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Acercamiento a la vida silvestre y su conservación en la reserva biológica, cerro seco, de la

ciudad bahía de caraques, cantón Sucre, Manabí ecuador

Objetivos:

Objetivo general.

Objetivos específicos.

 Identificar la vida silvestre en cautiverio en la reserva biológica Cerro Seco.

 Reconocer las diferentes áreas donde habita la vida silvestre en la reserva

biológica Cerro Seco.

 Analizar la manera en que es conservada la fauna y flora silvestre en la reserva

biológica Cerro Seco.


Justificación.

Las especies pertenecientes al reino animal y vegetal, especialmente la fauna y flora

silvestre, está propensa a ser usada como mascotas, fines medicinales, alimenticios,

comerciables o artesanales, lo que refleja la personalidad de quien usa estos animales y

plantas. La disponibilidad de la flora y fauna silvestre depende del hombre, por lo que

hay que evitar el consumo de estas especies y el comercio de las mismas, así como

evitar la introducción de otras especies que dificultarán la relación de las mismas.

El tráfico de especies silvestres tiene alta demanda. El sacar a los animales silvestres de

su hábitat natural, como los bosques, aumenta la probabilidad de que el animal fallezca

por falta de hambre, sed o por no poder adaptare a las condiciones del ambiente en que

se encuentran.

En Bahía de Caráquez, Manabí, se encuentra ubicada la reserva biológica Cerro Seco,

con una extensión de 40 hectáreas y fauna silvestre inmersa en ella. La finalidad del

presente proyecto es permitir que el ser humano tenga un acercamiento a la vida

silvestre y conozca sobre la conservación de esta reserva biológica, todo esto mediante

un reconocimiento previo de las especies.


Planteamiento del problema.

La fauna y flora silvestre, aquella parte del reino animal y vegetal que no ha estado en

contacto con el ser humano o no ha convivido con este, por lo que tiende a vivir en

libertad. Representativo de las selvas, el ser humano no suele tener acceso a la fauna y

flora salvaje por discordancia de ubicación geográfica respecto a él, pero en las reservas

biológicas la situación cambia, aunque el problema está en no conocer cómo conservar

estas especies.

Es la explotación de la flora y fauna silvestre el principal problema, esto debido a los

bienes que pueden ser aprovechados del animal y las plantas. El principal bien sería la

carne, seguido de la piel de estos animales, lo cual no aplica en invertebrados que suele

constituir gran parte de la fauna silvestre.

El problema está a la hora de conservar la fauna silvestre de la reserva biológica Cerro

Seco, puesto que el espacio que tiene cada especie para subsistir es demasiado limitado,

lo que para la animal causa incomodidad, sumado a cualquier otra molestia causada por

la visita del ser humano u otros animales con los que debe convivir la fauna externa en

su espacio.

Formulación del problema:


Marco teórico.

La vida silvestre se refiere a los animales que no han sido domesticados; pero esto

también incluye todas las especies de plantas y organismos que crecen y se desarrollan

en un área natural, sin haber sido interferida por los seres humanos.

Se puede encontrar en todo ecosistema algún rastro de vida silvestre. Todos los trópicos

naturales como los bosques, desiertos e incluso áreas urbanas, poseen vida salvaje.

Aunque se suele decir que el término habla de los animales que no han sido tocados por

el hombre; se está de acuerdo que la vida silvestre está influenciada de alguna manera

por la actividad de la raza humana.

La destrucción de la vida silvestre

En la Edad de Piedra, los humanos cumplían labores de cazadores y recolectores. En ese

entonces, se tenía una vital dependencia de la vida silvestre, en ambos (animales y

plantas), por ser fuente de alimentos. Esto ha causado que por diversos motivos, se

hayan extinto especies a causa de la caza indiscriminada por parte de los humanos. La

pesca, cacería y recolección de vida silvestre, forma parte vital de muchas sociedades

humanas de hoy en día. La explotación de las poblaciones silvestres ha sido una de las

características predominantes de los humanos, desde su migración original desde el

continente africano hace unos 130 mil años. Este ha sido un fenómeno tan impactante

que se ha establecido que los humanos son el sexto evento de extinción más grande que

haya ocurrido en la tierra. La destrucción de la vida salvaje no siempre desemboca en la

extinción de la especie; pero sí se traduce a la pérdida importante de especímenes de

una especie, que llega al punto en el que el daño causado es muy grande e imposible de

reparar.
La sobre-caza ocurre cuando la cacería se ejecuta a niveles mayores de los que la

capacidad reproductiva de una población, puede reabastecer a la especie. El efecto de

esto puede notarse en especies donde el crecimiento es mucho más lento como en los

peces de gran tamaño. Cuando una población salvaje es cazada, se produce una

disponibilidad aumentada de recursos alimenticios para esa especie, y al mismo tiempo,

se crea una pérdida de balance en la población. También se debe tomar en cuenta a las

especies que están aisladas en islas y demás entidades geográficas, ya que tienen un

riesgo mucho mayor de sufrir cacería insostenible. Los humanos históricamente han

separado la civilización de la vida salvaje de muchas maneras, incluyendo el ámbito

social, legal y moral. Pero aún existen animales que se han logrado adaptar al estilo de

vida urbano, como los perros, gatos y ratones. La religión también se ha encargado de

tomar animales como imágenes sagradas, además de que recientemente se ha creado

una especial consciencia por la vida de los animales.

