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Shabat: ¿día de descanso?

Jeremías 33:25 So said the Lord: If ‫יוֹמם ו ָ ָ֑ליְלָ ה‬


֣ ָ ‫יתי‬ ֖ ִ ‫ם־ל ֹא ְב ִר‬
֥ ‫כֹּה אָ ַ ֣מר יְהֹ ָ֔וה ִא‬
:‫ֹא־שׂ ְמ ִתּי‬
ֽ ָ ‫חֻ ֛קּוֹת ָשׁ ַ ֥מיִם ו ָ ָ֖א ֶרץ ל‬
not My covenant with the day and the
night, that the statutes of heaven and
earth I did not place,
Muchos de nosotros nos damos cuenta de la Importancia del Shabat,
pero tenemos ideas confusas sobre cómo llevarlo a cabo.
Después de todo, el descanso tiene varias connotaciones. Para
algunos, puede significar un relajante juego de golf, mientras que para
otros, puede significar una tarde viendo la televisión, leyendo un buen
libro, pintando un cuadro, o escribiendo un poema.
De alguna manera, estas ideas no parecen encajar en la idea que el
judaísmo tiene sobre el Shabat.
La meta del Shabat es recordarnos la creación. Pero, ¿cómo funciona
exactamente esto?, ¿cómo es que el Shabat nos hace recordarlo?
Existe algo más sobre el Shabat que a muchos nos parece difícil de
entender. Existe todo un conjunto de reglas y estrictas leyes rituales
-Halajá- que involucran al Shabat. Esto es dos grandes volúmenes del
Talmud: Shabat y Eruvin; así como aproximadamente 200 capítulos del
Shuljan Aruj el código por excelencia sobre las leyes judías.
La mayoría de nosotros apenas conocemos que existe este cúmulo de
leyes, y si es que conocemos algunas reglas, no las empezamos a
entender. Por esta falta de entendimiento, a menudo dejamos de
respetar estas reglas completamente.
Si pensamos en el Shabat como un «día de descanso», tras una ardua
semana de trabajo, entonces estas reglas no tienen sentido alguno.
Se prohiben muchas cosas aunque no involucren esfuerzo físico alguno.
No solo está prohibido hacer una fogata, sino que también el arrojar la
más pequeña varita a una flama. Uno no puede arrancar una hoja de
pasto, escribir un número telefónico, o poner una olla sobre la estufa
para que hierva. Se nos dice que viajar en coche es un “trabajo” aunque
ciertamente el caminar requiere de un mayor esfuerzo.
¿Qué significa todo esto? ¿Por qué se nos prohibe hacer tantas cosas
aún cuando sea pequeño o nulo el trabajo físico?
Es obvio que las restricciones del Shabat no van en contra del trabajo
físico, sino en contra del trabajo definido ritualmente. Claramente
debemos explorar más el Shabat y profundizar en su significado.
La Torá llama al Shabat una señal eterna entre Dios e Israel.
El Shabat involucra tanto a Dios como al pueblo judio. Para poder
entender sus reglas, debemos profundizar más en estas dos ideas.
De acuerdo a lo anterior, el concepto del Shabat está íntimamente
ligado al concepto del descanso Divino después de la creación.
Antes de poder entender el Shabat, debemos primeramente entender el
significado del descanso Divino. Pero esto en sí, crea algunas
dificultades.
¿A qué se refiere la Torá cuando nos dice que Dios descansó? ¿Acaso
Dios estaba cansado? ¿Fué la creación una tarea tan ardua?.
¿Es la Torá tan ingenua, que ve a Dios en términos antropomórficos y
humanos? ¿De verdad supone que Dios necesitó un descanso después
de seis días de arduo trabajo, tal como cualquier otro obrero?.
Por supuesto que no. La Biblia misma dice (Isa. 40:28): «¿ -Acaso no
sabes, no has oído?: El Señor, el Dios eterno, El Creador de todos los
confines de la Tierra, no desfallece ni se fatiga con cansancio y Su
entendimiento no hay quien lo alcance». Dios descansó, no porque
estaba cansado o fatigado. Aún el crear el universo no es un arduo
trabajo para Dios. Nuestros sabios enseñan que para El implicó todavía
menos esfuerzo que el pronunciar una sola letra .
Dios descansó en otro sentido. El descansó cuando cesó de crear;
cuando El ya no interfería con Su mundo. Esto nos adentra en la
definición que la Torá tiene sobre el descanso en Shabat.
Descansamos en el Shabat cuando ya no interferimos con el mundo. De
esta manera imitamos el descanso Divino en Shabat, cuando El dejó de
interferir con Su mundo.
Durante las seis días de la creación, Dios impuso Su poder sobre el
universo modificándolo activamente. En el Shabat, El «descansó» al
dejar de imponer esta supremacía.
Imitamos a Dios al renunciar a nuestro dominio sobre el mundo en el
Shabat.
Tenemos ahora una nueva definición sobre el trabajo, que hace que
todo el concepto del Shabat tenga sentido.
