durante 250 años de 1565 - 1815 a través del Galeón de Manila o Nao de China, era el nombre popular con él se conocían las naves españolas que cruzaron el océano pacifico entre Manila (Filipinas) y Acapulco, esto unió la Nueva España, esta ruta comercial da origen a la feria de la Nao, que se celebraba en zócalo de Acapulco durante un mes y se concentraban una gran cantidad comerciantes mexicanos para vender sus productos y a la vez comprar mercancías de origen asiática. Esta feria se termina por la guerra de independencia en 1815 y la toma del Fuerte de San diego por el general Morelos. Esta ruta permitió un floreciente tráfico comercial y cultural llevando de Acapulco hacia el continente asiático una gran cantidad de productos mexicanos como: oro, plata, metate, petate, etc., y de Filipinas–Acapulco una gama de mercancías valiosas como: porcelanas, cedas, mantones, muebles, especias, abanicos, papel tapiz, cera, bálsamo, plomo, estaño, aceite, perfumes, salitre pólvora, café, arroz, azúcar, Jamaica, plátano, palma de coco y tejidos de algodón, las porcelanas fue una de las mercancías más codiciadas por los novohispanos utilizadas en los palacios y casas del virreinato, , abanicos, papel tapiz, peines, costureros, marfil, arcángeles, santos, crucifijos, alhajas y además esclavos como la China poblana o Catalina de San Juan, de origen Hindú de 14 a 18 años su nombre fue “Mirra” significa amargura, fue raptada a los 7 años por portugueses y vendida en Filipinas, posteriormente enviada en el galeón de Manila hacia Acapulco y fue vendida al militar español Miguel Sosa en la Feria de Acapulco. Filipinas aporto en gastronomía a la Nueva España el Guinatan (pescado guisado coco), relleno de puerco, frijol guisado con coco, tuba bebida extraída de la palma de coco y la palabra “parían” que significa (mercado) del tagalo lengua materna de las Filipinas. La Nueva España en gastronomía aportó el chocolate, pozole, tamales, tortilla, aguacate, cacao, maíz, frijol, nopal, la cochinilla, etc.; además de la palabra “Tianguis” que en Náhuatl significa “Mercado”, entre otras palabras más. Todo este enlace comercial y cultural entre Filipinas y Acapulco generó la codicia en otros reinos tales como; Inglaterra, Holanda y Francia quienes eran enemigos de España, y para poder debilitarla crearon la piratería para atracar, saquear y obtener el valioso botín de cada Galeón de España, por esta razón la corona española construyó fortalezas en sus propiedades para contrarrestar los ataques piratas. En el inicio de la ruta comercial Acapullo -Manila –Acapulco, estuvo libre de restricciones y reglamentos legales, pero debido a la gran demanda de mercaderes novohispanos y de otras regiones americanas, la corona española limitó el número y el tonelaje en los galeones que cubrían esta ruta comercial. Para finales del siglo del XVI la corona española autorizó solamente dos naves (Galeón) de doscientas toneladas cada uno que podían prestar sus servicios anualmente y el valor de los productos transportados no debía exceder los 250 mil pesos, más tarde se redujo a una nave con el doble tonelaje y el valor comercial no debía exceder los 750 mil pesos; y posteriormente alcanzó un tonelaje final de dos mil toneladas y su valor mercantil no debía exceder los dos millones de pesos. El viaje de Acapulco a Manila duraba 90 días y de 180 a 240 días de regreso siempre y cuando durante en su trayecto no encontrara mal tiempo (clima) o barcos enemigos piratas.
El galeón zarpaba de Acapulco en el mes de marzo o abril y llegaba a Manila
(Filipinas) en junio o Julio con el fin de evitar los temporales del sudeste asiático y retornaba de Filipinas-Acapulco en el mes Julio o agosto con el fin de aprovechar las corrientes de los vientos favorables y les permitiera atravesar el mar de China y posteriormente llegar Acapulco. Los personajes que descubrieron esta ruta comercial fueron los españoles Andrés de Urdaneta y Miguel López de Legazpi, este último fue un hombre muy acaudalado vivió en México 36 años, se casó con Isabel Garcés de origen Tlaxcalteca y de este matrimonio nacen 4 hombres y 5 mujeres. El de rey España Felipe II le pide zarpar a Filipinas para conquistarla, habitarla y rescatar posibles sobrevivientes de los anteriores viajes del portugués Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, quién dio la primera vuelta al mundo en 1522; tuvo que vender algunas de sus propiedades para construir 5 barcos en barra de Navidad. Legazpi viajó en el navío de San Pedro de 300 toneladas la cual era tripulada por su nieto Felipe de Saucedo de 18 años de edad; su ejército fue de 380 hombres, la fecha de salida fue el día 21 de noviembre de 1564 del puerto de Jalisco (Navidad) y llegan a Filipinas el 27 abril 1565, en agradecimiento el rey Felipe II le envía el titulo gobernador de Filipinas. Para la ruta de regreso Legazpi le ordena a su tío el excelente geógrafo, fraile Agustino Andrés de Urdaneta regresar nuevamente a Nueva España (Acapulco), gracias a estos personajes se descubre la gran hazaña de la famosa (“tornavuelta o tornaviaje) Nueva España-Filipinas-Nueva España. En el año 1565 Andrés de Urdaneta busca otra ruta de regreso más corta que lo trajera de regreso Acapulco, para ello Urdaneta zarpo de Manila con dirección al noroeste a los 35 grados de latitud lo cual le permitió encontrarse frente a las costas de Japón y con la corriente de nombre “Kuro-Sivo” o “Viento Negro” con dirección de este a oeste; esto le permitió a Urdaneta cruzar el océano pacifico formando una especie de semicírculo permitirle llegar a Cabo Mendocino en la alta California, donde se dirigió hacia al sur y después de aproximadamente 4 meses de navegación finalmente llega Acapulco; con esta travesía queda unida Asia con América.