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Estados de Actividad Volcánica

Algunos volcanes son mucho más activos que otros. Se puede decir que algunos se


encuentran en estado de erupción permanente, al menos en el presente geológico. El
Stromboli, en las islas Lípari cerca de Sicilia, ha estado activo desde la antigüedad. El
Izalco, en El Salvador, ha permanecido activo desde su primera erupción en 1770. Otros
volcanes activos de forma constante se encuentran en una cadena, llamada cinturón o anillo
de fuego, que rodea el océano Pacífico. Otra cordillera volcánica se extiende a lo largo de
más de 1.000 km desde Guatemala hasta Panamá, con unos 80 volcanes; los que están en
actividad sobrepasan la treintena. Se estima que en la cordillera de los Andes hay más de 60
que pueden considerarse activos.

El Volcán Popocatépetl, en México, es uno de los más activos de la República.

Muchos otros volcanes, como el Vesubio, permanecen en un estado de actividad moderada


durante periodos más o menos largos y después se quedan en reposo, o dormidos, durante
meses o años. El Atitlán, en Guatemala, estuvo activo unos 300 años antes de 1843; desde
entonces está inactivo. La erupción que sucede a un periodo de latencia prolongado suele
ser violenta, como la del monte Saint Helens del estado de Washington (Estados Unidos) en
1980, después de 123 años de inactividad. La erupción del monte Pinatubo, en Filipinas,
durante el mes de junio de 1991 llegó después de seis siglos de latencia.

La amenaza para todas las formas de vida que representan los volcanes activos no se reduce
a la erupción de roca fundida o a la lluvia de cenizas y brasas. Las corrientes de lodo son
también un peligro serio. Se estima que una de ellas, desencadenada en 1985 por la
erupción que fundió hielo y nieve en el volcán Nevado del Ruiz en Colombia, produjo más
de 25.000 muertos.
Cuando no se tiene ningún registro sobre la actividad eruptiva de un volcán, los
especialistas hablan de volcanes inactivos. En cambio, los volcanes que estuvieron en
actividad hace no demasiado tiempo o que, actualmente, siguen con actividad eruptiva, son
denominados volcanes activos.

La Erupción

Espectacular erupción del Volcán Chaitén, en Chile.

En una erupción violenta de un volcán la lava está muy cargada de vapor y de otros gases,


como dióxido de carbono, hidrógeno, monóxido de carbono y dióxido de azufre, que se
escapan de la masa de lava con explosiones violentas y ascienden formando una nube
turbia. Estas nubes descargan, muchas veces, lluvias copiosas. Porciones grandes y
pequeñas de lava son expelidas hacia el exterior, y forman una fuente ardiente de gotas y
fragmentos clasificados como bombas, brasas o cenizas, según sus tamaños y formas. Estos
objetos o partículas se precipitan sobre las laderas externas del cono o sobre el interior del
cráter, de donde vuelven a ser expulsadas una y otra vez. También pueden aparecer
relámpagos en las nubes, en especial si están muy cargadas de partículas de polvo.

El magma asciende por la chimenea y fluye convertido en lava sobre el borde del cráter, o
rezuma, como una masa pastosa, a través de fisuras en la ladera del cono. Esto puede
señalar lo que ha sido llamado “crisis” o punto crucial de la erupción; después de la
expulsión final de materia fragmentada, el volcán puede volver al estado de latencia.

La enorme cantidad de energía liberada durante una erupción explosiva se puede evaluar en


función de la altura hasta la que se proyectan las rocas y las cenizas. Hay informes que
señalan que las cenizas del Krakatoa, en Indonesia, fueron arrastradas hasta una altura de
27 km cuando el volcán hizo erupción en 1883. Las nubes de vapor y polvo así producidas
pueden tener efectos atmosféricos y climáticos duraderos.

Por ejemplo, los científicos han intentado asociar las nubes de polvo que circundaron el
globo emitidas durante la explosión, en 1982, del volcán mexicano Chichón, relativamente
pequeño, con los extensos daños causados por la perturbación de la corriente de El Niño en
1982 y 1983.  Toda la cumbre de Papandayan, en Java, estalló durante la gran erupción de
1772, como hizo el monte Saint Helens en 1980. El cono del Vesubio ha sido alterado con
frecuencia, y la explosión de Krakatoa destruyó la mayor parte de esta isla formada por el
volcán.

Clasificación de los Volcanes y sus características

Los Volcanes son clasificados según distintos criterios, pero los más comunes son por su
Forma y por su Erupción.

Los volcanes se pueden clasificar según el tipo de lava, de emplazamiento tectónico,


tamaño, localización geográfica, actividad, morfología, número de erupciones… A este
respecto, existe disparidad de opinión entre científicos, vulcanólogos, geólogos y
organismos.

         Según la Agencia Científica de Ciencias Naturales de Estados Unidos, la mayoría de


los geólogos clasifican a los volcanes en cuatro tipos principales: los conos de ceniza, los
volcanes compuestos o estrato-volcanes, los volcanes en escudo o domos basálticos y los
domos de lava.

A continuación, se presentarán la clasificación de los volcanes en base a su morfología o


tipo de estructura y por el tipo de actividad o de erupción que presentan. Ambos aspectos
están relacionados al ambiente tectónico que les dio origen. Por otra parte, este tipo de
clasificaciones no es exacto y un mismo volcán puede combinar diferentes estructuras, así
como presentar cambios en la modalidad del tipo de erupción.