Esta es nuestra definición: El trabajo, en el sentido en que el Shabat la
establece, es un acto que muestra la supremacía del ser humano sobre
el mundo, gracias a su inteligencia y habilidad.
También ahora tenemos una definición del descanso: El descanso, en el
sentido en que el Shabat lo establece, es el no interferir con la
naturaleza ni ejercer supremacía sobre ella. Es un estado de paz entre
el hombre y la naturaleza.
Ahora podemos entender el ritual del Shabat. Debemos dejar intacta la
naturaleza. No debemos demostrar nuestro poder sobre ella, ni
cambiarla. No debemos intervenir en el proceso natural, y cualquier
cambio o interferencia no importa que tan trivial o pequeño sea, es una
violación a este descanso.
Los trabajos pesados tales como arar o construir siguen considerándose
como trabajo en este sentido. Pero también incluye varias cosas que no
requieren esfuerzo alguno -cosas como encender un cerillo, arrancar
una rosa o freir un huevo. Estas no requieren de mucho esfuerzo, sin
embargo son símbolos del dominio del hombre sobre la naturaleza.
El Shabat es mucho más que un mero «día de descanso». Respetarlo
es una señal de nuestra fé en la creación de Di-s, ya que en el Shabat,
el proceso de la creación se detuvo por completo.
Imitamos el descanso de Dios con nuestro Shabat tal que el acto de
intervención en la creación puede considerarse como trabajo y una
violación al Shabat.
Al Shabat se le llama tanto sagrado como bendito. Esto está
íntimamente ligado al Shabat de la creación y al concepto de descanso.
De este modo, el cuarto mandamiento dice (Ex. 20:11):
«Porque en seis días hizo Dios los cielos, la Tierra y el mar, y todas las
cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; Por tanto El Señor,
bendijo el día del Shabat y lo santificó»
Para entender un significado más profundo del Shabat, debemos
entender primero al Shabat de la creación. ¿Por qué descansó Dios
después de seis días? ¿Por qué apartó Dios un día en el cual
específicamente cesó de trabajar?
Esto se vuelve como un rompecabezas cuando vemos el relato de la
creación. Mientras avanzamos por los seis días, encontramos que cada
uno nos ofrece un nivel más alto de creación. Primero está la materia
inerte, después las plantas, después los animales y finalmente el
hombre. Nosotros supondríamos que en el séptimo día esta secuencia
continuaría y se crearía algo aún más elevado. En cambio, encontramos
nada…
Podemos entender esto desde el punto de vista de un Midrash.
Refiriéndose a la creación, la Torá dice (Gen. 2:2): «Y terminó Dios en el
séptimo día».
El Midrash formula una pregunta obvia. Si Dios descansó en el séptimo
día, ¿cómo pudo terminar exactamente el mismo día?, y si El no hizo
nada durante el Shabat, entonces ¿obviamente terminó en el sexto día?
El Midrash nos proporciona una respuesta muy profunda al decir que en
el Shabat, Dios creó el descanso.
Para entender esto, tenemos que introducir un concepto aún más
fundamental:
Entre más se parece algo a Dios, más cerca está y más comparte de Él.
De hecho, el principal propósito del judaísmo es la imitación de Dios .
Dios mora en la eternidad, en una dimensión por encima del cambio y
del tiempo. El le dijo a Sus profetas (Malaji 3:6), «Porque Yo soy El
Señor, Yo no cambio». La serenidad y la tranquilidad son entonces una
réplica de los atributos Divinos.
En el Séptimo Día, Dios añadió esta dimensión de tranquilidad y
armonía al mundo ya que éste ya no se encontraba en un proceso de
cambio. Por lo tanto estaba capacitado para compartir la serenidad de
Dios y convertirse en sagrado y divino.
Así el Shabat se convirtió en el día de la eternidad, permitiendo al
mundo compartir la infinidad de Dios.
De cierta forma, Dios descendió al mundo en el Shabat de la creación.
Es interesante señalar que la palabra Shabat está relacionada con la
palabra Shévet-habitar. En Shabat Dios hizo del mundo, Su residencia.
Por consiguiente, el Shabat trajo consigo una armonía integral entre
Dios y Su mundo. En vez de seguir cambiando al universo, Dios lo
armonizó consigo mismo.
El Zohar nos cuenta que el misterio del Shabat es la Unidad. En Shabat,
Dios creó la armonía entre Él y el Universo.
Cuando un hombre cuida el Shabat, también comparte la eternidad de
Dios. Entra en un estado de armonía tanto con Dios como con el mundo
y se encuentra en un estado de paz con toda la creación.
Esto explica inmediatamente porqué el concepto de paz es tan
importante en el Shabat. Uno de los saludos más comunes en Shabat
es Shabat Shalom/Shabat de Paz, ya que la idea principal del Shabat es
la paz, no solamente la paz entre el hombre y sus semejantes, sino la
paz entre el hombre y toda la creación.
Esto también nos da una visión más profunda sobre como el Shabat nos
hace recordar el éxodo. Ambos simbolizan la libertad.
