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*Andreina F*
Aldii Pily
Agus Winchester *Andreina F*
July Styles Tate
*Andreina F*
Fiorella
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Epílogo
Sobre el autor
Nos conocimos en una boda. Él estaba caliente. Y yo había estado en una
sequía de un año.
Él sonrió. Nos emborrachamos. Coqueteamos. Conectamos. Me fui a la
mañana siguiente sin decir adiós. Solo estaba destinado a ser una
aventura de una noche. No quería el momento incómodo de la mañana
siguiente.
Entonces cuando fui a casa por el fin de semana. Y él estaba allí. Sentado
en el sofá hablando con mi papá. Volviéndose algo más que un extraño.
Resultando que mi aventura de una noche estaba a punto de causar un
montón de problemas.
Traducido por Andreeapaz & mari65
Corregido por Aldii
***
—No tenías que venir a las seis de la mañana. —Bostecé cuando abrí
la puerta para Alice—. Scott, Chett y Aiden no están en casa todavía. —
Parpadeé hacia Alice y ella me sonrió—. ¿Y por qué vas tan alegre y
arreglada? —Fruncí el ceño y me incliné hacia ella—. ¿Estás usando
pestañas postizas? —Noté sus pestañas más largas, gruesas y negras de lo
normal—. ¿Y extensiones para el cabello? —Mi mandíbula cayó abierta—.
¿A las seis de la mañana?
—Shh. Sólo quería verme bien. —Se sonrojó—. Vuelve a dormir.
—No lo creo. —Me dirigí hacia la cocina—. ¿Vamos a tomar un poco
de café y conversar?
—Está bien. —Asintió y me siguió—. También vine temprano para
ayudarte.
—¿Para ayudarme? —La miré hacia atrás con incredulidad—. ¿Cómo
despertarme antes del canto del gallo es ayudarme?
—En caso de que estuvieras en la cama con Xander, podría dejar tu
habitación antes de que Gabby se despertara.
—Ugh, no. —Hice una mueca.
—¿No dormiste con él, de verdad? —Era su turno de lucir
sorprendida—. ¡Liv!
—Liv, nada —Rodé mis ojos y encendí el hervidor—. No dormí con él
de nuevo. —Saqué dos tazas y bostecé otra vez—. Y créeme, nunca lo haré
de nuevo. Es un idiota.
—Oh, ¿qué hizo?
—¿Qué quieres decir con “qué hizo”? —Me aparté de ella y abrí la
nevera—. ¿Leche y azúcar? —dije desde la nevera.
—Sabes que quiero los dos. Ahora, dímelo, Taylor, ¿qué hizo el Señor
Lengua?
—Su nombre es Xander. —Gruñí cuando tomé la leche y me giré.
—Él era el Señor Lengua primero. —Sonrió—. Si mal no recuerdo era
el Señor Lengua Milagrosa, era…
—Suficiente. —Gruñí de nuevo—. Él no es nada para mí.
—¿Qué pasó? —Sus ojos se iluminaron.
—Te voy a decir lo que pasó pero con una condición. —Me mordí el
labio inferior y sonreí.
—¿Qué condición? —Frunció el ceño y se inclinó hacia adelante—.
No voy a acostarme con él también.
—No estoy pidiendo eso. —Rodé los ojos—. Dime quién te gusta.
—¿Qué? —Alice se echó hacia atrás, su rostro de color rosa.
—¿Te gusta Aiden, Scott o Chett? —Me incliné sobre el mostrador y
la miré—. Dime cuál de mis hermanos te gusta y te diré qué pasó con
Xander.
—No me gusta ninguno de ellos. ¿De qué estás hablando? —Alice
tartamudeaba al mismo tiempo que evitaba mis ojos y sonreí para mis
adentros. Alice era una mala mentirosa y ella sabía que sabía la verdad.
Coloqué algunos granos de café dentro de la prensa francesa y luego vertí
agua hirviendo en el interior del recipiente de vidrio para colocarle la tapa.
—¿Chett, Scott o Aiden? —pregunté en voz baja mientras me daba
vuelta para mirarla—. Déjame pensar, dudo que sea Chett. No estás
interesada en los chicos rubios y él es el chico más rubio que conozco. Y
no estás interesada en las carreras de Nascar y eso a él le encanta. Vamos
a ver, por lo que es entre Scott y Aiden. Umm… —La miré fijamente
mientras ella me miraba y me sonrió—. Ambos son calientes, a pesar de
que son mis hermanos así que me siento asquerosa diciendo eso. Déjame
pensar, ¿quién creo que es por el que estás detrás?
—Es Aiden, ¿está bien? —Se sonrojó—. Simplemente creo que es
lindo. No estoy detrás de él.
—¿Te gusta Aiden? —Hice una mueca. Aiden era el mayor de todos
nosotros y era mi hermano mandón. De todos mis hermanos, era el menos
divertido y, a veces, sentía que era como un segundo padre para mí—. No
te gusta Aiden seriamente, ¿cierto?
—Sabía que dirías eso, por eso no te lo dije.
—Es sólo que… Aiden. —Hice una mueca—. Imagina si sales con él y
tuviéramos una cita doble. —Me estremecí—. Sería como estar en cita
doble con mi papá, estaría tratando de decirme qué ordenar y no
quedarme afuera hasta muy tarde, y Dios, prohibir que mi chico me bese o
algo.
—¿Está listo el café? —Alice miró a la prensa francesa
deliberadamente.
—Déjame ver. —Suspiré y lo presioné antes de verter el café en dos
tazas y regresar a ella—. No estás realmente interesada en Aiden, ¿o sí? —
Puse una cara esperanzadora—. ¿Es una broma de mal gusto?
—¿Cuántos chistes malos crees que están haciéndote este fin de
semana, Liv? —Alice rió mientras colmaba azúcar en su taza—. Y sí, me
gusta Aiden. Y no, no es nada parecido a tu padre. Sólo tiene veintiocho
años y es guapo, y divertido, y dulce, y bueno, sí, tengo un pequeño
enamoramiento con él. Lo tengo desde hace mucho tiempo, y si soy
honesta —Alice respiró hondo—, será mejor que no le digas.
—¿Qué le voy a decir? —Rodé los ojos—. Acabaría encontrando una
forma de sermonearme.
—Así que ahora es tu turno.
—¿Mi turno para hacer qué? —Tomé un sorbo de mi café y tosí.
Tenía un sabor asqueroso. Debo haber puesto demasiado café y no
suficiente agua en la cafetera francesa.
—¿Qué pasó contigo y lenguado?
—No lo llames así. Eso suena asqueroso.
—Lo que hizo con ella no era asqueroso, ¿verdad?
—No importa. —Miré alrededor de la cocina—. No está interesado en
mí.
—Lo siento. —Me dio una mirada de disculpa.
—Él no es el padre, sabes. Ni siquiera se ha acostado con Gabby. Sin
embargo, todavía quiere casarse con ella.
—¿La ama? —Alice lucía asombrada—. Y espera, ¿qué? ¿Nunca han
tenido sexo?
—Lo sé, me sorprendió también. —Tomé otro sorbo de café y luego
bajé la taza—. Vamos a mi habitación y hablamos ahí. No quiero que nadie
nos escuche.
