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La responsabilidad del juez francés

 
Conferencia del doctor Jacques Nunez,Presidente del Tribunal de
Apelacion de Ruãn (Francia),el 22 de junio 2006 en la Facultad
de Derechode la Universidad de Lomas de Zamora
 
 
LA RESPONSABILIDAD DEL JUEZ FRANCES
  
En un régimen democrático el papel eminente confiado al juez justifica que éste
beneficie de un estatuto que tienda a asegurar la competencia, la independencia, la
imparcialidad que toda persona espera legítimamente recibir de las jurisdicciones
y de cada uno de los jueces a los que se ha confiado la protección de sus derechos.
 
Respecto al orden judicial, el juez es la persona miembro del servicio público de la
justicia, que aporta la decisión jurisdiccional que constata un derecho o una falta.
Se distingue así del Fiscal, órgano que insta la acción y representa la acusación y
no falla una decisión jurisdiccional.
 
También se distingue del juez o del funcionario que administra o gestiona una
jurisdicción o un servicio.
 
El estatuto particular del juez se ve más especialmente destinado a asegurar su
independencia y a protegerlo de fuertes presiones. Esta independencia del juez que
es la garantía del que se dirige a él, se establece pues exclusivamente en beneficio
del ciudadano-justiciable y no para el confort o la facilidad del juez.
 
¿Pero un juez independiente puede ser irresponsable?
¿Es necesario aumentar la responsabilidad del juez y correr el peligro de suprimir
su libertad o es necesario aumentar la responsabilidad del servicio judicial?
 
¿Cómo conciliar esta opinión ampliamente admitida de reflexionar sobre el
aumento de la responsabilidad del magistrado como contraparte necesaria a su
independencia y a sus poderes?
 
Desde hace algún tiempo se debate en Francia y también en Europa sobre todo
esto.
Este debate se ha visto iniciado por hombres políticos, diputados, senadores y
responsables ministeriales con ocasión de casos que han podido chocar a la
opinión pública y que han sido muy mediatizados:  
- un ejemplo, en el caso de un expediente en el que una persona, ya condenada y
detenida antes de su proceso, puesta en libertad posteriormente por una
jurisdicción y que participó unos meses después en dos asesinatos (caso
BONNAL), un Ministro dijo : “hay que castigar al juez”,
- en el caso contrario, tras dos procesos criminales finalizados con 17 absoluciones
y en el que por decisión del juez, dos personas estuvieron detenidas
provisionalmente durante más de dos anos, se puso en marcha una campana de
prensa que pedía que se retuviera la responsabilidad del juez de instrucción
(expediente d’Outreau).
En realidad nadie contesta que se pueda discutir la responsabilidad de los jueces;
lo que es por otra parte la consecuencia de los principios expuestos por la
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano cuyo artículo 15 indica
que “la sociedad tiene derecho a pedir que todo agente público justifique su
administración” y entre los agentes públicos, se encuentra el juez.
 
Para reflexionar sobre dicho debate, les propongo a ustedes el examinar en primer
lugar, el régimen actual de la responsabilidad del juez en Francia y después,
reflexionar sobre ciertas cuestiones planteadas que me parecen universales y que
pueden aplicarse tanto en América Latina como en Europa.
  
 
I EL REGIMEN ACTUAL DE LA RESPONSABILIDAD DEL JUEZ EN
FRANCIA
 
Se ha presentado tradicionalmente la responsabilidad de los magistrados franceses
bajo tres aspectos : penal, civil y disciplinario.
 
1/ La responsabilidad penal
 
El juez es considerado como un ciudadano ordinario y no beneficia de ninguna
inmunidad penal ni de ningún privilegio de jurisdicción.
 
- Es responsable penalmente de todos los actos que ejecute en el marco de su vida
privada o de su oficio de juez : por ejemplo falsas escrituras, etc..
Además, una condena penal conlleva casi automáticamente una acción
disciplinaria.
 
- También se ve expuesto a infracciones específicas destinadas a proteger al
justiciable contra el arbitrio judicial.
Es el caso de la corrupción, de la denegación de justicia o de las violaciones
ilícitas contra la libertad individual.
Estas disposiciones no son criticadas y no necesitan modificaciones incluso si la
opinión pública cree que hay pocas acciones penales y que pudiera existir quizás
una especie de “auto-protección” del conjunto de los magistrados. Estas dudas no
tienen fundamento.
La única diferencia respecto al ciudadano ordinario residirá en el hecho de que, en
la mayoría de los casos, tendrá lugar un cambio de jurisdicción para que la
actuación que ponía en tela de juicio al juez sea instruida y juzgada por otra
jurisdicción geográficamente más alejada (en la mayoría de los casos se trata de
París) para que dicha jurisdicción pueda juzgar de manera más serena y sin tomas
de posición.
Se trata pues de una garantía en interés de una buena justicia.  
 