Durante toda la semana el hombre carece de cierta libertad. Está
limitado por el mundo material y es un esclavo de sus presiones. Puede
mostrar su dominio sobre la naturaleza al tomar el pan de la tierra; sin
embargo esto también es parte de la maldición (Gen. 3:19) «Con el
sudor de tu rostro comerás el pan». El acto del hombre para imponer su
soberanía sobre la naturaleza lo hace un esclavo de ella.
El hombre se libera de su esclavitud durante el Shabat. Puede vivir en
armonía con su mundo y no necesita seguir luchando contra él.
A lo largo de la semana, el hombre necesita dominar el mundo.
Generalmente la persona está definida por su ocupación: puede ser
plomero, enfermera, albañil, escritor o ama de casa. La ocupación del
hombre es, de hecho la forma en que ejerce su dominio sobre la
naturaleza; pero de cierta forma, su más básica humanidad se oculta
bajo su ocupación..
Todo esto sufre un cambio durante el Shabat. Cada hombre se convierte
en un rey que gobierna su propio destino. Ya no se define por su
ocupación. Es un ser humano, en toda la extensión de la palabra.
Durante el Shabat, más que nunca, se puede vivir al separarse de todas
las demás cosas del mundo y volverse hacia Dios. Mira a través de la
ventana de la eternidad y siente la cercanía de Dios.
El ritual principal del Shabat es la no acción y por lo tanto uno cuida el
shabat no haciendo nada. Mientras uno se abstenga de realizar las
categorías definidas como trabajo, está cumpliendo, de hecho, la Mitzvá
de cuidar el Shabat.
Uno puede entonces cumplir con la Mitzvá de respetar el Shabat cada
segundo del día, aún cuando esté durmiendo. El Shabat es único en
este aspecto, ya que le da a la persona la oportunidad de sumergirse
totalmente en la mitzvá por día completo, sin ningún esfuerzo positivo
de su parte.
El aspecto único del Shabat es el hecho de que a través de él se puede
participar de Dios sin realizar esfuerzo alguno.
Todo lo que tenemos que hacer, es dejar de trabajar y Dios hace el
resto.
En cierta forma, esto es a lo que se refiere la Torá, cuando nos dice
(Exc:31.13):
«Vosotros guardaréis mis días de reposo… para que sepaís que yo soy
el Señor, Quien santifica». En cualquier otra ocasión, uno debe
esforzarse por santificarse cumpliendo las Mitzvot; pero en Shabat uno
sólo debe abstenerse de cualquier trabajo y Dios santifica a la persona.
El Midrash nos dice que todos los días de la semana fueron apareados
excepto el Shabat. El Domingo era pareja del lunes, Martes del
Miércoles y Jueves del Viernes. Unicamente el Shabat se quedó sin
pareja. Cuando el Shabat se quejo de esto, Dios proclamó que el pueblo
judío sería su pareja.
La gran esperanza del pueblo judío es la era Mesiánica, a la cual
seguirá una época de armonía universal. Será una época en la que el
hombre aprenderá a vivir en paz, tanto con sus semejantes como con la
naturaleza. Marcará el final de toda guerra, injusticia y explotación.
En el Talmud la era Mesiánica es conocida corno «Yom Shekuló
Shabat», el día en que todo será Shabat.
Tal como se describe en la Biblia (Mija 4:4): «Y se sentará cada uno
bajo su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente».
La llegada del Mesías anunciará la más grande revolución dentro de la
historia de la humanidad. Caracterizará el triunfo final del hombre sobre
la maldad.
Shabat es un preparativo para la revolución.
Cada Shabat, vivimos un momento del mundo venidero -de la paz y
armonía de la Era Mesiánica. La persona que cuida Shabat, conoce el
significado de la armonía y tranquilidad verdadera. Sabe como
aprovechar el Shabat y elevarse con él.
Así, cuando se presente la revolución Mesiánica estará preparado para
recibirla. El respetar el Shabat, lo preparará para el Día en que todo sea
Shabat.
El Shabat nos concientiza sobre nuestra meta final en la vida. Es muy
fácil caer en lo mundano. Sin embargo el Shabat nos recuerda
constantemente que existe una realidad superior.
El Shabat nos enseña a planificar el futuro. Todo alimento que se
consume en Shabat debe ser preparado de antemano. Lo mismo se
aplica para la Eternidad. Cuando nos referimos a la Recompensa
Futura, el Talmud dice: «Aquel que prepara el Viernes, comerá en
Shabat».
Cada vez que nos preparamos para Shabat, también nos recordamos
de la preparación para el Mundo cuando todo Sea Shabat. Recordamos
que nuestra estancia en este mundo es solamente una preparación para
algo más elevado.
La Torá llama al Shabat una «señal eterna» (Ex.- 31:17). El autor del
«Reshit Jojmá», escribe que esto significa que es una «señal de la
Eternidad». En Shabat, la puerta se entreabre y vemos una chispa de lo
Eterno. Sentimos la brisa que sopla desde el mundo venidero, Cuando
Todo Sea Shabat. El sentir el Shabat, es una señal del Futuro, cuando el
hombre y Dios estarán en completa armonía.
El Cuarto Mandamiento nos dice: «Recuerda el Shabat». Recuerda…

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