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LA PRODUCCIÓN DE LOS DATOS: TÉCNICAS CUANTITATIVAS EN LO

REFERENTE A LA "ENCUESTA POR MUESTREO" Y LA TÉCNICA DE LAS


ESCALAS

Recolectar los datos implica tres actividades estrechas vinculadas entre sí


(Armendariz, 2013):

 Seleccionar un instrumento o método de recolección de datos entre los


disponibles en el área de estudio de la cual se inserte la investigación o
desarrollar uno. Este instrumento debe ser válido y confiable, de lo
contrario no se puede apoyar en los resultados.
 Aplicar ese instrumento o método para recolectar datos. Es decir, obtener
observaciones, registros o mediciones de variables, sucesos, contextos,
categorías u objetos que son de interés para el estudio.
 Preparar observaciones, registros y mediciones obtenidas para que se
analicen correctamente.

En la investigación se dispone de diversos tipos de instrumentos para medir las


variables de interés y en algunos casos llegan a combinarse varias técnicas de
recolección de datos (Armendariz, 2013).

En tal sentido, la encuesta por muestreo se basa en la recogida de información


preguntando a los individuos que son objeto de la investigación, que forman una
muestra representativa, mediante un procedimiento de cuestionario estandarizado,
con el fin de estudiar las relaciones entre las variables. El instrumento de
investigación está formado por dos partes fundamentales, las preguntas y las
respuestas, que pueden formularse de forma estandarizada o de manera libre.
Cuando ambas partes son estandarizadas, estamos ante el llamado cuestionario,
que es el instrumento más difundido para la producción de datos con investigación
social (Corbetta, 2007).

Tal vez el instrumento más utilizado para recolectar los datos es el cuestionario.
Un cuestionario consiste en un conjunto de preguntas respeto a una o más
variables a medir. El contenido de las preguntas de un cuestionario es tan variado
como los aspectos que mide. Básicamente se consideran dos tipos de preguntas:
cerradas y abiertas (Armendariz, 2013). Pero de acuerdo con Corbetta (2007) en
algunos casos la pregunta cerrada no es viable: cuando las posibles respuestas
no están totalmente claras para el investigador, cuando éstas son demasiado
numerosas o tratan sobre cuestiones demasiado complejas, cuando los
entrevistados tienen un nivel cultural muy bajo y están poco habituados al lenguaje
abstracto de las respuestas precodificadas, cuando se trata de cuestiones
delicadas, accesibles sólo mediante una entrevista en profundidad.

Igualmente este autor considera que las preguntas abiertas también tienen sus
limitaciones, por ejemplo, cuando la muestra es muy numerosa a partir de varios
centenares de entrevistados, no queda otra alternativa que la pregunta cerrada.
Pero si el grupo de la muestra es pequeño y controlable por el investigador se
puede trabajar con preguntas abiertas, o lo que se llama la entrevista estructurada.

El investigador que decide explorar la realidad social preguntando directamente a


los actores sociales se encuentra con dos dilemas. El primero está relacionado
con la oposición entre la idea de que la realidad social se puede conocer de forma
objetiva (posición objetivista), y la concepción de que el conocimiento sólo puede
nacer de la interacción entre el sujeto que estudia y el sujeto estudiado (posición
constructivista). El segundo dilema surge de la contraposición entre quienes
piensan que en el mundo social existente regularidades que se registran en la
actuación individual (posición uniformista) y quienes afirman que todo acto social
es un hecho único (posición individualista). El investigador que decide utilizar la
técnica de la encuesta por muestreo para producir los datos sociales ha resuelto
los dos dilemas eligiendo la primera alternativa de cada uno de ellos (Corbetta,
2007)