—Está bien. —Asintió con la cabeza y se levantó. Caminamos a mi
habitación y me di cuenta que dejó su café sobre la mesa también. Cerré la
puerta del dormitorio detrás de nosotros y luego salté a la cama—.
¿Vienes? —pregunté y acaricié el espacio en el colchón junto a mí.
—No sé si debo acostarme. —Suspiró—. Pasé una hora completa
planchando mi cabello esta mañana, ¿y si mi maquillaje mancha la funda
de la almohada?
—Oh, vamos, Alice. Tu cabello y maquillaje estarán bien.
—Bien. —Bostezó y se quitó los zapatos—. Supongo que sólo por un
rato, mientras hablamos.
—Uh huh. —Me reí—. Te ves cansada, ¿cuánto dormiste anoche?
—Dos horas. —Bostezó grande y duradero esta vez—. Me sentía tan
emocionada que no podía dormir y ahora estoy totalmente agotada.
—Oh, Alice. —Negué con la cabeza mientras se sentaba a mi lado—.
¿Por qué no me dijiste que te gustaba Aiden?
—Porque sabía que ibas a reaccionar como lo estás haciendo ahora.
—Se puso de costado y me miró—. Completamente en la cima.
—Tenía la esperanza de que te gustaba Scott. —Sonreí. Scott era mi
hermano más joven y el que era más parecido a mí. Era feliz,
despreocupado y siempre tramando algo. Se metía en tantos problemas al
igual que un niño y me encanta que me cuente todas sus historias. Había
sido una niña buena, pero sólo porque tuve a mis padres y Aiden en mi
espalda. Había muchas actividades y trucos en los que me gustaría haber
estado metida, pero nunca tuve la oportunidad.
—Scott es un bobo, lo quiero, pero es un bobo. —Alice rió—. No
puede mantenerse serio por dos minutos.
—Es por eso que deberías salir con él. Siempre estarías divirtiéndote.
Por otro lado, Aiden, ugh. —Suspiré recordando todas las veces que me
metió en problemas porque él le decía a mis padres que tramaba algo.
—De todas formas, estoy segura de que no me quiere. —Alice rodó
los ojos—. Así que no te preocupes.
—No estoy preocupada, estoy sólo…
—Liv, ¿quieres hablar de Aiden o Xander? —Me interrumpió Alice y
suspiré.
—Realmente no quiero hablar de ninguno de ellos. —Hice una
mueca—. Xander es un gran idiota.
—¿Por qué?
—Le hice saber un poco que no me opondría a él si ya no seguía
comprometido con mi hermana.
—¿Qué? —Los ojos de Alice casi se salen por su estado de
asombro—. ¿No dijiste eso, verdad?
—Bueno, no en esas mismas palabras, pero básicamente le dije que
tal vez él no querría casarse ahora que me conoció y que no era el padre
del bebé de mi hermana; y básicamente me miró como si estuviera loca, y
se fue.
—Oh, guau. —Alice hizo una mueca triste—. Suena como un idiota.
—Es un idiota. —Cerré mis ojos reviviendo mi vergüenza—. Y tiene
una polla pequeña también.
—Oh, ¿en serio? —La voz de Alice sonó sorprendida.
—No. —Abrí los ojos y la miré—. Realmente no tiene una polla
pequeña. —Gemí y enterré mi cara en mis manos—. ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué esto me tenía que pasar a mí? ¿Tengo algún tipo de señal de mala
suerte en mí?
—No es tu culpa. Quiero decir, sabías un poco que él era un idiota
antes de que ustedes conectaran en la iglesia, ¿verdad?
—Sí, me di cuenta de que era arrogante, engreído y lleno de sí
mismo.
—Y sin embargo, todavía fuiste a su habitación de hotel.
—Bueno, sabes que soy humana. —Me reí y cerré los ojos—. No
quiero hablar más de él. Tengamos una siesta rápida y luego lidiamos con
él y Aiden más tarde.
—Eso suena como un plan para mí. —Alice volvió a bostezar,
cerrando sus ojos mientras se acurrucaba en la almohada—. Buenas
noches, Liv.
—Mañana, Alice. —Me reí y las dos nos quedamos dormidas.
***
—Liv. —La voz de Gabby hizo eco en todo el baño—. ¿Estás aquí?
Me quedé helada al oír el sonido de su voz y pude ver que Xander
trataba de no reírse cuando su mano tapó mi boca.
—¿Liv? ¿Estás aquí? —dijo Gabby de nuevo—. Habla si estás aquí.
No podemos encontrarte, Alice, Xander o Scott, y mamá y papá quieren
pagar la cuenta e irnos ahora.
Miré a Xander, mi cara quemando rojo brillante y pude sentirme
deslizando hacia abajo por su cuerpo, hasta que sus manos se deslizaron
a mi culo y me empujó hacia atrás, por lo que una vez más me acurruqué
firmemente contra su cuerpo, su polla enclavada en el medio de mis
piernas.
—¿Liv? ¿Alice? —dijo Gabby otra vez sonando molesta y mordí mi
labio inferior por la vergüenza y escuché cómo salió del tocador.
—Soy una horrible hermana. —Gemí y luego comencé a gritar
cuando Xander ignoró mi comentario y en su lugar entró en mí de nuevo
rápidamente.
—No, no lo eres. —Sonrió, sus dedos apretando mis nalgas mientras
se movía dentro y fuera de mí. Apreté mis manos alrededor de su cintura y
mordí su hombro para detenerme de gritar en éxtasis.
Sé que te estás preguntando qué pasó en el desayuno que tendría a
Xander follándome otra vez, y de todos los lugares, en el baño del
restaurante. En primer lugar, tienes que saber que no soy el tipo de chica
que roba novios de otras chicas. No en la escuela secundaria, no en la
universidad. Nunca. Nunca fui la chica que va detrás del hombre de otra
mujer. Simplemente no hago eso, pero tienes que entender que se trataba
de circunstancias atenuantes. Xander no era el hombre de Gabby y bueno,
él solo hizo condenadamente demasiado difícil decir que no. Demasiado
difícil.
No salí de la casa esperando tener sexo con Xander otra vez. Eso no
era parte del plan. No del todo. Pensaba en ignorarlo pero todo se fue
cuesta abajo tan pronto como llegamos a la camioneta para ir al
restaurante hace dos horas.
***
—Estoy tan feliz de que todo el mundo vino a casa para escuchar mi
buena noticia. —Gabby sonrió desde el asiento del pasajero del Lincoln
Navigator3 de mi padre—. Ustedes, genial. —Me miró y luego a Alice—. No
puedo creer que incluso la gente que no está invitada se presentó. —Le dio
a Alice otra mirada y luego se volvió hacia Aiden quien conducía el coche.
—¿Por qué no viajaste con mamá, papá y Chett? —le pregunté a
Gabby ya molesta a causa de ella y solo habíamos estado en el coche
durante cinco minutos.
—Porque quería viajar con mi prometido y su hermano —dijo
mientras le sonreía a Xander amorosamente—. Y quería estar en el
Lincoln. Tiene capacidad para ocho y quería que la mayor cantidad de
personas disfrutara de mi compañía mientras celebramos este fin de
semana.