 
2/ La responsabilidad civil
 
Definida por la disposición del Código de la organización judicial (artículo L.
781.1) que prevé:
“El Estado tiene la obligación de reparar el daño causado por el funcionamiento
defectuoso del servicio de la justicia”.
Esta responsabilidad sólo se ve comprometida en caso de falta grave o de
denegación de justicia.
La responsabilidad de los jueces debida a una falta personal, se ve regida por el
estatuto de la Magistratura.
El Estado garantiza a las víctimas los danos ocasionados por faltas personales
cometidas por los jueces y los otros magistrados, salvo el recurso contra éstos
últimos”.
 
Debemos por ello distinguir la responsabilidad del servicio de la justicia,
condición previa indispensable, antes de examinar la responsabilidad del juez.
 
Pero antes es necesario recordar los principios esenciales de la responsabilidad
civil en derecho francés.
  
a/ Principios de responsabilidad civil  
- La responsabilidad tiene por objetivo la reparación del daño sufrido para que la
víctima pueda volver, gracias a la indemnización, a la situación idéntica en la que
se encontraba antes del daño.
Además el daño debe ser reparado totalmente en todos sus elementos, presentes o
futuros, si éstos han sido bien definidos.
Sin embargo, la responsabilidad por falta, excluye cualquier finalidad punitiva :
los danos punitivos no existen en derecho francés, contrariamente al sistema de la
Common Law.
 
- Hay que probar la existencia de una falta y justificar el vínculo de causalidad
entre un comportamiento o una situación de falta y un perjuicio.
 
- Se analiza la falta en el momento en el que ha sido cometida con los elementos o
en la situación conocida o previsible.
Por ejemplo, es evidente que el juez que deja en libertad a una persona, no sabe
que ésta va a cometer un asesinato al día siguiente.
 
- La gravedad de la falta se estima en relación a la obligación del servicio y no en
relación con la amplitud del perjuicio invocado.
 
 
b/ La responsabilidad del Estado 
- Se trata de una responsabilidad administrativa de la que el Estado es responsable
cara al justiciable y a terceras personas víctimas de los funcionamientos
defectuosos del servicio.
Es efectivamente, la contrapartida del deber absoluto del Estado de asegurar el
funcionamiento harmonioso y normal de la justicia que es a la vez, la única
prerrogativa y también una de las primeras justificaciones de su existencia puesto
que las sociedades modernas se han constituido en torno a la exigencia de la
justicia que se pedía al Rey (“el Rey es fuente de justicia”).
- Esta responsabilidad se ve comprometida en caso de falta grave, es decir una
deficiencia caracterizada por un hecho o una serie de hechos que traducen la
inaptitud del servicio público de la justicia en cumplir con la misión que le ha sido
atribuida.
Sin embargo esta inaptitud solamente puede ser apreciada en la medida en la que
el ejercicio de las vías de recurso no haya permitido reparar el mal
funcionamiento.
 
- Cuando este régimen de responsabilidades fue creado en 1972, el legislador
decidió retener únicamente la falta grave “debido a las dificultades excepcionales
que presenta el ejercicio de la función jurisdiccional”.
 
- Una evolución importante de la jurisprudencia ha tenido lugar desde 1972 y tras
una decisión de 2001,
 
- Se ha decidido seguir un criterio “objetivo” de responsabilidad, es decir el
criterio del funcionamiento defectuoso del servicio independientemente de toda
apreciación psicológica del comportamiento del o de los agentes concernidos, es
decir, determinar si el servicio público ha cumplido correctamente la misión que le
ha sido confiada.
 