Otra limitación de esta técnica tiene que ver con la fiabilidad del comportamiento
verbal, y plantea dos problemas distintos. El primero se refiere a las conductas
socialmente deseables: si es una cultura una actitud o un comportamiento
determinado tienen una connotación negativa, el entrevistado puede estar tentado
de atribuirse la actitud o el comportamiento socialmente adecuados, en lugar de
los reales. La segunda cuestión es la de la falta de opinión (o seudoopiniones): en
el curso de una entrevista puede suceder que al preguntar a los sujetos por temas
complejos sobre los que no tienen una opinión, éstos contesten al azar, porque no
se atreven a confesar que no tienen una opinión al respecto (Corbetta, 2007)

El modo en que se formula una pregunta puede influir enormemente en la


respuesta. Para evitar errores en la formulación, se proponen una serie de
sugerencias sobre la sintaxis, el lenguaje, el contenido, la focalización en el
tiempo, los efectos de la memoria, el orden de las preguntas, el número de
opciones de respuesta, y los modos de afrontar los problemas de las conductas
socialmente deseables y la ausencia de opinión (Corbetta, 2007)

En algunas ocasiones se usa la llamada batería de preguntas, que consiste en


una serie de preguntas de contenido bastante similar que se formulan del mismo
modo y se presentan al entrevistado en bloque. De esta forma se ahorra tiempo y
espacio (en el cuestionario), la comprensión del mecanismo de respuesta resulta
más fácil para el entrevistado, se mejora la validez de las respuestas y se facilita la
construcción de índices de síntesis de las preguntas de la batería (Corbetta, 2007)

Existen tres formas fundamentales de realización de las encuestas: la entrevista


cara a cara, la entrevista telefónica y el cuestionario autocumplimientado. En la
entrevista cara a cara, el entrevistador desempeña un papel muy importante, por
lo que es fundamental minimizar los efectos de su presencia. La entrevista
telefónica permite reducir el tiempo y los costes de la investigación y hace más
sencilla la formación y el control de los entrevistadores. Sin embargo el
entrevistado se implica menos, no es posible utilizar elementos de apoyo visual,
las personas que no tienen teléfono no pueden incluirse en la muestra, y resulta
muy difícil acceder a ciertas categorías sociales. El cuestionario
autocumplimientado puede realizarse de manera individual o en grupo; en el
primer caso la situación más frecuente es la del cuestionario postal (Corbetta,
2007)
La recopilación de información suele ir precedida de las siguientes operaciones:
entrevistas exploratorias preliminares, pretest de prueba del cuestionario,
preparación (y supervisión una vez iniciado el trabajo de campo) de los
entrevistadores y contacto con las personas a entrevistar. El análisis secundario
consiste en un nuevo análisis de los datos de una encuesta por muestreo
realizada con anterioridad. En la actualidad este tipo de análisis se ha visto muy
favorecido por el desarrollo de la informática, que facilita enormemente el
intercambio de bases de datos y archivos (Corbetta, 2007).

El acceso cada vez más fácil a las fuentes electrónicas de almacenamiento, ya


sean bases de datos, CD-ROM, o Internet, ha originado la constitución de bases
de datos textuales de gran tamaño, formadas por artículos, patentes, informes,
notas técnicas y clínicas, entre otros. En el sector industrial, los proyectos
tecnológicos de envergadura generan el intercambio y almacenamiento de
grandes volúmenes de documentos (Sarduy, 2007)

Toda esta vorágine informacional hace que los consumidores de estos sistemas
no puedan captar tanta información, que se torna más difícil aun cuando se trata
de sectores especializados, como puede ser el sector de las ciencias biomédicas,
por sólo citar un ejemplo; y a menudo se ven perdidos dentro de esta avalancha.
Este fenómeno se ha venido nombrando por los especialistas “Infoxicación”
(Sarduy, 2007)

En aras de ayudar a contrarrestar este fenómeno, está cobrando vital importancia


los estudios sobre temáticas específicas y se le está dando primordial importancia
al análisis de información, como vía de hacer más asequible a los usuarios los
colosales volúmenes de datos que se generan diariamente. El proceso de análisis
es un tipo de trabajo profesional sui generis, especial, donde un proceso mental,
llevado al máximo de las capacidades humanas, demuestra las fronteras del
altruismo, la devoción por la búsqueda de la verdad y una síntesis cultural, como
en ninguna otra profesión. Los especialistas en información se han dado a la tarea
de hacer estudios para entregar como productos a sus usuarios, informes de
inteligencia que los ayuden a comprender los aspectos más relevantes para su
realidad y que les sean factibles para la toma de decisiones (Sarduy, 2007).

