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PRÓLOGO…. p13
ANEXOS
Bibliografía….p249
Bibliotecas, archivos y centros consultados….p261
Diarios Oficiales…. p263
Prensa consultada…. p265
Agradecimientos…. p267
Índice onomástico…. p269
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ISBN: 978-84-92754-04-5
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5
Palabras previas de Mariano Gómez Alfaro
Cuando Pedro-Pablo Miralles Sangro llegó a Buenos Aires con la posibilidad de sumar
unas líneas en su nuevo libro sobre mi padre, tuve diversas reservas ya que en su tumba de
un pequeño cementerio de la inmensa pampa argentina, estaba conmigo.
Mi padre, hombre de bien, Catedrático y Magistrado, cumple con las cuatro premisas
fijadas por los cuatro condes de Castilla y su Fuero Juzgo: 1ª la Ley, 2ª la Verdad, 3ª la
Justicia y 4ª los derechos que con el paso de los tiempos su equivalente hoy serían los
derechos humanos. En ese sentido y en términos actuales, podríamos decir que se trataba
de la primera democracia en Europa, constituida tres siglos antes que la Carta Magna de
Inglaterra. Sus cuatro condes castellanos fueron Ordoño, Rodrigo, Gonzalo y Gómez. En
la actualidad su mensaje e idioma son patrimonio de cerca de 400 millones personas de
habla hispana y su efecto multiplicador en hijos y nietos es inmenso.
La España eterna, como el ave Fénix, resurge de sus propias cenizas en forma corpórea
fuerte y noble de nación y necesariamente tendrá que ralear de su parlamento cuerpos
extraños que quieren dividirla en la mitad mas uno o la mitad menos uno, cuando el todo
de las partes de una nación explica y determina su sabiduría y grandeza.
Un fuerte abrazo,
11
PRÓLOGO.
En mi juventud escuché con alguna frecuencia hablar a mis padres y a sus amigos
Vicente Pinies Rubio y Josep Andreu i Abelló, sobre un personaje del tiempo de la
República, que fue Presidente del Tribunal Supremo, murió en el exilio y se llamaba
Mariano Gómez. Me sorprendía que todos coincidieran en señalar su gran valía y su
rectitud de conducta profesional y política. Fuera de ese ámbito familiar, el personaje
desaparecía, a pesar de que en mis lecturas podía confirmar que, efectivamente,
desempeñó un papel fundamental durante los casi ocho años que duró la II República,
especialmente durante la guerra. Mariano Gómez ha sido olvidado por los republicanos y
despreciado por los franquistas, de tal forma que hoy, al cabo de tantos años, es un
desconocido por casi todos. ¡Cruelle Espagne!
Si se mira bien, la vida de Mariano Gómez no fue diferente a la que le toco vivir a
toda esa generación de españoles, “de un bando y de otro”. Todos asumieron a su manera
las responsabilidades de su tiempo y se comprometieron a su modo con los cambios de
todo tipo que se producían en España, en particular a partir de la guerra, con un
resultado trágico que nadie mereció. La mayoría lo hizo, sin más, como ciudadanos de a
pie, y los menos, desde el ejercicio de cargos públicos cuando los desempeñaron. Pero
como señalara José Rodríguez Olazábal, discípulo de Mariano Gómez, no se puede
olvidar que “el mayor de los errores y crímenes de la guerra fue el haberla iniciado”. Fue
precisamente durante esa guerra incivil, cuando la historia le llevó a ejercer la
presidencia del Tribunal Supremo a Mariano Gómez.
Así pues, mi propósito ha sido y sigue siendo dar a conocer y desvelar la vida del
personaje público que fue Mariano Gómez, su dimensión humana, en el contexto histórico
en el que vivió. Y para ello había que buscar, encontrar, ordenar y saber exponer los
hechos más relevantes de su vida. Tuve claro desde un principio, que iba a ser grande la
dificultad que encontraría en la búsqueda de materiales, documentos y fuentes en general,
pero nunca pensé que la resistencia de la burocracia de la administración a mi modesto
13
propósito iba a llegar a tanto. Dificultades que solo he podido superar, no en su totalidad,
gracias a la amabilidad de quienes han podido y querido atenderme y, también, por que
no decirlo, a la tenacidad e insistencia que siempre mostré a cuantas personas e
instituciones me he dirigido. En realidad no era muy original mi idea de escribir un libro
sobre la vida de Mariano Gómez, pero visto el tiempo que me ha llevado escribirlo y las
dificultades que he tenido que vencer, no es de extrañar que sea la primera biografía del
personaje que se publica, sin duda incompleta, y que deseo sirva a otros para completarla
y mejorarla.
Por todo ello, desde un primer momento descarté hacer una historia del Tribunal
Supremo durante la República, sobre la que existen trabajos complementarios y utilísimos
como los de José Rodríguez Olazábal, Mariano Peset, María Fernanda Mancebo o
Pascual Marzal Rodríguez. Durante los tres años que duró la guerra, el Supremo y todas
sus Salas siguieron funcionando, en Madrid, Valencia y Barcelona. Ese logro insólito y
ejemplar del Tribunal, fue debido a la entrega y profesionalidad de todos sus magistrados,
fiscales y empleados, que siempre supo impulsar con entusiasmo su Presidente. En
consecuencia, tampoco ha estado entre mis propósitos, escribir otra historia de la II
República y menos otra historia de la guerra, pues como ya he dicho, al conocer a los
personajes, al conocer en este caso a Mariano Gómez, se conocerá mejor la historia de su
tiempo, la II República y la guerra.
“no te olvides que para mí y para mi hermana Charito -lo mismo que hubiera sido
para nuestros padres y hermano José Antonio-, tu libro tiene que ser también un
homenaje al cabo de casi un siglo de distancia, a tantos héroes anónimos civiles
del poder judicial español, funcionarios y empleados de la Justicia fieles a su
juramento, que cumplieron con la ley, fueron leales a la Constitución y se
entregaron por completo a frenar cualquier tipo de autoritarismo, poniendo en
riesgo su honra, sus vidas y las de su familia. Que los españoles de hoy,
especialmente los jóvenes, no se confundan con los cantos de sirena del
postfranquismo y rindan homenaje a esos verdaderos héroes que forjaron nuestra
patria”.
Hago mías esas palabras y al lector corresponde valorar si cuanto en este libro se
expone, facilita el conocimiento de la vida de un personaje de la historia de España
reciente, tan importante como fue Mariano Gómez, Presidente del Tribunal Supremo
durante los tres años de guerra “al servicio de la Justicia y de la República”.
14
1. Nacimiento en una familia burguesa.
La profesión liberal a la que, con mas frecuencia y hasta hace bien poco, aspiraban
los jóvenes de las familias acomodadas en España, era la de abogado. No era tanto una
cuestión de tener vocación jurídica, que también en ocasiones, sino de eficacia material y
reconocimiento social. Obtenida la licenciatura en derecho, el acceso a la función pública
estaba casi garantizado. Las amistades, las relaciones sociales, una razonable posición
económica. Y de ahí a la política solo había un trecho. La rancia burguesía española y más
en el siglo XIX, apostaba por los estudios de derecho para sus hijos, sin despreciar la
carrera militar y, con frecuencia, con gran protección a la llamada de la vocación religiosa.
Para entonces Manuel Pablo y Adelaida habían fijado la fecha de su boda, que se
celebraría el 17 de junio de 1881, en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de las
Angustias2 de Ayamonte. Establecieron su domicilio en Huércal-Overa, en la céntrica calle
de Jesús. Este segundo matrimonio de Manuel Pablo, le iba a dar nuevas perspectivas a su
vida, no sólo en lo personal sino, también, en el terreno de su carrera judicial. Al poco
tiempo de llegar a Huércal-Overa, se convirtió en centro de atención de todos, destacó por
1
Curriculum vitae sumario del jurista Manuel Pablo Gómez y López, padre de Mariano Gómez: se le expidió
el título de Abogado el 13 de julio de 1868; ejerció la profesión de Abogado en Madrid desde el 18 de julio
de 1869 al 21 de mayo de 1872; ingreso en el Cuerpo de aspirantes a la Judicatura con el nº 22 del escalafón
durante la I República y su nombramiento tuvo lugar por Orden del Ministerio de Gracia y Justicia de 22 de
junio de 1873; el 25 de septiembre de 1873 fue nombrado para el Juzgado de Montilla (Córdoba) donde tomó
posesión el 25 del siguiente mes de octubre; el 18 de junio de 1877 se trasladó a su instancia al Juzgado de
Ayamonte (Huelva); el 23 de mayo de 1881 fue promovido al Juzgado de Vera (Almería), electo; el 9 de
junio de 1881 fue nombrado Juez de Huércal-Overa (Almería), donde tomó posesión el día 7 del siguiente
mes de julio; el 18 de diciembre de 1882 fue nombrado Magistrado de la Audiencia de lo criminal de
Huércal-Overa (Almería), donde tomó posesión el 2 de enero de 1883; el 1 de marzo de 1886 se le promovió
en el turno 1º, a la plaza de Fiscal de la Audiencia de lo criminal de Huércal-Overa (Almería), por vacante de
esta plaza; el 31 de octubre de 1887 se le traslada, a petición propia, a la plaza de Magistrado de la Audiencia
Territorial de Cáceres, por vacante de esta plaza; el 13 de septiembre de 1893 se le traslada a la plaza de
Magistrado de la Audiencia Territorial de Las Palmas de Gran Canaria; y el 27 de noviembre de 1893 es
nombrado, a petición propia, Magistrado de la Audiencia Territorial de Burgos, por vacante de esta plaza.
2
Registro de la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias, Ayamonte, Huelva, Libro 14, folios 8 vlto. y
9, inscripción nº 21.
15
su eficacia en el Juzgado y fue promovido a Magistrado de la Audiencia de lo criminal en
ese mismo término. Gran aficionado a la lectura, le gustaba la naturaleza y conocer los
lugares más recónditos, recorrió toda la provincia de Almería y, con mucha frecuencia,
viajaba el matrimonio hasta Ayamonte, para visitar a la familia de Adelaida. En Huércal-
Overa, en el domicilio familiar, como era habitual entonces, nacieron sus dos hijos,
Mariano y Federico.
Por parte de padre, Mariano y Federico Gómez eran nietos de Manuel Antonio
González, natural de Madrid, propietario, y de Cipriana López, natural de Fuente de Pedro
Naharro, Cuenca, también propietaria. Cuando nació Mariano Gómez, su abuela paterna
había enviudado y tenía domicilio en Madrid. Y por línea materna, eran nietos de Antonio
González, propietario y natural de Archidona, Málaga, y de Juana Josefa Solesio, natural
de Ayamonte. Antonio y Juana Josefa se instalaron en Argentina, donde vivieron muchos
años, circunstancia que facilitó a Federico Gómez su instalación en Buenos Aires en 1927.
Pero el periplo profesional de Manuel Pablo iba a reanudarse, con el claro objetivo
de lograr una plaza en la Audiencia de Madrid. Para ello, en septiembre de 1883, se vio
obligado a solicitar destino en la Audiencia de Las Palmas de Gran Canaria, extremo que le
permitiría, acto seguido, volver a la península dos meses después, esta vez en una plaza
vacante que había quedado en la Audiencia de Burgos.
3
Registro Civil del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Huércal-Overa, Almería, Acta de
nacimiento nº 283, folio 93, tomo 30, Sección 1ª.
4
Archivo de la iglesia Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Huércal-Overa, Almería, Libro 55,
folio 34 vlto.
5
Acta número 283 del Libro de nacimientos del Archivo del Registro Civil del Juzgado Municipal de
Huércal-Overa, Almería, en la actualidad Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de la repetida villa.
16
En la recia Castilla burgalesa, iba a dar un vuelco radical la historia de la familia.
Manuel Pablo falleció súbitamente, a los cincuenta años de edad, sin haber terminado
Mariano los estudios de bachillerato. Con una escasa pensión de viudedad y la estrecha
colaboración de sus dos hijos, Adelaida, con treinta y ocho años, se vio ante una difícil
situación material para sacar adelante la familia.
Aunque nunca destacó en sus estudios que superaba regularmente cada curso
académico, a los catorce años de edad obtuvo el Grado de Bachiller en el Instituto de
Burgos, el 30 de mayo de 1898, con calificación de aprobado6. Lo fuerte de su formación
eran las lecturas en las que le inició su padre y, antes de comenzar los estudios
universitarios, estaba familiarizado con autores clásicos de Grecia y Roma, así como con
las grandes obras de la literatura universal española, francesa, anglosajona, italiana o
alemana. Realmente se trataba de un caso singular, poco frecuente en la juventud de su
época.
De sus padres heredó profundas convicciones religiosas cristianas, que supo adaptar
a los agitados tiempos que le correspondió vivir y, por ello, decidió en su juventud
vincularse a las Congregaciones Marianas, impulsadas por la Compañía de Jesús desde
finales del XIX. En su madurez veremos como mantuvo importantes posiciones críticas
hacia la Iglesia Católica oficial y, valga como ejemplo, recordar algunas palabras de una de
sus intervenciones del domingo 12 de abril de 1931, en la Casa de la Democracia de
Valencia, al conocerse el resultado de las elecciones municipales que dieron paso a la II
República:
6
AGA, caja (5)1.19 31/15852.
17
con pasividad de cadáver”, no sabemos si pasó de la ética jesuítica a las Ordenanzas
militares, o, por el contrario, de los viejos Tercios mercenarios de Flandes a la
Mónita secreta. Hay muchos puntos de sutura entre el invisible imperialismo
ignaciano y la disciplina cuartelera de tipo morboso, fuente inagotable de
pronunciamientos. El mal radica no tanto en la base de la pirámide como en su
cúspide. Ahí –en los mandos supremos- es donde hay necesidad de que la
República aplique los remedios eficaces hasta desarticular la terrible alianza entre
el despotismo “rojo” del militarismo autoritario y el despotismo “negro” de la
derecha fanática, origen principal de los golpes de Estado. Rojo y negro: colores de
Falange, colores fatídicos… La impopularidad de esos dos despotismos es producto
del escándalo que produce la rebeldía crónica de los llamados por su jerarquía a dar
ejemplo de disciplina. El español odia al cura no por ser cura, sino porque,
diciéndose “sacerdote”, no lo es; y lo mismo sucede con los militares que se alzan
con la fuerza de que son depositarios. Es un odio religioso y cívico contra los falsos
sacerdotes y los falsos militares que traicionan su misión. El odio popular es
testimonio del mal, no su causa; va dirigido, no contra la religión y la disciplina,
sino contra sus corrupciones, de las que la nación es víctima principal”7.
Esa sólida formación humanista, le permitió que a lo largo de su vida, dejase vivo
testimonio crítico de momentos claves de la historia de España, con los que se
comprometió, en ocasiones hasta límites inimaginables desde su ideología conservadora.
Formación que se fue plasmando paulatinamente en su amplia obra escrita, en la que supo
prestar especial atención crítica de cuanto ocurría a su alrededor.
7
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp. 26 y 27.
8
Los datos académicos universitarios de Mariano Gómez se han obtenido del correspondiente expediente
obrante en el AGA, caja (5)1.19 31/15852.
18
pequeña vivienda alquilada de la céntrica calle del Marques de Casa-Jiménez nº 7-
principal, entre las plazas de España y Aragón. Esa concentración en la elaboración de la
tesis doctoral estaría acompaña de entrevistas y visitas a los profesores de la Universidad
de Zaragoza y de otras universidades por las que había pasado.
Con el grado de Doctor, la primera actividad docente que pudo desempeñar fue la
correspondiente a un nombramiento de Auxiliar interino gratuito en la Facultad de Derecho
de la Universidad de Zaragoza, a propuesta de la Junta de Profesores de 22 de octubre de
1906. Muy pronto, el 2 de noviembre, solicitaba participar en las oposiciones para Auxiliar
del tercer grupo en la Facultad de Derecho de Zaragoza16, pero en esta primera ocasión no
fue propuesto. El esfuerzo de trabajo para lograr sus aspiraciones académicas
universitarias, le llevó también a solicitar ese mismo mes de noviembre, participar en unas
oposiciones de Derecho Penal de la Universidad de Santiago17, pero ante las dificultades
de todo orden para presentarse a dichas pruebas y las perspectivas que se le iban
configurando en Zaragoza, decidió no presentarse.
Así pues, durante ese curso académico 1906/1907, impartió como Auxiliar por las
ausencias, enfermedades y vacantes de sus titulares, las Cátedras de Derecho Canónico,
9
Acta de Grado de Doctor en Derecho, AGA, caja (5)1.19 31/15852.
10
Matías Barrio Mier, palentino, carlista, Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Oviedo, ciudad
donde pasó la mayor parte de su vida. Falleció en 1909.
11
Felipe Sánchez Román y Gallifa, madrileño, republicano, Catedrático de Derecho Civil en la Universidad
Central de Madrid, falleció en el exilio en México el año 1956.
12
Francisco Cueva Palacio, Catedrático de Derecho Canónico de la Facultad de Derecho de la Universidad
de Salamanca (1903) y Catedrático de Derecho Económico de la Facultad de Derecho de la Universidad
Central de Madrid (1904).
13
Lorenzo Moret y Remisa, doctor en derecho administrativo y en derecho civil, fue profesor de la
Universidad Central de Madrid, Abogado del Estado y Abogado Fiscal del Tribunal Supremo.
14
Enrique García Herreros fue funcionario del Cuerpo Técnico del Ministerio de Justicia y Culto, Dirección
General de los Registros y del Notariado, donde alcanzó el nombramiento de Subdirector, Jefe Superior de
Administración en 1929.
15
Estudios sobre la doctrina y precedentes de los artículos 5º y 6º del Código Civil, Tipografía de Emilio
Casañal, Zaragoza, 1907.
16
Gaceta de 2 de agosto de 1906.
17
Convocatoria publicada en la Gaceta de 2 de agosto de 1906.
19
Historia General del Derecho Español, Derecho Político, Derecho Mercantil,
Procedimientos Judiciales y la de Práctica Forense. En eso consistía entonces la labor de
Auxiliar, suplir en la docencia de cualquier materia, cuando el profesor titular no estaba
disponible.
Al fin, gana las oposiciones de Auxiliar numerario, por unanimidad de votos del
Tribunal y su nombramiento tiene lugar el 5 de mayo de 1909. Tomó posesión el siguiente
día 19 y su sueldo se mantuvo en las tradicionales 1.750 pesetas anuales. Ese curso
académico, le correspondió impartir las Cátedras de Derecho Natural, Derecho Canónico y
Derecho Administrativo.
Llegados a este punto, resulta obligado referir, que el conocido profesor Mariano
Gómez, coincidió en varias ocasiones en la capital aragonesa, con el General José Sanjurjo
Sacanell. A pesar del tono protocolario de esos encuentros, se desarrollaron con el máximo
respeto e interés recíproco. En ambos personajes se daban comunes circunstancias, como la
sólida formación cultural, una exquisita educación y, lo que resultaba más curioso, que el
monarquismo de Sanjurjo era respetado por el joven profesor republicano, que veía la
Monarquía como algo que, teóricamente, de forma coyuntural y residual, sólo podría llegar
a tener algún sentido en el marco de una sociedad democrática muy atenta a los problemas
sociales.
18
Véase a este respecto Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, epistolario, Vol. 17, junio 1903-Diciembre
1904, la correspondencia entre Mariano Gómez, Presidente de la Academia Jurídico-Literaria de Zaragoza, y
Marcelino Menéndez Pelayo, cartas nº 323 y 342.
20
Años más tarde, implantada la II República, se iba a producir su desencuentro
frontal con Sanjurjo, inicialmente leal a los cambios republicanos. Sanjurjo organizó y
llevó a cabo su primer levantamiento militar en Sevilla en agosto de 1932 y el destino hizo
que, el Presidente de la Sala de Justicia Militar del Tribunal Supremo que juzgó al general
por esos hechos, fuera Mariano Gómez.
Otra de las actividades que desarrolló durante su estancia en Zaragoza, fue sus
frecuente colaboraciones en la prensa local, por las que siempre expresó un especial cariño
y puso particular atención, al mismo tiempo que le servían para paliar, en alguna medida,
sus necesidades económicas. Sin proponérselo, se convirtió en crítico teatral, recogía la
«Información del Ayuntamiento» y escribía los artículos de fondo en el Diario de Avisos
de Zaragoza. Años más tarde, en 1938, con ocasión de publicar unas cuartillas en La
Vanguardia de Barcelona, sede entonces del Tribunal Supremo del que era Presidente,
comentaba así sobre aquella labor periodística:
“Eso de escribir los «fondos» del periódico me tuvo mucho tiempo inquieto. Hasta
que un amigo me dio la fórmula. «Mira —me dijo—: si los fondos son para un
periódico tipo «El Debate », no leas nada más que «El Motín». Si son para un
periódico tipo «El Motín”, lee exclusivamente «El Debate.
Esta era, ¡claro!, una fórmula que daba resultado hace treinta años. Ahora es otra
cosa...” 19.
Desde el año 1907 y hasta que obtuvo la Cátedra de Derecho Político en Valencia,
en 1915, presentó su solicitud para participar en diferentes oposiciones a Cátedra, en unas
ocasiones sabiendo que no se presentaría por existir candidatos con más méritos y, en
otras, porque todos sabían que la plaza estaba destinada a otros aspirantes con anterioridad
a su convocatoria en la Gaceta. Pero esa labor le iba a servir para irse abriendo camino y
dejar constancia de su existencia en el complejo mundo de las oposiciones en la
Universidad española20.
La primera Cátedra que desempeñó en la condición de Encargado, fue la de
Economía y Hacienda, vacante en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza, y
lo hizo a propuesta de la Junta de Profesores, con nombramiento por Real Orden de 1 de
octubre de 1910, que desempeñó entre 1911 y 1912. Como curiosidad hay que señalar que
la dotación de ese Encargo de Cátedra se correspondía a un sueldo anual de 2.666 pesetas.
En suma, de las diferentes oposiciones a Cátedra que firmó hasta 1912, solamente
se presentó, sin obtener la plaza, a las dos siguientes:
19
Anexo 3. Los días 18 y 19 de julio de 1936 … Anécdotas, juicios e impresiones de la insurrección incivil y
militar y de la autodefensa del pueblo en armas, entrevista a Mariano Gómez González, Presidente del
Tribunal Supremo.
20
Entre 1907 y 1911 presentó las siguientes solicitudes de admisión en oposiciones a Cátedras: 31 de octubre
de 1907, Cátedra de Derecho Administrativo y de Derecho Civil Común y Foral de la Universidad de Sevilla
y Cátedra de Historia General del Derecho español vacante en la Universidad de Zaragoza; 5 y 6 de octubre
de 1909, respectivamente, Cátedra de Derecho Penal en la Universidad de Santiago y Cátedra de Historia del
Derecho español cuya vacante en la Universidad de Madrid, vacantes anunciadas en la Gaceta de 9 de agosto
de1909; 14 de marzo de 1910, Cátedra de Derecho Penal de la Universidad de Granada, vacante anunciada
en la Gaceta de 2 de febrero de 1910 y Cátedra de derecho Político de la Universidad de Zaragoza publicada
en Gaceta de Madrid de 6 de febrero de 1910; 26 de septiembre de 1910, Cátedra de Estudios Superiores de
Derecho Penal y Antropología Criminal de la Universidad de Madrid y Cátedra de Derecho Penal de la
Universidad de Barcelona, vacantes publicadas en Gaceta de Madrid de 29 de julio de 1910; y, 9 de
septiembre de 1911, Cátedra de derecho Penal en la Universidad de Sevilla, vacante fue publicada en Gaceta
de Madrid de 13 de agosto de 1911.
21
- Cátedra de derecho internacional público y privado, vacante en la Facultad de
Derecho de la Universidad de Zaragoza. Oposiciones celebradas en Madrid durante
los meses de noviembre y diciembre de 1910, actuó en todos los ejercicios. Y de los
cinco miembros del tribunal, compuesto por los profesores Rafael Conde y
Luque21, Aniceto Sela y Sampil22, Manuel Torres Campos23, Gonzalo Fernández de
Córdova y Morales24 y el Marqués de Olivart25, obtuvo dos votos en cada una de
las dos votaciones, los de Aniceto Sela y Sampil y los de Manuel Torres Campos26.
De esta oposición hay que destacar el interesante material que todavía hoy
permanece inédito, presentado por el opositor Mariano Gómez: La doctrina de
Monroe. Orígenes, evolución, estado actual, Memoria reglamentaria, el Programa
de Derecho internacional público y el Programa de Derecho Internacional
Privado.
21
Rafael Conde y Luque, conde de Leyna, desempeñó, entre otros cargos, los de Catedrático de Derecho
Internacional Público y Privado de la Universidad Central, Alcalde de Córdoba, Director General de los
Registros civil y de la propiedad y del Notariado, Consejero de Instrucción Pública, Rector de la Universidad
Central, diputado y senador y Subsecretario de Gracia y Justicia.
22
Catedrático de Derecho Internacional Público y Privado de la Universidad de Valencia.
23
Catedrático de Derecho Internacional Público y Privado de la Universidad de Granada, académico de la de
Jurisprudencia y Legislación, miembro de la Sociedad de Legislación Comparada de París, miembro de la
Comisión de Legislación Extranjera del Ministerio de Gracia y Justicia, representó a España en la
Conferencia de La Haya de Derecho Internacional Privado.
24
Gonzalo Fernández de Córdova y Morales, Catedrático de Derecho Internacional Público y Privado de la
Universidad de Salamanca.
25
Ramón Nonnato María de Dalmau y Olivart, Marqués de Olivart, diputado, Presidente de la Asociación
Española de Derecho Internacional, Vicepresidente del Instituto de Derecho Internacional y Secretario de la
Asociación Francisco de Vitoria y en varios ocasiones arbitro internacional.
26
AGA, caja (5)1.19 31/15852, Hoja de Servicios de Mariano Gómez, fechada en Zaragoza el 9 de octubre
de 1911 por el Secretario General de la Universidad de Zaragoza Francisco Velasco y Ortiz.
27
La vacante de la referida Cátedra fue publicada en la Gaceta de Madrid de 13 de agosto de 1911.
28
Figura así en la Hoja de Servicios de Mariano Gómez durante su etapa de Auxiliar de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Zaragoza: “desde 1º octubre 1909 á fin de julio 1910, ha residido de París,
Londres, Bruselas y otras varias poblaciones de Francia y Bélgica, con objeto de ampliar sus estudios”,
AGA, caja (5)1.19 31/15852.
22
En la primera ocasión que tuvo nada más incorporarse a la docencia en Zaragoza,
presentó su solicitud como candidato, en la Oposición de la Universidad Central para una
plaza de alumno pensionado en el extranjero, que se celebró en mayo de 1906. El
Tribunal29 aprobó sus ejercicios, fue realizada la propuesta, “pero el Excmo. Sr. Ministro
del Ramo no llegó á hacer el correspondiente nombramiento por deficiencias del crédito
presupuestario para tales atenciones”30. Una vez más, las tradicionales penurias
universitarias se ponían de manifiesto.
29
El mencionado Tribunal estuvo compuesto por los profesores Matías Barrio y Mier, Rafael Ureña, Tomás
Montejo, Faustino Álvarez del Manzano, José Valdés Rubio, Ismael Calvo y Francisco Cueva Palacio.
30
Mariano Gómez González, Hoja de Servicios de Profesorado Numerario y Auxiliar de los
Establecimientos de la Enseñanza, AGA, caja (5)1.19 31/15852.
31
Gaceta de Madrid, sábado 13 de julio de 1907.
32
Mariano Gómez González, Hoja de Servicios de Profesorado Numerario y Auxiliar de los
Establecimientos de la Enseñanza, AGA, caja (5)1.19 31/15852.
33
Real Orden de 8 de septiembre de 1909.
34
La Vanguardia de Barcelona, domingo 19 septiembre 1909, p. 7.
23
Por los méritos alcanzados en su labor docente e investigadora en Francia, se le
concedió la condecoración de Chevalier d’Instruction Publique, y su llegada a Zaragoza
fue recogida en la prensa con el siguiente titular: “Ha regresado del extranjero el auxiliar
de esta Facultad de Derecho, don Mariano Gómez, publicista, periodista y pensionado por
el Estado. Sus compañeros se proponen obsequiarle”35.
35
La Vanguardia, viernes 8 julio 1910, p. 9.
24
II. PROCLAMADA LA REPÚBLICA ES ELEGIDO RECTOR EN VALENCIA (1915-
1932)
Mariano Gómez siempre había pensado que el perfil más adecuado a su formación,
que coincidía básicamente con sus preferencias personales y a su experiencia docente, se
correspondía más a las asignaturas de derecho político, derecho internacional o historia del
derecho. Pero hacer coincidir preferencias personales con plazas convocadas a oposición
tampoco era siempre posible.
La ocasión para lograr una Cátedra de Derecho Político Español, comparado con el
extranjero, así se llamaba entonces lo que hoy se conoce como derecho político y
constitucional, se iba a presentar como consecuencia del fallecimiento del Catedrático de
Valencia, Rafael de Olóriz y Martínez37. Publicada la vacante38, el Consejo de Instrucción
Pública dio a conocer la composición del Tribunal que resolvería la oposición39, todos ellos
personajes relevantes de la universidad y la política: Presidente, Vicente Santamaría de
Paredes, Consejero de Instrucción Pública; Vocales: Conde de Torreánaz, Académico40;
Adolfo González Posada y Biesca, Catedrático de la Universidad Central; Arsenio Miral y
Marín, Catedrático de la Universidad de Valladolid; Manuel Bofarull Romañá,
Competente; Suplentes: Marqués de Figueroa, Académico41; José María Rogelio Jové y
Suárez Bravo, Catedrático de la Universidad de Oviedo; Leopoldo Michelena y García de
Paredes, Catedrático de la Universidad de Palencia; Alejandro Mon y Landa, Competente.
Presentó su solicitud junto con otros quince candidatos, de los cuales solo fue
excluido uno por no haber aportado toda la documentación requerida42. Terminados los
36
Real Orden por la que se aprueba el Reglamento de oposiciones a Cátedras y Auxiliares de 8 de abril de
1910 (Gaceta de Madrid, 14 de abril de 1910, nº 104, pp. 100-104 y correcciones en Gaceta de Madrid, 20
de abril de 1910 nº 110, p. 152).
37
Rafael de Olóriz y Martínez falleció el 18 de abril de 1913.
38
Gaceta de Madrid de 14 de agosto de 1913, nº 226, p. 399. La vacante de la mencionada Cátedra, estaba
dotada con el sueldo anual de 4.000 pesetas y se convocaba a su provisión por oposición entre Auxiliares.
39
Conforme al artículo 10 del Reglamento citado de 8 de abril de 1910, el tribunal de oposiciones tenía que
constar de cinco jueces y cuatro suplentes, elegidos por el Consejo de Instrucción Pública, en propuesta
motivada de la Sección que correspondiera.
40
Ramón Fernández Hontoria y García de la Hoz, Conde de Torreánaz, académico de la de Ciencias Morales
y Políticas.
41
Juan Armada y Losada, Marqués de Figueroa, fue Ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras
Públicas en 1904 y Ministro de Gracia y Justicia de 1907 a 1909, académico de la de Ciencias Morales y
Políticas y de la Española.
42
Admitidos: Francisco Martínez Lombreras, Nicolás Rodríguez Aniceto, Miguel Allué Salvador, Juan Luis
Martín y Mingod, Ramón Sancho Brased, José Alberto Jordán y Santa Eulalia, Federico Santander Ruiz
Jiménez, Gabriel Bonilla Alasín, Mariano Gómez, Gregorio de Pareja Navarro, Santiago García Oltra,
Máximo Peña Mantecón, Salvador Salom y Antequera, Luis Jestoro y Tudela, José María González de
Echavarri y Vivanco y Santiago Varela Méndez; y excluido, Manuel Carrasco Reyes, por no aportar la
justificación de no hallarse incapacitado para ejercer cargos públicos (Gaceta de Madrid, 17 febrero 1914, nº
48, p. 437). Gaceta de Madrid, 17 febrero 1914, nº 48, p. 437.
25
ejercicios de la oposición, el Tribunal resolvió, el 15 de marzo de 1915, proponerle para
ocupar la plaza convocada43, hecho del que dio cuenta la prensa44.
Una vez en Valencia, alquiló una vivienda amplia, en el céntrico carrer de Sorní nº
15, cerca de la Universidad, a donde trasladó todos sus enseres, gran cantidad de libros y el
poco mobiliario del que dispuso en Zaragoza. Y una vez instalado, su madre, Adelaida, fue
a vivir con el. Su hermano Federico ya se había independizado y, de esta forma, se lograba
rehacer el pequeño núcleo familiar que quedaba. Mariano Gómez tuvo una gran acogida en
la Universidad y, en poco tiempo, conocería todos los ambientes culturales de la ciudad, de
tal forma que, al fin, lograba una estabilidad personal, familiar y profesional, después de
tantos años de trabajo.
43
El nombramiento se publicó en la Gaceta de Madrid, 19 marzo 1915, nº 78, pp. 829 y 830:
“En virtud de oposición y propuesta del Tribunal calificador,
S.M. el Rey (q.D.g.) ha tenido á bien nombrar á D. Mariano Gómez González, Catedrático numerario de
Derecho político español, comparado con el extranjero, de la Facultad de Derecho de la Universidad de
Valencia, con el sueldo anual de 4.000 pesetas y demás ventajas de la ley.
Por consecuencia de este nombramiento, y con sujeción á lo dispuesto en el artículo 1º del Real decreto de 31
de julio de 1901, se declara vacante la Auxiliaría del cuarto grupo de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Zaragoza, que en la actualidad desempeña el señor Gómez González.
De Real orden comunicada por el señor Ministro, lo digo á V.S. para su conocimiento y demás efectos. Dios
guarde a V.S. muchos años. Madrid, 15 de marzo de 1915.= El Subsecretario, J. Silvela.
Señor Ordenador de pagos por obligaciones de este Ministerio”.
En 1928 la retribución anual de Mariano Gómez ascendía a 8.850 pesetas por todos los conceptos.
44
La Vanguardia, viernes 19 de marzo de 1915, p. 15.
45
Real Orden del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de 31 de agosto de 1921, Gaceta de
Madrid, 9 septiembre 1921, nº 252, Anexo número 2.
46
Arxiu Històric Universitari, Universitat de València, València, Caja 1356/BIS, Mariano Gómez González.
47
El cargo de Secretario de Facultad tenía una asignación mensual de 23,98 pesetas en 1919.
48
Catedrático de Derecho Procesal.
49
Catedrático de Derecho Internacional Público y Privado.
50
Catedrático de Economía Política.
51
Catedrático de Derecho Civil.
52
De entre los numerosos trabajos publicados sobre la historia de la Universidad de Valencia y su Facultad
de Derecho, hay que destacar la obra colectiva coordinada por Mariano Peset, Historia de la Universidad de
Valencia (3 volúmenes), en la que hay que significar las siguiente colaboraciones del Volumen 3, La
26
político en Valencia, no podía ser otro que la modernización de su Universidad y, para
lograrlo, enseguida encontró compañeros dispuestos a tan difícil y arriesgada tarea.
Universidad liberal (siglos XIX y XX): María Fernando Mancebo, “Dictadura, República y guerra civil”, pp.
43-69, Jorge Correa Ballester y Yolanda Blasco Gil, “La Facultad de Derecho”, pp. 211-234 y Mariano Peset
y María Fernando Mancebo, “Exilio y depuraciones”, pp. 249-260; La enseñanza del Derecho en el siglo XX.
Homenaje a Mariano Peset, obra colectiva edición de Adela Mora, en la que hay que destacar, Jorge Correa
Ballester y Francisco Javier Palao Gil, “La Facultad de Derecho de Valencia en el primer tercio del siglo XX
(1900-1938), pp. 129-180, María Fernando Mancebo, “El Derecho político en Valencia, con especial
referencia a Mariano Gómez González (1915-1932)”, pp. 260-272, Pascual Marzal Rodríguez, “Una
polémica profesional: catedráticos y magistrados durante la II República, pp. 375-399; María Fernanda
Mancebo, La Universidad de Valencia. De la Monarquía a la República (1919-1939), La Universidad de
Valencia, de la Dictadura de Primero de Rivera a la Guerra Civil. La FUE y La Universidad de Valencia en
guerra. La FUE (1936-1939).
53
Gaceta de Madrid, 22 de mayo 1919, nº 142, pp. 624-627.
54
María Fernanda Mancebo, La Universidad de Valencia. De la monarquía a la república (1919-1939), p.
39.
55
Catedrático de Histología y Anatomía Patológica.
