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Ruy Moreira
ISBN: 978-99974-62-67-1
D.L.: 4-1-112-17 P.O.
Impreso en Bolivia
2.000 ejemplares
Esta licencia permite a otros crear y distribuir obras derivadas a partir de la presente
obra de modo no comercial, siempre y cuando se atribuya la autoría y fuente de
manera adecuada, y se licencien las nuevas creaciones bajo las mismas condiciones.
Índice
Presentación 7
Prefacio 9
i. La geografía moderna 13
ii. La epistemología 39
Orientaciones bibliográficas 77
Sobre el autor 79
Presentación
La geografía moderna
La geografía universitaria
Coincide con ese período el surgimiento de la geografía universita-
ria, coronando los ensayos de transformación del saber geográfico
en ciencia desarrollados por las propias Sociedades.
Durante su nacimiento, la geografía universitaria, tal como
sucederá con los otros campos científicos –como, por ejemplo, los
de la etnografía, la antropología y la biología en sus respectivas
áreas– se comporta como una heredera cultural de la primera fase
de las Sociedades Geográficas; por eso, la geografía universitaria
acompañó a las Sociedades de Geografía en su evolución, surgien-
do con forma propia en cada contexto nacional, comenzando por
el de Alemania.
La geografía alemana
Es entre los alemanes donde, alrededor de 1754, la geografía inicia
su camino hacia el status científico. Los pasos en este sentido son ya
20 | Qué es la Geografía
nítidos en las discusiones entre las dos vías que surgen: la geografía
político-estatista y la geografía pura. La primera da seguimiento me-
todológico a lo que venía siendo la geografía desde los tiempos de
Estrabón en el siglo i, y gana impulso con Varenius1 en el siglo xvii.
La segunda pone el acento en la cuestión de los límites naturales de
un territorio, tema típicamente de la Alemania de entonces y que
vendrá a despuntar, particularmente, a fines del siglo xix con Rat-
zel.2 Ambas toman para sí el problema planteado en esa época para
el desarrollo del capitalismo en Alemania: la salida del atraso frente
a los niveles más avanzados de Inglaterra y Francia, y la solución
del problema doméstico de unificación de un territorio fuertemen-
te fragmentado. La geografía político-estatista define el papel de la
geografía como el montaje de una plataforma lo más amplia y siste-
mática posible de la coyuntura de demarcación territorial teniendo
como visión extraer de allí los medios que permitan atender las ne-
cesidades de la administración estatal. La geografía pura asienta el
tono en los criterios de esa demarcación, los que para ella eran los
límites naturales del terreno. Tanto una forma como la otra se vuel-
can así hacia la cuestión de la identidad territorial y sus límites que
emergían en el contexto de una Alemania fragmentada, a vueltas
con el problema de la unidad como un asunto identificado con la
cuestión de la unidad y diversidad regional dentro y fuera de un país.
De este modo, estas dos formas de geografía, en apariencia con-
trapuestas, apenas se diferencian en su convergencia hacia un mis-
mo punto: la geografía político-estatista privilegia la problemática
de la unidad interna del Estado de los principados en los que se
divide la nación alemana; mientras que la geografía pura se ocupa
de la cuestión de una Alemania regionalmente diferenciada, además
de la unidad del todo. Sin embargo, es la geografía pura la forma
que identificará el verdadero salto que el saber geográfico experi-
mentará al ingresar a la segunda mitad del siglo xviii, cuando, con
3 ne: Carlos Linneo (1707-1778), naturalista, botánico y zoólogo sueco que de-
sarrolló la nomenclatura binominal para la clasificación de animales y plantas.
Por ello, es considerado el padre de la taxonomía moderna.
24 | Qué es la Geografía
La geografía francesa
En geografía, si el siglo xix fue alemán el siglo xx será francés, y el
puente de paso va a ser la geografía comparada de Ritter. Reclus
es su alumno y Vidal de La Blache su discípulo. Sea como fuera, es
de la geografía alemana de donde la francesa tomará su contenido.
En su inicio, tal como la geografía alemana, la geografía fran-
cesa tendrá vinculaciones con las Sociedades Geográficas. La So-
ciedad de Geografía de París desempeñó sus actividades de la pri-
mera fase hasta el año 1870, promoviendo cursos y estimulando la
realización de debates de temas y eventos geográficos, tal como las
otras Sociedades de Geografía. Malte-Brun, hijo de un geógrafo de
origen danés y autor de una Geografía Universal de gran circulación,
ejerce la función de Secretario General de la Sociedad de París, re-
cordando a Ritter, quien fuera Presidente de la Sociedad de Berlín.
