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Estudiante: José Gregorio Parejo.

Comportamiento Y Marketing Político.


Fecha: 16/05/2020

NO GANÓ EL “NO”, TRIUNFÓ EL MIEDO Y LA DESINFORMACIÓN.

ANÁLISIS BASADO SOBRE EL IMPACTO DE LAS REDES SOCIALES EN EL


COMPORTAMIENTO DE LOS COLOMBIANOS FRENTE A LA VOTACIÓN
NEGATIVA Y ASBTECNISTA QUE PRODUJÓ EL PLEBISCITO POR LA PAZ EN
COLOMBIA.

“Insto a todos los colombianos que votaron por el Si a que no se dejen vencer por la ira e
impotencia. El momento de hacer la paz es ahora y dando el ejemplo. ¡Siempre
defenderé la paz, pues, es trascendental para llegar al perdón y reconciliación y llegar a
ser ese país que todos soñamos! A los contradictores los invito a batallar con argumentos
y no infundir miedo por todas las plataformas digitales.” Estas fueron las palabras con
que empezó la alocución presidencial Juan Manuel Santos tras conocer los resultados del
plebiscito por la paz.

La teoría de la agenda setting enfatiza el poder que tienen los medios de comunicación para
seleccionar los temas que son de interés general y para configurar el orden y el grado de
importancia de unos temas sobre otros (McCombs and Shaw, 1972). Partiendo de esta
lógica, es evidente que hoy en día las redes sociales cumplen un rol significativo y
trascendental en la esfera política. Como lo señala Canaleta (2018), las redes sociales tienen
un peso significativo en política por los servicios a bajo costo que pueden llegar a ofrecer, y
sobre todo por las pasiones desenfrenadas que logra despertar en los cibernautas. En un
mismo sentido más amplio, Mejía (2019) apunta que las redes sociales se han convertido en
un canal oportuno e ideal para las campañas políticas, ya que tiene múltiples beneficios,
como, el poder de mejorar la comunicación bidireccional propia entre candidatos y
electores, además de, su tendencia en uso por todos los sectores de la población, mejorar y
posicionar la imagen pública, crear contenido dinámico e innovador, y el tratamiento
personalizado que se le da a los respectivos a los cibernautas. En fin, La llegada de las
redes sociales a la política ha sido una verdadera revolución por el auge de las nuevas
tecnologías que permiten un abierto e ilimitado proceso de masificar la información sin
discriminación de contenido, de edad, genero, nivel educativo, entre otros.

Siguiendo al informe presentado por la revista Facultad de Artes y Ciencias de la


Universidad de Católica de Salta, el éxito de las redes sociales es segmentar los mercados
con el uso y dinamismo del alcance de las nuevas tecnologías por medio del poder de la
publicidad que se puede utilizar como un discurso funcional y receptor de atención, es por
esto, los políticos tienen que estar presente mucho tiempo en las redes sociales no solo
durante el período de campaña electoral, sino para lograr un perfil activo y permanente que
pueda posicionar su marca política y así, ganar capital político, o sea, seguidores duros.

Ahora bien, partiendo de la coyuntura y análisis anterior, y darle un matiz al centro de este
ensayo, es netamente evidente que las redes sociales como Facebook y twitter
mayoritariamente fueron decisivas para que los colombianos se abstuvieran de ejercer su
derecho al voto frente al referéndum que promulgó y defendió el gobierno del expresidente,
Juan Manuel Santos, el cual alardeaba que la paz era esencial para lograr un desarrollo
sostenible y próspero para todas las regiones y las futuras generaciones de Colombia.
Conviene resaltar que el plebiscito por la paz que se celebró en Colombia aquel domingo 2
de octubre de 2016 enseña unos resultados alarmantes, sorpresivos y desalentadores, solo
13.066.047 acudieron a las urnas frente a los 34.899.945 de colombianos inscritos para
votar.

En resumidas cuentas, el debate caluroso en redes sociales fue más pasional que racional,
puesto que no se hablo de los alcances del acuerdo de paz como lo fue la reforma rural
integral, la participación política de los jóvenes, de la mujer y de la población LGTBI, el
cese al fuego bilateral, la reincorporación de los desmovilizados a la vida civil, la
erradicación de drogas ilícitas, el derecho a las víctimas para esclarecer la verdad, las
garantías de no repetición, el respaldo y apoyo financiero de la comunidad internacional, la
justicia transicional como medida alternativa y la participación limitada de las dos curules
que se le reconocían al partido FARC-EP .

Para generalizar, los discursos del «No» centraron su mensaje en el campo semántico del
miedo, la guerra y el comunismo [ CITATION Gon17 \l 9226 ] y su triunfo se debió en gran
medida a estrategias conspirativas basadas en la irracionalidad, deslegitimación,
desinformación y el desprestigio personal hacia el entonces presidente Santos, su gabinete
ministerial, el equipo negociador del gobierno y los militantes de las FARC.

Es de común conocimiento que esta oleada negativa fue impulsada por la bancada del
partido Centro Democrático, cuyo exponente es el expresidente y actual senador, Álvaro
Uribe Vélez. La participación de figuras influyentes en el periodismo como Luis Carlos
Vélez, Hassam Nassar, el entonces procurador, Alejandro Ordoñez, el respaldo de clanes
políticos regionales y el activismo de grupos religiosos también fue sustancial, pues, estos
dos últimos tienen a su merced una cantidad considerable de electores que fácilmente eran
replicadores de su mensajes por estos medios digitales.

