Está en la página 1de 135

El siguiente documento fue hecho sin fines de lucro, siendo así su

finalidad incentivar la lectura a esos países en el cual es imposible


conseguir sus publicaciones en habla hispana. Ninguna traductora,
correctora, o diseñadora de este foro recibe dinero por participar en el
actual documento. Es una traducción no oficial que fue realizada con
afecto y dedicación hacia esas personas seguidoras y amantes de la
lectura. Demuestra tu apoyo al autor comprando sus libros, si aquellos
llegan a tu ciudad.
Andreeapaz

Alysse Volkov July Styles Tate


BlackRose10 Lipi-Lipi
Carolinaawwadorostegui Maeh
Carolina Stratford Mari65
Ione Sapphire
Jacqui_15 Stefffya
Jane' Yasna.Fu

*Andreina F*

Aldii Pily
Agus Winchester *Andreina F*
July Styles Tate

*Andreina F*

Fiorella
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Epílogo
Sobre el autor
Nos conocimos en una boda. Él estaba caliente. Y yo había estado en una
sequía de un año.
Él sonrió. Nos emborrachamos. Coqueteamos. Conectamos. Me fui a la
mañana siguiente sin decir adiós. Solo estaba destinado a ser una
aventura de una noche. No quería el momento incómodo de la mañana
siguiente.

Entonces cuando fui a casa por el fin de semana. Y él estaba allí. Sentado
en el sofá hablando con mi papá. Volviéndose algo más que un extraño.
Resultando que mi aventura de una noche estaba a punto de causar un
montón de problemas.
Traducido por Andreeapaz & mari65
Corregido por Aldii

Soy una perdedora. No, realmente lo soy. Y no es sólo porque me


acosté con el novio de mi hermana. Quiero decir que no era mi culpa. Ni
siquiera sabía que ella salía con alguien. No es mi culpa que el Señor
Lengua Milagrosa vaya a ser su marido. Oh, Dios mío, nunca se sentirá
bien decir eso. Decir las palabras, “el marido de mi hermana”, sabiendo
que es mí aventura de una noche, es horrible. Un poco excitante, pero
todavía horrible. Lo sé, lo sé, soy horrible. ¿Cómo puedo creer que es
incluso vagamente emocionante? ¿Cómo una parte de mí puede todavía
sentirse tan viva sabiendo que el hombre en la sala de estar era mi
amante?; aunque fuera por una noche, pero aun así tuvimos mucho sexo
esa noche. Y cuando digo mucho, quiero decir un montón. Aunque,
supongo que no es una buena idea jactarme de eso ahora. O el hecho de
que, cuando lo monté como una vaquera de Texas, afirmó mis caderas y
me dijo—: Móntame como una vaquera toda la noche.
Esa ni siquiera era la peor parte. Cuando llegué a mi habitación
después de salir corriendo fuera de la sala de estar, corrí al espejo para
comprobar mi maquillaje. Sí, quería asegurarme de que me veía bien
cuando viera a Xander de nuevo. Y, ¡Oh, Dios mío!, ¿qué clase de nombre
es Xander? ¿Es alguna especie de dios griego? ¿O tal vez una especie de
dios romano? O tal vez piensa que es una especie de súper héroe. O sus
padres pensaban que iba a ser un súper héroe. Quiero decir, ¿quién llama
a su hijo Xander? No me importaría jugar a los súper héroes con él. Me
gustaría bastante verlo con una máscara y una capa, como un sexy
Batman.
Pero también es un mal pensamiento. Casi tan inapropiado como
cuando caminé a comprobar mi maquillaje y después revisar mi bolsa de
viaje para ver si traje algo remotamente sexy para usar. Y cuando digo
sexy, me refiero a sutilmente sexy. No es obvio. Sólo una rápida mirada a
ese tipo de cosas. Te dije que soy una perdedora. En lugar de orar por
algún tipo de redención por conectar con el novio de mi hermana, que casi
no puedo decir la palabra sin vomitar, buscaba algo de ropa linda. Lo peor
es que me sentí decepcionada cuando me di cuenta de que no tenía nada
remotamente lindo o sexy. Todo lo que tenía eran unos vaqueros, no
apretados, y algunas camisas holgadas. Nada de lo que alguien diría guau.
Debería haberlo sabido, ¿verdad? Quiero decir, ¿qué clase de mujer, que se
aprecie, quiere impresionar al novio de su hermana con un top ajustado
exponiendo un amplio escote? Ninguna. No una buena hermana que
espera verse caliente delante del hombre de su hermana.
Apenas puedo creer este cambio. ¿Cómo el Señor Lengua Milagrosa
está comprometido con mi hermana? ¿Cómo se conocieron? ¿Y qué clase
de engaño le dijo sobre mí? Esto fue un desastre. ¿Cómo iba a ir a su
boda? Sabiendo que tuve relaciones sexuales con el novio en la última
boda a la que fuimos juntos, ¿estaría esperando en la recepción, como una
especie de reunión enferma? ¿Iba a ser el sexo de boda lo nuestro? Me
quejé de la estupidez de mis pensamientos. No teníamos ninguna “cosa”.
Teníamos una aventura de una noche en la que ahora las cosas se
complicaron por el hecho de que él era un sucio canalla.
Necesitaba hablar con Xander y Gabby por separado para que
pudiera saber exactamente qué sabía cada uno. Tal vez todo no era tan
malo como parecía. Tal vez ellos no se encontraban de verdad
comprometidos. Quizás Gabby lo contrató como una broma de los
inocentes. Sí, no era que fuera abril, pero Gabby era excéntrica con los
chistes. Siempre tiraba bromas malas y su tiempo era atroz. Esto tenía que
ser una broma. Una muy, muy mala broma. Le diría todo, entonces todo
estaría bien. A todos nos gustaría poder reírnos de ello. Ella no estaría
molesta por saber que estuve el último fin de semana en la habitación de
Xander. Traté de ignorar el hecho de que me acosté con él. Me froté la
frente y me tiré a la cama. Tenía mucha confianza en que esto no era una
broma. Estaba bastante segura de que me hallaba en medio de una muy
mala situación y no tenía ni idea de cómo iba a salir de ella. No sabía qué
decirle a Gabby o si debía incluso decirle algo. Me refiero a que lo que no
supiera no le haría daño, ¿verdad?
No tenía que saber que follé con Xander como si estuviéramos
galopando caballos a través del campo al atardecer. No tenía que saber que
golpeé su culo una y otra vez, hasta que se podían ver huellas de manos
rojas en su piel. No tenía que saber que me llamó “vaquera sexy” y que yo
le hablé con acento sureño mientras lo follaba con todas mis fuerzas. Mi
cara se puso roja de sólo pensar en esa noche. Me acerqué al baño
rápidamente, así podría lavarme la cara con agua fría. No quiero pensar en
las cosas que me hizo. O lo que hice con los cubos de hielo que nos
entregaron a la habitación con las botellas de agua que pedimos a las tres
de la mañana. Me quedé mirando mi reflejo en el espejo y pude ver la
vergüenza en mis ojos mientras pensaba en el hecho de que había
chupado las bolas del novio de mi hermana, y me gustó. No existía manera
de que iba a ir sobre ello.
***

No me sorprendí al escuchar golpes en mi puerta. Puede haber un


número de gente al otro lado y no quiero ver a ninguno de ellos. Sólo
quería llamar a Alice y contarle lo que sucedió. Ella sabría qué hacer. Sería
capaz de darme asesoramiento y decirme que todo iba a estar bien.
Aunque sabía que todo no iba a estar bien y sabía lo que tenía que hacer.
Sólo existía una solución. Y eso era no hacer nada. Debía fingir que no lo
conocía. Eso era lo que debía hacer.
Toc, Toc.
La persona golpeó la puerta más fuerte esta vez y mi estómago se
movió con miedo y ansiedad. Chupaste sus bolas, Liv. ¿Cómo vas a decirle
a Gabby?
—¿Quién es? —Mi estómago rugió mientras esperaba la respuesta.
—El Señor Lengua —dijo a la ligera y deliciosamente. Me podía
imaginar el aspecto de sus divertidos ojos verdes, a pesar de que no podía
verlos—. ¿Puedo entrar? —dijo esta vez un poco más alto.
¡Mierda! Gemí internamente, aunque tenía que admitir que un
escalofrío de emoción subió desde los dedos de mis pies. Era él, al otro
lado de la puerta queriendo entrar. Era Xander. Mierda, el Señor Lengua
tenía un nombre. Y un delicioso nombre que sonaba sexy y me hacía
ahogar de miedo y anticipación de hablarle de nuevo.
—¿Liv? —dijo y volvió a llamar.
—¿Sí? —chillé, sin moverme, con las manos apretadas contra la
puerta.
—¿Puedo entrar?
—¿Por qué? —Tragué saliva. No estaba segura de que confiara en
ninguno de los dos en mi habitación, solos. No después de la última vez
que estuvimos en una habitación. Mierda, ni siquiera necesitaba una
habitación privada para conseguirlo sucio. Me hallaba dispuesta a ser su
sexy vaquera en cualquier lugar.
—¿Podemos tener esta conversación en tu habitación y no por la
puerta? —dijo riendo—. A menos que prefieras escuchar lo que tengo que
decir sobre lo que sucedió en la boda a través de la…
—Entra. —Me apresuré a abrir la puerta y tirarlo del brazo dentro de
la habitación—. ¿Qué crees que estás haciendo? —Lo miré.
—Conseguir que abrieras la puerta de tu habitación. —Me sonrió,
sus ojos pareciendo alegres como los había imaginado.
—¿Por qué quieres entrar a mi habitación? —Lo miré de nuevo
mientras cerraba la puerta rápidamente detrás de él—. Esto es muy
inapropiado. —Mi cara era de color rojo brillante mientras él ponía sus
manos en las caderas. ¿Por qué tenía que ser tan guapo? ¿Por qué hace
que hayan mariposas en mi estómago? Sus ojos verdes eran oscuros y
vivos, me recordó a un bosque en el crepúsculo, lleno de secretos y
deliciosos miedos. Sabía que no debería aventurarme a explorar las
profundidades ocultas, pero no podía dejar de seguir explorando.
—Pensé que deberíamos hablar. —Se pasó las manos por el sedoso
cabello y mis ojos siguieron perfectamente sus dedos mientras se
deslizaron hacia atrás y adelante. El movimiento me recordó otros lugares
que había frotado con suavidad y un diferente y tentador calor pasó a
través de mi estómago hacia abajo.
—¿Crees? —Lo miré con ojos furiosos. Quería dejarle ver que no me
sentía bien con lo que hizo.
—Sé que esto es un poco torpe. —Sonrió.
¡Imbécil desagradable! ¿Cómo puede estar sonriendo en este
momento?
—¿Lo crees? —dije de nuevo.
—Creo que debemos trabajar a través de esto.
—¿En serio? —dije con sarcasmo y miré cómo una enorme sonrisa
se dibujó en su cara, haciéndolo incluso más guapo que antes.
—Sí, lo creo —dijo y luego se detuvo—. ¿Conoces otras frases, Liv?
—¿Cómo cuáles? —dije con sarcasmo—. Sé otras frases. Una que
puedes desear escuchar. Una que es: ¿cómo es que me acosté con el sucio
prometido de mi hermana y no sé lo que está haciendo en mi habitación?
—Sé que lo más probable es que tengas preguntas.
—Sí, sólo unas pocas. —Mi voz se levantó y sacudí mi cabeza hacia
él mientras clavaba mi dedo en su pecho. ¡Movimiento equivocado! ¿Por qué
lo toqué? Mi dedo se estremeció con la conexión con sus tersos músculos—
. La primera pregunta es, ¿cómo puedes dormir conmigo cuando estás
comprometido? —Mi voz se detuvo cuando miré a su sexy rostro.
—No es exactamente lo que piensas.
—¿Ah, sí?
—Sólo nos comprometimos esta semana.
—¿Esta semana? —Fruncí el ceño—. ¿Qué?
—La semana pasada hice algo que lamento. —Sus ojos se clavaron
en los míos—. Y algo pasó que me hizo darme cuenta de que era hora de
crecer.
—¿Hiciste algo que lamentas la semana pasada? —repetí, mi rostro
en blanco—. ¿Te refieres a mí? —Lo miré, cuando mi estómago se hundió.
¿Lamenta dormir conmigo? Me sentí desmembrada ante sus palabras.
—Algo que hice este fin de semana, sí. —Sonrió—. Pero eso no es de
lo que estoy hablando. —Se inclinó y lamió sus labios—. Ese día no me
arrepiento de nada.
—Eres un cerdo. —Negué con la cabeza, hipnotizada por el
movimiento de su lengua, rosa y puntiaguda. Me estremecí sólo
recordando lo que se siente entre mis piernas. Gemí internamente cuando
recordé la sensación deslizándose dentro de mí. Lo sé, soy horrible.
Debería haber estado gritándole o abofeteándolo, pero en cambio
recordaba cada vivo detalle de su suave lengua. Comenzaba a estar
húmeda sólo recordando el placer que su lengua, aparentemente inocente,
me dio. Tenía la esperanza de que la humedad me enfriara en el infierno,
porque a esas llamas de fuego era exactamente adonde me dirigía.
—Yo no gruño —me provocó y por un segundo pensé que me iba a
besar.
—¿Estás seguro de eso? —Me lamí mis labios secos y di un paso
hacia atrás.
—¿Nerviosa, Liv? —Levantó una ceja y dio otro paso hacia mí.
—Deja de decir mi nombre así.
—¿Así cómo, Liv?
—Como que eres una especie de conquistador español y yo soy la
conquista tras la que vas.
—Pero ya te he tenido. —Sonrió—. La conquista ha terminado.
Hecha. Completada. —Dio un paso atrás y miró alrededor de la
habitación—. Bonita. —Asintió al póster de los Backstreet Boys encima de
mi cama.
—Todos a los que conozco tienen un póster de los Backstreet Boys —
murmuro.
—¿En serio? —Me miró con sorpresa—. ¿Todos a los que conoces
tienen todavía un póster de bandas de chicos en sus paredes? —Meneó
sus cejas y yo le hice una mueca.
—Claro que ahora no. Esta es mi habitación de la infancia. Aquí es
donde dormí de adolescente. Ya no vivo más aquí. Tengo mi propio
apartamento y no tengo un póster de los Backstreet Boys allí —digo a la
defensiva.
—Creo que estás protestando un poco demasiado. —Rió—. ¿Estás
segura de eso?
—Claro que estoy segura de eso. Estoy muy segura de que sé lo que
está colgado en mi dormitorio. —Me aparté de él, esperando que no
pudiera ver el sonrojo en mi cara. Tenía algunas fotos de Matthew
McConaughey en un álbum de recortes en mi dormitorio que recorté de
revistas de famosos. Y esas no eran de mis años de adolescente. Eran del
álbum de recortes del futuro marido que Alice y yo hicimos en la facultad.
Matthew McConaughey era el hombre de mis sueños. Era perfecto: áspero,
guapo, tenía una voz de campo sexy y quería a su mamá. Si no estuviera
casado, estaría en un avión hacia Texas o California haciendo lo que fuera
para conocerlo.
—¿Liv? —La voz de Xander era vacilante—. ¿Estás bien?
—Sí, ¿por qué? —Me volví para mirarlo y sus ojos se veían llenos de
curiosidad mientras me miraba.
—Parecía que te alejabas hace un momento y me preguntaba, ¿qué
estás pensando tan profundamente? ¿Seguramente no estás teniendo
sueños diarios con Justin Timberlake?
—Justin Timberlake formaba parte de N’Sync, no de los Backstreet
Boys. —Ruedo mis ojos y se ríe.
—Pregúntame si me importa.
—No diría que te importa. Sólo te corregía porque lo que has dicho
es un error. Uf. —Sacudo mi cabeza con frustración—. ¿Qué quieres,
Xander? Me estás enfadando.
—A ti. De nuevo. En tu cama. Debajo del póster de los Backstreet
Boys gritando mi nombre y cantando “Quit Playing Games with My Heart”.
—Oh. —Mi mandíbula cayó ante su presunción y al hecho de que
sabía el nombre de una canción de una banda de chicos.
—¿Te ha comido la lengua el gato?
—Tienes cinco segundos para decirme lo que realmente quieres,
después te sugiero que dejes mi habitación. Estoy muy cerca de hablarle a
mi hermana sobre ti, cerdo pervertido.
—¿Decirle qué a tu hermana sobre mí? —Rió—. ¿Que me conociste
en una boda el fin de semana pasado y entonces procediste a tener sexo
conmigo en la iglesia?
—No tuvimos sexo en la iglesia —protesté—. Nosotros, nosotros… —
tartamudeé, sin estar segura de qué decir—. Eres un cerdo.
—Ya lo has dicho antes. —Rió—. Y debo corregir, no tuvimos sexo en
la iglesia. Bueno, técnicamente no. No si te refieres a mi polla en tu…
—Xander —le corto, mi cara está oficialmente del color rojo de un
camión de bomberos. Podría estar en uno de esos libros de imágenes que
hacen para que los niños aprendan los colores. Cuando todos pensaran en
rojo brillante, pensarían en el color de mi cara durante esta conversación
con Xander, el trabajador de lengua milagrosa.
—¿Sí? —Rió—. Sólo concordaba contigo. Técnicamente, mi lengua
dentro de ti no califica como fornicación. Aunque, lo que hicimos en la
iglesia, es un tipo de sexo, ¿verdad? Si estamos siendo absolutamente
correctos, creo que el sexo oral es todavía sexo, pero no sé cuán técnicos
estamos siendo. —Sus ojos se burlaban de mí mientras continuaba—. Así
es que sí, tienes razón en que no tuvimos sexo en la iglesia. No el tipo de
sexo completo que podríamos tener en una película porno. Sin embargo, sí
tuvimos mi boca entre tus piernas haciéndote venir en casi-sexo y
entonces sí tuvimos un completo de sexo de una película porno más tarde
esa noche, en mi habitación de hotel. —Hizo una pausa—. ¿Te hace esto
sentir mejor?
—No, eso no me hace sentir mejor. —Agarré sus brazos y lo empujé
lejos de la puerta y lo acerqué a la cama—. Y baja la voz. ¿Y si alguien te
oye?
—¿Sería un problema? —Ladeó su cabeza.
—¿Qué piensas?
—No estamos volviendo con eso otra vez, ¿no? —Agarró mis manos y
las empujó arriba hacia su cara—. Necesitas cortarte las uñas. —Las
estudió durante unos pocos segundos y empujó mis manos lejos de él.
—¿Qué? —Fruncí el ceño, distraída por su comentario—. ¿De qué
estás hablando?
—Sólo decía que necesitas una manicura. —Se encogió de
hombros—. Tus uñas son más largas y el esmalte de uñas se está
cayendo.
—¿Estás jodidamente bromeando conmigo ahora mismo? —Mi boca
cayó—. Eres el más insufrible…
—Cerdo, lo sé —terminó mi frase por mí.
—No, iba a decir gilipollas. —Mis ojos se estrecharon mientras
miraba la despreocupada sonrisa en su cara—. Eres un imbécil.
—Eso me da una idea. —Sonrió y me agarró de la cintura
empujándome hacia él.
—Perdóname, ¿qué crees que estás haciendo?
—Reconectar contigo. —Rió mientras miraba hacia abajo a mi cara;
sus labios peligrosamente cerca de los míos mientras sus dedos
resbalaban hasta mi culo.
—Oye. —Salté—. ¿Qué crees que estás haciendo?
—Bueno, tocaba tu culo porque me has dado una idea. —Su voz de
repente se hizo seductoramente baja.
—¿Qué idea? —Tragué saliva y luego mi mandíbula cayó—. ¿Crees
que voy a tener sexo anal contigo? ¿El día que averiguo que estás
prometido con mi hermana? ¿Estás loco? ¿Realmente pensabas que iba a
dejarte…?
—Liv —me corta, sus labios temblorosos.
—¿Qué?
—Sólo quería sentir tu culo para ver si era tan jugoso y respingón
como recordaba. —Me guiñó un ojo—. No pedía conseguir tu cereza anal.
—Tú… espera, ¿qué? —farfullé, mi corazón acelerándose. ¿Cómo
había vuelto la conversación a sexo de nuevo? ¿Por qué, oh por qué, se
burlaba de mí y me hacía sentir tan caliente y mojada? Era el peor tipo de
hombre posible y, aun así, me encontraba increíblemente encendida.
—De todas formas, no nos desviemos. —Sacudió su cabeza hacia
mí—. Lo siento, pero no vine a tu habitación por sexo.
—¿Qué dices? —Lo miré con confusión—. Nunca dije…
—Vine porque quería explicarte que esta es una situación delicada.
No me hallaba comprometido cuando hicimos el amor. Y no planeaba
comprometerme, tampoco. Sin embargo, tu hermana y yo hemos decidido
casarnos. —Estudió mi cara durante unos segundos—. No esperaba volver
a verte. —Sacudió su cabeza y su cara se suavizó mientras miraba mi
cara—. Has hecho todo esto muy difícil.
—¿Qué he hecho difícil?
—Este arreglo entre tu hermana y yo… —Hizo una pausa—. Es
delicado. No es un matrimonio por amor.
—¿Entonces qué es?
Toc, toc.
—¿Liv? —La voz de Gabby era suave—. ¿Puedo entrar?
—Sólo un segundo —dije, esperando que mi voz no mostrara el
pánico que sentía—. Escóndete bajo la cama. —Empujé a Xander hacia
abajo—. Ahora.
—Bien. —Me frunció el ceño mientras se ponía de rodillas y se
deslizaba bajo la cama.
—¿Liv? —La voz de Gabby era más fuerte—. ¿Puedo entrar?
—Sólo un segundo —grité y vi cómo las piernas y los pies de Xander
se escondían. Caminé hacia la puerta y la abrí, con una gran sonrisa—.
Oye, ¿qué pasa?
—¿Puedo entrar? —Gabby parecía vacilante y la miré con sorpresa.
Mi hermana nunca se veía indecisa. Era guapa, segura y siempre tenía lo
que quería. Como al Señor Lengua Milagrosa.
—Eh, ¿qué quieres? —Oh Dios, no podía mirarla a la cara.
Necesitaba hacer contacto con sus ojos, pero no podía. Me sentía
demasiado avergonzada de mí misma. ¿Qué, oh, qué iba a hacer?
—¿Puedo entrar? No quiero que nadie oiga. —Se metió en la
habitación y cerró la puerta detrás de ella—. ¿Qué piensas de Xander?
—¿Eh? —Mi cara se sentía caliente—. ¿Por qué lo preguntas?
—Sólo quiero tu opinión. —Exhaló—. Sé que puedes leer bien a los
chicos.
—Yo, eh, supongo. —La miré en shock. ¿Desde cuándo cree que
puedo leer bien a los chicos? ¿Desde cuándo Gabby quiere mi opinión?
—No conozco a Xander desde hace mucho.
—¿Oh? —Mordí mi labio inferior, queriendo preguntarle más, pero
no lo hice porque no quería que Xander pensara que me importaba saber
sobre su relación.
—Lo sé, es apresurado, pero cuando se propuso no pude decir que
no —dijo sin aliento.
—¿Durante cuánto tiempo lo has conocido? —pregunté suavemente.
—Yo… eso no importa. —Exhaló—. El caso es que nos vamos a
casar.
—Quiero decir, si lo amas —Me encogí de hombros—, sigue a tu
corazón.
—Estoy embarazada, Liv —dejó salir y el color se fue de mi cara—.
Nos vamos a casar porque estoy embarazada.
Traducido por Andreeapaz & July Styles Tate
Corregido por Agus Winchester

—Cierra la puerta —dije en estado de shock después de que mi


aliento se escapara.
—Lo sé. —Se sentó en mi cama y oí un gemido—. ¿Quién hubiera
pensado que estaría casándome a la fuerza?
—Yo no —dije, con el corazón acelerado. Oh, Dios mío, mi hermana
está embarazada del bebé del Señor Lengua y vamos a estar en Jerry
Springer la próxima semana. Necesitaba llamar a Alice de inmediato.
Necesitaba hablar con alguien y contarle lo que pasaba. El hombre con el
que dormí la semana anterior, iba a tener un hijo con mi hermana.
¡Mierda! Me acosté con el papá de mi futuro sobrino o sobrina. ¿En qué me
convierte eso? ¿En una especie de Jezebel?
—No lo conozco bien. —Hizo una mueca—. ¿Estoy cometiendo un
error casándome con él?
—Lo acabo de conocer, Gabby. No sé qué puedo decir. —Quería
gritar que no se casara con él, que no se casaran. Obviamente era un gran
idiota, que no podía mantenerlo en sus pantalones, pero ahora iba a ser
padre, del hijo de mi hermana, no sabía qué decir. ¿Quería arruinar su
familia incluso antes de que el bebé naciera?—. ¿Cuándo te lo propuso? —
pregunté en voz baja. Si fue antes de que se acostara conmigo le diría,
pero si fue después no lo iba a hacer.
—Hace dos días. —Me dio una pequeña sonrisa y me mostró su
mano—. ¿Te gusta el anillo?
—Es grande —dije, sin saber qué más decir. El anillo era hermoso.
El tipo de anillo que me gustaría recibir cuando me comprometiera. Si
alguna vez sucedía.
—Era de su abuela —dijo en voz baja y lo miró—, no me lo voy a
quedar. Me va a llevar a Tiffany y me va a dejar elegir uno que me guste
más.
—¿No te gusta? —Fruncí el ceño mientras la miraba—. Es magnífico
y es parte de su familia. Eso tiene un significado, Gabby.
—No quiero un anillo usado. —Se paró y frunció el ceño.
—No lo puedes mirar como si estuviera usado.
—Quiero mi propio anillo. Ya he visto lo que quiero: un corte
princesa de diamantes de 5 quilates, de platino y cuesta treinta de los
grandes.
—Gabby —dije sorprendida—, es un montón de dinero.
—¿Y qué? Se lo puede permitir.
—Oh, Gabby —Suspiré—, ¿te puedo preguntar algo?
—Sí, ¿qué?
—¿Lo amas?
—¿Sí lo amo? —Me miró como si estuviera loca—. Oh, Liv, necesitas
salir de las nubes. Las personas ya no se casan porque están enamoradas.
Se casan porque tiene sentido. Se casan porque es mejor que estar solo.
Hay disminución de los impuestos y un montón de beneficios que vienen
cuando te casas.
—Entonces, ¿no lo amas?
—Amo que sea millonario. Amo que sea caliente. Amo que me
propusiera matrimonio. —Se encogió de hombros—. Parece suficiente para
mí.
—Pero no estoy realmente segura de que sea suficiente, si estás aquí
preguntándome lo que pienso.
—Ni siquiera sé por qué estoy aquí. —Suspiró—. Creo que son mis
hormonas. —Hizo una mueca—. Estar embarazada apesta.
—¿Mamá y papá saben?
—Por supuesto que no. —Se burló—. No les voy a decir que conseguí
un golazo. —Me miró fijamente—. Y será mejor que no digas nada.
—No pensaba hacerlo. —Confía en mí, querida hermana. No quiero
tener nada que ver con tu sólido plan. De repente me sentí mal por Gabby.
En todo caso, me sentí mal por mí. Era la inocente de todo este acuerdo.
—Sé que siempre has estado celosa de mí, Liv. —Acomodó su cabello
y me miró con una expresión triste—. Pero espero que puedas salir de esos
sentimientos. Ahora somos adultas.
—¿De qué estás hablando? —Negué molesta con mi cabeza—. No
estoy celosa de ti. ¿Por qué tengo que estarlo?
—Tengo un buen trabajo. Tengo mi propia casa. Soy hermosa. Y
ahora estoy embarazada y me casaré con un millonario.
—¿Y?
—Bueno, ¿no tienes un trabajo de mierda que apenas te pagan?
¿Como diez dólares la hora?
—Hago treinta mil dólares al año. —La miré.
—Y vives con una compañera de cuarto.
—Comparto un departamento con mi mejor amiga, no con un
hombre al azar de la calle llamado Joe.
—Y bueno, siempre has estado celosa de que sea rubia natural y tú
no.
—¿Es una broma? —Miré alrededor de la habitación—. ¿Estoy en
una cámara indiscreta? ¿Incluso eso sigue siendo un espectáculo? —Mi
boca se abrió mientras ella actuaba como la Gabby que recuerdo de mis
años de adolescencia.
—¿De qué estás hablando? —Me miró sin comprender—. De todos
modos, Liv. Quería decirte que quiero moverme de todo lo que nos ha
mantenido separadas todos estos años. Ahora vas a ser tía.
—¿Y? —Me rasqué la cabeza.
—Así que ahora vas a tener que ser responsable.
—¿Qué tiene que ver eso con tu hijo?
—No quiero que seas una mala influencia para mí…
—Gabby, creo que necesitas salir de mi habitación en este momento.
—Me moví hacia la puerta y la abrí y ella se quedó mirándome fijamente—.
No voy a ser responsable de lo siguiente que diga si no sales de mi
habitación.
—Liv, no seas así. Solo trataba de decir que…
—Honestamente, no me importa, Gabby. —Negué con la cabeza—.
Sólo necesito estar sola.
—Bien —resopló mientras salía de la habitación—. Sólo pensé que
estarías feliz por mí.
—Estoy feliz por ti, Gabby.
—Bien. —Me sonrió—. Y si juegas bien tus cartas, tal vez te conecte
con Henry.
—¿Henry, el hermano de Xander? —Mis ojos se ampliaron.
—Sí. —Sonrió—. Él es realmente guapo y bueno ¿no sería divertido
que nos casáramos con hermanos?
—Oh sí, un montón de diversión. —Sonreí débilmente. Aquí vamos,
Jerry. Gemí en mi interior. No existía una maldita manera de que
conectara con Henry. Hablando de asqueroso y espeluznante.
—Estoy bastante segura de que está soltero.
—Eso es bueno —dije y luego suspiré—. Um, vamos a hablar más
tarde, ¿sí?
—Está bien. —Asintió con la cabeza—. Y no le digas a mamá y papá
sobre el bebé, ¿de acuerdo?
—Entendido —dije y luego cerré la puerta, mi corazón se aceleró
mientras todo vino sobre mí. Vi cómo Xander se retorcía debajo de la cama
y se puso de pie.
—Entonces. —Me miró expectante.
—¿Entonces qué?
—Ahora sabes por qué nos vamos a casar.
—No puedo creer que desees casarte con ella después de escuchar
todo eso.
—¿Por qué? —Frunció el ceño.
—Es una buscadora de oro. —Hice una mueca—. Y que Dios me
perdone, por decir eso sobre mi hermana.
—Ella no lo oculta. —Se encogió de hombros.
—¿Estás de acuerdo con eso?
—Gabby y yo no nos hemos mentido acerca de cualquier cosa.
Sabemos lo que es esto.
—¿Así que sabe que dormiste conmigo?
—No. —Sus ojos se estrecharon—. Pero entonces no sabía quién
eras hasta hace una hora atrás.
—¿Vas a decirle ahora que sabes?
—No, por supuesto que no. —Hizo una pausa—. Eso complicaría
innecesariamente las cosas.
—¿Debido a que ahora no están complicadas?
—Bueno, en realidad no. —Sacudió su pantalón de algunas
pelusas—. Nada es verdaderamente complicado en este momento. A pesar
de que podría serlo si todavía quieres dormir conmigo; yo creo que sí. —Se
quedó mirando mis pechos.
—¿Tú qué? —Mi mandíbula cayó ante su audacia. ¿Era de verdad?
Me quedé mirando la sonrisa en su rostro fornido y traté de ignorar lo sexy
que se veía. Es un idiota, Liv. No es un Dios sexy masculino con una lengua
milagrosa. Oh, iba a perder su lengua milagrosa. No, detente, Liv, debes
olvidar su lengua milagrosa. Gemí.
—¿Algo mal? —preguntó en voz baja.
—No —solté y lo miré.
—Todavía me deseas, ¿no? —Sus ojos bailaban.
—No —dije rotundamente.
—Bueno, si tú lo dices. Aunque creo que estás mintiendo. —Sonrió y
se lamió los labios de nuevo. Esta vez con su lengua saliendo como para
burlarse de mí aún más—. Algunas personas dicen que soy arrogante —
dijo después de unos segundos.
—¿A ti? —Fingí sorpresa—. ¿Quién iba a pensar eso?
—¿Te estás riendo de mí? —Sus ojos brillaban luz mientras me
estudiaba.
—¿Suena como si me estoy riendo? ¿Puedes oír el sonido de la risa
que sale de mi boca y cae en tus oídos?
—Crees que eres graciosa, ¿no? —Dio un paso hacia mí.
—No soy comediante y no tengo aspiraciones a ser una, así que no,
no realmente.
—¿Así que estás tratando de decir que no crees que soy arrogante?
—Inclinó su cabeza y me sonrió. Quería mirar hacia atrás, a él. Quiero
decir, ¿quién puede resistirse a un chico caliente con una sonrisa burlona
y linda? Sus ojos verdes brillaban en travesura mientras me interrogaba.
El momento era ligero y tonto y yo quería que fuera malditamente oscuro y
cargado. No lo quería como Xander. Tenía toda la razón para que no me
gustara Xander, pero me resultaba muy difícil seguir adelante con mi
disgusto cuando se hallaba tan cerca de mí.
—¿Qué quieres de mí, Xander? Esto es muy inapropiado como te dije
antes.
—¿Por qué? —Dio otro paso hacia mí y esta vez pude sentir su
muslo rozando contra mi pierna.
—Estás comprometido para casarte con mi hermana.
—Sí, pero no nos amamos el uno al otro.
—¿Así que no vas a casarse con ella, entonces? —le pregunté en voz
baja y con suerte. Sé que fue un error de mi parte estar esperando a que
dijera que iba a cancelar la boda—. ¿Vas a cancelar la boda?
—¿Por qué haría eso? —Puso sus brazos alrededor de mi cintura y
me atrajo hacia él. Podía sentir su erección presionando en mi estómago.
—¿Estás encendido en este momento? —le pregunté, sorprendida.
Me sonrió con malicia, no contestándome. Sus ojos reían hacia los
míos y agarró mi mano y la sostuvo.
—¿Qué estás haciendo? —le pregunté en voz baja, mi corazón
acelerado por el hecho de que me encontraba tan cerca de él.
—Respondiendo a tu pregunta.
—¿Qué pregunta? —Mi cerebro se sentía confuso.
—Ésta. —Me tomó la mano y la colocó sobre su entrepierna y apretó
mis dedos juntos suavemente para que estuviera agarrando su dureza.
—¿Qué estás haciendo? —Di un grito ahogado mientras mis dedos
se aferraban a su gruesa hombría.
—Me preguntaste si estaba encendido y me imaginé que mostrarte
era mejor que decirlo. —Me guiñó un ojo y tiró de mi mano rápidamente,
las imágenes de su polla desnuda en mi boca y manos, destellan a través
de mi cabeza. Nos miramos el uno al otro durante unos segundos y sabía
que me hallaba en un gran problema. Todavía deseaba a este hombre y él
me deseaba y no tenía idea de lo que iba a hacer al respecto.
—Deberías irte. —Miré a mi cama en lugar de su rostro. Todo lo que
quería era meterme debajo de las sábanas y chillar.
—No hemos terminado de hablar. —Sacudió su cabeza.
—No hay mucho más que decir, Xander. —Tomé una respiración
profunda—. Voy a mantener la boca cerrada, pero sólo porque no quiero
tener que discutir exactamente lo que pasó entre nosotros.
—¿No vas a querer saber alguna vez acerca de Gabby y yo?
—No, ¿por qué iba a querer saber acerca de ti y Gabby? —Un dolor
agudo retorció mi estómago mientras los imaginaba juntos. Mi cabeza
comenzó a golpear y sabía que me sentía celosa. No sabía por qué estaba
celosa. Ni siquiera creía que lo vería de nuevo. Bueno, eso era
parcialmente cierto. No pensé que lo vería de nuevo, pero tuve un sueño
corriendo por mi cabeza toda la semana. Tenía el tipo de esperanza de que
él me encontrara, ya sabes lo que quiero decir, en una película romántica
en cierto modo. Preguntaría a la gente de la boda por la muchacha
hermosa en el vestido de color rosa claro y averiguaría quién era yo y
vendría y me encontraría. No estoy hablando de la película de Lifetime
Acosador tampoco. No se convertiría en un obsesionado conmigo y
asecharía y luego mataría. Hablo de un dulce momento de película
romántica. Me encontraría y daría una serenata con un reproductor de
casete, ¿recuerdan aquellos? Y tendría un ramo de flores y me diría que la
noche que pasamos en el hotel fue la mejor noche de su vida y que no
podía dejar de pensar en mí. Así que sí, mientras que no esperaba volver a
verlo, esperaba en el fondo de mi mente que me encontraría. Por un breve
segundo cuando lo vi en la sala de estar, pensé que tal vez mis sueños se
hicieron realidad, pero por supuesto que no.
Porque así es como es mi vida. Nunca me encuentro con los hombres
románticos. Nunca me encuentro con los hombres que quieren cortejarme
y enamorarme perdidamente. Nunca me encuentro con el príncipe azul del
mundo. Siempre me encuentro con los hombres de la basura que
pretenden ser príncipe azul, pero luego te das cuenta de cuánto apestan y
quieres darte un golpe a ti misma por siempre pensar que tenían más que
ofrecer.
—¿Me estás escuchando, Liv? —La voz de Xander interrumpió mis
pensamientos y lo miré con una sonrisa irónica.
—No, lo siento —dije y le mostré mis dientes.
—Pareces preocupada —dijo con el ceño fruncido y tengo que
admitir que mi corazón saltó de alegría un poco. Sí, ya sé que soy un poco
inmadura, pero me complace que sepa que no carcomía mis pensamientos.
Quiero decir, lo hacía, pero estoy bastante segura de que él pensaba que
me sentía preocupada por otra cosa—. ¿Qué tienes en mente? —dijo en voz
baja—. ¿Soy yo?
Y luego, porque mis sentimientos fueron heridos, porque quería ver
si podía darle celos, dije la única cosa que se me ocurrió para tratar y
disgustarlo.
—¡Oh, no! —dije dulcemente—. Pensaba en Henry. —Miré hacia
abajo con una sonrisa modesta y falsa—. Gabby mencionó que era soltero
y un buen chico y pensaba que tal vez debería llegar a conocerlo mejor.
—¿Qué? —Sus ojos se estrecharon y mi corazón saltó de alegría por
el disgusto en su rostro—. ¿Mi hermano Henry?
—Sí. —Saqué mis pechos ligeramente. Mira lo que te estás perdiendo
compañero—. Eso no va a ser un problema, ¿verdad? —Lamí mis labios
lentamente y sonreí—. Después de todo, tú estás viendo a mi hermana.
Se quedó allí durante unos segundos, sus ojos buscando los míos y
luego se dirigió a la puerta de la habitación y salió sin decir palabra. ¡Un
punto para mí! Pensé mientras miraba la puerta abierta. Me quedé allí
durante unos segundos y luego suspiré. Mi victoria se sintió muy hueca.
Realmente no arregló nada. Mi enganche de boda. Mi señor Lengua
Milagrosa se encontraba comprometido con mi hermana embarazada. Mi
perra, piensa que es mejor que yo, hermana. Y todo lo que podía pensar
era lo rápido que podía salir de la casa y alejarme de todos ellos. Me
asustaba lo que pasaría si me quedaba. Todavía podía sentir su dureza en
mis manos. Era una nota A en idiota. ¿Cómo podría él todavía venir a mí si
se encontraba comprometido con mi hermana? ¿Y cómo podría seguir
gustándome eso? ¿Qué estaba mal conmigo? Era una destroza hogares...
Bueno, pronto a ser una destroza hogares. Era una de esas mujeres que
Alice y yo odiábamos. Una de esas mujeres que no les importa si el hombre
se hallaba ocupado. Está bien, así que no sabía que estaba comprometido
cuando lo conocí. La primera noche de sexo no fue mi culpa. Pero si
sucedía de nuevo. Si follaba con él, sería la perra más grande de este lado
del Atlántico. Mi cerebro me gritaba por pensar que podría ocurrir de
nuevo, pero yo sabía que Xander me hacía débil. Muy, muy débil. Fue en
ese momento que supe que estaba muy lejos de ser una ganadora. Y sabía
que no podía estar alrededor y sólo esperar a que algo suceda. No podía
encontrarme a mí misma despertando a su lado en la cama de nuevo. No
sería correcto. Tendría que conseguir un plan.
Traducido por mari65 & Yasna.FU
Corregido por July Styles Tate