Es posible introducir la variable “tiempo” en las encuestas por muestreo mediante


la realización de encuestas transversales (repeated cross-setional surveys). En el
primer caso se trata de repetir la encuesta sobre los mismos sujetos en momentos
distintos en el segundo se repite la encuesta, pero sobre una muestra
representativa (y equivalente) de sujetos distintos (Corbetta, 2007).

Al realizar una encuesta transversal es necesario definir la unidad de observación


del estudio, esto es, la unidad básica sobre la cual se captará información, como,
por ejemplo, los individuos, familias, hogares o escuelas. El proceso de selección
de informantes es muy importante en estos estudios. La muestra seleccionada
debe reflejar las características de la población base que se busca estudiar; por
ejemplo, para obtener la media de edad o la distribución de edades de la
población general se deberá incluir sujetos de todas las edades (Hernández y
Velasco, 2000)

En ocasiones el investigador puede estar interesado en estudiar características de


algún subgrupo específico de su población y, por lo mismo, puede aumentar la
proporción de sujetos en la muestra que pertenecen a ese subgrupo. Existen
diversos métodos de selección de sujetos para participar en el estudio llamados
métodos de muestreo. Algunos métodos de uso frecuente son el muestreo por
conveniencia y formas de muestreo probabilístico (aleatorio simple, estratificado,
sistemático y por conglomerados) (Hernández y Velasco, 2000).

En los países donde la investigación social está más desarrollada se han


consolidado en los últimos años una serie de programas de investigación con un
alcance temporal amplio y cuyo objetivo es el estudio del cambio social, en
diversos campos, como las transformaciones demográficas, la salud, la
enseñanza, la participación política, la movilidad social, los hábitos de consumo o
la opinión pública (Corbetta, 2007).
En cuanto al término “técnica de las escalas” se designa una serie de
procedimientos elaborados por los investigadores sociales para operacionalizar
conceptos complejos. Una escala es un conjunto coherente de elementos que se
consideran indicadores de un concepto más general. El elemento es una
afirmación, pregunta, comportamiento, respuesta a un test o atributo; la escala es
el conjunto de una serie de elementos. En sociología y en psicología social la
aplicación más común de las escalas son las denominadas escalas de
actividades. La técnica de las escalas genera variables “cuasicardinales”, que
presentan propiedades muy similares a las de las variables ordinales (Corbetta,
2007).

En una pregunta cerrada con respuestas ordenadas las categorías de respuesta


pueden ser semánticamente autónomas, tener autonomía semántica parcial, o ser
del tipo denominado escalas de intervalos de autoposicionamiento. En los dos
primeros casos los resultados son variables ordinales, en el tercero, una variable
cuasicardinal (Corbetta, 2007).

En el ámbito de la psicología se han desarrollado diversas técnicas para medir las


actitudes, destacando las propuestas por L. L. Thurstone en 1928 y Remsis Likert
en 1932.

La técnica de THURSTONE (Thurstone, 1928, 1931) se suele clasificar entre las


escalas experimentales, porque los items que se pasan a los sujetos no son fruto
de la subjetividad de los investigadores, sino de un proceso experimental previo
donde se evalúan objetivamente. Es una técnica elaborada dentro del marco de la
“ley del juicio categórico” propuesta por Thurstone que sirve para medir cualquier
clase de actitud. Esta ley postula que el continuo psicológico puede dividirse en
categorías y el sujeto puede asignar directamente valores escalares a los items.