56
Catedrático de Ginecología.
57
Catedrático de Anatomía Topográfica.
58
Catedrático de Física General.
59
Catedrático de Cosmología y Física del Globo.
60
Catedrático de Química Inorgánica.
61
Catedrático de Lógica Fundamental.
62
Catedrático de Latín.
63
Catedrático de Arqueología, Numismática y Epigrafía.
64
Catedrático de Derecho Romano.
65
Catedrático de Derecho Administrativo.
66
Así, el artículo 4º del mencionado Real Decreto aprobaba el Estatuto de la Universidad de Valencia, con
algunas modificaciones.
67
María Fernanda Mancebo, La Universidad de Valencia. De la monarquía a la república (1919-1939), p. 45
y 168.
27
compuesta por los siguientes profesores: Ramón Velasco Pajares68, Facultad de Filosofía y
Letras; Mariano Gómez, Facultad de Derecho; Rafael Pastor Reig69, Facultad de Medicina;
y, José Gascó Oliag70, Facultad de Ciencias.
Para nada sirvieron las buenas intenciones del gobierno del General Dámaso
Berenguer Fusté (30 de enero de 1930 a 18 de febrero de 1931). Su denominada reforma
Tormo75, contenida en el Real Decreto de 25 de septiembre de 1930, por el que aprobaba el
Estatuto General de la Enseñanza Universitaria76, así como del efímero último gobierno
de la Monarquía, presidido por el Almirante Juan Bautista Aznar Cabanas (18 de febrero a
68
Catedrático de Geografía Política y Descriptiva.
69
Catedrático de Patología General.
70
Catedrático de Química Inorgánica.
71
Gaceta de Madrid, 10 junio 1924, nº 162, p. 1234.
72
Eduardo Callejo de la Cuesta fue Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes del 3 de diciembre de
1925 al 30 de enero de 1930.
73
Gaceta de Madrid, 29 agosto 1926, nº 241, pp. 1250-1253.
74
Gaceta de Madrid, 21 mayo 1928, nº 142, pp. 1010-1016.
75
Elías Tormo Monzó, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes del 24 de febrero de 1930 al 18 de
febrero de 1931, siendo Presidente del Consejo de Ministros el general Dámaso Berenguer Fusté.
76
Gaceta de Madrid, 29 septiembre 1930, nº 272, pp. 1825-1831.
28
14 de abril de 1931), no evitarían que en la Universidad se pusieran de manifiesto las
tensiones generales del país y la crisis de la Monarquía de Alfonso XIII.
77
Gaceta de Madrid, 14 mayo 1931, nº 134, p. 717.
78
Gaceta de Madrid, 6 de noviembre de 1931, nº 310, pp. 802-803.
79
Anexo 3. Los días 18 y 19 de julio de 1936 … Anécdotas, juicios e impresiones de la insurrección incivil y
militar y de la autodefensa del pueblo en armas.
80
La Vanguardia, miércoles 1 de febrero de 1922, p. 3.
81
La Vanguardia, domingo 13 de marzo de 1927, p. 9.
82
De entre los muchos trabajos realizados sobre los dos consejos de guerra sumarísimos de urgencia seguidos
contra Juan Bautista Peset Aleixandre, es de particular interés el trabajo colectivo coordinado por Vicente
Olmos, Procés a Joan Peset Aleixandre, que contiene, entre otros, edición facsímil de los procedimientos
judiciales militares expresados.
Juan Bautista Peset Aleixandre fue sometido al consejo de guerra sumarísimo nº 13.291-V, por denuncia
formulada por la Delegación Provincial de Sanidad de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de
Valencia, de 6 de julio de 1939, con la firma de cinco médicos, entre los que destacaron Ángel Moreu
González-Pola, Antonio Ortega Tena y Francisco Marco Merenciano. Por sentencia de 4 de marzo de 1940
fue condenado a la pena de muerte por delito de adhesión a la rebelión. Pero, presentada nueva denuncia por
el Delegado Provincial de Sanidad de Falange Española Tradicionalista y de las JONS de Valencia, el
médico José Roca Meca, por una conferencia impartida por el profesor Peset el 27 de abril de 1937 sobre
“Las individualidades y la situación en las conductas actuales”, se declararon nulas las diligencias practicadas
e incluyeron las relativas a la citada conferencia, se celebró nuevo consejo de guerra y por sentencia de 25 de
marzo de 1941 se condenó de nuevo a Juan Bautista Peset Aleixandre a la pena de muerte por delito de
adhesión a la rebelión. A pesar de las múltiples gestiones de familiares y amigos para la conmutación de la
pena, el general Franco firmó el enterado el 12 de mayo de 1941 y Juan Bautista Peset Aleixandre fue
fusilado el siguiente día 24 en las tapias del cementerio de Paterna, Valencia.
83
En relación con el mencionado currículum de Mariano Gómez en su paso por la Universidad de Valencia,
ver, entre otros y de forma especial, María Fernanda Mancebo, ob. cit., pp. 67-69, 320-322.
29
órganos de gobierno de la Universidad; potenciará la investigación, seminarios y debates
de todo tipo; moderniza el sistema de bibliotecas y laboratorios; promueve la creación del
Instituto de Idiomas en 1923, del que fue Secretario, y en cuyo proyecto contó con la
estrecha colaboración del diputado por Huesca del partido conservador, Pío Vicente Piniés
Bayona84, primo de Visita; impulsará la no confesionalidad religiosa de la residencia
universitaria; se convirtió en alma mater del proyecto del Jardín Botánico85; para lograr el
encuentro de los trabajadores y la vida universitaria, va dedicar muchas horas a dos
grandes proyectos, la Universidad Popular, cuyo Patronato presidió, y las Colonias
Escolares, formando parte de su Comité de Honor; gran impulsor de las actividades al aire
libre y de la práctica de actividades deportivas; y, en fin, participó de forma muy intensa en
la puesta en marcha de la Revista Anales de la Universidad desde curso académico 1920-
1921, perteneció a su primer Consejo de Redacción y fue el primer Director de turno o
Secretario hasta el curso académico 1931-1932.
2. Matrimonio con María Visitación Alfaro y López y creación de una gran familia.
A comienzos de 1920 hace un viaje a San Sebastián para pasar unos días de
descanso y, entre los amigos que visitó se encontraba la familia de sus buenos amigos los
84
. Pío Vicente Piniés Bayona, nacido en Huesca el 19 de junio de 1875 y fallecido en Madrid el 29 de
noviembre de 1943), Ministro de Gracia y Justicia (marzo a junio 1921) y de Gobernación (marzo a
diciembre de 1923), diputado por el Partido conservador en varias legislaturas..
85
Manuel Costa y Jaime Güemes, “El Jardín Botánico”, pp. 305-311 del Volumen 3, La Universidad liberal
(siglos XIX y XX) en la obra colectiva coordinada por Mariano Peset, Historia de la Universidad de Valencia,
3 volúmenes.
86
Junto con los profesores Enrique de Benito y Vicente Losada, fue uno de los tres únicos alumnos de
esperanto matriculados el curso académico 1923-1924 (María Fernanda Mancebo, La Universidad de
Valencia. De la monarquía a la república (1919-1939, pp. 67-69).
87
María Fernanda Mancebo, ob. cit., p. 58.
88
La Semana gráfica, Valencia, 8 de marzo de 1930, nº 191, Año VI.
30
hermanos Pío Vicente y Mario89 Piniés Bayona. Fue en ese viaje donde le presentaron a
María Visitación Alfaro y López, Visita90, prima de los Piniés, nacida el 28 de mayo de
1889. El padre de Visita, Ceferino Alfaro, natural de Diuste (Soria), vivió de joven varios
años en Argentina, casó a la vuelta con María Visitación López Lerdo, natural de Málaga y
tuvieron un hijo y cuatro hijas, una de ellas Visita.
El segundo de los varones, Mariano, nació el 20 de junio de 1924. Casado con Hebe
Zanou, vive en San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires y ha tenido cinco hijos,
Beltrán, María Eugenia, Mariano, María José y Fernando, este último, joven abogado de
gran prestigio en Argentina y otros países de Latinoamérica.
89
Mario Piniés Bayona, diplomático, estuvo destinado desde el 22 de diciembre de 1931 como Cónsul
General de España en Rotterdam donde llegó al alcanzar la categoría de Ministro plenipotenciario de primera
clase y, terminada la guerra civil, fue nombrado el 10 de agosto de 1940 Consejero de la Embajada de España
en Francia, siendo su último destino el de Cónsul General de España en Gibraltar desde el 31 de mayo de
1941 hasta su jubilación el 21 de agosto del mismo año.
90
El padre de Visita, Ceferino Alfaro, natural de Diuste (Soria), que vivió de joven varios años en Argentina,
casó a la vuelta con María Visitación López Lerdo, natural de Málaga y tuvieron un hijo y cuatro hijas, una
de ellas Visita.
31
Con el tiempo, el matrimonio Gómez Alfaro logró comprar su casa en la
Malvarrosa, denominada Quinta de San Juan, próxima a la de la familia de Vicente Blasco
Ibáñez, hoy Casa Museo Blasco Ibáñez en la calle Isabel de Villena nº 157, a pie de playa,
frente al Mediterráneo. Era la casa de la Malvarrosa el lugar mas deseado para el descanso,
la vida familiar y las reuniones con los amigos. La amistad con la familia de Blasco Ibáñez
se mantuvo hasta después de la guerra en París.
Quinta de San Juan que, en los últimos meses de la guerra, primero fue
bombardeada por los sublevados con aviones provenientes de Mallorca, donde tuvo su
base el Comandante Ramón Franco, después de alistarse a las filas de los rebeldes, que
para entonces ya dirigía su hermano Francisco. Quinta de San Juan incautada al término de
la guerra y entregada a la Falange. Quinta de San Juan saqueada por los falangistas y que
vio su final cuando sirvió para pagar parte de la condena que le impuso el Tribunal de
Responsabilidades Política en 1948.
91
Ramón Franco falleció el 28 de octubre de 1938, junto al también piloto Joaquín Domínguez, el mecánico
Emilio Gómez, el teniente de Navío y Observador Melchor Sangro Torres (tío materno del autor de este
libro) y el cabo telegrafista Juan Canales, cuando el avión italiano Cant Z-506 Airone en el que se disponían
bombardear Valencia, aprovechando que ese día se despedía a las Brigadas Internacionales en Barcelona,
cayó al Mediterráneo al poco tiempo de despegar de su base en Pollensa (Mallorca) en un día de malas
condiciones meteorológicas de ese día. Sobre Ramón Franco ver, entre otros: Joaquín Leguina y Asunción
Núñez, Ramón Franco. El hermano olvidado del dictador y José María Zavala, Franco, el republicano. La
vida secreta de Ramón Franco, el hermano maldito del Caudillo.
92
Javier Gaspar Alfaro, después conocido Notario madrileño hoy jubilado.
32
Presidente en 1872 Fernando de Alisal”93. El Ateneo de Valencia editó el Boletín-revista
del Ateneo de Valencia, que llegó a dirigir Jacinto Labaila. Las referencias al Ateneo en la
prensa valenciana y nacional de la época, fueron frecuentes94, y casi un siglo después,
Vicente María Roig Condomina y otros autores han dejado constancia de la importante
proyección cultural que alcanzó su actividad científica, artística y literaria95.
Pero cuando se vincula al Ateneo, este encontraba en declive debido a las divisiones
internas y la pujante presencia de otra institución cultural, el Ateneo Mercantil. No
obstante, llegó a ocupar la Presidencia de la Sección de Ciencias Sociales e incluso la
Presidencia y Vicepresidencia de la institución96.
Mariano Gómez no tardó en hacerse socio del Ateneo Mercantil. Unas veces acudía
a sus reuniones y tertulias, otras, era llamado para aportar sus ideas y sugerencias. De
nuevo, materializaba su inquietud irresistible de participar en todo asunto de interés
general. Por esas mismas razones, en Zaragoza seguían contando con él y, entre otras
actividades, fue llamado para intervenir en el encuentro de la Sexta semana municipal de
Barcelona, en el día de Aragón98.
93
José Martí Soro, Crónica del Ateneo Mercantil (1979-1978), Valencia, 1978, pp. 14 y 15.
94
Valga como muestra la interesante colaboración anónima titulada Sesión solemne del Ateneo Científico,
Literario y Artístico de Valencia en honor de Cervantes, Ilustración Española y Americana, Año XVI nº
XIX, 16 de mayo de 1872, pp. 302 y 303. Esta colaboración se encuentra también en la Biblioteca Virtual
Miguel de Cervantes, 2007.
95
Vicente María Roig Condomina, El Ateneo Científico, Literario y Artístico de Valencia y su aportación a
las artes en el último tercio del siglo XIX, pp. 107-114 y Yolanda Blasco Gil, La Facultad de Derecho de
Valencia durante la Restauración (1875-1900), pp. 300-301.
96
María Fernanda Mancebo, El Derecho político en Valencia, con especial referencia a Mariano Gómez
González (1915-1932), p. 263, obra colectiva edición de Adela Mora, La enseñanza del Derecho en el siglo
XX. Homenaje a Mariano Peset, y María Fernando Mancebo, La Universidad de Valencia. De la Monarquía
a la República (1919-1939), p. 377 y Pascual Marzal Rodríguez, Magistratura y República. Tribunal
Supremo (1931-1939), p. 243.
97
Sobre la historia del Ateneo Mercantil de Valencia es de sumo interés la citada obra de José Martí Soro,
Crónica del Ateneo Mercantil (1979-1978).
98
La Vanguardia, martes 15 de junio de 1920.
33
La crisis política, social y económica a que conducía la Monarquía en ese periodo
del reinado de Alfonso XIII, se reflejaba con fuerza en la actividad del Ateneo Mercantil
de Valencia. Por su parte, la iglesia católica no cejaba en sus iniciativas tendentes a lograr
la paz social y el sometimiento a las ideas conservadoras, que patrocinaba en todo el
territorio nacional. Por ello no fue de extrañar que el arzobispo cardenal de Valencia,
Enrique Reig Casanova, lograse que el papa Benedicto XIV concediese el 15 de octubre de
1921, el privilegio de la coronación material de la Virgen de los Desamparados, patrona de
la ciudad, como expresión máxima del poder terrenal de las idas religiosas e imponer una
corona de oro a la Virgen.
Como señala José Martí Soro, la asistencia del Ateneo, presidido por el republicano
Adolfo Beltrán Ibáñez, predecesor de Mariano Gómez en el cargo, pasó inadvertida, lo
mismo que la del pretendiente carlista Jaime de Borbón, la del Arzobispo electo de
Valencia, Prudencio Melo, y la del Alcalde, que presenciaron los actos de riguroso
incógnito100.
“Valencia entera recordará que pocos días antes de los incendios –es decir,
el primer domingo del mes, 3 de Mayo- desfiló por sus calles, según costumbre
inmemorial, la procesión de la Virgen de los Desamparados, patrona de la ciudad.
Fue permitida esa procesión por las autoridades de la República. Fue
subvencionada, conforme a viejas tradiciones, por el Ayuntamiento, en el que
tenían mayoría los republicanos y socialistas. Les alentó a tener esta típica y
popular fiesta el explícito deseo de la opinión. Abogó también por lo mismo la
prensa republicana. No se olvide que la Iglesia es en España un bloque sentimental
de varios millones de españoles. La mayoría republicano-socialista del
Ayuntamiento, fundándose en esta razón, puramente democrática, definió su actitud
declarando el respeto que la merecían los sentimientos de muchos millares de
valencianos”101.
99
La Vanguardia, martes 15 de mayo de 1923, p. 14.
100
José Martí Soro, ob. cit., p. 398.
101
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (historia de dos días), pp. 86 y 87.
34
golpe de Estado que mantuvo a España bajo su dictadura mas de cinco años102, dejando
bien sembrado el derrumbe definitivo de la Monarquía.
Unos meses después, fue elegido 19º Presidente del Ateneo Mercantil de Valencia
en Junta General Ordinaria de 17 de febrero de 1924, presidida por el Vicepresidente 3º
Rafael Berttoldy Ruiz. Obtuvo 659 votos de los 1.132 votantes.
Una de las primeras actividades que se llevaron a cabo en ese su primer mandato,
consistió en convocar a impartir una conferencia al político conservador monárquico José
Calvo Sotelo103, el día 16 de marzo de 1924, sobre “La nueva ley municipal” que entró en
vigor el siguiente 1 de abril104. Algo después, logró que en la reunión de la Junta Directiva
de 21 de mayo de 1924, se acordase “dotar al Ateneo de “nueva enseña” que sería la
Senyera de Valencia con el escudo de la ciudad y el emblema del Ateneo Mercantil”105.
Elegido por aclamación Presidente del Ateneo por segunda vez en Junta General
Ordinaria de 25 de enero de 1925, y con la finalidad de que el Ateneo fuese bien tratado
por los medios de comunicación, logró que se adoptase el acuerdo de nombrar socios
honorarios a todos los directores de los diarios locales y al Presidente del Ateneo de
Alcira106. Por su parte, las autoridades de la dictadura, tomaban buena nota de lo que
acontecía en el Ateneo y pronto empezarían las medidas restrictivas de sus actividades.
102
El 28 de enero de 1930 el general Miguel Primo de Rivera y Orbaneja presentó su dimisión a Alfonso XIII
y se exilió en París, donde falleció el 16 de marzo del mismo año.
103
José Calvo Sotelo fue asesinado en Madrid el 13 de julio de 1936. Este hecho exacerbó el animo de de los
sectores que preparaban el golpe de Estado, hasta el punto de fijar la fecha del mismo par el siguiente día 18
cuando en realidad sus planes lo configuraban para más adelante, sin fecha aún determinada, por entender
que los preparativos no estaban todavía suficientemente consolidados. No obstante, el sector más
intransigente impuso su opinión, en particular el general Emilio Mola Vidal, “El Director”, General de la
duodécima Brigada de Infantería con destino en Pamplona desde el anterior mes de marzo.
104
José Martí Soro, ob. cit., p. 262.
105
José Martí Soro, ob. cit., p. 386.
106
José Martí Soro, ob. cit., p. 360.
107
Con Ricardo Baeza y Duran y su hijo Fernando Baeza Martos coincidiría más tarde Mariano Gómez en el
exilio argentino. En la extensa carta de Mariano Gómez a Ricardo Baeza, fechada el 1º de mayo de 1925,
invitándole a impartir una conferencia sobre las impresiones de Antonio Ponz de su viaje a Mallorca, se
expresa en los términos siguientes:
“Muy distinguido Sr. mío: Coincidiendo con las fiestas que tendrán lugar en esta Ciudad el presente mes de
Mayo, este Ateneo se propone celebrar una semana o ciclo de actos culturales conmemorativos de Antonio
Ponz y de su obra, en especial la titulada “Viajes por España”, con motivo de cumplirse este año el II
Centenario de tan insigne Valenciano.
Nos ha parecido apropiado para honrar la memoria de Ponz una serie de actos de diversa naturaleza, pero
todos dirigidos a excitar la curiosidad y el amor por las mismas cosas a que consagró Ponz su vida y su
talento. Este común propósito puede dar unidad a un programa de conjunto en el que figurarán: una
Exposición de paisajes de nuestra Huerta y de la costa alicantina, que inauguraremos el día 11 de los
corrientes en este Ateneo y algunos conciertos de música popular y conferencias que tendrán lugar en días
sucesivos hasta el 20 de mayo ...” (Archivo personal de Ricardo Baeza y Durán).
35
Al mes siguiente, con ocasión de que el Presidente del Ateneo no permitiera que se
pusiera en marcha la firma entre los camareros del Ateneo, de un documento de adhesión
al gobierno, por entenderlo contrario al Reglamento de la institución, el Gobernador de la
Provincia de Valencia, Juan García Trejo108, impuso una sanción de 500 pesetas a Mariano
Gómez mediante resolución de 19 de junio de 1925. Iniciada una suscripción popular para
el pago de la sanción que, al mismo tiempo fue recurrida, se revocó la misma el 26 de
septiembre del mismo año109.
Como colofón al segundo mandato al frente del Ateneo Mercantil, justo al término
de las restricciones gubernativas correspondientes, la noche del 15 de noviembre de 1925,
reanudaba la Radio de Valencia sus emisiones, con un discurso del catedrático y Presidente
del Ateneo Mercantil Mariano Gómez111.
Pero en Junta General Ordinaria del domingo 23 de enero de 1927, es elegido por
cuarta vez consecutiva como Presidente del Ateneo y, haciendo grandes equilibrios en el
seno interno de la institución, logró que la vida ateneísta continuase con una importante
participación de sus socios.
La Semana Gráfica de Valencia, dedicó en su número de 14 de mayo de 1927, La
figura de la semana a Don Mariano Gómez, con un gran retrato suyo en la portada y un
texto que resaltaba los vínculos y el compromiso por él adquiridos con la comunidad
108
Juan García Trejo fue Gobernador Civil de la provincia de Valencia del 10 de febrero de 1924 al 19 de
diciembre de 1925 y le sucedió en el cargo José Álvarez Rodríguez desde el 20 de diciembre de 1925 hasta el
30 de diciembre de 1927.
109
José Martí Soro, ob. cit., p. 398.
110
José Martí Soro, ob. cit., p. 399.
111
La Vanguardia, domingo 15 de noviembre de 1925, p. 23.
112
Sobre el problema del mencionado concurso ver José Martín Soro, ob. cit., Capítulo Cuarto, pp. 126-155.
113
José Martí Soro, ob. cit., pp. 49 y 50.
114
José Martí Soro, ob. cit., p. 399.
36
valenciana115. Dos números después, la misma publicación daba cuenta del homenaje que
se le rindió en la Lonja de la Seda de Valencia, con una asistencia masiva de socios y
amigos116.
La quinta elección como Presidente del Ateneo, tuvo lugar en la Junta General
Ordinaria celebrada el jueves 26 de enero de 1928 y, entre las muchas actividades
desarrolladas, figuraron las conferencias impartidas por significativos políticos
republicanos117. Así, en el mes de marzo conferenció Miguel Maura Gamazo -más tarde
Ministro de la Gobernación en el Gobierno Provisional de la República en 1931- y, el
siguiente mes de abril, disertaron Álvaro de Albornoz Liminiana -que fuera el primer
Presidente del Tribunal de Garantías Constitucionales y, después de la guerra, Presidente
del gobierno republicano en el exilio hasta 1951-, así como, Blas Vives, del Partido de la
Derecha Liberal Republicana.
115
La Semana Gráfica, Revista Ilustrada de la Región de Levante, Valencia, número 44, año III, 14 de mayo
de 1927.
116
La Semana Gráfica, Revista Ilustrada de la Región de Levante, Valencia, número 46, año III, 28 de mayo
de 1927.
117
José Martí Soro, ob. cit., p. 262.
118
Heráclio Hernández Malillos fue nombrado Gobernador Civil de la provincia de Madrid, proveniente de
igual cargo en la de Valladolid, por el general Primo de Rivera y Orbaneja, mediante Real Decreto nº 305, de
24 de enero de 1929 (Gaceta de Madrid, 26 de enero de 1929, nº 26, p. 786) y, posteriormente, presentó su
dimisión al término de la dictadura, que le fue admitida por el general Dámaso Berenguer Fusté el 12 de
febrero de 1930, como se hizo en ese mismo día con el conjunto de Gobernadores Civiles de España, y se
formalizó mediante Real Decreto nº 468, de 12 de febrero de 1930 (Gaceta de Madrid, 16 de febrero de
1930, nº 47, p. 1207).
El mismo día el 16 de febrero de 1930, publicaba la Gaceta de Madrid el Real Decreto-Ley, firmado por el
general Dámaso Berenguer Fusté, que se disolvía la fracasada Asamblea Nacional, artificiosamente creada
por el dictador Primo de Rivera mediante Real Decreto-Ley de 12 de septiembre de 1927.
Heráclio Hernández Malillos sucedía en la cargo de Gobernador Civil de la provincia de Valencia a Cristino
Bermúdez de Castro, nombrado el 1 de enero de 1928 y cesado por dimisión por el general Primo de Rivera y
Orbaneja mediante Real Decreto de 24 de enero de enero de 1929 (Gaceta de Madrid, 26 de enero de 1929,
nº 26, p. 786).
El 15 de febrero de 1930, el general Dámaso Berenguer Fusté, Presidente del Consejo de Ministros, nombró
nuevo Gobernador Civil de Valencia a Luis Amado y Reygondaud de Villebardet (Gaceta de Madrid, 16 de
febrero de 1930, nº 47, p. 1210.
119
La Vanguardia, jueves 4 de abril de 1929, p. 21.
120
Gaceta de Madrid, 3 de abril de 1929, nº 93, pp. 50 y 51.
37
encaja en el espíritu y letra del Real decreto de 3 de enero último, que en su artículo
1º, párrafo segundo, faculta al Gobierno para imponer esta clase de sanciones,
121
José Martí Soro, ob. cit., pp. 375 y 483.
122
Luis Amado y Reygondaud de Villebardet: nombrado Gobernador Civil de la provincia de Valencia por el
general Dámaso Berenguer Fusté, mediante Real Decreto nº 513, de 15 de febrero de 1930 (Gaceta de
Madrid, 16 de febrero de 1930, nº 47, p. 1210)
123
Sobre la vuelta a la Presidencia del Ateneo de Mariano Gómez, después de sus destitución arbitraria, ver
José Martí Soro, ob. cit., p. 483 y La Vanguardia, jueves 20 de febrero de 1920, p. 24.
124
La Semana gráfica, Valencia, 8 de marzo de 1930, nº 191, Año VI.
125
Ricardo Samper Ibáñez, licenciado en Derecho, funcionario de la Diputación provincial de Valencia,
concejal del Ayuntamiento de Valencia en 1911 y 1920, Alcalde de Valencia de 1920 a 1923. Vinculado al
Partido Republicano Radical de Alejandro Lerroux García, en cuyos gobiernos fue Ministro de Trabajo el 12
de septiembre de 1933 e Industria y Comercio y Ministro de Industria y Comercio el 17 de diciembre del
mismo año y, de nuevo desempeño la cartera de Estado, 4 de octubre de 1934. Nombrado Presidente del
Consejo e Ministros del 28 de abril al 4 de octubre de 1934. Fue elegido diputado a Cortes por la Unión
38
que llevaba en su candidatura como Secretario General a Isidro Escandell Úbeda126. La
candidatura de Samper obtuvo 1.286 votos y, con poca diferencia, la de Mariano Gómez
obtendría 1.153 votos127.
En fin, importa reiterar una vez más, que esa actividad cultural y política
desarrollada en su larga etapa del Ateneo, tampoco le restó esfuerzos en su labor
respetuosamente crítica hacia el catolicismo oficial y los sectores conservadores que le
representaban, para entonces muy fragmentados128. En este sentido, no es de extrañar que
mantuviera contactos con el Centro Escolar y Mercantil de Valencia129. En igual sentido,
en la Universidad, nunca dejó de tratar con profesores que luego prestaron grandes
servicios a los sublevados contra la República, como Pedro Laín Entralgo130, Francisco
Marco Merenciano131 o Juan José López Ibor132, los tres alumnos del Colegio Mayor del
Beato Juan de Ribera en Valencia, en el que también fueron escolares Vicente Benlloch
Montesinos, Rafael Calvo Serer y José Corts Grau133.
39
conocieron como consecuencia de sus respectivas coincidencias en lo que a la opción
republicana se refiere, durante la dictadura de Primo de Rivera sustentada por Alfonso
XIII, y establecieron unas cordiales relaciones políticas e incluso personales.
Pocos meses después, tuvieron lugar en Madrid las reuniones de los días 5 y 7 de
julio, que condujeron a la creación del partido Derecha Liberal Republicana (DLR)136 y,
posteriormente, el día 14 la difusión a la opinión pública de la Carta Circular de la
Derecha Liberal Republicana. La Carta Circular compendiaba los fines del partido creado
días antes y la firmaban Niceto Alcalá-Zamora y Torres, Miguel Maura Gamazo, Luis
Recaséns Siches, Rafael Sánchez Guerra, Luis Casuso, José Centeno, Manuel Ossorio y
Florit, Miguel Pastor, Vicente Sales Musoles, Mariano Gómez, Rafael Delgado y Manuel
García Rodrigo137.
Con la iniciativa de la DLR, como señala Ángel Alcalá Gálve, se convocaba “a los
españoles a constituir una fuerte agrupación que arrebatara a las fuerzas de izquierda el
protagonismo de una República que ya se perfilaba como inevitable y le ayudaran a
mantener en ella el principio de libertad dentro del orden, consustancial a la mentalidad
centrista moderadamente conservadora”138.
134
Niceto Alcalá Zamora fue Ministro de Fomento, del 3 de noviembre de 1917 al 22 de marzo de 1918, y
Ministro de la Guerra, del 7 de diciembre de 1922 al 26 de mayo de 1923.
135
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de valencia (Historia de dos días), p. 11.
136
Sobre el partido Derecha Liberal Republicana, su cambio de denominación por la de Partido Republicano
Progresista y la posterior escisión que crea el Partido Republicano Conservador, en el amplio espectro de la
organización de las fuerzas republicanas en ese momento y durante toda la II República, existe una muy
amplia bibliografía entre la que resulta de particular interés a este respecto: Niceto Alcalá-Zamora y Torres,
Memorias, Cap. VIII. A favor de la República: el pacto de San Sebastián, pp. 152-159; Julio Gil
Pecharromán, Niceto Alcalá-Zamora. Un liberal en la encrucijada, en especial pp. 172-191; Luis Iñigo
Fernández, “El Partido Republicano Liberal Demócrata, 1931-1936. Aspectos ideológicos y programáticos”,
pp. 141-177, “El republicanismo conservador en la España de los años treinta”, pp. 281-296, y “La Derecha
liberal Republicana: un modelo de organización de un partido republicano conservador durante la Segunda
República española”, pp. 133-178, “La derecha liberal en la Segunda República española, UNED, Madrid,
2000; Juan Avilés Farré, “La derecha republicana: 1930-1936”, pp. 77-117; Ángel Alcalá Gálve, Alcalá-
Zamora y la agonía de la República; y Eduardo Guzmán, 1930. Historia política de un año decisivo, p. 313.
137
Sobre la creación del partido Derecha Liberal Republicana ver el interesante trabajo de Juan Avilés Farré,
“La derecha republicana: 1930-1936”, pp. 79-81.
138
Ángel Alcalá Gálve, Alcalá-Zamora y la agonía de la República, p. 249.
40
La crisis de la Monarquía se precipitaba, los acontecimiento políticos sobrepasaban
al gobierno del General Berenguer, a pesar de sus inútiles esfuerzos por enmendar la
situación. Niceto Alcalá-Zamora y Miguel Maura, propician la celebración del Pacto de
San Sebastian, que tuvo lugar en dicha ciudad el 17 de agosto de 1930139 y cuyos firmantes
constituyeron el Comité revolucionario, que al año siguiente formaría el Gobierno
provisional de la II República, presidido por Niceto Alcalá-Zamora. El gran impulsor del
Pacto en la región valenciana, fue Mariano Gómez y sus correligionarios.
Pero la existencia del partido DLR iba a ser efímera. En enero de 1931, pasó a
denominarse Partido Republicano Progresista (PRP), nombre al que siempre se opuso con
tenacidad Miguel Maura y que prefirió Alcalá-Zamora, el cual “alegaba para ello que
exigiendo la consolidación de la República adhesiones de fuerzas más a nuestra derecha y
por nosotros no asimilables, deberíamos dejarle tal campo libre, sin acotarlo ni
apropiárnoslo”140
139
Texto del documento firmado en el conocido como Pacto de San Sebastián de 17 de agosto de 1930:
“En el domicilio social de Unión Republicana y bajo la presidencia de D. Fernando Sansisin, se reunieron
esta tarde don Alejandro Lerroux y don Manuel Azaña, por la Alianza Republicana; don Marcelino
Domingo, don Álvaro de Albornoz y don Ángel Galarza, por el partido republicano radical socialista; don
Niceto Alcalá Zamora y don Miguel Maura, por la derecha liberal republicana; don Manuel Carrasco
Formiguera, por la Acción Catalana; don Matías Mallol Bosch, por la Acción Republicana de Cataluña; don
Jaime Ayguadé, por el Estat Catalá, y don Santiago Casares Quiroga, por la Federación Republicana Gallega,
entidades que, juntamente con el partido federal español -el cual, en espera de acuerdos de su próximo
Congreso, no puede enviar ninguna delegación-, integran la totalidad de los elementos republicanos del país.
A esta reunión asistieron también, invitados con carácter personal, don Felipe Sánchez Román, don Eduardo
Ortega y Gasset y don Indalecio Prieto, no habiendo podido concurrir don Gregorio Marañón, ausente en
Francia, y de quien se leyó una entusiástica carta de adhesión en respuesta a la indicación que con el mismo
carácter se le hizo.
Examinada la actual situación política, todos los representantes concurrentes llegaron en la exposición de sus
peculiares puntos de vista a una perfecta coincidencia, la cual quedó inequívocamente confirmada en la
unanimidad con que se tomaron las diversas resoluciones adoptadas.
La misma absoluta unanimidad hubo al apreciar la conveniencia de gestionar rápidamente y con ahínco la
adhesión de las demás organizaciones políticas y obreras que en el acto previo de hoy no estuvieron
representadas para la finalidad concreta de sumar su poderoso auxilio a la acción que sin desmayos pretenden
emprender conjuntamente las fuerzas adversas al actual régimen político”.
140
Niceto Alcalá-Zamora, Memorias, p. 159.
141
Real Decreto nº 687 de 18 de febrero, Gaceta de Madrid, 19 de febrero de 1931, nº 50, p. 971.
142
Real Decreto nº 688 de 18 de febrero, Gaceta de Madrid, 19 de febrero de 1931, nº 50, p. 971.
41
El deterioro de la Monarquía y su propia autodestrucción habían adquirido un ritmo
imparable. Las elecciones municipales del domingo 12 de abril de 1931 se convirtieron en
un auténtico plebiscito Monarquía/República, en el que las candidaturas republicanas
ganaron por abrumadora mayoría, en cuarenta y una capitales de provincia. Pero el número
total de concejales monárquicos en toda España fue muy superior, debido a la caciquil
legislación electoral, cuya reforma se exigía desde hacía tiempo143. Según esta, en los
pueblos –donde más estaba presente el caciquismo, de forma singular en las zonas
agrícolas y más depauperadas-, el número de concejales que salían elegidos era
proporcional y comparativamente más elevado que en las ciudades. Ese resultado electoral,
convertido en la práctica en un plebiscito, con resultado claramente desfavorable a la
Monarquía, condujo a Alfonso XIII y a su Gobierno, a abandonar su empeño de
mantenerse en el poder. La II República se implantó el siguiente martes 14 de abril.
En las elecciones municipales, fue el candidato más votado del Distrito Centro de
Valencia por la candidatura Alianza de Izquierdas Antidinásticas en la que también
figuraban el periodista Sigfrido Blasco Blasco y el obrero Julio Saborit Belenguer. Este
último fue el segundo más votado en el referido Distrito Centro, y de ahí que el 16 de abril
fuera nombrado Primer Teniente Alcalde de Valencia. Si no hubiera sido por su posterior
elección como Rector de la Universidad, habría desempeñado el cargo de Primer Teniente
Alcalde en el Ayuntamiento. La II República se había proclamado el día 14.
Los rápidos cambios políticos que iban a tener lugar desde ese 14 de abril,
conducirían a la progresiva desintegración del partido republicano de Alcalá-Zamora.
Como señala Juan Avilés Farré, “el 20 de mayo [1931] Alcalá-Zamora declaraba que,
autorizados por Alba, se habían adherido a D.L.R. Chapaprieta y la casi totalidad de la
Izquierda Liberal. A finales de mes se nombraba un Comité Nacional Compuesto por
Joaquín Chapaprieta, Mariano Gómez, Julio Ramón Laca, Blas Vives, Manuel Maura y
Salas, Manuel Gil Cámara, Emilio Herrero, Manuel Pardo, Luis Casuso, Rafael Delgado
Benítez y Mariano Casal”144. En las elecciones generales celebradas el 28 de junio de 1931
la DLR solamente obtuvo 22 escaños de los 470. Ante este fracaso electoral Chapaprieta
abandonó el partido y “esta retirada ocasionó la dimisión del Comité Nacional, asumiendo
la dirección del partido la minoría parlamentaria”145.
42
mi elevación a la jefatura del Estado facilitó discordias, dispersiones y cambios vacilantes
en la dirección”146.
146
Niceto Alcalá-Zamora, Memorias, p. 159.
