicar oralmente los fundamentos de su
informe pericial”.

Al respecto de la Psicología Forense, Stingo, Toro Martínez, Espiño y Zazzi


(2006), afirman que es aquella rama que:

“…se desarrolla dentro del ámbito jurídico


caracterizándose por poseer técnicas propias que la
convierten en una ciencia auxiliar en ese campo” (p. 470)

Una de las características es que se trata de una especialidad práctica.

2
Como incumbencia profesional es incluida en 1986 por el Ministerio de
Salud de la Nación Argentina y al año siguiente fue asignatura obligatoria
en la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Stingo y
otros (op.cit), afirman que el rol del psicólogo forense tiene como función
principal:

“…estudiar todas aquellas conductas que tienen que ver


con el delito o con las conductas antisociales, donde resulta
importante señalar sus factores psicológicos”. (p. 470).

Y en relación a la psicología jurídica, Stingo, Toro Martínez, Espiño y Zazzi


(2006) afirman que su campo de acción es el amplio ámbito de las
relaciones del mundo jurídico y la psicología en las siguientes vertientes:

 teórica;
 explicativa;
 investigativa;
 aplicación;
 evaluación;
 tratamiento.

Así, abarca diversos ámbitos:

 psicología aplicada al ámbito tribunalicio;


 psicología penitenciaria;
 psicología criminal;
 psicología del testimonio;
 psicología aplicada por las fuerzas de seguridad;
 victimología;
 mediación.

Entonces, podemos establecer que una de las diferencias sustanciales es la


orientación predominante práctica de la psicología forense y su ámbito de
aplicación en los tribunales, y el enfoque más amplio de la psicología
jurídica en cuanto a fundamentos, conceptos y prácticas que exceden el
foro.

4.1.1 En el fuero civil


En el derecho procesal civil y en el laboral, hay una serie de situaciones
donde con frecuencia se solicita a la especialidad psicológica su
asesoramiento.

3
En el fuero civil, tiene gran prevalencia las intervenciones relacionadas con
el derecho de familia. Cuestiones como la inhabilitación e interdicción son
recurrentes y, sobre todo, el tema del llamado daño psíquico.

La peritación en temáticas como divorcios, tenencias y restitución de hijos,


así como los régimen de visita, son recurrentes de la práctica psicológica en
este ámbito. También participa en cuestiones de adopción.

En el ámbito laboral, las condiciones laborales y su impacto en la vida de


las personas son parte de su interés. Los accidentes de trabajo, las
enfermedades como consecuencia de estos y las enfermedades
relacionadas con las profesiones y oficios suelen tener evaluación
psicológica también.

Suelen utilizarse conceptos como la causalidad y la concausalidad para la


evaluación de referencia, así como el análisis y evaluación de la
incapacidad laboral emergente mediante baremos. En cuanto a la
incapacidad, contribuye a evaluar si es permanente o transitoria, total o
parcial.

En cuanto al daño psíquico, Stingo et al. (2006) lo conceptualizan como

“…el trastorno psíquico que surge como consecuencia de un


accidente, patología o ilícito que producen en el damnificado
y desde ese momento un menoscabo de sus capacidades y
de su goce vital” (p. 145)

No siempre el daño psíquico sigue en forma inmediata al hecho que lo


ocasionó; en oportunidades, surge en otro momento activado por algún
acontecimiento, idea o sentimiento relacionado.

4.1.2 En el fuero penal


En este ámbito la evaluación de las personas involucradas en hechos
tipificados como delitos es crucial: sus patologías, personalidades y
trastornos son algunas de las cuestiones más tradicionales.

Asimismo, contribuye al análisis de la capacidad personal en relación al


eventual reproche penal o no que le adjudique el funcionario judicial, ante
la autoría probada de un hecho.

4
La incidencia del consumo de sustancias y la compleja temática de la
violencia intrafamiliar son situaciones abordadas también.