—Bien para nosotros —dijo Alice y me miró con una sonrisa.
—Crezcan. —Gabby puso los ojos—. Ustedes dos se graduaron de la
Universidad, ambas tienen veintidós años. Dejen de actuar como si
tuvieran doce.
—No le hables a Alice de esa forma —le espeté a Gabby.
—Sí, da un descanso —habló Scott desde el asiento trasero—. Nadie
quiere escucharte dar un sermón todo el día —continuó.
—Scott. —Aiden se detuvo en el semáforo y miró hacia atrás—. Este
es el gran fin de semana de Gabby. Tengan un poco de respeto.
—Sí, sí, sí. Nadie murió y te convirtió en John Boy Walton4, Aiden —
replicó él, Alice y yo nos reímos de sus comentarios. Aiden miró a Alice por
un segundo y después su rostro se puso rojo cuando su risa murió.
—Mira lo que has hecho. —Me di la vuelta y miré a Xander, que se
encontraba sentado en la última fila con una sonrisa en su rostro. Henry
se hallaba sentado a su lado luciendo un poco incómodo.
—Liv —habló Gabby—. No le hables a mi prometido de esa forma.
***
***
Los celos son una de esas emociones que me encanta odiar. Odio
sentirme celosa porque me hace sentirme inadecuada, pero me encanta
cuando un hombre está celoso de mí. Los celos son una cosa extraña. Hay
una línea muy fina entre caminar sin parecer un loco. Tengo que admitir
que me sentía celosa de la relación que mi hermana tiene con Xander, a
5 Pretty Woman es una película cómica romántica protagonizada por Julia Roberts y
Richard Gere. Dirigida por Garry Marshall. Fue estrenada el 23 de marzo de 1990 en
Estados Unidos y significó un enorme éxito en taquilla.
pesar de que nunca hayan tenido sexo. Supuestamente. No sé cómo se
comportan los amigos platónicos. Hace que me queme por dentro. Quiero
decir, no es que él sea mío, pero he tenido una cosa por él. Quería desear
ser su novia falsa. ¿Por qué no me pidió casarme con él? Aunque eso
podría complicar las cosas. En vista de que tuvimos sexo y todo. Y sobre
todo porque tuve verdaderos sentimientos por él. No sabía porque se iban
a casar; especialmente si ella se encontraba embarazada de otro hombre.
—¿Qué estás leyendo? —Su profunda voz interrumpió mis
pensamientos mientras caminaba dentro del estudio y se sentaba a mi
lado en el sofá.
—Hemingway —dije el primer nombre que se me vino a la cabeza—.
Ernest Hemingway. “Por quien suenan las campanas”. —Seguí diciendo,
sin saber de dónde venían las mentiras mientras escondía la portada de
Cincuenta Sombras de Grey. No tenía la necesidad de que pensara que era
una ninfómana. No sabía qué ideas podrían entrar en su mente si sabía
que leía algo de BDSM6. No necesitaba que me atara en el escritorio de mi
padre y me follara con mi culo en el aire mientras le decía que había sido
una niña traviesa. En absoluto necesitaba que lo hiciera, aunque tuve que
admitir que la idea de que eso ocurriera era bastante emocionante. Tal vez
podríamos jugar juegos de roles; él podría ser Christian Grey y yo podría
ser Ana. Sólo que no quiero hacer ninguna de esas cosas pesadas como
ser azotada. No estaba segura de que me gustaría ser azotada. Aunque no
me importaría unas sexys palmadas con sus calientes manos firmes.
—¿En serio? —Sus ojos parecían impresionados cuando me miró y
me pregunté si miraba a mi hermana igual.
—¿En serio qué? —dije distraída por su mirada.
—¿En serio estás leyendo a Hemingway? —Sonrió—. ¿Qué libro?
—“El hombre viejo y el mar” —dije rápidamente y luego maldecí en
voz baja—. Quiero decir “Por quien suenan las campanas”. —Me sonrojé y
miré abajo. Por eso no iba a dejar que me atara y tuviéramos sexo en el
estudio. Cuando lo tenía alrededor, mi cerebro se iba a la mierda. ¿Quién
sabía lo que pasaría si llegábamos a ser realmente pecaminosos y sucios?
—Oh, ¿de qué se trata?
—¿De qué se trata qué? —pregunté sin comprender mientras me
imaginaba que me daba ligeras nalgadas y luego un poco más fuerte. Me
preguntaba cómo sería la paliza que obtendría. Quizás mi trasero doliera a
su golpe o simplemente hormigueara.
—El libro. —Sus ojos se burlaron de mí mientras se sentaba allí.
6Es un término creado para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas. Se trata
de una sigla formada con las iniciales de las siguientes palabras: Bondage, Disciplina;
Dominación, Sumisión y Sadismo Masoquismo.
—Oh, es acerca de un hombre que espera en una iglesia —dije
débilmente—, va a la iglesia todos los días y espera que suene la campana.
—¿Va a esperar a que suenen las campanas? —Los labios de Xander
se torcieron.
—Sí. —Asentí con la cabeza—. Es un libro mágico y sólo son
campanas para magos. Como Harry Potter, ¿sabes?
—Umm, ya veo. —Sonrió y agarró el libro de mi mano—.
¿Cincuentas Sombras de Grey? —dijo mientras miraba la tapa—. ¿Es algo
nuevo de Hemingway? ¿Uno del que no he oído hablar antes?
—Dámelo. —Lo tomé de nuevo, con mi cara en un profundo rojo
oscuro—. De todos modos, ¿qué estás haciendo aquí? ¿No me has
molestado suficiente por un día?
—No sabía que estarías aquí. Pensé que te hallabas en tu desfile de
modas con Alice.
—Ja, ja. El desfile terminó. Sólo nos estábamos probando los
vestidos y decidir en cual nos veíamos mejor.
—Si tú lo dices. —Abrió el libro—. Ahora dime de qué se trata el
libro.
—Es sólo un libro de romance. —Me sonrojé y me estiré para
conseguir el libro—. Dámelo.
—Tengo una pregunta. —Me entregó el libro, con ojos brillantes.
—¿Qué? —espeté, avergonzada de que me hubiera pillado.
—¿Cuál es el sabor de Christian Grey? —preguntó con ojos claros.
—¿Qué? —Fruncí el ceño y luego le golpeé el hombro con el libro—.
Eres un pervertido.
—¿Yo soy un pervertido? —Sonrió—. Yo no soy el que está leyendo
porno en medio del día.
—No estoy leyendo porno. —Gruñí.
—Quiero decir, si estás caliente, puedo ayudarte.
—¿Ayudarme?
—Con mi milagrosa lengua. —Sonrió y luego movió su lengua hacia
atrás y adelante. Tengo que admitir que la vista de su larga lengua rosada
moviéndose sensualmente sobre su boca me puso caliente. Mucho. Podría
sentirlo en mis bragas y en la pesadez de mis pechos.
—Xander. —Negué con la cabeza—. ¿No tienes vergüenza?
—No. —Se inclinó y sentí su lengua en mi oreja—. No tengo
vergüenza en absoluto —susurró y luego chupó el lóbulo de mi oreja—.