—Tú, perra sucia —gritó de alegría Alice mientras terminaba de


contarle sobre mi encuentro con Xander en mi dormitorio, y la forma en
que estuvo de pie tan cerca de mí y me agarró la mano.
—No soy la perra sucia —dije molesta. —Él lo es. Él es el tramposo.
Es…
—No me malinterpretes. Él es definitivamente un perro sucio —
concordó Alice—. Tal vez es un Rottweiler sucio, o espera, ¿qué perro es
más grande que un Rottweiler? ¿Quizá un San Bernardo? ¿Son más
grandes?
—¿A quién le importa si un San Bernardo es más grande?
—El perro de Beethoven, ¿qué raza era?
—Alice, no tengo idea. —Sabía que sonaba exasperada—. Y no me
importa. Tengo asuntos más urgentes que discutir. Como qué hacer.
—Esto es por lo que eres una perra sucia. —Rió tontamente.
—¿Qué quieres decir? —Fruncí el ceño al teléfono, enfadada con su
actitud. ¿No se daba cuenta de cuán serio era esto?
—Quiero decir, me estás preguntando qué hacer. ¿Cómo puedes
estar preguntándome qué hacer? Sabes lo que deberías estar haciendo
como una buena hermana. No hay ninguna duda sobre eso.
—Así que, ¿debería contárselo a Gabby?
—No, no deberías contárselo a Gabby. No sé. —Suspiró Alice —Esto
es incómodo. Normalmente diría que sí, pero está preñada y sólo parece
mal.
—Lo sé. El embarazo lo hace más difícil.
—Oh, Dios mío, acabo de pensar algo. —La voz de Alice sonó
conmocionada y me senté, con mi corazón latiendo fuerte.
—Oh, ¿qué pasa, Alice? —Gemí— Y por favor no me digas que tú
también dormiste con él. No estoy segura de poder soportar más noticias
como esa.
—No. —Rió nerviosamente—. ¿Qué pasa si tú también estás
embarazada? ¿Qué pasa si las dejó preñadas a las dos? ¿No sería una
locura? —Sonaba emocionada.
—Alice, eso no es algo que ni siquiera quiero considerar. Además,
usó condones.
—Los condones no son infalibles.
—Pensaba que me ibas a hacer sentir mejor. —Me lamenté—. Pero
en cambio me estás haciendo sentir peor.
—¿Sabes lo que desearía? —dijo Alice sin siquiera reconocer lo que
dije.
—¿Qué? —Suspiré, sabiendo que me iba a contar tanto si quería
saberlo como si no.
—Desearía que hubieras tenido sexo con Luke. —Mencionó a su ex
novio que ambas odiábamos; incluso más ahora que dormí con Xander en
su boda—. ¿Podrías imaginarte lo que diría Joanna si se enterara de que
Luke te dejó embarazada en la boda? No tendría precio. Pagaría mucho
dinero para verlo.
—¿Cuánto? ¿Diez dólares? —dije sarcásticamente.
—No, pagaría un montón —dijo seriamente—. Sí, me zambulliría en
mis ahorros sólo para ser testigo de eso.
—Estás enferma, lo sabes, ¿verdad? ¿Muy, muy enferma?
—Lo sé. —Suspiró y entonces dejó salir una respiración profunda—.
Soy una enferma y te encanta.
—Tienes suerte de que te quiera o ya te habría colgado el teléfono. —
Sacudí mi cabeza, sonriendo levemente ante el pensamiento de que
alguien hubiera puesto a Joanna sobre sus rodillas. Aunque la hipotética
persona fuera yo y eso no hubiera pasado.
—Sabes que lo siento. —Suspiró. —Estoy conmocionada por ti.
Incluso no sé realmente qué decir. ¿A dónde han ido todos los hombres
buenos?
—Ojalá lo supiera. —Gruñí—. Quizás todos son homosexuales
ahora.
—La mitad son homosexuales —dijo Alice—. Y un cuarto están
casados.
—¿Entonces dónde está el otro cuarto?
—Si lo supiera no estaría aquí en el teléfono contigo. —Rió—. Estaría
en la parte trasera de alguna limusina teniendo hasta el cerebro follado.
—¿Una limusina? —Me reí —. ¿Por qué una limusina?
—Porque si he esperado todo este tiempo para encontrar al Señor
Perfecto, mejor que sea jodidamente hermoso y rico para compensarme por
toda mi miseria.
—Xander es rico. —No sabía por qué dije eso, pero parecía encajar
en el momento.
—Perra afortunada.
—No soy realmente una perra afortunada porque no es mío. Gabby
es la perra afortunada.
—No —dijo Alice simplemente—. Ella es sólo una perra.
—Alice.
—Sabes que es verdad. —Su voz se elevó—. Sé que es tu hermana y
tú la quieres y bla, bla, bla, pero aun así es una perra, p-e-r-r-a, p-e-r-r-a,
p-e-r-r-a y perra-a era su nombre.
—Alice —Reí—. Eres horrible.
—Lo sé, es como nací. Mi madre debe haberme tenido en luna llena
o algo.
—Sí, supongo que sí.
—Entonces, ¿vienes a casa mañana?
—No. —Suspiré—. Mis padres tienen algunas actividades para el fin
de semana preparadas para todos nosotros.
—Aburrido.
—Sabes que les encanta esa mierda.
—¿Alguno de tus hermanos van a estar ahí? —preguntó Alice
inocentemente y sonreí para mí misma.
—Sí, todos ellos van a estar ahí. Va a ser una gran celebración de
familia. Gabby, Scott, Chett, Aiden y yo. Y entonces Xander, su hermano
Henry y sus padres. —Tomé una respiración profunda—. Vamos a ser una
gran familia.
—Suena divertido —dijo Alice pensativamente, habiendo crecido
como hija única con dos padres que amaban volar por el mundo.
—Sabes que totalmente tienes que venir temprano mañana por la
mañana y quedarte el fin de semana conmigo —dije suavemente,
queriendo que supiera que la quería aquí, pero sin querer que pensara que
era una invitación de lástima de última hora.
—No, no puedo entrometerme. Es el gran fin de semana de Gabby.
—Tienes que venir —dije rápidamente—. Te quedarás en mi
habitación y serás como mi guardaespaldas. ¿Qué pasa si Xander intenta
dormir conmigo de nuevo y mi familia entera entra y nos encuentra en la
habitación, jugando a vaqueros e indios?
—Oh, Dios mío, así que dirías que sí, si tratara conectar de nuevo.
—No. —Mi cara enrojeció con mi desliz—. Quiero decir, sí, quizás, no
lo sé. Sé que soy la maldad personalizada por siquiera pensar que pudiera
pasar, pero él es sólo tan dios jodidamente sexy.
—Y tú sabes que no están enamorados.
—Sí. —Exhalé—. No es que eso realmente me excuse de algo. Si
duermo con él de nuevo ahora, sabiendo lo que sé, sería una perra. Una
gran perra. Una perra más grande que Gabby.
—Eso es verdad.
—Gracias, Alice. —Hice un puchero en el teléfono.
—Lo siento, pero es verdad. No puedes dormir con el papá del bebé
de tu hermana. Eso sólo sería simplemente erróneo.
—Lo sé.
—Eso sería peor que la equivocación de Jerry Springer.
—Nada es peor que Jerry Springer. —Me reí de su comentario,
recordando por qué éramos tan buenas amigas. Estábamos exactamente
en la misma onda.
—Verdad. —Rió—. Entonces, ¿a qué hora debería ir mañana? —
preguntó casualmente.
—Bueno, todos los hermanos vendrán temprano y todos vamos a ir
fuera para un desayuno de panqueques.
—Me encantan los panqueques —dijo con entusiasmo.
—Entonces ven temprano.
—¿Estás segura? —dijo, insegura otra vez—. No quiero imponerme
en tu tiempo familiar.
—Alice, tú eres familia —dije suavemente—. Eres mi mejor amiga y
mis padres te ven como una tercera hija y mis hermanos te ven como otra
hermana. —Mierda, ¿por qué dije que la veían como una hermana? Sabía
que Alice tenía un enamoramiento por uno de ellos, pero no sabía cuál.
—Bueno, gracias, supongo. —Sonaba triste—. Estaré allí a las nueve
de la mañana.
—Genial, no puedo esperar para verte.
—Ahora no hagas nada que yo no haría esta noche.
—No voy a hacer nada —dije ligeramente y miré a la puerta de mi
habitación—. Me voy a la cama y no voy a dejar mi habitación hasta que
llegues aquí.
—Eres tonta.
—Por eso me quieres.
—Voy a ir y empacar ahora. Te veré por la mañana, ¿bien?
—Bien, adiós, Alice. —Cuelgo y me tumbo en mi cama y gruño
mientras miro hacia el techo. Imágenes de Xander aparecen en mi mente
mientras permanezco allí tendida. ¿Dónde está ahora? ¿Qué estará
pensando? ¿Pensará en mí? Me di la vuelta y enterré mi cabeza en la
almohada. Necesitaba parar de pensar en él o iba a volverme loca. Me
senté en la cama y decidí salir de mi habitación. No me sentía cansada
todavía y estar en mi habitación me hacía pensar en cosas que podría
hacer en mi cama; cosas malas que no debería estar pensando. Decidí ir
abajo para coger una Coca Cola de la cocina y después entrar en el patio
trasero y mecerme en la mecedora que mi abuela nos había dado cuando
era una niña. Me encantaba la mecedora, me hacía pensar en mi infancia
y cuán feliz fui meciéndome en la pierna de mi padre, o incluso en las de
mis hermanos mayores, cuando tenían tiempo para mí. Tuve una infancia
feliz, aparte del hecho de que mi hermana me volvía loca en la mayoría de
mis años de adolescente. No estaba segura de si alguna vez tuvimos el tipo
de relación que Alice y yo teníamos, y eso me ponía triste.

***

—Date la vuelta y voy a ser el que tú deseas boom boom boom —


canté las palabras de la pegadiza canción que sonaba en la radio mientras
me balanceaba en la silla mecedora en el porche trasero de la casa de mis
padres. El aire de la noche era frío y me sentía agradecida de que no era
otra húmeda y templada noche de Florida—. Llévame lejos y vamos a boom
boom boom en la luna, luna, luna. —Me reí mientras cantaba sobre una
chica llorando por no tener un pop dulce o novio. Sentí que mis letras eran
muy superiores a las de ella—. Vas a boom boom boom antes de com com
com —canté y luego grité al sentir una mano en mi hombro—. Argh.
—Liv, soy sólo yo. —La voz de Xander era suave detrás de mí
mientras hablaba y mi cuerpo se tensó de inmediato.
—Oh, hola. —Me di la vuelta y le ofrecí una sonrisa débil, haciendo
caso omiso de sus ojos y su pecho. Me quedé mirando un punto en la oreja
y me concentré en eso.
—No sabía que eras una cantante.
—¿Eh? ¿Qué? —dije estúpidamente.
—¿Has golpeado algún éxito?
—¿Éxito?
—¿Billboard? ¿Internacional? ¿iTunes?
—¿Qué? —Me encontraba tan confundida que mis ojos dejaron su
oído y encontraron sus ojos—. ¿De qué estás hablando?
—Estoy hablando de tu carrera como cantante —preguntó con una
pequeña sonrisa—. ¿Has alcanzado algún ranking de éxitos de más
vendidos o ganado algún Grammy o algo?
—Eres un idiota. —Mis ojos tirándole dagas mientras trataba de no
reírse.
—Fue una pregunta honesta. Parecías estar en esa canción que
preparabas. —Sonrió y negué con la cabeza.
—Lo que sea. —No podía dejar de responder a su sonrisa—. Sé que
no puedo llevar una melodía, pero eso no quiere decir que no puedo
cantar.
—No te dije que deberías parar. —Asintió de acuerdo—. Fue muy
agradable de escuchar.
—Claro que lo fue. —Me reí—. Mis hermanos me pagan para dejar de
cantar. —Sonreí a los recuerdos—. De hecho, mi hermano Scott una vez
me dio veinte dólares.
—¿Veinte dólares? Guao. —Xander inclinó su rostro—. Tiene que
realmente odiar tu canto.
—Creo que fue la canción y la ocasión. —Reí—. Él tenía dieciocho
años y llevó a casa a su primera novia verdadera para Acción de Gracias.
—Pensé en las vacaciones—. Se hallaban sentados aquí hablando de
alguna clase que tomaban juntos, salí y comencé a cantar: “El amor es
una cosa verdaderamente espléndida”. —Me eché a reír con más fuerza—.
Deberías haber visto la expresión de su cara cuando me eché a los coros y
empecé a tirarles rasgados de pedazos de papel.
—¿Rasgados de pedazos de papel? —preguntó Xander con una
mirada de sorpresa.
—No tenía pétalos de rosa. —Reí y comencé a mecerme hacia
adelante y hacia atrás—. Si las miradas hubieran matado, Scott habría
cometido un asesinato esa noche. En su lugar, me dio veinte dólares, así
que lo hice bastante bien.
—Viendo tu carrera como cantante ha sido rentable.
—Sí, supongo que se podría decir eso. —Suspiré mientras me mecía
hacia atrás y adelante. Ya no podía ver a Xander, pero todavía podía sentir
su presencia detrás de mí.
—Suena como si fueras una niña problemática —dijo a la ligera y
dejé de mecerme y lo miré de nuevo. Esta vez no se molestó en ocultar su
sonrisa o la risa.
—Sin embargo, no parece haber terminado, ¿no? —Levanté una ceja
y él me devolvió la mirada con sorpresa. Sabía que se sentía sorprendido
por mi risa y que era capaz de reírme de la situación en la que estábamos,
dado lo dramática que fui antes, pero realmente, ¿cómo no reírse?
—¿Estás bien? —Frunció el ceño y pude verle buscar en mi cara
mientras me reía con más fuerza. Él, muy probablemente pensó que
estaba loca o me venía abajo. No iba a estar muy lejos de la marca.
—Estoy bien. ¿Por qué? —le dije, finalmente calmándome.
—No lo sé, sólo parecía como si estuvieras perdida.
—Estoy bien. Sólo pensé que tu comentario era irónico; teniendo en
cuenta el lío en que estamos.
—Ya veo. —Su labio tembló—. Es un poco raro ¿no?
—Puedes decir eso una vez más. —Me reí y sus ojos se posaron en
mis labios y luego de vuelta a mis ojos. Su mirada era intensa, buscando
mientras nos miramos el uno al otro, los únicos sonidos en el aire eran
nuestra respiración y un pájaro lejano llamando a su compañero perdido.
—El bebé no es mío —dijo simplemente mientras me miraba.
—¿Qué? —Fruncí el ceño, mi corazón acelerándose. ¿Me decía la
verdad?
—El bebé de tu hermana. No es mío. —Miró hacia otro lado
entonces—. No iba a decirte eso.
—¿Por qué no?
—Es complicado. —Suspiró y me miró—. Lo siento. No debería haber
dicho eso.
—¿Te has acostado con Gabby? —le pregunté sin aliento. Por favor,
di que no, por favor, di que no, por favor, di que no.
—Liv... —Empezó a hablar y se detuvo—. Debería entrar ahora.
—Pero acabas de salir. —De repente, no quería que se fuera. De
repente quería tener esta conversación. De repente, me sentí mareada y
aturdida. Tal vez, sólo tal vez, no me hallaba tan equivocada después de
todo. Tal vez no necesito estar en un episodio de Jerry. Tal vez no era una
perra que da puñaladas por la espalda.
—Liv, ¿importa?
—Es importante para mí. —Asentí con la cabeza y me mordí el labio.
—Pues no, no me he acostado con Gabby —dijo serio—. Pero espero
que eso cambie una vez que estemos casados.
—¿Todavía te vas a casar con ella? —Mi corazón saltaba de alegría,
pero mi estómago todavía estaba en los pits.
—¿Por qué no habría de hacerlo? —Frunció el ceño mientras me
miraba.
—No lo sé. Tal vez una cosa tan simple como que te acostaste
conmigo. —Mi voz cayó mientras me miraba, su expresión no cambió. ¿Por
qué hacía esto tan difícil? ¿Por qué no podía simplemente decirle a Gabby
que cometió un error y luego pedirme una cita? Estaría dispuesta a
perdonarle la transgresión de pedirle a Gabby casarse con él. Realmente
no me había conocido entonces. Pero él sabía quién era ahora. ¿Por qué
todavía quiere casarse con Gabby? Después de que tuvimos tal química
increíble juntos.
—¿Y? —dijo simplemente y luego se dio la vuelta—. Buenas noches,
Liv. Ten dulces sueños, mi querida. —No le contesté. Mi cara ardía con
perplejidad y vergüenza—.Trata de no boom boom boom con demasiadas
lunas —dijo de nuevo con una risa ligera, me senté en la mecedora y me
moví hacia atrás y adelante con rapidez, tratando de olvidar toda nuestra
conversación.
Traducido por carolinaawwadorostegui
Corregido por July Styles Tate

—No tenías que venir a las seis de la mañana. —Bostecé cuando abrí
la puerta para Alice—. Scott, Chett y Aiden no están en casa todavía. —
Parpadeé hacia Alice y ella me sonrió—. ¿Y por qué vas tan alegre y
arreglada? —Fruncí el ceño y me incliné hacia ella—. ¿Estás usando
pestañas postizas? —Noté sus pestañas más largas, gruesas y negras de lo
normal—. ¿Y extensiones para el cabello? —Mi mandíbula cayó abierta—.
¿A las seis de la mañana?
—Shh. Sólo quería verme bien. —Se sonrojó—. Vuelve a dormir.
—No lo creo. —Me dirigí hacia la cocina—. ¿Vamos a tomar un poco
de café y conversar?
—Está bien. —Asintió y me siguió—. También vine temprano para
ayudarte.
—¿Para ayudarme? —La miré hacia atrás con incredulidad—. ¿Cómo
despertarme antes del canto del gallo es ayudarme?
—En caso de que estuvieras en la cama con Xander, podría dejar tu
habitación antes de que Gabby se despertara.
—Ugh, no. —Hice una mueca.
—¿No dormiste con él, de verdad? —Era su turno de lucir
sorprendida—. ¡Liv!
—Liv, nada —Rodé mis ojos y encendí el hervidor—. No dormí con él
de nuevo. —Saqué dos tazas y bostecé otra vez—. Y créeme, nunca lo haré
de nuevo. Es un idiota.
—Oh, ¿qué hizo?
—¿Qué quieres decir con “qué hizo”? —Me aparté de ella y abrí la
nevera—. ¿Leche y azúcar? —dije desde la nevera.
—Sabes que quiero los dos. Ahora, dímelo, Taylor, ¿qué hizo el Señor
Lengua?
—Su nombre es Xander. —Gruñí cuando tomé la leche y me giré.
—Él era el Señor Lengua primero. —Sonrió—. Si mal no recuerdo era
el Señor Lengua Milagrosa, era…
—Suficiente. —Gruñí de nuevo—. Él no es nada para mí.
—¿Qué pasó? —Sus ojos se iluminaron.
—Te voy a decir lo que pasó pero con una condición. —Me mordí el
labio inferior y sonreí.
—¿Qué condición? —Frunció el ceño y se inclinó hacia adelante—.
No voy a acostarme con él también.
—No estoy pidiendo eso. —Rodé los ojos—. Dime quién te gusta.
—¿Qué? —Alice se echó hacia atrás, su rostro de color rosa.
—¿Te gusta Aiden, Scott o Chett? —Me incliné sobre el mostrador y
la miré—. Dime cuál de mis hermanos te gusta y te diré qué pasó con
Xander.
—No me gusta ninguno de ellos. ¿De qué estás hablando? —Alice
tartamudeaba al mismo tiempo que evitaba mis ojos y sonreí para mis
adentros. Alice era una mala mentirosa y ella sabía que sabía la verdad.
Coloqué algunos granos de café dentro de la prensa francesa y luego vertí
agua hirviendo en el interior del recipiente de vidrio para colocarle la tapa.
—¿Chett, Scott o Aiden? —pregunté en voz baja mientras me daba
vuelta para mirarla—. Déjame pensar, dudo que sea Chett. No estás
interesada en los chicos rubios y él es el chico más rubio que conozco. Y
no estás interesada en las carreras de Nascar y eso a él le encanta. Vamos
a ver, por lo que es entre Scott y Aiden. Umm… —La miré fijamente
mientras ella me miraba y me sonrió—. Ambos son calientes, a pesar de
que son mis hermanos así que me siento asquerosa diciendo eso. Déjame
pensar, ¿quién creo que es por el que estás detrás?
—Es Aiden, ¿está bien? —Se sonrojó—. Simplemente creo que es
lindo. No estoy detrás de él.
—¿Te gusta Aiden? —Hice una mueca. Aiden era el mayor de todos
nosotros y era mi hermano mandón. De todos mis hermanos, era el menos
divertido y, a veces, sentía que era como un segundo padre para mí—. No
te gusta Aiden seriamente, ¿cierto?
—Sabía que dirías eso, por eso no te lo dije.
—Es sólo que… Aiden. —Hice una mueca—. Imagina si sales con él y
tuviéramos una cita doble. —Me estremecí—. Sería como estar en cita
doble con mi papá, estaría tratando de decirme qué ordenar y no
quedarme afuera hasta muy tarde, y Dios, prohibir que mi chico me bese o
algo.
—¿Está listo el café? —Alice miró a la prensa francesa
deliberadamente.
—Déjame ver. —Suspiré y lo presioné antes de verter el café en dos
tazas y regresar a ella—. No estás realmente interesada en Aiden, ¿o sí? —
Puse una cara esperanzadora—. ¿Es una broma de mal gusto?
—¿Cuántos chistes malos crees que están haciéndote este fin de
semana, Liv? —Alice rió mientras colmaba azúcar en su taza—. Y sí, me
gusta Aiden. Y no, no es nada parecido a tu padre. Sólo tiene veintiocho
años y es guapo, y divertido, y dulce, y bueno, sí, tengo un pequeño
enamoramiento con él. Lo tengo desde hace mucho tiempo, y si soy
honesta —Alice respiró hondo—, será mejor que no le digas.
—¿Qué le voy a decir? —Rodé los ojos—. Acabaría encontrando una
forma de sermonearme.
—Así que ahora es tu turno.
—¿Mi turno para hacer qué? —Tomé un sorbo de mi café y tosí.
Tenía un sabor asqueroso. Debo haber puesto demasiado café y no
suficiente agua en la cafetera francesa.
—¿Qué pasó contigo y lenguado?
—No lo llames así. Eso suena asqueroso.
—Lo que hizo con ella no era asqueroso, ¿verdad?
—No importa. —Miré alrededor de la cocina—. No está interesado en
mí.
—Lo siento. —Me dio una mirada de disculpa.
—Él no es el padre, sabes. Ni siquiera se ha acostado con Gabby. Sin
embargo, todavía quiere casarse con ella.
—¿La ama? —Alice lucía asombrada—. Y espera, ¿qué? ¿Nunca han
tenido sexo?
—Lo sé, me sorprendió también. —Tomé otro sorbo de café y luego
bajé la taza—. Vamos a mi habitación y hablamos ahí. No quiero que nadie
nos escuche.
—Está bien. —Asintió con la cabeza y se levantó. Caminamos a mi
habitación y me di cuenta que dejó su café sobre la mesa también. Cerré la
puerta del dormitorio detrás de nosotros y luego salté a la cama—.
¿Vienes? —pregunté y acaricié el espacio en el colchón junto a mí.
—No sé si debo acostarme. —Suspiró—. Pasé una hora completa
planchando mi cabello esta mañana, ¿y si mi maquillaje mancha la funda
de la almohada?
—Oh, vamos, Alice. Tu cabello y maquillaje estarán bien.
—Bien. —Bostezó y se quitó los zapatos—. Supongo que sólo por un
rato, mientras hablamos.
—Uh huh. —Me reí—. Te ves cansada, ¿cuánto dormiste anoche?
—Dos horas. —Bostezó grande y duradero esta vez—. Me sentía tan
emocionada que no podía dormir y ahora estoy totalmente agotada.
—Oh, Alice. —Negué con la cabeza mientras se sentaba a mi lado—.
¿Por qué no me dijiste que te gustaba Aiden?
—Porque sabía que ibas a reaccionar como lo estás haciendo ahora.
—Se puso de costado y me miró—. Completamente en la cima.
—Tenía la esperanza de que te gustaba Scott. —Sonreí. Scott era mi
hermano más joven y el que era más parecido a mí. Era feliz,
despreocupado y siempre tramando algo. Se metía en tantos problemas al
igual que un niño y me encanta que me cuente todas sus historias. Había
sido una niña buena, pero sólo porque tuve a mis padres y Aiden en mi
espalda. Había muchas actividades y trucos en los que me gustaría haber
estado metida, pero nunca tuve la oportunidad.
—Scott es un bobo, lo quiero, pero es un bobo. —Alice rió—. No
puede mantenerse serio por dos minutos.
—Es por eso que deberías salir con él. Siempre estarías divirtiéndote.
Por otro lado, Aiden, ugh. —Suspiré recordando todas las veces que me
metió en problemas porque él le decía a mis padres que tramaba algo.
—De todas formas, estoy segura de que no me quiere. —Alice rodó
los ojos—. Así que no te preocupes.
—No estoy preocupada, estoy sólo…
—Liv, ¿quieres hablar de Aiden o Xander? —Me interrumpió Alice y
suspiré.
—Realmente no quiero hablar de ninguno de ellos. —Hice una
mueca—. Xander es un gran idiota.
—¿Por qué?
—Le hice saber un poco que no me opondría a él si ya no seguía
comprometido con mi hermana.
—¿Qué? —Los ojos de Alice casi se salen por su estado de
asombro—. ¿No dijiste eso, verdad?
—Bueno, no en esas mismas palabras, pero básicamente le dije que
tal vez él no querría casarse ahora que me conoció y que no era el padre
del bebé de mi hermana; y básicamente me miró como si estuviera loca, y
se fue.
—Oh, guau. —Alice hizo una mueca triste—. Suena como un idiota.
—Es un idiota. —Cerré mis ojos reviviendo mi vergüenza—. Y tiene
una polla pequeña también.
—Oh, ¿en serio? —La voz de Alice sonó sorprendida.
—No. —Abrí los ojos y la miré—. Realmente no tiene una polla
pequeña. —Gemí y enterré mi cara en mis manos—. ¿Por qué? ¿Por qué?
¿Por qué esto me tenía que pasar a mí? ¿Tengo algún tipo de señal de mala
suerte en mí?
—No es tu culpa. Quiero decir, sabías un poco que él era un idiota
antes de que ustedes conectaran en la iglesia, ¿verdad?
—Sí, me di cuenta de que era arrogante, engreído y lleno de sí
mismo.
—Y sin embargo, todavía fuiste a su habitación de hotel.
—Bueno, sabes que soy humana. —Me reí y cerré los ojos—. No
quiero hablar más de él. Tengamos una siesta rápida y luego lidiamos con
él y Aiden más tarde.
—Eso suena como un plan para mí. —Alice volvió a bostezar,
cerrando sus ojos mientras se acurrucaba en la almohada—. Buenas
noches, Liv.
—Mañana, Alice. —Me reí y las dos nos quedamos dormidas.