En el centro de la tarea se encuentran la evaluación del autor y de la


víctima de delitos del fuero penal, fundamentalmente, los relacionados
contra las personas y contra la integridad sexual.

También la psicología del testimonio tiene su lugar, sobre todo, en el


delicado de tema de delitos contra niños.

En todos los fueros, los psicólogos intervinientes se sirven de una serie de


técnicas y metodologías organizadas como procesos psicodiagnósticos y
evaluación según los objetivos y puntos periciales buscados.

También mediante entrevistas con diversas modalidades según el caso y la


situación.

4.1.3 Evaluación del acusado y de la víctima


Soria Verde y Saiz Roca (2006) afirman con respecto a la evaluación del
autor de delito lo siguiente:

…a veces no resulta fácil conocer las causas y/o motivos por


los cuales un sujeto comete un delito. Por ello, se debe
investigar la historia vital del acusado y las circunstancias de
naturaleza ambiental en las que se ha desarrollado su vida
para, de esa forma, poder determinar las causas que
llevaron al acusado a delinquir y los mecanismos utilizados
para realizar el hecho. Como consecuencia de ese
conocimiento, podemos llegar a diferenciar una conducta
delictiva en una personalidad psíquicamente normal, o con
anormalidades psíquicas menores, de las conductas
delictivas de los sujetos con profundas alteraciones o
perturbaciones de la personalidad. (P. 61).

En relación a la evaluación del autor desde el punto de vista psicológico


pericial, proponen que algunas de las cuestiones más relevantes a situar
son:
 la responsabilidad frente a sus actos desde la perspectiva del par
imputabilidad/inimputabilidad;
 sus posibles eximentes y atenuantes;
 la presencia de enfermedad mental y trastornos de personalidad;

5
 atención;
 conciencia;
 percepción;
 imaginación;
 memoria;
 pensamiento;
 lenguaje;
 simulación;
 consumo de sustancias.

El vector principal de la evaluación psicológica en función jurídica o forense


es el del estado mental, que se analizará desde una múltiple perspectiva.

En cuanto a las funciones superiores del psiquismo como atención,


conciencia, percepción, imaginación, memoria y pensamiento, se busca
establecer su presencia o no y si se encuentran alteradas o en qué nivel.

El lenguaje puede brindar no solo el nivel de adquisición y uso, sino


también alteraciones, como indicadores de enfermedad mental.

También verificar o no la existencia de simulación en lo que manifiesta


sobre su condición, con objetivos diversos como encubrir, evitar la
responsabilidad o dañar a un tercero.

En no pocas ocasiones, hay solicitud de evaluar el riesgo de que un autor


determinando repita comportamientos violentos, lo que antes se llamaba
peligrosidad. Existe la tendencia a creer que si alguien ha realizado hechos
agresivos tipificados como delitos, los vas a repetir.

Para evaluar esa posibilidad, deben analizarse y considerar ciertos factores,


a saber:

 naturaleza específica del suceso;


 su gravedad e intensidad;
 su frecuencia;
 su inminencia;
 la probabilidad de que suceda;
 los factores personales del sujeto;
 los factores vinculados a la dinámica de relación entre el agresor y la
víctima en un contexto determinado.

6
Esta evaluación debe ser rigurosamente profesional, despojada de
prejuicios y realizada con diferentes métodos que deben ser
correctamente documentados.

Por otro lado, la evaluación de la víctima implica analizar y situar trastornos


que se relacionen con el evento sufrido.

Soria Verde y Roca Saiz (2006) expresan la diferencia de esta evaluación


con la del autor:

A diferencia de cuando evaluamos a los acusados, en este


caso los trastornos con los que nos vamos a enfrentar
pertenecen al espectro de los trastornos de estado de ánimo
o los trastornos de ansiedad, donde la sintomatología
relevante se refiere al espectro de las emociones y la
afectividad. Nuestro interés se centrará en valorar a las
personas para determinar, primero, si existe algún trastorno
psicopatológico y, segundo, si dicho trastorno está
relacionado con el delito que se está sometiendo a juicio. (P.
97).