Quiero hacerte venir, Liv. Quiero sacar tus bragas con mis dientes y
dejarte en la cima y bajarte con mi lengua. Quiero estar dentro de ti tanto
como tú lo quieres.
—En realidad. —Me levanté de un salto del sofá y dejé caer el libro
en su regazo—. No me preocupo en absoluto de tu lengua. No necesito tu
lengua dentro de mí. Y ciertamente no debes llevarme arriba y luego
bajarme de la cima, muchas gracias.
—¿Estas segura sobre eso? —Sus dedos pasaron por mis
temblorosos labios—. Subir a la cima es muy agradable.
—Sí, bueno, he estado en ese camino y no tengo necesidad de volver.
—Empujé su mano y rápidamente salí del estudio, mi corazón
acelerándose con su toque. ¿Por qué, oh, por qué Xander me afecta tanto?
Era como una droga que mi cuerpo ansiaba desesperadamente aunque
sabía que era mala para mí. Fue poco a poco, pero sin una pausa para
hacerme adicta y sabía que mi adicción no me guiaba a nada bueno. Sabía
que tenía que apartarme lejos de él antes de que fuera demasiado tarde.
No iba a dejar que Xander y su milagrosa lengua me dominaran, o
cualquier cosa más de lo que ya lo hacía.
Traducido por BlackRose10 & SOS por Stefffya
Corregido por Agus Winchester
7En el original el término es Lizzard que hace referencia a ingerir una muy alta cantidad
de alcohol.
—Ah ya. ¿El que queda en la quinta? —preguntó de nuevo.
—Sí, señor —confirmé y luego lo saludé estilo militar.
—Chistosa.
—Si mamá y papá no sienten la necesidad de venir y preguntarme,
¿a ti qué te importa?
Aiden me miró por unos segundos y luego se volvió a Alice.
—Te ves muy bien esta noche.
—Gracias. —Se sonrojó mientras respondía.
—¿Vas a estar lo suficientemente abrigada en ese vestido? —Miró
fijamente la gran porción de piernas y hombros desnudos mientras ella
afirmaba silenciosamente.
—Estoy segura de que el alcohol me va a ayudar a mantenerme
caliente.
—¿Quién es el conductor designado? —preguntó mirándome
nuevamente con mala cara.
—Nos vamos en taxi ida y vuelta. —Me esforcé por no rodar mis
ojos—. No somos irresponsables, ¿sabes? De alguna extraña manera
logramos cumplir los veintidós con algo de cerebro.
—Sólo quería estar seguro que no necesitaban un aventón ida y
vuelta.
—Las puedo llevar si quieren —dijo Xander mientras se levantaba.
—No, no es necesario que te pongas en esas —dijo Gabby molesta
mientras me miraba. Hasta ahí le llegó el teatrito de arrepentimiento.
Sabía que no iba a ser capaz de fingir ser dulce por mucho tiempo.
—No quiero que nadie saque ventaja de ustedes, chicas. —Xander se
paró al lado de Aiden y me miró fijamente. Esta vez no logré evitar su
mirada. Sus iris se veían furiosos mientras me miraba. No sabía cuál era
su problema, pero no pude evitar temblar mientras me paraba a su lado.
Podía sentir la electricidad flotando entre nosotros por lo que retrocedí un
paso.
—Creo que estaremos bien —afirmé lamiendo nerviosamente mis
labios.
—Sí, estaremos bien —repitió Alice y noté cómo se daban miraditas
nerviosamente con Aiden.
—Créeme, Xander, Alice y Liv no van a tener problemas —dijo Gabby
lanzándose hacia nosotras—. Ellas ya son expertas en verse como zorras y
no meterse en problemas.
—Gabby —la amonestó Aiden.
—¿Qué? —Se encogió de hombros—. Es la verdad. —Nos miró a
Alice y a mí y luego a Xander y Aiden—. Es decir, en serio. Uno no sale en
tacones tan altos como esos, con vestidos tan cortos como esos, sin
esperar que algún pervertido intente meter su mano entre sus piernas o
debajo de la camisa.
—Gabby, cállate —gritó Scott—. ¿Cuál es tu problema?
—¿Tal vez sea el cerebro embarazado? —dijo Henry mientras me
sonreía.
—Sí, pero ella no ha estado embarazada toda la vida —murmuré—.
Eso no es excusa para su comportamiento perruno de toda la vida.
—Liv. —Aiden me miró mal y se giró hacia Alice.
—¿Lista?
—Sí. —Asintió emocionadamente—. Vámonos.
—Esperen un momento. —Aiden la atrapó por la muñeca—. ¿Puedo
hablar contigo un segundo, por favor?
—Eh, sí, claro. —Me miró haciendo un gesto y siguiendo a Aiden a la
esquina del salón.
—Necesito hablar con Liv también —dijo Xander a Gabby mientras
me agarraba fuertemente por la parte superior de mi brazo y me jalaba
fuera de la habitación.
—¿Qué carajos crees que estás haciendo?
—¿A dónde crees que vas con esa pinta?
—A un club.
—No es apropiado. —Renegó mientras me miraba.
—Apropiado ¿para qué?
—Envía las señales equivocadas —dijo mientras examinaba mis
senos pesados.
—¿De qué señales estás hablando?
—Las que dicen “estoy buscando que me follen” —balbuceó dando
un paso hacia el frente y empujándome de espaldas contra la pared.
—¿Quién ha dicho que no quiero enviar esa señal? —dije jadeando
mientras que me tomaba por las muñecas y las presionaba contra la pared
a los lados de mi cara.
—¿Es eso lo que quieres? —Se inclinó y me besó en el cuello
suavemente.
—Xander. —Tragué mientras me besaba desde mi cuello hacia mi
clavícula y encima de mis senos—. Para, cualquiera puede venir y vernos.
—¿Qué te importa?
—Xander, no —me quejé mientras que su mano viajaba por el lado
de mi cuerpo y se detenía en mis muslos.
—Que no, ¿qué? —preguntó mientras que empujaba su erección
contra mi estómago mientras se movía adelante y atrás—. ¿Qué no te
muestre lo que me estás haciendo en ese sexy y casi inexistente atuendo?
—¿Hay algo más que necesitas decirme? —Quité mi cabeza cuando
intentó besarme directamente en los labios.
—¿Por qué estás intentando embrujarme?
—¿De qué estás hablando?
—Nada. —Suspiró y dio un paso hacia atrás—. ¿Por qué tienes que
ser la hermana de Gabby?
—¿Por qué tienes que estar comprometido con ella?
—No lo entiendes. —Frunció el ceño—. Esto no sólo se trata de mí.
Esto es sobre proteger a alguien a quien amo.
—No entiendo de qué estás hablando.
—No importa. —Se encogió de hombros—. Las cosas son como son.
—¿Te puedo preguntar algo?
—Seguro —confirmó mientras miraba fijamente a mis senos.
—¿Te estás casando con ella para que puedas tener acceso a tu
herencia? —pregunté suavemente—. ¿Está todo relacionado con eso?
—¿Qué te importa? —me preguntó furiosamente lo que hizo que me
cabreara.
