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PASCUA es un tiempo de alegría para todos los creyentes. Tal vez se pregunte y ¿por
qué en la situación tan triste que vive nuestro mundo a causa de la Pandemia, tiene que
ser Pascua el tiempo más alegre? ¿Qué celebramos? PASCUA es y significa victoria;
cada vez que conseguimos una victoria, superamos un obstáculo y resolvemos un
problema nos sentimos muy felices y la PASCUA es la gran victoria del amor sobre la
muerte. Jesús que murió el Viernes Santo, "el día primero de la semana" se presentó a
los discípulos y les deseó su paz. ¿Era un fantasma? ¿Era una visión? No podían creer lo
que veían, pero era el mismo Jesús el que estaba delante, vieron y creyeron, por eso
PASCUA es el regalo de la fe.
Tomás se perdió el primer encuentro con Jesús el primer día de la semana; no sabemos
dónde estaba escondido, pero volvió con sus compañeros y éstos le gritaron: "Hemos
visto al Señor". –Tomás no les creyó y estableció sus condiciones para creer. "No creeré
si no meto mis dedos"… Y llegó el día en que Jesús le invitó a hacer precisamente eso.
Tomás exclamó: "Señor mío y Dios mío", esta explosión de Tomás es un don, un don que
sólo Dios mismo puede dar. Cada vez que participamos de la Santa Misa usted ve una
hostia, un trozo de pan en la palma de la mano del Sacerdote: ¿Y qué ve? El Viernes
Santo usted vio un cuerpo ensangrentado en la cruz. ¿Y qué vio? ¿Ha visto y oído lo
suficiente para creer? Sin embargo, la invitación siempre será la misma: “Conviértete y
Cree”. La Resurrección de Cristo es el don que se nos da.
Esta comunidad que por las circunstancias actuales no se puede reunir, se une en familia
a través de las redes sociales y desde los hogares será fructífera y confesará a Jesús
como su Señor si es fieles a la enseñanza de la Iglesia, fiel a los hermanos, fiel a la
oración litúrgica y personal. Cristo resucitado abre las puertas de la iglesia doméstica, de
sus hogares, sin necesidad de llaves y la llena con su propia vida y con el Espíritu Santo.
Sin su presencia la Iglesia, nuestros hogares serán espacio vacío y nosotros vasos
vacíos. Él está todavía aquí.
2. SE DICE GLORIA
4. PRIMERA LECTURA
Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 42--47
Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción
del pan y en las oraciones. Todo el
mundo estaba impresionado y los
apóstoles hacían muchos prodigios y
signos. Los creyentes vivían todos unidos
y tenían todo en común; vendían
posesiones y bienes y los repartían entre
todos, según la necesidad de cada uno.
Con perseverancia acudían a diario al templo con un mismo espíritu, partían el pan
en las casas y tomaban el alimento con alegría y sencillez de corazón; alababan a
Dios y eran bien vistos de todo el pueblo; y día tras día el Señor iba agregando a
los que se iban salvando. PALABRA DE DIOS.
5. SALMO RESPONSORIAL (Salmo 117)
Salmista: R/ Den gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su
misericordia.
6. SEGUNDA LECTURA
Lectura de la primera carta del Apóstol San Pedro 1, 3--9
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor,
Jesucristo, que, por su gran misericordia, mediante
la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
nos ha regenerado para una esperanza viva; para
una herencia incorruptible, intachable e
inmarcesible, reservada en el cielo a ustedes, que,
mediante la fe, están protegidos con la fuerza de
Dios; para una salvación dispuesta a revelarse en el
momento final. Por ello se alegran, aunque ahora
sea preciso padecer un poco en pruebas diversas;
así la autenticidad de su fe, más preciosa que el oro,
que, aunque es perecedero, se aquilata a fuego,
merecerá premio, gloria y honor en la revelación de
Jesucristo; sin haberlo visto lo aman y, sin contemplarlo todavía, creen en él y así
se alegran con un gozo inefable y radiante, alcanzando así la meta de su fe: la
salvación de sus almas. PALABRA DE DIOS.
7. EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Juan 20, 19--31
Al anochecer de aquel día, el primero de la
semana, estaban los discípulos en una casa,
con las puertas cerradas por miedo a los judíos.
Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les
dijo: «Paz a ustedes». Y, diciendo esto, les
enseñó las manos y el costado. Y los discípulos
se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús
repitió: «Paz a ustedes. Como el Padre me ha
enviado, así también los envío yo». Y, dicho
esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el
Espíritu Santo; a quienes les perdonen los
pecados, les quedan perdonados; a quienes se
los retengan, les quedan retenidos». Tomás, uno
de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros
discípulos le decían: «Hemos visto al Señor». Pero él les contestó: «Si no veo en
sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y
no meto la mano en su costado, no lo creo». A los ocho días, estaban otra vez
dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las
puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a ustedes». Luego dijo a Tomás: «Trae tu
dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas
incrédulo, sino creyente». Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le
dijo: «¿Porque me has visto has creído? Bienaventurados los que crean sin haber
visto». Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la
vista de los discípulos. Estos han sido escritos para que crean que Jesús es el
Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengan vida en su nombre.
PALABRA DEL SEÑOR.
SE DICE EL CREDO
Hoy primer día de la semana, nos llega aún el eco del sepulcro vacío que
celebrábamos el pasado domingo. En las manos llagadas de Cristo ponemos
nuestras súplicas para que las llene con el gozo de la Resurrección. Hoy
nuestra plegaria es:
2. – Por los países del mundo entero, para que la escucha de la Buena Noticia
promueva vocaciones que fortalezcan la fe entre sus hermanos. OREMOS
3. – Por los enfermos, especialmente por los afectados por esta Pandemia, para
que sean consolados por la misericordia divina que emana de las llagas de Cristo
resucitado. OREMOS
4. – Por todos los que serán bautizados, para que su fe se fortalezca día a día y
lleguen a ser perfectos discípulos de Cristo. OREMOS
ORACIÓN CONCLUSIVA:
Padre, en este domingo de la Misericordia, te presentamos estas súplicas
por medio de tu Hijo resucitado que contigo vive y reina por los siglos de los
siglos
Amen.
AVISOS PARROQUIALES:
TODOS LOS DIAS AL FINALIZAR LA CORONILLA DE LA MISERICORDIA
CONTINUAMOS CON LA CATEQUESIS DE NUESTRO PÁRROCO
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