Algunas de las evaluaciones más recurrentes son las siguientes:


 secuelas de maltratos habituales;
 trastornos psicoptológicos postraumáticos frecuentes;
 agresiones y abuso sexual en víctimas adultas;
 agresiones y abuso sexual en víctimas infantojuveniles;
 secuelas psicológicas en víctimas de secuestro y terrorismo.

Cada víctima es diferente de acuerdo a su singularidad psíquica y


emocional, como también son diferentes las circunstancias, situaciones y
contextos que plantean los diferentes delitos.

Si bien con frecuencia hay elementos con comunes en sus reacciones, las
temporalidades, reacciones y posibilidades de su contención, tratamiento y
recuperación obedecen a diversos factores.

Pero más allá de las diferencias de evaluación de autores y víctimas, las


entrevistas realizadas por un profesional psicólogo, según Silvia Bernal (en
Gardiner, 2003), pueden aportar entre otras cuestiones, las siguientes:

7
 Percepción inicial del entrevistado y sus variaciones en
cuanto a cómo se nos presenta: vestimenta, lenguaje
corporal, manejo en el espacio.
 Pautas de estructuración ante una situación nueva.
 Comunicación digital y analógica: qué verbaliza, cuándo,
para qué, cómo, ritmo, inflexiones de voz, cadencia,
niveles semántico, pragmático y sintáctico.
 Características del lenguaje: claridad o confusión,
terminología utilizada.
 Coherencia o discrepancia entre lenguaje verbal y
lenguaje no verbal.
 Aspectos de su vida de los que no puede hablar
espontáneamente: qué temas de su historia vital le
provocan bloqueo, ansiedad o angustia.
 Cómo incluye los tres tiempos de su vida: pasado,
presente y futuro y la plasticidad para entrar y salir de
cada una de las secuencias temporales.
 Fortaleza yoica y funciones del Yo.
 Necesidad de tratamiento psicológico y conciencia de
necesidad.

4.1.4 La psicología orientada al testimonio

La psicología del testimonio tiende a evaluar la credibilidad de aquellos que


han sido testigos directos o indirectos de un acto delictual.

La práctica de esta rama se divide en grandes rasgos en el testimonio de


adultos y el de niños.

Soria Verde y Saiz Roca (2006) plantean lo siguiente:


La Psicología del testigo…intenta determinar la calidad de
los testimonios que sobre delitos y accidentes presentan los
testigos presenciales. Se centra en dos grandes vectores:
a) la exactitud de las declaraciones o de las identificaciones y
b) la credibilidad del testigo y de su testimonio.
Y recoge un conjunto de conocimientos e investigaciones,
basados, fundamentalmente, en estudios sobre la memoria
humana y el procesamiento de la información al hablar de
exactitud, y conectados con aspectos de Psicología social,
lenguaje y memoria al hablar de credibilidad. Podríamos
indicar, también, que actualmente la Psicología del testigo
ha pasado de una preocupación por los factores generales

8
que influyen sobre la exactitud del testigo y la identificación
de personas, a la obtención de sistemas o técnicas que
permitan: a) mejorar la recuperación de la información y b)
validar la fiabilidad o credibilidad de las declaraciones,
con un especial interés en el niño como testigo. (P. 128).

Continuando con la argumentación, plantean algunos elementos esenciales


a considerar en la psicología del testimonio:

 líneas de análisis consideradas;


 exactitud;
 credibilidad;
 factores situacionales;
 factores personales del testigo;
 factores de codificación ó variables a considerar;
 factores de retención y recuperación;
 análisis de la conducta no verbal del testigo;
 análisis de las respuestas fisiológicas del testigo;
 análisis del contenido de la declaración del testigo.

Como ejemplo, los autores mencionados, al referirse a los factores de


codificación, expresan que existen agrupaciones tales como las vinculadas
a factores perceptuales, temporales, al tipo de suceso y al sujeto.