147
El resultado de la votación en el Congreso de los Diputados fue el siguiente: 238 votos a favor de la
propuesta de cese de un total de 417 diputados, pasando a desempeñar la Presidencia interina de la República
Diego Martínez Barrio, Presidente de las Cortes, en cumplimiento del artículo 74 de la Constitución (Gaceta
de Madrid, 8 de abril de 1936, nº 99, p. 227). La Presidencia de la Republica la desempeñó Niceto Alcalá-
Zamora desde el 10 de diciembre de 1931.
43
……
Entramos en las Casas Consistoriales. Tomamos posesión del
Ayuntamiento. Allí estaban el alcalde y los concejales de la situación anterior y la
mayor parte de los funcionarios municipales. No hubo el menor incidente.
……
De las Casas Consistoriales fuimos a la Diputación Provincial y al Gobierno
Civil, donde se repitió la escena del Ayuntamiento.
……
Advertimos desde nuestra entrada en Capitanía general que allí estaba “la
piedra puesta en el camino” … y allí fue preciso afrontar un conflicto latente muy
delicado.
……
Desempeñaba el cargo el general Pin, quien nos recibió inmediatamente
……
el general se metió en su despacho. El público continuaba en la plaza
aumentando sin cesar. Mis compañeros salieron para otros menesteres urgentes
hacia las Casas Consistoriales. Y quien da este testimonio, esclavo de la palabra
empeñada, se brindó a permanecer en Capitanía, recibiendo de aquellos el honor de
continuar allí hasta que fuese izada la bandera republicana.
……
En el despacho del general estaban haciéndose unas listas de detenciones, a
cuya cabeza figurábamos los delegados republicanos. Y, claro está, las “buenas
personas” por delante: que tal es su privilegio en estos casos.
44
- Mi general: el señor ministro de la Guerra le llama con urgencia al
teléfono.
……
Pocos minutos después salió de la cabina el general Pin, pálido como la cera
por la emoción, y dirigiéndose a mí, en presencia de los que allí estábamos, dijo:
- Con mucho gusto. ¿Me autoriza usted para que anuncie en su nombre que
mañana miércoles a las cuatro de la tarde desfilarán por delante de las Casas
Consistoriales todas las fuerzas de la guarnición, excepto la guardia civil, llevando
estandartes y banderas republicanas y entonando la Marsellesa las bandas de los
regimientos?
- Me parece muy bien. Pero ¿por qué sin la guardia civil y tocando la
Marsellesa y no el Himno de Riego?
- Conforme.
148
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp. 30-47.
45
Valencia, en el marco del golpe de estado dado por jefes y oficiales de diferente
graduación la tarde del día 23. En 1981 los militares se vieron obligados a desistir del
golpe de estado el 24 de febrero, al no ver cumplidos sus acuerdos y secundados sus
propósitos, por otros compañeros de armas en las diferentes capitanías generales.
El otro peculiar acuerdo de que el desfile militar del día 15 se hiciese tocando la
Marsellesa y no el himno de Riego, que todavía no había sido declarado himno oficial de la
República, -propuesta efectuada por Mariano Gómez y aceptada por el General Pin-, tenía
su fundamento en acertado criterio establecido por la Junta Provisional Republicana:
“En Valencia se creyó discreto optar con preferencia por La Marsellesa los
días 14 y 15 de Abril. Tenía esta la ventaja de ser música de inefables resonancias
en el alma de los republicanos. Circunstancialmente presentaba también otra
ventaja: la de ser para la mayoría de los españoles música sin letra. Nos inquietaban
algunas estrofas del Himno de Riego. Aquello de
149
Documento por el que Alfonso XIII comunica que abandona el país y suspende el ejercicio del poder real:
“Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo el amor de mi pueblo. Mi
conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuraré siempre servir a España, puesto al
único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas. Un Rey puede equivocarse y sin duda
erré yo alguna vez, pero sé bien que nuestra Patria se mostró siempre generosa ante las culpas sin malicia.
Soy el Rey de todos los españoles y también un español. Hallaría medios sobrados para mantener mis regias
prerrogativas en eficaz forcejeo contra los que las combaten; pero resueltamente quiero apartarme de cuanto
sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil.
No renuncio a ninguno de mis derechos, porque más que míos son depósitos acumulados por la Historia
de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa. Espero conocer la auténtica expresión de la
conciencia colectiva. Mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real
reconociéndola como única señora de sus destinos.
También quiero cumplir ahora el deber que me dicta el amor a la Patria. Pido a Dios que también como
yo lo sientan y lo cumplan todos los españoles. Alfonso. Rey”.
150
Sobre este incidente ver Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp.
73-75.
151
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp. 66 y 67.
46
implantación de la República en Valencia se desarrollasen con total normalidad, sin
manifestación alguna de violencia y con un aire festivo popular sin precedentes.
47
La Junta Provisional Republicana: Sigfrido Blasco Ibáñez, Mariano Gómez,
Vicente Marco Miranda, Ricardo Samper, Faustino Valentín, Juan Bort, Fernando
Valera, Julio Just, Pedro Vargas, Francisco Sanchis y Juan Pascual Leone” 152.
Entre las múltiples medidas de todo orden que tuvo que adoptar el Gobierno
provisional de la República a partir de ese 14 de abril para que el Estado volviese a
recuperar su actividad, como era lógico, se procedió al cese y nuevos nombramientos de
mandos militares. Así, el día 15 se cesaba a los Capitanes Generales de las cinco regiones
militares, los Tenientes Generales Federico Berenguer Fusté (1ª región); Leopoldo de Saro
Marín, Conde de Playa de Ixdain (2ª región); Eladio Pin Ruano (3ª región); Ignacio
Despujol y Sabater (4ª región); y Jorge Fernández de Heredia y Adalid (5ª región).
Al Teniente General Pin, con el que mantuviera esa tensa situación que condujo a
izar la bandera republicana en el balcón del Gobierno Militar de Valencia la noche del día
4, le sustituyó el General José Riquelme y López-Bago, gran defensor de la legalidad
republicana hasta el término de la guerra153. Y también, paradojas de la historia, era
nombrado Capitán General de la segunda región militar, el General de división Miguel
Cabanellas Ferrer, que en 1936 presidió la Junta de Defensa Nacional constituida en
Burgos.
152
El Pueblo. Diario republicano de Valencia, Fundador Vicente BLASCO IBÁÑEZ, AÑO XXXVIII,
NÚM. 18397, miércoles 15 de abril de 1931, portada.
153
El General José Riquelme y López-Bago era Capitán General de la primera región (Madrid) cuando se
produjo el golpe militar del 18 de julio de 1936, fue Jefe del Ejército del Centro al comienzo de la guerra,
destacó por su labor en Extremadura para frenar a los sublevados en noviembre de 1936 y participó
activamente en la defensa de Cataluña. En 1987 fue rehabilitado, a título póstumo, en el empleo de Teniente
General.
48
6. Elegido Rector de la Universidad de Valencia.
49
momento les importaba más el porvenir que el pasado. Querían una Universidad
floreciente, asentada en la libertad del espíritu, puesta fervorosamente al servicio de
la cultura. Abrieron las puertas de la F.U.E. a todos los estudiantes, sin distinciones
políticas o religiosas. Se comprometieron a velar por la paz escolar.
157
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp. 80 y 81.
158
“Por orden del Catedrático Dr. D. Mariano Gómez, comisionado por el Excmo. Sr. Ministro de
Instrucción pública para proceder a la normalización de la vida académica en los centros docentes de
Valencia y adoptar al efecto las iniciativas y resoluciones pertinentes a cada caso, ruego a V.S.-
cumplimentando lo acordado por la Junta provisional de Profesores y Alumnos constituida bajo su
presidencia- que se sirva asistir al Claustro ordinario que se celebrará mañana sábado a las once en punto de
la mañana para proceder, en unión de la expresada Junta, a la elección de los cargos de Rector y Vicerrector
de esta Universidad, permitiéndome invocar su probado amor a la enseñanza para encarecerle la necesidad de
que asista a tan importante Claustro, que se celebrará, sin número en segunda convocatoria a las once y
media de la mañana del mismo día en el caso de no poder celebrarse en la primera señalada para las once.
Valencia 17 de Abril de 1931.
El Secretario General,” (Arxiu Històric Universitari, Universitat de València, caja 467, carpeta Elecciones a
Rector 1931).
159
“MADRID.
Subsecretario Instrucción pública.
URGENTE
Claustro universitario con asistencia totalidad Catedráticos, Auxiliares y representación estudiantes cuatro
Facultades dio satisfactoria resolución a delicadas cuestiones planteadas acordándose reanudar clases y
normalidad vida académica próximo lunes y eligiendo por unanimidad Rector a Catedrático que suscribe y
50
nombramiento del nuevo Rector de la Universidad, no se formalizó por el Gobierno hasta
el 4 de mayo160 y la Junta de Gobierno no se reunió hasta mediados del mes siguiente161.
Pasado el verano, se programó el acto de apertura del nuevo curso académico para
el día 12 de octubre, festividad de la virgen del Pilar, fecha en que se celebraba el día de la
raza y, al mismo tiempo, se hizo coincidir con la visita oficial a Valencia del Ministro de
Instrucción Pública y Bellas Artes Marcelino Domingo Sanjuan, al que se convocó para
asistir al acto universitario.
Vicerrector a Doctor Peset, Catedrático Medicina. Celebrada después en Paraninfo numerosa Asamblea
escolar fueron clamorosamente ratificados acuerdos Claustro, comprometiéndose estudiantes a ser
guardadores ofrecida normalidad. Sigo actuando en Facultades y demás centros docentes con igual criterio
democrático aplicado con éxito a Universidad. Seguiré informándole. Respetuosamente saludole.- Valencia
18 de Abril de 1931.- Mariano Gómez” (Arxiu Històric Universitari, Universitat de València, caja 467,
carpeta Elecciones a Rector 1931)
160
Decreto de 4 de mayo de 1931, Gaceta de Madrid, de 5 de mayo de 1931, nº 125, p. 539.
161
La junta de gobierno se reunió por primera vez el 17 de junio, constituida por los nombrados, mas siete
catedráticos suplentes: Pericot, Cámara, Martín Lagos, Castell, Contreras, Barcia Goyanes y Orúe, mas un
representante de los alumnos de la F.U.E. por cada facultad (María Fernando Mancebo Alonso, “El primer
rectorado republicano en la Universitat de València: Mariano Gómez González”, p. 178 y La Universidad de
Valencia. De la Monarquía a la República (1919-1939), p. 119).
162
Ver a este respecto y en general sobre el rectorado de Mariano Gómez: María Fernanda Mancebo Alonso,
“El primer rectorado republicano en la Universitat de València: Mariano Gómez González”, pp. 176-178, La
Universidad de Valencia. De la Monarquía a la República (1919-1939), pp. 118-119, y, Mariano Peset Reig,
“Breve semblanza de los Rectores de la Universidad de València”, pp. 160-171.
163
María Fernanda Mancebo Alonso, “El primer rectorado republicano en la Universitat de València:
Mariano Gómez González”, p. 180 y La Universidad de Valencia. De la Monarquía a la República (1919-
1939), p. 121.
51
Biblioteca Provincial y se ofreció al Ministro un banquete en el céntrico y tradicional hotel
Reina Victoria164.
Con la perspectiva histórica de nuestros días, el incidente del acto de apertura del
curso académico el 12 de octubre de 1931, en el Paraninfo de la Universidad de Valencia,
era algo más que una paradoja o premonición de ese otro incidente, del 12 de octubre de
1936, en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca. En esta otra ocasión, el general José
Millán-Astray y Terreros, espetó ante el Rector Miguel de Unamuno y Jugo ese “¡Muera la
inteligencia”, que fue precisado a continuación por José María Pemán y Pemartín con un
“¡No, viva la inteligencia! ¡mueran los malos intelectuales!”. Días después, el General
Francisco Franco cesaba a Unamuno en el rectorado de la Universidad de Salamanca165 y
quedaba arrestado en su domicilio, donde falleció el 31 de diciembre de ese nefasto 1936.
Durante los doce meses que desempeñó el rectorado, pudo consolidar los objetivos
universitarios que se había marcado desde que accedió a la Cátedra en la Universidad de
Valencia en 1915: la participación de los estudiantes en la gestión, los seminarios de
investigación y el debate científico, las relaciones intencionales, la mejora de todos los
centros e infraestructuras, el mantenimiento de la autonomía de las residencia de
164
Sobre la crónica del acto de apertura del curso académico véase la prensa valenciana de siguiente martes
día 13 de octubre, en especial El Mercantil Valenciano y los trabajos antes mencionados de María Fernanda
Mancebo Alonso, María Fernanda Mancebo Alonso, en los que se efectúa una crónica muy detallada del
mismo, “El primer rectorado republicano en la Universitat de València: Mariano Gómez González”, p. 179-
182, y, La Universidad de Valencia. De la Monarquía a la República (1919-1939), p. 120-123.
165
Decreto nº 36, dado en Salamanca el 22 de octubre de 1936, Boletín Oficial del Estado nº 14, Burgos, 28
de octubre de 1936.
166
Mariano Peset Reig, “Breve semblanza de los Rectores de la Universidad de València”, p. 168. Ver sobre
el mismo tema, Mariano Peset Reig y María Fernanda Mancebo Alonso, “Exilio y depuraciones”, p. 251, pp.
249-257.
52
estudiantes respecto a las tradicionales influencias de la Iglesia Católica, el acercamiento a
los sectores populares valencianos y las actividades deportivas.
Por la particular atención que prestó como Rector a las relaciones con las
universidades y cultura francófona, se le concedió la dignidad de Officier de la Légion
d’Honneur, reconocimiento que se añadía al de Chevalier d’Instruction Publique que
anteriormente se le había concedido por el Presidente de la Republica francesa en 1910.
167
Gaceta de Madrid, 24 de abril de 1931, nº 114, p. 295
168
Los Decretos de nombramiento se publicaron en la Gaceta de Madrid del 24 de abril de 1931, nº 114, pp.
295 y 296 y se les fijaba un sueldo anual de 25.000 pesetas.
169
Archivo y Biblioteca del Consejo de Estado, expediente personal de Mariano Gómez González.
170
Orden Ministerial del departamento de Instrucción Pública y Bellas Artes del miércoles 24 de junio de
1931 (Arxiu Històric Universitari, Universitat de València, Caja 1365/5 BIS, Mariano Gómez González,
Hoja de Servicios).
171
Arxiu Històric Universitari, Universitat de València, Caja 1365/5 BIS, Mariano Gómez González.
53
clases prácticas Francisco Ramón Rodríguez-Roda”172. Por aquel entonces era Decano de
la Facultad de Derecho José Castán Tobeñas.
Tuvo simultanear el rectorado con sus trabajos en el Consejo de Estado, a cuya sede
en Madrid, en el Palacio de los Consejos, al final de la calle Mayor, junto a palacio, acudía
todas las semanas desde Valencia. Su frenética actividad profesional y política, no es
superior a la que vive el país. Su aguante físico sólo encuentra justificación en el
entusiasmo y capacidad de entrega a las demandas sociales, en las que encuentra los
fundamentos de la modernización de España en que siempre creyó. Queda claro que, si no
hubiera sido por el apoyo que siempre le prestó el Vicerrector Juan Bautista Peset
Aleixandre, hubiera tenido que renunciar a algunos de los dos cargos.
172
Arxiu Històric Universitari, Universitat de València, Caja 1365/5 BIS, Mariano Gómez González.
54
III. PRESIDENTE DE LA SALA MILITAR DEL TRIBUNAL SUPREMO Y
COMIENZO DE LA GUERRA (1932-1936).
Pero como era lógico, con respeto a esas bases normativas, los cambios políticos
generales del país también afectarían a jueces, magistrados y tribunales. Y para la
renovación de magistrados en el Tribunal Supremo, el Gobierno disponía, como siempre,
del cuarto turno, lo mismo que el conjunto de miembros de la carrera judicial, nunca ha
sido muy propicio a la selección de magistrados por el denominado cuarto turno.
173
Gaceta de Madrid, 7 de mayo de 1931, nº 127, p. 578.
174
Decreto de 15 de abril de 1931, Gaceta de Madrid de 16 de abril de 1931, nº 106, p. 199). El artículo
único de este Decreto del Gobierno provisional de la República disponía: “Interin no se fijen por Ley votada
en Cortes requisitos de aptitud para los cargos de Gobernadores civiles, Directores generales, Subsecretarios
y los demás de categoría inferior o superior en el orden civil o judicial, serán todos ellos de libre
nombramiento del Gobierno, bajo la responsabilidad del mismo”.
175
Artículo 96 de la Constitución de 9 de diciembre de 1931:
“El presidente del Tribunal Supremo será designado por el Jefe del estado, a propuesta de una Asamblea
constituida en la forma que determine la ley.
El cargo de presidente del Tribunal Supremo sólo requerirá: ser español, mayor de cuarenta años y licenciado
en Derecho.
Le comprenderán las incapacidades e incompatibilidades establecidas para los demás funcionarios judiciales.
El ejercicio de su magistratura durará diez años”.
176
Ley relativa al nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo de 8 de octubre de 1932 (Gaceta de
Madrid, 18 de octubre de 1932, nº 292, pp. 394 y 395).
177
Gaceta de Madrid, 20 de junio de 1933, nº 171, p. 2104
178
Gaceta de Madrid, 13 de julio de 1933, nº 194, p. 283.
55
Algo parecido ha ocurrido siempre en la historia de España en cuanto a la
participación ciudadana en la administración de justicia, conocida como jurado o justicia
popular179 en la justicia penal. Institución bien asentada en el derecho anglosajón, en
España tiene su precedente para la justicia penal, en la Constitución de 1812, aunque en
ese periodo no llegó a materializarse. Desde entonces, surge en los periodos liberales y
desaparece en las etapas conservadoras. Así, la Constitución de 1931, en su artículo 103,
dispuso que “el pueblo participará en la Administración de Justicia mediante la institución
del Jurado, cuya organización y funcionamiento serán objeto de una ley especial”, y,
posteriormente, en la Constitución de 1978, el artículo 125 dispone, que los ciudadanos
podrán “participar en la Administración de Justicia mediante la institución del Jurado, en la
forma y con respecto a aquellos procesos penales que la ley determine, así como en los
Tribunales consuetudinarios y tradicionales”. No obstante, el recelo al jurado siempre ha
estado presente, más en los medios judiciales pero también en la población en general, en
especial entre los sectores conservadores.
Cuando se había habituado a esa doble tarea del rectorado en Valencia y el Consejo
de Estado en Madrid, en marzo de 1932 se le planteaba al Gobierno de Azaña el
nombramiento de algunos magistrados para el Tribunal Supremo, por fallecimiento de
alguno y jubilación de otros. En nuestro caso, el Gobierno decide, con el beneplácito de
Alcalá-Zamora, Presidente de la República, acudir al Rector de Valencia para proponerle
su nombramiento en la vacante dejada por la jubilación de Luis Ibargüen Pérez-Seoane180.
179
Existen, básicamete, tres modalidades de jurado: el Jurado compuesto solamente por ciudadanos no
juristas, jueces de hecho, sobre cuyo veredicto los jueces de derecho aplican las normas; el jurado mixto,
compuesto por ciudadanos y que, una vez dictado su veredicto, dictan el fallo conjuntamente con los jueces
de derecho; y el denominado escabinato, en el que ciudadanos no juristas y jueces, actúan conjuntamente en
el establecimiento de los hechos y el fallo.
180
Luis Ibargüen Pérez-Seoane: Magistrado que de la Audiencia Provincial de Ciudad Real fue trasladado a
la de Huelva en 1909, y de esta a la de Pamplona en 1910. En 1925 fue designado por el Ministerio de Gracia
y Justicia representante del Ministerio como Vocal en la Junta Consultiva e Inspectora de la Obra Pía de
Jerusalén. Magistrado del Tribunal Supremo de 1923 a 1932, año en que se jubila.
181
Gaceta de Madrid, 24 de marzo de 1932, nº 84, p. 2071.
182
AHN, FC-Mº de Justicia, Jueces, leg. 912, expte. 13043.
183
Mariano Gómez cesó como Consejero Permanente de Estado el 30 de marzo de 1932 y, ese mismo día, el
Consejo “acordó por unanimidad, se hiciera constar en acta la felicitación a V.E. por su designación para el
cargo de Magistrado del Tribunal Supremo, así como también el sentimiento del Consejo por verse privado
de la valiosa cooperación de persona de tantos méritos y que tan relevantes servicios había venido prestando”
(Oficio dirigido por el Secretario General del Consejo de Estado, de 11 de abril de 1932, a Mariano Gómez
González, Archivo y Biblioteca del Consejo de Estado, expediente personal de Mariano Gómez González).
184
Por Orden Ministerial de 27 de marzo, se ratificó la declaración de excedente en cuanto al servicio activo
de la enseñanza y cesó en el cargo de Rector el siguiente miércoles día 30 de marzo de 1932, el día anterior a
56
sustituyó el diplomático José Torroba Sacristán185 y, al acto de toma de posesión del nuevo
Consejero, asistieron el Presidente de la República y el Presidente del Consejo de
Ministros, quienes elogiaron a los Consejeros saliente y entrante. En la Universidad,
asumió el rectorado quien hasta entonces había sido su Vicerrector, Juan Bautista Peset
Aleixandre, Catedrático de Medicina, quien desempeñó el cargo en funciones hasta que fue
elegido Rector el siguiente mes de mayo186. La Junta de Gobierno de la Universidad de
Valencia, en su sesión de 9 de abril de 1932, adoptó, entre otros, el siguiente acuerdo:
“Reiterar a D. Mariano Gómez González su felicitación por el alto y merecido honor que le
ha dispensado el Gobierno de la República, expresarle su sentimiento porque las
circunstancias le obliguen a ausentarse de esta Universidad donde tan importante labor
venía desarrollando y que constase en acta un voto de gracias por el acierto y entusiasmo
con que ha llenado el cargo de Rector de esta Universidad tan a satisfacción de todos”187.
No había pasado un mes desde que estaban en Madrid, “la noche del 12 al 13 de
mayo de 1932, un voraz incendio destruyó el ala izquierda de la universidad y con este
motivo, se produjo una violenta polémica en la ciudad con evidentes implicaciones
políticas”, las llamas destruyeron “los laboratorios de química y el gabinete de física con
aparatos de valía procedentes de la antigua escuela de ingenieros industriales” y sólo “del
museo pudieron salvarse 50 o 60 ejemplares gracias a la abnegada conducta de estudiantes
y profesores”188. Todo parece indicar que el incendio fue fortuito y no provocado.
su toma de posesión como Magistrado del Tribunal Supremo en Madrid (Arxiu Históric Universitari,
Universitat de València, Caja 1365/5 BIS, Mariano Gómez González).
185
Decreto de 19 de septiembre de 1932, Gaceta de Madrid, domingo 25 de septiembre de 1932, nº 269, p.
2170.
186
Real Decreto de 13 de mayo de 1932, Gaceta de Madrid, 1 junio 1932, nº 153, p. 1604.
187
Oficio del Vicerrector a Mariano Gómez, de 12 de abril de 1932, Arxiu Hitòric Universitari, Universitat
de València, Caja 1365/5 BIS, Mariano Gómez González.
188
María Fernanda Mancebo, ob. cit., pp. 270-274.
189
María Fernanda Mancebo, ob. cit., p. 274.
190
Decreto de 28 de mayo de 1931, Gaceta de Madrid, 30 de mayo de 1931, nº 150, p. 1030
57
puso en marcha la iniciativa de proponer a Mariano Gómez. Por segunda vez el propio
interesado fue el primer sorprendido y nadie podía imaginar la trascendencia que tendría su
nombramiento en un futuro próximo.
El azar hizo que su nombramiento como Presidente de la Sala Sexta, tuviese lugar
en el primer aniversario de la proclamación de la República191 y tomó posesión el siguiente
día 30192, sin más protocolos que los que exigían la normativa, ante la propia Sala, un
número elevado de Magistrados del Tribunal presididos por Diego Medina. Por su parte, la
plaza que dejaba vacante fue ocupada por el Magistrado Carlos de Zumárraga y Egoscue,
Fiscal territorial que servía el cargo hasta entonces de Abogado fiscal del Tribunal
Supremo y meses después, a petición propia, pasó a la situación de excedencia voluntaria
como Catedrático de la Universidad de Valencia193.
58
consecuencia de la revolución de octubre de 1934 y, el caso de la sublevación del Cuartel
de la Montaña al día siguiente del golpe militar del 18 de julio de 1936.
2. Sanjurjo y los sublevados del 10 de agosto de 1932 ante la Sala 6ª del Supremo.
Fruto del malestar generado en el Ejército por las reformas llevadas a cabo desde
que se implantó la República, siendo Presidente de Gobierno y Ministro de Guerra Manuel
Azaña, y, también, consecuencia de posiciones ideológicas conservadoras acostumbradas
desde antiguo a la interferencia militar en los asuntos políticos, la amenaza y el temor a
intentonas golpista, con mayor o menor intensidad, estuvo permanentemente activa.
La mañana del 10 de agosto de 1932 tuvo lugar una sublevación militar, de forma
simultánea, en Madrid, Alcalá de Henares y Sevilla. En esta última ciudad se situaba el
cabecilla de la intentona, el Teniente General del Ejército y entonces Director General de
los Carabineros, José Sanjurjo Sacanell, fiel a la República desde sus comienzos, pero que
declaraba el estado de guerra mediante el siguiente bando militar:
"El excelentísimo señor general don José Sanjurjo y Sacanell, teniente general de
los Ejército, hago saber: Queda declarado el estado de guerra en toda la región
andaluza con las consecuencias que dicho estado lleva consigo. Como capitán
general de Andalucía, asumo el mando, concentrando en mi autoridad todos los
poderes. Así como Dios me permitió llevar el Ejército español a la victoria en los
campos africanos, ahorrando el derramamiento de sangre moza, confío en que
también hoy me será permitido con mi actitud llevar la tranquilidad a muchos
hogares humildes, y la paz a todos los espíritus. ¡Viva España única e inmortal!
Sevilla, 10 de agosto de 1932"
Nadie hubiera pensado que iba a presidir la Sala de Justicia que juzgaría por el
delito de rebelión a aquel amable, culto y buen profesional Sanjurjo que conoció en su
consejo de guerra celebrado en Zaragoza dictó sentencia imponiendo doce penas de muerte y los mismos
condenados también fueron juzgados por la jurisdicción ordinaria y por los mismos hechos y fueron
condenados a diez años de prisión. El recurso ante la Sala 6ª del Tribunal Supremo se vio el 10 de enero de
1935.
59
etapa de la Universidad de Zaragoza. La defensa del General la asumió el conocido
abogado y catedrático Francisco Bergamín García. Por las fechas de los acontecimientos y
las vacaciones de verano, Mariano Gómez ejercía circunstancialmente de Presidente
suplente del Tribunal Supremo, ante la ausencia de su titular Diego Medina. Junto con
otros Magistrados de la Sala Sexta hacía gestiones a todos los niveles para acertar en el
tratamiento de la causa y su previsible, por legalmente inevitable, condena a la pena de
muerte de los máximos responsables, en particular Sanjurjo.
198
El texto completo de la Sentencia puede verse en, Alfonso Serrano Gómez, “Don José Antón Oneca en el
proceso del General Sanjurjo y su voto reservado”, pp. 27-36.
60
Considerandos se declara, y presta también su conformidad al fallo, pero,
considerando que la pena señalada en el artículo 238 del Código de Justicia Militar
al jefe de la rebelión militar, por ser única e indivisible no admite la posibilidad
legal de ser rebajada, a pesar de la concurrencia de circunstancias atenuantes bien
en el agente o en la infracción, a pesar de la libertad de apreciación que a los
Tribunales concede el artículo 173 del citado Código castrense. Considerando que
los distintos servicios prestados por el General Sanjurjo a la Patria, tanto en tiempo
de guerra como en paz, en momentos sociales y políticos de dificultad, en los que
con su acertada y subordinada actuación cooperó a los poderes constituidos con
gran prudencia y acierto, evitando trastornos y alteraciones del orden público y
teniendo además en cuenta que en el movimiento revolucionario realizado en
Sevilla no hubo derramamiento de sangre, ni actos de violencia sobre los
particulares ni los inmuebles, y son únicamente un levantamiento de carriles de
poca importancia, desistiendo el General Sanjurjo de su propósito insurgente tan
pronto como las fuerzas de la Guarnición de Sevilla le manifestaron su propósito de
reintegrarse a la disciplina de los poderes legítimos de la Nación, sin intentar ni por
un momento que reaccionaran a su favor y continuaran la rebelión, circunstancias
estas que de no ser una pena única, dada la amplitud del artículo 173 del Código de
Justicia Militar, hubieran podido rebajar la pena tan grave impuesta.
Tiene particular interés, el relato que de la situación sobre el caso Sanjurjo, escribía
esos días Manuel Azaña, en el que expresa la inquietud y preocupación general que
produjo la Sentencia condenatoria:
23 de agosto.
“Romero Civantos200, magistrado de la sala 6ª del Supremo tuvo el otro día la
ocurrencia, ya en curso el proceso de Sanjurjo, de ir a visitar al Presidente a La
Granja. Don Niceto, espantado de la indiscreción de Romero, le tuvo siempre
delante de gentes, mientras duró la visita.
Y hoy mismo, Mariano Gómez, presidente de dicha Sala, que juzga a Sanjurjo, ha
comunicado al Presidente de la República que tiene un teléfono para hablar con él,
sin ser oídos, porque quería consultarle ciertas dudas. Don Niceto ha contestado que
las resuelva él solo, y no ha querido saber ni el número de teléfono”201.
24 de agosto.
“Pasadas las cuatro, aún no hay sentencia. Los señores siguen deliberando. Se
conoce que han comenzado a estudiar de nuevo la carrera de derecho. Me voy a
acostar”202.
199
Alfonso Serrano Gómez, “Don José Antón Oneca en el proceso del General Sanjurjo y su voto
reservado”, ob. cit., pp. 35 a 36.
200
Isidro Romero Civantos, antes de ser nombrado Magistrado del Tribunal Supremo en 1931, había sido
Auditor del Departamento del Cuerpo Jurídico de la Armada y, con anterioridad, diputado a Cortes en varias
legislaturas.
201
Manuel Azaña, Diarios, 1932-1933, “Los cuadernos robados”, p. 41.
202
Manuel Azaña, Diarios, 1932-1933, “Los cuadernos robados”, p. 41.
61
25 de agosto.
“A las ocho y media me despierta el teléfono. Habla Mariano Gómez, Presidente de
la Sala 6ª, y me comunica la sentencia que acaba de firmar. Me llama mucho la
atención que absuelvan al hijo de Sanjurjo, pero no digo nada, y me reservo mi
opinión para cuando conozca el texto de los considerandos, que serán sin duda muy
buenos.
-¿Quiere usted que vaya a verle? –me pregunta Gómez.
-No, no es menester –le respondo-. Que ustedes descansen.
Pocos minutos después me llama Albornoz y me cuenta lo mismo. Entonces he
llamado yo al Presidente de la República y le informo del suceso. Me dice que, para
todo evento, debemos tener el informe del Supremo, que pide la Constitución. Le
he hecho saber que antes de ir a Palacio, el Gobierno se reunirá en Consejo, para
deliberar, solo. Como es natural lo encuentra bien.
Traté de dormir otra vez, pero ya el sueño había volado. Un poco más tarde llamé a
Mariano Gómez y le pedí que me enviase el consabido informe203.
-Me quita usted un peso de encima! –respondió, muy emocionado-. Enseguida lo
mando. ¡Que tenga usted un acierto!204
También discrepo de Alfonso Serrano Gómez cuando afirma que “el Presidente de
la República quería que fuera condenado, para indultarle después”206. Siempre repugnó a
don Niceto la pena de muerte, como también a Mariano Gómez -su viejo correligionario
con el que le separaban ahora grandes diferencias políticas. Otra cosa distinta es, que a
juicio de Alcalá-Zamora, “no era hombre muy reflexivo el general decidido, o guerrillero
afortunado, de las campañas marroquíes”. Para el entonces Presidente de la Sala Sexta del
Supremo estaban en su recuerdo los breves y esporádicos encuentros con el respetable
203
Se refiere Azaña al preceptivo informe previo necesario para que el Gobierno haga la propuesta de
indulto. Decía así el párrafo segundo del artículo 102 de la Constitución: “En los delitos de extrema
gravedad, podrá indultar el Presidente de la República, previo informe del Tribunal Supremo y a propuesta
del Gobierno responsable”.
204
Manuel Azaña, Diarios, 1932-1933, “Los cuadernos robados”, con introducción de Santos Juliá, p. 44.
205
Alfonso Serrano Gómez, “Don José Antón Oneca en el proceso del General Sanjurjo y su voto
reservado”, p. 39.
206
Alfonso Serrano Gómez, “Don José Antón Oneca. In memoriam”, p. p. 350.
62
Sanjurjo en Zaragoza, al que también el Presidente de Gobierno dispensaba su
reconocimiento. Azaña sabía que la sublevación era algo que desde hacía tiempo había
contemplado como hipótesis en la actitud del que fuera Director de la Guardia Civil y
entonces de los Carabineros. A ello habría que añadir, la estricta relación que Azaña
mantuvo siempre en lo político y profesional con Mariano Gómez, al que agradecía
enormemente sus frecuentes encuentros y sobre el que nunca tuvo dudas acerca de su
lealtad a la República y quien, como dejó escrito en sus telegráficos y en ocasiones
lacónicos Apuntes de Memoria, se encontraba entre los que consideraba amigos207.
El indulto se concedió ese mismo día 25208 y Azaña dejó constancia en sus Diarios,
de lo que ocurrió en aquel Consejo de Ministros y de la angustia que le produjo el
problema209. Concedido el indulto, el Gobierno dispuso que Sanjurjo fuera trasladado al
penal de El Dueso (Cantabria) para el cumplimiento de la pena y, de allí, en el mes de
enero de 1934, fue trasladado al castillo de Santa Catalina (Jaén).
Una vez en libertad Sanjurjo decidió exiliarse en Estoril (Portugal). Desde allí urdió
el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y, cuando el siguiente día 20 se disponía a viajar
a España, para ponerse al mando de los sublevados como máximo dirigente de la rebelión,
207
“Después de la cena: la tertulia. Los amigos que no vienen. Los que se van: Barcia, Felipe. Besteiro.
Ossorio. Prieto y sus visitas. Mariano Gómez. Las reuniones con los militares: Pastor, Saravia, Bernal y
Giral. Inutilidad” (Manuel Azaña, Obras completas, Vol. VI (Julio 1936/agosto 1940), Apuntes de Memoria,
PALACIO [julio-septiembre de 1936], p. 259).
208
Decreto de 25 de agosto de 1932 (Gaceta de Madrid, 26 de agosto de 1932, nº 239, p. 1475):
“Usando de la prerrogativa que me confiere el artículo 102 de la Constitución de la República; de
conformidad con lo informado por el Tribunal Supremo de Justicia, y a propuesta del Consejo de Ministros,
Vengo en decretar lo siguiente:
Artículo único. Se conmuta la pena de muerte impuesta a D. José Sanjurjo y Sacanell, por la de reclusión
perpetua con todas las accesorias determinadas en el fallo del Tribunal sentenciador.
Dado en Madrid a veinticinco de agosto de mil novecientos treinta y dos.
NICETO ALCALÁ-ZAMORA Y TORRES.
El Presidente del Consejo de Ministros,
MANUEL AZAÑA”.
209
“Los ministros han acudido puntualmente. Leo al Consejo la carta de Ossorio, el escrito de Bergamín, y
alguna otra petición. Se planteó una cuestión previa, muy ociosa, sobre el artículo 102 de la Constitución.
Prieto, erróneamente, creía que debe preceder un acuerdo del Gobierno, y luego pedir el informe al Supremo.
Logro convencerle de que no debe ser así. Un ministro habla del “expediente” de indulto, como si fuésemos a
escribir muchas hojas.
Entramos en la cuestión de fondo, e invité a los ministros a que diesen su parecer. Prieto, por sí, y por otros
dos ministros, socialistas, votó por el indulto. Domingo, por sí y por Albornoz, votó lo mismo. Casares, con
gran firmeza, votó porque se cumpliese la sentencia. Los demás votaron por el indulto. Todos han razonado
su opinión largamente. Casares funda la suya en que el indulto rompe la firmeza del Gobierno, alienta a los
conspiradores, y nos impide ser rigurosos con los extremistas.