Así, tal como Ritter, Brun recibe, organiza y divulga los trabajos de
geógrafos franceses maduros y en formación, como los de un Élisée
Reclus aún poco conocido en 1862, a través de las actividades para-
académicas de la Sociedad.
Sin embargo, solo en las décadas finales del siglo xix tendrá ini-
cio la fase universitaria de la geografía en Francia. Su gran creador
será Vidal de La Blache. Hay, así, una geografía francesa que an-
tecede a Vidal, al tiempo que una nueva fase que comienza con él.
Reclus es la gran expresión de la fase que precede y verá persistir su
influencia en la fase siguiente.
Élisée Reclus (1830-1905) es un geógrafo de formación anar-
quista, condición que lo mantuvo fuera de Francia, en el exilio, la
mayor parte de su vida. El primer exilio lo vivió en 1852, debido a
su reacción de protesta frente al golpe de Estado de Luis Bonaparte,
autoproclamado Napoleón iii. Sin embargo, el período más signi-
ficativo lo vivió a partir de 1871 como consecuencia de su partici-
pación en la Comuna de París, levantamiento del pueblo en medio
de la fuga de la burguesía gobernante de la ciudad frente al avance
de las tropas alemanas por el territorio francés en el año de 1870,
La geografía moderna | 29
La geografía estadounidense
Una inusitada combinación de la geografía alemana del paisaje y de
la geografía francesa de la región atraviesa el Atlántico para formar la
geografía estadounidense. Allí van a despuntar Sauer y Hartshorne.
Carl Sauer (1889-1975), proveniente de una familia alemana
que emigró a Estados Unidos, es el mayor promotor de esa mezcla.
De la geografía francesa toma el foco regional, y de la geografía ale-
mana el enfoque morfológico del paisaje, resumiendo ese encuentro
en un texto de 1925, La morfología del paisaje. Más tarde, e influen-
ciado por la antropología en franco desarrollo en Estados Unidos,
desplaza su discurso en el sentido de la cultura y de su distribución
regional, ubicando sus trabajos en las regiones culturales. Su pro-
pósito es analizar el paso de los paisajes naturales hacia los paisajes
La geografía moderna | 31
francés del cambio de siglo, del xix al xx. Un contrapunto que llega
por fin a la superficie para dominar los debates del mundo científico
de la década de 1970.
Las grandes movilizaciones que tienen como telón de fondo la
guerra de Vietnam, y la secuencia de catástrofes ambientales que si-
multáneamente convergen en esa década, sacuden la estabilidad de
las estructuras geográficas construidas sobre las bases de la política
del expansionismo mundial, de la economía comercial y del indus-
trialismo capitalista, produciendo un momento de intenso debate
crítico en el ámbito de la geografía académica con perspectivas de
cambio.
Alrededor de los años cincuenta, ya se podía vislumbrar un
ligero intento de reorientación de la geografía académica entre al-
gunos geógrafos franceses. En general, son geógrafos de formación
marxista que buscan dar continuidad a la reactivación del concep-
to de género de vida de Vidal, a través de su discípulo, Max Sorre,
en la década de 1930. Es Pierre George (1902-2005), continuador
de los trabajos e ideas de Sorre, el centro de referencia de esa re-
novación. Es con George que la teoría de la organización geográ-
fica del espacio mundial pierde sus cimientos clásicos: la división
natural en continentes. George toma como nueva referencia los
sistemas económico-sociales, observando las formas de organiza-
ción del espacio mundial según los sistemas socialista y capitalista;
estos, a su vez, diferenciados en desarrollados y subdesarrollados.
La geografía de cada país, incluidas sus condiciones naturales, se
organiza de acuerdo a las reglas socioeconómicas de su sistema, lo
que pone en el centro de la organización las determinaciones de
la historia. La historia determina el modo de relación del hombre
con su medio natural. Así, por ejemplo, fueron necesarios años de
desarrollo económico-social para que los hombres habitantes del
Medio Oriente descubrieran la forma de uso industrial del petró-
leo y lo incorporaran como fuente de energía y materia prima a
su existencia.
