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4.2.

REGULACIÓN DE VELOCIDAD
Como se ha indicado anteriormente, el motor de inducción tiene una característica par-
velocidad, que en la zona de trabajo estable es muy rígida, lo que significa que funciona a
una velocidad asíncrona prácticamente constante. Si se une a esta prioridad la sencillez de
su construcción, esta máquina es idónea en aquellas condiciones de servicio donde se
requiere una velocidad constante.
Cuando es necesario disponer de una regulación de velocidad, se prefieren los motores de
c.c., y de ahí sus aplicaciones en tracción eléctrica, trenes de laminación, etc. Debido al
mayor precio de los motores de c.c. y a sus gastos de mantenimiento, se ha intentado
desarrollar diversos métodos de regulación de los motores de inducción, que hoy día
gracias a la electrónica de potencia se van incorporando cada vez más a este mercado. Se
van a indicar en este epígrafe los principios generales que pueden aplicarse para controlar la
velocidad de los motores asíncronos. De acuerdo con la expresión (4.4), que define el
deslizamiento, la velocidad del rotor viene dada por la expresión:
60 f 1
n=n1 ( 1−s )= (1−s)
p
Que indica que la velocidad depende del deslizamiento, de la frecuencia y del número de
pares de polos.
4.2.1. Regulación por variación del número de polos
Variando el número de polos del estator de la máquina, cambia la velocidad del campo
giratorio y en consecuencia varía la velocidad de rotación del motor. El procedimiento
utiliza diversos devanados en el estator dependiendo de las velocidades que se quieran
obtener; generalmente, por limitación de espacio en las ranuras suelen emplearse dos
combinaciones diferentes, dando lugar a dos r.p.m. asíncronas cercanas a 3.000, 1.500,
1.000, 750, 500, etc., r.p.m. (a 50 Hz). Para que el funcionamiento sea posible es preciso
que el rotor sea de jaula de ardilla, ya que este tipo de rotor adapta automáticamente (por
inducción) su número de polos al existente en el estator. Con frecuencia se emplean dos
escalones de velocidad en la relación 2:1, y con un solo devanado que se conmuta
adecuadamente, lo que se denomina CONEXIÓN DAHLANDER. En este caso, cada fase
del devanado consta de dos partes iguales, que pueden ponerse en serie o en paralelo, dando
lugar a una reducción del número de polos a la mitad del original, aumentando en
consecuencia la velocidad del rotor a prácticamente el doble. En la Figura 4.1 se muestra el
procedimiento utilizado. En a) se muestra el devanado formando 4 polos, estando las
bobinas conectadas en serie. En b) se muestra el devanado formando 2 polos, con las
bobinas conectadas en paralelo; se observa en este caso que la corriente en la bobina cd ha
sufrido una inversión. En el caso de devanados trifásicos, la conmutación se realiza de
acuerdo con los circuitos mostrados en la Figura 4.2.
V
P λ=3 I n cos φ
√3
Figura 4.1
Figura 4.2
4.2.2 Regulación por variación del deslizamiento

La variación en el deslizamiento puede realizarse controlando la tensión aplicada al motor,


pero el procedimiento no es aconsejable porque de acuerdo con (4.70) resulta afectado el
par, ya que éste varía con el cuadrado de la tensión. Se puede regular el deslizamiento
también, variando la resistencia del rotor, como se ha indicado en el epígrafe anterior; el
procedimiento, sin embargo, tiene grandes pérdidas debido al efecto Joule en el reóstato de
regulación, que es similar al de arranque pero diseñado para trabajar en régimen continuo.
Existen otros sistemas especiales como la conexión en cascada, Kramer, Scherbius, etc.,
que se basan en la regulación de la potencia de deslizamiento sPa de la máquina. Hoy en
día se han sustituido por sistemas electrónicos más o menos sofisticados.

4.2.3 Regulación por variación en la frecuencia

La variación de la frecuencia de alimentación puede realizarse por medio de convertidores


de frecuencia rotativos (por ejemplo, un alternador movido por un mecanismo regulable,
cuya tensión generada se aplica al estator del motor de inducción). Sin embargo, hoy día la
conversión se realiza estáticamente por medio de SRC (rectificadores controlados de silicio
o tiristores). Durante la regulación de la velocidad por medio de la frecuencia se debe
mantener el flujo constante para que el par se conserve y la máquina disponga de una
capacidad de sobrecarga suficiente; si se desprecian las caídas de tensión en el estator, la
condición anterior se satisface, de acuerdo con (4.8), si se mantiene constante la relación
V1/f1, dando lugar a unas curvas T=f(s) bastante rígidas en la zona de trabajo (véase Cap.
7).

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