- Por otra parte, se admite que la falta grave pueda resultar de una “serie de
hechos” que, tomados aisladamente, no tendrían el carácter de una falta grave.
Así una sucesión de faltas simples, tras constatación objetiva del funcionamiento
defectuoso, puede ser asimilada a una falta grave:
- por ejemplo, un juez de asuntos familiares confía la custodia de un niño que
hasta la fecha se encontraba en casa del padre, a la madre que sufría de graves
disturbios psiquiátricos y que mata al niño. La justicia ha considerado que había
una serie de faltas simples porque el Fiscal no había indicado al juez que la madre
presentaba disturbios mentales, que el Juez de menores no había advertido al juez
de asuntos matrimoniales que la situación del niño le había sido ya señalada, y que
el juez que tomó la decisión del cambio del derecho de custodia no se inquietó por
la ausencia del padre a la audiencia puesto que éste no había sido convocado.
Hay muchos ejemplos de faltas graves que se analizan a menudo como torpezas
inexplicadas de la justicia (falta de respeto del plazo razonable).
Pero también hay que saber que la falta concierne, en la mayoría de los casos, más
al servicio de la justicia que a la actividad de tal o tal magistrado pues engloba la
actividad de todos los participantes, jueces, fiscales, secretarios e incluso agentes
públicos que participan en las operaciones de policía judicial.
 
- El procedimiento por seguir es relativamente simple : el que presenta la queja
asigna al Estado francés ante una jurisdicción judicial ; el Estado es representado
por el Agente judicial del Tesoro, es decir el Ministerio de Finanzas que representa
al Estado ante la justicia en cuanto se ha presentado una condena pecuniaria. 
  
c/ La responsabilidad civil del magistrado
 
Prevista por el estatuto de la Magistratura (Artículo 11.1) que indica que “los
magistrados solamente son responsables de sus faltas personales.
La responsabilidad de los magistrados que han cometido una falta personal en el
marco del ejercicio de un servicio público de la justicia solo puede ser contraída
respecto a la acción de regreso del Estado”.
  
El sistema es por ello muy sencillo:  
- Solamente el justiciable busca la responsabilidad del Estado por falta del servicio
público de la justicia y a partir del momento en el que el agente judicial del Tesoro
ha sido condenado a la indemnización, el justiciable ha sido indemnizado y no
puede pedir nada más.
- Solamente el Estado puede buscar la responsabilidad personal del magistrado, no
para castigarlo, sino para hacerse rembolsar la totalidad o parte de lo que ha
pagado por la indemnización. El Estado debe por ello demostrar ante el Tribunal
de Casación, la falta personal del magistrado e identificar en qué medida ha
causado o concurrido al daño. Esta acción de regreso no ha sido nunca ejercida.
  
3/ La responsabilidad disciplinaria
 
Se trata de hecho del procedimiento más utilizado para sancionar a un magistrado
que ha cometido una falta personal pero este procedimiento no conlleva la
indemnización del querellante y debe ser distinguida de la falta del servicio :
 
a/ El Derecho disciplinario
 
Se trata esencialmente de una construcción jurisprudencial obtenida de las
decisiones del Consejo Superior de la Magistratura, órgano disciplinario de los
Magistrados.
En nuestro país de derecho escrito en el que casi todo está codificado, este derecho
disciplinario tiene la particularidad de basarse solamente en dos disposiciones del
estatuto de la Magistratura:  
- el artículo 43 que prevé “cualquier falta del magistrado a los deberes de su
función, al honor, a la delicadeza o a la dignidad, constituye una falta
disciplinaria”
- el artículo 6 que fija los términos del juramento que el magistrado debe prestar
antes de la toma de sus primeras funciones : “juro cumplir bien y fielmente mis
funciones, guardar religiosamente el secreto de mis deliberaciones y conducirme
en todo como un magistrado digno y leal”.
De hecho, al explicar la situación concreta reprochada al magistrado, es la
violación de los términos del juramento lo que se le reprocha.
Puesto que el derecho disciplinario no se encuentra codificado, ha sido
considerado indispensable reunirlo y compilarlo para poder establecer un
conjunto.
 
Es el último trabajo del Consejo Superior de la Magistratura que acaba de reunir
un “Conjunto de decisiones disciplinarias” de 1959 a 2005 y que ha sido
distribuido no solo a todos los magistrados sino también a los medios de
comunicación.  
 