Voté yo el último a favor del indulto. He considerado el asunto como un caso político, en el que debe de
hacerse lo más útil a la República.…
Estoy fatigado desde anoche, y un poco angustiado por el suceso, como si todavía no fuese seguro que le
vamos a indultar. Nunca había tenido en la mano la vida de un hombre. Es mucho. ¿Me equivoco al dar a
este asunto la solución que le he dado? Espero que no” (Manuel Azaña, Diarios, 1932-1933, “Los cuadernos
robados”, pp. 44-46).
210
Ley de Amnistía de 24 de abril de 1934 (Gaceta de Madrid, 25 de abril de 1934, nº 115, pp. 548 y 549.
211
ABC, jueves 26 de abril de 1934, p. 29.
63
el avión que pilotaba Juan Antonio Ansaldo, se estrelló contra el suelo al poco de despegar.
Sanjurjo falleció en el acto y Ansaldo quedó levemente herido.
Casi un año después, el 19 de junio de 1933 se iniciaba ante la Sala Sexta otro
procedimiento por los sucesos de agosto de 1932, en esta ocasión con un elevado número
de procesados. Formaban la Sala el Presidente Mariano Gómez y los Magistrados
Fernando Abarrategui, José María Álvarez, Isidro Romero Civantos, Ángel Ruiz de la
Fuente, Emilio de la Cerda y José Antón Oneca.
Se reunía con Azaña el día 26, para tratar de este segundo procedimiento por los
sucesos de agosto de 1932 y demás asuntos pendientes en la Sala Sexta que afectaban a los
militares.
212
José Rodríguez Olazábal, La administración de justicia en la guerra civil, pp. 76 y 78.
213
El texto de la Sentencia puede consultarse en el diario ABC del martes 25 de julio de 1933, pp. 29-36.
214
De nuevo, Azaña dejó testimonio escrito en sus Diarios, sobre el desconcierto que creó esta nueva
sentencia 23 de junio de 1933: “Consejo en la Presidencia. Hemos hablado, entre otras cosas, de lo que
ocurre en la vista de la causa por los sucesos de agosto. Es pasmosa la facilidad con que la gente pierde los
estribos, salta al trapecio y comienza a hacer volatines a impulsos de una impresionabilidad versátil. Hoy, en
el Consejo, se lamenta Casares de la conducta del presidente del Tribunal (Mariano Gómez) y de su benévola
disposición respecto de las pretensiones de los militares presos. Albornoz se ha dado por aludido, como si
Casares le echase a él la culpa de lo que sucede, y se ha puesto furioso” (Manuel Azaña, Diarios, 1932-1933,
“Los cuadernos robados”, p. 377 y también en Obras completas, Vol. IV (Septiembre de 1932-octubre de
1933), p. 785)
215
Ver La Vanguardia de Barcelona, martes 27 de junio de 1933, p. 22.
64
La amplia implicación, explicita e indirecta, de políticos y militares en la
sublevación del 10 de agosto de 1932 fue palpable y de entre los muchos testimonios
expresados al efecto, señalamos a continuación el que nos dejó Portela Valladares basado
en informaciones que le facilitó Mariano Gómez en el exilio parisino a finales de 1939:
Don Mariano Gómez, Presidente del Tribunal Supremo, asegura que Lerroux estaba
de acuerdo con Sanjurjo el 10 de agosto. Matres, un empleado de Instrucción
Pública y como Secretario de Sanjurjo, así lo declaró; y también que el discurso de
Lerroux en Zaragoza, había sido tratado de antemano, conviniéndose que él iría al
Poder y se daría una amnistía. El correo de las negociaciones, el Coronel Azpiazu.
El fiscal Martínez presentó la declaración de Matres después de fallada la causa de
Sanjurjo; Mariano Gómez y la Sala, llevaron al libro de “acordadas” lo dicho por el
fiscal. Albornoz, Ministro de Justicia entonces, llamó al Presidente del Supremo
para manifestarle que el fiscal habría obrado por órdenes del Gobierno”216.
"El 7 de noviembre del 37, ante Azaña, Negrín, Prieto y Giral, don
Mariano Gómez, quien por entonces era presidente del Tribunal Supremo,
como lo había sido de la Sala Sexta de ese Tribunal cuando juzgara éste
a Sanjurjo, refirió haber sabido a posteriori que el fiscal de la
República, Martínez de Aragón, retuvo en su poder hasta después de
sustanciado y fallado el juicio sumarísimo la declaración de José
Matres, íntimo de Sanjurjo descubriendo la connivencia de Lerroux con el
general. El presidente de la sala le preguntó al fiscal por qué lo había
hecho, y éste le respondió: "porque lo he estimado conveniente." Como
no podía imponérsele al fiscal ninguna corrección, se hizo constar en el
"libro de acordadas" que aquella omisión había privado de un elemento de
juicio muy importante. Matres obró así disgustado contra quienes habían
abandonado a Sanjurjo, y quería, tal vez, salvarlo descorriendo un poco
el velo. En opinión del presidente del Supremo, si dicha declaración se
hubiese incorporado al sumario, Lerroux habría sido necesariamente
implicado en el proceso. La información fue proporcionada por don
Mariano, además de conocerla nosotros aquel mismo día”218.
216
Manuel Portela Valladares, Dietario de dos guerras (1936-1950). Notas, polémicas y correspondencia de
un centrista español, p. 167.
217
Manuel Azaña, Memorias políticas y de guerra, tomo II, p. 357.
218
Santos Martínez Saura, Memorias del secretario de Azaña, p. 147.
219
Niceto Alcalá-Zamora, Memorias, pp. 264-267.
65
3. Sobre la revolución de octubre de 1934: Franco incumple su palabra y reprime con
dureza en Asturias y la Sala 2ª del Supremo absuelve a Largo Caballero en 1935.
Las tensiones sociales y políticas, con una inmensa mayoría de la población sumida
en el deterioro y la miseria, hicieron que los sectores mas cualificados de la izquierda,
PSOE-UGT, comunistas y anarquistas, fraguaran una respuesta que algunos demandaban
desde hacía tiempo, pero que otros aplazaban y se resistían a ella, por considerarla
condenada al fracaso y por ello gravemente perjudicial para la República. A esa situación
se añadía el hecho de que en Cataluña crecía y se implantaba con firmeza, la idea de llevar
a sus últimas consecuencias las previsiones constitucionales federalistas. La derecha se
radicalizaba, el malestar en el ejército crecía y la violencia política no se hizo esperar.
Pero en contra de la palabra de honor dada por Franco, la represión por parte del
ejército y en particular la violencia practicada por la Legión y las fuerzas de Regulares, se
ensañó en el asesinato de revolucionarios, la violación de mujeres, el maltrato de los
detenidos, así como en el robo y pillaje de cuantos bienes encontraron a su paso. La actitud
de Franco hizo que en el Gobierno y en el Tribunal Supremo, presidido entonces por
Medina, se planteara la posibilidad de procesar a Franco. Seguía Diego Medina en la
Presidencia del Supremo y Mariano Gómez en la de la Sala Sexta, de la que también
formaba parte José Antón Oneca. Alfonso Serrano Gómez, profesor de Derecho Penal,
220
El procesamiento de Manuel Azaña fue sobreseído por el Tribunal Supremo el 28 de diciembre de 1934.
Ver al respecto Santos Juliá, Vida y tiempo de Manuel Azaña, 1880-1940, pp. 361-368.
66
relata así cuanto al respecto le contó Antón Oneca, después de la guerra y jubilado de la
Cátedra:
221
Alfonso Serrano Gómez, “Don José Antón Oneca. In memoriam”, p. 349.
222
De la Sala 2ª de lo Penal, formaban parte, inicialmente, los Magistrados Manuel Pérez Rodríguez
(Presidente), Enrique Robles Nisarre, Manuel Polo Pérez, Vicente Crespo Franco, José Antón Oneca,
Joaquín Lacambra Brun y Mariano Granados Aguirre y, el 9 de octubre fueron nombrados Rafael Rubio
López (antes de la Sala 4ª) y Onofre Sastre Olamendi (antes de la Sala 4ª). Mariano Granados Aguirre pasó a
la Sala 5ª.
67
noviembre de 1935, fecha en que Largo Caballero abandonó en libertad la Cárcel Modelo
de Madrid223.
4. Prolegómenos del golpe militar del 18 de julio de 1936, sublevación del cuartel de la
Montaña y la Sala 6ª del Supremo condena a Fanjul a la pena de muerte.
No es posible aquí hacer un relato de esos meses que van de febrero a julio de 1936,
sobre los que se ha escrito y seguirá escribiendo durante mucho tiempo, igual que ocurre
con la investigación sobre la guerra civil y la dictadura franquista. Tras las elecciones
generales de febrero de 1936 y la victoria del Frente Popular, la situación política se va a
tensar de forma progresiva. En Madrid el goteo de atentados y asesinatos políticos se
convierte en algo habitual y el Gobierno no va a ser capaz de controlar la situación. Las
derechas y sus elementos más radicales se van a esforzar por crear un ambiente propicio a
la sublevación. Las izquierdas y sus sectores más extremistas, quieren dar respuesta a lo
que consideraban pasividad y timidez del Gobierno en defensa de la República y se
organizan para contrarrestar la ola de violencia de los fascistas.
223
Sobre este proceso judicial a Francisco Largo Caballero ver, en particular, Luis Jiménez de Asúa,
Defensas penales (3 volúmenes), vol. III, apartados 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 24 y 25. Don Francisco Largo
Caballero y la Revolución de Octubre, pp. 159-226.
224
Sobre el asesinato del Magistrado Pedregal ver José María Rodríguez Olazábal, La administración de
justicia en la guerra civil, pp. 25 y 26.
68
- 14 de abril: Atentado con bomba en la tribuna que ocupaba el Presidente de la
República, Manuel Azaña, durante el desfile conmemorativo de la proclamación de la
República en el Paseo de la Castellana. El Alférez de la Guardia Civil, Anastasio de los
Reyes, muere por los disparos de los Guardias de Asalto;
- 12 de julio: asesinato a tiros por falangistas del Teniente José del Castillo Sáez de
Tejada en la calle Augusto Figueroa, en venganza de la muerte del falangista Andrés Sáenz
de Heredia;
- 14 de julio: en los entierros y funerales del Teniente Castillo, por la mañana, y de Calvo
Sotelo, por la tarde, se produjeron incidentes violentos, especialmente en las calles de
Goya y Alcalá, con el resultado de media docena de personas muertas por heridas de bala y
medio centenar de heridos.
Ante ese clima de violencia, con la especial relevancia política que tenía el
asesinato de Calvo Sotelo, el Gobierno fue incapaz de dar una respuesta adecuada para
controlar la situación. Los planes del golpe de Estado que prepara la derecha y que venía
aplazando desde hacía tiempo, se precipitaron a pesar de que había quienes mantenían un
nuevo aplazamiento por temor a un rápido fracaso.
El 17 de julio se sublevan varias unidades en Melilla y un grupo de una treintena de
civiles armados -monárquicos de Renovación Española al mando de Carlos Miralles y
coordinados con los generales Sanjurjo (en Estoril), Mola y García Escámez (ambos en
Pamplona)-, se instala en la cima del puerto de Somosierra con el fin de facilitar la marcha
hacia Madrid de las tropas golpistas del Norte e impedir el paso del Ejército y milicianos
republicanos.
69
El siguiente día 18 la sublevación se intenta en toda la península, archipiélagos y
los territorios de Marruecos, pero solamente tiene éxito en un tercio del país225. La guerra
civil había comenzado y los primeros meses iban a ser de una violencia inusitada por parte
de los rebeldes, centrados sus esfuerzos en lograr cuanto antes la toma de Madrid. Un
Directorio Militar golpista, presidido por el General Sanjurjo -que falleció en accidente de
aviación en el aeródromo de Estoril (Portugal), el 20 de julio de 1936, cuando se disponía a
volver a España, para dirigir sobre el terreno las operaciones militares-, dio paso a la
creación de la Junta de Defensa Nacional, constituida en Burgos el 24 de julio, bajo la
presidencia del General de División Miguel Cabanellas Ferrer y de la que también
formaron parte el General de División Andrés Saliquet Zumeta, los Generales de Brigada
Miguel Ponte y Manso de Zúñiga, Emilio Mola Vidal y Fidel Dávila Arrondo, y los
Coroneles del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército Federico Montaner Canet y Fernando
Moreno Calderón226.
Dos días después tuve que volver apresuradamente a Madrid. Había, estallado la
rebelión militar y los magistrados del Tribunal Supremo nos reintegramos a
nuestros cargos, suspendiendo las vacaciones reglamentarias”227.
A media mañana del día 19, siguiendo órdenes del General Rafael Villegas
Montesinos, el general Joaquín Fanjul Goñi, su hijo el Teniente Médico José Ignacio
Fanjul Sedeño y otros oficiales, se dirigieron vestidos de paisano al cuartel de la Montaña,
en la calle de Ferraz, detrás de la plaza de España. Una vez dentro, junto a los militares de
esa instalación mandados por el Coronel Tomás Fernández Quintana y un nutrido grupo de
falangistas, se sublevaron, redactaron un bando de declaración de guerra e hicieron frente a
fuerzas militares, Guardias de Asalto y milicianos que rodearon el cuartel.
225
Ceuta y Melilla, islas Canarias menos La Palma, Andalucía Occidental (Sevilla, Córdoba, Cádiz, Huelva y
Granada), Galicia, Castilla la Vieja excepto Santander, León, Oviedo y parte de Asturias, parte del País
Vasco (Álava y Navarra), gran parte de Aragón, en Extremadura solamente parte de Cáceres y las islas
Baleares menos la de Menorca.
226
Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional, Decreto núm. 1, dado en Burgos el 24 de julio de 1936.
227
Anexo 3. Los días 18 y 19 de julio de 1936 … Anécdotas, juicios e impresiones de la insurrección incivil y
militar y de la autodefensa del pueblo en armas.
70
saldo de muertos de la sublevación en el cuartel de la Montaña superó los quinientos y el
número de heridos fue elevadísimo. El golpe militar en Madrid había fracaso
definitivamente. Ese mismo día 19 de julio, Giral asumía la Presidencia del Consejo de
Ministros, la cartera de Guerra correspondió a Luis Castelló Pantoja y la de Gobernación al
General Sebastián Pozas Perea.
El siguiente día 17, a las nueve de la noche, la Sala dictó Sentencia en la que
condenó al General Fanjul y al Coronel Fernández Quintana a la pena de muerte y absolvía
al Teniente José Ignacio Fanjul. El Gobierno no propuso el indulto y ambos fueron
ejecutados a las 05:10 de la mañana del día 18, en un patio de la cárcel Modelo. Unas horas
antes de ser ejecutado el General Fanjul contrajo matrimonio católico con Luisa Aguado
Cuadrillero, viuda que hacía de enlace para la sublevación. El fusilamiento en la Modelo
fue presenciado por el Director General de Seguridad, Manuel Muñoz Martínez, el
Director de la Prisión, José Martínez Elorza, un sacerdote que asistió a los condenados, los
testigos, entre los que se encontraba el dirigente socialista Juan-Simeón Vidarte228, varios
periodistas y el conocido fotógrafo Alfonso Sánchez García, Alfonso, cuyas
estremecedoras instantáneas de la ejecución no se dieron a conocer hasta noviembre de
2002.
Como señalara José Rodríguez Olazábal, “el mayor de los errores y crímenes de la
guerra fue el haberla iniciado”229. Entre los sucesos del Cuartel de la Montaña y la
ejecución de Fanjul y Fernández Quintana el 18 de agosto, el cerco de Madrid por los
sublevados se iba fortalecía. El Gobierno y el Ejército no lograban ofrecer una resistencia
sólida a los facciosos, la “quinta columna” mantenía su actividad clandestina facciosa en
la ciudad, y se organizaban las milicias populares de forma rudimentaria, en muchos casos
sin conocimiento ni control de las fuerzas políticas que integraban el Frente Popular. El
terror se instalaba en las calles de Madrid.
228
Juan-Simeón Vidarte Franco Romero relató el fusilamiento de Fanjul en su libro Todos fuimos culpables.
Testimonio de un socialista, pp. 393-395.
229
José Rodríguez Olazábal, ob. cit., p. 95.
71
Se entraba en un periodo bélico en el que las exigencias para mantener el
funcionamiento ordinario del poder judicial, demandaban un esfuerzo y sacrificio inaudito.
Las reuniones de la Sala de Vacaciones, de todos los magistrados presentes y, cuando se
podía, de la Sala de Gobierno, se sucedían de continuo230.
230
Sobre esa etapa del Tribunal Supremo ver, en especial, José Rodríguez Olazábal, ob. cit., pp. 21-26; y
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., pp. 153-167 y, del mismo autor, “Una polémica profesional: catedráticos
y magistrados durante la II República”.
231
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 155.
232
Circular de la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo de 30 de julio de 1936 (Gaceta de Madrid, 31 de
julio de 1936, nº 213, pp. 936 y 937.
233
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 155.
234
Art. 606 LOPJ de 1870: “La discusión versará sobre el dictamen escrito del Fiscal, cuando le hubiere”.
235
Art. 619 LOPJ de 1870: “En todo lo que se refiere a la manera de discutir y votar, a los libros de actas y
de votos reservados y a las funciones del Secretario, se arreglarán las Salas de gobierno a lo que previene el
tit. XII respecto a las reuniones de tribunales en pleno”.
236
Art. 620 de la LOPJJ de 1870:
“Los acuerdos de las Salas de gobierno serán fundados.
En los casos en que estén conformes con el dictamen escrito del Fiscal y con los motivos en que lo apoye,
bastará que expresen su conformidad en ambos puntos”.
237
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit. Raúl C. Cancio Fernández mantiene la inconstitucionalidad de esa
Circular en su trabajo Guerra civil y tribunales: de los jurados populares a la justicia franquista (1936-
1939), p. 196.
72
Al margen de cuestiones jurídicas formales discutibles e incluso aceptando la
hipótesis de que los reparos de legalidad antes expuestos fuesen verosímiles, no hay que
olvidar que las palabras de Medina se vierten en un expediente depurador faccioso, bajo la
coacción de la violencia militar ejercida por los rebeldes al término de la guerra. No
obstante, Diego Medina fue condenado a siete años de cárcel, junto con otros magistrados,
en el consejo de guerra sumarísimo 2.198 y, separado definitivamente de la carrera, fue
dado de baja en el escalafón el 5 de abril de 1940238. A pesar de todo, se aceptó de nuevo
su jubilación en 1940239. Pasó años de gran tristeza personal y decepción profesional hasta
su fallecimiento en 1942240.
Durante esos intensos días de la segunda quincena del mes de julio de 1936, Diego
Medina, Mariano Gómez y otros magistrados del Supremo, estuvieron en contacto
permanente con el Ministro de Justicia, Manuel Blasco Garzón, y con el Presidente del
Consejo de Ministros, Diego Martínez Barrio en un fracasado intento de formar un
Gobierno de coalición el día 19 y José Giral a partir de entonces. Esos contactos con
miembros del Gobierno no fueron bien vistos por otros magistrados, que entendía suponían
una clara interferencia del ejecutivo en los asuntos del poder judicial.
En ese ambiente que expresaba la situación bélica del mes de agosto en Madrid, el
día 13 aparecía asesinado en la Casa de Campo, el Magistrado del Tribunal Supremo,
Salvador Alarcón Horcas243, que fuera en su día Juez especial en el sumario seguido contra
Manuel Azaña por la sublevación en Barcelona de 1934.
El siguiente día 19, se publicaba en la Gaceta el Decreto del Gobierno por el que,
con base en la reforma efectuada del artículo 239 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de
1870, se jubilaba a catorce magistrados del Supremo244 y a otros veintidós de otros órganos
238
Orden del Ministerio de Justicia de 5 de abril de 1940 (BOE, 16 de abril de 1940, nº 107, p. 2617).
239
Decreto de 21 de junio de 1940 (BOE, 29 de junio de 1940, nº 181, p. 4451).
240
Mariano Medina fue nombrado Presidente del Tribunal Supremo por el Gobierno provisional de la
República por Decreto de 6 de mayo de 1931 (Gaceta de Madrid, 7 de mayo de 1931, nº 127, p. 578) y,
aprobada la Constitución, conforme su artículo 96 y a propuesta de la Asamblea a que dicho precepto se
refiere, fue de nuevo nombrado por un período de diez años mediante Decreto de 12 de julio de 1933 (Gaceta
de Madrid, 13 de julio de 1933, nº 194, p. 283), pero se jubiló el 18 de agosto de 1936.
241
Gaceta de Madrid, 13 de agosto de 1936, nº 226, p. 1224.
242
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit. p. 158.
243
Causa General, la dominación roja en España, pp. 430 y 431.
244
Decreto de 18 de agosto de 1936 (Gaceta de Madrid, 19 de agosto de 1936, nº 232, pp. 1333 y 1334. Los
Magistrados del Tribunal Supremo que se jubilaban eran: Diego Medina García, Manuel Pérez Rodríguez,
Jesús Arias de Velasco, Ángel Díaz-Benito y Rodríguez, Enrique Robles Nisarre, Luis Merino Horodinsky,
Joaquín Lacambra Brun, José Manuel Puebla Aguirre, Santiago Álvarez Martín, Domingo Cortón Freijanes,
Manuel Fernández Mourillo y Fernández Rodas y Felipe Fernández y Fernández de Quirós.
73
jurisdiccionales del Estado, unos a petición propia, como Diego Medina García245, y otros
de oficio. Medina solicitó la jubilación, no sólo por las circunstancias del momento, tan
ajenas a su carácter y formación académica y jurídica, sino también, por haber cumplido
setenta años el 3 de marzo de ese año246. Su jubilación se producía sin haber cumplido lo
diez años de mandato como Presidente del Supremo, cargo que desempeñaba desde el 12
de julio de 1933, hecho por el que todavía hoy, algunos247 mantienen que su jubilación, a
petición propia, fue inconstitucional a pesar de que hubiese cumplido la edad máxima del
servicio activo.
Días después, otra tragedia iba a sacudir al Supremo. Jesús Arias de Velasco248,
Presidente de la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo, que, como se recordará,
presidía la Sala de Vacaciones el 18 de julio y había sido extremadamente critico con la
Circular de 30 de julio pasado, “fue asesinado por unos milicianos después de haberle
hecho presenciar la muerte de sus hijos”249.
245
Gaceta de Madrid, 13 de julio de 1933, nº 94, p. 283.
246
Diego Medina García nació en Montoro, Córdoba, el 3 de marzo de 1866 y falleció en Madrid, el 1 de
febrero de 1942.
247
En tal sentido, Raúl C. Cancio Fernández, Guerra civil y tribunales: de los jurados populares a la justicia
franquista (1936-1939), p. 197.
248
Jesús García Velasco era Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Oviedo, cuando fue
nombrado Magistrado del Tribunal Supremo el 6 de mayo de 1931, por el Gobierno provisional de la
República, siendo Ministro de Justicia Fernando los Ríos.
249
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 160 e Interinidad en la presidencia del Tribunal: de Diego Medina
a Mariano Gómez, pp. 382 y 383.
74
IV. PRESIDENTE EN FUNCIONES DEL TRIBUNAL SUPREMO Y VALENCIA
CAPITAL DE LA REPÚBLICA (AGOSTO –DICIEMBRE 1936).
250
Javier Gaspar Alfaro, Notario de Madrid hoy jubilado.
251
Ley relativa al nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo de 8 de octubre de 1932 (Gaceta de
Madrid, 18 de octubre de 1932, nº 292, pp. 394 y 395).
252
El plazo para la convocatoria de la Asamblea era de cinco días desde la vacante por jubilación de Diego
Medina y la reunión debería tener lugar en plazo no inferior a quince días ni mayor de treinta desde su
convocatoria.
253
Art. 591 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de 1870:
“En las vacantes de la Presidencia del Tribunal Supremo y de las Audiencias, y en los casos de enfermedad,
ausencia u otro impedimento justo, ejercerá este cargo el Presidente de Sala más antiguo, sin perjuicio de
continuar éste presidiendo también aquella a que corresponda, siempre que las atenciones de la Presidencia
del Tribunal lo permitan”.
75
el Gobierno, a propuesta del Ministro de Justicia, aprobó en Consejo, el 21 de agosto de
1936, el siguiente Decreto254:
MANUEL AZAÑA
El Ministro de Justicia.
MANUEL BLASCO GARZÓN”
Las circunstancias hicieron que el nuevo Presidente del Supremo fuera uno de los
magistrados con más acreditada lealtad a la República, y con unos meritos y
reconocimiento profesional que nadie ponía en duda. De nuevo, iniciaba un camino que
nunca había buscado y que le supondría asumir importantes compromisos de todo orden.
“Excmo. Señor:
Dada cuenta a la Sala de Gobierno de lo dispuesto en el artículo 2º del Decreto de
21 del corriente inserto en la Gaceta de hoy, ha acordado se comunique a V.E. que
me hago cargo de las funciones de Presidente de este Tribunal como Presidente de
Sala más antiguo que lo soy en efectivo y presido Sala de carácter permanente.
Madrid 22 de agosto de 1936.
Mariano Gómez”255.
254
Gaceta de Madrid, 22 de agosto de 1936, nº 235, pp. 1403 y 1404.
255
AHN, FC-Mº de Justicia, Jueces, legajo 912, expediente 13.043.
76
que ocupaba el cargo, afectado por la ley votada en el Parlamento que establecía la
jubilación a los sesenta y cinco años de edad. Ateniéndose a los preceptos de la ley
Orgánica del Poder Judicial y en tanto se convocaban las elecciones del caso,
designé a Mariano Gómez que era, en efecto, el presidente más antiguo de la sala
permanente del más alto Tribunal de la Nación. No hubo en tal hecho favor alguno,
sino estricta sujeción al precepto aplicable, pero ello permitió que se produjese esta
situación que reunía, en las máximas responsabilidades, a dos condiscípulos de la
Universidad Sevillana.
Así las cosas, ese mes de agosto se iba a producir un hecho de enorme
trascendencia en la cárcel Modelo. La noche del 22 al 23, unos presos incendiaron la leñera
de la cárcel, parece que por encargo de los presos políticos, con el objetivo de facilitar su
evasión. A partir de esos momentos, el caos hizo acto de presencia en el interior y en los
alrededores, se amontonaba la gente para estar atentos a la solución del conflicto. Los
256
Anexo 7. Necrológica por Manuel Blasco Garzón titulada “Último adiós. Mariano Gómez: Serenidad,
Justicia y Misericordia”, en España Republicana, Buenos Aires, 30 de marzo de 1951.
77
bomberos intentaban apagar el fuego y el Gobierno ordenaba acordonar el edificio de la
prisión con Guardias de Asalto. La confusión era enorme, se evadieron más de doscientos
presos y, en un momento determinado, los milicianos que custodiaban la cárcel
comenzaron a asesinar de forma selectiva a los presos políticos. Fueron asesinados más de
treinta, todos ellos conocidos políticos de la derecha y algunos militares, entre otros:
Melquíades Álvarez González, que había sido Presidente del Parlamento, diputado y
miembro del Partido Republicano Liberal Demócrata; José Martínez de Velasco, Ministro
de la República en varias ocasiones y Jefe del Partido Agrario; Manuel Rico Avelló,
Ministro en varias ocasiones en la República; Ramón Álvarez-Valdés Castañón, Ministro
en varias ocasiones en la República; Julio Ruiz de Alda, conocido aviador y significado
falangista; Fernando Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, falangista, médico, militar y
hermano de José Antonio; los diputados Rafael Esparza y Tomás de Salort; José María
Albiñana Sanz257, diputado y fundador del Partido Nacionalista Español; José Ignacio
Fanjul Sedeño, Teniente médico, hijo del General Fanjul; Enrique Matorras Páez,
falangista; Francisco Javier Jiménez de la Puente, Conde de Santa Engracia; los generales
Rafael Villegas Montesinos y Oswaldo Fernando Capaz Montes; Santiago Martín
Báguenas, comisario de policía.
257
Sobre el doctor Albiñana, ver el interesante trabajo de Julio Gil Pecharromán, “Sobre España inmortal,
sólo Dios”. José María Albiñana y el Partido Nacionalista Español (1930-1937)”.
258
Gaceta de Madrid, 24 de agosto de 1936, nº 237, p. 1451.
78
Antes de que amaneciera, estaba, funcionando el Tribunal, y tuvimos la fortuna de
salvar con él una situación difícil. Siempre recordaré con emoción y gratitud el
concurso recibido del Gobierno, los alientos de su ilustre presidente, don José Giral,
y la entereza, y rectitud de aquellos inolvidables jurados populares.
Pero, aun así, ¡qué amargo es el cumplimiento de ciertos deberes! En la guerra todo
cede ante el supremo interés nacional. También la madre despide al hijo, acaso para
no volverle a ver, y el soldado paga con su vida la cuenta que todos tenemos con la
patria.
259
Anexo 3. Los días 18 y 19 de julio de 1936 … Anécdotas, juicios e impresiones de la insurrección incivil y
militar y de la autodefensa del pueblo en armas, entrevista a Mariano Gómez, Presidente del Tribunal
Supremo.
79
En aquellos instantes llamaba Prieto desde el ministerio de Marina.
Apremiaba al Presidente del Consejo a tomar determinaciones inmediatas. Giral le
comunicó la idea de los Tribunales Populares y debió Prieto dar su conformidad,
pues Giral me dijo que enviara a buscar al Presidente del Tribunal Supremo,
Mariano Gómez.
Pasada una media hora me llamó Giral para decirme que al día siguiente
publicaría la Gaceta la creación de los Tribunales Populares. Noté a Mariano
Gómez muy preocupado. Estaba sumido en un sillón, apoyando la cabeza sobre el
respaldo. Dijo alto para que yo lo oyera. “Yo sé que presidir, como Presidente del
Tribunal Supremo, unos Tribunales Populares de excepción, que van a actuar
sumariamente, es mi deshonra, pero tiene usted mi palabra. Llame a las personas
que van a integrarlo conmigo y ahora redactaremos el decreto”.
Vidarte volvió a la Modelo y pudo comprobar que los asesinatos que él pensaba
había cesado, habían continuado en su breve ausencia y, con el ánimo de tranquilizar a los
allí presentes, incluso a los presos reunidos en los patios de la prisión, comunicó a todos la
inmediata constitución del tribunal popular pues el Consejo de Ministros ya lo había
acordado. Volvió Vidarte al Ministerio pasada la una de la madrugada:
“Al llegar al ministerio de la Guerra pedí con toda urgencia hablar con el
presidente. En lugar de hacerme entrar salió él de su despacho. Al abrir la puerta,
alguien estaba dictando el texto del Decreto. Di a Giral terribles noticia: dos ex
ministros más. Los asesinos seguían dentro de la cárcel.
Me dijo que me esperara. A los pocos instantes salía Mariano Gómez con la
cabeza llena de presentimientos. Así al menos deduje por las palabras que le dijo al
presidente cuando se despidieron con un abrazo: “Si algo me ocurre, cuide usted de
mi esposa y de mis hijos”260.
260
Juan-Simeón Vidarte Franco Romero, ob. cit., p. 425 y 426.
80
cosa”. No obstante, está claro que, desde una perspectiva democrática y en una situación
de normalidad, en todo Estado de derecho, las normas comienzas a cumplirse una vez
publicadas en el diario oficial, no antes. Lo único que explicaría la precipitación en la
aplicación del Decreto en cuestión, era la grave situación excepcional del momento, con
una sublevación militar en marcha, que exigía a las autoridades evitar más asesinatos y
restablecer el orden en la Modelo. Pero explicación no alcanzas a satisfacer una
justificación jurídica plena.
Por la tarde de ese mismo día 23, el Tribunal celebró el segundo juicio, en esta
ocasión seguido contra el Comandante Baldomero Rojo Arana, los Capitanes Pedro
Muhino Díez262, Isidro Rubio Paz (anteriormente se había sublevado en Jaca con Galán y
García Hernández contra la Monarquía) y Juan Aguilar Gómez y un Teniente,
pertenecientes al batallón Ciclista y al de Zapadores, que se sublevaron el anterior mes de
julio contra la República en Alcalá de Henares. El Comandante y los tres Capitanes fueron
261
Los datos de esa primera actuación del Tribunal Especial de Madrid en la cárcel Modelo se han obtenido
de la Hemeroteca de La Vanguardia de Barcelona, pp. 11 y 12 y pueden consultarse también en el ABC de
Madrid del martes 25 de agosto de 1936, p. 13.
262
El 15 de abril de 1931 en Madrid, el Capitán Pedro Muhino Díez, enarbolaba la bandera republicana
subido en un camión, entre la multitud que celebraba la proclamación de la República, hecho que quedó
registrado en las planas de fotografías de todos los diarios y semanarios ilustrados de la época. Entre las
muchas fotografías publicadas de esa celebración en las calles de Madrid, -expuestas en múltiples actos
posteriores conmemorativos de la II República y publicadas en numerosos libros-, probablemente la más
conocida sea la tomada por el conocido fotógrafo Alfonso Sánchez García, Alfonso, en la que se puede ver un
viejo camión echando humo por el tubo de escape, cargado de personas, alguna vestida con uniforme militar
y enarbolando una bandera republicana, abriéndose paso por la Puerta del Sol, repleta de gente (AGA,
“Estudio Fotográfico Alfonso”).
81
condenados a la pena de muerte, que fue ejecutada al día siguiente en la Modelo y el
Teniente fue condenado a la pena de cadena perpetua263.
A partir de esas dos primeras actuaciones, durantes los días siguientes el Tribunal
siguió celebrando juicios en la Modelo e intentaría evitar, a toda costa, las penas de muerte.
En muchos casos los hechos enjuiciados y probados no permitían evitar la condena a pena
capital. Todo el mundo estaba pendiente de la actuación del Tribunal Especial, pero, las
sentencias que dictaba eran criticadas, tanto por los sectores republicanos como el bando
faccioso. No obstante, la actuación del Tribunal logró en poco tiempo restablecer la
normalidad en la prisión y evitó una auténtica masacre colectiva de presos políticos
simpatizantes con la sublevación.
“Recordando algunos hechos del año pasado, le pregunto a don Mariano Gómez su
juicio de los horribles sucesos de la cárcel Modelo de Madrid, en la noche del 22 al
23 de agosto, puesto que él estuvo allí desde las primeras horas de la mañana del
23, trabajó con entereza y no pocos riesgos en poner término a tales atrocidades, y
tiene más motivos que otros para haber recogido desde el primer momento una
información directa sobre el caso. Cuenta el presidente que se presentó con otros
magistrados en la cárcel y muy a primeras horas de la mañana. El espectáculo era
atroz. Interrogó a unos y otros y lo que sacó en consecuencia fue esto: la cárcel
estaba abarrotada; gran parte de los presos políticos, capitaneados por Ruiz de Alda,
en actitud levantisca; tenían armas; fraguaron, en combinación con los funcionarios
de prisiones, un plan de evasión; se produciría un incendio, y a favor de la
confusión se fugarían; se encontró en la cárcel cantidad de leña de la que se gasta
en los hornos de pan y algunas escaleras de mano, de la altura de las tapias que
cercan la cárcel; el incendio se produjo el 22 por la tarde; una masa enorme se
congregó delante de la cárcel; entraron los bomberos y algunos milicianos para
apagar el incendio; los presos políticos, desde las galerías (las celdas estaban
abiertas), los recibieron con denuestos y tiros; hubo algunos heridos … “Una
provocación como cinco –dice- produce una reacción como quinientos”. Los
milicianos se apoderaron de la cárcel, que no conocían. Se fugaron más de
doscientos presos y los empleados que estaban de servicio. Los milicianos se
apoderaron del registro y fueron escudriñando los nombres que más les sonaban,
buscándoles uno a uno por el laberinto de galerías y celdas y apartándoles en un
banco. Después los bajaban a un sótano y los fusilaban. Así perecieron más de
treinta, bastantes de ellos personas conocidas. (Conocidas o no, la atrocidad sería la
misma, pero su notoriedad agravaba el caso, desde el punto de vista político.) De
las autoridades de Madrid, quien estuvo bien fue el ministro de la Gobernación,
general Pozas, que hizo cuanto pudo por restablecer el orden. Otros brillaron por su
ausencia. Cuando los magistrados, con el presidente, se presentaron en la cárcel,
todavía sonaban tiros. Consiguieron que todo cesara, al entrar en funciones.
263
Sobre este segundo juicio del Tribunal Especial en la cárcel Modelo ver ABC de Madrid del martes 25 de
agosto de 1936, p. 13
82
Tal es, en resumen, lo que cuenta don Mariano Gómez. Coincide, en
sustancia, con lo que me dijo el Gobierno, cuando estuvo en condiciones de
decirme algo.
264
Manuel Azaña, Obras completas, Vol. VI, julio 1936/ agosto 1940, pp. 549 y 550.