***

—Despierta, despierta. —La voz de Scott se escuchó en mi


habitación mientras golpeaba la puerta de mi habitación y la abrió.
—¿Qué? —Gemí cuando abrí los ojos lentamente y vi los grandes
ojos azules de mi hermano mirándome mientras se paraba al borde de la
cama.
—Despierta, Liv. —Tiró el edredón de la cama y yo le gruñí—. ¿O
debería decir “despierta, perrita”?
—Idiota —Salté de la cama y lo miré por un segundo, antes de reír—.
Es bueno verte también, Scott.
—Ven aquí. —Me dio un gran abrazo y luego miró hacia abajo en la
cama—. ¿Quién está en la cama contigo? ¿Eres lesbiana ahora?
—¡Scott! —Negué con la cabeza hacia él—. Es Alice.
—¿Tú y Alice están saliendo ahora? —Sonrió al mismo tiempo que
movió sus cejas.
—No seas asqueroso. —Lo miré y Alice gimió mientras se daba la
vuelta en la cama, todavía dormida y ajena al ruido en la habitación.
—Sólo me aseguro. —Sonrió y miró a Alice en la cama—. Alice,
despierta, despierta.
—No la despiertes. —Le di un puñetazo en el hombro—.No durmió
mucho anoche.
—¿Por qué? ¿Qué hacías? —Se lamió lentamente los labios y le di un
puñetazo de nuevo.
—Ugh, ¿qué es ese ruido? —Alice abrió los ojos lentamente y luego
gritó.
—¿Qué? —Fruncí el ceño mientras la miraba—. Soy sólo yo y Scott.
—No, hay una oruga en mi cara. —Volvió a gritar y salió de la cama.
—¿Qué? —La miré fijamente y comencé a reír.
—Quítamela.
—Yo lo haré. —Scott se rió y la atrajo hacia él. Luego tomó su rostro
y sacó una de sus baratas y falsas pestañas fuera de su cara—. No creo
que fuera una oruga. —Le mostraba las pestañas colgando delante de sus
ojos y ella se sonrojó.
—Uups. —Sonrió—. Mi error.
—Eres tonta, Alice. —Me reí y nos quedamos ahí por unos
momentos sólo sonriéndonos unos a otros.
—¿Por qué ustedes tres siempre se ven como tontos? —Una voz
imperiosa retumbó en la habitación y me di vuelta.
—¿Por qué siempre parece que tienes un palo en el culo, Aiden? —le
pregunté con una pequeña sonrisa.
—Veo que todavía no has dejado tus años de adolescencia. —Me
miró con un brillo en sus ojos.
—Y tú ya tienes cincuenta.
—No todavía. —Entró en el dormitorio y me dio un rápido abrazo—.
Hola, Alice, es bueno verte.
—Hola, Aiden —dijo ella suavemente, su rostro rosado mientras
miraba a su amor platónico. A continuación miré a Aiden críticamente.
Supongo que podría ver su reacción. Se puso erguido, cerca del metro
ochenta de altura, con una magra acumulación de masa muscular, tenía
el cabello castaño oscuro y ojos azules brillantes que parecía ver su alma.
Con todo, era un hombre guapo. Simplemente no es el hombre que yo
habría emparejado con mi mejor amiga.
—¿Qué está pasando aquí? ¿Una orgía? —Xander entró en la
habitación con una enorme sonrisa y me congelé. No llevaba una camisa y
no podía dejar de mirar su pecho perfectamente cincelado. Su paquete de
seis parecía aún más definido que la última vez que lo vi desnudo.
—Nada. —Aparté la mirada y vi a Alice sonriendo de oreja a oreja, en
vez de mirarlo a él como yo. ¿Por qué se comportaba tan traidora? ¿Cómo
podía estar sonriendo sabiendo qué clase de hombre era Xander? ¿O, más
importante, cómo me faltó el respeto? Todavía sentía la quemadura de su
rechazo.
—¿Quién eres? —Aiden se volvió hacia Xander con una mirada de
desaprobación en sus ojos y luego miró a Alice—. ¿Es este un amigo tuyo?
—No —chilló Alice y miré la cara de Aiden con cuidado. ¿Sonrió
cuando Alice dijo que no? Mi mente corría mientras miraba a mi hermano,
¿tenía algo por Alice también?
—Oh, bien. —Hizo una mueca—. Me hallaba a punto de decir que
realmente necesitas dejar de ser una mala influencia para mi hermana.
—Aiden —grité horrorizada ante sus palabras. Supongo que me
equivoqué. Tal vez me imaginé la sonrisa—. Deja de ser tan grosero.
—Está bien, Liv. No te necesito para pelear mis batallas. —Xander
me sonrió con un brillo en sus ojos y se volvió a Aiden—. Soy Xander,
Xander James. Soy el prometido de tu hermana.
—¿Qué? —Era el turno de Scottt de escandalizarse—. Liv, ni siquiera
me dijiste.
—¿Eso es cierto, Liv? —Aiden se volvió hacia mí con el ceño
fruncido.
—Yo, uh, no. —Negué con la cabeza, con mi cara roja—. No está
hablando de mí. Ni siquiera lo conozco. Ni siquiera lo he, uh, besado y
muchos menos, me eh, acostado con él —tartamudeé, mi cara de color rojo
brillando mientras seguí divagando—. No me engancharía con Xander
incluso si él me pagara —terminé y me di cuenta de que mis dos hermanos
me miraban confundidos mientras Alice me hacía una mueca.
—Supongo que no causé una buena impresión en ustedes, entonces.
—La voz de Xander cortó el silencio y luego se echó a reír—. Soy el
prometido de Gabby —dijo simplemente y sonrió—. Supongo que ustedes
dos son sus hermanos.
—Sí —habló Aiden y dio un paso adelante—. Soy Aiden, el mayor. Él
es Scott, ella es mi hermana, Liv, y su mejor amiga, Alice. Y nuestro
hermano, Chett, no ha llegado a casa todavía. —Miró a Xander de arriba
abajo y frunció el ceño ligeramente—. ¿Y tú te vas a casar con Gabby?
—Sí. —Xander asintió—. Creo que está todavía en la cama.
—Suena bastante correcto —se burló Scott—. Todavía no es
mediodía.
—Scott. —Puse los ojos y me reí.
—Sabes que Reina Gabby no aparece antes de que tenga que
hacerlo. —Scott me sonrió y nos reímos. Ambos sentimos los mismo por
Gabby y esa era sólo otra razón por la cual él era mi hermano favorito.
—¿Ustedes siguen molestando a Gabby? —Suspiró Aiden y sacudió
la cabeza.
—¿Por qué no deberíamos? —Scott levantó los hombros y se enfrentó
a Aiden—. Puedes ser el mayor pero no eres el jefe de todos, Aiden. Ya no
somos unos niños.
—Entonces deja de actuar como tal. —Aiden miró a Xander—. Siento
lo de Liv y Scott, ambos son groseros y no creo que vayan a cambiar
nunca.
—Eso está bien. —Xander se rió—. Tengo un hermano menor y sé lo
que es tratar con impertinencia.
—Oh, tengo que ir a ver si Henry está despierto y bien —dije
dulcemente, mi estómago revuelto de ira hacia Aiden y Xander—. Debería
ver si hay algo que pueda hacer por él.
Los ojos de Xander se estrecharon mientras me miraba y su
expresión cambió a una de fastidio.
—Henry está muy bien —dijo brevemente.
—Estoy segura de que lo está pero no está de más comprobar y ver
si necesita una mano de ayuda. —Le sonreí de nuevo y desde la esquina de
mis ojos puede ver a Alice riendo—. Quiero asegurarme de que todas sus
necesidades son atendidas.
—¿De qué estás hablando, Liv? —Aiden me frunció el ceño.
—Nada de lo que tu cabeza dulce deba preocuparse. —Me volví y le
sonreí—. Discúlpenme, gente, tengo que ir a realizar uno de mis deberes
como mujer. —Pasé junto a Xander y escuché su inhalación brusca
cuando mis pechos se frotaron contra su brazo. Mis pezones se
estremecieron con el toque, pero me aseguré de no reaccionar. Me
apresuré a salir de la habitación y al pasillo con una pequeña sonrisa en
mi cara. Eso le enseñaría a Xander. Quería actuar como si fuera algún tipo
caliente y mejor que yo. Bueno, lo olvidaré. No lo quiero, no lo necesito, no
me preocupo por él. Él podría tener a Gabby y lidiar con su mierda. No me
importa si ella gasta todo su dinero y luego lo abandona cuando esté en la
ruina. Le serviría muy bien. Echaba humo para el momento en que llegué
al final del pasillo de sólo pensar en Xander. ¿Cómo se atreve a irrumpir
en mi habitación y luego decir que era impertinente? Podría haber borrado
esa sonrisa de suficiencia de su rostro si les hubiera dicho a mis hermanos
que me acosté con él el pasado fin de semana. Pude imaginar la
estupefacción en todos sus rostros. Aiden lo más probablemente me
mataría y Scott se reiría. Debería haberles dicho todo. Eso le enseñaría a
no meterse conmigo. ¿Cómo se atreve a insinuar que era impertinente? ¿Y
cómo se atreve Aiden a actuar como si fuera algún tipo de líder del
mundo? Grr. Ambos me hicieron enojar mucho. No tenía idea de por qué
Alice se sentía interesada en Aiden. Iba a insistir en ella para que cambie
de parecer y se concentre en otra persona. No existía manera de que
quisiera a mi mejor amiga saliendo con mi hermano mayor mandón. Y no
existía manera de que alguna vez volviera a dormir con Xander de nuevo,
ni siquiera si me suplicaba. No es que realmente vea que eso suceda.
Xander no tenía interés en dormir conmigo otra vez. Sólo quería
torturarme.
Traducido por carolinaawwadorostegui & Jacqui_15
Corregido por *Andreina F*

Me detuve afuera de la habitación de Henry y me quedé allí como


una tonta. Realmente no tengo nada que decirle. Y ciertamente no iba a
ofrecerme a hacer cualquier cosa por o para él como le insinué a Xander.
Me quedé allí durante unos segundos y me encontraba a punto de
voltearme cuando vi a Xander venir hacia la habitación con una mueca en
su cara.
—¿Acaso Henry ya te echó?
—¿Perdón? —Lo miré.
—Estás de pie en el pasillo luciendo avergonzada. —Se encogió de
hombros mientras se paraba a mi lado—. Asumí que fuiste ignorada.
—Los hombres no me ignoran. —Mi cabeza inclinada hacia arriba
mientras evitaba mirar su pecho.
—Es cierto, no eres realmente lo que algún hombre ignore. —Se
lamió los labios—. Creo…
—¿Puedo ayudarte, Xander? —le corté, no queriendo ir por el
camino del coqueteo con él otra vez.
—Te ves sexy esta mañana. —Miró mi camiseta sin mangas y
pantalones cortos.
—Bien, ¿y? —No iba a dejarme atrapar por este hombre de nuevo.
—Y me dan ganas de besarte.
—No quiero besarte —me burlé de él—. No regreso por unos
segundos a menos que el sexo haya sido muy muy bueno. —Lo miré de
arriba abajo—. Y tú, Xander James, realmente no estabas tan bueno. —
Mentí pero el orgullo me hace tratar de herirlo.
—¿No fui bueno? —Sus ojos se abrieron y él sonrió—. ¿Llamas a
todos los hombres Sr. Lengua?
—Eres bueno para ir en mi parte baja. —Mi rostro enrojeció—. Pero
eso es todo. No dormiría contigo otra vez.
—¿Así que la única parte buena de mi es mi lengua?
—Sip. —Asentí con la cabeza—. Y todo hombre tiene una, por lo que
ni siquiera es tan especial.
—¿Entonces soy un hombre promedio con habilidades de una
lengua corriente y malas habilidades para follar? —Inclinó la cabeza hacia
un lado y estudió mi rostro.
—Sí, habilidades promedio de lengua y una nota F en la cama —
mentí, incapaz de decir “follar” hacia él en voz alta. Me pregunté si mi cara
me contradecía. Xander tenía una A+, en habilidades con su lengua y una
A+ en follar. Mi cuerpo ardía mientras hablábamos, recordándome que
mentía demasiado.
—¿Promedio y ahora una F? —Sus labios se adelgazaron—. Umm,
estoy bajando en la escala.
—Lo siento, no quise ser grosera antes pero ya sabes cómo es.
—Lo hago. —Asintió, me agarró la mano y luego abrió la puerta del
dormitorio de Henry.
—¿Qué haces? —Jadeé mientras me empujó contra la puerta y se
colocó delante de mí. No me contestó, sino que sus ojos se burlaban
mientras acercaba su rostro al mío—. ¿Qué estás haciendo? —Di un grito
ahogado de nuevo mientras bajaba su boca a la mía. Sus labios eran
firmes, ya que aplastaron los míos y su lengua se deslizó en mi boca
fácilmente. Gemí cuando su dureza presionó en mi vientre y le devolví el
beso durante un par de segundos antes de recordar dónde estábamos. Oh,
mierda, ¿qué debería estar pensando Henry?—. ¿Qué crees que estás
haciendo? —Lo empujé lejos de mí y miré alrededor de la habitación
salvajemente, mi rostro de un color rojo intenso.
—Henry no está aquí. —Levantó una ceja hacia mí y se echó a reír—.
Puedes dejar de pretender estar ofendida ahora.
—No estoy pretendiendo nada. —Fruncí el ceño—. ¿Dónde está? ¿Y
si sabías que él no se encontraba aquí por qué dirías que me echó?
—No juegues conmigo, Liv. No soy el tipo de persona que toma
amablemente los juegos.
—¿Qué juegos? —le dije. ¿Sabía que no tenía interés en Henry? Qué
embarazoso.
—Mira, sé que fue una situación incómoda y sé que probablemente
tus sentimientos están dañados pero yo hice una promesa y un
compromiso con tu hermana, aunque quisiera dar marcha atrás, no sería
lo caballeroso por hacer.
—Pero tú no eres un caballero.
—No era uno, no. —Suspiró—. Estoy acostumbrado a conseguir lo
que quiero, cuándo quiero y si no viene fácilmente sólo lo tomo, pero la
vida es algo más que mi ego.
—Está bien. —Di un paso lejos de él mientras me miraba como si
fuera a besarme otra vez—. Bien para ti y tu vida perfecta.
—Liv, sólo digo que no hay necesidad de fingir que estás interesada
en Henry.
—No finjo. —Negué con la cabeza hacia él, molesta por su
arrogancia—. Es guapo, soltero, a todas luces un hombre encantador.
Estoy interesada en conocerlo. ¿Qué es tan difícil de creer en eso?
—Es mi hermano. —Frunció el ceño, la sonrisa de suficiencia
completamente desaparecida de su rostro.
—¿Y? Gabby es mi hermana. —Lo miré a los ojos—. No pareces tener
un problema con eso. Me parece hipócrita que tengas un problema
conmigo saliendo con tu hermano.
—¿Por qué salir con mi hermano cuando soy yo a quien quieres?
—No te quiero. Tú pareces ser el que me quieres. ¿Qué crees que
diría Gabby si supiera que me besaste?
—No me importa. —Gruñó—. Lo que Gabby y yo tenemos es una
relación de negocios.
—Bueno, bien por ti.
—No entiendes. —Negó y me agarró por la cintura y me atrajo hacia
él—. ¿Qué pasó con la chica despreocupada amante de la diversión que se
reunió conmigo el pasado fin de semana?
—Salió del edificio cuando te presentaste como el prometido de mi
hermana.
—¿Qué puedo hacer para cambiar eso? —Sus dedos rozaron los
cabellos sueltos de mi cara—. No quiero que discutamos más sobre esto.
—No estoy discutiendo, solo afirmo hechos. —Me encogí de hombros
y traté de alejarlo de mí pero esta vez no pude mover su cuerpo. Mis
manos se hallaban completamente contra su pecho desnudo y tragué
saliva ¿Por qué hacía esto tan difícil? ¿Por qué no me dejaba en paz?
—Todavía necesitamos ser amigos, Liv. —Sus dedos trazaron mis
labios—. Vamos a ser familia.
Casi vomité en ese momento. Quiero decir, ¿era este un hombre de
verdad?
—Xander. —Lo miré a los ojos—. No tengo la intención de verte
después de este fin de semana, además de tu boda. No necesitamos ser
nada.
Nuestros ojos se encontraron y nos miramos durante unos segundos
y puede ver que pensaba fuertemente. Esperé a que me dijera que me
comportaba como una estúpida. Que por supuesto nos gustaría vernos
algunas veces. Esperé a que me regañara y me dijera que era inmadura.
Esperé a que me dijera que actuaba como una colegiala tonta. Sabía que
no existía manera de que sólo sería capaz de verlo en la boda. A pesar de
todas nuestras riñas y peleas, mi familia se hallaba muy unida y mis
padres no me permitirían perderme cada cena y reunión, incluso si
quisiera. Me quedé ahí con los hombros cuadrados y esperando a que me
dijera que estaba siendo inmadura pero en cambio, comenzó a reír. Lo
miré con asombro y sorpresa cuando vi la risa llenar su rostro, sus ojos
brillaban, su boca era amplia y su cabeza cayó hacia atrás mientras seguía
riendo.
—¿Qué es tan gracioso? —le pregunté en voz baja, sintiéndome aún
más molesta por él. Odiaba no entenderlo y no poder leerlo. Odiaba que
me haya encantado eso de él. Odiaba que quisiera llegar a conocerlo mejor.
Odiaba que nunca iba a tener una oportunidad de estar más con él.
—Tú. —Tomó una respiración profunda y finalmente dejó de reír—.
Eres una brisa de aire fresco. —Me sonrió—. Sí, también eres un dolor en
el cuello pero también un soplo de aire fresco.
—Bien, gracias, supongo.
—Quiero hacerte el amor otra vez. —Gimió, su expresión volviéndose
a una de lujuria mientras daba un paso hacia mí.
—No, no podemos. —Me mordí el labio inferior.
—Oh, pero podemos hacer lo que queramos. —Sonrió, se dio la
vuelta y cerró la puerta antes de regresar otra vez a mí.
—¿Qué estás haciendo? —le dije asombrada mientras se bajaba los
calzoncillos y se paraba en frente de mi desnudo, su polla pidiendo
atención.
—Te estoy mostrando que no soy una F en la cama. —Sonrió y dio
otro paso hacia mí—. Me gusta un buen reto.
—Xander. —Gemí mientras me atrajo hacia él. Mi cuerpo temblaba
en anticipación y me sentía culpable y confundida—. No podemos… —Me
cortó recogiéndome y lanzándome sobre la cama. Sus dedos tiraron mis
pantalones cortos y las bragas y cayó encima de mí y me besó el cuello—.
Xander. —Gemía y me retorcía contra él—. No podemos hacer esto.
—Podemos. —Sus dedos se deslizaron por mis piernas y me frotó
suavemente. Cerré los ojos por dos segundos y disfruté de los sentimientos
de emoción, ya que barrieron a través de mi cuerpo y luego lo empujé a un
lado y rodó fuera de la cama—. ¿Qué estás haciendo? —Parpadeó hacia mí
con sorpresa cuando cogí mis bragas del suelo.
—Me voy. —Me froté los labios para deshacerme de su sabor—. No
puedes tenerme cada vez que lo desees.
—¿Por qué no? —Frunció el ceño y yo estaba a punto de protestar
cuando él rió—. No estoy hablando en serio. —Suspiró y se sentó. Miré
hacia abajo y vi que su virilidad era dura y apuntando. Miró hacia abajo
para ver lo que miraba y me sonrió—. Sí, eso es con lo que me estás
dejando.
—Pregúntale a Gabby si te ayuda —escupí molesta.
—Esto siempre va a ser un problema entre nosotros ¿no?
—¿Tú qué crees? —Lo miré incrédula. Para un tipo inteligente,
Xander podía ser bastante tonto a veces. Observé mientras Xander saltaba
de la cama, se inclinaba, tomaba sus calzoncillos y se los ponía. Luego me
miró con una sonrisa perezosa y se encogió de hombros.
—Así que, tus padres parecen agradables y creo que les gusto —dijo
casualmente como si fuese la cosa más normal para decir luego de esta
situación.
—Son buenos. —Me contuve de decir que no serían tan agradables si
supieran la clase de hombre que realmente era.
—Creo que me gusta tenerlos como padres.
—Eso es bueno.
—Serán buenos abuelos.
—Sip. —Desvié la mirada de él mientras quería abofetear su mirada
engreída fuera de su cara. ¿Cuál era su problema? ¿Cómo podía intentar y
dormir conmigo y luego hablar sobre mis padres?
—¿No tienes nada más que decir? —Sus ojos se entrecerraron
mientras me estudiaba.
—¿Qué más quieres que diga? —Entonces volví mi mirada a su
rostro.
—No lo sé, algo que me diga que estoy cometiendo un error. —Se
encogió de hombros despreocupadamente.
—Es tu error para cometer. —No iba a ir por este camino otra vez.
No iba a hacerle creer que lo deseaba.
—Aja, ¿entonces crees que estoy cometiendo un error?
—No me importa lo que hagas —mentí mientras me volteaba—.
Volveré a mi cuarto ahora.
—Pero Alice está ahí con Scott y Aiden.
—¿Y? —Miré hacia él preguntando.
—Y no quieres arruinarle el rollo.
—Disculpa.
—A Alice le gusta, ¿no es así?
—¿Cómo lo sabes?
—Era obvio para mí por como sonreía de oreja a oreja. —Se encogió
de hombros—. No quise suponer que era por mí.
—No que eso fuese un problema para ti, ¿no? Adorarías que tres de
las mujeres de esta casa te desearan.
—Entonces, ¿estás diciendo que dos mujeres de esta casa
actualmente me desean? —Sonrió y me elevó una ceja.
—No —dije rápidamente—. Ahora dime, ¿quién crees que esté
interesado en Alice?
—¿Quién? —Rió—. Creo que Alice en sí misma ya tiene un problema.
—¿Oh? —Fruncí el ceño y froté mi frente—. ¿Entonces no crees que
ni a Scott ni a Aiden les guste ella?
—Oh, diría lo contrario. —Xander frotó las palmas sobre su
estómago mientras se paraba ahí—. Creo que a ambos les gusta.
—¿Qué? —Fruncí el ceño y miré en sus ojos para ver si hablaba en
serio.
—Creo que ambos de tus hermanos tienen interés en Alice. —Asintió
seriamente—. Sólo espero que ellos no sean un juego para ella. Ella está
interesada en uno de ellos, ¿no es así?
—Sip. —Asentí y me mordí el labio. ¿Cómo sabía que a mis
hermanos les gustaba Alice y qué significaba eso? ¿Cómo se sentiría Scott
si Alice y Aiden empezaran a salir? Porque Alice quería a Aiden y era obvio
a quien elegiría, ¿o no?
—¿Vas a decirme cuál?
—No. —Sacudí mi cabeza y me volví hacia la puerta—. No es de tu
incumbencia.
—¿Piensas ser siempre así, Liv? —Me tomó del hombro—. ¿No
podemos ser amigos?
—No, no podemos —dije mientras abría la puerta y salía del cuarto.
¿Quién carajos se creía Xander James que era? ¿Realmente creía que
podía simplemente olvidar todo y ser amiga de él? ¿Realmente creía que
eso era posible?
—Buenos días, Liv. —Una suave voz ronca me hizo saltar y parpadeé
mientras miraba delante de mí—. Lo siento. —Me sonrió ampliamente—.
No quise asustarte.
—Está bien. —Le sonreí de vuelta—. Buenos días para ti también,
Henry. —Miré en sus ojos y noté que de hecho eran de un verde más claro
que los de Xander.
—¿Todo bien? —Sus perfectos dientes blancos brillaron mientras
hablaba y empecé a notar las sutiles diferencias con Xander en su
apariencia. Los labios rosados de Henry eran ligeramente más finos y tenía
un hoyuelo bastante profundo en su mejilla derecha. Su cabello, aunque
igual de oscuro, tenía pequeñas líneas de un marrón más claro también y
lo llevaba un poco más descuidado que el de Xander.
—Estoy bien. Es sólo que ha sido una mañana agotadora y ni
siquiera hemos desayunado todavía. —Reí y rodé mis ojos.
—Estoy hambriento. —Asintió—. Recién vuelvo de mi carrera
matutina y estoy listo para panqueques y tocino.
—Suena bien para mí. —Asentí entusiasmada—. Panqueques de
banana con chispas de chocolate con montones de jarabe y tocino.
—Soy un chico de panqueques de arándano. —Sonrió y pasó sus
dedos por su oscuro cabello—. Aunque no me molestarían un par de
chispas de chocolate. ¿Quizá podríamos compartir?
—Suena bien por mí —dije y ajusté mi top mientras lo observaba—.
Mientras no quieras de mi tocino también.
—No te preocupes, nunca intento tomar tocino del plato de otra
persona. —Rió y observé sus labios por unos segundos mientras reía junto
con él.
—Bien, porque sino tendré que matarte. —Reí y le di un golpecito en
el hombro con dos dedos apuntando como un arma.
—Uh oh, la advertencia ha sido oficialmente dada.
—Sip —le dije y le guiñé un ojo.
—¿Qué está pasando aquí? —La gruesa voz de Xander se encontraba
directamente detrás de mí y no podía creer que no lo hubiese escuchado
salir del cuarto y atravesar el corredor.
—Liv compartirá sus panqueques conmigo y me está advirtiendo que
me aleje de su tocino —le respondió Henry a su hermano riendo—. Yo dije
que es un precio justo a pagar por compartir desayuno con una hermosa
mujer.
—Umm —dijo Xander en respuesta y mi estómago dio un vuelco.
Henry me llamó hermosa. Tenía que admitir que sus palabras me hacían
feliz. Tal vez trataría y conocería un poco mejor a Henry esta mañana—.
Tal vez no deberías compartir todo con cualquiera, Liv —me dijo
odiosamente mientras me miraba hacia abajo con una mueca.
—¿Disculpa? —Le lancé una mirada de odio, mi mente fuera de
Henry mientras miraba los ojos verde oscuro de Xander.
—Tal vez no deberías ser tan fácil y predispuesta a regalarlo —dijo
suavemente mientras yo jadeaba. Hizo una pausa mientras me miraba de
arriba abajo y luego sonrió—. Tus panqueques, quiero decir. Yo no los
regalaría tan fácil. Henry es un cerdo. Los devorará antes de que puedas
parpadear. Y luego te arrepentirás de habérselos dado.
—No creo que me arrepienta de compartir mis panqueques, aunque
me arrepiento de otras cosas. —Traté de mantenerme civilizada, aunque
era difícil. No quería avergonzarme a mí misma en frente de Henry o
hacerlo sospechar, pero realmente quería golpear a Xander. Duro.
—¿Oh? —Ladeó su cabeza. — ¿Cómo qué?
—Xander, no fastidies a la chica. —Henry le dio a su hermano una
mirada de reproche—. Acaba de despertar.
—No la estoy fastidiando. —Xander le dio a su hermano una mirada
tajante.
—Sólo digo que acabas de conocerla y ella no conoce tu sentido del
humor, así que ve ligero con ella. —Henry me sonrió—. Aún no somos
familia.
—Gracias, Henry, lo aprecio. —Le sonreí cálidamente.
—¿No deberías estar duchándote o algo? —Los ojos de Xander
entrecerrándose hacia mí—. No queremos que nos retrases de conseguir
panqueques.
—Me preocuparía más por tu prometida que por mí. —Lo miré
desagradable—. Estoy bastante segura de que aún sigue en la cama.
—Bueno, yo sí que agoto a las mujeres —dijo Xander
ingeniosamente y jadeé, todo el color dejando mi rostro y los celos
revolviendo mi estómago.
—Xander —regañó Henry a su hermano—. Ignóralo, Liv. Xander y yo
compartimos cuarto anoche, él no le faltaría el respeto a tus padres en su
propia casa.
—No me sorprendería si lo hiciera. —Le di a Xander una mirada
despectiva y volví a mirar a Henry—. Es bueno saber que uno de los
hermanos James es un caballero. Gracias.
—Cuando quieras. —Henry inclinó su cabeza y sonrió—. Ahora
apúrate y dúchate así podemos ir y conseguir esos panqueques.
—Lo haré. —Reí y me apresuré hacia mi cuarto. Podía sentir a
ambos hermanos observándome mientras entraba en mi cuarto.
—Ahí estas —dijo Alice melodramática mientras caminaba dentro del
cuarto—. ¿Dónde has estado?
—No quieres saber. —Cerré la puerta detrás de mí y caí en la cama—
. No creerás lo que acaba de pasar.
—¿Qué? —Se paró al lado de su bolsa de noche y me miró
inquisitivamente.
—Bueno… —empecé.
—Oh mi Dios. Aiden lucía ardiente esta mañana, ¿no te parece? —
me cortó antes de que pudiera contarle lo que pasó—. Necesito cambiarme.
No puedo dejar que me vea con la misma ropa que usaba esta mañana.
—No lo notará o le importará —dije rápidamente—. Pero escucha
esto, Xander me empujó dentro del cuarto de Henry y me tiró en la cama
y…
—¿Debería usar una falda o un vestido? —Sostuvo en alto una corta
falda negra y un ceñido vestido rojo mientras me interrumpía otra vez—.
¿O son ambos muy promiscuos?
—Sí, ambos son muy promiscuos. —Asentí y continué—: Me tiró en
la cama y se quitó sus bóxers mientras tiraba de mis bragas y…
—Bien, ¿qué tal esta blusa? —La sostuvo frente a su cara—. ¿Y un
buen par de pantalones blancos? ¿O debería usar mis jeans ajustados?
—Y luego metió su polla en mi trasero —dije ruidosamente mientras
saltaba de la cama—. Desgarró mi ropa fuera, me tiró en la cama, me
volteó y folló mi trasero.
—¿Así que tuviste anal? —Su mandíbula cayó. Tenía su atención
ahora—. ¿Te dolió?
—Alice, organízate. —Caminé hacia ella y la tomé de los hombros—.
¿Tu respuesta a mí diciéndote que el prometido de mi hermana me tiró en
su cama desnudo y me penetró es preguntarme si me dolió?
—Bueno, siempre me lo he preguntado. —Se encogió de hombros—.
Supuse que debería averiguarlo, así sabré si tener o no anal con Aiden.
—Oh por Dios, Alice. —Le gruñí y ella me dio una pequeña sonrisa.
—Lo siento, me estoy volviendo loca ¿no es así? —Dejó salir un largo
suspiro y me miró con cara apenada—. Estoy tan entusiasmada.
Finalmente soy una adulta y él puede tomarme en serio ahora. Puede
verme como una mujer.
—Sí, supongo. —Hice una cara—. Trataba de decirte sobre Xander.
—Lo sé, lo siento. —Dejó la blusa—. Dime sobre Xander y el sexo
anal, luego te hablaré de Aiden y te pediré consejo. —Caminó hacia la
cama y se sentó—. Ahora, escúpelo.
—No tuvimos sexo anal. —Caminé de nuevo hacia la cama y me
recosté en la cabecera—. Aunque sí me quitó mis bragas y se hallaba
desnudo y lo sentí justo ahí. —Tragué—. Ugh, él se encontraba tan cerca
de estar dentro de mí, pero luego me sentí culpable y salté y me puse mis
bragas otra vez.
—Eso es gracioso. —Alice rió mientras miraba abajo hacia mí.
—¿Qué es lo gracioso de eso?
—Probablemente lo dejaste con bolas azules. —Rió tontamente un
poco más—. Apuesto a que tuvo que ir a la ducha a masturbarse.
—Oh, Alice. —Empecé a reír yo también—. ¿Lo crees?
—Claro. —Asintió—. Se hallaba desnudo ¿verdad? Y tenía su polla
justo ahí.
—Síp, sus dedos también. —Suspiré mientras recordaba el toque de
sus dedos mientras me frotaba—. Lo quería dentro de mí tan
desesperadamente, pero simplemente se sentía como que estaba mal.
—¿Así que imagínate cuan malo debió haber sido para él? Su pene
se encontraba a mero centímetro, o incluso milímetros de entrar en ti y
alcanzar la Tierra Sagrada y en vez de ser llevado al paraíso, se encontró a
sí mismo con un infierno de bolas azules.
—Oh, Alice. —Empecé a reír—. Te amo, ¿lo sabes? Soy afortunada
de tener una amiga con la que puedo hablar de sexo tan francamente.
—Yo también. —Sonrió—. ¿De qué otra manera debería ser capaz de
saber la diferencia entre un pene circuncidado y uno que no ha sido
circuncidado?
—Internet, tonta.
—Eso no es tan divertido como tenerte a ti describiendo la
diferencia.
—Sólo lo sabía por haberlo buscado en internet. —Le rodé los ojos.
—Me pregunto si Aiden…
—Para. —Levanté mi mano—. Soy genial pero no tanto. No quiero
hablar del pene de mi hermano ni de lo bueno que es en la cama. Y nunca
quiero oír de él yendo al sur contigo, ¿me escuchas?
—Liv. —Hizo una cara—. Eso nunca pasará.
—Nunca se sabe.
—Dudo que Aiden me dé algún día la hora, no importa lo que use. —
Se acostó en la cama junto a mí—. Simplemente no está interesado.
—Según Xander, ambos, Scott y Aiden, están interesados en ti.
—¿Qué? —Rodó y me miró—. ¿Estás bromeando?
—Nop. —Me encogí de hombros—. Él dice que cree que ambos están
interesados en ti.
—¿Qué lo hace pensar eso? ¿Ellos se lo dijeron?
—Nunca los había visto antes, Alice. —Sacudí mi cabeza—. No creo
que ninguno de ellos le haya dicho una mierda, es simplemente una
observación que hizo de los diez segundos que estuvimos todos juntos en
una habitación.
—Oh. —Hizo una cara—. Entonces eso realmente no importa
mucho.
—Sí, no realmente. —Me senté—. Ahora ve y muéstrame tus
conjuntos y te ayudaré a elegir qué usar.
—Apesto.
—Ambas apestamos —me quejé—. Coqueteé con Henry para poner
celoso a Xander.
—Oh, ¿el hermano del Sr. Lengua? —Los ojos de Alice se ampliaron.
—Sí, él es un encanto. —Asentí—. Creo que podría agradarte.
—No necesito un tercer chico del que preocuparme.
—¿Un tercer chico? —Fruncí el ceño—. ¿Quién el segundo?
—Bueno, dijiste que a Scott le gusto… —dijo suavemente e hizo una
cara.
—Oh por Dios, Alice, ¿también te gusta Scott? —le pregunté. Ahora
era mi turno de estar sorprendida.
—No, sí, no, no lo sé. —Hizo una mueca—. Él también es agradable.
—Alice, ahora tú eres la perra sucia.
—Ambas somos perras sucias. —Rió tontamente y sostuvo en alto
dos tops—. ¿Cuál?
—Usa el top blanco con tus jeans ajustados. Los azules. —Le
sonreí—. Y usa tus tacones blancos, los que son abiertos adelante.
—¿Tacones para el desayuno? —Hizo una mueca—. ¿Estás segura
de que no es demasiado?
—Créeme, no es demasiado. —Contuve la risa. Si se hallaba
dispuesta a usar pestañas postizas, delineador oscuro y extensiones,
tacones para el desayuno no eran demasiado.
—Buena, si dices que está bien. —Me sonrió—. Tal vez Aiden me dé
una mirada y sea como “¿dónde has estado toda mi vida?”
—Sí, tal vez. —Le ofrecí una sonrisa débil. Estaba bastante segura
de que Aiden no tenía ni un hueso de romántico en su cuerpo.
—Así que, ¿qué más pasó contigo y Xander?
—No mucho. Es un gran cretino, ugh —me quejé—. ¿Por qué todavía
me siento atraída hacia él?
—Porque es ardiente. —Hizo una mueca—. Y su lengua puede
hacerte venir en segundos.
—¡Alice!
—¿Qué? Sólo repito lo que me has dicho.
—Eso es cuando todavía me gustaba. Eso era cuando era un extraño
con el que me enrollé en una boda. Eso es cuando todavía era emocionante
y podía recordarlo y fantasear. Ahora no puedo hacer ninguna de esas
cosas.
—Bien podrías hacer ambas, solo sería un poco raro.
—Él es el que trató de tener sexo conmigo otra vez. ¿Debería decirle
a Gabby?
—Creo que deberías. —Asintió—. No puede tener su pastel y comerlo
también. Eso estaría mal.
—¿Realmente crees que debería decirle? —le pregunté sorprendida.
—Infierno, no. —Hizo una mueca y me frunció el ceño—. Si dices
algo, Gabby nunca te lo perdonará y toda tu familia pensará que eres una
zorra y Aiden pensará que soy una mala influencia.
—Alice. —Sacudí mi cabeza hacia ella.
—Y, honestamente, no creo que sea una buena idea, Liv. Sólo pasa
el fin de semana y luego iremos a casa y lo olvidaremos. Gabby lo merece.
Ambos son cretinos.
—Sí, supongo.
—Y, quiero decir, no sabemos realmente por qué se están casando.
—Verdad. —Asentí—. Y no tengo idea por qué se lo propuso tan de
repente.
—Sí, todo es muy extraño. Tal vez él es un oscuro traficante de
drogas o parte de la mafia o algo así. Tal vez Gabby va a renunciar a su
bebé como Rumpelstintskin1 o en La Profecía2.

1 Personaje de cuento de hadas que se lleva a los niños si no adivinan su nombre.


—¿La profecía?
—Sí, te acuerdas cómo esa mujer dio a luz a Damian, el diablo.
—¿Le vendió su hijo al diablo?
—No, su hijo era el diablo.
—Oh. —Me rasqué el costado de la cabeza—. Así que, ¿estás
diciendo que crees que Gabby va a dar a luz al diablo?
—No, me refiero a algo más como que ella está vendiendo su alma al
diablo y Xander es el diablo.
—No me sorprendería si lo descubriera.
—Imagínate si realmente hubieses dormido con el diablo, pasarías el
resto de tu vida en la iglesia pidiendo perdón, sólo por una chance de
llegar al cielo.
—Gracias, Alice, eso me hace sentir mucho mejor —me quejé—.
Estoy condenada.
—No estás condenada. Tal vez te agrade Henry, o podemos
encontrarte cualquier otro chico. Le dejaremos saber a Xander que puede
frotar su polla contra su propio trasero.
—Eso sería divertido. —Me reí.
—¿O no que sí? —Rió conmigo y nos quedamos viendo fijamente por
nos segundos antes de que hablara otra vez—. Tengo el presentimiento de
que este será otro loco fin de semana.
—Tú y yo juntas, hermana. Tú y yo juntas.