Con Yves Lacoste, discípulo de George, se da un paso más ha-
cia la ruptura con el naturalismo. De la obra de Lacoste surge el clá-
sico Geografía del subdesarrollo, de 1965, en el cual la clasificación de
los países y regiones desarrollados y subdesarrollados, y capitalistas
La geografía moderna | 35
La epistemología
La crítica epistemológica
Es un hecho que pocas formas de saber lograron la popularidad de
la geografía. El mapa y el paisaje, para tomar dos ejemplos, son sig-
nos que encontramos formando parte de nuestro lenguaje corriente
en los más variados lugares: en las fábricas, en los hogares, en la
televisión, en los mítines, en los cuarteles, en las comisarías, en los
40 | Qué es la Geografía
La percepción en geografía
La percepción es el aspecto clave de esta relación. Nace en el ámbito
de la práctica espacial, provee los elementos que la abstracción men-
tal va a transformar en saber espacial y, luego, en ciencia geográfica.
Partamos, por ejemplo, del modo cómo cotidianamente forma-
mos nuestro conocimiento geográfico. Todos residimos en un lugar
y tenemos familiares y amigos que residen en otros lugares. Estos
diferentes lugares están ligados por calles, avenidas, carreteras. Per-
sonas, objetos e ideas fluyen entre estos diferentes lugares, se en-
trecruzan a través de las arterias que los ponen en comunicación.
Se ayudan o se ignoran. Pronto comprendemos que nuestra propia
percepción obedece a dimensiones de escala geográfica. De dife-
rentes lugares son extraídos medios que, en diferentes lugares, son
transformados en objetos útiles que son intercambiados entre dife-
rentes hombres, de y entre diferentes lugares. Luego, de allí despren-
demos que una combinación de lugares y relaciones entre lugares
tejen una unidad de espacio, un espacio cuya organización en red
forma el modo espacial de existencia de los hombres. Este espacio
en red tiene un o una pluralidad de núcleos que reconocemos en el
domicilio, en la fábrica o en la escuela, y cuyo conjunto compone
nuestro mundo. Estos núcleos de unidad de espacio se yuxtaponen,
porque los mismos hombres habitan en diferentes núcleos y estos
se amalgaman, porque una escala de unidad de espacio siempre
se inscribe en otra de mayor nivel de amplitud, como la familia
que se inscribe en la fábrica, que se inscribe en la ciudad, que se
inscribe en el país, que se inscribe en el mundo, que se inscribe en
el universo. Así, tenemos una realidad de redes de escala compleja y
amplia cuya percepción amplificada revela nuestra existencia en la
integridad del espacio.
Si pasamos de la descripción de la percepción de las cosas singu-
lares hacia la explicación de la comprensión de la estructura de sus
relaciones, damos el paso de lo singular hacia lo universal, un paso
en el que la percepción se transfigura de dato empírico en discurso
geográfico.
42 | Qué es la Geografía
La apariencia y la esencia
Ante todo, hay que evidenciar en lo real-concreto del espacio vivi-
do la morada de la esencia. Simplemente, porque, aun hablando el
lenguaje de la percepción, el panel del espacio vivido no nos dice
por sí mismo la esencia del mundo en que vivimos. La organización
de la sociedad no es siempre la que nuestros ojos describen. Hay
semejanzas formales y allí reside el detalle que puede diferenciar la
geografía de la pura ideología. Sobre la base de este detalle, se puede
elaborar toda una concepción lineal de las sociedades humanas, o
toda una teoría de la vida social como una forma de lucha tenaz de
construcción humana.
Esta cuestión constituye lo principal de la teoría del conocimien-
to. Aunque sea la materia fundamental de toda forma de saber, sin
embargo, recibió en la geografía una manera de ser encaminada
44 | Qué es la Geografía
La cuestión espacial
Fue por no saber dar ese salto que la frontera de la ideología y de la
ciencia quedó diluida. Ya sea en la forma del paisaje o región, o sea
en la del modelo-tipo, lo que se revela en el problema del método es
la crisis de la configuración teórica que lleve a la esencialidad mani-
fiesta en lo vivido de la percepción; en esta versión doble, una más
rica y otra más pobre de posibilidades.