Clasificación de Volcanes por su Forma


   Los geólogos han clasificado los volcanes en tres categorías morfológicas: volcanes en
escudo, conos de cenizas y conos compuestos (también conocidos como estratovolcanes).

Volcanes en Escudo

El Volcán Mauna Loa, es un Volcán de tipo Escudo, y es considerado el más grande del
Mundo.
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Es un volcán de grandes dimensiones y está formado a partir de las capas de sucesivas de


emisiones de lavas muy fluidas, con escasas manifestaciones piroclásticas, formando
edificios cónicos de pendientes muy suaves (6-8º) que se denominan volcanes en escudo,
caracterizados además por cráteres de gran diámetro ocupados por lagos de lava. Es un
término similar al de caldera volcánica.
La Tierra no es el único planeta con Volcanes; el Monte Olimpo, en Marte, es considerado
el más grande del Sistema Solar (27 km aprox.), y es tipo Escudo.

Los volcanes en escudo se forman por corrientes de lava de baja viscosidad –esto es, lava
que fluye con facilidad-. Una montaña volcánica que tiene un perfil ancho –perfil cónico de
base mucho mayor que su altura- se va formando en el tiempo a base de riadas de una
lava basáltica relativamente fluida que proviene de fisuras –chimeneas- en la superficie del
volcán. Muchos de los mayores volcanes de la tierra son de este tipo. El Mauna Loa es el
volcán escudo más grande; está a 13 677 pies sobre el nivel del mar, lo cual significa que se
alza a más de 28 000 pies sobre el nivel del profundo suelo oceánico, y sería la montaña
más alta del mundo si gran parte de él no estuviese bajo el agua.

Famosos volcanes escudo incluyen al Mauna Loa, el Kilauea (dos de los volcanes más
activos), y el Monte Olimpo, en Marte.

La viscosidad del magma depende de su temperatura y composición. El magma de los


volcanes de las islas Hawái sale a 1.200 ºC, mientras que la mayoría de los volcanes
continentales expulsan lava a 850 ºC, compuesta habitualmente por lava ácida. Por lo fluida
que es la lava en los volcanes en escudo, no se dan grandes erupciones muy explosivas. Las
explosiones más fuertes se dan cuando entra agua por alguna chimenea. También hay
explosiones por expansión de gases, que pueden producir espectaculares proyecciones de
lava de baja viscosidad.
Los volcanes de Hawái, son los mejores ejemplos de esta Clasificación.

Los lagos de lava son particularmente típicos en el volcanismo hawaiano, donde han sido
muy estudiados en los últimos años. El lago formado en el cráter Alae en 1963 tenía 15
metros de potencia y tardó 11 meses en solidificarse y cinco años en enfriarse hasta la
temperatura ambiente. Los lagos del Kilauea Iki (111 metros en 1959) y del Makaopuhi (83
metros en 1965) se encuentran todavía parcialmente fundidos.

En estos lagos de lava se han realizado unos 40 sondeos hasta profundidades de 30 metros,
obteniéndose interesantes datos sobre las variaciones de viscosidad, fugacidad de oxígeno,
conductividad térmica, grado de cristalinidad, etc. en relación con el enfriamiento y
progresiva desgasificación, comprobándose, entre otros resultados, que las lavas cristalizan
completamente a unos 980º C.

Los volcanes en escudo se dan a lo largo de los límites de las placas tectónicas o encima de
puntos calientes. El Pico del Horno, en la Isla Reunión, es uno de los volcanes en escudo
más activos del mundo, con una media de una erupción al año.

Conos de Cenizas
El Volcán mexicano Paricutín, es el más joven y estudiado del Mundo. Un claro ejemplo de
esta clasificación.

Un cono de cenizas es un mini volcán formado principalmente por piroclástos expulsados a


partir de una sola chimenea. Tiene un tipo de lava semisólida, compuesta por cenizas y lava
viscosa.

Normalmente producto de magma basáltico relativamente rico en gas, los conos de cenizas
jóvenes tienen pendientes empinadas, con laderas de entre 30 y 40 grados.
Cono de Cenizas, Nuevo México.

Se forman donde las erupciones son de tipo explosivo con predominio de materiales
piroclásticos. El crecimiento de un cono de ceniza comienza alrededor del cráter con un
anillo circundante de detritos piroclásticos compuestos de ceniza, lapilli y materiales más
gruesos. Esto se denomina anillo de toba, particularmente cuando está compuesto de
materiales de tamaño fino. El material piroclástico tiene un gran ángulo de reposo, entre
unos 30 y 40 grados. El ángulo de reposo es el ángulo más alto por el cual el material se
mantiene estable. Los conos de ceniza raramente logran alturas superiores a los mil metros,
suelen estar asociados a volcanes más grandes y a menudo se los encuentra en grupos. Un
ejemplo de este tipo de volcanes es el anillo de toba de Koko Head, en la isla Oaku, Hawái.
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Generalmente, los conos de cenizas son fruto de un único episodio eruptivo que a veces
dura sólo unas pocas semanas y en raras ocasiones supera unos pocos años. Una vez para la
erupción, el magma del tubo que conecta la cámara magmática y la chimenea se solidifica y
el volcán no vuelve a entrar en erupción jamás.

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