2 Película de terror de 1976.


Traducido por carolinaawwadorostegui, Carolina Shaw & Andreeapaz
Corregido por Agus Winchester

—Liv. —La voz de Gabby hizo eco en todo el baño—. ¿Estás aquí?
Me quedé helada al oír el sonido de su voz y pude ver que Xander
trataba de no reírse cuando su mano tapó mi boca.
—¿Liv? ¿Estás aquí? —dijo Gabby de nuevo—. Habla si estás aquí.
No podemos encontrarte, Alice, Xander o Scott, y mamá y papá quieren
pagar la cuenta e irnos ahora.
Miré a Xander, mi cara quemando rojo brillante y pude sentirme
deslizando hacia abajo por su cuerpo, hasta que sus manos se deslizaron
a mi culo y me empujó hacia atrás, por lo que una vez más me acurruqué
firmemente contra su cuerpo, su polla enclavada en el medio de mis
piernas.
—¿Liv? ¿Alice? —dijo Gabby otra vez sonando molesta y mordí mi
labio inferior por la vergüenza y escuché cómo salió del tocador.
—Soy una horrible hermana. —Gemí y luego comencé a gritar
cuando Xander ignoró mi comentario y en su lugar entró en mí de nuevo
rápidamente.
—No, no lo eres. —Sonrió, sus dedos apretando mis nalgas mientras
se movía dentro y fuera de mí. Apreté mis manos alrededor de su cintura y
mordí su hombro para detenerme de gritar en éxtasis.
Sé que te estás preguntando qué pasó en el desayuno que tendría a
Xander follándome otra vez, y de todos los lugares, en el baño del
restaurante. En primer lugar, tienes que saber que no soy el tipo de chica
que roba novios de otras chicas. No en la escuela secundaria, no en la
universidad. Nunca. Nunca fui la chica que va detrás del hombre de otra
mujer. Simplemente no hago eso, pero tienes que entender que se trataba
de circunstancias atenuantes. Xander no era el hombre de Gabby y bueno,
él solo hizo condenadamente demasiado difícil decir que no. Demasiado
difícil.
No salí de la casa esperando tener sexo con Xander otra vez. Eso no
era parte del plan. No del todo. Pensaba en ignorarlo pero todo se fue
cuesta abajo tan pronto como llegamos a la camioneta para ir al
restaurante hace dos horas.

***

—Estoy tan feliz de que todo el mundo vino a casa para escuchar mi
buena noticia. —Gabby sonrió desde el asiento del pasajero del Lincoln
Navigator3 de mi padre—. Ustedes, genial. —Me miró y luego a Alice—. No
puedo creer que incluso la gente que no está invitada se presentó. —Le dio
a Alice otra mirada y luego se volvió hacia Aiden quien conducía el coche.
—¿Por qué no viajaste con mamá, papá y Chett? —le pregunté a
Gabby ya molesta a causa de ella y solo habíamos estado en el coche
durante cinco minutos.
—Porque quería viajar con mi prometido y su hermano —dijo
mientras le sonreía a Xander amorosamente—. Y quería estar en el
Lincoln. Tiene capacidad para ocho y quería que la mayor cantidad de
personas disfrutara de mi compañía mientras celebramos este fin de
semana.
—Bien para nosotros —dijo Alice y me miró con una sonrisa.
—Crezcan. —Gabby puso los ojos—. Ustedes dos se graduaron de la
Universidad, ambas tienen veintidós años. Dejen de actuar como si
tuvieran doce.
—No le hables a Alice de esa forma —le espeté a Gabby.
—Sí, da un descanso —habló Scott desde el asiento trasero—. Nadie
quiere escucharte dar un sermón todo el día —continuó.
—Scott. —Aiden se detuvo en el semáforo y miró hacia atrás—. Este
es el gran fin de semana de Gabby. Tengan un poco de respeto.
—Sí, sí, sí. Nadie murió y te convirtió en John Boy Walton4, Aiden —
replicó él, Alice y yo nos reímos de sus comentarios. Aiden miró a Alice por
un segundo y después su rostro se puso rojo cuando su risa murió.
—Mira lo que has hecho. —Me di la vuelta y miré a Xander, que se
encontraba sentado en la última fila con una sonrisa en su rostro. Henry
se hallaba sentado a su lado luciendo un poco incómodo.
—Liv —habló Gabby—. No le hables a mi prometido de esa forma.

3 Es un vehículo muy parecido a una camioneta o una van.


4 Se refiere al hermano mayor de la serie “The Waltons”, quienes eran siete hermanos.
—¿Estoy mintiendo?
—Es por eso que todavía estás soltera y no puedes conseguir un
hombre —habló otra vez, sus ojos quemándome—. No sabes cómo tratar a
uno.
—¿Y tú sabes? —Mi mandíbula cayó por su mala educación.
—Yo soy quien está comprometida. —Mostró su anillo y me dio la
espalda, deseando tan desesperadamente gritar que fui yo quien folló con
él el fin de semana anterior.
—Chicas —habló Aiden de nuevo—. Es suficiente, Gabby.
—¿Qué? Liv es quien...
—Estás siendo grosera con Liv y Alice. Sólo detente.
El coche se quedó en silencio. No creo que alguno de nosotros podía
creer que Aiden le hablara así a Gabby. Él nunca le decía que se callara.
Los únicos dos que siempre estábamos en problemas éramos Scott y yo,
incluso Chett no lograba ser castigado demasiado. Me di la vuelta y miré a
Xander de nuevo, pero me detuve a mí misma porque Henry estaba ahí.
Todos estábamos más que listos para llegar al restaurante, Alice y yo
saltamos fuera de la camioneta rápidamente y caminamos hacia la
entrada.
—¿Quién sabía que Aiden podría dar la cara por mí? —Ella sonrió y
traté de no poner los ojos.
—¿Así que todavía compartiremos esos panqueques? —Henry se
unió a nosotras.
—Suena como un plan para mí. —Asentí y sonreí—. Sólo recuerda…
—Sin tocino, lo sé —terminó la frase por mí.
—Umm, no creo que nos hayamos presentado formalmente. —Alice
le tendió la mano—. Soy Alice, la mejor amiga de Liv y principal apoyo.
—Hola, Alice. —Él tomó su mano—. Soy el hermano menor de
Xander y subordinado general.
—Encantada de conocerte, subordinado. —Sonrió.
—Encantado de conocerte, apoyo principal. —Le devolvió la sonrisa.
—Alice, esperaba hablar contigo. —Aiden apareció a su lado y vi
cómo ella lo miró con alegría.
—Así que, ¿por qué has venido este fin de semana? —le pregunté a
Henry mientras entrabamos al restaurante para unirnos a mis padres y
Chett. Podía escuchar a Gabby y Xander hablando detrás de nosotros.
—Xander me pidió que viniera. —Bajó la voz—. Para ser honesto,
nunca oí de Gabby antes de este fin de semana. —Miró detrás de nosotros
durante un rápido segundo—. Y ella no es el tipo de chica con que
esperaba que él se estableciera. Quiero decir, nunca pensé que él podría
casarse y punto. —Se rió.
—¿Si? ¿Por qué es eso?
—Mi hermano Xander es un mujeriego. Un soltero asumido. Siempre
ha dicho que nunca ha tenido intenciones de casarse o tener hijos.
—¿En serio? —Quería desesperadamente darme la vuelta y
preguntarle a Xander por qué se casaba con Gabby—. Entonces, ¿por qué
crees que se va a casar con Gabby?
—Mi mama dijo que Xander se casaría cuando se enamorara. —
Sonrió—. Ella siempre dijo que no dio a luz a robots y que llegaría el día en
que una mujer reclamaría su corazón y que nunca sería el mismo otra vez.
Supongo que llegó ese día.
—Oh, guau. ¿Así que realmente crees que la ama?
—¿Qué se yo? —Henry se encogió de hombros y miró hacia otro
lado.
—¿Qué? ¿Qué es lo que no me estás diciendo?
—No quiero ser grosero. —Hizo una mueca—. Pero no creo que
alguien como Gabby podría ser su tipo. Sé que ella es tu hermana y todo,
pero ella es tan… —Su voz se apagó y me reí.
—Es una perra.
—No quería decir eso.
—Está bien. —Me reí y enganché mi brazo con el suyo, realmente
feliz de que estuviera aquí este fin de semana. Caminamos hacia la mesa y
mis padres se pusieron de pie, mientras Chett charlaba con alguien por el
teléfono—. Todos la llamamos así —le susurré al oído antes de sentarnos.
—¿En serio? —Me miró con sorpresa.
—Y por todos, quiero decir Alice y yo. —Sonreí mientras él reía.
—¿De qué se rieren ustedes dos? —Xander se acercó a nosotros con
el ceño fruncido.
—No es asunto tuyo —dije con inteligencia y luego le guiñé un ojo a
Henry, quien se rió de nuevo.
—Hmmph. —La garganta de Xander hizo un ruido, pero no dijo
nada.
—Me sentaré a tu lado. —Henry se sentó en la silla junto a mí y me
sonrió feliz.
—Supongo que tomaré el otro asiento —dijo Xander y se dejó caer
junto a mí en el otro lado.
—Pero Alice iba a sentarse ahí.
—Bueno, ella no está ¿verdad? —Él levantó una ceja.
—Lo que sea. —Miré más allá de él hacia Gabby que miraba hacia
nosotros con dagas en los ojos—. Pensé que te gustaría sentarte con tu
prometida. No hay una silla a tu derecha —dije con rigidez.
—Bueno, pensaste mal ¿no?
—Así que, ¿has dormido bien? —Me volví hacia Henry y decidí
ignorar a Xander. No iba a dejarme perder los estribos en el desayuno en
frente de todos. Sabía que mis padres no estarían felices si me escuchan
decirle insultos.
—Sí, muy bien, gracias. —Henry asintió—. ¿Y tú?
—Sí, me sentí… argh. —Salté cuando sentí una mano en mi pierna.
Miré a Xander pero él se hallaba ocupado hablando con mi padre a través
de la mesa. Llegué debajo de la mesa y cogí su mano tratando de sacarla
de mi muslo, pero no se movió, en cambio, se movía más arriba en mi
muslo. ¿Por qué? Oh, ¿por qué dejé que Alice me convenciera de usar una
falda esta mañana?
—Detente —le susurré a Xander, pero él no prestó ninguna atención.
—¿Estás bien, Liv? —preguntó Henry y yo asentí. ¿Cómo le iba a
decir que los dedos se su hermano corrían arriba y abajo por dentro de mi
pierna y me empezaba a encender?
—Sí, ¿he oído que estás solo? —le dije y luego me di cuenta que todo
el mundo me miraba cuando la mesa permaneció en silencio.
—De modo que es obvio, Liv. —Gabby sacudió la cabeza hacia mí.
—¿Obvio sobre qué? —La miré con mi mejor mirada de muerte.
—Que te interesa. —Negó con la cabeza—. Mamá y papá realmente
deberían haberte mandado a clases de conducta, tal vez entonces tendrías
algo de clase.
—¿Estás hablando conmigo sobre clase? —Me reí y miré a Alice—.
¿La chica que solía salir a encontrarse con Tommy, el chico del lavado de
coches, un viernes por la noche y así podrían tener sexo en la parte trasera
de los coches de ricos?
—Liv. —Mi madre me advirtió ya que su cara se enrojeció—. Es
suficiente.
—Ella empezó —protesté.
—Liv. —Aiden me lanzó una mirada—. Suficiente.
—Sí, papá. —Rodé mis ojos a él—. Oh, espera, papá está sentado
junto a mamá. ¿Así que entonces quien eres tú, señor? —le pregunté, mi
voz levantándose cuando los dedos de Xander corrieron todo el camino
hasta mi pierna y se instaló en la parte superior de mi muslo y avanzó
hacia el interior. Cerré apretadamente mis piernas, pero eso fue un paso
en falso, ya que acabé atrapando sus dedos entre mis piernas y podía
sentir el roce contra mi clítoris. Oh, Dios, ¿por qué se sentía tan bien?
Quería decirle y sacar toda la mierda, pero no podía. Una parte de mí se
apagaba con lo que estábamos haciendo. Sé que suena horrible, pero
había que estar en la situación, con tu perra hermana mayor sentada
frente a ti con esa mirada en su cara como si fuera un pedazo de mierda
debajo de sus tacones Jimmy Choo.
—Basta, Liv. —Mi papá finalmente habló—. Este no es el momento
para que tú y Gabby estén discutiendo.
—No estoy discutiendo. Sólo estoy diciendo la.... agh... —Mi voz se
apagó cuando sentí el dedo índice de Xander tocando y frotando mi
clítoris. Mataría a ese hombre.
—Estás un poco celosa, pequeña... —comenzó Gabby con una
mirada de rabia en su cara.
—Vamos, chicos —la interrumpió Scott—. Tenemos invitados. No
queremos que Xander y Henry piensen que estamos todos locos.
—¿Qué hay de lo que yo pienso? —le preguntó Alice, con una
pequeña sonrisa.
—Ya sabes lo locos que somos. —Le guiñó un ojo y ella se echó a
reír.
—Es cierto.
—¿Ustedes dos terminaron? —Aiden los fulminó con la mirada y
miré la cara de suficiencia de Xander en estado de shock. ¿Tenía razón? ¿A
Scott y Aiden les gusta Alice? Oh, Dios mío, ¿cuánto más loca podría estar
nuestra familia?
—Por favor, no te preocupes por nosotros —habló Xander mientras
seguía frotando su dedo suavemente—. Mi hermano y yo estamos felices
de compartir todas las experiencias con tu familia. Hemos perdido a
nuestros padres hace unos años y estamos encantados de ser parte del
esquema familiar ahora.
—¿Así que eres huérfano? —le pregunté, mi corazón repentinamente
doliendo por él.
—Tenemos un abuelo que está vivo aún. —Me miró y sonrió—. En
realidad aún está trabajando en el negocio familiar y haciendo todo tipo de
demandas.
—¿Ah, sí?
—Nos quiere dar herederos para la empresa —dijo Henry con una
sonrisa—. ¿Anticuado no? Dijo que no nos pasará nuestras acciones hasta
que nos vea a ambos casados y teniendo hijos.
—Guau. —Miré entonces a Henry—. Eso es una locura. —Por
supuesto, estaría mintiendo si dijera que mi mente no corría a un millón
de millas por segundo. ¿Era esta la razón del por qué Xander se casaba
con Gabby?
—Es algo bueno que ya que estés embarazada, ¿no es así, Gabby? —
habló Alice de repente—. Xander tendrá tanto una esposa como un bebé
para mostrarle a su abuelo. —Hubo silencio en la mesa luego de que Alice
habló y me observó mientras su mano voló a su boca y miró con sus ojos
muy abiertos. Olvidó que mis padres no debían saber sobre el bebé.
—¿Qué bebé? —Aiden frunció el ceño y miró a Gabby.
—No sé de qué está hablando. —El rostro de Gabby era de un color
rojo brillante—. Vamos a pedir la cena por favor.
—¿Es por eso que te casarás con ella tan rápido? —habló Scott y
miró a Xander.
—Ya basta. —Mi padre frunció el ceño y miró a su menú—. No
tendremos esta conversación en esta mesa.
—Realmente necesitas superar tus celos, Liv. —Gabby me miró—. Y
deja de hablar a espaldas de mí. Sé que no tienes vida, pero eso no es
culpa mía.
Mi mandíbula cayó abierta ante sus palabras y no pude detenerme
de lo que hice a continuación. Abrí mi menú y mientras miraba en su
dirección, llegué por debajo de la mesa y comencé a frotar la parte
delantera de los pantalones de Xander, asegurándome de que mi mano se
pusiera en contacto sólido con su virilidad. Lo sentí mirándome cuando se
sentó y bajó la cremallera de sus pantalones lentamente y alcanzó mi
mano para que pudiera tener contacto con él desnudo. Podía sentirlo
moviéndose en su silla mientras mis dedos sostenían su pene desnudo y
sonreí para mí misma cuando lo sentí creciendo duro en mis dedos.
Levanté mi mirada y miré a Gabby, quien se hallaba a pocos metros de
distancia y no sabía lo que pasaba.
Miré hacia abajo al menú y decidí ser aún más atrevida. Deslicé
completamente el pene de Xander de sus pantalones y le oí gemir
ligeramente cuando mi mano se movía de arriba abajo rápidamente. Sentí
su mano agarrar mi muñeca y se inclinó hacia delante y susurró en mi
oído suavemente.
—Tienes que detenerte, Liv.
—¿Detenerme de qué? —Me volví a mirarlo y le di una pequeña
sonrisa.
—Detente. —Sus ojos ardían en los míos—. No juegues con fuego si
no quieres quemarte.
—Yo ya me he quemado. ¿Qué es otra cicatriz? —dije en voz baja y
luego di un grito ahogado cuando sentí sus dedos deslizándose en los
costados de mis bragas y empezó a frotar mi clítoris fuertemente.
—Al parecer tienes la humedad suficiente para apagar el fuego ya —
murmuró mientras continuaba frotándome―. Ya estás lista para mí, ¿no?
¿Eres una chica sucia?
—Eres un cerdo. —Mis dedos se movían de arriba abajo más rápido
mientras masajeaba.
—Así que, ¿lo estás entendiendo? —me preguntó Alice desde el otro
extremo de la mesa y la miré con una mirada culpable en mi cara. Tenía
tanto miedo de que alguien en la mesa se diera cuenta de lo que
estábamos haciendo. Si alguien tiró algo fuera de la mesa y se inclinó para
recuperarlo verían mis manos deslizándose arriba y abajo en su pene y
que sus dedos estaban entremedio de mis piernas moviéndose debajo de
mis bragas.
—No estoy segura —le dije, sin aliento.
—¿Por qué no cubres los cerdos? —dijo Xander y lo miró con otros
ojos. Quité mi mano de su pene y traté de alejarme de él. De repente, el
entero peligro de lo que estábamos haciendo me golpeó. ¿Por qué tomaba
estos riesgos?
—No me preocupo por los cerdos. —Lo miré—. No saben bien.
—¿Ah, sí? —Se echó hacia atrás y sentí sus dedos deslizándose
fuera de mis bragas. Rápidamente empujé mi falda hacia abajo y me
deslicé hacia la izquierda.
—Sí, yo prefiero la salchicha de tocino. —No tenía idea de lo que
decía, pero sólo necesitaba controlar mi respiración.
—Me gustan ambas —dijo—. De hecho, podría comer cualquier cosa
con tal que sepan bien. —Llevó sus dedos a la cara casualmente y observé
mientras lamía mis fluidos de sus dedos a la vez—. El gusto es muy
importante. —Me guiñó un ojo cuando lamió sus labios y se apartó de mí,
repentinamente sintiéndome aún más encendida de lo que me sentí antes.
Todos pedimos nuestras comidas y la mesa estaba bastante
tranquila. La conversación era principalmente entre mi papá y Xander,
hablaron de acciones, bonos y otras cosas aburridas. Mantuve la boca
cerrada y terminé comiéndome mi comida; aunque me di cuenta que tanto
Aiden y Scott conversaban con Alice y ella parecía amar la atención. Tenía
que pedirle que me dijera lo que pasaba cuando regresáramos a casa.
Henry y yo compartimos nuestros panqueques y empezaba a desear
tomar la palabra de Xander. Parecía un hombre mucho más agradable que
su hermano mayor.
—Disculpen, debo ir al baño. —Me puse de pie y salí de la mesa
corriendo al baño de chicas después de haber terminado mis panqueques.
Le di a Alice una señal con la mirada para que me siguiera al baño y luego
me alejé. Cuando entré al baño fui directamente al espejo y retoqué mi
lápiz labial, ricé mi pelo y esperé. Un par de minutos después, la puerta se
abrió y miré con una sonrisa esperando ver entrar a Alice.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Me quedé sin aliento mientras
miraba a Xander.
—¿Qué te parece? —Se dirigió hacia mí con una mirada penetrante.
—No puedes estar aquí.
—¿Por qué no? —Se detuvo frente a mí y se lamió los labios mientras
sus brazos se deslizaron alrededor de mi cintura y me atrajo hacia él.
—Xander. —Gemí mientras sacaba mi camiseta y sacó mi pecho
izquierdo de la copa de mi sujetador—. ¿Qué estás haciendo?
—¿Qué te parece? —Se inclinó y chupó mi pezón. Gemí cuando sus
dientes mordisquearon mi pecho y chupaba duro.
—Xander —Gemí—, no podemos hacer esto.
—Ven. —Me agarró la mano y me llevó a uno de los cubículos y cerró
la puerta detrás de nosotros. Sus manos se deslizaron hasta mis pechos y
jugó con mis dos pezones, ya que estábamos de pie en el pequeño espacio,
el sonido de mi pesada respiración era el único sonido en el tranquilo
cuarto de baño.
—Esto está tan mal. —Gemí cuando sentí sus manos deslizarse por
encima de mi falda y empezar a apretar mi trasero.
—¿Por qué?
—Porque estás comprometido con mi hermana.
—Somos amigos más que otra cosa. —Se inclinó y chupó mi cuello,
sus dientes mordieron mi piel. Agarré su cabello y luego corrí mis manos
sobre sus hombros hasta el interior de su camisa para que pudiera tocar
su pecho desnudo.
—¿Por qué te vas a casar con ella?
—Es una transacción de negocios. —Agarró mi cara y luego me besó,
duro. Su lengua se deslizó fácilmente por mi boca, tomando el control de
mi lengua y me poseyó. Sus labios eran ásperos mientras me besaba y lo
hizo apasionadamente, incapaz de resistirme a él y su presencia. Él era el
señor y yo su campesina y así fue como debería de ser este momento.
Entonces me levantó y envolví mis piernas alrededor de su cintura. Me
encontraba tan absorta en el momento que ni siquiera creía que podía
detenerme. Sentí su mano correr entre nuestros cuerpos y se desabrochó
el pantalón, su polla empujando con todo su poder, dejándonos saber
exactamente quién es el que llevaba la batuta. Su mano se deslizó detrás
de mí y sentí que mi cuerpo se movió un poco más arriba, antes de que él
moviera su mano y colocara mis bragas hacia un lado.
—Xander. —Miré a sus ojos preguntándole.
—¿Sí? —Sonrió y sentí cuando empujó su polla dentro como
respuesta.
—Oh. —Gemí casi gritando. Empujó mi espalda contra la puerta y se
movió de nuevo adelante y atrás.
—Agárrate fuerte. —Gruñó mientras entró una y otra vez.
—Oh —grité cuando se estrelló contra mí y se detuvo.
—Shh, cariño. —Se rió—. Muerde mi hombro si tienes que hacerlo,
pero no puedes gritar en voz alta.
—Estoy tratando de no hacerlo. —Gemí mientras se deslizaba
fácilmente de nuevo. Podía sentir que llegaba muy adentro y sentí cómo
rápidamente se empezó a edificar mi clímax. Me hallaba casi en la cima y
sabíamos que el camino iba a ser explosivo.
—Eres tan sexy. —Me besó mientras se movía, ahora más lento—.
Mírame —ordenó y lo miré a los ojos—. Tan, tan sexy. —Gimió mientras
ajustaba su posición y aumentó el ritmo ligeramente.
—No deberíamos estar haciendo esto —protesté débilmente,
sabiendo que no quería que se detuviera.
—¿Por qué no? —Gimió mientras levantaba mi trasero más arriba
para que me deslizara.
—Porque… —empecé y luego cerré la boca cuando oí la puerta del
baño abrirse.
—Liv, Liv, ¿estás aquí? —La voz de Gabby resonó en el baño y me
congelé. Pude ver que Xander trataba de no reírse. ¿Cómo este hombre
piensa que es divertido que casi sea capturado por su novia follando con
su hermana en un baño público? Está enfermo, te lo estoy diciendo. Sé
que estoy predicando en el pecado y no estoy haciéndolo mejor
permitiéndole que me folle. Quiero decir, debería haberlo detenido cuando
empezó a jugar conmigo debajo de la mesa, pero eso me había hecho
volverme loca.
—Nos vamos a ir al infierno —susurré al oído mientras continuaba
follando conmigo después de que Gabby se fue del baño.
—Habla por ti. —Gimió cuando aumentó el ritmo y golpeó con
fuerza. Lo sentí explotar dentro de mí unos segundos después de que
llegué al clímax. Me sacudí violentamente contra la puerta y su cuerpo se
unió al mío. Jadeaba en éxtasis cuando nos quedamos apenas unos
segundos disfrutando de nuestros orgasmos mutuos. Entonces me deslicé
de su cuerpo y me puse en mis propios pies, sintiéndome culpable como el
infierno cuando lo miré fijamente. Alzó la mano, tiró de mi sujetador
correctamente para cubrir mis pechos y luego tiró mi camisa abajo.
—Me encanta el desayuno —dijo con una sonrisa mientras me
miraba.
—¿Perdona? —Lo miré a los ojos—. ¿De qué estás hablando?
—Me encanta un buen polvo en el desayuno. —Se inclinó adelante y
me besó—. Sin embargo, lo siento por no hacer algún trabajo con mi
lengua. Tal vez más tarde.
—Eres un cerdo. —Negué con la cabeza—. ¿Es que no tienes
vergüenza?
—¿Vergüenza? ¿Yo? —Se rió y pasó las manos por su cabello
mientras se ajustaba la camisa y los pantalones—. En realidad no. —Abrió
la puerta del baño y salió. Me quedé allí y observé mientras caminaba para
salir del cuarto de baño. Se detuvo en la puerta principal y se dio vuelta
para mirarme—. Ah, por cierto, Liv. Deja de coquetear con Henry. Eso
nunca va a suceder.
—¿Perdona? —Mi mandíbula cayó.
—Mi hermano no quiere mis sobras. —Sus ojos se estrecharon—. Así
que deja de coquetear con él.
—Idiota. —Mi corazón se aceleró demasiado con sus palabras. En
ese momento me odiaba y a él también—. ¿Cómo te atreves?
—¿Cómo me atrevo a qué? —Miró hacia arriba y abajo—. Deja a mi
hermano en paz.
—Voy a hacer lo que quiera.
—Somos tan malos con el otro, Liv. No puedes actuar alta y
poderosa ahora. Acabas de tener sexo conmigo en un cuarto de baño,
mientras tu hermana esperó afuera. Sabías el resultado y todavía lo
hiciste. No soy el único cerdo en este cuarto de baño.
—¿Cómo te atreves? —Me encontraba a punto de llorar. No era lo
que esperaba cuando estuviera abajo, en absoluto.
—Sé que no entiendes mis razones para casarme con Gabby, cuando
no la amo. —Se encogió de hombros, sus ojos ardiendo en los míos—. Pero
no espero que lo entiendas. Alguno de nosotros sabe que el amor es una
razón estúpida para casarse.
—¿Qué?
—Te dije que le propuse matrimonio la semana pasada a Gabby
porque lamenté algo. Me preguntaste si era tener sexo contigo. —Sus ojos
se veían oscuros cuando me miró—. Y la respuesta es sí. Lamenté ese
maldito fin de semana. Fuiste la que me hizo decidir pedirle matrimonio a
Gabby. No porque eres su hermana. No sabía eso hasta ahora.
—¿Qué hice entonces?
—No importa. —Su rostro se suavizó por un momento mientras me
miraba a la cara—. Todo lo que importa ahora es que estoy comprometido
con ella y vamos a tener que lidiar con eso.
—Te odio —dije, con mi estómago retumbando en decepción y el
rechazo. Lo que realmente quería era que nos odiara a los dos. Odiaba que
hubiera sido tan débil para haberme acostado con él de nuevo.
—No, no lo haces. —Se rió mientras se daba la vuelta—. Sólo odias
como te hago sentir. Odias que no puedas controlarte a ti misma cuando
estás a mí alrededor. Odias que la sensación de mí dentro de ti se siente
como si estuvieras finalmente completa. Odias que tu cuerpo me
pertenezca.
—¿Qué? —Mi voz se redujo—, ¿por qué dices eso?
—Porque es exactamente como me siento. —Me dio una última
mirada y después salió del baño, me dejó allí, aturdida.
Traducido por Andreeapaz
Corregido por *Andreina F*

—¿Dónde has estado? —me preguntó Alice mientras caminábamos


fuera del restaurante.
—No quieres saber. —Hice una mueca—, ¿dónde estabas?
—Tampoco quieres saber. —Ahora Alice hizo una mueca y nos
quedamos mirando a la otra por unos segundos.
—Oh, Alice. Estoy tan muerta.
—¿Qué hiciste?
—me encontraba en el ba…
—Ahí estás. —Gabby salió corriendo del restaurante—. Te estado
buscando. —Me dio una mirada de desaprobación.
—Estoy aquí. ¿Qué quieres? —pregunté, y miré hacia un lado. Me
sentía demasiado avergonzada para mirarla a los ojos. No quería que viera
mi vergüenza.
—Quería decirte que lo siento. —Se mordió el labio inferior y la miré
en estado de shock. ¿Qué dijo?
—¿Eh? —Miré a Alice que también parecía incrédula.
—Quería pedirles disculpas a las dos —Suspiró—, he sido una perra
y he sido grosera con ustedes. —Me miró a los ojos y me sorprendió ver
una mirada de sinceridad en ellos—. Supongo que siempre he estado
celosa de su amistad y me golpeó esta mañana. No debería haberlo hecho.
—¿Qué? —dije y tragué saliva. ¿Por qué tenía que elegir esta
mañana para convertirse en una amorosa hermana mayor? ¿Por qué eligió
el momento justo después de que la traicioné? ¿Cómo o por qué?
—He sido grosera y mezquina —Me agarró la mano—, lo siento. No
debería haberlo dicho esta mañana o algún otro día.
—Yo, uh, ¿de qué estás hablando?
—Hablé con Chett —dijo en voz baja—, sabía antes lo del bebé. Y él
sabe que no es de Xander. —Se mordió el labio inferior—. Estoy en una
afortunada posición por haber encontrado un hombre como Xander.
—¿Oh? —Sonreí débilmente. Por favor ahora no digas que estás
enamorada de él. Por favor, por favor, por favor.
—No me quiere a mí y a un bebé que no es suyo. —Asintió con la
cabeza—. Sé eso, pero estoy tan agradecida de que él…
—Estoy muy emocionada por ti —la interrumpió Alice y nunca
estuve más agradecida con ella. No estaba segura de que podía estar allí y
escuchar a Gabby seguir hablando de Xander sin vomitar—. Debes estar
emocionada planificando la boda.
—Sí, lo estoy. —Asintió y suspiró.
—Se debe sentir agradable que un hombre guapo como Xander
quiera salir con alguien como tú.
—¿Qué demonios significa eso? —rugió Gabby y me congelé con su
tono. Alice y yo nos miramos durante unos segundos y supe que
estábamos pensando lo mismo. Gabby realmente o ¿tuvo un cambio de
corazón o alguien la puso en esto?
—Ahí lo tienes. —Xander y Henry salieron del restaurante y evité
mirarlo—. ¿Has hablado con tu hermana, Gabby? —preguntó Xander y
supe que puso esa disculpa en su boca.
—Sí —dijo Gabby mientras Alice y yo nos sonreímos.
—Bien. —Xander se acercó a mí y me dio un golpecito en el
hombro—. Nos tenías a todos preocupados.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Desapareciste. —Sus ojos ardían con los míos.
—Desaparecí.
—Sí. —Me dio una pequeña sonrisa—. Me preocupó que
simplemente hubieras desaparecido o que te cayeras en un agujero o algo
así.
—Sí, estoy segura que lo hiciste.
—Ella está bien. —Alice dio un paso adelante con el ceño fruncido y
miró a Xander—. No hay que preocuparse.
—Está bien. —Miró a Alice y a mí mientras sabía que se preguntaba
por qué Alice actuaba tan fría. Para ser honesta, a mí también me
sorprendió. Nunca vi a Alice siendo así con alguien—. Vamos a esperar en
el auto. —Alice me agarró del brazo y me alejó de Xander. Podía sentir
cómo nos observaba mientras nos alejábamos.
—¿Qué fue todo eso? —pregunté mirándola de lado.
—No me gusta —Hizo una mueca—, no debería estar jugando
contigo y con tu hermana. Es un idiota. No me gusta que esté tratando de
sacarte de quicio.
—Sí, no sé a lo que está jugando. —Asentí con la cabeza.
—Sólo mantente alejada de él. —Me miró cuando llegamos al auto—.
Piensa que puede tener el pastel y comérselo también, no lo creo. Quiero
decir que él estaba bien para una sola noche, pero te mereces más que esa
mierda que te está diciendo en este momento.
—Sí, no puedo creer que acabo de tener sexo con él de nuevo.
—¿Qué? —Se le cayó la mandíbula.
—Sí. —Asentí con la cara roja.
—¿Dónde? —Sacudió la cabeza y miró a su alrededor.
—En el baño —susurré.
—Ni siquiera voy a preguntar. —Se rió—. Oh, Liv.
—¿Qué? —Me quejé y enterré mi cabeza en mis manos—. Apesto,
¿no es así?
—No lo sé. ¿Lo haces? —Se rió de nuevo y movió sus cejas.
—No, no se lo chupé en el baño —Me reí—, y no conseguí ni siquiera
su milagrosa lengua.
—¿Sólo su milagrosa polla?
—Alice. —Me mordí el labio inferior y volví a gemir—. Mierda, fue tan
caliente. Tan caliente y tan malo.
—Eso es porque lo malo siempre es caliente. —Miró a su alrededor
antes de hablar de nuevo—. ¿Fue tan bueno como la última vez?
—Fue aún mejor. —Gemí—. ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué
esto me pasa a mí?
—No es tu culpa.
—Siempre encuentro a chicos de mierda.
—Sí, pero al menos este tipo es una mierda y es bueno en la cama.
—O en el baño público. —Me reí.
—No entiendo por qué no podemos conocer a chicos buenos —
Suspiró—, ¿qué está mal con nosotras? Somos mujeres buenas. Somos
bonitas. Honestas. Amantes de la diversión. Mierda, si fuera lesbiana
saldríamos juntas.
—¿Vas a salir contigo misma?
—Demonios, sí. —Sonrió—. Soy bastante impresionante.
—Es verdad.
—Sólo deseo que alguien aparte de nosotras vea eso. —Suspiró y se
inclinó contra el auto—. ¿Qué pasa con nosotras, Liv? ¿Por qué siempre
nos metemos en estos líos?
—¿Qué pasó contigo? —pregunté en voz baja—, te lo dije por mí y
Xander, pero, ¿qué paso contigo en este momento?
—Coqueteaba con el camarero para poner a Aiden celoso y bueno el
camarero trató de besarme y Aiden lo vio y me dio una mirada que me hizo
sentir como una miseria.
—Oh, Alice. —Suspiré, me alegré que no hubiera estado
coqueteando con Scott. Imagínate si hubiera causado alguna pelea con
golpes. Eso habría hecho de mi familia un acto secundario de un circo. No
es que no estuviéramos a mitad de camino.
—Lo sé. Soy un desastre.
—Las dos lo somos. —Me reí.
—¿Qué vamos a hacer?
—Tenemos que olvidarnos de ellos. Vamos a salir esta noche y
conocer a algunos chicos calientes mientras nos divertimos.
—¿Quieres? —No parecía entusiasmada con la idea.
—¡Sí! ¡Nosotras no los necesitamos! Somos dos chicas calientes.
Necesitamos a dos hombres calientes que nos aprecien.
—No sé. —Hizo una mueca—. Cuando estábamos en la universidad,
nunca tuvimos mucha suerte.
—Eso era porque éramos ñoñas —Me reí—, y no sabíamos jugar este
juego. Las dos jugábamos a lo seguro y salimos con perdedores. Saliste
con Luke y ahora está casado con Joanna, nuestra ex compañera de
cuarto. Y salí con Justin y Evan y bueno, ellos tampoco eran geniales.
—Evan era adicto a los videojuegos. —Se rió Alice.
—Y a mi ropa interior. —Me estremecí—. Y no de una manera
atractiva.
—¿Hay alguna manera seductora? —Me miró con curiosidad.
—Sí, el robo y oler de una manera sexy. —Hice una mueca—. Bueno,
eso suena pervertido cuando lo dije en voz alta, pero es un poco sexy,
porque sabes que eso enciende a un hombre. Quiero decir, si vas a robar
la ropa interior, hazlo porque las estas oliendo o porque te viniste en ellas.
No porque quieras usarlas.
—Me hubiera gustado haber visto su cara cuando lo pillaste en tu
tanga negra y tu labial rojo.
—Arruinó también mi labial. Era un Chanel. Pagué cuarenta y dos
dólares por ese lápiz labial y ni siquiera me compró otro.
—Me atrevo a decir que se excedió con la tanga. —Se rió.
—Lo hizo. —También me reí—. Se la di como regalo de despedida
cuando rompimos.
—Oh, Evan, pensé que era un bicho raro desde el principio —dijo
Alice—, me refiero a ¿qué chico lleva sus videojuegos y juega cada vez que
se queda en la casa de su novia?
—Un chico perdedor, ¡como él! —Gemí—, no era que Justin fuera
mejor.
—Cierto —concordó—, ¿qué pasaba con su cabello?
—Su cabello era uno de sus menores problemas. —Me reí al recordar
a otro de mis ex—. ¿Recuerdas cuando lo encontramos usando un
corrector para ocultar su acné?
—Lo sé —Gimió—, lo atrapé usando mi cepillo de dientes una vez
también. Era tan asqueroso.
—Uf, siempre me parece que escojo a los peores chicos.
—No mires ahora, pero el pelotón se dirige hacia nosotras —dijo
Alice en voz baja.
—Uf, ni siquiera quiero ver a Xander y Gabby a la cara. Por favor, di
que podemos salir esta noche.
—Bien —Sonrió—, vamos a ver en cuantos problemas nos podemos
meter.