Por una evidente convergencia, critican la geografía regional
tanto los cuantitativos como Lacoste. Se examina de lo que ella
puede dar cuenta. El hecho es que se presenta como la cédula de
la investigación y del discurso geográfico por excelencia; la región
minimiza justamente el alcance de la totalidad real. Así pronto la en-
tenderán los propios vidalianos que, en una crítica dentro del propio
vidalismo, afirman que hay siempre una regionalización antes que
una región en la dinámica real de los espacios. Lacoste es más enfá-
tico al calificarla como un verdadero concepto-obstáculo. Obstáculo
para preparar el salto de la percepción a la estructura más íntima de
la organización del espacio. Problema para el cual Lacoste ofrece
el concepto de espacialidad diferencial, la totalidad que viene del
entrecruzamiento de recortes de espacio que él denomina conjuntos
espaciales y que el todo se estructura como un conjunto de diferen-
ciados ángulos de observadores, de manera que el paisaje viene a ser
lo que revela la subjetividad del ángulo de nuestra observación. En
el fondo, se trata de una manera de antagonizar ya sea con el regio-
nalismo restringido o con el cuantitativismo estrecho.
III
Alienación y ontología
La alienación es, en consecuencia, la forma ontológica del hombre
en el capitalismo; el contrapunto de la ontología del hombre comu-
nitario.
Es la necesidad de comer, vestir, protegerse e incorporar grados
crecientes de bienestar a su existencia, lo que impele a los hombres al
trabajo, y el hecho de que son los propios hombres quienes resuelven
estas necesidades es lo que hace que el progreso humano sea el fruto
del trabajo. Es el consenso popular –el consenso de la percepción–,
el que reconoce en el proceso del trabajo la columna que sustenta la
evolución y la revolución humana. En el plano abstracto, este pro-
ceso puede ser comprendido como transformación de la naturaleza
en nuevas formas de medios de vida, más conformes con la utilidad
requerida. Así, la naturaleza provee el trigo pero el hombre lo quiere
en la forma de pan. Con su trabajo, produce el trigo y lo transforma
en pan. En la sociedad no se conoce el plano abstracto porque ella
misma es concreción histórica. Profundicemos, sin embargo, en este
plano abstracto.
La naturaleza se presenta a nuestros ojos bajo distintas formas
que se pueden simplificar en dos: la primera naturaleza (la natura-
leza natural) y la segunda naturaleza (la naturaleza socializada). En
el plano abstracto del que estamos hablando, el proceso del trabajo
hace la transformación de la primera naturaleza en segunda, esto
es, su socialización. Lo que es forma natural en un determinado
56 | Qué es la Geografía
El espacio geográfico
El espacio geográfico es la materialidad del proceso del trabajo; es la
relación hombre-medio en su expresión históricamente concreta. Es
la naturaleza, pero la naturaleza en su vaivén dialéctico: ora la pri-
mera naturaleza se transforma en segunda, ora la segunda se revierte
en primera, para más allá volver a ser segunda. Es la historia en su
perpetuo devenir. Historia en su expresión concreta en una sociedad
dada, y espacio como resultante/determinante de esas relaciones.
Aclarémoslo.
El espacio geográfico es el metabolismo hombre-medio del
trabajo en su estado concreto-organizado. Así como el proceso
del trabajo se materializa en la máquina, para tomar la máqui-
na como base y punto de apoyo y de allí en adelante nunca más
poder realizarse sin ella, así también es él en relación del espacio,
solo que como escala de organización: una vez que el proceso de
trabajo implica organización, se organiza espacialmente. De allí
que podemos decir que el espacio geográfico es la materialidad his-
tórico-concreta del proceso de trabajo. El trabajo estructurado en
la forma organizacional que orienta su reproductividad garantiza
el estado que requiere tener para repetirse como movimiento pro-
ductivo de modo continuo e indefinidamente. Porque producción
es reproducción, y así como la máquina, el espacio es condición de
reproducción.
En cualquier forma de sociedad el proceso de trabajo es la
transformación de la naturaleza en productos útiles a los hombres.
Se producen medios de subsistencia y medios de producción que
se destinan a reproducir hombres vivos. Parte de la producción es
destinada al consumo humano y parte es reintroducida en el ciclo
productivo siguiente; así como los granos del trigo, que en parte
son transformados en pan y en parte permanecen como semillas
destinadas a la nueva plantación. En el fondo, todos los frutos del
trabajo tarde o temprano van a ser consumidos, toda vez que la se-
gunda parte será destinada a un “consumo productivo”, organizada
y guardada como “condición de reproducción”, como las simientes
del trigo. Pero entre las “condiciones de reproducción” se encuentra
también la “naturaleza natural”, que no se origina en el trabajo de
alguien y, sin embargo, sin ella no hay producción.
