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Perspectivas desde el mundo real – 1

Por Francisco Javier González

Las escrituras de todas las religiones son una verdadera mina, una fuente de sabiduría y
conocimiento sin igual. Se dice que para poder comprender algo de las Escrituras, uno tiene
que haber despertado y que cuando ha despertado ya no las necesita. O sea: antes no las
entiende y después no las necesita. ¡Qué curioso verdad! Para los que están aún como Paco de
Lucia “entre dos aguas” el primer obstáculo lo encuentra en la traducción. Como ejemplo de
malas prácticas en el arte de la traducción lo encontramos en el extraño episodio bíblico en el
que el Señor ordena a Moises, que vaya y le diga a Faraón que deje de tocar las pelotas al
pueblo hebreo, y que como sigua así le va a dar de ostias hasta en el carné de identidad. Y
Moisés que estaba cagao le pone a Dios todo tipo de reparo para no ir - qué si no puedo, que
no sé hablar, que esta muy lejos, que faraón tiene unos abdominales que te caga etc... – más o
menos como Nasrudin que no quería prestar su cuerda. Al final Moisés llega a un acuerdo con
el Señor a condición que su hermano Aaron le acompañe. Se ve que Moisés había servido
como yo en la COE y en ese cuerpo del ejército, siempre se va por binomio, es decir con un
compañero porque de lo contrario eres hombre muerto. Total… a lo que quiero llegar es al
punto donde la traducción de la biblia dice que en camino Dios quiso matarlo (Ex. 4:24). ¡A ver
Señor Dios, a ver si Te aclara! ¡Lo mandas en misión y cuando el hombre está convencido, Tú
vas y lo quieres matar! ¡Es que la verdad nadie Te entiende! Y no es de extrañar la cantidades
de elucubraciones que se han vertido sobre este extraño episodio.

Amig@s vamos a ver si podemos sacar algo en limpio de esta extraña historia. Este absurdo
episodio en su literalidad, trasplantado a nuestra mente y situación actual no hace más que
crear confusión. El contenido que se le daban a las palabras que se usaban en esa época era
muy diferente lo que hoy entendemos con esas mismas palabras. Para la mente de la época, el
concepto de “muerte” o “morir” estaba más relacionado con la palabra que conocemos por:
“mutar” – como en el libro de las Mutaciones, el Yi Jing - y la traducción más fidedigna del
texto bíblico y apoyándose en los textos más antiguos, y menos manipulados, resulta la
siguiente: “En camino, a una cierta etapa, YHWH se acerca de Moisés y lo hace MUTAR “(Ex.
4:24). Este simple cambio da un vuelco completo al significado de la narración y permite que
podamos entender algo más del episodio referido: una persona que se adentra en un
verdadero camino espiritual, en el transcurso de ese camino, gracias a un cierto tipo de
Energía en una cierta etapa, que podríamos definirla como “el punto de masa crítica” va
mutando para poder así enfrentarse al Faraón de su propio ser, que ha usurpado el puesto de
Dios – de su verdadero Ser - y que tiene preso al pueblo – las energías divinas en estado
potenciales. Así, de esta manera el texto puede entenderse mejor. Evidentemente mutar no
es que se transforme de doctor Jekyll en míster Hyde. Mutar tiene más que ver con una
transformación de la consciencia a un nuevo estado, vamos a decir superior, que todo el
mundo tiene latentemente en sí mismo. Ese cambio de paradigma hace que las energías
potenciales de nuestro Ser interno puedan empezar a manifestarse. Nuestro pueblo, esas
energías potenciales, se encuentran en cautiverio y el hecho de no liberarlas en “el Camino
Recto”, y no de cualquier manera, provocan todo tipo de traumas. Bueno… algo así – es que
querer explicar mutar con palabras es complicado. Para hoy hasta aquí he llegado. Un abrazo.

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