El Consejo indica en particular que “este trabajo de compilación tiene un doble
objetivo : 
- permitir a los magistrados el conocer las exigencias prácticas de su estado :
dirigido hacia la profesión judicial, debe servir a la formación de los futuros
magistrados y a la reflexión continua de éstos en relación con su ética,
- permitir al justiciable el conocer las condiciones de un ejercicio imparcial de la
justicia : dirigido hacia el público, debe servir para asentar la confianza de los
justiciables en su justicia”.
Se ha establecido por ello una especie de catálogo que analiza las violaciones de
los deberes fundamentales de los magistrados :
 
- deber de delicadeza (ejemplo : cara a los colegas, ausentándose sin fundamento o
no cumpliendo con su deber obligando por ello a los colegas a trabajar más),
- deber de preservar el honor de la justicia (ejemplo : teniendo gestos indebidos
hacia una joven de la jurisdicción ; encontrarse en una situación de dependencia
alcohólica).
  
 
b/ El procedimiento disciplinario
 
- Dicho procedimiento se inicia tras las quejas o las denuncias de un justiciable,
tras la acción del Fiscal, del Ministro de Justicia o del Superior jerárquico del
magistrado : Primer Presidente de la Corte de Apelación en el caso de los
magistrados sentados y Fiscal General en el caso de los magistrados de pie.  
 
- El Consejo Superior de la Magistratura que comprende dos formaciones, una
para los jueces sentados, la otra para los jueces de la fiscalía, es objeto de una
acción, designa a uno de sus miembros como ponente, y es presidido por el Primer
Presidente o por el Fiscal General del Tribunal de Casación.
El Magistrado comparece, asistido de su abogado o de un colega.
Las sanciones disciplinarias son definidas por el estatuto (artículo 45) que
comprende entre otras, las siguientes :
- la amonestación
- el desplazamiento impuesto
- la retirada o la exclusión de ciertas funciones
- el descenso de nivel o la retrogradación
- la jubilación impuesta
- la revocación con o sin suspensión de los derechos de jubilación.
 
 
II  REFLEXIONES SOBRE LA EVOLUCION DE LA
RESPONSABILIDAD DEL JUEZ
  
 
Propondré tres series de reflexiones : en primer lugar, prevenir los casos que
podrían ocasionar un dano al justiciable ; luego, buscar los regímenes que
permitan una indemnización más fácil ; posteriormente, reflexionar sobre el propio
oficio del magistrado, sobre el acto jurisdiccional para preguntarse si puede ser
culpable.
 
 
1/ Prevenir el peligro
 
Es evidente que por interés de todos, del justiciable en un primer momento y de las
finanzas públicas también, es necesario intentar evitar las situaciones que
conlleven peligro de falta que ocasionen danos, y esto mediante dos medios : la
prevención objetiva y la prevención subjetiva.
 
  
a/ La prevención objetiva
 
Debe ser obra del estatuto pero también de la labor del jefe del servicio y del
conjunto de colegas.
Implica el que se limiten las situaciones que incurran peligro :  
- primero, mediante una selección en el momento de contratar a las personas para
permitir el identificar lo mejor posible a las personas que pudieren tener
dificultades de comportamiento que les hicieren antes o después ser inaptos para
juzgar. Por eso, se ha previsto la presencia de un psicólogo entre los miembros del
jurado de la oposición de selección para la entrada en la Escuela de la
Magistratura,
- igualmente creando un estatuto especial para los magistrados en baja por
enfermedad por trastornos mentales o de comportamiento puesto que el estatuto
actual solo prevé la aptitud o la inaptitud completa.  
Por ello, el Consejo Superior de la Magistratura ha juzgado en el ano 2005 el caso
de un juez que hizo gestos obscenos públicamente durante la audiencia y ha
rechazo pronunciar en contra de él, una sanción disciplinaria pues se demostró,
mediante peritajes psiquiátricos, que dicho juez sufría en el momento de los
hechos, de trastornos mentales que le hacían actuar irresponsablemente.
Sin embargo, como consecuencia de trastornos mentales anteriores, dicho
magistrado tras su alta por enfermedad, fue declarado apto para volver al trabajo
durante media jornada y con carácter de tratamiento terapéutico.
 