265
Ver, entre otros, Manuel Azaña, Obras completas, Vol. VI, julio 1936/ agosto 1940, pp. 549 y 550; Julián
Zugazagoitia, Guerra y vicisitudes de los españoles, pp. 140 y 141; Guillermo Cabanellas de Torres, La
guerra de los mil días, pp. 815 y 816; Pascual Marzal Rodríguez, Magistratura y República. El Tribunal
Supremo (1931-1939); Raúl C. Cancio Fernández, Guerra civil y tribunales: de los jurados populares a la
justicia franquista (1936-1939), pp. 200-201.
266
José Rodríguez Olazábal, ob. cit., p. 77.
267
Enrique Suñer Ordóñez, Los intelectuales y la tragedia española, pp. 76-78.
268
Gaceta de Madrid, 26 de agosto de 1936, nº 239, pp. 1479-1481.
269
De entre los muchos trabajos sobre los tribunales de justicia y la justicia popular durante la guerra civil,
muchos de los cuales se citan en esta biografía, resulta de un interés particular para las cuestiones jurídicas
que se suscitan en este apartado, José Rodríguez Olazábal, ob. cit., en especial pp. 37-41, Niceto Alcalá-
Zamora Castillo, “Justicia penal de guerra civil” y el elaborado por U.G.T., Sindicato de Abogados,
Compendio de legislación de tribunales populares con un interesante prólogo de carácter jurídico y político
de José Merino Blázquez.
83
31, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo acordaba por unanimidad trasladar por
escrito a su Presidente la admiración por su conducta, su adhesión y solidaridad, y el día 4
de septiembre, el Pleno del Supremo acordaba, también por unanimidad, hacer suyo el
acuerdo de la Sala de Gobierno y dar traslado del mismo al Ministro de Justicia270.
A pesar de la eficacia judicial que se logró con los tribunales especiales y populares
durante la guerra, siempre hubo juristas de reconocido prestigio que fueron
extremadamente críticos al respecto, como por ejemplo Niceto Alcalá-Zamora Castillo,
que en 1938 los calificó de “conquista revolucionaria” e “inconstitucional”271.
270
Decía así el escrito remitido al Ministro de Justicia:
“Excmo. Sr.
Tengo el alto honor de comunicarle que en el acta de la Sala de Gobierno celebrada por este Tribunal
Supremo el día 31 de agosto último, constan las siguientes manifestaciones y acuerdo:
“Don Demófilo de Buen hace saber á la Sala de Gobierno que al tener noticia de que el Excmo. Señor Don
Mariano Gómez, Presidente del Tribunal Supremo, había asumido la presidencia del Tribunal especial
constituido en la Cárcel Modelo para juzgar los delitos de rebelión, se apresuró a visitarle. Conocedor de las
circunstancias en que dicho Tribunal se había constituido, creyó interpretar el unánime sentir de todos los
compañeros, al expresar al Señor Presidente la admiración por su conducta ejemplar, y por la de sus
colaboradores, reiterándole su firme adhesión y su plena solidaridad; y al participarle asimismo el orgullo y
la satisfacción de ver unidos en una labor conjunta, á las representaciones populares de quienes defienden
con las armas las libertades públicas, y á las mas altas Magistraturas, unidas por el común anhelo de lograr
una justicia ejercitada al propio tiempo con rigor y con serenidad, con rapidez y con plenas garantías. La Sala
de Gobierno, oídas las palabras del Señor De Buen, acordó unánimemente ratificar las manifestaciones
hechas por él, y comunicárselo á éste por escrito; así como repetir una vez mas y del modo mas solemne, la
firme declaración de sus componentes de lealtad á la República y á sus Poderes legítimos y de no regatear
ninguno de los sacrificios que les imponga el cumplimiento de su deber.
Y enterado el Tribunal Pleno de las anteriores manifestaciones y acuerdo, en su sesión de 4 del corriente
acordó por unanimidad hacerlos suyos y que se participe á los Excmos. Señores Ministro de Justicia y
Presidente del Tribunal Supremo.
Madrid 5 de septiembre de 1.936.
(Firmado: Demófilo de Buen)
Excmo. Señor Ministro de Justicia”.
(AHN, FC-Mº de Justicia, Jueces, legajo 912, expediente nº 13.045, Expediente personal de Mariano Gómez
González).
271
Niceto Alcalá-Zamora Castillo, “Justicia penal de guerra civil”, pp. 260-263.
272
Sobre Rafael Salazar Alonso es de particular interés el libro de Juan M. Martínez Valduerza, Rafael
Salazar Alonso. Bajo el signo de la revolución, con prólogo de Jaime Mayor Oreja. La Segunda Parte de la
obra es el libro de Salazar Alonso Bajo el signo de la revolución.
84
Sus posiciones fueron haciéndose cada día más conservadoras y sus relaciones con
el poder fueron cada vez más difíciles. Su experiencia política, especialmente durante el
tiempo en que fuera Ministro de la Gobernación, le sirvieron para publicar, a finales de
1935, un libro titulado Bajo el signo de la revolución, muy crítico con el Presidente de la
República, Niceto Alcalá-Zamora y con el rumbo que tomaban los acontecimientos
políticos. La polémica suscitada hizo intervenir a la autoridad judicial que ordenó el
secuestro del libro.
Póngase esta sentencia en conocimiento del Gobierno y una vez que éste haya
acusado recibo, remítase testimonio de la misma al Auditor de la Primera División
Orgánica, para su ejecución.
273
La Sentencia completa se encuentra en el trabajo de Juan M. Martínez Valduerza, Rafael Salazar Alonso.
Bajo el signo de la revolución, con prólogo de Jaime Mayor Oreja, pp. 50-57.
85
Tribunal Supremo y del Tribunal que dictó la Sentencia, como así hizo Mariano Gómez274.
De lo que allí ocurrió esta es la versión que nos ha dejado Indalecio Prieto:
Un día –lo tengo relatado anteriormente-, nos tocó examinar el fallo que
condenaba a pena capital al ex ministro Rafael Salazar Alonso. Las opiniones
manifestándose divididas. Yo expuse la mía en los siguientes términos: “Es
probable que entre ustedes no haya nadie que sienta tan invencible aversión como
la mía hacia Salazar Alonso, quien, luego de extremar predicaciones demagógicas
se sintiese atraído por halagos de las derechas y se pasó a ellas descaradamente
ofreciéndoles como mérito la sañuda persecución realizada contra nosotros desde el
Ministerio de la Gobernación; pero en los autos no aparece prueba plena de que
haya participado en la insurrección objeto del sumario y por eso me pronuncio a
favor del indulto”. Mi actitud resultó decisiva. El Gobierno, por siete votos contra
seis, resolvió indultar a Salazar Alonso, y el acuerdo fue participado en seguida al
presidente del Tribunal Popular.
274
Ver ABC de Madrid, 23 de septiembre de 1936, primera página de noticias.
275
Ver Anexo 9. Don Mariano Gómez por Indalecio Prieto en España Republicana, Buenos Aires, 10 de
mayo de 1951. Esta necrológica se encuentra recogida en la obra de Indalecio Prieto, Convulsiones de
España. Dentro y fuera del gobierno. Discursos parlamentarios, pp. 313-317.
86
Salazar Alonso y que la redacción de la citada declaración del Gobierno se les había
encomendado a él y al Ministro de Obras Públicas, Julio Just Gimeno276.
De nuevo podemos encontrar en los Diarios de Manuel Azaña unas notas muy
ilustrativas de los hechos y sus consecuencias, escritas casi tres años después:
“El sábado me trajo, entre otros, el decreto sobre los Tribunales. Masculló unas
explicaciones. Que lo habían hecho en el Tribunal Supremo. Como el ministro es
incompetente, y las explicaciones mostraban que tampoco estaba enterado, me lo
guardé, para estudiarlo. Leído, me pareció mal. Cité al presidente del Tribunal
Supremo para hoy, para conocer su opinión y exponerle mis dudas. Larga
conversación. Le repito mis objeciones. Que he protestado, sin fruto, ante el
presidente del Consejo. Hemos sostenido que los abusos y violencias eran contra la
voluntad del Gobierno. Pero no puede pasarse por que se organice la arbitrariedad.
La falta de garantías. La incompetencia de los miembros iletrados. La crueldad
impolítica, innecesaria y repulsiva de los fallos. No deshonrarse. Está conforme, en
general. Lo peor, la designación de delegados. El juez profesional, cohibido.
Denuncias sin firma del SIM. Unos mozalbetes condenados a muerte por cantar un
himno. El delator no sabía cual era. Malos tratos: uno sordo, otro ciego. Todo se
disminuiría si el Gobierno se comprometiera a pasar al Tribunal Supremo para
informe las sentencias de muerte. Le expongo mi criterio personal, opuestísimo, y
la inutilidad de mis propuestas. Relato que ante el presidente del Consejo he
recordado mi oposición en el caso de S. A. [parece claro que se está refiriendo a
Salazar Alonso] y P. de R. Fue una barbaridad. (Como él tomó sobre sí la
responsabilidad del Consejo en lo de S. A. [de nuevo parece que se está refiriendo a
Salazar Alonso], se inmuta un poco y recuerda nuestra conversación y las razones
que d.) Le encomiendo que, por la autoridad de su cargo, haga presión sobre el
presidente del Consejo para que comprenda mejor el asunto y acepte otro sistema.
87
Rodríguez Olazábal, “el mayor de los errores y crímenes de la guerra fue el haberla
iniciado”279.
Ese nombramiento y cometido fue uno de los pretextos que utilizaron los
sublevados victoriosos para fusilar al Magistrado Elola y Díaz-Varela282 el 12 de mayo de
1939 en el Campo de la Bota, Barcelona283 por el delito de adhesión a la rebelión. En el
recurso de apelación contra el procesamiento, Elola aportaba, entre otros extremos:
279
José Rodríguez Olazábal, ob. cit., p. 95.
280
Orden del Ministerio de Justicia de, 27 de agosto de 1936 (Gaceta de Madrid, 28 de agosto de 1936, nº
241, p. 1419.
281
Orden del Ministerio de Justicia, de 14 de septiembre de 1936 (Gaceta de Madrid, 16 de septiembre, nº
260, p. 1841.
282
Francisco Javier Elola y Díaz-Varela: nació en Monforte de Lemos (Lugo) el 22 de septiembre de 1877.
Se licenció en Derecho por la Universidad de Santiago de Compostela el 14 de febrero de 1903; el 19 de
mayo de 1905 ganó la oposición a la Judicatura y Fiscalía. Juez de Primera Instancia: Luarca desde el 20 de
marzo de 1906, Sarriá desde el 12 de diciembre de 1908, Puente Caldelas desde el 7 de octubre de 1912, La
Bisbal desde el 7 de enero de 1913. Teniente fiscal de Gerona desde el 1 de mayo de 1916. Abogado fiscal de
Valladolid desde el 25 de octubre de 1916. Teniente Fiscal de León desde el 22 de diciembre de 1916.
Magistrado de la Audiencia Provincial de León desde el 23 de noviembre de 1920. Vocal propietario de la
Junta organizadora del Poder Judicial desde el 1 de diciembre de 1923. Juez de Primera Instancia e
Instrucción del distrito de Chamberí (Madrid) en 1924. Instructor del expediente informativo sobre el
funcionamiento de la Fundación Aguirre (Real Orden Circular nº 1337 de 15 de octubre de 1927 firmada por
el Presidente del Consejo de Ministros Miguel Primo de Rivera (Gaceta de Madrid de 16 de octubre de 1927,
nº 289, pp. 332-333). Fiscal General de la República (Decreto de 13 de mayo de 1931, Gaceta de Madrid de
14 de mayo de 1931, nº 134, p. 712). Presidente de Sala de la Audiencia Territorial de Madrid, aunque
continuó en el cargo de Fiscal General (D. de 10 de julio de 1931, Gaceta de Madrid de 11 de julio de 1931,
nº 192, p. 304). Se admite su dimisión como Fiscal General de la República por Decreto de 30 de julio de
1931 (Gaceta de Madrid de 31 de julio de 1931, nº 212, p. 827). Nombrado Magistrado del Tribunal
Supremo por Decreto de 31 de julio de 1931 (Gaceta de Madrid de 1 de agosto de 1931, nº 213, p. 891).
Presidente de la Sala Quinta del Tribunal Supremo por Decreto de 26 de agosto de 1936 (Gaceta de Madrid
de 28 de agosto de 1936, nº 241, p. 1518). Decreto de 27 de agosto de 1936 por el que se dispone que
conozca, con función permanente, del expediente general sobre la rebelión militar, dentro de la Primera
División Orgánica (Gaceta de Madrid de 28 de agosto de 1936, nº 241, p. 1519) y con la misma finalidad
pero con jurisdicción en todo el territorio nacional (Gaceta de Madrid de 16 de septiembre de 1936, nº 260,
p. 1841).
En su biografía también hay que destacar que en las elecciones generales de 28 de junio de 1931 fue elegido
diputado en la circunscripción de Lugo por el Partido Radical como republicano independiente y causó baja
el 21 del siguientes mes de julio al acordarse la nulidad de la elección, siendo sustituido por José Lladó y
Vallés. Pero celebrada elección parcial el 23 de agosto de 1931 fue elegido de nuevo, sustituyó a Sergio
Andión Pérez y se mantuvo en el escaño hasta el 9 de octubre de 1933.
283
Procedimiento sumarísimo en la causa nº 8/1939 de la Auditoria de Guerra de Cataluña, “instruida contra
magistrados, fiscales y jueces de Sala Sexta del Tribunal Supremo del llamado gobierno de la República”,
seguida por el delito de auxilio a la rebelión. Sobre este Consejo de Guerra sumarísimo ver, entre otros y
especialmente, el trabajo de Federico Vázquez Osuna, “Francisco Javier Elola Díaz-Varela, lealtad de un
Magistrado al Estado de derecho hasta las últimas consecuencias”.
88
“no me conceptúo reo de delito de rebelión militar, porque no me levanté contra la
Constitución del Estado, ni del Jefe del mismo, ni de las Cortes, ni del Gobierno
formalmente legítimo. Tampoco me adherí expresa o tácitamente a ningún
movimiento de esta índole; como Magistrado del Tribunal Supremo, integraba un
Poder del Estado y no me aparté un solo momento de mis deberes constitucionales
y orgánicos, de obediencia, deber funcional, subordinación y disciplina,
permaneciendo alejado de toda clase de partidismos y luchas políticas. (...) En
concreto: he obrado por obediencia debida y en cumplimiento legítimo de un cargo
jurisdiccional, cuya investidura era indiscutible para el que la recibiera, en mal
hora. (...) no debe medirse la responsabilidad de un juez por el insólito y grave
hecho perseguido, sino por su actuación jurisdiccional, respecto a su trascendental
misión. (...) hago las precedentes afirmaciones para situar mi posición ante el
indicio. Este requiere como base de influencia lógica, que descanse en hechos
demostrados o evidentes. Solicito de V.E se ahonde la instrucción sumarial a fin de
aislar e individualizar mi responsabilidad concreta, respecto de los hechos que se
me imputan como constitutivos de un delito de rebelión en cualquiera de sus
matices.” 284
284
Federico Vázquez Osuna, ob. cit.
285
Federico Vázquez Osuna, ob. cit.
89
se aprobó la Constitución democrática de 1978. Han transcurrido treinta años de Estado
democrático y social de Derecho y la responsabilidad jurídica de la sublevación militar del
18 de julio de 1936 y sus dramáticas consecuencias no se han establecido. Pero la historia
es implacable y hará justicia definitivamente.
90
El acto se dio por terminado cuando el Ministro Ruiz-Funes pronunció la frase
ritual de, “Queda abierto el año judicial 1936-1937”, seguido de un “¡Viva la República!”.
Ante el entusiasmo general, gran parte de los asistentes en los bancos del público, entonó
en pié la Internacional con los puños en alto.
Acto seguido, habló y se reunió con los magistrados y el personal del Tribunal, les
comunicó la orden del Gobierno, decidieron crear una Comisión Delegada del Tribunal en
Madrid y comenzaron los preparativos del traslado inmediato. La tarea no era fácil, no se
trataba sólo del traslado de todo el personal a Valencia, sino también y, muy
especialmente, de los expedientes y la documentación.
Indalecio Prieto relató así la decisión del Gobierno de evacuar Madrid y su reunión
con el Presidente del Supremo al término del Consejo de Ministros:
“No volví a ver a Mariano Gómez hasta el 6 de noviembre. El Consejo de
ministros había pasado la mañana discutiendo una propuesta de su presidente para
que el gobierno saliera de Madrid. Yo no tenía duda ninguna de que debía hacerse
Los Tribunales populares han sido creados en graves circunstancias de guerra, y cuando las crueldades de las
circunstancias justificaban una retorsión de la ley, son principalmente estos Tribunales los que actúan con
arreglo a las normas de justicia integradas por jueces de hecho y derecho, ateniéndose a los medios de
pruebas, a las declaraciones de los testigos y atendiendo siempre en un radio de competencia determinada por
su acta de nacimiento, estos Tribunales no condenan sino cuando hay un delito material. Cumplen con su
deber sin un momento de desfallecimiento; pero destaca entre todos ellos la actuación del Tribunal Popular
de Madrid, presidido por el presidente del Tribunal Supremo de Justicia, don Mariano Gómez, ciudadano
ejemplar, benemérito de la Patria y de la República. (Magistrados y público, puestos en pie, tributan una
prolongada ovación a don Mariano Gómez, que saluda emocionado.
Con inteligencia, republicanismo e imparcialidad hace honor el señor Gómez a la justicia, y mis palabras,
veladas por la emoción, son justicia al presidente del Tribunal Supremo.
Debemos actuar por la República en España, y debemos ser dignos de los sacrificios que en estos momentos
se están haciendo por la juventud que sacrifica lo mejor de su existencia y de su vida en aras de España y de
la República. A ellos, a esos heroicos milicianos, debemos hacerles este homenaje, que nuestra justicia sea
más rápida y más alta, que corrija las desigualdades del dolor. Crear esa justicia es el único homenaje que
hay que llevar a esas vidas jóvenes que lo dan todo en un impulso generoso por la República y por España.
(El auditorio, puesto en pie, tributa una larga ovación al Ministro de Justicia, con vivas a la República y al
Frente Popular)” (Los datos del acto y el texto del discurso están tomados de la prensa nacional, del ABC.
Diario Republicano de izquierdas, nº 10407, martes 6 de octubre de 1936, p. 15 y La Vanguardia de
Barcelona, martes 6 de octubre de 1936, p. 13).
291
Manuel Irujo y Ollo fue Ministro de Justicia en el Gobierno de Juan Negrín del 17 de mayo de 1937
(Gaceta de la República de 18 de mayo de 1937) al 10 de diciembre de 1937 (Gaceta de República de 11 de
diciembre de 1937), fecha en que dimitió y, ese mismo día 10 fue nombrado Ministro sin cartera (Gaceta de
la República, 11 de diciembre de 1937) hasta el 16 de agosto de 1938 (Gaceta de República, 17 de agosto de
1938).
91
así. Únicamente lamentaba que no se hubiera hecho antes, como varias veces
propuse, en forma pública, antes de que Madrid corriera peligro y aceptando una
iniciativa del presidente de la Generalidad, Luis Companys, que yo había
convenido con él, para que todos los ministros se instalaran en Barcelona, donde se
encontraba ya el jefe del Estado, Manuel Azaña, acompañado de los ministros sin
cartera José Giral y Manuel Irujo. Pero Largo Caballero esperó hasta última hora
para efectuar la salida en secreto, dándose así a éste cierto carácter de fuga. Los
ministros de la C.N.T. –Peyró, López, García Oliver y Federica Montseny- se
oponían a la proposición presidencial. Tras empeñado debate sugirieron la fórmula
de que nos fuéramos los demás, quedándose ellos. “O todos o ninguno” –exclamé-.
No cabe que unos ministros pasen por héroes y otros por cobardes. O nos vamos
todos o nos quedamos todos”. Los cenetistas solicitaron que se les permitiera
deliberar a solas y el Consejo se suspendió. Debió de haber entre ellos hondas
diferencias de criterio, porque tardaron en volver al salón, donde al fin emitieron
sus votos en pro, adoptándose el acuerdo por unanimidad.
En el orden familiar, a las cinco de la mañana del siguiente día 7, Mariano, Visita y
sus tres hijos estaban en casa de Prieto y de allí fueron todos al aeródromo de “El Soto”, en
el pueblo madrileño de Algete293, próximo al actual de Barajas. Madre e hijos fueron
llevados al avión en que iría Prieto y otras personas. Entre los viajeros de esos dos aviones
se encontraban otros dos ministros cenetistas del Gobierno, Juan Peiró Belis (Industria) y
Juan López Sánchez (Comercio), y otros altos funcionarios del Estado. A Peiró y a López,
les interceptó el día anterior un grupo de sindicalistas en Tarancón (Cuenca) y les
impidieron seguir viaje a Valencia por carretera. Igual suerte corrió en Tarancón el
Ministro de Estado, Julio Álvarez del Vayo, que fue especialmente maltratado por los
sindicalistas.
Esperó a que despegasen los aviones y acto seguido se dirigió a Madrid para
presidir el pleno del Tribunal Supremo convocado para esa mañana. Pero no sabía que iba
a ser detenido por los anarquistas que controlaban el barrio de Tetuán de las Victorias e
internado en la Plaza de Toros Permaneció detenido durante unas horas, hasta que fue
reconocido e identificado por uno de los que le custodiaban. Así las cosas, los milicianos le
292
Anexo 9. Don Mariano Gómez por Indalecio Prieto, texto recogido también en la obra de éste,
Convulsiones de España. Dentro y fuera del gobierno. Discursos parlamentarios, pp. 313-317.
293
El aeródromo de “El Soto”, en Algete, juntos a otros como los de Alcalá de Henares o Barajas, fue uno de
los muchos que utilizó la aviación de la República durante la guerra. Desde este aeródromo partieron el
Coronel Segismundo Casado y otras personas, tras el fracasado golpe de marzo de 1939 contra la República,
en un intento de pactar el final de la guerra con Franco.
92
condujeron al Palacio de las Salesas, donde aguarda el Tribunal en pleno y pudo comenzar
la reunión convocada. Indalecio Prieto relató así esos momentos:
A esa hora llegaron a mi casa Mariano Gómez, su señora y sus hijos. Allí
estaban los ministros cenetistas Peyró y López, a quienes sus correligionarios, que
constituían la columna destacada en Tarancón, les cortaron el paso la tarde anterior
cuando iban camino de Valencia.
Por Tarancón pasaron, sin novedad, Largo Caballero y algún ministro de los
que primeramente tomaron la carretera, pero cuando los sindicalistas allí apostados
se dieron cuenta de que el Gobierno entero marchaba, no dejaron pasar a nadie. A
Peyró y López les obligaron a retroceder y a Alvarez del Vayo le cubrieron de
injurias.
294
Anexo 9. Don Mariano Gómez por Indalecio Prieto, necrológica recogida también en la obra de éste
Convulsiones de España. Dentro y fuera del gobierno. Discursos parlamentarios, pp. 313-317.
Después de la guerra la Causa General -ese pretexto para completar y perfeccionar la represión sobre los
vencidos-, prestó también su atención a la denominada checa de Tetuán de las Victorias, sobre la que formó
la “pieza nº 4 “checas”, el “ramo separado nº 78”. La lectura detenida y no apasionada de los quince folios
que contiene la investigación sobre la referida checa y la represión que se ejerció sobre todas aquellas
personas que tuvieron algún tipo de relación, directa o indirecta, con esa instalaciones anarquistas, resulta
espeluznante. La sola relación de los consejos de guerra sumarísimos que a las expresadas personas se les
93
La complicada vida de Madrid seguía su curso. De conformidad con lo acordado
por la Sala de Gobierno el día 8, la Sección Delegada del Tribunal quedó “bajo la
presidencia de uno de los magistrados más fieles al gobierno, Demófilo de Buen y doce
Magistrados, algunos de los cuales no llegarían nunca a personarse”295: José María
Rodríguez de los Ríos, José Castán Tobeñas, Pablo Santolaya Cascajo, Francisco de
Cárdenas de la Torre, Juan Gualberto Bermúdez Ballesteros, Agustín Aranda García de
Castro, Juan J. González de la Calle, José Fernández Orbeta, José Mª Álvarez Martín y
Taladrid, Juan Camín de Angulo, Santiago del Valle y Aldabalde, Gerardo Fentanes
Portela y Ricardo Calderón Serrano296.
siguió es conmovedora, más si tenemos en cuenta que, como toda la Causa, es intencionadamente
incompleta y los datos que maneja están manipulados para beneficio de los sublevados y grave perjuicio de
perseguidos (AHN, FC-CAUSA_GENERAL, 1534, ramo separado nº 78, 15 folios).
295
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 175 y Raúl C. Cancio Fernández, Guerra civil y tribunales: de los
jurados populares a la justicia franquista (1936-1939), p. 221-226.
296
La relación de los magistrados que inicialmente quedaron en la Sección Delegada del Tribunal en Madrid,
está tomada de Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 175, nota 506.
297
“La instalación del presidente del Supremo. Valencia 21, 1 madrugada. El presidente del Tribunal
Supremo, D. Mariano Gómez, durante su estancia en Valencia, ha instalado su despacho en la Audiencia
territorial, donde recibió algunas visitas.- Febus.” (ABC de Madrid, sábado 21 de noviembre de 1936, p. 5).
298
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 173.
299
Relata así ese traslado Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 174: “El 11 de diciembre de 1936 Demófilo
de Buen retiraba del archivo del Supremo la documentación más importante y que hoy sigue desaparecida, se
trataba de los: “Libro de actas de Sala de Gobierno abierto en el año 1935; Libro de actas de Pleno y libro de
votos reservados del mismo Tribunal. La mayor parte de la documentación sería trasladada el 28 de
noviembre de 1936. Entre ella destacaba 1100 expedientes informativos de funcionarios judiciales, las fichas
que la inspección de tribunales poseía sobre los funcionarios de la carrera judicial, carpetas y expedientes de
indultos y de cuestiones gubernativas, los expedientes relativos a la demarcación judicial de las diferentes
provincias, los libros de votos reservados de las diferentes salas; de la biblioteca también eran trasladados los
volúmenes de la Gaceta y el Diccionario de la Administración de Martínez Alcubilla. Después de esta fecha,
serían ya las necesidades concretas sobre asuntos pendientes o material fungible, las que determinaron el
traslado a la capital levantina. De estos objetos destacan por su significación, los que igualmente retiró en
94
Delegada de Madrid no logró comenzar sus actividades, aunque en precario, no se instaló
definitivamente en Valencia. Desde entonces viajó con frecuencia a Madrid, cada diez
días, y se alojaba en la casa de la calle de Serrano, que mantuvo arrendada hasta el final de
la guerra.
marzo de 1937, el magistrado Demófilo de Buen: el gran collar de la justicia, collar de diario de uso
presidencial y la placa de magistrado del Supremo de uso presidencial”.
300
En el artículo 11 del mencionado Decreto, se disponía que los magistrados del Tribunal que tuviesen
comisión en Madrid, “formarán una Sección Delegada, sin mas atribuciones que las de orden puramente
gubernativo que le conceda la Sala de Gobierno constituida en Valencia” y que “el Presidente de dicha
Sección ejercerá también en Madrid, por delegación, las atribuciones que el Presidente del Tribunal Supremo
le confíe en asuntos también puramente de orden gubernativo”.
301
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit. p. 176.
302
Presidente, General José Miaja Menant. Secretario, Fernando Frade (PSOE) y suplente Máximo de Dios
(PSOE).
Consejerías: Guerra, Antonio Mije García (PCE) y suplente, Isidoro Diéguez Dueñas (PCE); Orden público,
Santiago Carrillo Solares (JSU) y suplente, José Cazorla Maure (JSU); Industrias de Guerra, Ricardo Amor
Nuño Pérez (CNT) y suplente, Enrique García López (CNT); Abastecimientos, Pablo Yagüe Estebarán (Casa
del Pueblo) y suplente, Luis Nieto de la Fuente (Casa del Pueblo); Comunicaciones, José Carreño España
(Izquierda Republicana) y suplente, Gerardo Saura Mery (Izquierda Republicana); Finanzas, Enrique
Jiménez González (Unión Republicana) y suplente, Luis Díez Huidobro (Unión Republicana); Información y
Enlace, Mariano García Cascales (Juventudes Libertarias) y suplente, Antonio Oñate (Juventudes
Libertarias); Evacuación, Francisco Caminero (Partido Sindicalista) y suplente, Antonio Prexés Costa
(Partido Sindicalista).
95
“Hubo un momento, disparatado, en que, como reacción contra la marcha del
Gobierno, algunos irritados concibieron el propósito de sustituirlo. Los proyectiles
fueron a dar con la serena ecuanimidad de don Mariano Gómez, presidente del
Tribunal Supremo, quien, no sin algún esfuerzo, y declinando las ofertas que le
hacían, les persuadió de que el intento era un disparate, cuyas consecuencias, todas
funestas, serían, a plazo corto, incalculables. Don Mariano Gómez, que había
sacado al Gobierno Giral del trance más difícil y apurado, aceptando personalmente
una encomienda delicadísima, sacrificio auténtico y no retórico, que la República
no le agradecerá bastante, hacía otro servicio de importancia parecida al Gobierno
de Largo Caballero. Dado el ambiente que existía en Madrid contra cuantos se
habían ido a Valencia, la sustitución del Gobierno, terrible disparate, hubiera
parecido bien a los madrileños. Sin la negativa de don Mariano Gómez, elegido por
los proyectistas para presidente, y sin su consejo sereno, el conflicto del nacimiento
de un nuevo gobierno se hubiese producido. En la Junta, exactamente igual que en
todas partes, se estableció la polémica de anarquistas y comunistas. Los partidos del
Frente Popular enviaron al nuevo organismo representantes jóvenes, propicios a la
exaltación y partidarios, desde luego, de los valores absolutos. El general necesitaba
mediar en todos los conflictos como poder moderador”303.
303
Julián Zugazagoitia, Guerra y vicisitudes de los españoles, con prólogo de Santos Juliá, p. 229.
304
Ver la entrevista completa en el Anexo 3. Los días 18 y 19 e3 julio de 1936 … Anécdotas, juicios e
impresiones de la insurrección incivil y militar y de la autodefensa del pueblo en armas.
305
Relata así Carrillo el referido encuentro: “Desde el comienzo de la guerra hasta la creación de la junta la
represión había sido llevada anárquicamente y algunas detenciones y hasta ejecuciones habían sido fruto de
venganzas personales. El Estado se había quedado sin sus instrumentos normales de represión y las
organizaciones los habían improvisado.
La República no ha ocultado que en su territorio se cometieron atrocidades en la primera fase de
desorganización y caos provocados por la sublevación. Mas en cuanto estuvo en condiciones de hacerlo les
puso coto. En cambio el franquismo transformó las atrocidades en una política de Gobierno y siguió
cometiéndolas hasta años después de que terminara la guerra.
Pero el 7 de noviembre no podíamos incurrir en angelismos. ¡Afortunadas las personas que no ha tenido que
pasar por situaciones así en su vida!
La primera ayuda que yo recibí en aquel momento me la aportó don Mariano Gómez, presidente del Tribunal
Supremo, quien a pesar de la desbandada había permanecido en Madrid. El día 8 por la mañana vino a mi
despacho acompañado por un representante del Colegio de Abogados a ponerse a disposición de la Junta de
Defensa. Aquel gesto me emocionó: desde mis 21 años don Mariano Gómez, por su edad, su cargo y su
fidelidad a la República, era para mí una personalidad casi venerable. Convinimos en la urgencia de crear
órganos de justicia en los que se pudiera juzgar a los componentes de la quinta columna, con severidad y
96
El Pleno del Supremo, con los magistrados que se encontraban en Madrid, celebró
una reunión con la Junta de Defensa el 9 de noviembre y Mariano Gómez lo hacía de
nuevo con el Consejero de Orden Público y Gobernación306. Con idéntica finalidad, el
jueves día 12, junto a Pascual Leone, Magistrado del Supremo y diputado a Cortes, se
reunían con el General Miaja.
Muchas personas intentaban salir de Madrid como fuera y hacían todo tipo de
gestiones para obtener los correspondientes salvoconductos. Entre las muchas visitas que
recibió en esos días Santiago Carrillo, es reveladora de la situación que se vivía, la que le
hizo el conocido doctor Gregorio Marañón y Posadillo con el pretexto de que le facilitase
las cosas para viajar a Francia y asistir a una reunión de carácter científico. Esta visita de
Marañón le “dejó una huella en la memoria tan profunda como la de don Mariano Gómez”.
Cuenta Carrillo que, a pesar de ser consciente de que ese salvoconducto lo solicitaba
porque “se iba para el campo de enfrente”, se lo firmó inmediatamente al entender que el
rechazo a la petición hubiera tenido una repercusión más negativa para la República307.
En el mes de noviembre de 1936, Madrid padeció el cerco militar más violento que
nunca podía haberse imaginado a comienzos de la rebelión de julio de 1936. Ese maldito
golpe militar, que la República pensó estaba condenado al pronto fracaso y que los
rebeldes confiaban en su triunfo en poco tiempo, llevaría, a finales del verano, a una
situación dramática en la capital. Los facciosos a las puertas de la ciudad al mando del
General José Enrique Varela Iglesias, el Gobierno trasladado a Valencia el día 7 y medio
millón de personas en un Madrid, sin organización ni medios defensivos para enfrentarse
militarmente a los rebeldes, salvo una recién creada Junta de Defensa, que a duras penas
lograba reunirse, una milicia voluntariosa y la incorporación del entusiasmo de unas
Brigadas Internacionales no bien pertrechas de armamento. Pero incomprensiblemente,
Madrid se organizó y resistió.
urgencia pero con garantías. Los tribunales ordinarios, desertados en buena parte, no servían en aquellas
circunstancias de sitio. Por fuerza era menester acudir a Tribunales Populares compuestos por togados y por
representantes del Frente Popular. A los pocos días comenzaban a funcionar ya en Madrid, suponiendo un
progreso importante sobre la situación anterior” (Santiago Carrillo Solares, Memorias (edición revisada y
amentada), pp. 213-214).
306
Sobre la entrevista con el Consejero de Orden Público Santiago Carrillo el 10 de noviembre de 1936, ver
Santiago Carrillo Solares, Memorias (edición revisada y amentada), pp. 213-214 y ABC de Madrid, martes 10
de noviembre de 1936, p. 13.
307
Santiago Carrillo Solares, Memorias (edición revisada y amentada), pp. 221 y 222.
97
Mariano Gómez fue protagonista y testigo de esa resistencia republicana, sobre la
que dijo que “cada obús que caía sobre la ciudad mártir reforzaba la fe del pueblo
madrileño en su propio coraje. Una honda repugnancia contra la guerra totalitaria, más que
la depresión del terror, hacía estremecer las entrañas de Madrid. “¿Y estos son –decían las
gentes- los que quieren gobernar a España?” Tal era la voz general ante el patético
espectáculo de Madrid en llamas, de Madrid convertido en calvario, donde a diario caían
despedazadas numerosas víctimas inocentes … “¡Vaya una guerra santa!” 308.
308
Anexo 5. El ejemplo de Madrid, Mariano Gómez, España Republicana, p. 7.
309
Comenzaba así Miguel Hernández esa colaboración: “7 de noviembre, mejor dicho semana del 7 de
noviembre. ¿Qué no habrán dicho de ti? ¿Cuánto no te habrán ensalzado los poetas que te cantaron? Pero, sin
embargo, cuán pálido es el elogio comparado con la realidad. ¿Cómo podrá nunca pluma alguna hacer el
elogio de tan magnífica gesta? ¡7 de noviembre! Glorioso 7 de noviembre, preñado de recuerdos y de
emociones para todos los hombres que supieron con su gesta asombrar al mundo” (Miguel Hernández,
“Nuestro homenaje al 7 de noviembre”, Avanzadilla nº 17, 16 de diciembre de 1937. En la edición del diario
Público, Madrid, 2009, pp. 138-140).
310
Ver en particular la segunda parte del Vol. III. La Llama.
