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La hermenéutica y la fenomenología en la investigación en ciencias humanas y sociales.

Pérez. J., Nieto-Bravo, J., &Santamaría-Rodríguez, J. (2019)

Este artículo expone las resistencias que existen entre la fenomenología y la hermenéutica,
ya que ambos son utilizan en el campo de la metódica investigativa desde un dictamen
cualitativo, así mismo comprender los fenómenos o hechos sociales para sentar las bases de
las investigaciones y así como los resultados que se obtienen de ellas, en este texto se
pregunta sobre la fenomenología y la hermenéutica para poder reconocer esas
peculiaridades en la articulación de la investigación para poder aproximarse a la
comprensión y así clarificar las premisas de investigación de los proyectos de
investigación.

Se propone realizar una revisión de algunos representantes de la metodología en la


investigación para sondear, reconocer las colisiones epistémicos y metodológicos, para
profundizar, contribuir al análisis y reconocimiento de esas particularidades de la
fenomenología y la hermenéutica, se puede afirmar que su presencia es constante en la
construcción de los sustentos metodológicos, punteando a las orientaciones teórico-
prácticas puntuales por la epistemología.

Se menciona que son abordadas de distintas maneras los enfoques, paradigmas, métodos,
entre otros, estos no son precisos ya que dependen de la comprensión y de los mismos
investigadores ya que pueden ser muy practicantes a su episteme o distar sobre la base de
nociones asépticas, con el fin de presentar, conocer, dimensionar y problematizar acerca del
uso de la fenomenología y la hermenéutica, para poder abrir la comprensión de sus alcances
e implicaciones.
Algunos investigadores como: José Marín (2006) cataloga a la fenomenología y la
hermenéutica como una acción o efecto de ubicar un objeto en un punto preciso, los
enfoques pueden ser analíticos o sistemáticos, los sitúa en un macro-contexto de enfoques
investigativos en ciencias humanas y sociales integrado también por los enfoques
históricos, sociales-críticos, así como los sistemas complejos, para Pablo Páramo (2011) la
entiende desde una postura epistemológica o paradigmas como “el conjunto de
suposiciones de carácter filosófico de las que se valen los investigadores, la mayor parte de
las veces de forma táctica, para aproximarse a la búsqueda de conocimiento, mientras que
Alice Gurdián (2007) y Bolaño (2015), los proponen como un método ya que tienen una
clara intencionalidad, un orden, una sistematicidad que se desemboca en procedimientos y
resultados medibles que soportan el quehacer investigativo.

De acuerdo al análisis de los autores la fenomenología y la hermenéutica, se reconocen


como enfoques, como paradigmas o como métodos, teniendo presente los alcances y
posibilidades que ofrecen al interior de las metodologías que garanticen la pertinencia y la
coherencia en el quehacer investigativo, que analicen la realidad y su lugar referido a nivel
epistémico en los procesos de investigación.

La fenomenología como escenario epistemológico del quehacer investigativo, el articulo


menciona que tiene un doble sentido, Wright (1979) lo confronta como una intencionalidad
nomotética de explicación y la perspectiva ideográfica de interpretación y descripción,
mientras que Comte (1984) considero las leyes mecánicas expresadas en el lenguaje
universal de la física y la matemática eran la única vía de generar conocimiento, la
fenomenología como lugar epistemológico de la investigación, donde debe existir una
distancia de la teorización especulativa universal y que se manifieste en la conciencia,
(Parra 2011) los describe como la imagen de “poner entre paréntesis” – los pre-saberes
eruditos con el fin de abrirse a la posibilidad de la quaestio como forma de
problematización de la realidad, tal como se presenta, que parte del indagar y se
compromete con buscar la verdad.

El retorno a la subjetividad es un aporte relevante de este lugar epistémico, dentro de kla


construcción empírico-analítico, sin caer en una forma de solipsismo, donde el sujeto se
vuelca sobre sí y no es capaza de dialogar con el otro, es quizá el “talón de Aquiles” de la
fenomenología de Husserl (1992), en la actualidad muchos investigadores siguen
recorriendo la misma vía y así se impide el encuentro entre la fenomenología y la acción
social, propone Alfred Schütz (1993) dar un giro fenomenológico al volcar estudio a la
sociedad, trascendiendo el ámbito de la conciencia y dándole a esta una dimensión social
cuyo epicentro es el fenómeno de lo subjetivo, una buena investigación fenomenológica
investiga en la conciencia del ego, pero también discute en la experiencia del alter, una
fenomenología social puede fundamentar el quehacer del investigador cualitativo cuya
preocupación es consolidar un conocimiento incluyente mediado por la experiencia de
intersubjetividad, se dice que investigar desde una perspectiva fenomenológica implica
despejar la indagación de las macro-comprensiones creadas por el fin artificio teórico,
“para designar la apariencia de las cosas sensibles como contrapuestas a su ser esencial o
inteligible” (Marín, 2006).

Menciona Ricoeur, 2000 que la consolidación de la fenomenología como un campo desde


el cual se puede construir conocimientos investigativos, no se puede ser concebida “sólo
como un método de descripción esencial de las articulaciones fundamentales de la
experiencia (perceptiva, imaginativa, intelectiva, volitiva, axiología, etc.), sino como una
auto-fundamentación radical en la misma claridad intelectual, la investigación
fenomenológica enfatiza los aspectos individuales y subjetivos de la experiencia (Sandín
2003), así pues “se puede afirmar que un presupuesto epistemológico y ontológico de la
fenomenología consiste en que el ser se manifiesta, se expone al mundo de la vida”
(Bolaños, 2015), siendo este mundo de la vida el lugar en el cual se desarrollan los
fenómenos, y por ende, el escenario por excelencia de conocimientos e interpretaciones de
los mismos.

A nivel epistemológico se reconocen algunas peculiaridades de la fenomenología y su


aplicación en el ámbito de la metódica de la investigación, es perceptible el origen en
común que comparten la fenomenología y la hermenéutica, la primera deriva de la segunda,
la fenomenología se caracteriza por su abordaje y lugar de acción sobre los fenómenos que
se presentan en la realidad, la hermenéutica profundiza mucho más en los sentidos y la
búsqueda fundamentada de lo que es en sí, es decir se juega en una dimensión mucho más
ontológica, está a basado su trabajo en la interpretación de textos, dado la naturaleza de los
mismos y su exposición en el mundo, su labor está situada en determinar o identificar la
intencionalidad original del texto para poder transmitirla públicamente, va más encaminada
a las investigaciones de carácter documental, su uso no se puede limitar a estos escenarios,
logrando ser un excelente complemento en otras estancias investigativas.
Finamente, sobre el interés de distinguir ambos estrados, Gurdián (2007) propone la
siguiente diferenciación al hablar de la hermenéutica y la fenomenología:
a) El método hermenéutico trata de introducirse en el contenido y la dinámica de la
persona estudiada, en sus implicaciones y busca estructurar una interpretación
coherente del todo.
b) El método fenomenológico respeta, por completo el relato de la persona de sus
propias vivencias, se centra en el estudio de las realidades vividas o vivencias,
generalmente, poco comunicables.

A pesar de las diferencias que existen, también se puede hablar de una complementariedad
que soporta la investigación a la vez que exigen “permanentemente una actitud filosófica de
interpelación y aclaratoria, las cuales son términos en movilidad paradigmática
permanente y ello conduce a una reflexión epistemológica mediante la cual esbozar
razones” (Tadeo, 2001- p. 21).

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