No podía creer que tuviera el atrevimiento de preguntarme por qué
me importaba mientras que al mismo tiempo seguía intentando meterse en
mis pantalones. ¿Acaso no se daba cuenta lo jodida que era toda esta
situación? ¿Qué clase de mujer creía que era, si pensaba que estaría bien
con toda esta situación? ¿Qué parte de todo este asunto estaba
remotamente bien?
—No me importa, Xander —dije enojadamente—. Solamente déjame
malditamente tranquila, ¿está bien? Tú eres el que me está persiguiendo.
No soy yo la que va tras de ti. Estoy cansada de tu mierda, ¿entiendes? No
está bien que sigas intentando meterte en mis pantalones y luego
cuestiones cuando intento entender qué carajos está pasando entre tú y
Gabby.
—No te importó quién carajos era yo o qué hacía el fin de semana
pasado.
—Eso fue el fin de semana —dije cruzando los brazos—. Esto es este
fin de semana. Y este fin de semana, no me interesan ni tu mierda ni tú.
—¿Ni mi mierda ni yo? —Sus labios se tensionaron como si se fuera
a reír lo cual no hizo sino enfurecerme todavía más. ¿Cómo carajos podía
creer que esta era una situación para reírse? ¿Cómo se atrevía a sentirse
superior y burlarse mientras yo hervía por dentro? Mis dedos escocían con
ganas de golpearlo. Apuesto a que no se vería tan engreído si dejara la
palma de mi mano marcada a lo largo de su mejilla.
—Déjame en paz, Xander. Terminé contigo. —Lo señalé en el
pecho—. Voy a salir en mi vestido de zorra y voy a hacer lo que se me dé la
gana. Tal vez hasta conoceré a un hombre mejor que tú, me lo podré
comer y así por fin olvidarme que alguna vez te conocí.
—No recomendaría eso. —Sus labios se apretaron y me agarró por
mis muñecas—. Esa no es la respuesta a nada de esto.
—Bueno, pues eso no es tu problema, ¿o sí? —Sonreí ampliamente—
. Puedo hacer lo que me dé la gana.
—Liv —dijo mi nombre lentamente mientras que intensificaba su
mirada.
—¿Sí, Xander? —dije suavemente. No les voy a mentir. La verdad
empezaba a calentarme con nuestra conversación.
Me calentaba el hecho de que lo podía irritar con sólo hablar de
otros hombres. Me encantaba el hecho de que estuviera actuando celoso.
El único problema era, que realmente no me daba lo que yo quería. Él no
estaba terminando con Gabby y diciéndome que la había cagado. No me
jalaba hacía si diciéndome que me quería a mí y sólo a mí. No me decía
que Gabby y su familia rica no significaban nada para él. Todo lo que él
hacía era demostrarme que se encontraba caliente por mí. Y la verdad, ya
sabía eso. Y quería mucho más de él que eso. Quería que me mirara con
algo más que lujuria. Quería mirar a sus ojos y ver algo similar a amor. Sé
que eso era una expectativa irreal. A duras penas si nos conocíamos, pero
eso era lo que realmente quería. Eso era lo que quería ver. Una emoción
real. Una emoción pura, real de las que te paran el corazón y que no tienen
nada que ver con la lujuria.
—Qué tengas una buena noche —dijo finalmente y se dio la vuelta—.
No hagas nada que yo no haría —dijo sin mirarme y se dirigió hacia la
sala.
Me quedé parada sintiéndome destrozada y rechazada. Aún sentía
sus labios en mi cuello. Aún me sentía marcada por su tacto y me odiaba a
mí misma por ello.
—¿Estas lista? —me preguntó Alice saliendo de la sala. Sus ojos
brillaban así que dije que sí.
—¿Qué te dijo Aiden? —susurre mientras llamaba un taxi.
—Nada bueno. —Suspiró—. Sólo me pidió que intentara que no te
metieras en muchos problemas.
—¿Qué? —grité elevando la voz—. Lo juro que es el hombre más
irritante del mundo. Ya sé que te gusta, pero en serio, Aiden es muy
fastidioso.
—A mí me parece lindo como siempre intenta protegerte —aclaró
Alice soñadoramente.
—Confía en mi, Alice. No te parecería tan lindo, si estuvieras
saliendo con él. —Negué con mi cabeza—. Es malditamente fastidioso.
***
8 Blowjob significa trago a base de licor de café, crema de licor irlandesa y crema batida;
sin embargo, la palabra literalmente significa "mamada".
—Aquí tienen sus chupitos chicas. —Él nos pasó los vasos—. No
quiero que las vean bebiendo como si realmente fueran mamadas.
—Está bien, entonces. —Sonreímos y agarramos los vasos. Cerré mis
ojos, chupé en el vaso y bajé el trago rápidamente y luego empecé a
balancearme hacia atrás y adelante. Podía escuchar algunos tipos
chiflando y gritándonos y moví mis caderas de una manera más
pronunciada así que podía darles un espectáculo. Antes de saber lo que
pasaba, sentí un par de fuertes brazos alrededor de mí colocándome abajo
de la barra. Abrí los ojos y vi la cara enojada de Xander frente a mí.
—Estás determinada a hacerme explotar esta noche ¿no? —Gruñó
mientras me ponía sobre el suelo.
—No te pedí que hicieras esto.
—Parecía como si estuvieras a punto de caer, Liv. ¿En qué
pensabas?
—¿De qué estás hablando? Solo teníamos dos chupitos gratis por…
—Bailando en la parte superior de la barra como alguna puta —me
interrumpió y lo miré sacudiendo la cabeza. Miré detrás de mí y noté que
Aiden había recogido a Alice de la barra y parecía que le daba un sermón
similar.
—No soy una puta.
—Ven conmigo. —Me levantó y me llevó de nuevo a través de la
multitud fuera del club—. ¿Qué estás haciendo, Liv?
—¿Qué crees que estoy haciendo?
—¿Por qué tienes que provocarme? —Pisó cerca y se inclinó hacia
delante y me besó bruscamente, sus labios rozando contra los míos
mientras sus dedos recorrían mis ondas y atraía mi cabeza hacia él.
—No lo hago —murmuré mientras lo besaba de vuelta. Él se sentía y
olía como sexo despreocupado en una tarde de domingo y corría mis
manos a través de su cabello y me aferraba a él para salvar mi vida
mientras succionaba todo el aire fuera de mí.
—Te quiero tan mal. —Gimió mientras sus manos caían a mi trasero
y ahuecaba mis nalgas—. Quiero follarte justo aquí, en frente de todos —
murmuró mientras chupaba mi labio inferior—. Quiero que todos sepan
que eres mía y soy el único cuyas manos y polla estarán bajo esa corta
falda esta noche.
—Xander. —Gemí, calentándome con su gutural conversación. Mis
manos volaron al frente de sus pantalones y apreté alrededor de su polla
dura. Me encontraba a punto de bajar el cierre de sus pantalones, cuando
algo dentro de mí se rompió y di un paso atrás empujándolo fuera de mí—.
No, para. —Jadeé, limpiando mis labios con prisa—. No podemos hacer
esto.
—¿Qué? —Gimió, sus ojos oscuros con deseo.