***

—Vamos a jugar Scrabble esta noche. —Scott asomó la cabeza


dentro de mi habitación por la tarde.
—Lo siento, vamos a salir. —Lo miré desde mi cómoda.
—¿A dónde? —Frunció el ceño—, eso no es justo.
—Alice y yo vamos a encontrarnos con algunos hombres porque no
queremos terminar como unas viejas criadas.
—Es demasiado tarde para eso. —Sonrió y le di un codazo en el
estómago—. ¡Ay, eso duele!
—Bien —Hice una mueca—, ahora lárgate, Alice y yo estamos
tratando una sombra de ojos diferente.
—Ambas se ven como payasos —dijo Scott con cara seria mientras
me miró y luego a Alice—. Payasos que deben quedarse en casa y jugar
Scrabble esta noche.
—Nop. —Negué con la cabeza y me levanté—. No va a pasar.
—Hola, chicos, estamos jugando Scrabble esta noche. —Aiden entró
a la habitación y gimió en voz alta.
—Alice y yo vamos a salir esta noche. No vamos a estar participando
en un torneo familiar de Scrabble.
—¿Qué quieres decir con que tú y Alice van a salir? —Aiden miró a
Alice y frunció el ceño—. Esto está destinado a ser un fin de semana
familiar.
—Ya he tenido suficiente de esta familia por el día. —Me acerqué a
mi armario y abrí las puertas—. Esta noche tengo que olvidarme de la
familia.
—Liv —comenzó y me di vuelta para mirarlo con fuego en los ojos. Si
se atrevía a decirme que no podía ir, lo iba a golpear—. Bien, diviértanse —
dijo simplemente y mi mandíbula se abrió en estado de shock.
—¿Qué, eso es todo?
—Eres una adulta. Puedes hacer lo que quieras.
—Oh, Dios mío, esto es el fin del mundo. —Miré a Alice con una
sonrisa—. Aiden no está tratando de decirme qué puedo y no puedo hacer.
—Supongo que los milagros suceden —dijo ella en voz baja y miré a
Aiden mientras se reía.
—Supongo que sí. —Saqué un ceñido vestido negro que me compré
en la universidad y se lo mostré a ella—. ¿Debo llevar esto esta noche?
—Es caliente. —Asintió Alice—. Definitivamente debes usar ese
vestido.
—Bueno, esta es mi señal para salir. —Scott se apresuró a salir de la
habitación y Aiden, Alice y yo nos miramos.
—Entonces, ¿dónde están yendo las dos? —preguntó en voz baja
Aiden y le di una mirada extraña. ¿Por qué todavía seguía en mi
habitación? ¿Por qué le importaba dónde íbamos? Los hombres eran tan
difíciles de entender. No tenía idea qué pasaba con Aiden y él es mi
hermano.
—No estamos seguras todavía. Es la decisión de Liv.
—Oh, bien, ¿confías en ella? —bromeó Aiden y mi mandíbula se
abrió aún más amplia. ¿Mi hermano bromeaba con Alice?
—Sí, confío en ella. —Sonrió Alice y se sonrojó.
—¿Qué clase de lugar están buscando? —preguntó de nuevo Aiden.
—Estamos buscando un lugar lleno de hombres calientes que nos
devoren —dije con una sonrisa.
—Ummm. —Me miró Aiden con una mirada de desaprobación—. Sé
de un buen bar de vinos si están interesadas.
—No, vamos a bailar sucio y apretado. Tal vez vamos a beber un
poco de vino, pero queremos música fuerte y hombres rápidos. —Bailé
alrededor y empecé a mover mi cuerpo adelante y atrás—. Quiero un
hombre que sabe cómo moverse con algo de hip hop, cariño.
—Está bien. —Frunció el ceño—. Eso suena divertido.
—Va a serlo. —Sonreí dulcemente.
—Tal vez también voy a ir.
—¿Qué? —Mi sonrisa se salió de mi cara—, no, tú no puedes venir.
—¿Ir a dónde? —Xander entró a mi habitación.
—¿Qué está pasando aquí? —Me aparté de él—, ¿por qué todos
piensan que pueden llegar y entrar a mi habitación?
—¿Tal vez es porque tienes una política de puertas abiertas? —
respondió Xander con una sonrisa. Sólo rodé mis ojos. ¿Qué vi en este
insoportable hombre?
—No está abierta para ti.
—¿Qué quieres Xander? —Miró Alice y una oleada de felicidad se
produjo dentro de mí. Esa era la razón de que Alice sea mi mejor amiga.
Eso fue porque confiaba en ella con toda mi vida. Siempre me cubría la
espalda.
—Chicas. —Frunció el ceño Aiden mientras nos miraba—, ¿por qué
son tan hostiles con Xander?
—No creo que estemos siendo hostiles —dije con dulzura y me di
vuelta hacia Xander—. ¿Piensas que estamos siendo hostiles?
—No. —Me miró a los ojos—, no lo creo.
—Entonces, ¿en qué puedo ayudarte, Xander? ¿Te perdiste?
¿Necesitas mi ayuda para encontrar la habitación de Gabby? —Me di
vuelta hacia mi armario y tomé un vestido rojo—. ¿O este otro? —Se lo
mostré a Alice y ella asintió con entusiasmo.
—Tal vez deberías probártelos y dejarme ver cómo te ves.
—¿Llevas un vestido esta noche para jugar Scrabble? —Miró Xander
confundido—. Un vestido rojo con un gran tajo. ¿Qué tipo de Scrabble es
este? —Sonrió y miró a Aiden.
—Ellas van a bailar. —Negó Aiden con la cabeza como diciendo típico
de chicas.
—¿Bailar? —Me miró—. No sabía que íbamos a bailar esta noche.
—Nosotros no vamos a ninguna parte. Alice y yo vamos a ir.
—¿Sólo tú y Alice? — Xander miró a Aiden—. ¿Eso es seguro?
—¿Qué quieres decir con que sí es seguro? Somos mujeres, no
niñas. —Gruñí.
—También quería ir con ellas, pero me dijeron que no —dijo
suavemente Aiden y lo vi mirando a Alice.
—Bueno, supongo que ustedes pueden venir —dijo débilmente Alice
y le di una mirada de muerte.
—Lo siento, chicos, no van a venir. Es una noche de chicas. —Puse
mis manos en las caderas—. Alice y yo tenemos que conocer a algunos
chicos calientes.
—¿Qué? —Xander frunció el ceño de nuevo. Y esta vez sus ojos
verdes me miraron furiosamente—. ¿Es una buena idea?
—Sí, ¿por qué no lo iba a ser? —pregunté con un descaro que nunca
poseí antes.
—Sólo creo que no es una buena idea. —Sus labios se adelgazaron.
—Y tú pensaste que yo era sobreprotector. —Entonces se rió Aiden—
. Pareces que tienes alrededor a otro hermano mayor que quiere ser tu jefe,
Liv.
—Oh, yay, otro molesto hermano mayor. —Gemí y luego me acerqué
a Xander y le di un abrazo rápido y un beso en la mejilla—. Bienvenido a la
familia, hermano mayor.
—Gracias. —Me miró con una extraña expresión en el rostro. Pude
ver que lo había ligeramente derribado. No sabía qué pensaba, pero supe
que no actuaba confiado y arrogante como antes.
—Ahora, lárguense, quiero probarme mis vestidos.
—También me quiero probar mi vestido —dijo Alice mirando a
Aiden—. Por favor, desocupen la habitación.
—Estamos yéndonos. —Sonrió Aiden y sentí ganas de vomitar.
Parecía que realmente iba a suceder. Alice iba a terminar saliendo con
Aiden, van a terminar casados y voy a terminar alrededor de él por
siempre.
—O podemos ayudarte a decidir —dijo Xander, sin moverse.
—¿Eh? —Lo miré con los ojos entrecerrados, mi corazón se aceleró—
. ¿Qué quieres decir?
—Podemos decirte qué vestido se ve mejor.
—No se trata de Mujer Bonita5 —Me burlé—, no necesitamos su
ayuda.
—Bien. —Se encogió de hombros—, sin pelo en mi espalda.
—Entonces nos vemos.
—Vamos, Xander. —Aiden salió de la habitación y Xander lo siguió.
—Es un tipo difícil de entender ¿cierto? —Suspiró Alice.
—Sí, lo es. Sólo que no lo entiendo en absoluto.
—¿Es triste que en lo único que puedo pensar es en querer darle un
beso? —dijo Alice con nostalgia y me quede congelada.
—¿Quieres besar a Xander?
—¿Qué? No. Estoy hablando de Aiden.
—Oh, lo siento. Hablaba de Xander.
—¡Uf, hombres! —Negó con la cabeza e hice una mueca.
—Voy al estudio a leer un poco —dije. Necesitaba salir fuera de la
habitación y borrar mis pensamientos mientras me sentía confundida y
ambigua con mis sentimientos.
—Está bien. Suena genial. ¿Podemos intentar probarnos los vestidos
en un par de horas?
—¡Sí! Vamos a hacer esto.
—Está bien, voy a tomar una siesta ahora, entonces. —Bostezó—.
Todavía estoy un poco agotada.

***

Los celos son una de esas emociones que me encanta odiar. Odio
sentirme celosa porque me hace sentirme inadecuada, pero me encanta
cuando un hombre está celoso de mí. Los celos son una cosa extraña. Hay
una línea muy fina entre caminar sin parecer un loco. Tengo que admitir
que me sentía celosa de la relación que mi hermana tiene con Xander, a

5 Pretty Woman es una película cómica romántica protagonizada por Julia Roberts y
Richard Gere. Dirigida por Garry Marshall. Fue estrenada el 23 de marzo de 1990 en
Estados Unidos y significó un enorme éxito en taquilla.
pesar de que nunca hayan tenido sexo. Supuestamente. No sé cómo se
comportan los amigos platónicos. Hace que me queme por dentro. Quiero
decir, no es que él sea mío, pero he tenido una cosa por él. Quería desear
ser su novia falsa. ¿Por qué no me pidió casarme con él? Aunque eso
podría complicar las cosas. En vista de que tuvimos sexo y todo. Y sobre
todo porque tuve verdaderos sentimientos por él. No sabía porque se iban
a casar; especialmente si ella se encontraba embarazada de otro hombre.
—¿Qué estás leyendo? —Su profunda voz interrumpió mis
pensamientos mientras caminaba dentro del estudio y se sentaba a mi
lado en el sofá.
—Hemingway —dije el primer nombre que se me vino a la cabeza—.
Ernest Hemingway. “Por quien suenan las campanas”. —Seguí diciendo,
sin saber de dónde venían las mentiras mientras escondía la portada de
Cincuenta Sombras de Grey. No tenía la necesidad de que pensara que era
una ninfómana. No sabía qué ideas podrían entrar en su mente si sabía
que leía algo de BDSM6. No necesitaba que me atara en el escritorio de mi
padre y me follara con mi culo en el aire mientras le decía que había sido
una niña traviesa. En absoluto necesitaba que lo hiciera, aunque tuve que
admitir que la idea de que eso ocurriera era bastante emocionante. Tal vez
podríamos jugar juegos de roles; él podría ser Christian Grey y yo podría
ser Ana. Sólo que no quiero hacer ninguna de esas cosas pesadas como
ser azotada. No estaba segura de que me gustaría ser azotada. Aunque no
me importaría unas sexys palmadas con sus calientes manos firmes.
—¿En serio? —Sus ojos parecían impresionados cuando me miró y
me pregunté si miraba a mi hermana igual.
—¿En serio qué? —dije distraída por su mirada.
—¿En serio estás leyendo a Hemingway? —Sonrió—. ¿Qué libro?
—“El hombre viejo y el mar” —dije rápidamente y luego maldecí en
voz baja—. Quiero decir “Por quien suenan las campanas”. —Me sonrojé y
miré abajo. Por eso no iba a dejar que me atara y tuviéramos sexo en el
estudio. Cuando lo tenía alrededor, mi cerebro se iba a la mierda. ¿Quién
sabía lo que pasaría si llegábamos a ser realmente pecaminosos y sucios?
—Oh, ¿de qué se trata?
—¿De qué se trata qué? —pregunté sin comprender mientras me
imaginaba que me daba ligeras nalgadas y luego un poco más fuerte. Me
preguntaba cómo sería la paliza que obtendría. Quizás mi trasero doliera a
su golpe o simplemente hormigueara.
—El libro. —Sus ojos se burlaron de mí mientras se sentaba allí.

6Es un término creado para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas. Se trata
de una sigla formada con las iniciales de las siguientes palabras: Bondage, Disciplina;
Dominación, Sumisión y Sadismo Masoquismo.
—Oh, es acerca de un hombre que espera en una iglesia —dije
débilmente—, va a la iglesia todos los días y espera que suene la campana.
—¿Va a esperar a que suenen las campanas? —Los labios de Xander
se torcieron.
—Sí. —Asentí con la cabeza—. Es un libro mágico y sólo son
campanas para magos. Como Harry Potter, ¿sabes?
—Umm, ya veo. —Sonrió y agarró el libro de mi mano—.
¿Cincuentas Sombras de Grey? —dijo mientras miraba la tapa—. ¿Es algo
nuevo de Hemingway? ¿Uno del que no he oído hablar antes?
—Dámelo. —Lo tomé de nuevo, con mi cara en un profundo rojo
oscuro—. De todos modos, ¿qué estás haciendo aquí? ¿No me has
molestado suficiente por un día?
—No sabía que estarías aquí. Pensé que te hallabas en tu desfile de
modas con Alice.
—Ja, ja. El desfile terminó. Sólo nos estábamos probando los
vestidos y decidir en cual nos veíamos mejor.
—Si tú lo dices. —Abrió el libro—. Ahora dime de qué se trata el
libro.
—Es sólo un libro de romance. —Me sonrojé y me estiré para
conseguir el libro—. Dámelo.
—Tengo una pregunta. —Me entregó el libro, con ojos brillantes.
—¿Qué? —espeté, avergonzada de que me hubiera pillado.
—¿Cuál es el sabor de Christian Grey? —preguntó con ojos claros.
—¿Qué? —Fruncí el ceño y luego le golpeé el hombro con el libro—.
Eres un pervertido.
—¿Yo soy un pervertido? —Sonrió—. Yo no soy el que está leyendo
porno en medio del día.
—No estoy leyendo porno. —Gruñí.
—Quiero decir, si estás caliente, puedo ayudarte.
—¿Ayudarme?
—Con mi milagrosa lengua. —Sonrió y luego movió su lengua hacia
atrás y adelante. Tengo que admitir que la vista de su larga lengua rosada
moviéndose sensualmente sobre su boca me puso caliente. Mucho. Podría
sentirlo en mis bragas y en la pesadez de mis pechos.
—Xander. —Negué con la cabeza—. ¿No tienes vergüenza?
—No. —Se inclinó y sentí su lengua en mi oreja—. No tengo
vergüenza en absoluto —susurró y luego chupó el lóbulo de mi oreja—.
Quiero hacerte venir, Liv. Quiero sacar tus bragas con mis dientes y
dejarte en la cima y bajarte con mi lengua. Quiero estar dentro de ti tanto
como tú lo quieres.
—En realidad. —Me levanté de un salto del sofá y dejé caer el libro
en su regazo—. No me preocupo en absoluto de tu lengua. No necesito tu
lengua dentro de mí. Y ciertamente no debes llevarme arriba y luego
bajarme de la cima, muchas gracias.
—¿Estas segura sobre eso? —Sus dedos pasaron por mis
temblorosos labios—. Subir a la cima es muy agradable.
—Sí, bueno, he estado en ese camino y no tengo necesidad de volver.
—Empujé su mano y rápidamente salí del estudio, mi corazón
acelerándose con su toque. ¿Por qué, oh, por qué Xander me afecta tanto?
Era como una droga que mi cuerpo ansiaba desesperadamente aunque
sabía que era mala para mí. Fue poco a poco, pero sin una pausa para
hacerme adicta y sabía que mi adicción no me guiaba a nada bueno. Sabía
que tenía que apartarme lejos de él antes de que fuera demasiado tarde.
No iba a dejar que Xander y su milagrosa lengua me dominaran, o
cualquier cosa más de lo que ya lo hacía.
Traducido por BlackRose10 & SOS por Stefffya
Corregido por Agus Winchester

—Quédate quieta, Liv. —Alice se hallaba parada frente a mí mientras


arreglaba mi cabello con su rizadora eléctrica—. Si te sigues moviendo te
voy a quemar.
—No te atrevas a quemarme —advertí—. Esto es aburrido.
—Ya casi termino. —Suspiró—. Sólo sé paciente.
—Llevo acá sentada por 20 minutos. —Bostecé—. ¿Qué tipo de
peinado estas creando acaso?
—Uno seductor y sensual. —Sonrió—. Todos los hombres en el club
van a estar encima de ti.
—Todos menos uno, más bien. —Me reí—. Si los consigo a todos,
¿quién queda para ti?
—Encontraré a alguien. —Se ríe mientras manda su largo cabello
café con iluminaciones doradas tras su hombro.
—Oh, Dios. —Me reí—. Y, ¿estás segura de que mi maquillaje no me
hace ver como una zorra?
—¿Acaso existe algo como muy zorra? —me pregunta mientras mira
mi rostro.
—Sí —afirmo—. No quiero que cualquiera piense que puede
ofrecerme veinte dólares y llevarme atrás a los contenedores de basura por
una mamada.
—¿Qué tal por cien? —pregunta moviendo sus cejas mientras las dos
nos reímos.
—Está noche va a ser pura diversión.
—Nos merecemos un poco de diversión. —Retrocedió, me miró por
unos segundos y dijo—: Te ves hermosa.
—¿Tú crees? —Salté y corrí hacia el espejo para mirar mi reflejo. Mi
largo cabello en tonos café colgaba sobre mi hombro en ondas suaves que
rodeaban mi rostro y se deslizaban por mi espalda. Mis ojos cafés brillaban
por la emoción y mi maquillaje ahumado me hacía ver como una gata
sexy—. ¿Crees que este lápiz de labios es demasiado rojo? —pregunté
mientras hacía un puchero al espejo.
—Nunca en la vida. El rojo es ardiente.
—Supongo.
—Además, combina perfecto con tu vestido rojo. Póntelo de una vez.
—Bien. —Corrí hacia mi cama y recogí mi recién planchado vestido y
rápidamente me desvestí y me lo puse. Tuve que contener mi respiración
para que pasara por mi cintura hasta mis caderas—. Este vestido es más
corto de lo que recordaba. —Miré hacia mis muslos expuestos y pasé
saliva—. No estoy muy segura de esto, Alice. No soy un palillo, ¿sabes? Las
chicas como yo, con curvas, no deberían usar vestidos apretados.
—¿Según quién? Te ves caliente, sexy, hermosa, increíble y perfecta.
—Me apuntó con su dedo—. Que se jodan esas perras flacuchas. Todos los
hombres prefieren mujeres con curvas.
—Pues, no estoy muy segura de eso. —Me reí.
—Bueno, pues si prefieren un palillo, entonces no son para nosotras.
—Sonrió de lado mientras alcanzaba su pequeño vestido negro.
—Es verdad. Cualquier hombre que esté en busca de un palillo
estará terriblemente decepcionado conmigo. —Me reí—. Nunca seré un
palillo, mis tetas son demasiado grandes.
—Los hombres aman las tetas grandes.
—Pues las mías no han sido de gran ayuda todavía.
—Esta noche lo serán. —Miró mis tetas parcialmente expuestas—.
Boom Boom.
—Gracias, Alice. —Negué con mi cabeza.
—Estoy lista, creo. —Se puso sus tacones y me miró—. ¿Qué hay de
ti?
—Pues, sí, supongo. —Afirmé mientras recogía mi bolso de mano del
closet y deslizaba mis pies en mis tacones negros—. Espero no matarme en
estas cosas. Ya me están matando mis pies —me quejé.
—Vas a estar bien. Sólo sostente de mi brazo.
—Necesito alcohol. —Me reí mientras salíamos de mi habitación.
—Yo también —confirmó—. Hoy me quiero emborrachar.
—Yo me quiero embrutecer7 —dije.
—¿Qué es embrutecer?
—No tengo ni idea. —Subí los hombros—. Oí el término
recientemente y me pareció que sonaba bien.
—Lo hace. Suena bien. Así que vámonos a embrutecernos.
—Embrutecerse, bebé. —Unimos nuestros brazos mientras nos
dirigíamos a la puerta principal.
—Liv.
Tronó la voz de Aiden a través de la casa cuando abría la puerta.
—Sí.
Me detuve mientas rodaba mis ojos.
—Ven a la sala por favor.
—¿Por qué?
—Las queremos ver antes de que salgan esta noche.
¡Ugh!
Miré a Alice mientras nos hacíamos muecas.
—Es tan malditamente cansón. Necesita casarse y tener hijos
propios. Ups. —Hice una mueca mientras miraba a Alice.
—Está bien. —Me sonrió torcidamente—. Estoy segura de que será
un gran padre.
—Enfrentémonos al pelotón y luego nos vamos —dije con un suspiro
exasperado mientras caminábamos a la sala—. Buenas noches a todos —
saludé mientras entrabamos en la habitación. Todas las miradas cayeron
en Alice y yo y casi me río al notar las caras de todos. Aiden se veía
deslumbrado, Henry impresionado, Gabby enfadada, Chett aburrido, Scott
excitado y Xander, bueno Xander se veía taciturno. Podía sentir sus ojos
repasando mi cuerpo entero y me tuve que frenar a mí misma de mirarlo
de nuevo.
—Entonces, ¿a dónde van esta noche? —preguntó Aiden a medida
que se levantaba y se acercaba.
—A un bar.
—¿Qué bar? —preguntó viéndose un poco cabreado. Me pregunté si
alguna vez iba a superar esa necesidad de saberlo todo.
—Creo que vamos al Beach Lagoon. —Acepté finalmente.

7En el original el término es Lizzard que hace referencia a ingerir una muy alta cantidad
de alcohol.
—Ah ya. ¿El que queda en la quinta? —preguntó de nuevo.
—Sí, señor —confirmé y luego lo saludé estilo militar.
—Chistosa.
—Si mamá y papá no sienten la necesidad de venir y preguntarme,
¿a ti qué te importa?
Aiden me miró por unos segundos y luego se volvió a Alice.
—Te ves muy bien esta noche.
—Gracias. —Se sonrojó mientras respondía.
—¿Vas a estar lo suficientemente abrigada en ese vestido? —Miró
fijamente la gran porción de piernas y hombros desnudos mientras ella
afirmaba silenciosamente.
—Estoy segura de que el alcohol me va a ayudar a mantenerme
caliente.
—¿Quién es el conductor designado? —preguntó mirándome
nuevamente con mala cara.
—Nos vamos en taxi ida y vuelta. —Me esforcé por no rodar mis
ojos—. No somos irresponsables, ¿sabes? De alguna extraña manera
logramos cumplir los veintidós con algo de cerebro.
—Sólo quería estar seguro que no necesitaban un aventón ida y
vuelta.
—Las puedo llevar si quieren —dijo Xander mientras se levantaba.
—No, no es necesario que te pongas en esas —dijo Gabby molesta
mientras me miraba. Hasta ahí le llegó el teatrito de arrepentimiento.
Sabía que no iba a ser capaz de fingir ser dulce por mucho tiempo.
—No quiero que nadie saque ventaja de ustedes, chicas. —Xander se
paró al lado de Aiden y me miró fijamente. Esta vez no logré evitar su
mirada. Sus iris se veían furiosos mientras me miraba. No sabía cuál era
su problema, pero no pude evitar temblar mientras me paraba a su lado.
Podía sentir la electricidad flotando entre nosotros por lo que retrocedí un
paso.
—Creo que estaremos bien —afirmé lamiendo nerviosamente mis
labios.
—Sí, estaremos bien —repitió Alice y noté cómo se daban miraditas
nerviosamente con Aiden.
—Créeme, Xander, Alice y Liv no van a tener problemas —dijo Gabby
lanzándose hacia nosotras—. Ellas ya son expertas en verse como zorras y
no meterse en problemas.
—Gabby —la amonestó Aiden.
—¿Qué? —Se encogió de hombros—. Es la verdad. —Nos miró a
Alice y a mí y luego a Xander y Aiden—. Es decir, en serio. Uno no sale en
tacones tan altos como esos, con vestidos tan cortos como esos, sin
esperar que algún pervertido intente meter su mano entre sus piernas o
debajo de la camisa.
—Gabby, cállate —gritó Scott—. ¿Cuál es tu problema?
—¿Tal vez sea el cerebro embarazado? —dijo Henry mientras me
sonreía.
—Sí, pero ella no ha estado embarazada toda la vida —murmuré—.
Eso no es excusa para su comportamiento perruno de toda la vida.
—Liv. —Aiden me miró mal y se giró hacia Alice.
—¿Lista?
—Sí. —Asintió emocionadamente—. Vámonos.
—Esperen un momento. —Aiden la atrapó por la muñeca—. ¿Puedo
hablar contigo un segundo, por favor?
—Eh, sí, claro. —Me miró haciendo un gesto y siguiendo a Aiden a la
esquina del salón.
—Necesito hablar con Liv también —dijo Xander a Gabby mientras
me agarraba fuertemente por la parte superior de mi brazo y me jalaba
fuera de la habitación.
—¿Qué carajos crees que estás haciendo?
—¿A dónde crees que vas con esa pinta?
—A un club.
—No es apropiado. —Renegó mientras me miraba.
—Apropiado ¿para qué?
—Envía las señales equivocadas —dijo mientras examinaba mis
senos pesados.
—¿De qué señales estás hablando?
—Las que dicen “estoy buscando que me follen” —balbuceó dando
un paso hacia el frente y empujándome de espaldas contra la pared.
—¿Quién ha dicho que no quiero enviar esa señal? —dije jadeando
mientras que me tomaba por las muñecas y las presionaba contra la pared
a los lados de mi cara.
—¿Es eso lo que quieres? —Se inclinó y me besó en el cuello
suavemente.
—Xander. —Tragué mientras me besaba desde mi cuello hacia mi
clavícula y encima de mis senos—. Para, cualquiera puede venir y vernos.
—¿Qué te importa?
—Xander, no —me quejé mientras que su mano viajaba por el lado
de mi cuerpo y se detenía en mis muslos.
—Que no, ¿qué? —preguntó mientras que empujaba su erección
contra mi estómago mientras se movía adelante y atrás—. ¿Qué no te
muestre lo que me estás haciendo en ese sexy y casi inexistente atuendo?
—¿Hay algo más que necesitas decirme? —Quité mi cabeza cuando
intentó besarme directamente en los labios.
—¿Por qué estás intentando embrujarme?
—¿De qué estás hablando?
—Nada. —Suspiró y dio un paso hacia atrás—. ¿Por qué tienes que
ser la hermana de Gabby?
—¿Por qué tienes que estar comprometido con ella?
—No lo entiendes. —Frunció el ceño—. Esto no sólo se trata de mí.
Esto es sobre proteger a alguien a quien amo.
—No entiendo de qué estás hablando.
—No importa. —Se encogió de hombros—. Las cosas son como son.
—¿Te puedo preguntar algo?
—Seguro —confirmó mientras miraba fijamente a mis senos.
—¿Te estás casando con ella para que puedas tener acceso a tu
herencia? —pregunté suavemente—. ¿Está todo relacionado con eso?
—¿Qué te importa? —me preguntó furiosamente lo que hizo que me
cabreara.
No podía creer que tuviera el atrevimiento de preguntarme por qué
me importaba mientras que al mismo tiempo seguía intentando meterse en
mis pantalones. ¿Acaso no se daba cuenta lo jodida que era toda esta
situación? ¿Qué clase de mujer creía que era, si pensaba que estaría bien
con toda esta situación? ¿Qué parte de todo este asunto estaba
remotamente bien?
—No me importa, Xander —dije enojadamente—. Solamente déjame
malditamente tranquila, ¿está bien? Tú eres el que me está persiguiendo.
No soy yo la que va tras de ti. Estoy cansada de tu mierda, ¿entiendes? No
está bien que sigas intentando meterte en mis pantalones y luego
cuestiones cuando intento entender qué carajos está pasando entre tú y
Gabby.
—No te importó quién carajos era yo o qué hacía el fin de semana
pasado.
—Eso fue el fin de semana —dije cruzando los brazos—. Esto es este
fin de semana. Y este fin de semana, no me interesan ni tu mierda ni tú.
—¿Ni mi mierda ni yo? —Sus labios se tensionaron como si se fuera
a reír lo cual no hizo sino enfurecerme todavía más. ¿Cómo carajos podía
creer que esta era una situación para reírse? ¿Cómo se atrevía a sentirse
superior y burlarse mientras yo hervía por dentro? Mis dedos escocían con
ganas de golpearlo. Apuesto a que no se vería tan engreído si dejara la
palma de mi mano marcada a lo largo de su mejilla.
—Déjame en paz, Xander. Terminé contigo. —Lo señalé en el
pecho—. Voy a salir en mi vestido de zorra y voy a hacer lo que se me dé la
gana. Tal vez hasta conoceré a un hombre mejor que tú, me lo podré
comer y así por fin olvidarme que alguna vez te conocí.
—No recomendaría eso. —Sus labios se apretaron y me agarró por
mis muñecas—. Esa no es la respuesta a nada de esto.
—Bueno, pues eso no es tu problema, ¿o sí? —Sonreí ampliamente—
. Puedo hacer lo que me dé la gana.
—Liv —dijo mi nombre lentamente mientras que intensificaba su
mirada.
—¿Sí, Xander? —dije suavemente. No les voy a mentir. La verdad
empezaba a calentarme con nuestra conversación.
Me calentaba el hecho de que lo podía irritar con sólo hablar de
otros hombres. Me encantaba el hecho de que estuviera actuando celoso.
El único problema era, que realmente no me daba lo que yo quería. Él no
estaba terminando con Gabby y diciéndome que la había cagado. No me
jalaba hacía si diciéndome que me quería a mí y sólo a mí. No me decía
que Gabby y su familia rica no significaban nada para él. Todo lo que él
hacía era demostrarme que se encontraba caliente por mí. Y la verdad, ya
sabía eso. Y quería mucho más de él que eso. Quería que me mirara con
algo más que lujuria. Quería mirar a sus ojos y ver algo similar a amor. Sé
que eso era una expectativa irreal. A duras penas si nos conocíamos, pero
eso era lo que realmente quería. Eso era lo que quería ver. Una emoción
real. Una emoción pura, real de las que te paran el corazón y que no tienen
nada que ver con la lujuria.
—Qué tengas una buena noche —dijo finalmente y se dio la vuelta—.
No hagas nada que yo no haría —dijo sin mirarme y se dirigió hacia la
sala.
Me quedé parada sintiéndome destrozada y rechazada. Aún sentía
sus labios en mi cuello. Aún me sentía marcada por su tacto y me odiaba a
mí misma por ello.
—¿Estas lista? —me preguntó Alice saliendo de la sala. Sus ojos
brillaban así que dije que sí.
—¿Qué te dijo Aiden? —susurre mientras llamaba un taxi.
—Nada bueno. —Suspiró—. Sólo me pidió que intentara que no te
metieras en muchos problemas.
—¿Qué? —grité elevando la voz—. Lo juro que es el hombre más
irritante del mundo. Ya sé que te gusta, pero en serio, Aiden es muy
fastidioso.
—A mí me parece lindo como siempre intenta protegerte —aclaró
Alice soñadoramente.
—Confía en mi, Alice. No te parecería tan lindo, si estuvieras
saliendo con él. —Negué con mi cabeza—. Es malditamente fastidioso.