- para concluir, se puede impedir que el juez se encuentre confrontado a
dificultades objetivas que peligren ocasionar la realización de un daño :
 
- no dejando a un juez aislado pues un buen juez es el que trabaja y al que se ve en
medio de un grupo de colegas. Esta situación puede observarse en pequeñas
jurisdicciones en las que un magistrado falla en tanto que juez único en una ciudad
en la que vive desde hace mucho tiempo;
- limitando el volumen y las obligaciones de trabajo de los jueces. Por ello, el
superior jerárquico debe intentar repartir equitativamente los expedientes
atribuidos a los jueces, limitar la duración de las audiencias : ¿cómo se puede
juzgar serenamente después de doce horas de audiencia (Francia ha sido
condenada porque un proceso criminal había durado 23 horas sin interrupción y
¡ el abogado había tenido que pleitear a las dos de la mañana ¡)
 
 
b/ La prevención subjetiva
 
Es obra del propio juez y debe basarse en una definición clara y precisa de sus
obligaciones deontológicas y a través del aprendizaje y el conocimiento de éstas :
 
- He recordado que las reglas deontológicas provenían de la jurisprudencia del
Consejo Superior de la Magistratura y no se encontraban codificadas. Se ha abierto
actualmente un debate para determinar :
- si es necesario crear normas deontológicas, fruto de dicha jurisprudencia y reglas
elaboradas por la profesión.
Respecto a dicha necesidad corresponde el esfuerzo efectuado actualmente para
reagrupar, clasificar y comentar las decisiones falladas en materia disciplinaria,
pues se teme que la redacción de un Código de deontología sea imperfecto,
incompleto e inapto para prever el conjunto de situaciones con carácter
deontológico en las que el magistrado pueda encontrarse en la práctica.
- o bien, si es necesario reagrupar una serie de principios reunidos en una especie
de declaración de deberes sobre el modelo seguido por numerosas profesiones
(ejemplo : los abogados, médicos…) lo que tendría como mérito el sintetizar el
derecho disciplinario del juez haciendo que fuere accesible para el justiciable.
- Estas reglas deontológicas, jurisprudenciales o codificadas, deben ser aprendidas,
ser conocidas y reflexionadas constantemente por el juez, desde su formación en la
Escuela de la Magistratura (en donde existen clases de deontología) y durante toda
su carrera, a través de la formación continua o a través de reflexiones estatutarias
colectivas.
 
 
2/ Facilitar la indemnización
 
- Existe el régimen clásico de la responsabilidad por falta y en este caso hay que
demostrar la existencia de una falta y luego su vínculo de causalidad con un
perjuicio.
Es el régimen actual que ya he descrito pero que debería evolucionar hacia una
exigencia menor de gravedad de la falta, yendo de la falta grave a la sucesión de
faltas simples como actualmente, y posteriormente a la falta simple solamente.
 
- Existen también regímenes particulares de indemnización de danos causados por
el servicio de la justicia que descansan no sobre la falta sino sobre el peligro.
- Es el caso del régimen de indemnización para las personas que se encuentran en
detención provisional y que no han sido condenadas (Artículo 149 del Código de
Enjuiciamiento penal). El justiciable no tiene la carga de demostrar la falta del
servicio pero tiene que establecer la suma de su perjuicio pues dicha
indemnización, a cargo exclusivo del Estado, no se encuentra ni fijada ni limitada.
 
- Es el caso en materia de tutela de menores, es decir en caso de menores que han
perdido a uno o a los dos padres. En estos casos el Estado es el único responsable
del menor.
 
- También es el caso de los menores bajo custodia de la Justicia, que cometieran
danos que por dicha razón serían indemnizados.
 
 
3/ La Responsabilidad y el acto judicial
 
Las reflexiones precedentes son fáciles y deben reunir el acuerdo de todos : nada
se opone a la indemnización del justiciable que ha sufrido un dano por el servicio
público de la Justicia y todo justifica que esta indemnización sea asegurada por el
Estado.
 
Que descanse sobre una falta grave del servicio, sobre una serie de faltas, sobre
una responsabilidad sin peligro, poco importa puesto que ninguna sociedad
moderna admite que no sea reparado un sinistro, un error o un daño.
  
 
El sistema actual de la responsabilidad del Estado, del Estado-pantalla entre el
servicio y el justiciable o incluso entre el justiciable y el juez, es admitido, debe
ser modernizado y aparece como el más favorable para el justiciable que está
seguro de recibir su indemnización.
 