Asimismo, presentan una serie de variables a considerar en la evaluación


del testimonio infantil, incluso para aquellos sujetos que hayan padecido
alguna situación de índole traumática.

Otra vez Soria Verde y Roca Saiz (2006) nos recuerdan lo esencial de las
entrevistas con menores para recabar testimonio de valor jurídico:

…la mayoría parten de un mismo fundamento: eliminar


preguntas sugestivas o directivas, poniendo el acento en
uno u otro aspecto, pero sin introducir elementos de
contaminación que dificulten obtener un relato de lo que
realmente el menor recuerda. Las preguntas abiertas y un
clima de confianza y cordialidad son el común denominador.
(P. 168).

9
4.2 Psicología de la
investigación criminal
4.2.1 El perfil criminológico

Decir perfil criminológico no es unívoco, sino que tiene diversos


significados relacionados con su objetivo y contexto:

 El perfil criminológico que establece la evaluación del acusado a


través de los indicios psicopatológicos observados en las llamadas
funciones superiores (atención, memoria, percepción), en el lenguaje
y en los indicadores de consumo de sustancias psicoactivas.
 La predicción de futuros comportamientos violentos.
 La denominada psicología criminológica penitenciaria, que suele
considerar la respuesta y el comportamiento del interno a las normas
institucionales, su vínculo con los factores de reinserción como
trabajos, oficios y estudios intramuros. Además de detectar
indicadores de reposicionamiento frente a sus actos y consecuencias.
 La evaluación de pertinencia y seguimiento de tratamientos
psicoterapéuticos, sobre todo a agresores sexuales.
 En los llamados delitos en tiempo real, como secuestros extorsivos y
toma de rehenes, los perfiles criminológicos presuntivos obtenidos
con pocos indicadores y en situaciones de extrema tensión
representan otra utilización del concepto.

Pero en sentido estricto, la denominación perfil criminológico


modernamente se ha utilizado en la investigación criminal. Como lo
expresan Garrido y Sobral (2008):

…podemos lograr la meta prioritaria del perfil criminológico,


que no es otra que la de inferir características del posible
autor o autores de los hechos, mediante el estudio de la
escena del crimen. Esas características comprenden la
personalidad, el estilo de vida y las cualidades demográficas
del perfilado.

Entre otras cuestiones, el perfil psicosocial de autor desconocido, el análisis


victimológico, el comportamiento geográfico y espacial constituyen una
tríada que toma como base todo el material tradicional de la criminalística,

10
los informes policiales, de medicina legal, entre otras, para realizar su
aporte.

Y además, considerar el M.O. (modus operandi), la firma o tarjeta de


presentación y la fantasía.

Generalmente, se utiliza en casos de delitos contra las personas y contra la


integridad sexual. Aunque en los últimos tiempos, se han hecho intentos de
aplicarlo a organizaciones criminales y delitos sexuales en línea también.

4.2.2 Función de la victimología

Las primeras definiciones en el campo de la victimología se centraron en


estudiar el comportamiento, las características y los rasgos de las víctimas
en su vinculación con el accionar delictivo, buscando establecer su valor en
el proceso relacionado con el derecho penal.

Von Hentig publicó en 1948 El criminal y su víctima, donde analizaba la


relación del delincuente con su víctima a través de lo que denominó la
pareja criminal. Aseguraba que la víctima tenía una co-responsabilidad.

Mendelshon amplió el estudio e incluyó todo tipo de victimización,


abarcando a todas las situaciones en las que una persona o grupo social se
encuentra encuadrado en el concepto de víctima. Pero aún así, continuaba
el enfoque de la pareja penal y destacaba dos momentos: antes y después
de la comisión del delito. También desarrollaba una clasificación basada en
el nivel de participación progresivo de la víctima.

Actualmente, ya no se piensa en la víctima como co-participante de su


victimización, sobre todo debido a los resbalones ideológicos que tal
aseveración conlleva.