311
José Iturralde, Días de llamas. Se detiene Iturralde en un momento de su novela, en la descripción de la
búsqueda de un familiar desaparecido entre las fotos de cadáveres que se mostraban en locales del Palacio de
Justicia y, también, en algún pormenor relativo a una de esas muchas reuniones de jueces y magistrados con
el Presidente del Tribunal Supremo para la constitución de tribunales populares (pp. 186 a 190): “El
presidente nos esperaba, vestido de presidente: traje negro, cuello duro, corbata negra, zapatos negros. Los
Tribunales Populares, pienso con alivio, dice mientras que el Gobierno nos necesita para la noble misión de
educar en la nueva justicia al pueblo, de enseñarle a enfrentarse con sus responsabilidades. Nosotros los
hombres de la ley, debíamos ser los primeros en poner nuestra formación al servicio del pueblo y en
contribuir a que se acabaran las detenciones y los juicios expeditos y sin garantías. En su voz se introducían
trémulos de elevación moral que sonaban a hipocresía. “las matanzas de los presos que nos están
desacreditando, una noble misión y una tarea difícil, porque no nos debemos engañar. Será muy difícil y muy
peligrosa, pero tengo confianza en ustedes y nuestro fin merece todos los sacrificios”. Oñoro susurró con una
voz sombría: “¡La noble misión de legalizar el terror”! Para eso no contéis conmigo”. “O de frenarlo y acabar
con él”, replica Sanabria. “¿Con unos tribunales que serán juez y parte?” “Lo mismo que cualquier tribunal
burgués, porque creer en la imparcialidad de la justicia burguesa es una ingenuidad o una hipocresía”
312
Pablo Neruda, Obras completas, Vol. I, Explico algunas cosas, pp. 369-371.
98
…
Y una mañana todo estaba ardiendo Generales
y una mañana las hogueras traidores:
salían de la tierra mirad mi casa muerta,
devorando seres, mirad España rota:
y desde entonces fuego, pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
pólvora desde entonces, en vez de flores,
y desde entonces sangre. pero de cada hueco de España
sale España,
Bandidos con aviones y con moros, pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
bandidos con sortijas y duquesas, pero de cada crimen nacen balas
bandidos con frailes negros bendiciendo que os hallarán un día el sitio
venían por el cielo a matar niños, del corazón.
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños. Preguntaréis por qué su poesía
no nos habla del sueño, de las hojas,
Chacales que el chacal rechazaría, de los grandes volcanes de su país natal?
piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
víboras que las víboras odiaran! Venid a ver la sangre por las calles,
Frente a vosotros he visto la sangre venid a ver
de España levantarse la sangre por las calles,
para ahogaros en una sola ola venid a ver la sangre
de orgullo y de cuchillos! Por las calles
En ese Madrid en llamas, en esos días de llamas de Madrid, los jueces y tribunales
también se esforzaban en mantener su actividad cotidiana. La máxima autoridad judicial
era el Presidente del Tribunal Supremo y en las Salesas, en el Palacio de Justicia, se
sucedían las reuniones las veinticuatro horas del día y las autoridades republicanas, civiles
y militares, de Madrid y Valencia, de Barcelona, sabían la importancia que tenía el
Supremo para los facciosos, con su lealtad contaron y en ella se apoyaron en todo
momento. A partir del día 8, fecha en que comenzó a funcionar la Sección Delegada del
Supremo, empezaron a llegar a Madrid las primeras Brigadas Internacionales. Desfilaron
por sus calles y se instalaron en sus respectivos frentes de batalla.
Por la mañana del día 9, los facciosos bombardearon de nuevo la ciudad y, en esta
ocasión, los proyectiles se dirigieron también al Palacio de Justicia y sus aledaños.
Mariano Gómez estaba en su despacho y le llegó la información de que en el bombardeo
había caído un obús a la puerta del Juzgado de Guardia, en la calle Marqués de la
Ensenada, en la fachada este del Palacio. El Presidente del Supremo, junto con otros
magistrados y empleados, acudió rápidamente al Juzgado de Guardia y allí, entre la
aglomeración de gente, se encontraron con más compañeros y conocidos, parecía que los
daños sólo habían sido materiales.
99
rigor se tramitaba el correspondiente sumario para la identificación de la víctima,
circunstancias de la muerte y detención de los autores de la misma.
Allí nada se dijo o insinuó por nadie de los presentes sobre las circunstancias de esa
muerte. Por el ambiente que se vivía en esos momentos en el Juzgado de Guardia, varios
pensaron que se trataba de una víctima del bombardeo de esa mañana y, por la mente de
otros, no les tenía que extrañar que se tratase de un asesinato más de los que se producían a
diario en las calles de Madrid.
Indicó al Juez que esa cantidad de dinero la iba a incautar ya que el Gobierno se
había trasladado a Valencia, en Hacienda no se efectuaban pagos y había que abonar las
nóminas y dietas de los funcionarios judiciales, de los Jurados y Tribunales y del personal
de limpieza. El Juez se resistió a la expresada incautación, pero Mariano Gómez reiteró lo
que ya era una decisión. El Juez accedió no sin practicar la correspondiente diligencia,
reflejando por escrito los términos en que se practicaba. El dinero, dentro de un sobre en el
que figuraba escrito a mano “Elena de la Vega de la Hoz”, quedó depositado en la caja
fuerte de las dependencias de la Habilitación del Tribunal Supremo por el habilitado Luis
Cos-Gayón Travesí y en el momento del depósito estaban presentes Mariano Gómez,
diferentes personas de Habilitación y varios Magistrados como José Aragonés Champín,
Fernando Abarrategui Pontes, Santiago del Valle y Aldabalde, Miguel Torres Roldán y
Fernando Berenguer de las Cajigas.
Cuando estaban consumando sus felonías los aviones extranjeros alquilados por los
facciosos, llegó una escuadrilla de cazas republicanos, que puso en fuga a los
aparatos de bombardeo, derribando a uno de ellos. Se cree, aunque no ha podido
precisarse, que otro fue alcanzado por los proyectiles de nuestra gloriosa Aviación.
_____________________
313
Los datos de la referida incautación han sido tomados en el AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº
1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del T.S.) por malversación, FC-
TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1.
100
En los momentos en que aviones enemigos volaban sobre Madrid, de diversos
balcones se arrojaron bombas de mano y se hicieron disparos contra los transeúntes.
Estos hechos terroristas de los fascistas que todavía pululan por Madrid fueron
localizados por las milicias de retaguardia, que cada día cumplen con mayor
eficacia su difícil cometido”314.
Seis aviones de caza salieron al encuentro de veinte rebeldes, que protegían a seis
trimotores dedicados a bombardear barrios céntricos de Madrid. Se entabló un
combate, huyendo primero los trimotores y luego los cazas. Uno de nuestros pilotos
resultó herido, tomando tierra en Vicálvaro, y sufriendo el avión pequeños
desperfectos. Los restantes regresaron a sus bases sin novedad”315.
314
ABC, martes 10 de noviembre de 1936, p. 7.
315
ABC, martes 10 de noviembre de 1936, p. 9.
316
De entre la numerosa bibliografía sobre la expresada labor humanitaria de canje de prisioneros y
protección en sedes diplomáticas durante la guerra civil, ver: Javier Rubio García-Mina, Asilo y canjes
durante la guerra civil española, Edit. Planeta, Barcelona, 1979, Gabriel Jackson, La República española y
la guerra civil, RBA, Barcelona, 2005 y Antonio Manuel Moral Roncal, Diplomacia, humanitarismo y
espionaje en la guerra civil española, Biblioteca Nueva, Madrid, 2008.
101
Otro de los problemas que mas le preocupó sobre estos temas, fueron las
informaciones confusas, pero en lo sustancial comprobadas, de que se estaban produciendo
sacas de presos de derechas en las cárceles, que después eran asesinados. Expresó su
indignación al Gobierno y ante la Junta de Defensa de Madrid y se coordinó también con
los representantes diplomáticos, para intentar parar esa atrocidad. Para ello contó siempre,
entre otras personas, con la estrecha colaboración del dirigente sindical anarquista Melchor
Rodríguez317 -nombrado Inspector General del Cuerpo de Prisiones el 9 de noviembre318-,
solicitó con energía y bastante eficacia la paralización de tan denigrante actividad en las
filas republicanas y atendió numerosos casos de personas para lograr su libertad o canje.
Pero en ese Madrid en llamas tuvieron lugar hechos horribles, los paseos o simples
asesinatos de personas afines a los sublevados, la actividad de las checas como lugares de
detención arbitraria, malos tratos y tortura. Las sacas de las cárceles (Modelo, San Antón,
Porlier, Ventas) y su traslado a lugares próximos a Madrid para ser fusilados (Paracuellos
del Jarama, Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares). Varios miles de personas perdieron sus
vidas asesinadas en ese ambiente de terror.
102
cariz poco halagüeño. El 10 de noviembre el presidente del Tribunal Supremo,
Mariano Gómez, se personó en la Embajada británica y expresó su temor por la
suerte de los detenidos en las cárceles madrileñas, ante los bombardeos a que estaba
sometida la capital. El encargado de negocios informó a Londres que la población
lo soportaba con paciencia y estoicismo. No dejó de mostrar preocupación ante la
posibilidad de que también pudiera provocar un ramalazo de furia contra los presos,
las embajadas y la gente rica”322.
322
Ángel Viñas, El Escudo de la República, p. 41. Al respecto ver también la obra de Antonio Manuel Moral
Roncal, Diplomacia, humanitarismo y espionaje en la Guerra Civil española, pp. 379 y 380.
323
El texto íntegro de este telegrama lo recoge Ángel Viñas en El escudo de la República, pp. 41 y 42.
324
Félix Schlayer era el Cónsul honorario de Noruega en Madrid.
325
Georges Henny era el Delegado de la Cruz Roja en Madrid.
326
Aurelio Núñez Morgado, Embajador de Chile y decano el Cuerpo Diplomático acreditado ante la
República.
327
Henry Helfant Crigel, Agregado de Prensa de la Legación Real de Rumania.
328
Edgardo Pérez Quesada, Consejero y Encargado de Negocios de la Embajada Argentina.
329
El Cónsul honorario de Noruega era Félix Schlayer.
330
Antonio Manuel Moral Roncal, Diplomacia, humanitarismo y espionaje en la Guerra Civil española, pp.
505 y 506.
103
Esa frenética actividad humanitaria y de canjes de presos, la llevó a cabo hasta el
final de la guerra y, otros de los asuntos delicados en el que tuvo que intervenir, fue ante la
embajada belga, a raíz de los complicados casos de colaboracionismo con los facciosos por
parte del barón de Borchgrave331 y de Marc Spaey van Engelen332:
“Al final, los belgas aceptaron “que ningún agente gubernamental parece
haber tenido, directa o indirectamente, participación en el asesinato del barón de
Borchgrave … y que el Gobierno español no se encuentra comprometido en este
asunto (lo cual no era cierto, pues los autores eran anarquistas de los Servicios
Especiales del Ministerio de Guerra). El Gobierno español abonaba el millón de
francos pagado “exclusivamente por razones de equidad y consideración [a la]
familia víctima y no por obligación derivada de ninguna responsabilidad”. Como
vemos, el incidente entre belgas y españoles por el caso Borchgrave no fue
pequeño. Tardó un año en subsanarse y fue cerrado falsamente.
331
Barón Jacques Borchgrave, Auxiliar de la misión belga.
332
Marc Spaey van Engelen, ciudadano belga refugiado en la Embajada de Bélgica y colaboracionista de los
rebeldes facciosos que denunció al barón Jacquers Borchgrave.
333
SHM (Servicio Histórico Militar, Archivo de la Guerra de Liberación), CGG (Cuartel General del
Generalísimo): arm. 4; leg. 254; cap. 5, doc. 1 (ff.14 y 15); nota de los SIFNE (10134).
334
Javier Cervera, Madrid en guerra. La ciudad clandestina, 1936-1939, pp. 236 y 237.
104
El SIFNE no era otra cosa que el Servicio de Información de la Frontera Noroeste
de España, creado por los facciosos en 1936 y que llevó a cabo una actividad sorprendente.
Con el SIFNE colaboraron personas muy significadas por su implicación o simpatía con la
sublevación, personas pertenecientes a la alta sociedad de la época y que después de la
guerra, recibieron la compensación correspondiente por la dictadura franquista335.
La iniciativa del Gobierno es, por de pronto, el claro testimonio de dos cosas
de un valor inestimable. En primer lugar, que los altos poderes de la República
están en posesión plena e indiscutible de las prerrogativas que le otorgan: la
Constitución y la confianza del Parlamento y el pueblo. Y, en segundo lugar, que su
soberanía la ejercen con absoluta libertad moral, sin intromisiones de poderes
extraños, como corresponde a un auténtico Gobierno nacional, que tiene perfecta
conciencia de su autoridad para ser el más alto exponente de la voluntad colectiva,
no hipotecada a nadie.
335
Como señala Juan J. Alcalde,“Era un servicio de información privado, organizado por deseo del general
Mola, a iniciativa del conde de los Andes y dirigido por José Bertrán y Musitu – de la Lliga Catalana de
Francisco Cambó, ex ministro de Alfonso XIII. Actuaron para él hombres de letras españoles como José Plá,
Carlos Sentís, Eugenio D’Ors. También colaboró en cierto sentido el banquero Juan March. El SIFNE
contactaría con los servicios secretos alemanes (GESTAPO) e italianos” (Juan J. Alcalde, Los servicios
secretos en España. La represión contra el movimiento libertario español (1936-1995), Cap. II. Los servicios
secretos en España, primer epígrafe, Los servicios en la guerra civil (1936-1939).
105
negociación. Desde el ángulo visual de la República, el problema español ha
adquirido con la propuesta del Gobierno una gran elevación, como lo revelan las
resonancias que ha tenido en la conciencia universal.
Las guerras están regidas, sin duda alguna, por la ley de la reciprocidad: ojo
por ojo, diente por diente. Pero cuando entran en la fase de los imponderables
psicológicos, éstos son, en definitiva, los que dictan el desenlace, e importa mucho
acusar las diferencias éticas que dan la superioridad sobre el adversario, porque las
armas pueden llegar a un punto muerto. Percibir con sagacidad el momento
oportuno de movilizar las fuerzas del espíritu es acaso una de las operaciones más
delicadas en el complejo arte de la guerra, del cual la perspicacia política y la
grandeza del alma serán siempre los factores decisivos.
“En un reciente artículo hemos hablado del asilo en embajadas de Madrid durante
la guerra civil, asilo que fue posible gracias a las generosas protecciones que les
dispensó la República, sin reciprocidad ninguna por parte de los facciosos.
……
En cuanto a los canjes su cifra es más alta en la zona republicana que en la rebelde,
porque tan propicia fue a ellos la República, que no vaciló en entregar grupos
numerosos a cambio de otros más reducidos, a fin de no prolongar o de no
comprometer las negociaciones. A veces, en lugar de los republicanos pedidos por
canje, vinieron a nuestra zona individuos desconocidos o de pésimos antecedentes
que traían misiones “especiales”.
336
La Vanguardia, Barcelona, martes 6 de septiembre de 1938, p. 5.
106
Los primeros canjes se efectuaron el 11 de octubre de 1936, en cuya fecha los
destructores ingleses “Exmouth” y “Esk” trasladaron a la zona franquista 123
mujeres y niños entregados por las autoridades gubernamentales de Bilbao. Un mes
más tarde, -12 de noviembre-, por mediación de la Cruz Roja los facciosos
liberaron 10 mujeres y 12 niños capturados el 15 de octubre frente a San Sebastián
a bordo del vapor republicano “Galerna”. El 5 de diciembre desembarcaron en
Bilbao de un vapor inglés 130 rehenes puestos en libertad por la Junta de Burgos,
entre los cuales 23 niños de la colonia escolar de Logroño.
……
Franco rompe a mediados de diciembre (1936) las negociaciones entabladas por la
Cruz Roja e Inglaterra, mostrándose solamente dispuesto a “estudiar la posibilidad
de canjear algunas individualidades, en pequeño número”.
337
Mariano Gómez, Los canjes en la Guerra Española, España Republicana, 30 de mayo de 1942, pp. 6 y 7.
107
6. Conocimiento y supervisión del depósito del oro del Banco de España en Francia y la
URSS.
Según avanzaba la guerra, pronto, muy pronto, a mediados del mes de agosto,
conforme avanzaba el ejército rebelde, el Gobierno de la República comenzó a contemplar
la hipótesis de utilizar las importantes reservas de oro del Banco de España para poder
asegurar con más firmeza la victoria militar.
Sigue siendo objeto de debate el acierto o desatino de haber elegido como país de
destino de las partidas mas elevadas a la burocrática Unión Soviética, máxime teniendo en
cuenta que las sedes internacionales de las operaciones económicas, bancarias y
financieras, en especial en cuanto al oro, no se encontraban en la URSS sino en París,
Nueva York, Londres o Suiza.
Como es lógico, esta operación política tenía que llevarse a cabo con el mayor
sigilo y reserva posibles, como así se hizo. Ello produjo que, incluso al día de hoy, sigan
sin poderse establecer con precisión algunos extremos de como se llevó a cabo, aunque en
lo fundamental se conoce con suficiente fidelidad y detalle341.
La decisión política de depositar las reservas de oro en Francia (una cuarta parte) y
en la URSS (tres cuartas partes), fue adoptada por el Gobierno (poder ejecutivo) y las
338
Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España de 14 de agosto de 1936, nº 6, pp. 22 y 23.
339
Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España de 27 de agosto de 1936, nº 12, p. 45.
340
Ricardo Miralles, Juan Negrín. La República en guerra, p. 166.
341
La bibliografía sobre el depósito de las reservas de oro del Banco de España en Francia y la URSS en
1936 es muy amplia, si bien las referencias básicas y bibliografía complementaria se encuentran, entre otros,
en los siguientes trabajos: Pablo Martín Aceña, “El oro del Banco de España y la guerra civil”; Enrique
Moradiellos, Negrín; Ricardo Miralles, Juan Negrín. La República en guerra; y Ángel Viñas, El escudo de la
República. El oro de España, la apuesta soviética y los hechos de mayo de 1937 y La soledad de la
República. El abandono de las democracias y el viraje hacia la Unión Soviética.
108
Cortes (poder legislativo), con la conformidad de Azaña, Presidente de la República Azaña
y, con el conocimiento y supervisión jurídica del poder judicial en la persona del
Presidente del Tribunal Supremo. La idea de que los tres poderes quedasen vinculados a
tan importante decisión, fue de un acierto y agudeza política difícilmente cuestionables. En
tal sentido es un ejemplo más de la talla de estadista de Negrín durante la guerra, en las
diferentes responsabilidades que desempeñó, en particular como Ministro de Hacienda y
después como Presidente de Gobierno.
Por lo que hace a las remesas enviadas a Francia, lo cuenta de esta manera Ricardo
Miralles:
Y por lo que se refiere al envío a la URSS, primero se trasladó el oro del Banco de
España en Madrid al polvorín de la Algameca, dependiente de la base naval de Cartagena
(Murcia), y de allí se embarcaron en diferentes buques rumbo a la Unión Soviética. Este
envío lo relata así, también, Ricardo Miralles:
342
Ricardo Miralles, Juan Negrín. La República en guerra, pp. 165 y 166.
109
darles protección, con objeto de no levantar sospechas. El riesgo era enorme y, sin
embargo, el éxito más completo coronó la operación. Esta empresa fue realizable
entonces, en octubre de 1936; unos meses más tarde, con los submarinos italianos
controlando el Mediterráneo, habría sido ya imposible. El 25 de octubre, en mitad
de la noche, salió rumbo a Odesa el primer mercante ruso, el Jruso, con 2.020 cajas
a bordo, haciéndose a la mar inmediatamente los otros tres: el Neva, con 2.697
cajas, el Kim, con 2.100, y el Volgores, con 983.
“Por fortuna, hoy cabe avanzar en la identificación de este problema. En una de las
carpetas con documentos financieros que se conservan en la FCJN344 (la 24) existe
una nota manuscrita en la que se relacionan las disposiciones legales en que se basó
la operación. De los cuatro apartados de que consta, tres están perfectamente
identificados. Se trata del artículo primero de la base séptima de la LOB345, de los
formularios estándar entre el Gobierno y el Banco de España que permitieron los
préstamos al primero y el decreto reservado de 30 de agosto de 1936. También hay
un cuarto apartado redactado como sigue: “Texto del decreto que autoriza al
Ministro de Hacienda a disponer y ordenar el traslado del oro”. Una nota adicional
repite tal redacción y añade: “Entregado personalmente al Sr. Ministro por el Sr.
Méndez Aspe en 8 de febrero de 1937”. Nada más. Dicho decreto no figura en la
carpeta. Por la correspondencia cruzada con Prieto, sabemos no obstante que, según
Negrín, se trataba del decreto de 13 de septiembre. Éste, junto con su sanción por
las Cortes y la autorización del Consejo de Ministros del 6 de octubre, constituye la
base jurídico-política en que se fundamentó la operación”346.
110
consultar, entre otros, la importante investigación sobre este asunto llevada a cabo por el
Ángel Viñas: el material bélico fue llegando, munición, aviones y tanques de calidad,
aunque en el caso del armamento ligero y las piezas de artillería en muchos casos fuera
anticuado, en mal estado e incluso estaban desgastadas y eran de desecho y, además, todo
parece indicar que, también en ocasiones, su precio fue superior a los similares de otros
países fabricantes347.
347
Ver también a este respecto, entre otros, Pablo Martín Aceña, “El oro del Banco de España y la guerra
civil”, pp. 1.111 y 1.112.
348
Enrique Moradiellos, Negrín, p. 218.
111
V. LA GUERRA OBLIGA A QUE SIGA AL FRENTE DEL SUPREMO: TRASLADO
DEL GOBIERNO A BARCELONA HASTA SU OCUPACIÓN POR LOS REBELDES
(DICIEMBRE 1936-ENERO 1939).
Mariano Gómez tuvo que padecer estoicamente los aires revolucionarios de García
Oliver en el Ministerio, si bien éste también se veía obligado, en ocasiones, a apaciguar su
inquebrantable lealtad al anarquismo que profesaba. Las tensiones entre el Ministro y el
Presidente del Supremo, fueron siempre una constante.
El primer incidente tuvo lugar en la primera visita que hizo el Presidente del
Supremo al nuevo Ministro de Justicia. Se trataba de tener un cambio de impresiones sobre
la grave situación de la guerra y sus consecuencias en los juzgados y tribunales y sentar las
bases de una razonable colaboración para ir dando solución a los problemas. A la visita
acudieron juntos Mariano Gómez y Melchor Rodríguez, que desde hacía tiempo coincidían
en labores humanitarias de todo tipo.
Entre los muchos temas que hablaron, uno de ellos fue la necesidad de dar una
solución definitiva la interinidad en presidencia del Supremo, y, por tanto, de preparar la
convocatoria de la Asamblea para el nombramiento del Presidente, dentro del plazo de tres
meses legalmente establecido. A su vez, se habló largamente de la urgencia en acabar, de
una vez por todas, con el terror que las milicias republicanas causaban en las ciudades y en
las cárceles, también en Valencia.
La versión que ha dejado García Oliver de ese encuentro, no puede estar más
alejada de la realidad. En ese relato llega a decir que, tanto Mariano Gómez como Melchor
Rodríguez, se autopropusieron para ser nombrados, respectivamente, Presidente del
113
Tribunal Supremo sin interinidad y Director General de Prisiones349. Poco o nada sabía ni
entendía García Oliver acerca del Tribunal Supremo y del nombramiento de su Presidente
y menos conocía a Mariano Gómez, persona que jamás hizo el más mínimo gesto de
reivindicar un cargo o para mantenerse en él. De igual forma, parecía olvidar García Oliver
la proyección política de Melchor Rodríguez el día de esa entrevista, confirmada con el
tiempo hasta nuestros días, como persona defensora de los valores humanos y de la vida
por encima de las diferencias políticas.
Días mas tarde recibía García Oliver la visita de Pedro Corominas, “abogado de
nombradía, buen escritor y político federal de prestigio”, “le dije que me veía en el caso de
tener que nombrar presidente del Tribunal Supremo, cargo ocupado interinamente por
Mariano Gómez. Se lo ofrecí y declinó aceptarlo”350. No era fácil para un Ministro de
Justicia, ni para nadie, encontrar un Presidente del Supremo de la valía profesional y
lealtad republicana como Mariano Gómez. Cuenta García Oliver que después de la
entrevista llamó a Antonio Carnero y a Jaime Nebor, les ofreció, respectivamente, la
Dirección General de Prisiones y la Inspección General de Prisiones, que ambos aceptaron
sobre la marcha351.
En sus memorias, cuenta García Oliver que a finales de 1936 decidió llevar a cabo
la apertura del año judicial, olvidando, sin duda, que ese acto solemne ya había tenido
lugar en el Palacio de Justicia de Madrid el 5 de octubre de ese mismo año352. Cuenta
también, por confusión o ligereza, que en el acto de apertura del año judicial 1936-1937,
pronunció su discurso titulado “Nuevas orientaciones de la Justicia”353 - pieza oratoria de
primer orden en la que se expresan con una fuerza dialéctica y una claridad infrecuente, los
objetivos anarquistas de la justicia-, cuando en realidad se trató de un discurso por él
pronunciado en un acto político organizado por el Ministerio de Propaganda.
Pero, en cualquier caso, no cabe duda de que la llegada de García Oliver a Justicia y
su firme decisión, logró terminar con los “paseos” y el horror de la población valenciana al
denominado Comité de Salud Pública. “En Valencia existían los Tribunales populares. Sin
embargo, todas las noches se reunía, en el último piso de la Audiencia territorial, un
llamado “Tribunal de la sangre”354. Él personalmente, con coraje ejemplar, se reunió con la
veintena de hombres que componían ese Comité, pertenecientes a todos los partidos
políticos y organizaciones sindicales, y logró imponer el cese inmediato de sus actividades
criminales, desde ese mismo día355.
En este complicado ambiente político y sin visos de que la guerra cambiara de
rumbo en favor de la República, los tres meses que estableció el artículo 1º del Decreto de
349
Juan García Oliver, El eco de los pasos, pp. 415-416
350
Juan García Oliver, ob. cit., p. 472
351
Juan García Oliver, ob. cit., p. 472
352
Ver anterior Cap. IV, apartado 4. La apertura del año judicial 1936-1937, el traslado del Gobierno y el
Tribunal Supremo a Valencia y la constitución de la Junta de Defensa de Madrid.
353
Juan García Oliver, “Nuevas orientaciones de la Justicia”, discurso en el acto del Gran Teatro el 31 de
diciembre de 1936, organizado por el Ministerio de la Propaganda, pp. 11-30 de un folleto que también
contiene una intervención de Mariano Gómez y la colaboración “Algunos Decretos y Ordenes ministeriales
comentados brevemente por el Sr. Subsecretario de Justicia, Mariano Sánchez Roca”. Este discurso también
se publicó en Solidaridad Obrera, Barcelona, 1 de enero de 1937 e igualmente se recoge en la obra de García
Oliver antes citada El eco de los pasos, pp. 481-492. De nuevo, en la p. 512 de El eco de los pasos, insiste
García Oliver en que este discurso se trató del de apertura de tribunales.
354
Juan García Oliver, ob. cit., p. 469.
355
El relato completo de la supresión del “tribunal de la sangre” se encuentra en García Oliver, ob. cit., pp.
468-471 y en el trabajo de Antonio Calzado Aldaria y Javier Navarro Navarro, Valencia capital antifascista:
visiones e impresiones de una ciudad en guerra, vol. 4, “El Comité de Salud Pública”, pp. 85-87.
114
21 de agosto de 1936, por el que Mariano Gómez asumió las funciones de Presidente del
Tribunal Supremo -por ser el Presidente de Sala más antiguo-, estaban a punto de
cumplirse. Por segunda era del todo imposible convocar y reunir a la Asamblea que
propusiera al Presidente de la República los tres candidatos entre los que debía nombrar al
Presidente del Supremo. El Gobierno volvería a nombrarle, de forma interina:
Sin entrar en la valoración de los méritos que de él se hacía, que no era necesario
expresarlos en ese preámbulo, el Decreto confirmaba y prorrogaba en el desempeño del
cargo en funciones e interinamente. Conforme a las previsiones del artículo 591 de la
entonces vigente Ley Orgáníca del Poder Judicial de 1870, ante una vacante de la
presidencia del Tribunal el cargo tenía que desempeñarlo el Presidente de Sala más
antiguo. No obstante, el letrado del Tribunal Supremo, Raúl C. Cancio Fernández, entiende
hoy que el Decreto debería haber sido una mera prórroga de la interinidad que ya ejercía y
356
La Presidencia de la Sala Sexta de Justicia Militar que dejaba vacante Mariano Gómez, no se proveyó
hasta el 6 de septiembre de 1937 en que fue nombrado el Magistrado José María Álvarez Martín y Taladrid
(Gaceta de la República, 8 de septiembre de 1937, nº 251, p. 976.
357
Gaceta de la República, 22 de diciembre de 1936, nº 357, p. 1073.
115
“se convirtió sin embargo en una aberración jurídica”358. Sin ánimo alguno de polémica,
discrepo de esa opinión, pues el nombramiento que se hacía lo era para desempeñar
interinamente el cargo y, por tanto, en funciones, lo mismo que el primer nombramiento lo
fue para desempeñar la presidencia en funciones y necesariamente con carácter interno.
Otra cosa diferente es que, lógicamente, ni la Constitución ni la Ley, contemplaron antes
del 18 de julio de 1936, que en esa fecha se diera un golpe de Estado militar que
desencadenaría una guerra que iba a duras tres años.
358
Raúl C. Cancio Fernández, Guerra civil y tribunales: de los jurados populares a la justicia franquista
(1936-1939), p. 198.
359
Decreto de 2 de enero de 1937 (Gaceta de la República nº 19, 19 de enero de 1937, pp. 393 y 394).
360
AHN, FC-Mº de Justicia, Jueces, legajo 912, expediente 13.043, expediente personal de Mariano Gómez
González.
361
Una crónica detalla del acto, con el texto íntegro de las intervenciones, se encuentra en la siguiente
publicación: El Tribunal Supremo institución de la República. Solemne acto organizado por el Ministerio de
Propaganda. El Excmo. Sr. D. Mariano Gómez toma posesión del cargo de Presidente interino del Tribunal
Supremo, Ministerio de Propaganda. Crónicas del acto se pueden consultar en toda prensa, entre las que
destacan la del ABC de Madrid, jueves 14 de enero de 1937, pp. 5 y 6 y La Vanguardia, Barcelona, domingo
17 de enero de 1937, portada y p. 5.
362
Ver ABC de Madrid del sábado 9 de enero de 1937, p. 5.
116
Prometido el cargo, habló en primer lugar el Jurado popular Serafín Sánchez y, a
continuación el Presidente del Supremo. En su intervención se refirió a la legalidad, la
legitimidad, las nuevas entidades de derecho público, la justicia y la revolución y el
concepto social de la justicia. Su compromiso con el cargo que de nuevo aceptaba quedó
expresado en una de las frases que pronunció: “Recibo vuestro homenaje, no como
recompensa a merecimientos que no existen, sino como un estímulo más para perseverar
en una actitud de lealtad, que es consustancial conmigo mismo, y seguir consagrando mi
vida al servicio de la Justicia y de la República”363. En contraste con lo dicho, el Ministro
de Justicia, centró su discurso en señalar, desde una perspectiva partidista personal, la
importancia del Derecho para ese momento de la República, poniendo la Justicia al
servicio del pueblo y su objetivo anarquista de alcanzar una república de trabajadores.
En esa frenética actividad que se vivía en Valencia, Mariano supo mantener su vida
familiar y su presencia en las actividades culturales de todo tipo que se organizaban. Había
que transmitir por todas partes una sensación de control, más aparente que real, y no relajar
la batalla de la República contra los rebeldes en todos sus frentes.
363
Ministerio de Propaganda de la República Española, El Tribunal Supremo institución de la República,
Solemne acto organizado por el Ministerio de Propaganda. El Excmo. Sr. D. Mariano Gómez toma posesión
del cargo de Presidente interino del Tribunal Supremo.
364
Decreto-Ley de 22 de enero de 1937 (Gaceta de la República nº 25, de 25 de enero de 1937, p. 500).
365
Orden del Ministro de Justicia de 25 de enero de 1937 (Gaceta de la República nº 26, de 26 de enero de
1937, p. 508).
117
de la Junta del Colegio, magistrados y fiscales y algunos amigos366. Fue este uno de los
últimos actos oficiales en los que coincidió con García Oliver.
No habían pasado dos semanas desde que García Oliver fue cesado en Justicia,
impartió el día 30 de mayo, su conocida y revolucionaria conferencia titulada “2 meses de
actuación en el ministerio de justicia”367, en un Teatro Apolo de Valencia abarrotado de
público. Fue inmenso el impacto que tuvo su intervención en todas partes por la acogida
que tuvo en la prensa y en la radio. Al fin y al cabo, otro discurso de contenido político
anarquista, a los que no se acostumbraron los órganos judiciales durante el tiempo en que
fue Ministro.
Una de los muchos asuntos con los que tuvo que enfrentarse Irujo desde el primer
momento, fue el del bloqueo existente en la Sala Especial de Amnistía del Supremo para
dar salida a los expedientes. Algunos sectores anarquistas especialmente afectados por la
materia, comenzaron a expandir el rumor, infundado, de que la amnistía aprobada por el
Decreto-Ley de 22 de enero, no se llegaría a aplicar a militantes inculpados de la CNT, del
POUM y de las fracciones socialistas y ugetistas de Largo Caballero. Incluso pensaron en
la posibilidad de asesinar a Irujo369. Pero era claro que jurídica y políticamente no se podía
dar marcha atrás. La aplicación de la amnistía se llevaba a cabo desde el mes de enero en
que fue aprobada, siendo Ministro García Oliver.
A tal punto llegó la situación en las filas anarquistas, que García Oliver tomó la
decisión de visitar al Presidente del Consejo, Negrín, al Fiscal general de la República y al
Presidente del Tribunal Supremo, para evitar que llegasen a ser realidad esos rumores tan
lejanos a los propósitos del Gobierno. Éste solo buscaba agilizar los trámites en los
366
La Vanguardia, Barcelona, viernes 12 de marzo de 1937, p. 4.
367
Juan García Oliver, “2 meses de actuación en el ministerio de justicia”.
368
Anexo 8. La flor de mi recuerdo. Un gran Magistrado de la República, artículo de Manuel Irujo en
memoria de Mariano Gómez.
369
Juan García Oliver, ob. cit. p. 622.
118
expedientes de amnistía en la Sala Especial del Supremo y para ello había encomendado a
Mariano Gómez la redacción de un borrador de Decreto. A Negrín no logró verle, desistió
de hacer gestión con Ortega y Gasset y el único que le recibió fue Mariano Gómez en su
despacho del Tribunal en Valencia, que tuvo que soportar con educación, paciencia y
estoicismo, la coacción y amenaza, incluso física, del que hasta hacia poco había sido
Ministro de Justicia370. A esas alturas de la vida, nadie, ni García Oliver en actitud
claramente violenta, iba a achantar la acreditada lealtad de Mariano Gómez a la Justicia y a
la República.
A pesar de los empeños de García Oliver y de las coacciones que ejerció sobre el
Presidente del Tribunal Supremo, el Ministro de Justicia Irujo, el Fiscal de la República y
el propio Presidente del Consejo de Ministros, a comienzos de agosto de 1937, aprobaba el
Decreto371 que disponía el cese en sus funciones de la Sala Especial de amnistía del
Tribunal Supremo y pasaba los asuntos pendientes de resolución a las salas, tribunales,
juzgados y autoridades de procedencia, ateniéndose a las instrucciones que se insertaban.
Se remitían a los órganos jurisdiccionales naturales, las decisiones relativas a la aplicación
de la amnistía, agilizando así la tramitación en favor de los beneficiarios de la misma. El
referido Decreto lo firmaba Manuel Irujo como Ministro de Justicia y el Presidente de la
República Manuel Azaña. Mariano Gómez cumplió cabalmente la petición del Gobierno
de elaborar el proyecto de Decreto a pesar de las amenazas de García Oliver
Manuel Irujo, no se dejaría influir en ese orden de cosas por la herencia recibida en
el Ministerio. Seguiría trabajando en su objetivo de que el derecho y la legalidad
constitucional, no fueran relegados a un segundo plano en las conquistas sociales de la
República.
370
Juan García Oliver, ob. cit., apartado “¿Tan malos éramos?, pp. 622-625.
371
Gaceta de la República, 8 de agosto de 1937, nº 220, pp. 534-535.
119
En las sesiones de la Conferencia, que duró hasta el 8 de mayo, se aprobó el
Convenio relativo a la abolición de las capitulaciones en Egipto372 y, en los debates,
destacó por sus acertadas y valiosas intervenciones. No había que olvidar que era
Catedrático de Derecho Político Español, Comparado con el Extranjero y tenía una sólida
formación en materia de derecho internacional público y privado. De la vuelta a España de
la Delegación española en Montreux dio cuenta la prensa373.