—No puedes seguir jugando caliente y frío conmigo y no puedo
seguir permitiéndotelo. No sé qué está pasando. Y el hecho en cuestión es
que no soy tu juguete. No voy a follarte cada vez que quieras. Nos
enganchamos la semana pasada y lo lamentas tanto que se lo pediste a mi
hermana. Bien, sabes qué, Xander, puedes ir y follar con ella. He
terminado. Estoy por encima de esto. Puedes simplemente dejarme sola,
está bien.
Parecía sorprendido con mi arrebato. Fue como si finalmente
entendiera que yo no estaba bien con todo este lío. Fue como si su polla
comprendiera que no podía solamente jugar dentro de mí cada vez que
quisiera. Yo no iba a ser esa chica. No con él. Estuvo a punto de decirme
algo cuando Aiden y Alice salieron del bar.
—Ahí estas. —Alice corrió hacia mí y parecía furiosa.
—¿Todo está bien? —le pregunté rápidamente.
—Tu hermano es un estúpido. Fin de la historia —balbuceó y apartó
la mirada.
—Ustedes chicos necesitan irse ahora —dije fuertemente y los
fulminé con la mirada a los dos—. Y cuando digo ahora, quiere decir que si
ustedes no se van de esta calle en treinta segundos o menos, gritaré tan
alto que la policía vendrá corriendo y los arrestará a ambos.
—Liv. —Aiden empezó a decir algo y luego se detuvo—. Lo siento. —
Suspiró y sólo sacudí la cabeza.
—Es un poco demasiado tarde. —Respiré profundamente y miré a
Xander mientras hablaba—. No puedes tratarme así ya. No voy a
aceptarlo. Simplemente váyanse a casa y déjennos en paz. —Me di la
vuelta y agarré el brazo de Alice y caminamos de vuelta al club, ambas
sabíamos que nuestra divertida noche de chicas había sido arruinada,
pero ninguna de nosotras quería admitirlo y volver a casa.
Traducido por Lipi-Lipi & Yasna.FU
Corregido por July Styles Tate
***
9Es un Reality Show, en el cual equipos de dos o cuatro miembros corren alrededor del
mundo en competencia contra otros equipos.
—¿Alice te lo dijo? —Mi mandíbula cayó. Iba a matar a Alice.
—No. —Sacudió su cabeza—. Alice me dijo todo hasta el auto,
imaginé las cosas verdaderamente románticas.
—Oh —dije fríamente—, ¿por qué le preguntaste todas esas cosas?
—Dijiste que no sabía de ti y tenías razón. —Me dio una débil
sonrisa—. Quería una oportunidad para saber de ti y no pensé que fueras
a responder alguna de mis preguntas.
—Entiendo.
—¿Realmente? —Se levantó y camino hacia mí—. ¿Realmente
entiendes, Liv?
—No realmente. —Sacudí mi cabeza, mi corazón acelerándose
mientras cogía mis manos y me tiraba hacia él—. ¿Cuál es el punto de
preguntarle todas aquellas preguntas?
—No lo sé. —Se encogió de hombros—. Realmente no entiendo qué
está pasando entre nosotros.
—Tampoco yo —reconocí
—Sólo deseo que dejes de jugar con mi corazón. —Sonrió y luego me
guiñó un ojo mientras yo reía.
—¿Te dijo cuál era mi canción favorita no es así?
—Sí. —Rió—. Lo hizo.
—Voy a matar a Alice. —Suspiré.
—Por favor no lo hagas —Se inclinó hacia delante y me besó—, o al
menos no por ahora.
—Está bien entonces, por ahora no la mataré. —Le devolví el beso y
gemí cuando sentí sus manos llegar hasta mi camiseta y apretar mis
pechos desnudos.
—¿Sin sujetador? —Gimió junto a mis labios mientras sus dedos
pellizcaban mis pezones.
—Estoy en casa, no necesito sujetador.
—Necesito estar en tu casa más a menudo. —Gruñó levantando mi
camiseta rápidamente antes de bajar la cabeza chupando mi pezón
derecho.
—Xander no puedes hacer esto. —Gemí mientras chupaba
impacientemente y pellizcaba mi otro pezón.
—Sí, puedo. —Me sonrió y cambio a mi otro pecho.
—¿Qué si Alice regresa? —Gemí cuando sus dientes tiraron mi pezón
cuidadosamente y corrí mis manos a través de su cabello—. Xander. —
Gemí su nombre fuertemente.
—Vamos a tu habitación entonces.
—No sé —dije con vacilación.
—Por favor. —Lamió sus labios y luego me besó de nuevo.
—Sin embargo, realmente no hemos resuelto nada. —No estaba
segura de qué hacer.
—¿Tenemos que hacerlo ahora? —Besó el lado de mi cuello y
después gimió en mi oído—. Mi lengua quiere mostrarte lo mucho que te
ha extrañado.
—Sabes decir lo justo para que te diga que sí, ¿no? —Reí y cogí su
mano y lo tiré hacia mi habitación—. Vamos antes de que cambie de
opinión.
—No queremos que hagas eso, ¿verdad? —Rió entre dientes mientras
entrabamos a mi habitación y me aseguraba de bloquear la puerta detrás
de nosotros. No necesito a Alice interrumpiendo mientras Xander estuviera
debajo de mí. De ningún modo—. Linda habitación. —Miró alrededor y
sonrió—. Y no hay posters de los Backstreet Boys.
—Muy gracioso. —Sonreí y me incliné para besarlo de nuevo—.
Sigue así y no llegarás a la cama.
—Oh, ¿en serio? —Rió y me agarró por la cintura y me levantó.
Comencé a chillar y entonces me dejó caer sobre el colchón y me miró sólo
por unos pocos segundos—. Mejor voy a trabajar rápidamente entonces. —
Me guiñó un ojo y bajó los brazos sacando mi top. Miró mis pechos unos
segundos y lamió sus labios—. Me gustas sin sujetador —dijo, luego se
agachó y sacó fuera mis pantalones cortos—. Y sin pantis tampoco,
delicioso. —Gimió y extendió mis piernas abiertas antes dejarse caer en
sus rodillas. Gemí mientras sentí su cara entre mis piernas y sabía que él
podía sentir mi humedad, mientras su lengua corría hacia abajo y lejos de
mi clítoris mientras lo chupaba suavemente. Mi cuerpo entero se sentía al
borde mientras su lengua jugaba conmigo y entraba en mí suavemente.
—Oh, Xander. —Gemí mientras me follaba con su lengua. Casi
había olvidado cuan delicioso se sentía con él.
—Voltéate. —Gimió mientras me rodaba sobre mi estómago.
—¿Por qué? —grité, sin querer que dejara de hacer lo que hacía
mientras me hallaba cerca de llegar al clímax.
—Shh. —Se levantó y giré mi cabeza y lo miré mientras se quitaba
su camisa y pantalones rápidamente. Tomé una profunda respiración
mientras miraba fijamente su polla desnuda sobresaliendo frente a él.
—¿Qué estás... —Empecé, pero suavemente me dio una nalgada.
—Shh —dijo de nuevo con una sonrisa y un guiño—. Baja tu cabeza,
cierra tus ojos y extiende las piernas.