***

—Salud. —Alice sonrió mientras que brindábamos con otro chupito


de tequila y luego elevábamos nuestros vasos de vodka y Coca-Cola en el
aire—. Brindo por los hombres que hemos amado, los hombres que hemos
perdido, los hombres que nos hemos follado y los hombres que hemos
abucheado; brindo por lo hombres que vendrán y los hombres que nos
harán venir.
—Alice. —Solté una carcajada—. Eres muy mala.
—No he terminado —dijo mientras me hacía un guiño y elevaba su
voz sobre la música—. Brindo por los hombres que vendrán y que nos
harán venir. Brindo por los hombres que duran toda la noche y los
hombres que iluminan nuestros días, este es por los hombres con que
finalmente nos casaremos; que su polla sea más grande que un ferry.
—¿Más grande que un ferry? —pregunté mientras me tragaba mi
chupito entero junto con ella—. ¿Cómo puede una polla ser más grande
que un ferry?
—No sé, ¿qué más rima con casaremos?
—A ver, qué tal… hm déjame pensar. —Me detuve mientras bailaba
al ritmo de la música en el club, mi mente giraba mientras el alcohol se
asentaba en mi corriente sanguíneo—. ¿Qué tal vacuno?
—¿Vacuno? —Alice se carcajeó—. ¿Cómo puede ser la polla de un
hombre ser más grande que un vacuno?
—Sabes lo que quiero decir, que su polla sea más grande que la de
un vacuno. —Y con eso soltamos la carcajada. Sentí que alguien a mi
espalada empezó a bailar conmigo y giré mi cabeza para ver si era así. Era
un hombre mayor, con el cabello corto, muchas cicatrices de acné y me
hallaba lista para empujarlo, cuando decidí dejarlo bailar conmigo. ¿Qué
daño podía hacer, no?
—Más grande que el de un vacuno —siguió Alice—. Eso es realmente
chistoso.
—¿De qué se está riendo tu amiga? —susurró el hombre en mi oído,
sintiendo su mano envolverse alrededor de mi cintura.
—De ti. —Le di un codazo y me alejé de él—. Vamos a la pista de
baile —le dije a Alice agarrándola de la mano.
—Quiero otro trago —dijo con hipo y yo negué con mi cabeza.
—Todavía no, si no queremos resaca mañana. Primero bailemos y
luego vamos por otro.
—Está bien —aceptó mientras caminamos a la pista de baile. Miré
hacia la barra y vi al hombre mayor caminando hacia la parte de atrás del
bar hablando con otro tipo y no se veía para nada contento. Mi corazón
saltó mientras me preguntaba qué pasaba, pero lo aparté de mi mente
cuando la música cambió a una de mis canciones favoritas de Jay-Z.
—Creo que Jay-Z y Justin Timberlake deberían trabajar juntos en
todas las canciones —gritó Alice mientras movíamos nuestras caderas al
ritmo de la música. O por lo menos al ritmo que podíamos.
—Pensé que tú querías que Jay-Z y Taylor Swift hicieran una
canción.
—Pues entonces que todos hagan una canción. Eso estaría increíble.
—Sí, lo sería —acepté mientras que cerraba los ojos y me dejaba
llevar por la música.
Amaba ir a bailar a los clubes, siempre me hacían sentir viva. Estar
en una pista llena, bailando con la gente diferentes canciones era una
emoción colectiva. Levanté mis manos en el aire mientas cantaba la
canción y me movía. Alice tomó mis manos y comenzamos a saltar y
cantar juntas.
—Oh, Dios, amo esta canción —gritó Alice cuando sonó una canción
de los Backstreet Boys.
—Yo también —grité y nos reímos las dos lo suficientemente
borrachas para pasarla bien. Comencé a girar mis caderas y bajar
seductoramente hacia el suelo mientras sentía a unos cuantos hombres
mirándome. Eso me dio valor para continuar moviéndome todavía aún
más, intentando imitar movimientos que había visto en videos de Britney
Spears. De hecho, comenzaba a olvidar a Xander y su arrogancia. Sonreí
cuando un lindo rubio se me acercó.
—Hola —dijo y comenzó a bailar conmigo.
—Hola —lo saludé.
—¿Qué? —gritó mientras se acercaba más.
—Dije hola —grité de vuelta mientras me hundía en sus hermosos
ojos azules.
—Ah. —Se rió—. ¿Quieres bailar?
—Está bien —acepté mientras que él sonreía y se paraba detrás de
mí.
Alice me sonrió y yo le guiñé un ojo cuando sentí sus manos en mi
cintura sutilmente moviéndose. Seguí bailando con la música y vi cuando
un chico muy apuesto, con cuerpo de fisiculturista, agarró a Alice y la jaló
hacia él. Me reí cuando vi como ella empezó a bailar con él y cerré mis ojos
de nuevo. Sin embargo, sólo tomó unos cuantos minutos para que me
sintiera incómoda. Abrí mis ojos y miré alrededor del club
cuidadosamente. Los pelos en la parte trasera de mi cabeza se erizaron y
sentí que alguien me observaba. Ignoré ese sentimiento y continúe
bailando, aunque ya no lo disfrutaba tanto como antes.
—¿Quieres salir de aquí? —me gritó el hombre en mi oído mientras
que sentía sus manos subir de mi cintura hacia mis senos. Cogí sus
manos cuando llegaron a mis costillas y negué con mi cabeza.
—No seas una calienta-pollas —me gritó y sentí cómo intentaba
girarme.
—No lo soy —le grité molesta.
—Salgamos de aquí. —Su mano derecha cayó sobre mi cadera y
estaba a punto de empujar su mano, cuando de repente sentí que se
empujó lejos de mí.
—¿Qué? —Me volví frunciendo el ceño y me encontré a Xander,
sosteniendo al tipo fuertemente—. ¡Xander! ¿Qué estás haciendo aquí? —
murmuré molesta y emocionada al mismo tiempo.
—¿Te está molestando este tipo? —Le apretó el brazo al hombre
fuertemente mientas negué rápidamente con mi cabeza—. Lárgate de acá.
—Empujó lejos al hombre—. Y no vuelvas a molestar a esta chica de
nuevo, ¿me oíste?
—No la molestaba. —El hombre se veía molesto—. Ella lo pidió.
—Lárgate de aquí. —Xander lo volvió a empujar y me preocupé de
que empezaran una pelea.
—¿Qué estás haciendo aquí? —le grité.
—¿Qué? —Xander se acercó a mí—. No puedo oírte.
—¿Qué estás haciendo aquí? —grité nuevamente, esta vez en su oído
mientras se paraba a mi lado.
—Aiden y yo nos queríamos asegurar de que estaban bien.
—¿Qué? —Me enfurecí—. No somos niñas.
—Pues las dos se comportan como un par de niñitas. —El cuerpo de
Xander tocaba el mío y yo me estremecí—. Los dos nos queríamos
asegurar que ese par de vestiditos no las meterían en problemas y al
parecer, llegamos justo a tiempo.
—Lo que sea —dije mientas miraba alrededor—. ¿Dónde está Aiden?
—Se fue a ver que Alice estuviera bien con el primo de Hulk Hogan.
—Me guiñó y no pude evitar reírme.
—Eres un estúpido.
—¿Es esa la mejor manera de agradecer a tu salvador?
—¿Mi qué? —Tosí mientas me lamía mis labios que de repente se
sentían resecos.
—Tu salvador. —Me sonrió mientras que se inclinaba para que sus
labios descansaran sobre los míos—. ¿Acaso no me merezco un beso de
agradecimiento?
—No, no te lo mereces. —Pasé saliva fuertemente, pero sin
retroceder. Sentí como la punta de su lengua lamió mis labios y mi cuerpo
entero tembló con su toque.
—Por favor —dijo, sus ojos me retaban a devolverle el beso mientras
que la punta de su lengua entraba sutilmente dentro de mis labios
abiertos.
—No. —Me rehusé cuando mis labios se cerraron sobre su lengua
por unos segundos y lo chupé.
—Acá andan chicos. —Aiden y Alice se acercaron y salté lo más lejos
posible de Xander—. Ya es hora de irnos.
—¿Qué? —dijimos Alice y yo al tiempo sorprendidas.
—Que ya es hora de irnos.
Aiden se veía furioso, nunca lo vi así antes. Miré hacia Alice y ella se
veía totalmente enojada. Los miré a ambos por un segundo mientas me
preguntaba si su relación había terminado sin siquiera haber comenzado.
Aiden se lo tendría merecido. Se comportaba como un verdadero idiota. Yo
estaba acostumbrada a su naturaleza imperial, pero sabía que Alice la veía
por primera vez y lo más probable era que no le iba a gustar.
—Aiden, no vamos a ningún lado —le grité haciéndole saber el
tamaño de mi ira—. Ninguno de ustedes dos debería estar acá.
—Nos queríamos asegurar que ustedes dos estaban bien. —Se giró
para mirar a Alice y frunció el ceño cuando vio que ella le sonreía a un
chico bailando junto a ella—. Dos chicas solteras deben tener mucho
cuidado en estos tiempos.
—Nosotras sabemos cómo cuidarnos. —Suspiré y miré a Xander—.
¿Dónde está Gabby?
—Está con Henry. —Sus ojos se clavaron en los míos—. ¿Preferirías
que ella estuviera aquí en mi lugar?
—No. ¿Tú?
—No. —Negó simplemente y mi corazón se aceleró peligrosamente
mientras que miraba dentro de sus ojos.
¿Qué tenía este hombre que podía atravesar mi corazón y alma con
tan solo una mirada y dejarme adolorida de deseo y necesidad con tan sólo
un toque?
—Por favor, vete —dije suavemente—. Esta noche es para Alice y yo.
No quiero este dolor de cabeza, Xander. —Masajeé mi frente mientras el
dolor de cabeza comenzaba a establecerse—. No puedo aceptar que te
aparezcas así. No es justo para mí.
—Sólo un baile —dijo, sus ojos nunca dejaron los míos.
—¿Qué?
—Un baile, me voy y llevo a Aiden conmigo.
—¿Por qué quieres un baile?
—¿Quién no querría un baile de una sexy sirena como tú? —Me
guiñó un ojo.
—No soy una sirena. —Sacudí mi cabeza sonrojada.
—Cuando bailas, no puedo dejar de mirarte. Creo que eso te
convierte en una sirena. —Me jaló hacia él—. Baila conmigo, Liv.
—¿Qué hay de Aiden y Alice? —Incliné la cabeza hacia ellos junto a
nosotros y se encogió de hombros.
—¿Qué pasa con ellos?
—Bien, un baile. —Suspiré—. No intentes ninguna cosa graciosa.
—¿Qué cosa graciosa podría intentar? —Me miró de reojo y rió.
—No trates de deslizar tus manos bajo mi falda —susurré en su
oído, sonrió y me coloco más cerca de él.
—No puedo hacer ninguna promesa. —Puso sus manos alrededor de
mi cintura y comenzamos a bailar juntos. Se sentía intenso y acogedor y
oh, muy peligroso mientras sus manos se movían arriba y abajo de mi
espalda baja, hasta que se habían instalado más abajo de mi espalda.
Bailamos en silencio, nuestros cuerpos moviéndose juntos en armonía
como si hubiéramos bailado un millón de veces diferentes o un millón de
sonidos diferentes. Su cuerpo contra el mío se sentía como en casa y me
permití relajarme contra él, coloqué mis brazos alrededor de su cuello y
descansé mi cabeza sobre su hombro, nos movimos lentamente como en
un baile, nuestro baile totalmente fuera de lugar en ese club lleno, pero a
ninguno nos importó. Estábamos rodeados de personas, pero en ese
momento solamente éramos nosotros. Me sorprendía que él no tratara de
tocarme sexualmente de nuevo. Sus manos permanecieron donde estaban
y sus labios nunca se aventuraron hacia los míos. Podía sentir su corazón
latiendo en su pecho, firme y sólido, recordándome que era solamente un
hombre, justo como yo. Me retiré levemente y miré en su rostro para ver si
podía resolver que era lo que pensaba, me miró fijamente con intensidad,
ninguna sonrisa en su rostro. Sólo nos estudiábamos el uno al otro
mientras nos movíamos, como si fuéramos a intentar recordar cada simple
detalle del rostro del otro. Sentí como si él fuera mi esposo marchándose a
la guerra y este fuera el último baile que nos prometimos antes de que se
fuera. Mirábamos fijamente al otro, sólo tomándonos mutuamente. Se
sentía como si fuera la primera vez que realmente nos estábamos mirando.
Era la primera vez que estábamos en presencia del otro sin follar o
discutir. Este momento era para nosotros. Para las personas que podíamos
haber sido en diferentes circunstancias. En diferentes circunstancias, este
momento podía sentirse mágico, pero en su lugar se oscurecía. En realidad
se oscurecía porque no éramos sólo dos extraños conociéndonos
mutuamente. Ya estábamos atados juntos, en maneras que nunca
podíamos ser capaces de borrar u olvidar. Éramos el pequeño sucio
secreto del otro y mientras continuara mirándolo, sentía una ola carmesí
de vergüenza extenderse a través de mí. ¿Qué estaba haciendo este baile
con este hombre que nunca podría tener? ¿Cuántas veces iba a pasar por
esto?
—El baile terminó. —Me aparté y le di una pequeña sonrisa—. Debes
irte ahora.
—¿Qué pasa si no quiero que esto termine? —Me dio la sonrisa más
matadora que jamás había visto en su rostro.
—Entonces, digo que lo siento. —Me encogí de hombros y me
apresuré hasta Alice antes de que él pudiera detenerme. Empujé en mi
camino a la multitud y agarré su brazo—. Vamos a conseguir un trago.
—Me preguntaba dónde habías desaparecido —dijo y suspiró. Vi que
Aiden se hallaba de pie con una mirada de desaprobación en su cara y
sabía que la conversación no había ido bien.
—¿Qué pasó con Aiden? —le dije mientras llegábamos a la barra,
donde era más tranquilo.
—Me dijo que se sentía decepcionado de mí. Y que no había
mostrado sentido común bailando junto a un tipo que parecía que podía
levantar ciento treinta kilos. —Hizo una mueca.
—¿Qué?
—Dijo que esa no era la manera en la que sería capaz de vencer a un
chico si intentaba algo conmigo y yo trataba de decir que no.
—¿Estás bromeando? —Gemí y rodé mis ojos—. Lo juro, Aiden es un
idiota.
—Sólo no sé por qué tiene que ser tan grosero conmigo. —Alice hizo
una mueca—. Es como si pensara que soy un machote.
—No sólo eres tú, Alice. Confía en mí. —Sacudí mi cabeza—. ¿Qué
quieres beber? Están dentro de mí.
—Vamos a conseguir otra ronda de vodka y Coca Cola y puedes
elegir los chupitos.
—Vamos a algunos blowjobs8. —Me reí y señalé al camarero—. Mi
amiga y yo queremos dos vodka y Coca Cola y dos chupitos de blowjobs
por favor.
—Ahora mismo. —Sonrió—. No me importaría una blowjobs así.
—Estoy segura que no. —Coqueteé con él, se detuvo y se inclinó
hacia delante.
—¿Qué tal si te doy los chupitos gratis?
—Eso suena bien para mí. —Gemí y lamí mis labios.
—Todo lo que tienes que hacer es pararte sobre la barra y bailar un
poco mientras bajas.
—Creo que puedo hacer eso. —Asentí de acuerdo—. Y mi amiga
también puede.
—Genial. —Rió—. Ven por ese lado y las levantaré a ambas.
—Está bien. —Asentí—. Vamos, Alice, podemos conseguir gratis las
bebidas si bailamos arriba de la barra.
—¿Estás segura? —me preguntó incrédulamente y asentí.
—Estoy segura. —Y le agarré la mano—. Vamos y mostrémosle a
Xander y Aiden que están perdidos.
Caminamos alrededor del costado del bar rápidamente y el caliente
barman nos ayudó a subir a la barra. Observé a la multitud de personas y
por un segundo pensé en bajarme. No estaba muy segura de que esto
fuera buena idea pero entonces Alice haló mis manos y empezamos a
bailar así que fui con ella.

8 Blowjob significa trago a base de licor de café, crema de licor irlandesa y crema batida;
sin embargo, la palabra literalmente significa "mamada".
—Aquí tienen sus chupitos chicas. —Él nos pasó los vasos—. No
quiero que las vean bebiendo como si realmente fueran mamadas.
—Está bien, entonces. —Sonreímos y agarramos los vasos. Cerré mis
ojos, chupé en el vaso y bajé el trago rápidamente y luego empecé a
balancearme hacia atrás y adelante. Podía escuchar algunos tipos
chiflando y gritándonos y moví mis caderas de una manera más
pronunciada así que podía darles un espectáculo. Antes de saber lo que
pasaba, sentí un par de fuertes brazos alrededor de mí colocándome abajo
de la barra. Abrí los ojos y vi la cara enojada de Xander frente a mí.
—Estás determinada a hacerme explotar esta noche ¿no? —Gruñó
mientras me ponía sobre el suelo.
—No te pedí que hicieras esto.
—Parecía como si estuvieras a punto de caer, Liv. ¿En qué
pensabas?
—¿De qué estás hablando? Solo teníamos dos chupitos gratis por…
—Bailando en la parte superior de la barra como alguna puta —me
interrumpió y lo miré sacudiendo la cabeza. Miré detrás de mí y noté que
Aiden había recogido a Alice de la barra y parecía que le daba un sermón
similar.
—No soy una puta.
—Ven conmigo. —Me levantó y me llevó de nuevo a través de la
multitud fuera del club—. ¿Qué estás haciendo, Liv?
—¿Qué crees que estoy haciendo?
—¿Por qué tienes que provocarme? —Pisó cerca y se inclinó hacia
delante y me besó bruscamente, sus labios rozando contra los míos
mientras sus dedos recorrían mis ondas y atraía mi cabeza hacia él.
—No lo hago —murmuré mientras lo besaba de vuelta. Él se sentía y
olía como sexo despreocupado en una tarde de domingo y corría mis
manos a través de su cabello y me aferraba a él para salvar mi vida
mientras succionaba todo el aire fuera de mí.
—Te quiero tan mal. —Gimió mientras sus manos caían a mi trasero
y ahuecaba mis nalgas—. Quiero follarte justo aquí, en frente de todos —
murmuró mientras chupaba mi labio inferior—. Quiero que todos sepan
que eres mía y soy el único cuyas manos y polla estarán bajo esa corta
falda esta noche.
—Xander. —Gemí, calentándome con su gutural conversación. Mis
manos volaron al frente de sus pantalones y apreté alrededor de su polla
dura. Me encontraba a punto de bajar el cierre de sus pantalones, cuando
algo dentro de mí se rompió y di un paso atrás empujándolo fuera de mí—.
No, para. —Jadeé, limpiando mis labios con prisa—. No podemos hacer
esto.
—¿Qué? —Gimió, sus ojos oscuros con deseo.
—No puedes seguir jugando caliente y frío conmigo y no puedo
seguir permitiéndotelo. No sé qué está pasando. Y el hecho en cuestión es
que no soy tu juguete. No voy a follarte cada vez que quieras. Nos
enganchamos la semana pasada y lo lamentas tanto que se lo pediste a mi
hermana. Bien, sabes qué, Xander, puedes ir y follar con ella. He
terminado. Estoy por encima de esto. Puedes simplemente dejarme sola,
está bien.
Parecía sorprendido con mi arrebato. Fue como si finalmente
entendiera que yo no estaba bien con todo este lío. Fue como si su polla
comprendiera que no podía solamente jugar dentro de mí cada vez que
quisiera. Yo no iba a ser esa chica. No con él. Estuvo a punto de decirme
algo cuando Aiden y Alice salieron del bar.
—Ahí estas. —Alice corrió hacia mí y parecía furiosa.
—¿Todo está bien? —le pregunté rápidamente.
—Tu hermano es un estúpido. Fin de la historia —balbuceó y apartó
la mirada.
—Ustedes chicos necesitan irse ahora —dije fuertemente y los
fulminé con la mirada a los dos—. Y cuando digo ahora, quiere decir que si
ustedes no se van de esta calle en treinta segundos o menos, gritaré tan
alto que la policía vendrá corriendo y los arrestará a ambos.
—Liv. —Aiden empezó a decir algo y luego se detuvo—. Lo siento. —
Suspiró y sólo sacudí la cabeza.
—Es un poco demasiado tarde. —Respiré profundamente y miré a
Xander mientras hablaba—. No puedes tratarme así ya. No voy a
aceptarlo. Simplemente váyanse a casa y déjennos en paz. —Me di la
vuelta y agarré el brazo de Alice y caminamos de vuelta al club, ambas
sabíamos que nuestra divertida noche de chicas había sido arruinada,
pero ninguna de nosotras quería admitirlo y volver a casa.
Traducido por Lipi-Lipi & Yasna.FU
Corregido por July Styles Tate

—Bienvenida a casa. —Scott abrió la puerta de enfrente, cuando


llegamos a la casa varias horas después.
—Sí, gracias —murmuré y pasé junto a él, no de humor para
charlar.
—Voy a meterme en la ducha, ¿está bien, Liv? —me preguntó Alice
en voz baja y yo asentí.
—Sí, voy a tomar un poco de agua y salir a la mecedora en el patio
trasero. Regresaré en un rato.
—Está bien. —Asintió con la cabeza y me miró cuando Scott la
acompañó por el pasillo. Suspiré y luego entré a la cocina y miré en la
nevera por un poco de comida. Agarré una botella de agua y un poco de
queso rallado y salí al patio trasero para mecer mi mal humor lejos. El
cielo se veía hermoso esta noche, casi majestuoso en su profunda y
aterciopelada negrura. Me quedé mirando las estrellas titilantes y me
senté, disfrutando de la fresca brisa que acariciaba mi cara.
—Así que llegaste a casa de forma segura, veo. —La voz profunda de
Xander interrumpió mis pensamientos y gemí en voz alta.
—Tú, de nuevo. —Me di la vuelta para mirarlo y casi gemí otra vez.
Se hallaba desnudo del torso otra vez y sólo usando sus boxers—. ¿Qué
quieres?
—Quería pedir disculpas. —Se encontraba de pie a mi lado—. Siento
lo de esta noche.
—Está bien. —Me encogí de hombros y aparté la mirada de él.
—¿Podemos ir y sentarnos en la hierba? —Me preguntó en voz
baja—. Me siento raro de pie mientras estás sentada.
—No quiero sentarme en la hierba —dije con petulancia.
—Me gustaría tener una charla contigo, Liv, y preferiría que ambos
estemos en una posición cómoda.
—Está bien. —Me levanté—. Tengo que ir y conseguir una manta
entonces. No puedo sentarme en la hierba con este vestido.
—Traje una conmigo. —La tendió delante de él—. Sólo en caso de
que estuvieras aquí.
—¿Esperabas por mí?
—Sí. —Asintió con la cabeza—. Sentí que teníamos que hablar.
—Está bien, entonces.
—En primer lugar, quiero disculparme de nuevo por Aiden y yo
apareciéndonos en el club. Sé que fue un poco una cosa loca para hacer.
—Sí, un poco —dije sarcásticamente y observé mientras yacía sobre
la manta en la hierba. Luego nos sentamos y nos pusimos cómodos.
—Fue una conmoción para mí, ya sabes, verte aquí —dijo,
cambiando bruscamente de tema y miré a mis piernas. ¿Pensó que había
tenido una conmoción? ¿Qué hay de mí?
—Sí, bueno, yo no estaba exactamente sobre la luna al escuchar la
noticia tampoco.
—Es tu culpa que estemos en esta posición. —Agarró mis manos—.
Mírame, Liv.
—¿Es mi culpa? —Mi voz se elevó—. ¿Se supone que es una broma?
—Me dejaste y cuando me desperté y no estabas, me sentí vacío, solo
y triste. —Suspiró mientras sus dedos jugaban con los míos—. Nunca me
he sentido así antes.
—¿Qué quieres decir con que te dejé? Nunca te he dejado.
—El pasado fin de semana. —Hizo una mueca—. Hicimos el amor
toda la noche en el hotel y cuando me desperté no estabas. Ninguna nota,
ni número. Ni siquiera tenía tu nombre. Y me molestó. Quería pasar el día
contigo. Quería conocerte.
—¿Así que te le propusiste a mi hermana porque te sentías molesto
porque golpeé y salí? —Me mordí el labio inferior para parar de reírme. No
sabía por qué dije golpear y salir, pero me dieron ganas de reír.
—¿Acabas de decir golpear y salir? —Los ojos de Xander se reían de
mí.
—Sí. —Asentí y sonreí—. No sé por qué dije eso.
—Tal vez porque es la verdad. —Sonrió—. Eso es lo que hiciste,
bueno, técnicamente te golpeé, y tú te fuiste.
—Xander. —Levanté una ceja hacia él y me recosté—. Puedes
continuar con lo que decías.
—Lo siento, me distraje. —Se lamió sus labios—. Recordaba cuán
profundo y fuerte que te golpeaba. Golpeaba todos los lugares correctos,
¿no es así?
—Xander. —Me sonrojé, no quería decirle que él había golpeado
lugares que ni siquiera sabía que existían antes.
—Lo siento. —Se rió entre dientes—. Es difícil olvidar el mejor sexo
de tu vida.
—¿Yo era el mejor sexo de tu vida?
—Sí. —Tenía una mirada diabólica en su rostro mientras su pulgar
trazaba arriba y abajo de mi muñeca y la palma—. Y creo que por eso me
golpeó tan duro cuando no estuviste allí esa mañana, sin juego de
palabras. Yo —Hizo una pausa y miró fijamente a mis ojos—, me sentía
enojado, Liv. Enojado, era la primera vez que sentí algo así la mañana
después de una noche de pasión, fue la primera vez que una mujer me
hizo daño. Reaccioné precipitadamente. Es difícil darse cuenta de que una
aventura de una noche sin sentido no siempre se queda sin sentido.
—¿Qué quieres decir?
—Quiero decir que eras algo diferente. Lo que teníamos... esa chispa
en la iglesia y luego en el hotel, también era especial. Me hizo sentir
diferente, raro, no sé cómo explicarlo. No me gustaba esa sensación.
Todavía no me gusta esa sensación. No me gusta estar aquí contigo y
sentir que estoy volando. No me gusta tocarte y sentir que estamos
conectados. No me gusta mirarte y tener ganas de sonreír. No soy ese tipo
de persona. No quiero estos sentimientos. Te he tratado mal y por primera
vez en mi vida me avergüenzo de mis acciones. Me avergüenzo de hacerte
sentir como un pedazo de carne. Porque por primera vez en mi vida, me
doy cuenta de que el sexo y las mujeres no sólo están ahí para mi placer.
Me has hecho sentir eso y no sé cómo debo sentirme.
—¿Qué estás diciendo, Xander? —Respiré, mi corazón se aceleró.
Voy a ser honesta ahora y admitir que pensé que iba a decirme que me
amaba. Lo sé, estoy loca, apenas me conocía y, sin embargo, quería que
me dijera que me amaba. Y si soy aún más honesta, quería que me lo
propusiera. Quería que dijera que me necesitaba tan mal que quería pasar
el resto de su vida conmigo. En medio pensamiento creía que eso iba a
venir.
—Conocí a Gabby unas semanas antes de la boda a través de Luke y
bueno, el día siguiente llamó y me encontré con ella, Luke y Henry.
—¿Luke? ¿ese que acaba de casarse? —Fruncí el ceño—. ¿Luke de la
boda?
—Sí. —Frunció los labios.
—¿No se fue de luna de miel con Joanna?
—La luna de miel fue pospuesta.
—No sabía que Gabby conocía a Luke. —Me senté y pensé—. Quiero
decir podría haberlo conocido a través de Alice, pero eso fue hace un
tiempo.
—Ese no es el punto, Liv. —Suspiró—. Cuando me reuní con Gabby,
estaba molesta porque acababa de descubrir que se encontraba
embarazada y el padre no quería casarse y se sentía preocupada de que su
familia estuviera decepcionada e hizo un comentario de que deseaba tener
un novio para llevar a casa. Y Henry me recordó que nuestro abuelo tenía
el control del negocio de la familia hasta que me casara y bien, la idea sólo
vino a mí. —Se encogió de hombros.
—¿Estás comprometido con Gabby porque te sentías mal por ella y
porque quieres el control de tu empresa familiar?
—Básicamente. —Asintió.
—¿Y no vas a terminar el compromiso?
—Sería estúpido de mi parte dejar que una noche contigo influya en
cambiar mis planes, Liv. No estoy tratando de ser cruel, pero Gabby y yo
tenemos un acuerdo de negocios. —Suspiró--. Uno que beneficiará a los
dos.
—¿Y yo qué? —dije en voz baja.
—No sé qué decir, Liv. —Suspiró—. Sé que he sido un idiota y no
puedo cambiarlo. Sólo puedo disculparme, pero no sé qué más decir.
—Creo que no hay nada más que decir. —Inhalé para contener las
lágrimas de decepción. ¿Cuál era el punto de expresar mis emociones y
dolor? Él sólo pensaría que era una psicópata. La única que entendería
mis sentimientos en este momento era Alice.
—Te quería explicar por qué Gabby y yo nos comprometimos. No
quiero que pienses que soy una especie de hijo de puta que te perseguía a
ti y a tu hermana. No siento nada por tu hermana, excepto amistad. No
tengo esa clase de química con ella.
—Me dijiste que querías tener sexo con ella. —Me mordí el labio
inferior, los celos a punto de estallar para hacer su salida.
—No estoy seguro de que dijera eso, pero tal vez insinué algo acerca
de hacer el matrimonio completo. Sólo lo decía para conseguir algo de ti.
—Bueno, eso es genial.
—Actúo estúpidamente cuando estoy cerca de ti. No soy yo.
—¿Quién eres entonces? ¿Un extraterrestre?
—Es muy posible.
—Eso es lo que pensaba. —Asentí con la cabeza, pensativa—. Tú
eres del espacio exterior.
—Y tú del espacio interior.
—Algo así —dije con una sonrisa y entonces empezó a hacerme
cosquillas. Me caí de nuevo en el suelo riendo y traté de empujarlo fuera
de mí, pero seguía haciéndome cosquillas debajo de los brazos, en mi
estómago y mis rodillas—. Xander, no lo hagas. —Jadeé cuando rodamos
alrededor en la manta.
—No sabía que eras tan delicada. —Sonrió hacia mí, sus ojos se
iluminaron mientras me miraba a la cara.
—Bueno, ahora lo sabes.
—Sí, lo hago. —Se inclinó y me dio un rápido beso en la frente y
luego se tumbó en la manta a mi lado, para que nuestros hombros se
tocaran—. No es todo sobre el dinero, ya sabes.
—¿Qué? —dije en voz baja mientras miraba a las estrellas en el cielo.
—No quiero la empresa para poder hacer más dinero. Ya tengo un
montón de dinero.
—Está bien —dije en voz baja, esperando que me dijera qué quería
de la empresa.
—Tengo una organización sin fines de lucro en África. Ayudamos a
purificar el agua con máquinas de cloro y cavamos pozos. —Su voz era
baja—. En este momento, sólo soy capaz de donar al año un millón de
dólares a través de la fundación de la empresa, pero si me hiciera cargo de
la empresa, podría cambiar las reglas.
—¿No tienen accionistas?
—Somos una compañía privada. Tenemos un tablero, pero no es
grande y puedo controlarlos. —Su voz era apasionada—. Quiero ser capaz
de hacer esto. Mi familia tiene mucho dinero. Deseo ser capaz de hacer
algo bueno con ello. Es muy importante para mí.
—Entiendo. —Y lo hacía. Era una buena causa. Una causa muy
digna. Una causa que me sorprendió si era honesta. Me sentía culpable
entonces. Me di cuenta de que quería que este guapo, sexy hombre me
quisiera, para decirme que me amaba y no sabía nada de él. Todo lo que
sabía era que él era bueno con su lengua. Me sentí avergonzada de mí
misma—. ¿Cuánto tiempo has tenido la organización no lucrativa? —
pregunté en voz baja mientras nos quedamos allí mirando hacia el cielo
nocturno.
—Desde que tenía diecisiete años —dijo y pude sentir que miraba a
un lado de mi cara—. Empecé en mi último año de escuela secundaria con
un poco de dinero que mi padre me dio. Me dijo que podía tener un coche
o que podría utilizar el dinero para algo bueno.
—¿Y rechazaste el coche?
—Sí —dijo, su voz baja—. Acababa de hacer un proyecto de ciencias
sobre las enfermedades del cólera transmitidas por el agua y existían todas
estas personas que mueren en diferentes países de África sólo por el agua
potable. —Suspiró—. No creía que eso estuviera bien.
—¿Así que querías ayudar? —cuestioné.
—Sí. Sabía que tenía que ayudar —dijo apasionadamente—. En
realidad era algo que podía ayudar a solucionar. Las personas que mueren
de enfermedades por el agua es prevenible. No es como los conflictos en el
Medio Oriente o guerras. Esto es algo tangible. Esto es algo que se puede
arreglar. Y sabemos cómo solucionarlo. Ellos saben cómo solucionarlo. —
Se dio la vuelta y me miró entonces. Sus ojos ardían—. Cuando me metí en
el negocio familiar, me aseguré de que mi padre invirtiera en algunos
sistemas de purificación de agua diferentes. Íbamos a utilizarlos en... —Su
voz se apagó—. Lo siento, te estoy aburriendo.
—No, en absoluto. —Negué con la cabeza y le toqué el lado de su
cara—. ¿Qué pasó?
—Mis padres murieron en un accidente de coche y mi abuelo no
tenía ningún interés en ayudar; al menos no sin un conjunto de reglas.
—¿Como que te debes casar?
—Sí. —Suspiró—. Me resistí todo el tiempo que pude y traté de usar
mi propio dinero, pero la verdad es que está atado de muchas maneras y
hay restricciones sobre cómo puedo usar el dinero. No tengo acceso
completo a él hasta que tenga treinta y cinco.
—Oh, guau.
—Así que dije finalmente, a la mierda. Si tengo que estar casado
para hacer lo que tengo que hacer, entonces necesito casarme. Y entonces
tu hermana necesitaba un marido. Así que llegamos a un acuerdo. Parecía
inteligente. Parecía práctico. Y era seguro. No existirían sentimientos para
complicar las cosas o hacer algo sucio.
—Eso es bueno. —Miré hacia abajo, tratando de no mostrarle cómo
de herida y confundida me sentía de nuevo.
—Realmente me gustas, Liv. —Sus dedos agarraron mi barbilla y me
hizo mirarlo—. Pero ni siquiera te conozco, sabes. No entiendo por qué o
cómo puedo sentirme tan cerca de ti. O cómo podía echarte de menos esa
mañana cuando te fuiste. Soy un tipo práctico. Un tipo de recursos, pero
no hago lo de relaciones o emociones. O sentimientos. No son de fiar.
—Entiendo.
—¿De verdad? —Sus ojos buscaron los míos.
—Sí. —Me incliné hacia delante y le di un beso ligero—. Entiendo,
Xander.
—No puedo dejar que esta locura entre nosotros cambie todo. No
puedo dejar que mis emociones influyan en esta decisión. —Sonaba como
si estuviera tratando de convencernos a los dos.
—Tienes que hacer lo que tienes que hacer. —Me corrí un poco hacia
atrás y parpadeé rápidamente. No lloraría frente a él.
—¿Vas a pasar la noche conmigo? —preguntó en voz baja—. No tiene
que haber sexo. Sólo quiero tenerte en mis brazos. Sólo quiero sentir tu
corazón latir junto al mío. Sólo quiero despertar contigo a mi lado.
—No, lo siento. —Negué con la cabeza y me levanté lentamente—. Lo
siento, Xander, pero como te dije antes, no soy ese tipo de chica. Gracias
por explicar por qué te vas a casar con Gabby, pero eso no cambia nada.
Sigues siendo su novio y ella sigue siendo mi hermana y yo sigo siendo yo.
Y no quiero ser la otra mujer en ningún sentido de la palabra. —Enderecé
mi vestido y miré hacia él, tratando de recordar la mirada de dolor en su
rostro. Estaba bastante segura de que no volvería a ver este lado de él otra
vez—. Eres un gran tipo, Xander, pero no eres mi tipo genial. Buenas
noches —dije y asentí con la cabeza y me fui por el césped a la casa. No te
tropieces, no te tropieces, fue todo lo que podía pensar mientras me
apresuraba lejos de él, con mi corazón acelerando mientras las lágrimas
corrían por mi cara.
Traducido por Andreeapaz & Stefffya
Corregido por July Styles Tate