El 23 de julio de 1937 Pilar Alfaro y sus dos hijos menores, María Lourdes y
Javier, embarcaban en el puerto de Valencia en el buque-hospital británico “Maine”,
rumbo a Marsella y desde allí de nuevo a España, por tierra, para instalarse en San
Sebastián, ciudad ocupada por los insurrectos. El día de la salida, en el puerto, la policía
quiso impedir que Javier Gaspar Alfaro, de quince años, embarcara en el “Maine”,
problema al final resuelto gracias a la intervención del Cónsul de Argentina. Mariano
Gómez y Visita supieron de los planes de evasión a territorio rebelde, pero nada hicieron
para impedirlo. Pero no todo fue fácil para la familia Gaspar Alfaro a su llegada a San
Sebastián. Baldomero Gaspar Rodrigo, republicano conservador de toda la vida y que
nunca había participado en política, fue denunciado por “rojo”, detenido e ingresado en la
prisión donostiarra. El paso de los Gaspar Alfaro al bando de los rebeldes desde la casa de
Mariano Gómez en Valencia, era un caso más de las diferencias políticas familiares en la
guerra y, su prisión en San Sebastián, otro ejemplo de la intransigencia política, en este
caso, del bando rebelde.
Mariano Gómez había adquirido una gran experiencia en las tareas solidarias desde
el comienzo de la guerra y desarrolló una importante actividad como vocal del Comité
Nacional de Ayuda a España desde su creación el 19 de abril de 1938, tanto en España
como en el extranjero. Los objetivos del Comité se centraban en estimular, orientar y
centralizar las aportaciones de carácter humanitario procedentes del exterior, destinadas al
pueblo español en su lucha contra el fascismo 375 y quedó constituido el 1 de julio376. Fue el
372
Gaceta de la República, 24 de marzo de 1938, nº 83, pp. 1448-1458.
373
ABC de Madrid, sábado 15 de mayo de 1937.
374
El Convenio tenía quince artículos y un Anexo de cincuenta y ocho preceptos y fue firmado por Estados
Unidos, Australia, Bélgica, Reino Unido, Dinamarca, Egipto, España, Francia, Grecia, India, Estado Libre de
Irlanda, Italia, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Portugal y Suiza. Entre otros extremos, establecía que
los extranjeros estarían sometidos a la legislación egipcia en materia penal, civil, comercial, administrativa
fiscal o de otra clase. Ello no sería incompatible con los principios generales adoptados en las legislaciones
modernas y no implicaría, especialmente en materia fiscal, discriminación alguna en detrimento de los
extranjeros o de las sociedades constituidas conforme a la ley egipcia, en las que los extranjeros tuvieren
intereses importantes; y, también, que en materia de estatuto personal, primaría la nacionalidad en materia de
ley aplicable, y ésta ley determinaría la jurisdicción competente.
375
El Comité Nacional de Ayuda a España se creó por Decreto de 29 de abril de 1938 (Gaceta de la
República, de 1 de mayo de 1938, nº 121, p. 623), aprobándose su organización mediante Orden de la
Presidencia del Consejo de Ministros de 1 de julio de 1938 (Gaceta de la República, de 2 de julio de 1938, nº
183, p. 16).
376
El referido Comité quedó constituido de la forma siguiente: Presidente de Honor: Dolores Rivas de
Azaña; Presidente: Diego Martínez Barrio; Vocales: Luisa G. Álvarez del Vayo, Dolores Ibarruri, Victoria
Kent, Federica Montseny, Matilde de la Torre, Álvaro de Albornoz, Jacinto Benavente, Mariano Gómez,
José Lino Vaamonde, Telesforo Monzón y Carlos Pi i Suñer; Secretario General: Francisco Ayala;
120
Comité quien le designó, junto a Francisco Ayala, Victoria Kent (Vocal del Comité y
Secretaria de la Embajada de España en París), José Mestres Puig (Subsecretario de
Sanidad) y otros, para asistir en París a la Conferencia Internacional de Ayuda a la Infancia
Española, los días 23 y 24 de julio. Para la asistencia a la expresada Conferencia el
Ministerio de Estado le concedió pasaporte diplomático377.
Secretarios Asesores: Luis Viesca Hernández y Juan Rueda Ortiz (Orden de Presidencia del Consejo de
Ministros de 1 de julio de 1938, Gaceta de la República, 10 de julio de 1938, nº 191, pp. 115-116)
377
Los trámites para la concesión del pasaporte diplomático se encuentran en AHN, FC-Mº de Justicia,
Jueces, legajo 912, expediente de Mariano Gómez, nº 13.043.
378
Ver La Vanguardia de Barcelona de la segunda quincena de septiembre de 1937.
379
Josep Andreu i Abelló. Nacido en nacido en Montblanc (Tarragona) el 8 de noviembre de 1906 y fallecido
en Barcelona el 31 de mayo de 1993. Abogado, diputado al Parlamento de Catalunya por Tarragona en 1932,
fue Presidente de la Audiencia Territorial de Barcelona y del Tribunal de Cassació de Catalunya. El 2 de
agosto de 1937 fue objeto de un atentado por anarquistas, del que salió ileso. Fue uno de los fundadores de
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en 1931 y desde 1976 afiliado al Partit dels Socialistes de
Catalunya (PSC). Exiliado en Francia desde 1939, pasó después a México y por último se instaló en Tánger.
Volvió del exilio en 1964, fue uno de los promotores de la coordinadora de Forces Politiques de Catalunya y
de la Assemblea de Catalunya, diputado al Parlamento de Catalunya por Barcelona (1977-1979) y senador
(1979-1986). Fue también Presidente del Ateneo de Barcelona.
121
Ante la imposibilidad de que el Tribunal Supremo se instalase en el Palau de
Justicia, se encontró su ubicación en la céntrica calle Mallorca380, casi en su intersección
con el Paseo de Gracia. Como me ha relatado amablemente con todo tipo de detalle
Federico Vázquez Osuna, “el Palau no daba para más, acogía el Tribunal de Cassació de
Catalunya, la Audiencia Territorial y la Provincial, el tribunal contencioso, los Juzgados de
Instrucción y toda la justicia de guerra: tribunales populares, tribunal de espionaje...”. Las
obras recientemente terminadas del Palau no permitían más modificaciones ni
ampliaciones.
380
Ver Federico Vázquez Osuna, “Un segle d’Administració de justícia al Palau.
381
“EL TRIBUNAL SUPREMO. El martes regresará a Barcelona, donde se instalará definitivamente, Don
Mariano Gómez, presidente de dicho Tribunal. Actualmente se procede a la instalación del mobiliario en la
casa dedicada a las oficinas y se cree que a fines de la próxima empezará a funcionar. Igualmente se
encuentran en Barcelona los siguientes magistrados del Tribunal de referencia: Sala primera.- Presidente, De
Buen, y magistrados, Fernández Gordillo y Fentanes. Sala segunda.- Presidente, Abarratégui. Sala tercera.-
Presidente Elola, y magistrados, Enjuto y Pérez Jofre. Sala quinta.- Presidente, Granados. Sala sexta.-
Presidente, Álvarez Taladrid y magistrados, González Barón y Calderón. También se establecerá en
Barcelona el Tribunal Popular de Responsabilidades Civiles, que preside el señor De Buen, figurando como
magistrados González Barón, Enjuto y Mediano y el secretario Montes” (La Vanguardia, Barcelona,
domingo 7 de noviembre de 1937, p. 3).
382
El 30 de enero de 1938 todavía no había sido posible terminar la mudanza a Barcelona según se desprende
de la respuesta del Sindicato Único del Transporte a un oficio del Presidente del Tribunal del anterior día 28:
“Acusamos recibo de su atento oficio de fecha 28 de los corrientes, y nos complace recordarles que el
servicio por ustedes solicitado, no fue prestado a su debido tiempo a causa del temporal de nieve que hemos
padecido. Posteriormente, las actividades bélicas de nuestro Ejército, ha absorbido nuestro material. Y ahora
que este material está disponible, carecemos de combustibles. Valencia, 30 de enero de 1938” (Archivo del
Tribunal Supremo, Expedientes de la Secretaría de Gobierno, legajo nº 3223/3, citado también por Pascual
Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 174.
122
del Comedor Colectivo de Justicia, asistencia a entierros de las victimas de los bombardeos
y de los caídos en el frente, atención de heridos en los centros sanitarios y locales
habilitados a tal fin. Además, por su experiencia en la actividad internacional, era llamado
y se veía obligado a atender al cuerpo diplomático acreditado ante la República – Francia,
Suecia, Canadá, México – y, por que se refiere a la Universidad, supo cuidar sus
tradicionales y buenas relaciones con los profesores y autoridades académicas de
Barcelona.
El hijo mayor del matrimonio, José Antonio, con apenas dieciséis años, lo mismo
acudía a más sesiones de formación rápida de piloto, que se ocupaba de sus hermanos y de
la familia o que acompañaba a su padre a los actos públicos que le permitían. Así, en la
prensa del 25 octubre de 1938, se daba cuenta de que en el acto de imposición de la Cruz
del Mérito Militar de primera clase, concedida por el Gobierno de México al general
Miaja, celebrado en el domicilio barcelonés del Jefe de Estado Mayor del Ejército, el
general Vicente Rojo, entre las altas autoridades allí presentes, se encontraba Mariano
Gómez acompañado de su hijo José Antonio385.
Pero día a día, se desvanecían las esperanzas de que el inicio de la guerra en Europa
hiciera posible que el ejército de la República, junto a los ejércitos aliados, librasen
conjuntamente la batalla final contra el nazismo alemán y los fascismos italiano y español.
En realidad, Azaña y el sector moderado del PSOE de Indalecio Prieto, pensaban que la
guerra en España estaba ya perdida, mientras que el sector radical socialista,
señaladamente Negrín, el PCE y los anarquistas, se manifestaban favorables a resistir hasta
la victoria. Pero la guerra la ganaron los facciosos, los aliados no intervencionistas ganaron
la batalla a Hitler y Mussolini y acabaron reconociendo el régimen de Franco.
383
Un mes antes el diario ABC de Madrid del día 3 de junio, informaba que el acto se iba a celebrar
próximamente.
384
La Vanguardia de Barcelona, martes 5 de julio de 1938, p. 5 y domingo 10 de julio de 1938, Suplemento.
385
La Vanguardia, martes 25 octubre 1938, p. 4.
123
compromiso público a pesar del atentado anarquista que padeció en Barcelona el 2 de
agosto de 1937 y que por poco no acabó con su vida.
386
Gaceta de la República, 21 de febrero de 1937, nº 52, p. 898.
387
Gaceta de la República, 21 de febrero de 1937, nº 52, p. 899.
124
Fiscal de la República el segundo. Con excesiva frecuencia se trataba de asuntos cuya
solución escapaban a las funciones y competencias de sus cargos y problemas cuya
solución era materialmente imposible.
El juicio contra el Coronel Villalba ante la Sala Sexta del Tribunal Supremo
comenzó el 10 de octubre de 1938. Fue defendido por el que fuera Subsecretario de
Justicia, Mariano Sánchez Roca, actuó el Fiscal Garrido388 y quedó libre por falta de
pruebas. Igual resultado judicial depararía a Asensio en ese mismo mes de octubre. En
enero de 1939, Asensio era nombrado Agregado Militar en la embajada de Estados Unidos,
desde donde expresó su apoyo al denominado “golpe de Casado” en marzo de 1939.
Falleció en el exilio, en Nueva York en 1961.
Al finalizar la guerra, Villalba estuvo exiliado en Francia hasta 1949, año en que
volvió a España y se puso a disposición de la autoridad militar. Sometido a Consejo de
Guerra, se dictó Sentencia en la que fue condenado por el delito de auxilio a la rebelión a
la pena de doce años y un día y la correspondiente baja en el ejército. Solicitó la pensión de
retiro, que le fue concedida, descontando el tiempo que estuvo en la “zona roja” y, en el
exilio, recurrió esa resolución ante el Consejo Supremo de Justicia Militar, que la
confirmó. Posteriormente recurrió ante el Ministerio del Ejército, cuyo titular Luis Carrero
Blanco, resolvió denegar el recurso el 23 de marzo de 1953389. Villalba falleció en Madrid
en 1960.
4. Con el Ministro Irujo se enfrenta al terror de las milicias republicanas e interviene para
que se respeten las garantías en el proceso al POUM y se esclarezca el asesinato de
Andrés Nin.
Desde que se inició el golpe de Estado militar, los facciosos organizaron una red de
activistas contra la República, que practicaba la violencia mediante el sabotaje,
infiltraciones en las filas del Ejército republicano y en las milicias, bajo la apariencia de ser
radicales antifascistas. Practicaron el espionaje, organizaron los conocidos como coches
fantasma desde donde disparaban a cuanto republicano encontraban en sus rutas diurnas y
nocturnas, y mantuvieron la práctica del paqueo en las ciudades. El Gobierno no pudo
atajar con eficacia esa actividad facciosa en los tres años de guerra. De una parte, por la
propia eficacia de esa actividad clandestina, pero también, debido a las importantes
diferencias que siempre surgían cuando las autoridades trataban de adoptar medidas al
respecto.
En cierta ocasión, el General Emilio Mola fue preguntado por las fuerzas de que
disponía para su inminente entrada y ocupación de Madrid en octubre de 1936 y respondió
que existían cinco columnas, cuatro de ellas de carácter militar. Preguntado sobre cual era
la quinta columna, respondió que estaba formaba por cuantos partidarios de la sublevación
se encontraban en la capital, organizados y pendientes de la toma definitiva de la ciudad390.
De ahí la noción de quinta columna, expresión posteriormente universalizada y que se
vincula a la traición de quienes con objetivos políticos, se organizan para desarrollar
actividades desleales.
388
La Vanguardia de Barcelona, viernes 7 de octubre de 1938, p. 2.
389
Esta resolución dictada por Luis Carrero Blanco, se publicó en el BOE de 18 de mayo de 1953, nº 138, pp.
2893 y 2894.
390
Sobre la quinta columna, su organización, composición y funcionamiento en Madrid, ver Javier Cervera,
Madrid en guerra. La ciudad clandestina, 1936-1939.
125
La presencia de la quinta columna en el territorio de la República, especialmente en
Madrid, fue uno de los muchos motivos por los que, en el seno de las milicias
republicanas, se desencadenaron actividades violentas al margen del poder y la ley, con la
finalidad de acabar con esa organización rebelde. El terror creado por la quinta columna se
intentaba contrarrestar con el terror autónomo de milicianos. El momento más álgido de la
actividad quintacolumnista y la violencia descontrolada de milicias republicanas, se puede
situar en Madrid a partir de octubre de 1936 y hasta mediados del siguiente mes de
noviembre.
Como expresión más relevante de los esfuerzos del Gobierno para acabar con la
violencia y el terror incontrolado ejercido por milicias republicanas en las ciudades, se
crearon los Tribunales Populares, los Jurados de Urgencia, el Tribunal Central de
Espionaje y Alta Traición o el Tribunal Central de Responsabilidades Civiles391. Al mismo
tiempo, la rivalidad entre los Ministerio de la Guerra y Gobernación para lograr
contrarrestar la acción subversiva facciosa, surgía de la forma que señala Rodríguez
Olazabal: “las cárceles se llenaron de presos “gubernativos” o “a disposición del Ministerio
de la Guerra”, y el Ministro de Justicia, señor Irujo, en un gesto fiel a la política que se
había trazado, pero difícilmente compatible con la ola de solidaridad en el seno del
gobierno, llevó a la Gaceta392 una Orden Ministerial que denunciaba abiertamente la
situación”393. Irujo siempre mostró gran decisión a la hora de corregir e intentar combatir
las ilegalidades en materia constitucional y su dimisión fue debida, esencialmente, a ese
motivo.
391
Ver al respecto, entre otros trabajos: José Rodríguez Olazabal, La administración de Justicia en la guerra
civil; Glicerio Sánchez Recio, Justicia y guerra en España. Los Tribunales Populares (1936-1939); AA.VV.,
Justicia en guerra; y, Sindicato de Abogados de UGT, con Prólogo de José Merino Blázquez, Compendio de
Tribunales Populares.
392
Orden del Ministerio de Justicia de 19 de junio de 1937, Gaceta de la República nº 172, 21 de junio de
1937, pp. 1301 y 1302, que está firmada Por Delegación del Ministro, por Mariano Ansó Zunzarrén.
393
José Rodríguez Olazabal, ob. cit., p. 106.
126
Mariano Gómez, que la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo preparara un proyecto de
decreto creando un tribunal encargado de reprimir la Quinta Columna” 394.
Una vez más, el Gobierno y sus Ministros recurrían a Mariano Gómez para sacarles
del atolladero jurídico en que, en ocasiones, se encontraban. La precipitada y conflictiva
redacción del Decreto de 22 de junio de 1937 que creó el Tribunal Especial de Espionaje y
Alta Traición395, conocido como Tribunal Central, hizo incurrir a sus redactores en
diversos errores legales que, a iniciativa de Rodríguez Olazábal y con la colaboración de
Mariano Gómez, fueron corregidos por Decreto posterior del siguiente día 29396. Señala el
primero, que Irujo “iniciaba una labor de dignificación del ministerio de Justicia que iba a
continuar resueltamente durante toda su gestión, desgraciadamente muy breve, al frente del
departamento que se le acababa de confiar. En seis meses de labor ministerial, mejoró
mucho la situación de los presos en las cárceles, reorganizó la Dirección General de los
Registros y del Notariado, los registros civiles que habían sido destruidos y los registros de
la propiedad; trabajó incesantemente por la libertad de conciencia y de cultos e insistió en
la aplicación de la ley de confesiones y congregaciones religiosas a favor de las
comunidades desposeídas sin causa justificada” 397.
394
José Rodríguez Olazábal, ob. cit., p. 106.
395
Gaceta de la República nº 174, 23 de junio de 1937, pp. 1333 y 1334.
396
Gaceta de la República nº 181, 30 de junio de 1937, p. 1422.
397
José Rodríguez Olazábal, ob. cit., pp. 96 y 97.
398
Julio Álvarez del Vayo, La Guerra Empezó en España, p. 231.
399
Gaceta de la República, 20 de octubre de 1937, nº 293, p. 250.
400
A. de Lizarra, Los Vascos y la República Española, p. 141.
127
Irujo presentó su dimisión al Presidente Negrín el 1 de diciembre de 1937, al
publicarse el Decreto de 29 de noviembre del mismo año por el que se creaban los
Tribunales Especiales de Guardia401, aprobado a propuesta del propio Negrín y no del
Ministro de Justicia. La dimisión le fue aceptada el 10 de diciembre402 y el motivo no fue
otro que su discrepancia con el mencionado Decreto, sobre el que al conocer el texto de su
primer borrador dijo: “¡Esto no es un Tribunal! ¡Esto es una checa!”403.
Pero los conflictos internos en las filas republicanas fueron la constante durante
toda la guerra y desde que el Gobierno se trasladó a Barcelona este problema se el
problema se agudizó. El Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), creado en 1935,
de orientación trotskista y revolucionaria con particular implantación en Cataluña,
mantuvo siempre una conflictiva relación con los sectores comunistas tradicionales. La
fuerte implantación anarquista en Barcelona, a la que se unió la del POUM, produjo en los
sectores comunistas un grave malestar, que unido a las tradicionales dificultades de
entendimiento entre el Gobierno de la Generalitat y el de la República, hacía que en la
ciudad se viviera un clima de tensión política particularmente agresivo y violento
401
Gaceta de la República, 1 de diciembre de 1937, nº 335, pp. 822 y 823.
402
Gaceta de la República, 11 de diciembre de 1937, nº 345, p. 1078.
403
Sobre las circunstancias de la dimisión de Manuel Irujo como Ministro de Justicia ver José Rodríguez
Olazábal, ob. cit., pp. 115-117.
404
Andrés Nin Pérez: nació, Tarragona, el 4 de febrero de 1892, después de una breve militancia en el PSOE
se afilió a la CNT, central sindical anarquista de la que llegó a ser Secretario General. Llevó a cabo una
estancia en la URSS de que se vio obligado a abandonar en 1930 por sus posiciones contrarias a Stalin. Su
sindicalismo revolucionario le llevó a participar en todos los grandes acontecimientos políticos,
especialmente en Catalunya donde desempeñó la Consellería de Justicia del 26 de septiembre de 1936 al 17
de diciembre del mismo año. Desde la creación del POUM en 1935 desempeñó importantes
responsabilidades políticas en su Comité Ejecutivo del que fue su máximo dirigente. Detenido en Barcelona
junto con los demás miembros del Comité ejecutivo del POUM el 16 de mayo de 1937 y fueron trasladados a
Valencia. Allí Andrés Nin fue secuestrado y trasladado a Madrid se le aisló de sus compañeros, fue
secuestrado e ingresado en la cárcel de Alcalá de Henares (Madrid), desde donde los servicios secretos
soviéticos le condujeron a una finca propiedad de Ignacio Hidalgo de Cisneros y Constancia de la Mora
Maura, le sometieron a tortura hasta su asesinato y el cuerpo sin vida lo enterraron en una cuneta de la
carretera en dirección a Perales de Tajuña. Para cuantos estén interesados en el caso Nin, importa destacar,
entre la mucha bibliografía existente, la importante labor de investigación que lleva a cabo la Fundación
Andrés Nin y la imprescindible obra colectiva El proceso del P.O.U.M. Documentos Judiciales y Policiales
(junio de 1937-octubre de 1938). Transcripción del sumario, juicio oral y sentencia del Tribunal Especial.
128
CNT. Las fuerzas policiales y militares intentaron sin éxito la toma del edificio en la
céntrica Plaza de Catalunya, y el POUM se sumó activamente a la defensa de la ocupación
cenetista. En ese momento todavía desempeñaba el Ministerio de Justicia el anarquista
García Oliver, que no solamente se vio desbordado por las Jornadas de mayo, sino que su
actitud en el seno del Gobierno de Largo Caballero, generaba en ocasiones tensiones de
gran importancia. Para entonces, se echaba mucho de menos que un jurista desempeñase la
cartera de Justicia como así ocurrió con el nombramiento posterior de Irujo. La aguda
intuición política de García Oliver, no bastaba para atender las importantes carencias de
todo orden en la administración de justicia.
Justo en las fechas en que se practicaban esas detenciones, García Oliver era
sustituido por Irujo en Justicia y, al mes, se aprobaba la comentada Orden de 19 de junio
de 1937, para acabar con las detenciones irregulares y lograr la puesta en libertad de
cientos de personas ingresadas en prisión a disposición gubernativa. Loa detenidos del
Comité Ejecutivo del POUM fueron trasladados de Barcelona a Valencia. Andrés Nin fue
llevado a Madrid en circunstancias de un auténtico secuestro por fuerzas policiales
controladas por agentes soviéticos y, después, se supo que fue sometido a tortura en un
casa de Alcalá de Henares durante los días 18 a 22 de junio, fecha esta en que fue
asesinado. Todo parece indicar que la operación policiaca estuvo dirigida por el general
soviético Orlov y todavía en la actualidad no ha sido posible encontrar el cadáver de Nin.
Por parte de los servicios de información controlados por agentes soviéticos se intentaba
extender la tergiversada y falsa versión de que Andrés Nin era un agente de Franco y
estaba vinculado a la GESTAPO.
129
investigación exhaustiva en contra de la impunidad policial y judicial y, para ello, contaron
también con la colaboración de Carlos de Juan, Teniente Fiscal del Tribunal Supremo406.
Como bien recuerda Mariano Gómez Alfaro en la actualidad, las presiones de todo
tipo ejercidas sobre su padre e Irujo, llegaron al punto de que el Gobierno le ofreció,
“aduciendo que le veían muy cansado, cesar en la presidencia del Tribunal Supremo para
ser nombrado Embajador en Buenos Aires”. Pero “rechazó de plano ese ofrecimiento e
insistió con energía en sus demandas de justicia y claridad en el caso Nin y el proceso al
POUM”. Según recuerda también en el día de hoy Mariano Gómez Alfaro, “para entonces
todo parecía indicar que el Gobierno tenía claras sospechas de que la orden de matar a
Andrés Nin habría partido de Stalin”.
130
Entre la acciones de presión internacional ejercidas ante el Gobierno contra el
proceso al POUM, Manuel Irujo, siendo todavía Ministro de Justicia, dirigió a Mariano
Gómez una carta fechada en Barcelona el 28 de noviembre de 1937, en la que le pedía su
parecer en relación con la petición recibida del prestigioso abogado francés Louis
Noguères de 18 de noviembre de 1937, para asumir la defensa en el proceso410.
Desgraciadamente la respuesta no podía ser más que negativa pues la legislación vigente
no admitía que un letrado extranjero, sin título expedido por Universidad española, ni
inscrito el correspondiente Colegio de Abogados, actuase ante los tribunales españoles411.
410
Fernando Díaz-Plaja, Los grandes procesos de la Guerra Civil española, pp. 283-284.
411
Fernando Díaz-Plaja, ob. cit., pp. 284-285.
412
El Tribunal tuvo la siguiente composición: Presidente, Eduardo Iglesias Portal; Magistrados: Manuel
Hernando Solana, Ernesto Beltrán Díaz, Julián Calvo Blanco y Juan Manuel Mediano Flores. Como parte
acusadora el Ministerio Fiscal estuvo representado por el Abogado Fiscal del Tribunal Supremo José Gómis
Soler. Fue Ponente el Magistrado Ernesto Beltrán Díaz.
413
La Sentencia y toda la documentación relativa a este proceso puede consultarse en la importante e
imprescindible obra colectiva, con presentación y notas de Víctor Alba y Marisa Ardevol y la colaboración
de Manuel Alberich, Salvador Clop, Sebatià Padrós, Enric Panadés, Joan Rocabert, Pilar Romeu y Rafael
Sardá, El proceso del P.O.U.M. Documentos Judiciales y Policiales (junio de 1937-octubre de 1938).
Transcripción del sumario, juicio oral y sentencia del Tribunal Especial.
414
AA.VV., El proceso del P.O.U.M…, ob. cit., p. 489.
131
celebrado a partir del 11 de octubre de 1938, en particular las de Julián Zagazagoitia,
Francisco Largo Caballero, Manuel Irujo y Josep Andreu i Abelló415.
“… tras su detención [de Andrés Nin], con el resto de los miembros del Comité
Ejecutivo, fue separado de ellos desde el primer momento. Y mientras el resto era
enviado a Valencia, Nin fue detenido en la cárcel de Alcalá de Henares, donde los
servicios secretos soviéticos, con importantes complicidades españolas, simularon
una fuga del preso, mientras era recluido en la finca propiedad del coronel de
aviación Hidalgo de Cisneros y de Constancia de la Mora Maura416, dos aristócratas
miembros ahora del PCE. Se había puesto en marcha la denominada “Operación
Nikolai”, diseñada por el jefe de la GPU417 en España, el coronel Alexander
Orlov, con el objetivo de llevar a cabo un magno proceso en Barcelona contra el
POUM, que le identificase como una organización fascista. Es lo que el estalinismo
había hecho en Moscú contra la vieja guardia bolchevique… Durante los
interrogatorios que pretendían arrancarle la inculpación sobre las supuestas
complicidades fascistas se les quedó en las manos. Entonces decidieron enterrarle
clandestinamente al lado de la carretera que conducía a Perales de Tajuña, mientras
hacían circular la versión de que se había fugado y se hallaba escondido en
Salamanca o en Berlín. …”418.
5. Al cumplirse dos años de guerra: declaraciones a Max a Max Aub en Ce Soir y fracaso
de la creación del Tribunal Supremo franquista.
Había conocido a Max Aub en Valencia durante el tiempo en que allí estuvo la sede
del Tribunal Supremo. Más tarde, una vez en Barcelona, tuvo varios encuentros con él y de
ahí que Max Aub, en su condición de enviado especial del diario Ce Soir de Paris,
decidiera entrevistar al Presidente del Supremo con ocasión de aproximarse el 18 de julio
de 1938 y cumplirse dos años de resistencia de la República contra la insurrección militar.
La entrevista la trasmitió por teléfono a la redacción del diario y se publicó con gran
relieve tipográfico el lunes 18 de julio de 1938419. En la primera página se insertaba una
fotografía de Mariano Gómez, vestido con toga de Magistrado y sobre ella el Gran Collar
415
El texto de las citadas declaraciones testificales en la vista se encuentra en la obra colectiva citada El
proceso del P.O.U.M…, pp. 355-419.
416
Constancia de la Mora Maura: nieta de Antonio Maura, casó en segundo matrimonio, con Ignacio Hidalgo
Cisneros y López de Montenegro, jefe de la aviación republicana. En sus memorias tituladas Doble
esplendor, con prólogo de su pariente Jorge Semprún Maura, no menciona a Nin.
417
Servicios de información de la URSS.
418
Pelai Pagés i Blanch, Cataluña en guerra y en revolución, 1936-1939, pp. 214 y 215.
419
Ver Anexo nº 2, Dos años de justicia republicana, una entrevista a Mariano Gómez González, Presidente
del Tribunal Supremo por Max Aub, Ce Soir, Grand Quotidien d’Information Indépendant, Paris, lunes 18
de julio de 1938, portada y p. 5. Este diario fue un diario creado por el entorno del Partido Comunista
Francés en marzo de 1937, aunque nunca fue órgano oficial del mismo. Por su dirección pasaron Louis
Aragón y Jean-Richard Bloch y, por su redacción, profesionales e intelectuales del prestigio de Gastón
Bensan, René Dunan, Elie Richard, Édith Thomas, André Viollis, Max Aub, Georges Soria o Louis Parrot y
el fotógrafo Robert Capa. De gran implantación en Francia y el extranjero, llegó a tener una tirada superior a
los 250.000 ejemplares diarios. Cerrado en agosto de 1939, junto con otros diarios franceses como
L’Humanité, reapareció en agosto de 1944 y vio su fin en marzo de 1953.
132
de la Justicia. Detrás, se podía apreciar un gran mapa de España, en el que destacaba
claramente el Levante de la península, Cataluña, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia. El
texto ocupaba un lugar destacado de la página 5 con el siguiente titular: Dos años de
justicia republicana, una entrevista a Mariano Gómez González, Presidente del Tribunal
Supremo.
Poco más tarde, se iba a repetir el ataque frontal contra Manuel Azaña y Mariano
Gómez en las páginas del ABC de Sevilla de 14 de septiembre de 1938, en esta ocasión
otra persona que utilizaba el seudónimo de Siul, en su columna fija “Los hombres y los
días” 421. Tras ese seudónimo se encontraba Luis Martínez Galisoga y de la Serna, otro
peculiar periodista defensor de la rebelión militar, proveniente de las filas de Renovación
Española, que fue director del diario ABC de Madrid desde el 5 de marzo de 1936, fecha en
que abandonó el cargo Juan Ignacio Luca Tena y que, más tarde, fue nombrado director del
ABC sevillano en plena guerra. Su pasión por el “generalísimo” y su buena relación con
Francisco Franco Salgado, dio como resultado que ambos publicaran alalimón, en 1956, la
biografía del dictador titulada Centinela de Occidente. Terminada la guerra, Siul también
fue bien correspondido por Franco, que le designó para la dirección del diario La
Vanguardia Española de Barcelona en mayo de 1939 hasta 1960 y para el cargo
compatible de procurador en Cortes. Su paso por Barcelona dejó huella.
420
ABC de Sevilla, sábado 23 de julio de 1938, p. 11.
421
ABC de Sevilla, miércoles14 de septiembre de 1938, p. 11.
133
Conforme avanzaba la guerra y los rebeldes ocupaban territorios, iban sentando las
bases de ese Nuevo Estado que se proponían construir y, dentro de él, lo que concebían
como nuevo poder judicial sometido al Glorioso Ejército Nacional y a su caudillo. Primero
crearon el Alto Tribunal de Justicia Militar422, por Decreto dado en Salamanca el 24 de
octubre de 1936, cuya presidencia se encomendó al Teniente General del Ejército,
Francisco Gómez Jornada Souza423. Dos años después, crearon su Tribunal Supremo
mediante Ley dada en Burgos el 27 de agosto de 1938, “III Año Triunfal”424.
Por tanto, a partir de esta decisión de los sublevados, en España existieron dos
Tribunales Supremos, el constitucional de la II República, que continuó funcionando hasta
422
Decreto nº 42 de 24 de octubre de 1936, por el que se crea el Alto Tribunal de Justicia Militar (BOE,
Burgos, 1º de noviembre de 1936, Año I, nº 18, pp. 77 y 78).
423
Decreto nº 43 de 24 de octubre de 1936 (BOE, Burgos, 1º de noviembre de 1936, Año I, nº 18, p. 78).
424
BOE, 10 de septiembre de 1938, nº 72, pp. 1168-1171.
425
Con esa fecha el Gobierno de la República aprobó dos Decretos en relación con la organización y
funcionamiento del Tribunal Supremo, publicados en la Gaceta de Madrid de 7 de mayo de 1931, nº 127:
Decreto reorganizando el Tribunal Supremo, p. 575 y Decreto dictando normas para cubrir vacantes
existentes en el Tribunal Supremo de Justicia, pp. 575 y 576.
426
Ley de 8 de octubre de 1932 sobre el nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo por el de la
República a propuesta de una Asamblea (Gaceta de Madrid, 18 de octubre de 1932, nº 292, pp. 394 y 395).
427
Con esa misma fecha la República aprobó las dos leyes siguientes, ambas publicadas en la Gaceta de
Madrid, Diario Oficial de la República, 21 de junio de 1936, nº 173: Ley relativa a la responsabilidad civil y
criminal en que puedan incurrir los Magistrados, Jueces y Fiscales en el ejercicio de sus funciones o con
ocasión de ellas, pp. 2539 y 2540 y Ley modificando en los términos que se indican los artículos 1º y 6º de l
Ley de 8 de octubre de 1932 sobre nombramiento del Presidente del Tribunal Supremo, p. 2540.
134
el término de la guerra, y el faccioso que no logró más que constituirse y celebrar tres
sesiones de su Sala de Gobierno en la Sala de Juntas del Palacio de la Provincia de
Vitoria428 y seis en la planta superior del Palacio de Justicia de Valladolid, radicado en la
Real Chancillería429. La siguiente sesión de la Sala de Gobierno se celebró en Madrid,
finalizada la guerra, en el Palacio de Justicia de Madrid el día 20 de mayo de 1939.
Fueron grandes los esfuerzos que llevaron a cabo para que el Tribunal Supremo
faccioso se constituyera y comenzase sus actividades. Comenzó la selección y
nombramientos de Presidente del Tribunal y de los de sus cuatro Salas, así como los de
Magistrados, Fiscales y empleados en general, aunque su composición no iba a quedar
asentada hasta después del 1 de abril de 1939430. Se dictó un primer bloque de Decretos
procediendo al nombramiento de nuevos magistrados, que se unían a los antiguos afectos
al “Glorioso Movimiento Nacional”. En primer lugar se nombró Presidente a Felipe
Clemente de Diego431; a continuación se nombró magistrados de la Sala Tercera432 a
Rafael Rubio y Freire Duarte, Joaquín Lacambra Brum, Juan Gualberto Bermúdez
Ballesteros, Félix Álvarez Santullano y Aramburu, Eduardo Alonso Alonso, Eduardo
Dívar Martín, Eugenio Eizaguirre y Pozzi, Domingo Guzmán Lacalle Matute, José
Márquez Caballero, Mariano Miguel Rodríguez, Ildefonso Bellón Gómez y Germán Prior
Untoria; días después433, se nombró magistrados para su posterior asignación de Sala, a
Luis Suárez y Alonso de Fraga, Luis Felipe Vivanco y Pérez del Villar, Celestino Valledor
y Suárez de Otero; y, más tarde, el 10 de noviembre434, se nombró magistrados para su
posterior asignación de Sala, a Galo Ponte Escartín, Salvador Minguijón Adriano, Federico
Castejón Martínez de Arizala, Manuel Miralles Salabert435 y Felipe Gil Casares. Y, de otra
parte, se nombraba Fiscal de ese Tribunal a Blas Pérez González436 y se comenzaban a
cubrir todos los puestos de la Secretaría de Gobierno y la Fiscalía así como del personal
administrativo.
428
Sesiones de 26 de noviembre, 5 de diciembre y 7 de diciembre de 1938.
429
Sesiones de 27 de enero, 24 de febrero, 11 de marzo, 6, 8 y 18 de abril de 1939.