—¿Qué? —Fruncí el ceño mientras mi corazón se aceleraba.
—No hagas ninguna pregunta sólo haz lo que te digo. —Me dio una
nalgada de nuevo, un poco más fuerte esta vez y gemí mientras su dedo
resbalaba entre mis piernas y frotaba mi clítoris.
—Oh —grité y extendí las piernas.
—Buena chica. —Gimió mientras bajaba su cabeza y mordía mi
trasero suavemente.
—¿Qué estás haciendo? —Gruñí mientras sentía su lengua lamiendo
mi trasero.
—Sin preguntas. —Me dio una palmada de nuevo en el fondo de mi
trasero y frotó mi clítoris húmedo otra vez.
—Está bien —grité, mi cuerpo entero en alerta máxima.
—Estás aprendiendo —dijo suavemente y sus manos abrieron mis
piernas de nuevo. Sentí su respiración en mi vagina y mi cuerpo tembló
cuando lamió mi clítoris con su lengua caliente y cosquillosa. Cerré mis
ojos y gemí en las sábanas mientras me lamía. Se siente diferente desde
esta posición, pero sí, todo se sentía más intenso y excitante. Luego sentí
su lengua más arriba y me congelé. Mis ojos se abrieron de golpe mientras
lamía la grieta de mi trasero de nuevo. ¿Qué hacía?
—Relájate. —Gruñó mientras lamía mi trasero. Podía sentir su polla
rozando mi pierna y gemí.
—¿Qué estás haciendo? —dije suavemente mientras él apretaba mis
nalgas.
—Mostrándote cuantos milagros puede realizar mi lengua.
—¿Con mi trasero? —susurré mientras sentía su lengua en mi
trasero de nuevo, moviéndose más cerca y más cerca de mi ano.
—Solo hay un baño ¿correcto?
—Sí —susurré—. ¿Por qué?
No me respondió con palabras, en su lugar sentí su lengua
lamiéndome en un lugar nunca antes lamido. Primero quedé impactada en
silencio. No podía creer que estuviera lamiendo mi ano, y no podía creer
cuan maravilloso se sentía. Cerré mis ojos y apreté las sabanas
sintiéndome casi avergonzada de la cantidad de placer que caía a través de
mi cuerpo. Y luego hizo esa cosa donde lamía mi clítoris por algunos
segundos retrocediendo a mi trasero. Los sentimientos eran abrumadores.
Apenas podía dejar de gritar cuando presionó la punta de su lengua dentro
de ambos agujeros. Me sentía sucia y me encantó. Luego su polla entró en
mi vagina en un duro empuje y no podía detenerme. Inmediatamente me
vine y grité su nombre mientras golpeaba dentro de mí con cada embestida
sintiéndola más y más profunda.
—Oh, Xander —grité mientras él gruñía detrás de mí y me llenaba.
—Sí, Liv, grita mi nombre. —Entraba y salía de nuevo—. Grita mi
nombre, Liv. —Sonrió abajo de mí y entré de nuevo rápidamente. Gemí
cuando miré sus ojos y él agarró mis manos con fuerza mientras empezaba
a moverse un poco más lento.
—Oh, mierda, Xander. Voy a venirme otra vez —grité cuando la
punta de su polla seguía golpeando mi punto G cada vez que se movía
dentro de mí.
—Vente para mí, Liv. —Gruñó y entonces sentí su cuerpo
estremecerse cuando incrementó su ritmo y explotó dentro de mí. Se
derrumbó en la cama junto a mí después de algunos segundos y luego me
besó en el hombro.
—Prométeme una cosa, Liv —susurró en mi oído.
—¿Qué? —pregunté mientras él besaba un lado de mi cara.
—No dejes la cama hasta que ambos despertemos.
—Está bien. —Asentí, mi corazón disparándose mientras me tiraba a
sus brazos—. No dejaré la cama hasta que ambos despertemos.
—Sin embargo, puedes salir al baño. No quiero que mojes la cama.
—dijo suavemente y golpeé sus brazos mientras sonreía con él y cerraba
mis ojos. No estaba segura cómo lo había hecho, pero me sentía un millón
de veces mejor sobre nuestra situación ahora. Tenía fe de que podíamos
resolverlo de alguna manera y hacerlo funcionar. Él me gustaba, realmente
me gustaba y estando preguntándole a Alice, todas esas preguntas
significaban que esperaba ver adónde podía llegar nuestra relación. Se
encontraba listo para darnos una oportunidad ahora. Tenía que ser.
Traducido por Andreeapaz
Corregido por Agus Winchester
—Buenos días. —La voz de Xander sonaba caliente cuando abrí los
ojos.
—Buenos días. —Parpadeé y miré el reloj de la pared—. Guau,
¿dormimos toda la noche?
—Supongo que estábamos cansados.
—¿No dormiste?
—No hasta la noche.
—Oh no, ¿qué hiciste?
—Verte —dijo y luego se echó a reír—. No esperaba que sonara tan
espeluznante.
—Lo haces sonar un poco raro, ¿no? —Me reí y mi corazón revoloteó
mientras me miraba y se inclinó para darme un beso.
—No soy tan espeluznante —dijo con un beso más y pasó sus manos
por el cabello—. Lo prometo.
—Umm, tomaré tu palabra. —Me reí—. Besaste mi trasero ayer. —
Me sonrojé con el recuerdo.
—Creo que hice más que eso. —Me guiñó un ojo mientras pasaba
sus dedos por mi estómago, entre mis piernas y frotó suavemente.
—Xander. —Gemí y aparté su mano—. Ahora no.
—Está bien. —Se rió y jugó con mis pechos en su lugar—. ¿Dormiste
bien?
—Sí, lo hice. ¿Tú?
—Fantástico. —Asintió con la cabeza—. Me di cuenta de un secreto.
—¿Qué secreto?
—El secreto de asegurarme que no te he hecho venir esta mañana.
—¿Cuál es el secreto?
—Tuvimos relaciones sexuales en tu departamento. —Sonrió y me
reí.
—Eres un idiota. —Pasé los dedos por su pecho ligeramente y jugué
con sus pezones.
—Un idiota sexy.
—Supongo. —Me incliné y besé su pecho ligeramente y frotó mi
espalda—. Entonces, ¿qué hacemos ahora? —pregunté en voz baja y se
congeló. Levanté la vista hacia él con el ceño fruncido y estudié su rostro—
. ¿Está todo bien?
—Sí, por supuesto. —Asintió con la cabeza.
—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —pregunté de nuevo.
—Voy a hacer lo que quieras, Liv. —Besó mi frente y se recostó.
—¿Todo lo que quiera que hagas? —Mi corazón dio un vuelco, esas
no eran las palabras que quería escuchar.
—Sí, si no quieres que siga con el compromiso, lo voy a terminar. —
Asintió con la cabeza.
—¿Qué quieres hacer? —Incliné la cabeza y estudié su rostro.
¿Quería poner fin al compromiso? Podía sentir mi cuerpo cada vez más
caliente. Debería haber estado feliz de que estuviera dispuesto a hacer lo
que yo quisiera, pero no lo estaba. No quería que hiciera lo que yo quisiera.