—¿Crees que tus padres van a estar enojados? —preguntó Alice


mientras entramos a nuestro departamento a la mañana siguiente.
—No, lo más probable es que ni se dieron cuenta que no estábamos
allí —mentí.
—Me alegro que también quisieras salir de allí —Suspiró Alice—,
tengo un maldito dolor de cabeza.
—Yo también. —Suspiré y froté mi frente—. No quería ver a ninguno
de los dos esta mañana.
—Sí, yo tampoco —Bostezó—, fue una buena idea despertarme a las
cuatro de la mañana, así pudimos salir de allí antes de que alguien
despertara, pero aún estoy cansada.
—¿Estás diciendo que quieres volver a la cama? —Reí y ella asintió.
—No me encontraba segura de si querías hablar de lo que pasó
anoche. —Se recostó en el sofá.
—¿Qué quieres decir?
—Sé que algo pasó entre tú y Xander después de volver.
—¿Cómo?
—Sólo lo sé. —Envolvió sus brazos alrededor de sus piernas—.
Ahora ¿vas a decirme o tengo que hacerte cosquillas?
—Oh, Alice. —Gemí y me senté en el sofá junto a ella—. Es un
desastre.
—¡Oh, no! ¿Qué pasó? —Me miró con ojos grandes—. No dormiste
con él otra vez ¿verdad?
—No. —Negué con la cabeza—. Estábamos en el patio trasero, Alice.
—¿Le hiciste una mamada?
—No, Alice. —Puse los ojos en blanco.
—¿Acaso él fue hacía abajo en ti?
—Nada de eso. —Me reí—. Me dijo que recaudaba dinero para
ayudar a personas en África para que puedan tener agua potable —
suspiré—, es un buen hombre. No un gran idiota como pensaba.
—¿Huh? —Se sentó—. Lo siento, pero ¿qué? Estoy confundida. ¿Por
qué eso es malo? ¿Eso no es algo bueno? Te enteraste que el hombre con
el que tuviste una aventura de una noche es en realidad una persona
decente.
—Debería ser algo bueno, ¿verdad? —Gruñí—, pero no es eso, por
eso se va a casar con Gabby. Supuestamente al casarse con ella, puede
tener acceso a más dinero de la empresa de su familia y así poder ayudar a
más personas o algo así.
—Así que ¿entonces por qué no se casa contigo? —Se encogió de
hombros— ¿Por qué tiene que ser con Gabby? Estoy segura que su abuelo
no dijo que se tiene que casar con la perra más grande que pueda
encontrar.
—Oh, Alice. —Me reí—. Creo que él se siente obligado a casarse con
ella.
—Umm, está bien. —Frunció el ceño—. ¿Así que tu problema es que
él es demasiado buen chico?
—Supongo. —Me recosté y suspiré—. Aunque no conozco a nadie
que llame a Xander un buen chico. Sexy, sí. Caliente como el infierno, sí.
Bueno en la cama, sí, ¿pero bueno? No lo sé. —Me reí.
—Sí, no lo llamaría amable —dijo Alice—, mejor idiota.
—Sí, dijo que tuvo un buen momento la semana pasada y que me
extrañó cuando no estuve allí a la mañana siguiente y no estaba
acostumbrado a sentirse así y es por eso que le propuso matrimonio a
Gabby.
—¿Qué? —Bostezó Alice e hizo una mueca—. ¡Cierra la boca! Esta es
la cosa más estúpida que jamás he oído. Pasó una noche con una chica
caliente, tuvo sexo caliente y porque ella se fue a la mañana siguiente,
¿decidió proponerle matrimonio a otra chica? ¿Está consumiendo drogas?
—Cuando lo pones de esa forma, lo hace sonar un poco estúpido —
Suspiré—, pero él me lo explico mejor, dijo que era porque no se hallaba
acostumbrado a tener sentimientos profundos.
—¿Sentimientos profundos? —Me miró como si estuviera loca—.
Mira, no estoy tratando de ser una perra, y dime si lo estoy diciendo mal,
pero todo lo que hicieron fue follar. Fue a por ti en la boda y luego pasaron
la noche en su habitación de hotel, follando como perros, ¿cierto?
—Sí. —Asentí con la cabeza.
—¿Tuvieron una profunda conversación que no me dijiste? ¿Se
dieron cuenta que eran almas gemelas?
—Hablamos un poco, pero nada importante —admití, con mi
corazón en la mano—. Entonces, ¿crees que me mintió?
—No sé —Suspiró—, simplemente me parece raro. “Tuve sexo
contigo y te fuiste y eso me puso triste”, suena falso. Creo que la mayoría
de los chicos se despierta sintiéndose extasiados si se despiertan y la chica
con la que estuvieron no está allí.
—Sí, eso es cierto. —Suspiré.
—Y aparte, quiero decir, todavía está con Gabby, ¿verdad? ¿Dijo algo
de que terminaría las cosas con ella?
—Nop —dije cortantemente—, dijo que esperaba que lo entendiera,
pero que tenían una relación de negocios.
—Pura mierda —dijo y puso los ojos—. Está lleno de mierda.
—Sí, supongo que sí. —Cerré los ojos—. Así que por eso quería irme
temprano esta mañana antes de que todos despertaran.
—Te entiendo —dijo en voz baja y se acercó a abrazarme—. Lo
siento, Liv. —Me frotó la espalda y antes de darme cuenta, estaba llorando.
Las lágrimas simplemente salieron y sollocé incontrolablemente.
—Lo siento —dije entre sollozos mientras me frotaba la espalda.
—No lo hagas —dijo en voz baja—, está bien.
—Me siento como una tonta. No sé por qué tuve tantas esperanzas.
No sé por qué pensé que sería diferente —dije mis pensamientos en voz
alta—. Sólo esperaba que cuando me viera de nuevo y me tocara otra vez,
me quisiera ¿sabes? Quería tener una mágica relación como todo el mundo
tiene una, pero soy yo.
—Yo tampoco tengo una —dijo Alice y me incliné hacía atrás para
encontrarme con sus lágrimas.
—Oh, Alice, ¿qué pasa? —Me quedé mirando su rostro—. Lo siento,
se me olvidó preguntarte qué pasó anoche. ¿Por qué te encontrabas tan
ansiosa por salir temprano?
—No quiero hablar de ello. —Mordió su labio inferior y miró abajo—.
Cometí un error y arruiné todo.
—Oh, Alice, ¿qué pasó? —dije en voz baja, mi estómago apretándose.
¿Qué hizo?
—No importa. —Negó con la cabeza—. No quiero hablar de eso
ahora, te lo diré más tarde, ¿de acuerdo?
—Claro. —Limpié una lágrima de su mejilla—. Estoy aquí para ti en
cualquier momento.
—Te quiero —dijo con un suspiro—, eres la mejor amiga que podría
haber deseado.
—Sabes que siento lo mismo por ti. —Sonreí con gratitud—.
Podemos haber perdido la lotería de los novios, pero somos dueñas de la
lotería de las amigas.
—Sí, lástima que no somos lesbianas. —Rió entre lágrimas—.
Seríamos capaces de vivir felices para siempre.
—¿Estás tratando de coquetear conmigo, Alice? —Le guiñé un ojo y
ella me golpeó el hombro.
—Nunca se sabe. —Rió y se secó los ojos—. Vamos a encontrar a
alguien bueno algún día.
—Síp, sin embargo, no vamos a buscarlos en un club de nuevo. —
Me reí cuando me acordé de la noche anterior—. No creo que vayamos a
encontrar a los buenos en un club.
—Sí, ja, ja. —Se estiró—. No podemos olvidar a los chicos en el club.
—Sí. —Me estiré y me levanté—. Bueno, creo que es hora de volver a
la cama.
—Yo también. —Volvió a bostezar y se secó los ojos—. Nos vemos en
un par de horas.
—Nos vemos más tarde. —Me reí y me dirigí a mi habitación. Me tiré
a mi cama pesadamente y antes de darme cuenta estaba profundamente
dormida, teniendo una vez más sueños con el Señor Lengua Milagrosa.

***

El sonido constante del timbre me despertó y maldije en la almohada


cubriéndome los oídos. —Haz que se detenga —murmuré para mí misma.
Ding, Dong.
—Ya voy —grité saltando de la cama y corrí a la puerta principal.
Este era el momento en que envidiaba a Alice por su capacidad para
dormir a través de cualquier cosa—. ¿Sí? —Abrí la puerta y mi actitud se
evaporó dejando caer mi corazón mientras miraba a Xander al otro lado,
con una gran mueca en su rostro.
—Hola, Liv.
—Xander. —Asentí y lo miré— ¿Qué estás haciendo aquí? Me
despertaste ¿lo sabes?
—Es la tarde del domingo, Liv. —Pasó junto a mí dentro del
departamento—. ¿Por qué estás todavía en la cama?
—Estoy cansada —murmuré—, y entra, ¿por qué no?
—¿Por qué te fuiste temprano esta mañana? —Me miró mientras
estábamos en el pasillo.
—¿Qué? —Bostecé y le devolví la mirada.
—Tú y Alice se fueron antes de que los demás se despertaran.
—Teníamos que volver. Tenemos trabajo que hacer.
—¿Quién es? —Alice eligió ese mismo momento para salir de su
dormitorio, frotándose los ojos.
—¿Dormías así? —preguntó Xander.
—Sí, ¿por qué? —Se acercó a nosotros y volvió a bostezar.
—Entonces, ¿qué trabajo tienes que hacer, Liv? —Levantó una ceja y
me miró.
—No tengo que decirte. —Miré lejos de él. ¿Por qué estaba aquí?—.
¿Cómo supiste mi dirección?
—Aiden me la dio —dijo brevemente.
—Me sorprende que no haya venido contigo —dije molesta.
—No creo que quisiera venir —dijo Xander y miró a Alice, que se veía
sonrojada. ¿Qué fue lo que pasó entre Alice y Aiden? La miré fijamente
durante unos segundos, pero evitó mi mirada.
—Voy a hacer un poco de café —dijo finalmente—, ¿alguien quiere
un poco?
—Voy a tomar una taza —dijo Xander—. Negro por favor.
—Voy a tomar una taza, entonces, con leche y azúcar, ya sabes lo
que me gusta —dije y ella entró a la cocina—. ¿Entonces, nos sentamos en
la sala? —Me di la vuelta hacía Xander—. ¿Asumo que no te vas a ir antes
de que tengas tu taza de café?
—Tienes razón —dijo con frialdad y me siguió hasta la sala de estar.
—Entonces, ¿qué quieres, Xander? —Suspiré— Pensé que ayer en la
noche nos dijimos todo.
—No me dijiste adiós.
—¿Qué? —Fruncí el ceño— ¿De qué estás hablando?
—Te fuiste esta mañana sin despedirte. —Me miró y me pregunté
cómo lucía. Estaba caliente y hecha un desastre, eso me describiría
bastante bien. No me molesté en quitarme el maquillaje de la noche
anterior y podía sentir que mi cabello era una maraña de rizos, pero más
parecido a un arbusto.
—¿Estas malditamente bromeando? ¿Por qué me iba a despedir? —
Negué con la cabeza y traté de no notar cómo sus labios rosados parecían
esta mañana.
—¿Por qué tienes que ser tan inmadura, Liv? —Negó con la cabeza
hacía mí—. Pensé que lo que hicimos anoche. Pensé que entendiste a
dónde me dirigía. Pensé que eramos amigos.
—¿Qué quieres de mí, Xander? —Gruñí en voz alta, incapaz de
detener la frustración. Nos miramos durante unos segundos y se encogió
de hombros.
—No sé —Suspiró—, supongo que nada.
—Entonces ándate. —Me senté y miré lejos de él.
—No quiero irme —dijo en voz baja.
—No voy a tener sexo contigo —Me moví lejos de él—, si es eso por lo
que estás aquí.
—No estoy aquí por eso. —Me agarró la mano y me atrajo hacia él—.
No sé qué decir, Liv. No sé lo que quieres de mí. Ni siquiera te conozco.
Realmente no sé nada de ti. No puedo cambiar mi vida por ti.
—Ya me dijiste eso. —Suspiré y saqué mi mano lejos de él.
—Soy el tipo que tiene sexo. Soy el tipo que va, toma lo que quiere y
lo consigue. Soy el tipo que se va por la mañana.
—Bueno, eso está bien para ti. —Me levanté de un salto cuando
Alice entró a la sala de estar con el café—. Hemos terminado aquí, Xander.
—Lo miré y crucé los brazos eligiendo mis palabras con cuidado—. Es
como dijiste, no me conoces. Si lo hubieras hecho, sabrías que no soy el
tipo de chica que sólo tiene sexo. No soy el tipo de chica que es tu
compañera de follada. No soy el tipo de chica que permite que la pisoteen.
—Me quedé mirando sus impenetrables ojos verdes—. No sé lo que
quieres. Y tú no sabes lo que quieres. Y eso simplemente no es
suficientemente bueno, Xander. No voy a ser la segunda mejor opción, sin
importar cuáles son tus problemas. —Y entonces salí de la sala de estar
directamente a mi dormitorio. Cerré la puerta detrás de mí, encendí mi
portátil y puse música tan fuerte como pude y luego entré al cuarto de
baño, abrí el agua y derramé algunas sales de baño esperando que la
bañera se llenara. No iba a pensar en Xander. No iba a dejar que me
afectara. No me importaba en qué momento se fuera. No me importaba si
pensaba que era grosera. No me importaba. No me importaba. No me
importaba. Me lo repetí todo el tiempo hasta que me desnudé y me metí al
baño. Me senté y cerré los ojos dejando que el agua me calmara. Era un
idiota por jugar con mis sentimientos así. ¿Por qué no podía dejarme sola?
***

—¿Quieres ver una película, Alice? —Salí de mi habitación


aproximadamente cuatro horas después, sintiéndome reanimada. Podía
escuchar la TV encendida en la sala e hice mi camino a la habitación,
determinada a mantener fuera de mi mente a Xander
—¿Qué quieres ver? —Xander sentado allí junto a Alice con una
cálida sonrisa en su rostro.
—¿Tú? —Fruncí el ceño— ¿Qué estás haciendo todavía aquí?
—Esta es mi señal para irme. —Alice me sonrió—. Voy a ir a tomar
un baño también.
—¿Qué está pasando, Alice? —La miré, duele que ella se siente y
hable con él después de todo lo que me hizo.
—Sólo hablo con Xander. —Frotó mi hombro mientras salía de la
habitación—. No es el todo malo.
—Lo que sea. —Suspiré y lo miré mientras ella salía de la
habitación—. Pensé que te dije que te fueras.
—En realidad no creo que hayas dicho eso. —Me sonrió y palmeó la
silla junto a él—. Siéntate.
—¿Qué quieres, Xander? —Podía sentir mi presión sanguínea
aumentando.
—Sé que tu cumpleaños es en septiembre. Sé que eres virgo. Sé que
trabajas en una pequeña organización sin ánimo de lucro en labores de
publicidad. Sé que tu deseo era ser la mejor en ciencias porque querías ser
una veterinaria. Sé que amas los perros, odias los gatos, y que le temes a
las arañas y serpientes. Sé que quieres ser una sobreviviente en The
Amazing Race9. Sé que piensas que Matthew McConaughey es el mejor
actor de Hollywood. Sé que amas los pastelitos y las papas a la francesa y
odias los vegetales, pero te obligas a comerlos porque eso es lo que siempre
has hecho. Sé que amas a tu familia a pesar de que ellos te enfurecen y sé
que si pudieras tener cualquier auto en el mundo sería un deportivo negro
Range Rover.
—Un Range Rover no es un auto, es un todoterreno —digo
sintiéndome perpleja.
—Sé que eres una romántica y que crees en el amor verdadero y
cuentos de hadas.

9Es un Reality Show, en el cual equipos de dos o cuatro miembros corren alrededor del
mundo en competencia contra otros equipos.
—¿Alice te lo dijo? —Mi mandíbula cayó. Iba a matar a Alice.
—No. —Sacudió su cabeza—. Alice me dijo todo hasta el auto,
imaginé las cosas verdaderamente románticas.
—Oh —dije fríamente—, ¿por qué le preguntaste todas esas cosas?
—Dijiste que no sabía de ti y tenías razón. —Me dio una débil
sonrisa—. Quería una oportunidad para saber de ti y no pensé que fueras
a responder alguna de mis preguntas.
—Entiendo.
—¿Realmente? —Se levantó y camino hacia mí—. ¿Realmente
entiendes, Liv?
—No realmente. —Sacudí mi cabeza, mi corazón acelerándose
mientras cogía mis manos y me tiraba hacia él—. ¿Cuál es el punto de
preguntarle todas aquellas preguntas?
—No lo sé. —Se encogió de hombros—. Realmente no entiendo qué
está pasando entre nosotros.
—Tampoco yo —reconocí
—Sólo deseo que dejes de jugar con mi corazón. —Sonrió y luego me
guiñó un ojo mientras yo reía.
—¿Te dijo cuál era mi canción favorita no es así?
—Sí. —Rió—. Lo hizo.
—Voy a matar a Alice. —Suspiré.
—Por favor no lo hagas —Se inclinó hacia delante y me besó—, o al
menos no por ahora.
—Está bien entonces, por ahora no la mataré. —Le devolví el beso y
gemí cuando sentí sus manos llegar hasta mi camiseta y apretar mis
pechos desnudos.
—¿Sin sujetador? —Gimió junto a mis labios mientras sus dedos
pellizcaban mis pezones.
—Estoy en casa, no necesito sujetador.
—Necesito estar en tu casa más a menudo. —Gruñó levantando mi
camiseta rápidamente antes de bajar la cabeza chupando mi pezón
derecho.
—Xander no puedes hacer esto. —Gemí mientras chupaba
impacientemente y pellizcaba mi otro pezón.
—Sí, puedo. —Me sonrió y cambio a mi otro pecho.
—¿Qué si Alice regresa? —Gemí cuando sus dientes tiraron mi pezón
cuidadosamente y corrí mis manos a través de su cabello—. Xander. —
Gemí su nombre fuertemente.
—Vamos a tu habitación entonces.
—No sé —dije con vacilación.
—Por favor. —Lamió sus labios y luego me besó de nuevo.
—Sin embargo, realmente no hemos resuelto nada. —No estaba
segura de qué hacer.
—¿Tenemos que hacerlo ahora? —Besó el lado de mi cuello y
después gimió en mi oído—. Mi lengua quiere mostrarte lo mucho que te
ha extrañado.
—Sabes decir lo justo para que te diga que sí, ¿no? —Reí y cogí su
mano y lo tiré hacia mi habitación—. Vamos antes de que cambie de
opinión.
—No queremos que hagas eso, ¿verdad? —Rió entre dientes mientras
entrabamos a mi habitación y me aseguraba de bloquear la puerta detrás
de nosotros. No necesito a Alice interrumpiendo mientras Xander estuviera
debajo de mí. De ningún modo—. Linda habitación. —Miró alrededor y
sonrió—. Y no hay posters de los Backstreet Boys.
—Muy gracioso. —Sonreí y me incliné para besarlo de nuevo—.
Sigue así y no llegarás a la cama.
—Oh, ¿en serio? —Rió y me agarró por la cintura y me levantó.
Comencé a chillar y entonces me dejó caer sobre el colchón y me miró sólo
por unos pocos segundos—. Mejor voy a trabajar rápidamente entonces. —
Me guiñó un ojo y bajó los brazos sacando mi top. Miró mis pechos unos
segundos y lamió sus labios—. Me gustas sin sujetador —dijo, luego se
agachó y sacó fuera mis pantalones cortos—. Y sin pantis tampoco,
delicioso. —Gimió y extendió mis piernas abiertas antes dejarse caer en
sus rodillas. Gemí mientras sentí su cara entre mis piernas y sabía que él
podía sentir mi humedad, mientras su lengua corría hacia abajo y lejos de
mi clítoris mientras lo chupaba suavemente. Mi cuerpo entero se sentía al
borde mientras su lengua jugaba conmigo y entraba en mí suavemente.
—Oh, Xander. —Gemí mientras me follaba con su lengua. Casi
había olvidado cuan delicioso se sentía con él.
—Voltéate. —Gimió mientras me rodaba sobre mi estómago.
—¿Por qué? —grité, sin querer que dejara de hacer lo que hacía
mientras me hallaba cerca de llegar al clímax.
—Shh. —Se levantó y giré mi cabeza y lo miré mientras se quitaba
su camisa y pantalones rápidamente. Tomé una profunda respiración
mientras miraba fijamente su polla desnuda sobresaliendo frente a él.
—¿Qué estás... —Empecé, pero suavemente me dio una nalgada.
—Shh —dijo de nuevo con una sonrisa y un guiño—. Baja tu cabeza,
cierra tus ojos y extiende las piernas.
—¿Qué? —Fruncí el ceño mientras mi corazón se aceleraba.
—No hagas ninguna pregunta sólo haz lo que te digo. —Me dio una
nalgada de nuevo, un poco más fuerte esta vez y gemí mientras su dedo
resbalaba entre mis piernas y frotaba mi clítoris.
—Oh —grité y extendí las piernas.
—Buena chica. —Gimió mientras bajaba su cabeza y mordía mi
trasero suavemente.
—¿Qué estás haciendo? —Gruñí mientras sentía su lengua lamiendo
mi trasero.
—Sin preguntas. —Me dio una palmada de nuevo en el fondo de mi
trasero y frotó mi clítoris húmedo otra vez.
—Está bien —grité, mi cuerpo entero en alerta máxima.
—Estás aprendiendo —dijo suavemente y sus manos abrieron mis
piernas de nuevo. Sentí su respiración en mi vagina y mi cuerpo tembló
cuando lamió mi clítoris con su lengua caliente y cosquillosa. Cerré mis
ojos y gemí en las sábanas mientras me lamía. Se siente diferente desde
esta posición, pero sí, todo se sentía más intenso y excitante. Luego sentí
su lengua más arriba y me congelé. Mis ojos se abrieron de golpe mientras
lamía la grieta de mi trasero de nuevo. ¿Qué hacía?
—Relájate. —Gruñó mientras lamía mi trasero. Podía sentir su polla
rozando mi pierna y gemí.
—¿Qué estás haciendo? —dije suavemente mientras él apretaba mis
nalgas.
—Mostrándote cuantos milagros puede realizar mi lengua.
—¿Con mi trasero? —susurré mientras sentía su lengua en mi
trasero de nuevo, moviéndose más cerca y más cerca de mi ano.
—Solo hay un baño ¿correcto?
—Sí —susurré—. ¿Por qué?
No me respondió con palabras, en su lugar sentí su lengua
lamiéndome en un lugar nunca antes lamido. Primero quedé impactada en
silencio. No podía creer que estuviera lamiendo mi ano, y no podía creer
cuan maravilloso se sentía. Cerré mis ojos y apreté las sabanas
sintiéndome casi avergonzada de la cantidad de placer que caía a través de
mi cuerpo. Y luego hizo esa cosa donde lamía mi clítoris por algunos
segundos retrocediendo a mi trasero. Los sentimientos eran abrumadores.
Apenas podía dejar de gritar cuando presionó la punta de su lengua dentro
de ambos agujeros. Me sentía sucia y me encantó. Luego su polla entró en
mi vagina en un duro empuje y no podía detenerme. Inmediatamente me
vine y grité su nombre mientras golpeaba dentro de mí con cada embestida
sintiéndola más y más profunda.
—Oh, Xander —grité mientras él gruñía detrás de mí y me llenaba.
—Sí, Liv, grita mi nombre. —Entraba y salía de nuevo—. Grita mi
nombre, Liv. —Sonrió abajo de mí y entré de nuevo rápidamente. Gemí
cuando miré sus ojos y él agarró mis manos con fuerza mientras empezaba
a moverse un poco más lento.
—Oh, mierda, Xander. Voy a venirme otra vez —grité cuando la
punta de su polla seguía golpeando mi punto G cada vez que se movía
dentro de mí.
—Vente para mí, Liv. —Gruñó y entonces sentí su cuerpo
estremecerse cuando incrementó su ritmo y explotó dentro de mí. Se
derrumbó en la cama junto a mí después de algunos segundos y luego me
besó en el hombro.
—Prométeme una cosa, Liv —susurró en mi oído.
—¿Qué? —pregunté mientras él besaba un lado de mi cara.
—No dejes la cama hasta que ambos despertemos.
—Está bien. —Asentí, mi corazón disparándose mientras me tiraba a
sus brazos—. No dejaré la cama hasta que ambos despertemos.
—Sin embargo, puedes salir al baño. No quiero que mojes la cama.
—dijo suavemente y golpeé sus brazos mientras sonreía con él y cerraba
mis ojos. No estaba segura cómo lo había hecho, pero me sentía un millón
de veces mejor sobre nuestra situación ahora. Tenía fe de que podíamos
resolverlo de alguna manera y hacerlo funcionar. Él me gustaba, realmente
me gustaba y estando preguntándole a Alice, todas esas preguntas
significaban que esperaba ver adónde podía llegar nuestra relación. Se
encontraba listo para darnos una oportunidad ahora. Tenía que ser.
Traducido por Andreeapaz
Corregido por Agus Winchester

—Buenos días. —La voz de Xander sonaba caliente cuando abrí los
ojos.
—Buenos días. —Parpadeé y miré el reloj de la pared—. Guau,
¿dormimos toda la noche?
—Supongo que estábamos cansados.
—¿No dormiste?
—No hasta la noche.
—Oh no, ¿qué hiciste?
—Verte —dijo y luego se echó a reír—. No esperaba que sonara tan
espeluznante.
—Lo haces sonar un poco raro, ¿no? —Me reí y mi corazón revoloteó
mientras me miraba y se inclinó para darme un beso.
—No soy tan espeluznante —dijo con un beso más y pasó sus manos
por el cabello—. Lo prometo.
—Umm, tomaré tu palabra. —Me reí—. Besaste mi trasero ayer. —
Me sonrojé con el recuerdo.
—Creo que hice más que eso. —Me guiñó un ojo mientras pasaba
sus dedos por mi estómago, entre mis piernas y frotó suavemente.
—Xander. —Gemí y aparté su mano—. Ahora no.
—Está bien. —Se rió y jugó con mis pechos en su lugar—. ¿Dormiste
bien?
—Sí, lo hice. ¿Tú?
—Fantástico. —Asintió con la cabeza—. Me di cuenta de un secreto.
—¿Qué secreto?
—El secreto de asegurarme que no te he hecho venir esta mañana.
—¿Cuál es el secreto?
—Tuvimos relaciones sexuales en tu departamento. —Sonrió y me
reí.
—Eres un idiota. —Pasé los dedos por su pecho ligeramente y jugué
con sus pezones.
—Un idiota sexy.
—Supongo. —Me incliné y besé su pecho ligeramente y frotó mi
espalda—. Entonces, ¿qué hacemos ahora? —pregunté en voz baja y se
congeló. Levanté la vista hacia él con el ceño fruncido y estudié su rostro—
. ¿Está todo bien?
—Sí, por supuesto. —Asintió con la cabeza.
—Entonces, ¿qué hacemos ahora? —pregunté de nuevo.
—Voy a hacer lo que quieras, Liv. —Besó mi frente y se recostó.
—¿Todo lo que quiera que hagas? —Mi corazón dio un vuelco, esas
no eran las palabras que quería escuchar.
—Sí, si no quieres que siga con el compromiso, lo voy a terminar. —
Asintió con la cabeza.
—¿Qué quieres hacer? —Incliné la cabeza y estudié su rostro.
¿Quería poner fin al compromiso? Podía sentir mi cuerpo cada vez más
caliente. Debería haber estado feliz de que estuviera dispuesto a hacer lo
que yo quisiera, pero no lo estaba. No quería que hiciera lo que yo quisiera.
Quería que hiciera lo que él quería hacer. Quería que él tomara la decisión
de poner fin al compromiso. Quería que tomara la decisión porque no
existía otra opción en su mente.
—No me importa. —Se encogió de hombros, su rostro indiferente—.
Todo lo que te haga feliz.
—¿Por qué te gusto, Xander? —pregunté en voz baja—, quiero decir
aparte de lo de la habitación del hotel. ¿Por qué te gusto?
—Me sentía intrigado por ti desde el momento que te vi en la iglesia.
—Me acarició el cabello—, y pensé que eras bella y sexy como el infierno. Y
también descarada. Luego me llamaste Señor Lengua y pensé que
cualquier chica que tiene la confianza para coquetear con alguien en una
iglesia y darme el apodo tenía que ser la chica que quería conocer mejor.
—Ya veo —dije y suspiré. No sabía lo que esperaba que dijera.
—Todavía estoy intrigado por ti. Estoy intrigado por ahora, por lo de
antes. —Me besó—. Así que dime, Liv. ¿Qué quieres que haga?
—¿Dijiste que te reuniste con Luke, Gabby y Henry ese día? —dije y
decidí preguntarle las cosas que me habían sido desconcertantes—. ¿Cómo
sabes de Luke?
—Su abuelo y el mío crecieron juntos —dijo enseguida—, lo conozco
desde que éramos jóvenes.
—¿Cómo es que nunca oí de ti o te conocí cuando salía con Alice?
—No sé. —Se encogió de hombros.
—¿Cómo sabe Luke de Gabby? —dije en voz baja—. ¿Y por qué a
ninguno de los dos les importa ella o el bebé?
—Es complicado. —Xander hizo una mueca—. No creo que sea
importante.
—Sólo quiero ser capaz de entender. —Suspiré.
—Mira, tengo que encontrarme con Henry ahora. —Se sentó y
también me levanté. Me besó con fuerza una y otra vez antes de retirarse—
. Henry y yo tenemos que encontrarnos con Luke para discutir algo esta
mañana.
—Oh, bien. —Fruncí el ceño y le di un beso en la mejilla.
—No te enfades conmigo, está bien. —Me miró a los ojos—. Todo esto
va a funcionar. Sólo dime lo que quieres.
—Quiero que hagas lo que quieras hacer —dije en voz baja—. Quiero
que sea tu decisión.
—Está bien. —Asintió con la cabeza y se levantó de la cama—. Tengo
que irme ahora. ¿Nos veremos de nuevo esta noche?
—Sí, llámame —dije tratando de no ser obvia.
—Te veré más tarde, Liv. —Saltó de la cama y me observó mientras
se puso su ropa y salió de la habitación. Me recosté con un suspiro y cerré
los ojos. Tal vez algún día seriamos capaces de estar bien.

***

—¿Entonces piensas que Luke podría ser el papá del bebé? —La
mandíbula de Alice se cayó mientras nos sentamos en nuestros asientos
de nuestro restaurante favorito y comíamos palitos de mozzarella.
—Sí, es lo único que tiene algún tipo de sentido. —Asentí con la
cabeza—. Cada vez que digo el nombre de Luke, él actúa divertido. —Me
senté hacía atrás—. Loco, ¿no?
—No puedo creerlo. —Negó con la cabeza—. Sabía que él no era un
puto, pero maldita sea.
—Lo sé, pero sabemos que él es así, porque te engañó con Joanna.
—Me pregunto si se juntó con Gabby mientras también salía
conmigo. —Se estremeció—. Él es jodidamente asqueroso.
—Dímelo a mí. —Tomé un sorbo de mi Coca-Cola—-. Ella es una
puta. Y ahora se va a casar con mi hombre. —Hice una mueca.
—¿Dime de nuevo por qué Xander se va a casar con ella? —Hizo una
mueca—. No es como si fuera su bebé.
—Supongo que él y Luke son buenos amigos. Y así también lo ayuda
a salir de esto.
—No pueden ser tan buenos amigos —dijo Alice—. Nunca escuché
su nombre antes.
—Lo sé, también pensaba en eso —dije con un suspiro—. Hay tantas
cosas que no tienen sentido.
—Oh, Dios mío. —Inclinó la cabeza hacia delante—. No mires ahora,
pero Gabby acaba de entrar al restaurante.
—¡Oh, no! —gemí.
—Y está con Henry.
—¿Henry? —Mi voz se levantó y no pude evitar mirar por encima
para ver la entrada. Mi mandíbula se cayó cuando vi a Gabby y Henry
caminando hacia un asiento, con su brazo en su espalda, acariciándola
tiernamente—. ¿Qué demonios está pasando? —Me di vuelta hacia Alice—.
¿Estamos en la zona de Crepúsculo?
—¿Quizás? —Sacudió la cabeza y pude ver que ella también se
sentía aturdida—. Estoy realmente confundida aquí.
—Yo también. —Y entonces, de repente me di cuenta—. ¿Y si Henry
es el padre?
—¿Qué? —Frunció el ceño.
—¿Y si Henry es el padre del bebé? —Asentí con la cabeza ya que la
idea comenzó a tener sentido—. Tal vez Xander se casa con ella porque
Henry no quiere hacerlo, pero ellos involucraron a Xander por la herencia
y esas cosas así de esa manera se aseguran que el bebé va a estar bien
cuidado.
—Supongo que podría tener sentido. —Asintió con la cabeza—. Eso
responde a por qué Henry se hallaba allí la semana pasada.
—Fue realmente extraño, ¿cierto? Y él siguió hablando sobre bebés.
—Asentí con la cabeza—. Mierda, debería convertirme en detective —dije
emocionada—. Encontré que Henry es el padre.
—¿Pero qué pasa con Luke? —Frunció el ceño.
—¿Quién sabe? —Me encogí de hombros y ambas miramos a Gabby
y Henry sonriendo y coqueteando al otro lado del restaurante—. Espera un
segundo, tengo una llamada. —Agarré mi teléfono de mi bolso y lo saqué—
. Hola.
—Hola, tú. —La voz de Xander sonaba sexy y suave.
—Hola. —Sonreí al teléfono—. Es Xander —murmuré hacia Alice y
sonrió.
—¿Qué estás haciendo?
—Alice y yo estamos comiendo.
—¿Van a terminar luego? —preguntó en voz baja—. Quiero verte.
—Bueno, estoy con Alice… —Mi voz se apagó mientras miraba a mi
amiga.
—Está bien —murmuró hacia mí—. Voy a ir a casa y hacerme las
uñas.
—¿Estás segura? —pregunté con el ceño fruncido.
—Sí. —Asintió con la cabeza—. Ve a ensuciarte con Xander.
—Está bien. —Sonreí—. ¿Estás ahí, Xander?
—Sí.
—Está bien, estoy en el centro. Ven a buscarme a la librería en la
avenida Steamer en una hora.
—Bueno. Te veo allí en una hora —dijo y colgó.
—Nos encontraremos en una hora.
—Suena bien —Sonrió Alice—, no puedo esperar para saber lo que
está pasando.
—Te lo diré. —Sonreí de vuelta.
—Está bien Sherlock. —Se rió y le guiñé el ojo, emocionada por ver a
Xander y saber qué decisión tomó.

***

—Te extrañé hoy. —Xander me besó y me hizo girar alrededor.


