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globalización.
El desarrollo tecnológico en los países industrializados ha agudizado el
desequilibrio y la desigualdad de recursos en los países del Tercer
Mundo, afectando sus posibilidades de avance. Las nuevas tecnologías,
monopolizadas desde el diseño a la comercialización por un minúsculo
número de gigantescas corporaciones, han ahondado la brecha entre
los que tienen acceso a la información y los que no disponen de
recursos ni de oportunidad para acceder de modo suficiente o racional a
las mismas.
Tecnología y globalización.
A lo largo de la historia, los países de ingreso bajo han dependido del
sector manufacturero como un motor central de desarrollo, ya que
proporciona empleos para trabajadores poco calificados, ayuda a
aumentar la productividad e impulsa el crecimiento económico. Sin
embargo, en la actualidad pocos países obtienen buenos resultados en
sus sectores manufactureros y cadenas mundiales de valor.
Las empresas, que alguna vez tuvieron interés en instalarse en
lugares con bajos costos laborales, están comenzando a preferir sitios
donde pueden aprovechar mejor las nuevas tecnologías.
El uso de nuevas tecnologías para producir productos
manufacturados tradicionales será perturbador para las economías en
desarrollo, ya sea que utilicen o no esas nuevas tecnologías”, dijo Mary
Hallward-Driemeier, asesora económica senior de la Práctica Global
sobre Comercio y Competitividad del Grupo Banco Mundial y coautora
del informe. “Si la mano de obra representa un porcentaje más bajo de
los costos, es posible que se registre más producción en los países más
ricos, más cerca de los consumidores. Menos empresas se
En el país, las grandes empresas —nueve de cada diez— son las que
más invierten en nuevas tecnologías. Los datos de la Encuesta de
Empresas Sostenibles Nicaragua 2015, publicada por el Consejo
Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Organización Internacional
del Trabajo (OIT) reflejan que a medida que aumenta el tamaño de las
empresas, aumenta el porcentaje que invierte en nuevas tecnologías.
En el caso de las microempresas la inversión es de 14.3 por ciento, en
las pequeñas 37 por ciento, las medianas 76.3 por ciento y las grandes
87.9 por ciento.
Los datos reflejan que este tipo de inversión es menor entre las
pequeñas y medianas empresas y mucho menor entre las
microempresas. “Creo que más que desinterés, se trata de que les
resulta mucho más costoso relativamente invertir en tecnología y los
beneficios podrán ser menores”, indicó Freddy Cruz, vicepresidente del
Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa
(Conimipyme).
Falta financiamiento
Añadió que otro de los motivos podría ser dificultades en el acceso al
financiamiento. Los resultados de la Encuesta de Empresas Sostenibles
2015 indican que el 62.2 por ciento de las empresas considera difícil
acceder a financiamiento para la incorporación de nuevas tecnologías.
Particularmente, las micro y pequeñas empresas son las que perciben
mayores dificultades. Las micro en un 63 por ciento y las pequeñas en
un 58 por ciento.