LIKERT (Likert, 1932), por su parte, plantea un proceso de elaboración más breve
y sencillo que Thurstone y -según el autor- igualmente fiable. Su técnica acepta
expresamente que las actitudes pueden medirse a través de manifestaciones
verbales y asume la posibilidad de estudiar dimensiones de actitud a partir de un
conjunto de enunciados que operen como reactivos para los sujetos. Éstos
pueden situarse en la variable de actitud desde el polo más favorable al más
desfavorable, de tal manera que la variación de las respuestas será debida a
diferencias individuales de los sujetos.

El concepto escala de Likert abarca una amplia variedad de escalas, que también
se conocen con el nombre de escalas aditivas, ya que la puntuación de la escala
se deriva de la suma de las puntuaciones delos elementos que la componen. La
construcción de una escala de Lickert consta de cuatro fases: formulación de las
preguntas, aplicación a una muestra de sujetos, análisis de los elementos y del
grado de coherencia interna, y control de la validez y el carácter unidimensional de
la misma (Corbetta, 2007).

El escalograma de Guttman es una escala acumulativa, porque está constituida


por elementos de dificultad creciente, y se supone que el sujeto que da una
respuesta afirmativa a una determinada pregunta también ha dado una respuesta
afirmativa a todas las preguntas que preceden a aquella en grado de dificultad.
Esta característica de escalabilidad se mide con el coeficiente de reproducibilidad
(Corbetta, 2007).

El diferencial semántico de Osgood fue creado para estudiar el significado de los


conceptos, no a través de la descripción subjetiva de los mismos emitidos por los
entrevistados, sino mediante las asociaciones entre estos conceptos y otros
presentados en forma estandarizada a los sujetos. Con esta técnica, Osgood
identificó tres dimensiones fundamentales que subyacen a todas las opiniones
delos sujetos sobre los distintos conceptos: valoración, potencia y actividad
(Corbetta, 2007).

El test sociométrico, creado por Jacob Moreno, tiene por objetivo identificar la red
de relaciones interpersonales existentes entre los individuos de un grupo. En su
versión básica el test sociométrico consiste en un cuestionario que contiene unas
cuantas preguntas para plantear los sujetos del grupo sobre las preferencias y
rechazos que sienten hacia los demás componentes del grupo (Corbetta, 2007).
El primer estudio importante basado en estadísticas oficiales fue realizado por
Émile Durkheim a finales del siglo XIX (1897), y trataba sobre el suicidio.
Basándose en las tasas de suicidio de los distintos países europeos, Durkheim
logró confirmar empíricamente su compleja teoría de la integración social, teoría
que sigue manteniendo su validez en la actualidad (Corbetta, 2007).

La producción de estadísticas está enfocada en reflejar de manera sintética, pero


lo más cercana posible, la realidad en los fenómenos estudiados. Esta es la
esencia por la cual el control del sesgo en todas sus formas es la principal tarea
de los productores de estadísticas. No se trata sólo de recopilar datos y producir
con ellos tabulados, aspectos muy relevantes del proceso, pero constituyentes
sólo de una pequeña parte de la producción estadística. Los datos deben validarse
en múltiples aspectos para que puedan transformarse en información estadística
que permita tomar decisiones e intervenir a través de políticas públicas (INE,
2015).

Durante los últimos 15 años ha habido a nivel internacional dos impulsos fuertes
en el quehacer estadístico. Por un lado, se encuentra la intención generalizada por
ampliar la producción nacional de estadísticas que funden políticas públicas en
base a evidencia empírica. En esta línea, la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) con la Comisión Europea, la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (OCDE), el Banco Mundial y el Fondo Monetario
Internacional (FMI) crearon el Consorcio de Estadísticas para el Desarrollo en el
Siglo 21 (PARIS 21) destinado a promover la mayor y mejor producción de
estadísticas que permitan verificar el grado de avance de las metas del milenio
(INE, 2015).

