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La oveja y el cerdo

Fábula escandinava recopilada por Carolyn Sherwin Bailey bajo el título “The sheep and the pig”.

© Adaptación y traducción al español por Paola Artmann

Audiocuento para una lectura asistida

La oveja y el cerdo

A primera hora de una mañana brillante, una oveja y un cerdo de cola enroscada se aventuraron al
mundo en busca de un hogar.

—Construiremos una casa —dijeron la oveja y el cerdo de cola enroscada—, allí viviremos juntos.

Los dos siguieron un largo, largo camino, pasando sobre los campos, entre montañas y a través del
bosque, hasta que se encontraron con un conejo.

—¿Adónde van? —preguntó el conejo.

—Vamos a construir una casa —dijeron la oveja y el cerdo.

—¿Puedo vivir con ustedes? —preguntó el conejo.

—¿Qué puedes hacer para ayudar? —preguntaron la oveja y el cerdo.

—Puedo afilar estacas con mis dientes —dijo el conejo— y clavarlas con mis patas.

Los tres recorrieron el largo, largo camino, hasta que se encontraron con un ganso gris.

—¿Adónde van? —preguntó el ganso gris.

—Vamos a construir una casa —dijeron la oveja, el cerdo y el conejo.

—¿Puedo vivir con ustedes? —preguntó el ganso gris.

—¿Qué puedes hacer para ayudar? —preguntaron la oveja, el cerdo y el conejo.

—Puedo juntar musgo y usarlo para rellenar las hendijas con mi ancho pico —dijo el ganso.

—Está bien —dijeron la oveja, el cerdo, el conejo—. Puedes venir con nosotros.

—¿Adónde van? —preguntó el gallo.

—Vamos a construir una casa —dijeron la oveja, el cerdo, el conejo y el ganso.

—¿Puedo vivir con ustedes? —preguntó el gallo.

—¿Qué puedes hacer para ayudar? —preguntaron la oveja, el cerdo, el conejo y el ganso.
—Puedo cacarear de madrugada para despertarlos a tiempo —dijo el gallo.

—Está bien —dijeron la oveja, el cerdo, el conejo y el ganso—. Puedes venir con nosotros.

Los cinco fueron más allá del largo, largo trecho, hasta que encontraron un buen lugar para una casa.

La oveja cortó troncos y los apiló.

El cerdo fabricó ladrillos para el sótano.

El conejo afiló las estacas con sus dientes y las martilló con sus patas.

El ganso buscó musgo y rellenó las hendijas con el pico.

El gallo cantaba todas las madrugadas para anunciarles que era la hora de levantarse.

Y todos vivieron felices en su casita.

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