Quería que hiciera lo que él quería hacer. Quería que él tomara la decisión
de poner fin al compromiso. Quería que tomara la decisión porque no
existía otra opción en su mente.
—No me importa. —Se encogió de hombros, su rostro indiferente—.
Todo lo que te haga feliz.
—¿Por qué te gusto, Xander? —pregunté en voz baja—, quiero decir
aparte de lo de la habitación del hotel. ¿Por qué te gusto?
—Me sentía intrigado por ti desde el momento que te vi en la iglesia.
—Me acarició el cabello—, y pensé que eras bella y sexy como el infierno. Y
también descarada. Luego me llamaste Señor Lengua y pensé que
cualquier chica que tiene la confianza para coquetear con alguien en una
iglesia y darme el apodo tenía que ser la chica que quería conocer mejor.
—Ya veo —dije y suspiré. No sabía lo que esperaba que dijera.
—Todavía estoy intrigado por ti. Estoy intrigado por ahora, por lo de
antes. —Me besó—. Así que dime, Liv. ¿Qué quieres que haga?
—¿Dijiste que te reuniste con Luke, Gabby y Henry ese día? —dije y
decidí preguntarle las cosas que me habían sido desconcertantes—. ¿Cómo
sabes de Luke?
—Su abuelo y el mío crecieron juntos —dijo enseguida—, lo conozco
desde que éramos jóvenes.
—¿Cómo es que nunca oí de ti o te conocí cuando salía con Alice?
—No sé. —Se encogió de hombros.
—¿Cómo sabe Luke de Gabby? —dije en voz baja—. ¿Y por qué a
ninguno de los dos les importa ella o el bebé?
—Es complicado. —Xander hizo una mueca—. No creo que sea
importante.
—Sólo quiero ser capaz de entender. —Suspiré.
—Mira, tengo que encontrarme con Henry ahora. —Se sentó y
también me levanté. Me besó con fuerza una y otra vez antes de retirarse—
. Henry y yo tenemos que encontrarnos con Luke para discutir algo esta
mañana.
—Oh, bien. —Fruncí el ceño y le di un beso en la mejilla.
—No te enfades conmigo, está bien. —Me miró a los ojos—. Todo esto
va a funcionar. Sólo dime lo que quieres.
—Quiero que hagas lo que quieras hacer —dije en voz baja—. Quiero
que sea tu decisión.
—Está bien. —Asintió con la cabeza y se levantó de la cama—. Tengo
que irme ahora. ¿Nos veremos de nuevo esta noche?
—Sí, llámame —dije tratando de no ser obvia.
—Te veré más tarde, Liv. —Saltó de la cama y me observó mientras
se puso su ropa y salió de la habitación. Me recosté con un suspiro y cerré
los ojos. Tal vez algún día seriamos capaces de estar bien.
***
—¿Entonces piensas que Luke podría ser el papá del bebé? —La
mandíbula de Alice se cayó mientras nos sentamos en nuestros asientos
de nuestro restaurante favorito y comíamos palitos de mozzarella.
—Sí, es lo único que tiene algún tipo de sentido. —Asentí con la
cabeza—. Cada vez que digo el nombre de Luke, él actúa divertido. —Me
senté hacía atrás—. Loco, ¿no?
—No puedo creerlo. —Negó con la cabeza—. Sabía que él no era un
puto, pero maldita sea.
—Lo sé, pero sabemos que él es así, porque te engañó con Joanna.
—Me pregunto si se juntó con Gabby mientras también salía
conmigo. —Se estremeció—. Él es jodidamente asqueroso.
—Dímelo a mí. —Tomé un sorbo de mi Coca-Cola—-. Ella es una
puta. Y ahora se va a casar con mi hombre. —Hice una mueca.
—¿Dime de nuevo por qué Xander se va a casar con ella? —Hizo una
mueca—. No es como si fuera su bebé.
—Supongo que él y Luke son buenos amigos. Y así también lo ayuda
a salir de esto.
—No pueden ser tan buenos amigos —dijo Alice—. Nunca escuché
su nombre antes.
—Lo sé, también pensaba en eso —dije con un suspiro—. Hay tantas
cosas que no tienen sentido.
—Oh, Dios mío. —Inclinó la cabeza hacia delante—. No mires ahora,
pero Gabby acaba de entrar al restaurante.
—¡Oh, no! —gemí.
—Y está con Henry.
—¿Henry? —Mi voz se levantó y no pude evitar mirar por encima
para ver la entrada. Mi mandíbula se cayó cuando vi a Gabby y Henry
caminando hacia un asiento, con su brazo en su espalda, acariciándola
tiernamente—. ¿Qué demonios está pasando? —Me di vuelta hacia Alice—.
¿Estamos en la zona de Crepúsculo?
—¿Quizás? —Sacudió la cabeza y pude ver que ella también se
sentía aturdida—. Estoy realmente confundida aquí.
—Yo también. —Y entonces, de repente me di cuenta—. ¿Y si Henry
es el padre?
—¿Qué? —Frunció el ceño.
—¿Y si Henry es el padre del bebé? —Asentí con la cabeza ya que la
idea comenzó a tener sentido—. Tal vez Xander se casa con ella porque
Henry no quiere hacerlo, pero ellos involucraron a Xander por la herencia
y esas cosas así de esa manera se aseguran que el bebé va a estar bien
cuidado.
—Supongo que podría tener sentido. —Asintió con la cabeza—. Eso
responde a por qué Henry se hallaba allí la semana pasada.
—Fue realmente extraño, ¿cierto? Y él siguió hablando sobre bebés.
—Asentí con la cabeza—. Mierda, debería convertirme en detective —dije
emocionada—. Encontré que Henry es el padre.
—¿Pero qué pasa con Luke? —Frunció el ceño.
—¿Quién sabe? —Me encogí de hombros y ambas miramos a Gabby
y Henry sonriendo y coqueteando al otro lado del restaurante—. Espera un
segundo, tengo una llamada. —Agarré mi teléfono de mi bolso y lo saqué—
. Hola.
—Hola, tú. —La voz de Xander sonaba sexy y suave.
—Hola. —Sonreí al teléfono—. Es Xander —murmuré hacia Alice y
sonrió.
—¿Qué estás haciendo?
—Alice y yo estamos comiendo.
—¿Van a terminar luego? —preguntó en voz baja—. Quiero verte.
—Bueno, estoy con Alice… —Mi voz se apagó mientras miraba a mi
amiga.
—Está bien —murmuró hacia mí—. Voy a ir a casa y hacerme las
uñas.
—¿Estás segura? —pregunté con el ceño fruncido.
—Sí. —Asintió con la cabeza—. Ve a ensuciarte con Xander.
—Está bien. —Sonreí—. ¿Estás ahí, Xander?
—Sí.
—Está bien, estoy en el centro. Ven a buscarme a la librería en la
avenida Steamer en una hora.
—Bueno. Te veo allí en una hora —dijo y colgó.
—Nos encontraremos en una hora.
—Suena bien —Sonrió Alice—, no puedo esperar para saber lo que
está pasando.
—Te lo diré. —Sonreí de vuelta.
—Está bien Sherlock. —Se rió y le guiñé el ojo, emocionada por ver a
Xander y saber qué decisión tomó.
***
***