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El documento resume y reflexiona sobre el libro "Breve historia de la cultura" de Ernst Gombrich. Discute conceptos como cultura, Geistesgeschichte e influencia de autores como Hegel en la construcción del estudio de la historia cultural. También menciona problemas en explicar elementos culturales de forma aislada o asumiendo la existencia de un espíritu colectivo independiente, y sugiere que un historiador de la cultura debería explicar las "resonancias" culturales y conocer de forma individual y concreta lo estudiado.
Descripción original:
Texto para la clase "Historia de las culturas antiguas y medievales".
Título original
Comentario sobre “Breve historia de la cultura”, de Ernst H. Gombrich. Aspectos relevantes del texto.
El documento resume y reflexiona sobre el libro "Breve historia de la cultura" de Ernst Gombrich. Discute conceptos como cultura, Geistesgeschichte e influencia de autores como Hegel en la construcción del estudio de la historia cultural. También menciona problemas en explicar elementos culturales de forma aislada o asumiendo la existencia de un espíritu colectivo independiente, y sugiere que un historiador de la cultura debería explicar las "resonancias" culturales y conocer de forma individual y concreta lo estudiado.
El documento resume y reflexiona sobre el libro "Breve historia de la cultura" de Ernst Gombrich. Discute conceptos como cultura, Geistesgeschichte e influencia de autores como Hegel en la construcción del estudio de la historia cultural. También menciona problemas en explicar elementos culturales de forma aislada o asumiendo la existencia de un espíritu colectivo independiente, y sugiere que un historiador de la cultura debería explicar las "resonancias" culturales y conocer de forma individual y concreta lo estudiado.
Comentario sobre “Breve historia de la cultura”, de Ernst H. Gombrich.
El estudio de la historia de la cultura, desde el vamos, supone un problema: ¿qué
cosa puede ser la “cultura”? Gombrich, al comienzo, señala: “creo, en efecto, que, sea que prefiramos este término en concreto o cualquier otro, todos sabemos lo que quiere decir” (p. 12), como si la noción misma de cultura fuera algo que se recibe al vivir en una, pues el mismo autor dice después: “en nuestro propio entorno cultural percibimos inmediatamente todas esas resonancias sin necesidad de más precisiones” (p. 59). Así, el texto funciona como un recuento y reflexión acerca de lo que se ha dicho respecto a la Geistesgeschichte, o influencias de lo que se ha dicho en la construcción del concepto y del estudio de la historia cultural. Se elucubra el cómo es que tal objeto de estudio resultó relevante concluyendo que es la fe en el progreso, ese optimismo providencialista, el factor principal. En el camino de estudiar tal objeto es imposible, por mucho que se quiera, evitar a Hegel, porque tal camino se ha levantado sobre los fundamentos de su filosofía, quien ve la historia del universo como una expresión de Dios creándose sucesivamente y la historia de la humanidad como una encarnación o despliegue del espíritu (de la época, del tiempo) (p. 16), conceptos que unifican la historia y la convierten un todo absoluto. Introduciendo, aquí, el concepto de espíritu nacional (Volksgeist) del cual convergen variadas manifestaciones concretas: literatura, ciencia, tecnología, etc. La noción de Hegel influenció a distintos autores que se preocuparon por nuestro objeto de interés y Gombrich nos dice que, aunque tales autores renegaran de Hegel, terminaban asumiendo sus asunciones. Tal es el caso de Buckhardt, quien participó en el centro de discusión en torno al Renacimiento (discusión que atañe a la cultura, necesariamente), o de Wöfflin, Lamprecht, Huizinga, etc., quienes usaban la hipótesis nuclear de Hegel sin su pensamiento metafísico, es decir, tomaban una postura articuladora de la cultura donde una de sus manifestaciones pudiera explicarse por las otras convergiendo al mismo punto sin tener que, por ejemplo, hablar del desarrollo de un Zeitgeist que se desarrolla y manifiesta en cada momento de la historia. Aparece un inconveniente: “Esta interpretación postula que cada fenómeno está relacionado con los demás, pero que constituye al mismo tiempo un síntoma de cualquier otro” (p. 43). Inconveniente al que le suma otro que puede ser, también, un aviso de su solución: la convicción de un espíritu colectivo e independiente ha sido el mayor obstáculo en el desarrollo de una historia de la cultura (p. 50), y el que, sin embargo, los elementos culturales no pueden explicarse aisladamente (p. 56). Gombrich menciona con sinceridad estos y otros problemas y sugiere posibles soluciones que pueden ser poco satisfactorias, que atienden a la función de un historiador de la cultura, aludiendo a la noción del primer párrafo: alguien que explique y pregunte acerca de esas “resonancias” para conservarlas en el paso del tiempo. A tal historiador
Samuel Restrepo Agudelo
“atañe (…) lo individual y de lo concreto” (p. 62), el estudio de las continuidades y la constitución del humanista que no solo investiga, sino que conoce.