Por otro lado, ha habido un impulso significativo – acompañado de nuevos


enfoques metodológicos, técnicas, procedimientos y criterios de trabajo– para
incrementar la producción de estadísticas en base a registros administrativos.
Ciertos países con larga tradición en la explotación de estas fuentes de
información han encabezado esos esfuerzos, mientras en otros países sin
aquellos acervos, de forma más reciente han ido desarrollando capacidades en
sus profesionales e instituciones. Entre los primeros se destacan los países
nórdicos, como Suecia, Dinamarca o Noruega, donde desde hace muchos años
gran parte de su producción de estadísticas sociales proviene de registros
administrativos y, a su vez, han generado diversas herramientas de trabajo para
apoyar la producción estadística de tales fuentes. De manera similar, Estados
Unidos, a pesar de tener un sistema estadístico altamente descentralizado, ha
sido capaz de generar múltiples herramientas para la explotación de los registros
administrativos en la producción estadística y Francia ha desarrollado un sistema
para potenciar su actividad estadística sobre estas fuentes, formando en su nueva
institucionalidad estadística un comité de certificación de la producción estadística
de registros administrativos, dependiente directamente de la autoridad nacional
estadística. Entre los países de más reciente desarrollo de los registros
administrativos con fines estadísticos, se pueden mencionar a Eslovenia, Austria,
España e Italia, mientras que en Latinoamérica destacan los importantes
esfuerzos de Colombia y México (INE, 2015).

Las estadísticas oficiales se diferencial del resto de datos que se suelen utilizar en
investigación social, sobre todo los recogidos mediante encuestas por muestreo,
en cuatro aspectos: a) la producción: generalmente las estadísticas oficiales son
realizadas por la administración pública y producidas mediante procedimientos
administrativos ordinarios; b) las unidades de análisis, que en las estadísticas
oficiales no son individuos, sino agregados territoriales de individuos, y que por
este motivo se denominan datos agregados, por contraste con los datos
individuales; c) el contenido pues la información recopilada por la administración
pública consiste en registros de acontecimientos o hechos, por lo cual, con norma,
las opiniones, las actitudes y las motivaciones están excluidas de estos datos; y d)
la magnitud del registro, ya que las fuentes estadísticas tradicionales, como los
censos, engloban a toda la población, y no a una muestra de la misma (INE, 2015)

Un registro administrativo se define como una serie de datos sobre una acción
sujeta a regulación o control obtenida por una entidad pública o privada como
parte de su función y que es resultado de necesidades fiscales, tributarias u otras,
creada con la finalidad de visibilizar la administración de los programas de
gobierno o para fiscalizar el cumplimiento de obligaciones legales de la sociedad
(DANE, 2010).

Por consiguiente, en términos simples, un registro administrativo es un conjunto de


datos que recogen las instituciones públicas o privadas sobre una acción, hecho o
evento en razón de su propio control de gestión o por motivos fiscales. Por
ejemplo: “personas pensionadas, por sexo”, “nacimientos ingresados en 2014”,
“ingresos por personas”, “actividad industrial”, “presupuesto público”, entre otros.
Éstos podrán variar de acuerdo a los objetivos y necesidades de cada institución.
En la mayoría las instituciones públicas y las organizaciones privadas, existe gran
cantidad de datos que surgen de los procesos administrativos; éstos registran la
ocurrencia de eventos, transacciones y actividades que realizan las personas
individualmente, los hogares y los establecimientos comerciales (INE, 2015)

Su cobertura, contenido y definiciones se ajustan a la necesidad del proceso


administrativo y por consiguiente, a la dinámica y características de los procesos
de donde surgen. A menudo el registro de los datos es regulado por normativas
internas a cada institución, por lo que sus características cambian en la medida
que los requisitos administrativos y normativos cambian (INE, 2015)

Por lo general, el registro es construido para dar respuesta o apoyar un proceso


de la institución –no fue diseñado y elaborado para dar respuesta a una pregunta
de investigación, sino que fue creado para fines de control o gestión institucional
(Laitila, Wallgren y Wallgren, 2011)-. Por lo tanto, el registro no constituye en sí
mismo una estadística, sino que puede ser transformado para convertirse en tal.