La definición que la ONU plantea en la Declaración n.° 40/34, del 29 de


noviembre de 1985, es la siguiente:

Se entenderá por “víctimas” a las personas que individual o


colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones
físicas o mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera
o menoscabo sustancial de sus derechos fundamentales,
como consecuencia de acciones u omisiones que violen la
legislación penal vigente en los Estados Miembros, incluida
la que proscribe el abuso de poder. (Organización de las
Naciones Unidas, 1985, p. 1)

11
4.2.3 Análisis del comportamiento geográfico

El análisis del comportamiento geográfico o espacial siempre ha existido,


pero desde esta perspectiva, busca de manera lógica y sistemática estudiar
las recurrencias y variables acerca de cómo una persona cotidianamente se
desplaza, por dónde y con qué objetivos, en relación a causas criminales.

Hay diferentes métodos relacionados, en general, con autores del mundo


anglosajón, como el inglés David Canter, creador de la psicología
investigativa, o Kim Rossmo, de Canadá.

Según Garrido y Sobral (2008):

Canter explicó en su obra de 1994 “Criminal shadows”, el


fundamento de un importante principio que se aplica en el
perfil geográfico: la hipótesis del círculo.

La idea central de los mapas cognitivos o mentales, es


que los delincuentes también generan sus imágenes
mentales de los espacios de acuerdo a sus actividades
rutinarias, es decir, las que realiza debido a su trabajo,
lugares de esparcimiento, recorridos desde su casa, etc. (pp.
220-221)

Todos estos métodos que se valen de variables estadísticas y matemáticas


necesitan, para ser utilizados, una mínima cantidad de hechos criminales, o
sea que han sido pensados inicialmente para delitos seriales.

Parten de varias premisas, como la orientación zonal o regional de los


autores, en relación a los puntos de anclaje o lugares de significación
personal pasada o presente para aquellos.

4.2.4 El cyber delito

La cuestión del ciberdelito no cesa de expandirse: de aquellos tiempos en


que solo se trataba de delitos informáticos den las redes, vulnerando
empresas e instituciones gubernamentales a los delitos sexuales en línea,
percibimos lo inconmensurable, dinámico, cambiante que es este campo.

Si bien ciertas características descriptivas de autores de ciberdelitos


estuvieron enfocadas en los llamados hackers, presentaban algunas
características frecuentes, como ser:

12
 uso de la tecnología y habilidades para hacerlo;
 secreto y anonimato;
 fluidez asociativa entre ellos;
 en su mayoría de sexo masculino;
 motivaciones diversas para sus acciones.

El anonimato y la fachada permiten desplegar fantasías y gustos que no


sería posible cumplir en forma presencial.

Otra asignatura pendiente que plantea esta temática es la ayuda


institucional y profesional para aquellos operadores que constantemente
buscan y analizan imágenes de pedofilia en la red.

Labor tóxica que, más allá de la preparación técnica e idónea, impacta en el


psiquismo y emociones de los profesionales.

Todos desafíos esperan, nuestra respuesta articulada y actualizada.

13
Referencias
García López, E. (Comp.). (2014). Psicopatología Forense. Comportamiento
humano y Tribunales de Justicia. México: Manual Moderno.

Gardiner, G. (2003). Construir puentes en Psicología Jurídica. Reflexiones


acerca del quehacer pericial. Argentina: JVE.

Garrido, V., y Sobral, J. (2008). La investigación criminal. La psicología


aplicada al descubrimiento, captura y condena de los criminales. España:
Nabla.

Organización de las Naciones Unidas (1985). Resolución 40/34, de 29 de


noviembre de 1985Declaración sobre los principios fundamentales de
justicia para las víctimas de delitos y del abuso de poder.

Soria Verde, M. A., y Saiz Roca, D. (2006). Psicología Criminal. España:


Pearson/Prentice Hall.

Stingo, N.R., Toro Martínez, E., Espiño, G. y Zazzi, Ma. C .(2006). Diccionario de
Psiquiatría y Psicología Forense. Argentina: Polemos.

14

También podría gustarte