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Vamos a enterarnos primero de las características de nuestro árbol. ¿Requiere un suelo ácido
o básico?. ¿Necesita un suelo muy drenante o requiere humedad en las raíces?. ¿Queremos
que engorde, que ramifique, o simplemente refinarlo o mantenerlo?. ¿Cómo vamos a abonar?.
¿Podemos regarlo según necesite?. ¿Vivimos en clima con muchas lluvias o muy seco?. Y una
cuestión que podemos pasar por alto pero muy importante ¿esta sano y fuerte?. Para
simplificar el tema, vamos a partir de una mezcla digamos “estándar” de arcillas, gravas y
materia orgánica.
La grava o volcánica o arena de río o aquello que decidáis utilizar, nos proporcionará
estabilidad a la mezcla, es decir, la hace más resistente a la degradación por erosión producida
por los riegos etc. además de proporcionarnos algo importantísimo en cualquier mezcla, que es
el drenaje. Ni gota de nutrientes, así que ojo.
Por último, la materia orgánica. Esta nos proporcionara retención de agua y nutrientes en
valores muy pero que muy superiores a la arcilla, y respecto al drenaje, pues poco por no decir
nada, además de una cantidad limitada de nutrientes añadida por el fabricante.
Bien ya tenemos los tres elementos básicos para el sustrato de nuestro árbol, ¿pero en que
proporciones lo usamos?.
Como habréis leído en muchos sitios, no es aconsejable abonar hasta pasado un periodo
prudencial desde el trasplante. Pues bien, eso significa que en un periodo en el que el árbol va
a necesitar de una cantidad muy grande de alimento para brotar y regenerar su sistema
radicular, nosotros vamos y con toda la alegría del mundo, le ponemos un sustrato que en su
mayor parte no contiene ni una gotita de comidita para el árbol. Y además no vamos a poder
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Sustrato del trasplante
proporcionársela durante varias semanas. Pues aquí interviene la salud de nuestro árbol a la
hora de decidirnos por como será el sustrato. Podemos hacer una mezcla teóricamente muy
buena, pero que le siente fatal al árbol en ese periodo post trasplante si el árbol está débil.
Hemos reducido el sistema radicular, así que es posible que debamos de reducir también la
parte aérea y el árbol va a tener que realizar este primer esfuerzo de sus reservas, pues ni las
raíces ni el sustrato van a ser capaces de mantener el equilibrio. Si el árbol está débil, puede
que sea muy conveniente aumentar la cantidad de materia orgánica, o incluso añadir algún otro
compuesto orgánico tipo humus para intentar suplir esas carencias. Pero atención, todo lo que
pongamos de más lo estaremos sacrificando por otro lado en aspectos como el drenaje y
oxigenación. (en Bonsái TODO es equilibrio, no lo olvidéis).
Artículo escrito originalmente por J.J.M.A. para la web Portalbonsai y publicado en su foro con
el título "cuando el diablo se aburre" .
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