Se consideran estadísticas de registro o registros administrativos con fines


estadísticos a todos aquellos datos que se elaboran a partir de formatos
administrativos desarrollados por instituciones que mantienen información para su
control de gestión y desarrollo del trabajo. El uso estadístico de los registros
administrativos usualmente apunta a que los archivos administrativos deben
someterse a un procesamiento estadístico con el propósito de calcular
estimadores, complementar los datos de encuestas o censos, o bien utilizarlos
como marcos de muestreo o referencia para procesos estadísticos, por ejemplo,
encuestas por muestreo (INE, 2015)

Debido a la instalación cada vez más frecuente en casi todos los campos de la
actividad pública y privada de registros con soporte computacional sobre sus
procesos administrativos, los registros son un ventajoso recurso para obtener
estadísticas en áreas temáticas donde no existen fuentes estadísticas alternativas.
Un ejemplo de esto es la posibilidad que ofrecen los registros administrativos de
contar con datos sectoriales de la producción agrícola; regularidad y crecimiento
de actividad económica de las empresas; estado de las relaciones laborales;
distribución territorial de eventos (como los demográficos) y de transacciones,
como son los subsidios de vivienda, salud y otros similares (INE, 2015)

Existe una serie de ventajas que potencian el uso de los registros administrativos
con fines estadísticos: a) No hay una mayor carga para la persona o unidad
informante. b) Son de bajo costo. c) Tienen cobertura casi completa de la
población controlada. d) Las personas entrevistadas responden con cuidado las
preguntas administrativas importantes e) Dan buenas posibilidades de presentar
informes sobre áreas pequeñas, estadísticas regionales y estudios longitudinales
(INE, 2015).

Sin embargo, existen algunas limitaciones más específicas para el uso de los
registros administrativos (INE, 2015):

a) No se pueden hacer preguntas que permitan complementar la información


requerida.

b) Dependen de las definiciones del sistema administrativo para la población, el


objetivo y las variables.

c) La elaboración de informes sobre datos administrativos puede ser lenta debido


al largo tiempo que puede transcurrir entre el período de referencia y el momento
en que los datos están disponibles para fines estadísticos.
d) Los cambios en los sistemas administrativos dificultan las comparaciones.

e) Las variables de menor importancia para el trabajo administrativo pueden ser de


menor precisión.

f) El acceso a los datos puede ser difícil por asuntos legales o éticos que requieren
un cuidadoso y riguroso sistema de manejo de ellos.
BIBLIOGRAFIA

Armendariz, J. (2013) Técnicas de recolección de datos cuantitativos y


cualitativos. Diapositivas. Disponible en:
http://es.slideshare.net/bambino9/tecnicas-de-recolecion-de-datos-cuantitativos-y-
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Data. Suecia: Statistics Sweden’s website www.scb.se. Disponible en:


http://www.scb.se/statistik/_publikationer/OV9999_2011A01_BR_X103BR1102.pdf

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para el fortalecimiento de registros administrativos. Bogotá, Colombia. Disponible
en: https://unstats.un.org/unsd/dnss/docsnqaf/Methodology%20for%20the
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Hernández, B. y Velsaco-Mondragón, H. (2000) Encuestas transversales. Centro


de Investigación en Salud Poblacional, Instituto Nacional de Salud Pública.
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http://www.ine.cl/canales/chile_estadistico/estadisticas_sociales_culturales/genero/
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Laitila, T., Wallgren, A. y Wallgren, B. (2011). Quality Assessment of Administrative

Likert, R. (1932). A Technique for the measumerement of attitudes. Archives of


Psychology, 140, 1-55

Sarduy Domínguez, Yanetsys (2007) El análisis de información y las


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La Habana, Cuba.

Thurstone, L. L. (1929). The measurement of social attitudes. Journal of Abnormal


and Social Psychology, 26, 249-269.

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