La táctica utilizada fue emprender una campaña negativa donde la estrategia era dejar de
explicar los acuerdos para centrarse en un mensaje de indignación y frustración, que se
hizo evidente por medio “del rechazo masivo y contundente de la mayoría de los
colombianos que se manifestaron por las redes sociales debido a que calaron y atendieron
el discurso netamente pasional que se deriva del odio, resentimiento y del dolor que han
causado grupos armados ilegales como las FARC”[ CITATION Gon17 \l 9226 ]. Esta misma
autora señala que el argumento inicial de desprestigio personal fue la traición del presidente
Santos hacia el expresidente, Álvaro Uribe, tras el irrespeto y desconocimiento al apoyo
masivo que le brindo el uribismo en su primer mandato, y también, por quebrar a la
palabra y lealtad al “ gran colombiano que promulgó la seguridad democrática y arrodilló a
las bandas criminales ” [ CITATION Del15 \l 9226 ].

Como era de esperarse esa no fue la única estrategia implementada, el asegurar con
vehemencia y fervor que, de darse la aprobación de los acuerdos de paz, “en Colombia se
implementaría la ideología de género la cual adiestraría a los niños para que se convirtiesen
en homosexuales”[ CITATION PsM15 \l 9226 ].
Por su parte, la constancia y repetición de trinos en Twitter por Álvaro Uribe alimentaban la
desesperación e incertidumbre, puesto que, este afanaba que una vez aprobado los acuerdos
en Colombia llegaría el Castrochavismo1 y nos convertiríamos en una segunda Venezuela,
además, de las fake news que fueron miles de veces compartidas como “la impunidad,
protección de las propiedades de los altos dirigentes de las FARC y el goce de un salario
mensual de $1.660.000 millón de pesos que se les daría a violadores de niños, abusadores
de menores, terroristas y criminales de las FARC.[ CITATION Alv16 \l 9226 ]. De acuerdo a
esto, el sociólogo Julián De Zuribia “2020” señala que el tocar temas sensibles por los
colombianos como masacres y abuso a menores se ha convertido en comodín político, ya
que históricamente somos un país con profundas necesidades emocionales.

Obviamente la acogida del “NO A LA PAZ” por redes sociales también fue consecuencia
de las notorias fallas de comunicación
del presidente Santos en sus redes sociales, pues, este callaba ante los trinos y post de todos
los militantes del Centro Democrático, también, por la escasa sintonía de los integrantes del
gobierno, el inactivismo de defensores de este acuerdo por redes sociales y su improvisado
mecanismo de pedagogía cuidada y promoción de cultura y pensamiento político, además,
de las malas condiciones climatológicas que se vivieron ese día causadas en por el huracán
Matthew que golpeó los departamentos de la región Caribe e impidió que la mayoría de
estos votaran.

Para darle un foco a este ensayo, por un lado tenemos que los resultados de este proceso
muestran que los simpatizantes del No en el plebiscito eligieron más las emociones que los
argumentos, y por otro sentido, la campaña precaria e improvisada que implementó el
gobierno nacional fue también culpable en cierto modo, pues, “fue una campaña relámpago
de solo un mes, que comenzó a ventilarse desde diciembre de 2015. Sin embargo, esta
comenzó oficialmente el viernes 26 de agosto cuando el Congreso aprobó la Ley Estatutaria
del Plebiscito (Sánchez, 2016). En los medios de comunicación tradicionales (radio y
televisión) se le dio más protagonismo a la posición hegemónica del Sí y se asumió de
manera ingenua que bajo ninguna circunstancia sería posible que ganara el No, lo que el
periódico El Tiempo (2016) denominó un “Exceso de confianza del gobierno” [ CITATION
Ivá17 \l 9226 ]. Por ello las redes sociales sirvieron como una red de fácil manipulación y
1
Modelo económico que se desprende del comunismo y que tiene en crisis a la economía de Venezuela.
difusión, ya que “mientras el gobierno nacional y los promotores del Sí se concentraron en
defender con cifras, estadísticas y proyecciones económicas las ventajas de la refrendación
de los acuerdos con las Farc, la campaña del No prefirió moverse en las profundidades de la
psicología colectiva” [ CITATION Ant16 \l 9226 ].

Como se puede intuir el triunfo del NO fue la suma de los factores antes mencionados y se
hace necesario redefinir el concepto de la libertad y libre albedrio que promulgan las redes
sociales pues están debilitando la democracia por tantos mensajes falsos que deslegitiman
la gestión de los gobiernos y en cierta medida se ha convertido en un escenario de
desacreditación política y personal.

Bibliografía
Arrazola, P. M. (17 de 11 de 2015). La ideologia de género y sus implaciones. (H. Nassar,
Entrevistador)

Bersad, A. (2016). Por qué ganó el No. Revista Semana, 12-16.

CANALETA, P. (14 de 11 de 2018). Redes sociales y política. La vanguardia: Revista Sergio


Arboleda.

De la Calle, H. (3 de 2 de 2015). Hablemos de paz. (V. Davila, Entrevistador)

Gonzalez, M. F. (2017). La «posverdad» en el plebiscito por la paz en Colombia. Nueva Sociedad.

Mejía, L. J. (2019). MARKETING POLÍTICO EN REDES SOCIALES: ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN


POLÍTICA DIGITAL + INFOGRAFÍA.

Ríos, I. (2017). La agenda setting en la red social Facebook: campaña del plebiscito por la paz en
Colombia. Medellín, Colombia: Universidad de Medellín.

UNIVERSIDAD CATOLICA DE SALTA. (2008). SEGMENTACIÓN Y MICROSEGMENTACIÓN. NUEVAS


TECNOLOGÍAS. Facultad de Artes y Ciencias.

Uribe, A. (24 de 6 de 2016). No por la paz. (H. Nasar, Entrevistador)


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