La vida silvestre también se traduce en migración y turismo. Muchos países han

desarrollado su sector turístico alrededor de sus paisajes naturales. Los países africanos,

han logrado atraer a través de la historia a personas de todo el mundo, gracias a su rica

cultura de vida salvaje.

La conservación de la vida silvestre

Es la regulación de animales y plantas salvajes de forma que permita su continuidad

como un recurso natural. El término "conservación" se refiere al manejo y uso de los

recursos naturales por las generaciones presente y futuras. En este concepto hay

implicaciones sobre el uso estético, deportivo, económico y ético de paisajes, minerales,

animales (incluyendo los que son cazados), plantas, suelos y agua.


El término "conservación de la vida silvestre" se ha usado para incluir un grupo cada

vez más amplio de animales —mamíferos, aves, peces, reptiles, anfibios, artrópodos

(como las langostas), y moluscos (como la ostra)— e igualmente incluye plantas. La

lista ha tenido una tendencia a ser dominada por ciertos grupos de animales de

importancia estética y/o económica; pero se está expandiendo a medida que los valores

se ensanchan, aumenta el interés por la ciencia, y se llegan a conocer las relaciones,

sutiles con frecuencia pero siempre importantes, entre animales y plantas.

Los problemas de conservación animal varían grandemente dependiendo del tipo de

animal (si, por ejemplo, es explotado principalmente por razones comerciales o

recreacionales, si es libre o no de cruzar fronteras nacionales) y de las condiciones

sociales y económicas de los diferentes países. En muchos países, algunos animales son

ampliamente cazados por deportistas, tanto en terrenos privados como en públicos; por

lo tanto, en estas regiones un factor importante en la conservación de la vida silvestre es

el control de las licencias y la supervisión de los cazadores. Las aves y mamíferos de

caza que migran a través de fronteras nacionales requieren de un esfuerzo internacional

para su conservación. Los mamíferos marinos y peces también presentan la necesidad

de acuerdos y legislaciones internacionales debido a que viven en aguas que no conocen

de fronteras nacionales y son explotados comercialmente por pescadores de muchos

países. Los pequeños mamíferos que son atrapados por su piel deben ser protegidos por

leyes domésticas pero las focas dependerían de un acuerdo internacional. Los peces

marinos, explotados principalmente por razones comerciales, son protegidos por

acuerdo internacional; pero los que explotan los peces de agua dulce, principalmente

pescadores que pescan recreacionalmente (excepto en algunos cuerpos grandes de agua

dulce, como los Grandes Lagos de Norteamérica), reciben localmente sus licencias y

son controlados domésticamente.


En la idea de la conservación de la vida silvestre parece que las consideraciones éticas

ocupan una posición central, pero su desarrollo ha sido tardío debido a que durante

muchas generaciones las personas tenían que luchar contra la naturaleza. Aunque los

pueblos primitivos dependían de una manera más directa de la vida silvestre que los

pueblos modernos, es casi cierto que los antiguos humanos se preocupaban poco por

conservar los animales de caza.

Vida silvestre en las ciudades

Las ciudades, en donde nos aglomeramos ya el 75 % de la humanidad, no siempre

resultan ser el lugar más saludable para habitar. En lugar de plantearnos un nuevo

modelo de habitar intentamos mejorar el ambiente urbano. Una de estas opciones es la

naturación urbana o el fomentar la vida silvestre que de forma tímida u oportunista por

sí sóla intenta hacerse un hueco entre los seres humanos.

Aficionados a la fauna urbana

Seguir la vida de los animales silvestres en las ciudades se ha convertido también en una

apasionante actividad gracias a las cámaras de infrarrojos que nos desvela los

comportamientos nocturnos de algunos animales que pocas veces podemos observar sin

estos artilugios.

Las acciones que se pueden llevar a cabo para facilitar el acercamiento de la fauna

silvestre son múltiples. Hay guías de cómo llevar a cabo acciones para facilitar la

adaptación de la fauna silvestre a la vida urbana. El número de especies animales que

podemos observar en las ciudades es mayor de lo que imaginamos. Una guía suiza

identifica más de 600 especies de fauna silvestre que pueden observarse en las ciudades.

Por ejemplo, en el Reino Unido hay grupos organizados de ciudadanos para fomentar la

conservación de los murciélagos y organizan salidas nocturnas con detectores de


ultrasonidos para identificar a las especies presentes. La importancia de los servicios

ecosistémicos

Pero más allá de esta realidad biológica, la cuestión es que debemos reforzar el papel de

los servicios ecosistémicos en el ámbito urbano. Los servicios de los ecosistemas son

los numerosos beneficios que la naturaleza ofrece a los seres humanos. Ejemplos de

estos servicios son el fomento del aire limpio por la vegetación, la prevención de

inundaciones, la reducción del ruido y las oportunidades para el ocio. La conservación

de los ecosistemas dentro y alrededor de las ciudades es imprescindible para fortalecer

la capacidad de las ciudades para adaptarse al cambio climático y optar por una

transición hacia un estilo más sostenible.

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