60 | Qué es la Geografía
Espacio y acumulación
De este modo, el espacio es una instancia que entra en este mo-
vimiento como determinado/determinante. Producido como tra-
bajo, a él retorna como esquema de reproducción. Esencialmente
primera naturaleza en las sociedades naturales. Segunda que tam-
bién es primera naturaleza en las sociedades de alto nivel de desa-
rrollo de las fuerzas productivas. Materialidad de toda una histo-
ria acumulada en la forma de infraestructura que en rendimiento
garantiza la continuidad de la historia como proceso creciente de
acumulación.
Cuando la reproducción se da siempre en las mismas propor-
ciones es simple. Cuando la reproducción se da en proporciones
sucesivamente incrementadas, entonces se trata de una reproduc-
ción ampliada. Solo hay acumulación cuando la reproducción es
ampliada. La reproducción simple es prácticamente un caso teórico,
la necesidad de progreso humano da a la reproducción ampliada su
carácter concreto.
La geografía de los hombres concretos | 61
Espacio y sociedad
Una vez que la historia de los hombres es la historia de los hombres
y de los espacios geográficos concretos, vemos en el espacio la propia
historia. Puesto que es la base de la sociedad, el espacio la dirige en
su reproductividad por entero. Con esto, se revela un espléndido
recurso de “lectura” de su estructura y movimientos. Lectura que,
invariablemente, será hecha por los ojos de quien la hace: “ojos em-
píricos” u “ojos dialécticos”. Bajo la forma de fábricas, plantacio-
nes, carreteras, construcciones, flujos de producción y de hombres,
el espacio geográfico revela, como en una fotografía, el proceso del
trabajo. Bajo la forma de la densificación de las fábricas, plantacio-
nes, carreteras, construcciones y flujos, el espacio geográfico revela,
como un constructor, los términos y la naturaleza de la acumulación.
El espacio es, así, un producto histórico que tiene por consi-
guiente un contenido histórico: la propia sociedad. No es, entonces,
el lugar donde la sociedad se aloja –como una ciudad enclavada en
el fondo de un valle–, toda vez que la historia de los hombres ocu-
rre en la superficie de la Tierra. Tampoco es como un reflejo de la
sociedad y de la historia. No es receptáculo o espejo. El espacio es la
sociedad por el simple hecho de que los hombres producen su exis-
tencia produciendo el espacio. Es la sociedad porque es condición de
existencia de los hombres en la historia.
El hecho es que el espacio es el tiempo histórico real. No el tiem-
po-fecha. La noción kantiana de tiempo como lugar de la historia y
de espacio como lugar de la geografía, promoviendo la separación
entre tiempo y espacio, y entre historia y geografía, es una ambi-
güedad que llevó a Michel Foucault a designarlo como un espacio
congelado. Ahora, así como el tiempo histórico no es el tiempo del
62 | Qué es la Geografía
Espacio y poder
El control político del espacio geográfico para encuadrar la produc-
ción de plusvalía –elemento clave en todas las fases del capitalismo–
garantiza el control de su apropiación y promueve su realización
en el lucro. Así, bajo el capitalismo monopólico, el control político
del espacio geográfico adquiere una importancia crucial. De este
modo vemos nacer los espacios cautivos al estilo de los organismos
que reúnen al empresariado a nivel mundial con la función de hacer
El espacio del capital | 71
Geografía de la alienación
En ese rumbo, el comportamiento del hombre se individualiza y la
individualización alcanza a los hombres en las clases sociales en las
74 | Qué es la Geografía
Geografía de la des-alienación
Pero la geografía que aliena es la misma que denuncia la alienación.
Sirviendo a la estrategia de la alienación humana, la geografía es,
también, la medida de su comprensión, el punto de partida en la
dirección opuesta de las prácticas y la percepción que la acompa-
ñan. Es, como muestra el poema de Vinicius de Moraes El obrero en
construcción, cuando el trabajador es tocado por la conciencia de la
materialidad de su trabajo en los objetos espaciales de su espacio
vivido:
Pero él desconocía
Este hecho extraordinario:
Que el obrero hace la cosa
Y la cosa hace al obrero.
De manera que, cierto día
Sentado a la mesa, al cortar el pan
El obrero fue poseído
De una súbita emoción
Al constatar asombrado
Que todo en aquella mesa
La geografía: ¿qué es?, ¿para qué sirve?, ¿a quién sirve? | 75