—Yo también te extrañé —dije alegremente, feliz de verlo—. Así que
antes de ir a cualquier lugar, tengo una pregunta que hacerte.
—¿Está bien…? —Me miró con una expresión de curiosidad.
—¿Henry es el padre del bebé de Gabby? —dije rápidamente y la
expresión de Xander era de pura conmoción.
—¿Cómo lo sabes?
—¡Lo sabía! —Levanté un puño—. Scotland Yard allá voy.
—¿Te estás mudando a Inglaterra? —Se burló de mí.
—No. —Rodé los ojos y me reí—. Pero en serio, ¿él es el padre del
bebé?
—No estamos seguros. Pensamos que sí —suspiró—, no le digas a
nadie esto, pero es entre Henry o Luke.
—¿Qué? —Mi mandíbula se abrió—. ¿Tuvieron un trío?
—Liv. —Se rió y negó con la cabeza—. No, no hicieron eso.
—Entonces, ¿comó? —pregunté rápidamente.
—Durmió con los dos. —Suspiró—. Pero en base a las fechas,
estamos bastaste seguros que Henry es el padre.
—Oh, guau. —Me mordí el labio inferior—. Qué loco.
—Supongo que Gabby no te dijo todo eso.
—No, no lo hizo —dije con una sonrisa—. No sabía que era una
puta.
—Liv. —Me amonestó.
—¿Qué? Sólo lo estoy diciendo. —Me reí mientras caminábamos por
la librería.
—Bueno, ahora que entiendes todo, sabes por qué es tan
complicado. —Suspiró cuando nos detuvimos en la sección de autoayuda.
—No sé. ¿Por qué? —Fruncí el ceño.
—Henry durmió con ella, pero él no quiere una relación con ella. No
quiere casarse con ella, pero quiere estar presente en la vida de su hijo.
Esta es la solución perfecta. Me caso con alguien y tomo el control de la
compañía y Henry tiene una relación con su hijo.
—Está bien. —Mi respiración se detuvo con sus palabras.
—Así que este matrimonio realmente resuelve los dos problemas.
—Entonces, ¿qué estás diciendo, Xander? ¿No quieres terminar el
compromiso?
—Sólo vamos a estar casados durante un año. Esa es la cantidad de
tiempo que necesito estar casado antes de que pueda tener el control de la
empresa.
—¿Entonces vas a casarte con mi hermana y dormir conmigo por el
lado?
—No estarías a un lado —dijo con enojo—. No hay nada entre Gabby
y yo, lo sabes. Es solo una transacción de negocios.
—No lo creo. —Negué con la cabeza y suspiré—. No lo puedo creer.
—¿Qué?
—Nada. Terminé. —Di un paso atrás—. Realmente terminé.
—¿Qué? Mira, si quieres que termine con ella entonces lo haré. Sólo
decía que…
—Olvídalo, Xander. No quiero que hagas nada que no quieras hacer.
Quiero que termines el compromiso con Gabby porque no puedes vivir un
segundo más con esta farsa. No quiero que lo hagas porque yo te lo dije.
—No te enojes, Liv. —Extendió la mano para agarrar mi brazo y lo
empujé.
—Por supuesto que estoy enojada —grité—. Solo tienes que ir a casa
con Gabby y jugar a la familia feliz y dejarme sola. —Salí corriendo de la
tienda y saqué mi teléfono. ¿Era mucho pedir que él tomara la decisión
correcta por sí mismo? ¿Realmente era demasiado esperar eso? ¿Esperaba
demasiado? ¿Estaba siendo poco razonable pensando en no querer
compartir su cama mientras él estuviera casado con mi hermana?
¿Realmente lo estoy? ¿De verdad él creía que era una solución aceptable?
¿Quién en su sano juicio pensó alguna vez que esto era un buen plan?
Traducido por Yasna.FU & Maeh
Corregido por Pily

Alice y yo suspiramos mientras caminábamos hasta la puerta


principal de la casa de mis padres.
—Gracias por venir. —Le ofrezco una débil sonrisa—. Realmente no
tenías que hacerlo.
—Está bien. Quería ser capaz de soportar el día de hoy. —Respiró
hondo—. Además, ¿a quién le importa lo que Aiden o Xander tienen que
decir? Estamos aquí porque tus padres lo pidieron. No estamos aquí por
ellos o incluso por la estúpida Gabby.
—Vamos a hacer esto. —Abrí la puerta y entramos en la casa. Todo
el mundo se encontraba allí, incluyendo a Henry y Xander. Y me quedé allí
con una sonrisa falsa en mi cara. No iba a actuar como si me importara
que él no me hubiera llamado en las últimas dos semanas. No me
importaba que no hubiera oído hablar de él desde la librería. Podía hacer
lo que quisiera. No significaba nada para mí. Si me podía olvidar tan
fácilmente, yo podía hacer lo mismo—. Hola a todos.
—Hola, hermanita. —Scott se levantó y me dio un abrazo y luego se
volvió hacia Alice y le dio un beso en la mejilla. Me di cuenta de Aiden
mirándolos y me pregunté exactamente lo que pasó entre él y Alice, ya que
ella todavía no me lo dijo.
—Entonces, ¿qué es tan importante que teníamos que venir este fin
de semana? —Miré a Gabby y me dio una sonrisa malévola.
—Estoy en casa. —Sonrió—. Eso es lo que es tan importante.
—¿Qué? —Mi mandíbula cayó—. Tuve que volver a casa sólo porque
estás aquí.
—Sí. —Sonrió—. ¿No es la gran vida?, pero por si acaso si alguien
quiere salir conmigo el día de hoy, voy a salir con algunas amigas.
—Está bien. —Rodé los ojos.
—Estamos celebrando mi próxima boda.
—Está bien. —Miré a Xander y me dio una breve sonrisa. Me di la
vuelta y miré a Scott—. Entonces, ¿qué planes tienes este fin de semana?
—Cualquier cosa que quieras hacer. —Sonrió y le sonreí agradecida.
Timbre.
—¿Quién es? —Aiden se levantó de un salto con el ceño fruncido—.
¿Hay alguien esperando a alguien?
—Yo no. —Negué con la cabeza y se dio cuenta de que Alice se
sonrojaba.
—¿Alice? —le preguntó en voz baja.
—Uhm, sí —chilló.
—¿Quién? —Fruncí el ceño.
—No me mates —murmuró y se rascó la cabeza. ¿De qué hablaba?
—Liv. —La voz de Aiden sonó enojada mientras caminaba de vuelta a
la sala de estar.
—¿Sí? —Le espeté a él y a los dos chicos fornidos detrás de él—.
¿Qué?
—Estos chicos están aquí para ti y Alice. —La miró con una máscara
fría—. Dijeron que están aquí para unirse a ustedes para el fin de semana.
—¿Qué? —Me encontraba confundida.
—Brock y Jock, ahí están. —Alice corrió hacia uno de los grandes
fornidos y le dio un beso en la mejilla—. Estamos muy contentas de que lo
hicieron, ¿verdad, Liv? —Me miró y asentí lentamente.
—Uh, sí, seguro. —Me acerqué a Alice con una mirada inquisitiva y
ella se volvió a todo el mundo.
—Brock y Jock son dos chicos con los que hemos estado saliendo y
queríamos que todos se reunieran con ellos.
—Oh, sí, ja, ja. —Me reí y fingí una amplia sonrisa—. Me alegro de
que lo hicieras, Brock. —Besé al otro en la mejilla y me miró como un
robot.
—Soy Jock —dijo con frialdad.
—Lo sé, sólo bromeaba. —Metí mi brazo en el suyo y miré a Xander
quien me miraba.
—¿Brock y Jock? —preguntó Gabby con una sonrisa—. Bonitos
nombres.
—Somos hermanos —dijo Jock y deseaba que pudiera decirle que
mantuviera la boca cerrada. ¿Cuándo Alice escogió a estos chicos?
—Nos encantan las dobles citas, ¿no? —dijo Alice con una amplia
sonrisa—. Y tienen que dormir fuera de casa —dijo y se rió, pude ver a
Aiden mirando incluso más enojado mientras se alejaba de nosotros.
—Bien por ti. —Gabby volcó su cabello—. Me alegro de que dos
perdedoras hayan encontrado chicos que las pueden aguantar.
—Cállate, Gabby —grité y me miró con una ceja levantada.
—¿O qué? —dijo dulcemente.
—Ugh. —Gemí—. Nada.
—Eso es lo que pensaba. —Se rió y luego se inclinó y le dio a Xander
un beso en la mejilla—. Voy a salir. Nos vemos más tarde. ¿Está bien,
bebé?
—Nos vemos, Gabby —dijo él, pero sus ojos nunca salieron de mi
cara—. Liv, ¿podemos hablar?
—No. —Negué con la cabeza—. Vamos a salir con Jock y Brock.
Volveremos más tarde.
—Acaban de llegar —dijo Scott con el ceño fruncido.
—Bueno vamos a salir ahora —espeté y agarré la mano de Jock—.
Vamos, muchachos.
Todos nos apresuramos por la puerta delantera y me volví a Alice.
—¿Qué pensabas?
—Pensé que tendríamos dos chicos calientes aquí para hacernos
sentir mejor y darle celos a esos dos tontos.
—¿Y lo mejor que podías hacer era Brock y Jock? —le dije en voz
baja—. Se ven como hombres de la montaña.
—Son strippers. —Se rió—. Eran lo mejor que podía hacer.
—Oh, Alice —gemí—. ¿Qué debemos hacer?
—¿Decirles que se vayan a su casa e ir al centro comercial y luego ir
a tomar una copa?
—Eso suena como una buena idea para mí. —Asentí en acuerdo. Le
dimos a los dos hermanos cuarenta dólares y luego nos montamos en mi
coche y fuimos al centro comercial local.

***

—Me encanta la terapia de compras. —Sonreí alegremente cuando


hicimos nuestro camino por el bar de vinos con nuestras manos llenas de
bolsas.
—A mí también. —Asintió con la cabeza—. A pesar de que mi tarjeta
de crédito no está de acuerdo.
—Tampoco la mía —Me reí—, pero eso es una preocupación para el
próximo mes, cuando llegue la factura.
—Estás diciendo la verdad —dijo y pedimos una botella de
Chardonnay—. Hasta que la factura llegue estaremos bien.
—Exactamente.
—Oh, Dios mío. —Gimió y frunció el ceño.
—¿Qué?
—No vas a creer quién está aquí. —Suspiró.
—¿Quién? —Mi rostro palideció—. Por favor, no me digas que son
Gabby y Xander.
—No, bueno, adivinaste la mitad. Gabby está aquí con un grupo de
chicas.
—Oh, bien. —Hice una mueca y luego vi cuando Alice frunció el
ceño.
—Bueno, esto es raro, pero creo que está bebiendo vino. —Sus ojos
se estrecharon y jadeó—. Definitivamente está bebiendo vino.
—¿Qué demonios? —Me di vuelta—. ¡No puede beber alcohol! Está
embarazada.
—¿Qué está haciendo? —Arrugó la frente—, es una perra egoísta.
—Voy a decirle que pare. —Me levanté de un salto, furiosa con
Gabby. ¿Qué demonios está mal con ella?—. ¿Qué crees que estás
haciendo? —grité mientras me acercaba a Gabby que reía.
—Oh, hola, Liv —Sonrió—, estoy mostrándole a Shannon mi anillo.
—No me importa lo que estás mostrándole —grité de nuevo y tomé
su vaso para olerlo—. Esto es vino. ¿Por qué estás bebiendo?
—¿Qué? —Frunció el ceño.
—No puedes beber, Gabby.
—¿Qué? —Agarró su vaso y bebió un poco de vino frente a mí—.
¿Quién lo dice?
—¿Qué pasa con él bebe? —dije en voz baja—. ¿Cómo le puedes
hacer esto a un bebé?
—No estoy embarazada. —Se rió y se sentó de nuevo.
—¿Qué? —Mi boca se abrió—, ¿qué pasa con Xander, Henry y el
bebé? ¿El compromiso? ¿Qué quieres decir con que no estás embarazada?
—Oh, Liv. —Negó con la cabeza—. No lo entiendes, ¿verdad? —Bebió
un poco más.
—¿Entender qué?
—Luke y yo tuvimos una relación. Bueno, tuvimos sexo. —Sonrió—.
No le digas a Alice, pero empezamos cuando eran novios.
—Oh, Dios mío. —Mis ojos se abrieron—. ¿Qué?
—Sí, él es bastante bueno en la cama. —Sonrió—. ¿Quién era yo
para decirle que no?
—Oh, Gabby. —Negué con la cabeza.
—Bueno, entonces conoció a la perra de Joanna —dijo enojada—, y
en vez de estar conmigo, terminó con Alice y comenzó a salir con ella.
—Lo siento.
—No lo hagas. —Se encogió de hombros—. Todavía follamos. Y
espero que vuelva a sus sentidos.
—Pero entonces, ¿qué pasa acerca de Henry? —pregunto
suavemente.
—Oh, era amigo de Luke. Lo conocí una noche y traté de poner a
Luke celoso. —Levantó los hombros—. Él está bien. No me preocupo por
él.
—¿Por qué mentiste sobre un bebé?
—Quería que Luke cancelara la boda. —Su cara se puso triste—.
Pensé que si cancelaba la boda y sabía que me encontraba embarazada se
casaría conmigo.
—Oh.
—Pero el estúpido de Henry le dijo que nosotros follamos y de alguna
manera pensó que era suyo. Y así, la próxima cosa que supe era que
Xander me ofrecía dinero para que me casara con él, siempre y cuando
Henry pudiera estar en la vida del bebé.
—Y todavía los dejaste creer que tienes un bebé.
—Me dio esta gran roca y me prometió un montón de dinero en
efectivo. —Se encogió de hombros—. ¿Cómo iba a decir que no?
—Porque no hay un bebé, Gabby. No puedes mentir sobre eso y
pensar que está bien.
—¿Por qué te importa? —Bebió un poco más de vino.
—No puedo creer todo lo que has hecho. Pensé que te encontrabas
embarazada. Todo el mundo piensa que vas a tener un bebé con Henry.
—No soy estúpida, Liv. Estoy tomando la píldora. —Corrió su
cabello—. ¿Realmente crees que tendría sexo sin protección y tomar el
riesgo de tener un bebé y arruinar mi perfecta figura en este momento?
—Eres una perra egoísta.
—Gracias. —Sonrió y bebió un poco más de vino—. Y también salud
para ti.
—Lo que sea. —Negué con la cabeza y me alejé de ella, mi cabeza
zumbaba cuando me acerqué a Alice de nuevo.
—¿Qué está pasando? —preguntó en voz baja mientras me sentaba
junto a ella—. ¿Qué dijo?
—No está embarazada —dije como si estuviera en un sueño—. No
está embarazada, Alice.
—No puede ser. —Me miró con una expresión de sorpresa—.
Entonces inventó todo.
—Sí, nos mintió a todos. —Me froté la frente y cerré los ojos por un
segundo.
—¿Estás bien, Liv? —Agarró mis manos y lentamente abrí los ojos
asintiendo con la cabeza.
—Sí, estoy bien.
—No te ves como si lo estuvieras.
—Es algo que dijo, me hizo cuestionar algo.
—¿Qué cosa?
—No estoy tomando la píldora.
—¿Y? —Se encogió de hombros—. ¿Eso importa?
—Tuve sexo con Xander.
—¿Y? Usaron condón, ¿verdad?
—No en las últimas ocasiones. —Negué con la cabeza y enterré mi
cara en las manos y gemí—. ¿Cómo pude ser tan idiota, Alice? Él se vino
varias veces. —Me quejé y luego la miré—. Gabby no está embarazada,
¿pero y si yo lo estoy?
—¿Qué quieres hacer?
—Vamos a casa.
—¿A la casa de tus padres?
—No, vamos al departamento.
—¿No quieres decirle a Xander lo que descubriste?
—No. —Negué con la cabeza y me levanté—. Él tomó una decisión.
Puede hacer frente a toda esta transacción de negocios por sí solo. Ese es
su problema.
—Oh, Liv —Suspiró Alice—, sin embargo, prométeme una cosa.
—¿Qué?
—Hazte una prueba de embarazo.
—Voy a hacerme una en la semana. —Asentí y dejamos un poco de
dinero en la mesa para luego salir del restaurante con el sonido de Gabby
y sus amigas riendo. No sabía qué pensar o que sentir. Una parte de mí
quería estar embarazada y la otra se sentía asustada de estarlo. Quería
decirle a Xander toda la verdad, pero no quiero ser quien se lo diga. No
quiero ser la chica que lo persiga y lo obligue a estar conmigo. Esa no era
la forma de empezar una relación. De ninguna manera.
Traducido por Lipi-Lipi & Andreeapaz
Corregido por Pily

Había un paquete marrón grande colocado en mi cama cuando


llegué a casa del trabajo y lo miré con una expresión curiosa. ¿Quién me
enviaba un paquete? No era mi cumpleaños y no pedía nada en línea en
años. Me acerqué con entusiasmo, emocionada por ver lo que se
encontraba dentro. Sonreí para mí misma con mi emoción. Era la primera
vez en más de dos semanas que tenía algo para sentirme entusiasmada.
Alice y yo no habíamos vuelto a la casa de mis padres después del bar y
nadie llamó o trató de averiguar lo que sucedió.
Me sentía triste porque mi familia no se molestó en averiguar por
qué nos marchamos, pero me duele aún más que Xander no me llamó o
vino. Esperaba que apareciera esa noche, pero no lo hizo. Ni siquiera sé si
sabía que no existía ningún bebé. Seguro que Gabby no le diría. No tenía
moral, ni conciencia. A ella no le importaría. Me senté en la cama y abrí el
paquete rápidamente, rasgándolo para ver lo que tenía dentro. Abrí la caja
y me quedé mirando el contenido con el ceño fruncido. Había una lengua
colocada allí. La recogí y luego vi la nota. Era de Xander y decía “Por favor,
llámame pronto. Quiero hablar contigo”. Tiré la nota y la lengua en la cama
y salí corriendo de la habitación. ¿Pensó que era gracioso? Me dirigí a la
cocina a buscar un poco de agua y tratar de calmar mi corazón latiendo
rápidamente.
—Oye, no te oí entrar —dijo Alice con una pequeña sonrisa mientras
entraba en la cocina.
—Sí, acabo de llegar —dije y tomé otro sorbo de agua—. Vi el
paquete. Gracias por ponerlo en mi habitación.
—No hay problema. —Asintió con la cabeza—. ¿Algo bueno?
—No. —Sacudí mi cabeza y luego fruncí el ceño cuando mi teléfono
sonó—. Es Aiden. —Puse los ojos y contesté el teléfono—. Hola.
—Liv, soy Aiden —dijo con frialdad.
—Lo sé, ¿qué quieres?
—¿Vienes a casa este fin de semana?
—No.
—Creo que deberías venir —dijo de nuevo, esta vez más suave—.
Gabby necesita tu apoyo.
—¿Por qué? —le dije.
—Xander rompió el compromiso.
—¿En serio? —dije sorprendida, aunque no quería admitirlo.
Tampoco quería reconocer lo feliz que me hizo—. ¿Por qué?
—Supongo que no era un compromiso real. —Suspiró—. Creo que
usó sus viejos trucos o algo así.
—¿Ah, sí?
—Sí, no está realmente embarazada, pero mintió y le dijo que tenía
este bebé y realmente necesitaba apoyo.
—¿Ah? Guao. —Fingí un shock.
—Sí, resulta que él le preguntó si podían romper ese primer fin de
semana. —Aiden continuó hablando—. Pensó que cometió un error o algo
así, pero ella le dijo que mamá y papá que renegarían de ella si no estaba
comprometida. Y que se trasladaría a Francia o algo a tener el bebé.
—Oh, guao. —Sacudí mi cabeza—. Eso es una locura.
—Sí, por lo tanto todos nos reuniremos este fin de semana para
hacerla sentir mejor.
—No voy, lo siento.
—Deberías venir, Liv. Tú y Alice.
—Alice y yo no vamos —dije en voz alta y vi a Alice mirándome.
Sabía que se preguntaba de qué estábamos hablando.
—Por favor, Liv.
—Si quieres ver a Alice, sólo tienes que levantar el teléfono e
invitarla a salir o algo así.
—Liv. —Gimió—. No quiero salir con Alice.
—Uh huh. Entonces, ¿por qué quieres verla este fin de semana?
—Liv, es complicado.
—Aiden, crece. Sé que te gusta Alice, sólo invítala a salir —grité en el
teléfono y vi a Alice sacudiendo la cabeza hacia mí.
—Liv, vi a Alice y Scott besándose —dijo Aiden suavemente—. No
hay nada entre Alice y yo. Ella hizo su elección.
—¿Qué? —Me dejó boquiabierta—. ¿Viste qué?
—Esa noche que estábamos todos en el club. Esperaba para pedir
disculpas a Alice y mientras caminaba a su habitación para decir que lo
sentía, la vi con Scott y se besaban.
—Oh. —Mi voz era un chillido y me di cuenta por la mirada en el
rostro de Alice que era verdad—. No sabía.
—Sí, bueno, es lo que es.
—Lo siento, Aiden —dije en voz baja.
—Está bien. —Suspiró—. Tal vez podemos ir y comer pronto.
—¿Qué? ¿Tú y yo?
—Sí, tú y yo. —Se rió—. Creo que tenemos suficiente edad como
para ser amigos, ¿no crees?
—Sí, me gustaría —dije con una sonrisa—. Me gustaría mucho eso.
—Ah, y Liv…
—Sí, ¿Aiden?
—Sé suave con Xander —dijo en voz baja—. Es un buen tipo.
—¿De qué estás hablando? —pregunté en voz baja, mi corazón
acelerado y mi cara roja.
—Ya sabes. —Se rió—. Te veré pronto —dijo, y colgó. Puse mi
teléfono en mi bolsillo y miré a Alice en silencio, sin saber qué decir.
—¿Besaste a Scott? —dije finalmente y ella suspiró.
—No, sí, en realidad no. —Se echó a llorar—. Me acompañó a mi
habitación esa noche y se inclinó para darme un beso fuera en la puerta. Y
me dije ¿qué daño haría un beso? Siempre me dijiste que fuera por él. Así
que se inclinó y me besó, pero supe tan pronto como nuestros labios se
tocaron que no me gustaba, pero ya era demasiado tarde. Cuando nos
besamos vi a Aiden en el pasillo mirando hacia nosotros y no sabía qué
hacer. —Sollozó—. Oh, Liv, ¿qué voy a hacer?
—Oh, Alice. —Gemí—. Hemos realmente jodido todo esto.
—No sé qué hacer. —Lloró—. Realmente me gusta Aiden y ahora me
odia.
—No te odia. —Suspiré—. Voy a idear un plan. Averiguaremos algo.
—Gracias, Liv. —Se frotó los ojos—. Voy a ir a acostarme ahora.
—Está bien. —Asentí y la vi salir de la habitación. Me quedé allí
durante unos segundos y luego saqué mi teléfono e hice una llamada.
—Hola. —Su voz era un acento sureño sexy y sentí mi corazón saltar
con el sonido.
—Es Liv.
—Lo sé. —Se rió—. Supongo que tienes mi regalo.
—Sí. —Negué con la cabeza mientras caminaba a mi dormitorio—.
Lo tengo.
—¿Qué crees?
—Creo que es pervertido. ¿Quién envía a alguien una lengua de
plástico? —Me reí.
—Yo —dijo en voz baja—. ¿Lo has utilizado ya?
—¿Usado? ¿De qué estás hablando?
—Oh, ¿no sabes lo que es todavía?
—No, ¿qué es?
—Sácalo de la caja y míralo cuidadosamente.
—Está bien. —Cogí la caja y saqué la lengua. La miré atentamente y
noté un pequeño interruptor que no vi antes. Lo encendí y la lengua
empezó a vibrar de ida y vuelta—. Oh, Dios mío, ¿es esto un vibrador?
—Sí. —Se rió.
—Xander —grité—. ¿Cómo pudiste?
—¿Cómo pude qué? —Se rió—. Pensé que si no podías tener mi
milagrosa lengua, podrías tener una segunda mejor.
—Guao, que amable de tu parte. —Me reí y me recosté en la cama.
—Mi objetivo es complacerte —dijo con una sonrisa—, me alegra que
hayas llamado, Liv.
—Me enteré de lo tuyo y Gabby —dije en voz baja.
—Sí, el compromiso ha terminado.
—Lo siento por todo. Lo siento porque te mintiera sobre estar
embarazada.
—Terminó antes de que supiera que mentía, Liv —dijo en voz baja—,
lo terminé el fin de semana pasado cuando te presentaste con Brock y
Jock.
—¿Qué? Eso fue hace dos semanas —dije, duele que no me haya
llamado.
—Me enojé contigo, Liv. Quería hablar contigo ese fin de semana,
pero saliste con Alice y nunca regresaron.
—Me sentía demasiado dolida y celosa.
—Entiendo por qué te encontrabas molesta conmigo. Actué como un
idiota —Suspiró—, no debería haber esperado que estuviera bien contigo y
casarme con Gabby; incluso si se trataba de un compromiso falso.
—Fue una locura, pero podría haber sido más compresiva.
—Fue porque estamos los dos un poco locos —Suspiró—, pero tal
vez más que nadie. Ni siquiera estoy seguro de lo que pensaba. Todo lo que
puedo decir es que el primer fin de semana contigo me dio una especie de
daño cerebral.
—Oh, Xander. —Me reí.
—¿Así que vas a probar la lengua? —preguntó en voz baja.
—¿Qué? —dije sintiéndome un poco encendida.
—Quiero que pruebes la lengua y me digas si prefieres la cosa real o
no.
—Xander. —Me sonrojé—. No voy a hacer eso.
—O quizás pueda ayudarte para que lo puedas ver por ti misma.
—¿Ver por mí misma?
—Puedo ver con cual gritas más fuerte si con tu regalo o con mi
milagrosa lengua.
—Hmm, lo pensaré.
—Decídete rápido. —Se rió y luego oí el timbre de la puerta—. Estoy
aquí.
—¿Estás aquí? ¿En mi casa?
—Sí. Ahora ven por mí.
—Espera. —Salí corriendo de la habitación a la puerta principal y se
encontraba allí—. Xander, estás aquí.
—Sí, soy yo, en carne y hueso.
—No sé qué decir. —Me sonrojé, me agarró y me cogió para besarme.
—Digamos que quieres que me mueva y visite tu dormitorio. —Me
guiñó el ojo mientras apagaba su teléfono.
—Adelante —dije débilmente y caminamos a mi habitación
rápidamente. Xander cerró la puerta detrás de él y luego me tiró para otro
beso.
—He echado de menos el sabor de ti —dijo en voz baja—, te he
echado de menos.
—No me llamaste —dije mientras le devolví el beso.
—Quería darte tiempo para que también me echaras de menos. —Se
rió—. Ahora vamos, a ver cuál lengua.
—¿Quieres que la use ahora?
—Oh, sí. —Se rió mientras masajeaba mis pechos—. Tengo muchas
ganas de usarla ahora.
—Hmm, lo pensaré. —Le quité la chaqueta y le toqué el estómago,
dejando que mis dedos se desplazaran por sus pantalones para tocar su
virilidad.
—Oh, Liv. —Gimió y agarró mi mano—. No empieces algo que no
puedes terminar.
—Oh, lo puedo terminar. —Sonreí y lamí mis labios.
—Quiero que vengas conmigo a una boda este fin de semana —dijo
en contra de mi cabeza mientras sus manos se deslizaron hasta mi
camisa.
—No voy a ir solo para poder tener más sexo en una iglesia. —Me reí
y levanté los brazos para que pudiera tirar de mi parte superior.
Desabrochó mi sujetador y chupó mis pechos vigorosamente—. Oh,
Xander. —Gemí mientras su mano siguió y desabrochó el botón de mis
pantalones.
—No, es porque quiero que vengas conmigo —murmuró mientras
ponía sus pantalones abajo.
—Uh huh —dije y vi cómo se quitó la camisa.
—Quiero que vengas como mi cita. —Me miró con una sonrisa
mientras sacaba sus pantalones—. Quiero que sea nuestra primera cita
oficial.
—Umm, ¿en serio? —Jadeé cuando me agarró y me llevó a la cama.
—Estoy seguro. —Besó mi cuello mientras sus dedos se deslizaron
entre mis piernas y los frotó suavemente.
—Oh, Xander. —Gemí mientras besaba mi estómago y luego se
detuvo justo en mi ombligo.
—¿Sí, querida? —Me sonrió.
—Te he echado de menos —dije en voz baja y pasé las manos por su
cabello.
—Te he echado de menos. —Me besó de nuevo hasta mi estómago y
me miró a los ojos—. Casi arruiné la mejor cosa que me ha pasado.
—¿Ah, sí? —dije en voz baja mientras lo miraba—. ¿Cuál es la mejor
cosa que te ha pasado? ¿Conectar en una boda? ¿Tener una aventura de
una noche conmigo?
—Lo que tuvimos no fue una aventura de una noche. —Besó mis
labios suavemente—. Lo que tuvimos fue mucho más. Y no estoy diciendo
eso. No te estoy invitando a una boda para así poder tener sexo caliente en
una habitación de atrás. Te estoy invitando porque quiero que estés a mi
lado en una ocasión especial. Quiero mostrarles a mis amigos y a mi
familia que tengo una novia y estoy orgulloso de introducirla a todo el
mundo que conozco y amo.
—Oh, Xander. —Lo besé con fuerza, mi corazón fusionándose.
—Y, Liv, quiero hacerte una propuesta. —Me sonrió.
—¿Qué cosa? —pregunté, mi corazón latiendo rápido.
—Juro que la próxima boda en la que tengamos sexo será la nuestra
—dijo con una voz profunda, llena de emoción cuando me miró con amor
en sus ojos.
—Oh, Xander. —Me quedé mirándolo inquisitivamente, sin
atreverme a creer lo que escuchaba.
—Te amo, Liv. —Besó mis labios, mi nariz y mis mejillas—. Me
encantaste desde el momento que te vi. Eres el viento de mis velas. Eres
todo para mí. Nunca esperé sentirme de esta manera. Nunca he querido
despertar con alguien antes. Me tomó por sorpresa, pero ahora sé lo
afortunado que soy. Te amo, Liv, y sé que te amo con todo mi corazón. Sé
que eres la única con la que quiero pasar el resto de mi vida. Sé que eres
para mí. Así que sé que mi voto es con todo mi corazón. Nos veo casados,
Liv. Nunca nadie podrá amarte más que yo, porque te amo con todo lo que
significa amar. No nos conocemos bien entre nosotros, pero tenemos el
resto de nuestras vidas para llegar a hacerlo. —Me besó de nuevo
suavemente y acarició mi rostro—. ¿Me dejarás ser tu Señor Lengua
Milagrosa para siempre, Liv?
—Oh, sí, Xander. —Asentí con la cabeza—. También te amo.
—Bien —dijo con aire de suficiencia—. Y ahora es el momento de
realizar la prueba. —Sonrió—. Quiero que cierres los ojos para que no
puedas ver cuál es mi lengua o el juguete y luego quiero que me digas cual
es la que crees que es mejor.
—Oh, Xander. —Me reí y me encontraba a punto de decir algo más,
pero la visión de él moviendo la lengua en mí lo impidió. Quiero decir,
¿quién era para decirle no a la competencia? Necesitaba concentrarme
mucho y prepararme para los orgasmos que estaban por venir. Es un duro
trabajo, pero alguien tenía que hacerlo.
Traducido por Jane’
Corregido por *Andreina F*

Tres meses más tarde


Te estarás preguntando acerca de mi embarazo. ¿Cómo no tendrías
razón? Bueno, me alegro de decir que Xander y yo no estábamos
embarazados. Quiero tener bebés. Quiero un montón de ellos, pero no del
todo todavía. No hasta después de que nos casemos. No hasta que nos
conozcamos un poco mejor, porque seamos honestos, realmente no nos
conocemos tan bien.
Así que la otra cosa que debes saber es que Xander y yo mentimos.
Le dije que el vibrador de lengua no se igualaba a él y su lengua era
buena, si te digo la verdad, se acercaba bastante. No lo había esperado.
Tal vez se sentía tan bien porque siempre cerraba los ojos y fingía que era
la lengua de Xander cuando lo usaba. Creo que pensó que mentí porque
un día la lengua simplemente desapareció y cuando le pregunté dónde
podía comprar otro, me dijo que no sabía. Probable.
Y Xander mintió cuando dijo que la próxima boda en la que
tendríamos sexo sería la nuestra. Eso no sucedió. Hemos estado en dos
bodas desde esa conversación y tuvimos sexo en la última. Fuerte, sexo
rompe puertas. Y sí, digo rompe puertas por una razón. Estábamos frente
a una puerta y se rompió mientras embestía en mí. Sin embargo, tuvimos
suerte. Sólo la novia nos vio en toda nuestra gloria. Y ella rodó los ojos y se
alejó. Comportamiento típico de Gabby, sí, dije Gabby. Sí, se casa tres
meses después de su compromiso roto con Xander. No te sorprendas. Yo
no lo estoy. Ella encontró algún tipo en un sitio de citas en línea y tuvo un
susto de falso embarazo con él. Supongo que pensó que dado que funcionó
una vez; lo intentaría de nuevo. Sólo que esta vez, le dijo la verdad antes
de que se enterara. Sin embargo, tuvo suerte, debido a que no le importó.
Resulta que tenía la esperanza de dejarla embarazada de todos modos.
Mi familia también estaba sorprendentemente bien con que Xander y
yo nos juntáramos. Resulta que tanto Aiden y Scott habían intuido que
existía algo entre nosotros, a Chett no le importaba y Gabby, bueno,
Gabby tuvo unas palabras para decirme, pero lo superó con bastante
rapidez. Mis padres fueron los más sorprendidos, pero después de tener
que lidiar con todos mis hermanos por toda su vida, el que saliera con el
exnovio de mi hermana no se hallaba ni siquiera cerca de la parte superior
de las cosas espantosas con las que habían tenido que lidiar. Recuerda
que tengo a Gabby de hermana y vaya que sabe cómo meterse en
problemas. Creo que una vez que has lidiado con que una de tus hijas se
se enrede con tu pastor, puedes enfrentar cualquier cosa.
Debes estar contenta de saber que Xander y yo vamos bien. No
pensarías que una relación que tuvo un comienzo tan auspicioso tendría
oportunidad en el infierno, pero la tuvo. Estamos muy enamorados y
somos tan felices que casi no puedo soportarlo. Aunque, discutimos
mucho acerca de un montón de cosas diferentes. Él sigue siendo
desagradable y pomposo e inapropiado y todavía siento ganas de
abofetearlo cada dos días. Pero hay una buena parte de los argumentos, el
sexo de reconciliación es genial. Y cuando digo genial, quiero decir que me
demuestra noche tras noche por qué él es mi Sr. Lengua Milagrosa.
También le llamo Sr. Polla Milagrosa a Alice, pero decidimos que lo mejor
es que no lo diga. No quiero volverlo más arrogante. Está tan pagado de sí
mismo tal como es. Vamos a vivir juntos en un par de semanas. Estoy tan
emocionada que no puedo soportarlo. Pensé que era demasiado rápido
mudarse, pero dice que no quiere ir otra noche y mañana sin mí en la
cama de nuevo. Rodé los ojos cuando dijo eso, pero por dentro me sentía
muy emocionada. Quiero decir, esa es la clase de charla romántica que
buscaba. Sólo que no se lo digo. He aprendido a dejar que Xander se dé
cuenta solo. Pone a prueba mi paciencia, pero nuestra relación es mejor
por ello. Tengo mucha suerte y lo sé. También sé que los dos somos
todavía un poco inmaduros y un poco tontos para hacer frente a los
problemas de la relación, así que sólo trato de dejarlo en paz. Tenemos
una vida para hacerlo bien. Y ya estamos haciendo planes juntos; cosas
que queremos hacer y ese tipo de cosas. Hemos planeado un viaje a París,
una clase de sexo que queremos tomar (shh) y una fiesta especial para
cuando nos mudemos. Sin embargo, la fiesta es para Alice y Aiden;
estamos esperando juntarlos. Bueno, yo lo hago, a Xander no le importa.
¡Ya sabes cómo son los chicos! Mientras tenga sexo regular está feliz de
estar de acuerdo con casi todo lo que digo. Y estoy bien con eso. Realmente
lo estoy. Mi vida es maravillosa ahora. Me siento contenta y tengo tanto
entusiasmo como puedo. ¿Quién sabía que mi aventura de una noche me
dirigiría al resto de mi vida?
J. S. Cooper es una reconocida autora del New York Times, USA
Today, y Wall Street Journal. Ella es una verdadera romántica que está
enamorada del amor. El J. S. significa Jaimie Suzi. ¡Ella sólo pensaba que
J. S. sonaba más fresco! JS nació en Londres, Inglaterra y se mudó a los
Estados Unidos a los 17 años Estudió historia en la universidad y luego
fue a la escuela de leyes y luego decidió seguir sus sueños de escritura. JS
escribe libros de romance contemporáneo 'New Adult', porque eso es lo que
a ella también le encanta leer.

Helen Cooper es una verdadera romántica. Ella cree en el amor


verdadero, compañeros del alma y mucha diversión. A ella le gusta leer,
jugar al tenis y escribir romance y libros de romance erótico. Ella también
disfruta de la televisión basura y nunca es más feliz que cuando viendo
'The Bachelor' 'Gran Hermano', 'Drop Dead Diva', o una serie de otros
espectáculos.
http://www.paradisebooks.org/

También podría gustarte