- ¿Pero es necesario “castigar” aún al juez buscando su responsabilidad personal
mediante la acción de regreso del Estado? 
- Esta acción de regreso prevista para todos los agentes públicos no se utiliza
nunca en Francia:
Primero porque no está destinada para castigar al Juez sino para permitirle al
Estado que obtenga el reembolso de la totalidad o de parte de las
indemnizaciones que pagó y en este caso el juez podría asegurarse.
Posteriormente porque supone que se defina exactamente la falta personal
cometida por el agente público y por ello el juez. Hay que distinguir con
cuidado la falta del servicio y la falta personal y delimitar la parte entre la
falta colectiva eventualmente cometida por varias personas y la falta de una
única persona. Esta distinción se ve cuidadosamente analizada por la
inspección de los servicios judiciales que han investigado sobre el mal
funcionamiento de un procedimiento criminal que ha conllevado 13
absoluciones y que concluye así : “La explicación del final desastroso de
este procedimiento no puede reducirse a un único comportamiento
profesional de uno o de varios actores del procedimiento y resulta de la
interacción del conjunto de las circunstancias, decisiones y
comportamientos de cada uno de los interesados.
La manera de proceder de algunos magistrados, incluso criticada, no acarrea faltas
que puedan recibir una calificación disciplinaria si esta manera de proceder no está
guiada por una voluntad deliberada de atentar contra los derechos de la defensa, o
cumplida en condiciones que hagan aparecer negligencias graves o repetidas,
incompatibles con sus deberes de magistrados”.
- En fin, la falta del agente debe ser apreciada en relación con las obligaciones de
su servicio y las reglas estatutarias.
  
- Pero si ahondamos en la reflexión, ¿un juez puede ser responsable de su acto
jurisdiccional que es el corazón de su oficio?
- El Consejo Superior de la Magistratura, considerando una jurisprudencia fijada
desde hace tiempo, mantiene que no se puede “aportar una apreciación cualquiera
sobre los actos jurisdiccionales de los jueces, que provienen del único poder de
éstos y no deberían ser criticados salvo por el ejercicio de las vías de recurso
previstas por la ley a favor de las partes del litigio”.
 
Así, en teoría, ni la responsabilidad civil personal ni la responsabilidad
disciplinaria del juez puede provenir de la decisión jurisdiccional que ha fallado.
 
Se puede justificar desde un punto de vista filosófico subrayando que “la función
de juzgar implica una parte irreductible de autonomía que releva de la única
conciencia del juez”.
 
Se puede justificar desde un punto de vista sociológico estimando que es preferible
tener un único juez que se equivoca mejor que tener cien jueces que no son libres
de sus propias decisiones por miedo de ver comprometida su responsabilidad
personal.
 
Se justifica desde un punto de vista procesal por la existencia de vías de recurso
que permiten al justiciable dirigirse fácilmente a una jurisdicción superior para
hacer corregir un supuesto error en su acto jurisdiccional.
 
- Sin embargo se ha iniciado cierta reflexión :
- Un juez que falla actos jurisdiccionales puede ser responsable de las decisiones
que preparan este acto ; es el caso del juez de instrucción al que se puede
reprochar no haber fallado en los plazos legales respecto a una prolongación de la
detención provisional porque la decisión de la detención provisional es en sí un
acto jurisdiccional.
  
- Un acto jurisdiccional puede verse totalmente desnaturalizado ; por ejemplo, un
exceso de poder del juez que hace que dicho acto jurisdiccional no tenga más que
la apariencia de un acto jurisdiccional y que aparezca como un acto extrano a toda
actividad jurisdiccional, lo que puede acarrear la responsabilidad personal del juez.
 
- Para finalizar, en Francia, se ha iniciado un debate sobre “lo mal juzgado” : un
juez puede ser sancionado por haberse equivocado en la aplicación de la ley pero
de manera tan significativa que un juez normal no lo hubiera hecho así; posibilidad
que por otra parte, es considerada como requerida por la “Carta Europea de los
Jueces” que prevé (artículo 5.2) la posibilidad de pedir al juez el reembolso del
dano indemnizado por el Estado en el caso de “un desconocimiento grave e
inexcusable de las reglas en el marco de las cuales dicho juez ejerce su actividad”.
 
 
Para concluir rápidamente debemos considerar que el conjunto de estas
evoluciones jurisprudenciales y legislativas que tienden a dar lugar a una
indemnización más fácil, es saludable e indispensable.
 
Lo mismo sucede con las exigencias de prudencia, de respeto de la deontología, de
la diligencia que se pide cada vez más al juez pues en definitiva la finalidad de
estas evoluciones es aumentar la calidad del funcionamiento judicial así como del
servicio aportado al justiciable y por ello, disminuir igualmente el peligro de poner
en tela de juicio tanto la responsabilidad del Estado como la del juez.

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