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Ciclo : IV
Capítulo VI
1993
1979 1823
1860 1839
1856
militares y en otros como el de 1962 y 1968 se definieron como golpes de
Estado institucionales comprometiendo a toda la corporación militar. En estos
casos, la fuerza armada desplazó a los partidos políticos constituyéndose en
una alternativa política que planteó un modelo propio de solución de los
problemas nacionales de desarrollo y seguridad.
Cabe destacar que el contenido del artículo 213 de la Constitución de 1933 tuvo
una vigencia de 46 años sin considerar que la figura del tutelaje y el poder
arbitral se definieron desde la Constitución de 1823 (Ver Figura 1). Este poder
arbitral de las Fuerzas Armadas sobre la sociedad y los partidos políticos,
aparentemente concluyó con la Constitución de 1979 y se ratificó en la
Constitución vigente de 1993. Sin embargo, este tutelaje de las Fuerzas
Armadas se eliminó sólo formalmente en los textos constitucionales porque el
poder político de las Fuerzas Armadas se mantuvo intacto hasta su colapso
durante la crisis política del año 2000.
En todo este tiempo en el que el poder arbitral de las Fuerzas Armadas se hizo
evidente en los hechos, específicamente en los últimos tramos del siglo XX, la
institución militar logró imponer un lenguaje que se acostumbró repetir sin el
menor análisis al considerársele como “la reserva moral” y la “institución tutelar
de la Patria”. Los notorios actos de corrupción descubiertos el año 2000 así
como los que continuaron y comprometieron a las diversas instituciones
militares y policiales, han determinado que se cuestione que sigan siendo la
reserva moral del país. En todo caso, la reserva moral existe en cada grupo
humano y son estos grupos los que son vigilantes de la moralidad pública
nacional y donde las investigaciones sociales de todo tipo y el periodismo, han
jugado un rol esclarecedor y fiscalizador. Como un dato adicional hay que
considerar que durante la segunda mitad del siglo XX se acumularon 2 8 a ñ o s
d e g o b i e r n o s a u t o r i t a r i o s f r e n t e a 2 4 a ñ o s d e democracia.
ENTRE LA DEMOCRACIA Y EL AUTORITARISMO DE LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX
Cuadro Nº 1
RELACIÓN DE SECRETARIOS DE DEFENSA NACIONAL Y DIRECTORES GENERALES DE
POLÍTICA Y ESTRATEGIA DEL MINISTERIO DE DEFENSA
1978-2006
ESTRATEGIA: 2003-2006
Hay que destacar que si bien las Constituciones de 1979 y 1993 representan
cambios significativos en la concepción de la seguridad y defensa nacional al
reconocer que se establecerá un Sistema de Defensa Nacional que será dirigido
por el Presidente de la República y contará con la participación de la población
en general en estos temas; sin embargo ello siguió siendo una expresión de
buenos deseos, porque en la práctica, la conducción del sector y la doctrina
existente, siguió en manos de militares, los profesionales civiles desarrollaban
una actividad marginal o de complemento. A su vez durante este lapso a pesar
que la ley disponía la obligatoriedad de la enseñanza de la Defensa Nacional en
todo el sistema educativo, la universidad peruana pública y privada permaneció
al margen de la teorización y la investigación de los temas de seguridad y
defensa nacional.
Esta relación con la universidad peruana permitió demostrar por primera vez que
ya no predominaba la visión militar de la seguridad sino que había una nueva
visión que admitía que la seguridad tenía un carácter multidimensional que
comprendía aspectos políticos, económicos, sociales, medioambientales y
militares. Esta nueva argumentación explicada por civiles facilitó lo que hoy se ha
hecho común en el Perú, la enseñanza de la Defensa Nacional en la casi totalidad
de universidades del país.
Este rol de los civiles en tareas inherentes a la Defensa Nacional ha sido resaltado
inclusive por el Tribunal Constitucional en la sentencia del 16 de marzo de 2004,
recaída en el expediente 0017-2003-AI, en cuyo fundamento 31 expresamente
señala lo siguiente: “Por los ámbitos [interno y externo] en los cuales se desarrolla
la Defensa Nacional, en ella participan todos los miembros de la Nación, entre
ellos las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Sin embargo, esta participación
de los profesionales de las armas no significa que dicho sistema se circunscriba a
las decisiones estatales relacionadas con prácticas militares, de tipo castrense o
policial. En efecto, si la defensa nacional involucra un conjunto de medidas y
previsiones que adopta el Estado con el fin de garantizar la seguridad de la Nación
en todos los ámbitos, es evidente entonces que el aspecto militar o policial no
puede entenderse sino como sólo una de esas áreas.” Queda claro entonces que
la Defensa Nacional, por ser integral y abarcar diversos campos como el social,
económico, militar, cultural y tecnológico, conforme lo señala el artículo 163º de la
Constitución, es una responsabilidad que atañe a la sociedad en su conjunto y no
sólo a militares y policías.
Reconocimiento
de la estrecha
Antes Ahora relación:
P
E Seguridad
V isión Militar V isión
Multidimensional
de la Seguridad de la Seguridad SS
Milt Desarrollo
MA