430
A este respecto hay que destacar el trabajo llevado a cabo por Mónica Lanero Táboas en su obra Una
milicia de la justicia. La política judicial del franquismo (1936-1945), que incluye 28 útiles cuadros
repartidos a lo largo del texto. Además, resulta de interés especial, la obra colectiva Justicia en guerra,
correspondiente a las “Jornadas sobre la Administración de Justicia durante la guerra civil española:
instituciones y fuentes documentales”, en particular el apartado Justicia ”Nacional”, pp. 249-404.
431
Decreto dado en Burgos el 27 de agosto de 1938, Tercer Año Triunfal (BOE, 11 de septiembre de 1938, nº
73, p. 1182).
432
Todos ellos en su respectivo individual Decreto dado en Burgos el 20 de septiembre de 1938, III Año
Triunfal (BOE, 3 de octubre de 1938, nº 95, pp. 1589 y 1590).
433
Decretos dados en Burgos, el 6 de octubre de 1938, III Años Triunfal, (BOE, 25 octubre 1938, nº 117, p.
1992).
434
Decretos respectivos dados en Burgos el 10 de noviembre de 1938, III (BOE, 26 de noviembre de 1938, nº
149, p. 2590 y 2591).
435
Manuel Miralles Salabert (Madrid 29 de marzo de 1876 - Madrid 16 de marzo de 1941). Abogado; Jefe de
Administración de 1ª clase; diputado por el Partido Liberal-Conservador (1907-1910); Gobernador Civil en
Ávila, León, Soria y Guipuzcoa; detenido durante la dictadura de Primo de Rivera; Académico de la Real de
Legislación y Jurisprudencia; en julio de 1931, al ser nombrado Secretario del Gobierno Civil de Lérida,
solicitó la excedencia por “asuntos particulares” para poder atender a tres de sus hijos, Luis, Carlos y Manuel
Miralles Álvarez (hermanos Miralles), presos en la cárcel Modelo de Madrid. (los hermanos Miralles,
monárquicos, miembros de Renovación Española, destacaron por su oposición a la República, participaron
activamente en la organización de la sublevación del 18 de julio de 1936 y fallecieron en el frente); y
nombrado Magistrado Tribunal Supremo franquista el 26 de noviembre de 1938. (Abuelo paterno del autor
de este libro).
436
Real Decreto dado en Burgos el 10 de noviembre de 1938, II Año Triunfal (BOE, 22 de noviembre de
1938, nº 145, p. 2514.
135
El Tribunal Supremo faccioso se constituyó formalmente en Vitoria el 25 de
noviembre de 1938, acto en el que tomaron posesión los magistrados y, al día siguiente, la
Sala de Gobierno se reunía por primera vez en la Sala de Juntas del Palacio de la Provincia.
El Fiscal, a indicación del Gobierno, solicitó que se evacuase informe acerca de la capital
que pudiera reunir las condiciones más adecuadas para la instalación del Tribunal y se
acordó realizar gestiones en Valladolid, Salamanca y Pamplona437. Acordado que la sede
del Tribunal estuviera en Valladolid, en el Palacio de Justicia sede de la Audiencia
Territorial, ocuparon el primer piso de la Real Cancillería. Pero la Sala de Gobierno no
logró reunirse en dicha sede hasta el 27 de enero de 1939.
437
Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro Registro 15, Referencia 601927, Libro de Actas de
las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Acta de la primera sesión celebrada
en Vitoria el 26 de noviembre de 1938, Tercer Año Triunfal. Asistentes: Excmos. Sres. Felipe Clemente de
Diego Gutiérrez (Presidente), el Fiscal Blás Pérez González y los Presidentes de Sala Magistrados Galo
Ponte Escartin, Rafael Rubio-Freire Duarte, José Eduardo Alonso Alonso, Eduardo Dívar Martín y el
Secretario de Gobierno de Gobierno Francisco Javier Tornos Lafitte.
La prensa también se hacía eco de las actividades del Tribunal para eligir su sede entre las ciudades de
Valladolid, Salamanca y Pamplona (ver ABC de Sevilla, jueves 1 de diciembre de 1938, p. 17.
438
BOE, 17 de septiembre de 1938, nº 79, p. 1282.
439
“reorganizado y pronto a constituirse el Tribunal Supremo de Justicia y dentro de la Secretaría de
Gobierno y Fiscalía del Tribunal, todos los funcionarios pertenecientes al personal administrativo que se
hallase desempeñando sus funciones en las indicadas Secretarías de Gobierno y Fiscalía al iniciarse el
Glorioso Movimiento Nacional y se encuentren en zona liberada, harán su presentación en el plazo de diez
días, desde el anuncio, ante sus Jefes respectivos, a fin de dar comienzo a la prestación de sus servicios”
(Anuncio fechado en Vitoria el 7 de octubre de 1938, III Año Triunfal (BOE, 18 de octubre de 1938, nº 110,
p. 1886).
440
Anuncio fechado en Vitoria el 21 de diciembre de 1938, III Años Triunfal (BOE, 23 de diciembre de
1938, nº 176, p. 3114).
136
para el logro de tales objetivos habrá de realizar el Excmo. Sr. Presidente, se eleve al
Excmo. Sr. Ministro de Justicia”, una exposición sobre los temas tratados441.
En fin, cabe señalar que todos los órganos judiciales se vieron especialmente
afectados en su actividad por la Ley dada en Burgos el 8 de mayo de 1939444, sobre
invalidez de las actuaciones practicadas por funcionarios extraños al Movimiento
Nacional, así como por el Decreto dado en Madrid el 30 de diciembre que la desarrolló445.
Con estas normas, se decidía dejar sin efectos y declarar nulas, cuantas decisiones se
adoptaron por los jueces y tribunales de justicia que actuaron conforme a la Constitución
441
“En cuanto al funcionamiento del Tribunal Supremo también se preocupa la Sala de Gobierno del medio
de que sea en la fecha más próxima posible, a pesar de que las dificultades de orden material que se han
presentado han sido enormes y casi imposibles de superar a pesar del celo de las Autoridades locales. El
problema de los alojamientos ha sido hasta ahora invencible faltando viviendas para buen número de
funcionarios si bien ello no ha de ser obstáculo para el comienzo de la vida judicial, ya que, pese al sacrificio
que para el personal supone, se suplirán con hospedajes y pensiones. Ha sido también necesaria la ejecución
de importantes obras de adaptación del edificio, cuyo estado actual permite asegurar su rápida terminación.
Todo ello hace esperar que en plazo brevísimo podrán alzarse los términos en suspenso para que los
Tribunales inferiores comiencen la remisión de asuntos, y por tanto ha estimado la Sala de Gobierno llegado
el momento de proponer también a V. E. la resolución de los siguientes extremos: ……Y por último y a fin
de que en el momento de comenzar su actuación este Tribunal se hallen completas las plantillas de su
personal, llamo así mismo la atención de V.E. sobre la necesidad del nombramiento del Abogado Fiscal que
aún falta por nombrar, ya que el mayor trabajo en los primeros momentos ha de pesar sobre esos funcionarios
dado el número de recursos principalmente de lo criminal y contencioso-administrativo que existen
pendientes en los Tribunales”. Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro Registro 15, Referencia
601927, Libro de Actas de las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Acta de
la sesión celebrada en Valladolid el día 24 de febrero de 1939. Asistentes: Excmos. Sres. Clemente de Diego
Gutiérrez (Presidente), Galo Ponte Escartín, Rafael Rubio Freire-Duarte, Eduardo Alonso Alonso, Eduardo
Dívar Martín (Magistrados), Blas Pérez González (Fiscal) y Francisco Javier Tornos Lafitte (Secretario).
442
BOE, 16 de abril de 1939, nº 106 , p. 2168
443
Decreto del Consejo Nacional de Defensa dado en Madrid el 24 de marzo de 1939 (Gaceta de la
República, 26 de marzo de 1939, nº 78, p. 582). José López-Soro Cirugeda, antes de ser nombrado Secretario
de la Sala Superior de Apelación era Secretario de Gobierno Habilitado del Tribunal Supremo. Fue
Magistrado del Tribunal Supremo desde 1935 hasta el final de la guerra.
444
El Preámbulo de esta Ley decía así: “Es una realidad inconcusa que desde la fecha del Glorioso
Alzamiento Nacional la jurisdicción ejercida en los territorios de dominación roja se convirtió en meramente
de hecho y quedó privada de legitimidad. Todas las actuaciones tramitadas por los jueces extraños al
Movimiento Nacional son, pues, absolutamente nulas.
Sin embargo, como esta realidad conduciría en su derivación lógica a una incoación de todos los
procedimientos que de hecho se sustanciaron, la prudencia aconseja, para evitar a los litigantes gastos
superfluos y duplicidad de trámites innecesarios, no llevar hasta sus últimas consecuencias aquel principio
inconcuso.
Las disposiciones que a continuación se articulan tienden a coordinar ambos postulados, privando a todas las
resoluciones de cualquier orden, emanadas de los Tribunales actuantes en la zona roja, de cualidad de firmes,
de modo que, no produciéndose respecto de ellas la santidad de cosa juzgada, no es útil la excepción que la
protege” (BOE, 13 de mayo de 1938, nº 133, pp. 2620-2622).
445
BOE, 10 de enero de 1940, nº 10, pp. 215-218.
137
de la República, en todos los ordenes judiciales y con mención especial al Tribunal de
Cassació de la Generalitat de Catalunya, desde el 18 de julio de 1936 hasta el 1 de abril de
1939.
Entre todas esas gestiones se propuso recuperar para la República, los fondos en
efectivo de que disponía la Asociación Mutuo-benéfica de los Funcionarios de la
446
Juan Moles Ormella: nació en Barcelona en 1871 y falleció en el exilio, en México, en 1945. Decano del
Colegio de Abogados de Barcelona; Gobernador Civil de esta ciudad del 2 de enero de 1932 al 20 de enero
de 1933; Alto Comisario de España en Marruecos del 21 de enero de 1933 hasta su dimisión el 23 de enero
de 1934 y del 11 de marzo de 1936 hasta su dimisión el 13 de mayo de 1936; Gobernador General de
Cataluña del 17 de febrero de 1936 hasta su dimisión el 4 de marzo de 1936; Ministro de la Gobernación del
3 mayo de 1936 hasta su dimisión el 19 de junio de 1936; y Presidente de la Comisión Jurídica Asesora,
cargo del que tomó posesión en Barcelona el 4 de enero de 1939 hasta el termino de la guerra en que se vio
obligado al exilio donde falleció en México en 1945.
447
El Gran Collar de la Justicia, creado en el reinado de Isabel II, en el Consejo de Ministros de 10 de abril
de 1844, presidido por Luis González Bravo López de Arjona, a propuesta del Ministro de Gracia y Justicia,
Luis Mayans y Enríquez de Navarra (Ministerio de la Presidencia, Actas del Consejo de Ministros. Isabel II
(1843-1844 y 1854-1855), Primera República española (1873 y 1874), Tomo X, Madrid, 1996, [54], Sesión
de 10 de abril de 1844, p. 146). Es el símbolo de la más alta Justicia que en España administra el Tribunal
Supremo y su utilización corresponde a su Presidente como distintivo del cargo que desempeña. De forma
tradicional lo lleva el Presidente en el acto de apertura de los tribunales y es costumbre que se ceda al Rey
cuando asiste a dicho acto. El Subsecretario de Gracia y Justicia, Manuel Ortiz de Zúñiga, encomendó la
ejecución del Gran Collar a Pablo Cabrero, director de la fábrica platería de Martínez, situada en el Prado,
Madrid, que trabajaba con frecuencia para la familia real y a la que en ocasiones obsequió con obras de su
taller.
138
Administración de Justicia, que ascendía a la cantidad de “unos ocho millones de pesetas
en 1937”. Pero no pudo salvar la resistencia ofrecida por un magistrado del Tribunal y dos
funcionarios de Justicia, los tres afines a los facciosos y miembros del Consejo de la citada
Asociación, que con engaño y mentira hicieron imposible la gestión448:
Las continuas dilaciones obligaron al presidente del Tribunal a buscar otra solución
para conseguir este capital. Se pensó en modificar el reglamento de esta institución,
para permitir que cualquier magistrado de la asociación pudiera solicitar como
préstamo personal hasta cinco mil pesetas, para “cuando tuvieran que salir de
España”. La propuesta fue denegada por los consejeros por falta de firmas. El
capital de la Mutualidad seguía intacto y pudo mantenerse así a pesar de que, poco
antes de la pérdida de Barcelona, el presidente del Supremo exigió la entrega de
cincuenta mil pesetas para algunos gastos. Ante la nueva negativa de los consejeros,
Mariano Gómez amenazó que solicitaría al gobierno la reforma de dicho
reglamento. Una modificación que nunca se produjo”451.
“Dos días antes [en realidad debió de ser el viernes día 20 de enero] de entrar en
Barcelona la División Littorio de los italianos, con una leve, pero feroz retaguardia
franquista, el Presidente del Tribunal Supremo, D. Mariano Gómez, nos dio a todos
los magistrados la orden de evacuar, trasladándonos a Gerona con la mayor rapidez
posible. Me puse entonces en contacto con mis amigos barceloneses y vi que
Barcelona no estaba dispuesta a resistir. Cierto es que se hallaba en peores
condiciones que Madrid, pues le faltaba una retaguardia abastecedora, pero no
dejaron de influir en aquel desolador espíritu de entrega el desencanto de ciertos
elementos anarquistas que, desde su fallida revuelta de mayo de 1937, se
consideraban expelidos de la República, y una mal velada indiferencia de los
448
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit. p. 211.
449
Aurelio Cruz y Martín: Jefe de Negociado de tercera clase del Cuerpo administrativo del Ministerio de
Justicia.
450
Mateo Tejero Gozalo: Jefe de Administración de 3.ª clase del Cuerpo técnico-administrativo del
Ministerio de Justicia.
451
Archivo del Ministerio de Justicia (A.M.J.), Expedientes personales, Leg. 6275/2, exp. 14466, expediente
de Felipe Uribarri.
139
catalanes más exaltados, que encontraban nuestra República demasiado unitaria,
para lo que ellos soñaban y apetecían. El caso es que Barcelona “no resistió”, y
hubo que huir de allí como de una tierra inundada.
Si bien no se sabe con exactitud la fecha exacta en que Mariano Gómez emprendió
su salida de Barcelona, tuvo que ser el 20 o el 21. Se sabe que iba acompañado, que se
trataba de un grupo de personas y que marcharon en uno o dos vehículos con el equipaje
imprescindible. Su mujer e hijos abandonaban Barcelona en igual fecha, con otro grupo de
personas, directamente hacia la frontera de Figueras, sin saber tampoco como ni en que
momento lograrían pasar a Francia.
452
José Antonio Balbontín Gutiérrez, La España de mi experiencia. Reminiscencias y esperanzas de un
español en el exilio, pp. 238-239.
453
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 213.
454
Decreto de 23 de enero de 1939 (Gaceta De la República, Diario Oficial, Barcelona, lunes 23 de enero de
1939, nº 23, p. 331).
455
La información relativa al depósito del Gran Collar de la Justicia en Gerona, me la han facilitado Charito
y Mariano Gómez Alfaro en Buenos y se han ratificado en su relato a pesar de conocer la versión de Azaña
que dijo estaba depositado en Figueras (Manuel Azaña. Obras completas, Vol. VI, julio 1936/agosto 1940, p.
626)
140
ellos su cuñado Cipriano Rivas Cherif456, quienes ante la imposibilidad de alojarse en la
casa que desde hacía tiempo se les había habilitado, lo hicieron en la que se encontraba el
Presidente del Supremo y otras personas, quienes tuvieron que instalarse en una casa
contigua. A las pocas horas la aviación bombardeaba el pueblo, causando sólo daños
materiales457. El grupo en el que iba Mariano Gómez continuó su camino al día siguiente.
Por esos días el Embajador francés, Mr. Henry, mantuvo un elevado número de
encuentros y entrevistas a los dos lados de la frontera y, entre las personas con las que se
reunió, lo hizo en varias ocasiones con Mariano Gómez. En sus conversaciones, dos fueron
los temas prioritarios tratados: la necesidad de que Francia abriera de nuevo la frontera,
prácticamente cerrada desde el 21, y la forma de plantear con eficacia la entrevista en París
con el Ministro Serraut.
456
Cipriano Rivas Cherif: nacido en Madrid en 1891 y fallecido en el exilio en México en 1967. Director de
escena, como escritor recibió el Premio Nacional de Literatura en 1931. Colaboró y dirige compañías de
teatro, actores y con Margarita Xirgu estrenó en el Teatro Español de Madrid, en 1934, la obra de Federico
García Lorca Yerma. Azaña casó en 1929 con María Dolores Rivas Cherif. Estando Cipriano en México el 18
de julio de 1936, abandona el trabajo que realizaba con Margarita Xirgu y viene a España para participar en
la defensa de la República, siendo nombrado Cónsul General de España en Ginebra hasta 1938 en que,
nombrado introductor de embajadores, se traslada a Barcelona y el 5 de febrero de 1939 pasa la frontera
desde la Bajo la Francia, entre otros junto con Azaña. Al año siguiente es detenido por la GESTAPO con la
colaboración de la policía franquista en Francia y es trasladado a España donde se le somete a un consejo de
guerra sumarísimo que le condena a la pena de muerte. Se le conmuta dicha pena por la de treinta años de
prisión, de los que cumple seis años en el penal de El Dueso (Cantabria) y en el año 1947 se exilia a México
donde fallece en 1967.
457
Sobre la llegada a Llavanera y el bombardeo posterior ver: Manuel Azaña. Obras completas, Vol. VI,
julio 1936/agosto 1940, pp. 616 y 617 y, con pequeñas variaciones mecanográficas, Memorias políticas y de
guerra, vol. II, Crítica, 4ª edición, abril 1981, pp. 428-429; y, Cipriano Rivas Cherif, Retrato de un
desconocido. Vida de Manuel Azaña, pp. 405-406.
141
Jefes de Gobierno cuya compañía pudiese, ni en aquella extremidad en que
estábamos, significar paridad de representación y categoría con la suya” 458.
En su visita del jueves, Martínez Barrio me contó que el jefe del Gobierno le había
preguntado si yo estaría dispuesto a trasladarme a Madrid, Valencia u otro punto de
la zona central. “Creo que no”, respondió M. B. “De todas maneras, yo no puedo
dejar de preguntárselo oficialmente al Presidente”, repuso Negrín” 460.
142
correspondía como Presidente de la República. Pero en ese momento las cosas no estaban
para mucha diplomacia formal sino para dar soluciones concretas a la acuciante situación
que vivían los españoles desperdigados y maltrechos merodeando por el Pirineo.
Ese mismo día 5, desde el mismo lugar que lo hizo Azaña y horas después que este,
en Can Barris, La Vajol, hacia el collado de Lli (Francia), salía al exilio el grupo
compuesto por Companys462, Aguirre463, Josep Tarradellas i Joan464, Carles Pi i Sunyer465
461
Cipriano Rivas Cherif, ob. cit. p. 406.
462
Luis Companys i Jover: nacido en Tarrós (Lleida) el 21 de junio de 1883 y fusilado en el castillo de
Montjuit (Barcelona) el 15 de octubre de 1940; licenciado en Derecho; militante de Esquerra Republicana de
Catalunya; diputado por Barcelona en las elecciones de 19 de diciembre de 1920, 29 de abril de 1923, 28 de
junio de 1931, 19 de noviembre de 1933 y 16 de febrero de 1936; concejal del Ayuntamiento de Barcelona
en las elecciones de 12 de abril de 1931; nombrado Gobernador Civil de Barcelona el 16 de abril de 1931;
Diputado y Presidente del Parlament de Catalunya en las elecciones de 1932; Ministro de Marina del 12 de
junio al 12 de septiembre de 1933; President de la Generalitat de Catalunya desde enero de 1934; proclamado
el Estado Catalán y tras los sucesos de octubre de 1934 es condenado por sentencia del Tribunal e Garantías
Constitucionales de 16 de junio de 1935 por el delito de rebelión a treinta años e cárcel, y estuvo ingresado
en el penal del Puerto de Santa María hasta 1936; recupera la Presidencia de la Generalitat de Catalunya en
febrero de 1936 hasta que el 5 de febrero de 1939 se ve obligado a exiliarse en Francia donde es detenido por
la GESTAPO, trasladado a Barcelona con la colaboración de la policía franquista, sometido a consejo de
guerra sumarísimo que dictó sentencia el 14 de octubre de 1940 y le condenó a muerte, fue fusilado el
siguiente día 15 en el castillo de Montjuit (Barcelona). Sobre la vida de Lluis Companys es de sumo interés
el trabajo de Josep Benet, Lluis Companys, Presidente de Cataluña, fusilado, Ediciones Península,
Barcelona, 2005
463
José Antonio Aguirre y Lecube: nacido en Bilbao el 6 de marzo de 1904 y fallecido en París el 22 de
marzo e 1960; Licenciado en Derecho por la Universidad e Deusto; en 1931 es elegido Alcalde de Guetxo
(Vizcaya); Lehendakari desde el 7 de octubre de 1936, cargo que simultaneó con la Consejería de Defensa;
durante su exilio estuvo en Francia, diferentes países de Latinoamérica, Estados Unidos y finalmente, de
nuevo, en París, donde falleció.
464
Josep Tarradellas i Joan: nació en Cervelló, Barcelona, en 1899 y falleció en Barcelona el 10 de junio de
1988; diputado por Esquerra Republicana de Cartalunya en las elecciones de junio de 28 de junio de 1931,
escaño en el causó baja el 9 de octubre de 1933; Consejero de Gobernación, Sanidad, Servicios Públicos,
Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya y Diputado del Parlament de Catalunya; exiliado en
Francia allí fue detenido por los nazis, logró huir a Suiza; nombrado Presidente de la Generalitat en el exilio
en 1954, cargo en el que sucedió a Josep Irla i Bosch; vuelve a España en 1977 y es nombrado Presidente de
la Generalitat hasta 1980.
465
Carles Pi i Sunyer: nacido en Barcelona el 1 de marzo de 1888 y fallecido en Caracas (Venezuela el 15 de
marzo de 1971); Ingeniero Industrial; militante de Esquerra Republicana de Catalunya; Diputado por
Barcelona en las elecciones de 28 de junio de 1931, escaño que ocupa hasta el 9 de octubre de 1933; Ministro
de Trabajo y Previsión Social desde el 9 de octubre hasta el 16 de diciembre de 1933; Consejero de Finanzas
de la Generalitat de 1932 a 1933; Alcalde Barcelona desde febrero de 1934; como consecuencia de los
sucesos de octubre de 1934 es condenado por el Tribunal de Garantías Constitucionales mediante sentencia
143
y Julio Jáuregui Lasanta466. En el camino se encontraron a Negrín, que volvía a España
después de acompañar a Azaña hasta Francia.
El Presidente del Tribunal Supremo y los que con el iban, lograban pasar a Francia
por La Junquera hasta llegar a la localidad de Le Perthus, entre los miles de refugiados que
en lamentable situación se agolpaban por el camino. Ya en Francia continuó viaje a París.
de 16 de junio de 1935 por el delito de rebelión a treinta años de cárcel; recuperada la libertad tras la victoria
electoral del Frente Popular recupera la Alcaldía de Barcelona en febrero de 1936, cargo que desempeña
hasta julio de 1937; Consejero de Finanzas de la Generalitat de 1937 a 1939; se vio obligado al exilio, pasó la
frontera a Francia el 5 de febrero de 1939, permaneció un tiempo en Londres y posteriormente viajó a
Caracas (Venezuela) donde falleció el 15 de marzo de 1971.
466
Julio Jáuregui y Lasanta: nacido en Bilbao el 7 de enero de 1910 y fallecido en Madrid el 10 de febrero de
1981; licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto; militante del Partido Nacionalista Vasco-Euzko
Alderdi Jeltzalea (PNV-EAJ).; en las elecciones de 16 de febrero de 1936 es elegido diputado por Vizcaya,
escaño en el que permanece hasta el 2 de febrero de 1939; Comisario de Industria de la Junta de Defensa de
Vizcaya; Asesor jurídico de los departamentos de Presidencia y de Justicia del Gobierno de Euzkadi en 1937;
Vocal de la Comisión Jurídica Asesora nombrado el 3 de junio de 1937; Secretario General del Gobierno
vasco en Catalunya; Vocal del Comité Permanente del Comité Nacional de Ayuda a España desde el 14 de
noviembre de 1938 al no poder desempeñar dicho cargo Telesforo Monzón; el 5 de febrero de 1939 se exilia
en Francia, México y posteriormente vuelve a Francia: elegido senador por Vizcaya el 1 de marzo de 1979
por el Partido Nacionalista Vasco-Euzko Alderdi Jeltzalea (PNV-EAJ); falleció en Madrid el 10 de febrero
de 1981.
467
Desde finales del mes de enero hasta mediados del de febrero de 1939, se calcula que pasaron a Francia
algo más de medio millón de españoles y un número elevado fue a parar a los múltiples campos de
internamiento que fue improvisando el gobierno francés: Argelès-sur-Mer (Pirineos Orientales), Saint-
Cyprien (Pirineos Orientales), Vernet (Ariège), Le Barcarès (Pirineos Orientales), Septfonds (Mediodía,
Pirineos), Rivesaltes y Salses-le Château (Pirineos Orientales), Bram467 (Pirineos Orientales) o Gurs (Pirineos
Atlánticos). Algunos de estos campos, como por ejemplo el de Gurs, llegaron a ser poco después, atroces
campos de concentración nazis.
144
Celebrada la entrevista con resultado tan limitado, inició su camino de regreso
hacia la frontera. Al llegar a las proximidades la situación era indescriptible y el control
real lo ejercían los soldados marroquíes y senegaleses que atemorizaban a los refugiados.
Se dispuso a visitar los campos de concentración, donde celebró numerosas reuniones y
encuentros con conocidos y amigos. Al poco de iniciar esta labor, llegó a sus oídos, que los
facciosos extendían el falso rumor de que el Presidente del Tribunal Supremo se había ido
a Francia llevándose el Gran Collar de la Justicia. Decidió dirigirse de nuevo a España,
para comprobar que el depósito de Gran Collar no se había quebrantado y emprendió
camino hacia la Junquera. En Le Perthus, fue reconocido y llevado a presencia de un
oficial del ejército republicano, quien después de reiterarle que Gerona había sido ocupada
el 4 de febrero y que los grupos de demolición republicanos volaban puentes y carreteras
para evitar la represión del ejército franquista, le impidió enérgicamente pasar la frontera,
por ser algo imposible en ese momento y porque, en caso de lograrlo, correría el riesgo
cierto de ser fusilado en cuanto fuese identificado.
Decidió entonces poner rumbo hacia Arles-sur-Tech, para reunirse con su mujer e
hijos, conforme habían acordado a la salida de Barcelona, encuentro familiar que se
produjo el día 10 de febrero. Una vez instalado, lo primero que hizo fue reunir a quienes le
acompañaron en el acto del depósito del Gran Collar en Gerona, y firmar con ellos un
documento en el que se dejaba constancia de que el depósito se había efectuado en el lugar
y fecha que se hizo. Y desde que llegó a Arles-sur-Tech, se dedicó una porción de días a
visitar los campos de concentración que le fue posible. No es causalidad que a esta labor
también se dedicase después Serraut, durante el mes de abril, dando también solución a
muchas situaciones personales de la multitud de peticiones que recibía.
Cuando después de días de trabajo intenso nos buscó nuestro padre y logramos
juntarnos de nuevo la familia en Arles-sur-Tech, el alcalde decidió hacernos un
homenaje a nosotros, a dos chicos de 14 y l6 años por la labor que estábamos
haciendo. El acto tuvo lugar ante las autoridades locales, todos los vecinos del
pueblo y algunos españoles más. ¡Un homenaje a nosotros dos, allí, vestidos con
pantalón corto y alpargatas, ante nuestros padres, hermana y Juana, y ante los
vecinos! Impresionante, impactante y patético, todo al mismo tiempo. Allí se me
quedó grabado en la mente y todavía sigue ahí, esa frase tremenda de cruelle
Espagne! Nunca me la pude sacar de la memoria …”
145
No tenía sentido permanecer más tiempo en ese lugar, había que iniciar una nueva
vida, la del exilio forzoso, no deseado y sin calendario posible. La debilidad de la Francia
democrática ante Hitler era patente y difícilmente se librarían de padecer otra guerra no
menos salvaje que la que se libraba todavía en España. Varios cientos de miles de
españoles se encontraban en igual situación.
Desde 1938 el Gobierno francés mantenía cínicas relaciones con los rebeldes, en las
que destacó la actividad de Francisco Gómez-Jordana y Sousa, Vicepresidente y Ministro
de Asuntos Exteriores de Franco desde enero de ese año hasta agosto de 1939. El Reino
Unido y Francia reconocieron al Gobierno de Franco a finales del mes de febrero, el día
27. El Comité de No Intervención dejaba de tener sentido para esas dos potencias europeas.
Ese mismo día, Azaña presentaba su dimisión como Presidente de la República, en
consecuencia con su rotunda negativa de volver a España, y era sustituido, conforme a las
previsiones constitucionales, por Diego Martínez Barrio, Presidente de las Cortes.
Por su parte, la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo franquista seguía empeñada
en la recuperación del Gran Collar de la Justicia que decían había sustraído Mariano
Gómez. Reunida en Valladolid el 24 de febrero, proponía al Ministro de Justicia, resolver
“lo que proceda en cuanto al Gran Collar de la Justicia, altísimo honor que corresponde al
que suscribe y que habiendo quedado en poder de los marxistas no existen esperanzas de
recuperación”. En esa fecha había transcurrido más un mes desde que se efectuó el
deposito en Gerona.
146
Supremo, así como las relaciones del personal que formaba parte del mismo y de
las vicisitudes que habían sufrido en sus cargos desde el Alzamiento. Entre las
anotaciones allí contenidas, destacaré que, como era de esperar, las autoridades
republicanas hicieron desaparecer la documentación “más importante y
comprometedora”. Respecto de los documentos institucionales se constató la
desaparición de los libros de actas de la Sala de Gobierno y del Tribunal en pleno;
mientras que de papeles concretos únicamente se afirmó que “según noticias
fidedignas, el presidente Mariano Gómez pasó la noche anterior a su fuga en su
despacho recogiendo papeles”469.
De nuevo, la Sala de Gobierno del Tribunal se reunía “en Madrid, a doce de junio
de mil novecientos treinta y nueve, Año de la Victoria” y, en el curso de la reunión, se
felicitaron porque la Auditoria de Guerra había abandonado ya los locales del Palacio de
Justicia en Madrid y reiteraban la urgencia de traer todos los documentos, expedientes y
recursos que estaban en Barcelona471, cuestión que no les estaba siendo nada fácil472. Tres
días después, en otra reunión, volvían a insistir en su preocupación por disponer del Gran
Collar en poder de los marxistas, y solicitaban al Ministro de Justicia que dispusiera lo
oportuno para el acto solemne de apertura del año judicial en el mes de septiembre.
El Gran Collar fue retirado por los facciosos en fecha que me ha sido imposible
precisar473y, entregado al Ministro de Justicia franquista, Tomás Domínguez Arevalo,
469
Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., p. 213.
470
Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro Registro 15, Referencia 601927, Libro de Actas de
las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Acta de la sesión celebrada en
Valladolid el 8 de abril de 1939, folios 011-014.
471
“Dada cuenta a continuación del segundo de los particulares que comprende la citación para la Sala de
Gobierno, ésta, en vista de que la Auditoría de Guerra ha acordado dejar libre los locales hasta hoy ocupados,
da el asunto por concluso.
Y por último por el Excmo. Sr. Presidente se indicó la urgente necesidad de la venida á Madrid de todos los
documentos, expedientes y recursos que están en Barcelona, ya en condiciones de transporte, acordándose
por unanimidad que por la Presidencia se pidiera telegráficamente, aparte la comunicación confirmatoria, al
organismo competente, la concesión urgente e inmediata de seis camiones para realizar los expresados
transportes, designándose al Excmo. Sr. Magistrado de la Sala 2ª Sr. Eizaguirre para que, en unión del Oficial
de Secretaría de Gobierno de este Tribunal Don Sebastián Baños, se traslade a dicha capital á los efectos de
tomar los acuerdos correspondientes para la mejor y más rápida realización del servicio”. Asistentes:
Excmos. Sres.: D. Felipe Clemente de Diego Pte., D. Blas Pérez González Fiscal, D. Galo Ponte Escartín, D.
Rafael Rubio Freire Duarte, D. Eduardo Alonso Alonso, D. Eduardo Dívar Martín y como Secretario Don
Francisco Javier Tornos Lafitte. Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro Registro 15,
Referencia 601927, Libro de Actas de las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal
Supremo, Acta de la sesión celebrada en Madrid el 12 de junio de 1939.
472
Asistentes: Excmos. Sres.: D. Felipe Clemente de Diego Pte., D. Galo Ponte Escartín, D. Rafael Rubio
Freire Duarte, D. Eduardo Alonso Alonso, D. Eduardo Dívar Martín, Don Ramón García del Valle (Tte.
Fiscal) y Francisco Javier Tornos Lafitte (Secretario). Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro
Registro 15, Referencia 601927, Libro de Actas de las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del
Tribunal Supremo, Acta de la sesión celebrada en Madrid el 17 de junio de 1939 (folio 26).
473
Al cierre de esta obra me ha sido me ha imposible acceder a la documentación que sobre este asunto
puede obrar en el Tribunal Supremo. Por el contrario, en el Ministerio de Justicia se me informado
147
conde de Rodezno, desde esa fecha hasta el día de hoy, se conserva en las dependencia del
Ministerio y no donde correspondería, la sede del Tribunal Supremo. Al fin, el lunes 16 de
septiembre de 1939 apareció en público el Gran Collar. Lo llevaba colgado del cuello
Esteban Bilbao Eguía, segundo Ministro de Justicia, en el acto solemne de apertura de los
tribunales. Después de los discursos del Presidente del Tribunal y del Ministro, éste
pronunció las “frases protocolarias de rigor” -¡Viva Franco! y ¡Arriba España!-, que fueron
coreadas por los asistentes -magistrados, jueces, abogados y demás autoridades- y se
declaró abierto el año judicial 1939-1940.
Por lo que pueda tener de actualidad, invitan a la reflexión las palabras del Ministro
de Justicia, Fernando de los Ríos Urruti474, en una conversación con periodistas mantenida
en Madrid el sábado 12 de septiembre de 1931, ante la celebración del acto de apertura de
tribunales previsto para el siguiente días 15. En el curso de esa conversación, le
preguntaron cómo tenía previsto el contenido de su discurso475, sobre la situación de los
juzgados y tribunales y sobre el desarrollo del proceso constituyente republicano. En un
momento dado de la conversación, al principio, el Ministro dijo en relación con la
tradicional ceremonia de la apertura del año judicial: “… desde luego, quedará ya
depositado en el seno del Archivo arqueológico el Gran Collar de la Justicia, símbolo de
todos los mitos, que aunque preciosos, son mitos al fin. Sería interesante hacer un análisis
de dichos mitos. Hay algunos que provienen de Grecia y otros que son representativos de
la realeza. Hay que tener para ellos un saludo de cortesía y también un gesto de curiosidad,
al despedirlos, porque su ostentación presentaba a la Justicia con cierto aire faraónico y a la
Justicia conviene hacerla una función viva y moderna …”476.
verbalmente que en sus dependencias no hay constancia de esos hechos y en los archivos del Banco de
España, al parecer, tampoco.
474
Fernando de los Ríos Urruti: nació en Ronda (Málaga) el 8 de diciembre de 1879 y falleció en el exilio en
Nueva York el 31 de mayo de 1949), sobrino de Eugenio Montero Ríos (varias veces Ministro de Gracia y
Justicia en la segunda mitad del XIX y Presidente del Consejo de Ministros en dos ocasiones en 1905),
Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Granada y después en la de Madrid, trabajó en la
Institución Libre de Enseñanza, curso los estudios de Filosofía en la Universidad de la Sorbona (París), fue
Ministro de Justicia del 14 de abril de 1931 al 14 de octubre del mismo año, miembro del Comité Político de
la República el 14 de abril de 1931, de nuevo Ministro de Justicia del 15 de octubre de 1931 al 16 de
diciembre del mismo año, Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes del 16 de diciembre de 1931 al 12
de junio de 1933 y Ministro de Estado del 12 de junio de 1933 al 12 de septiembre del mismo año.
475
Discurso en el Tribunal Supremo, en el acto de apertura del año judicial el 15 de septiembre de 1931. En
las tres publicaciones consultadas del citado discurso, cada una lleva un titulo diferente aunque el texto es el
mismo: Fernando de los Ríos, “El problema de la Justicia”, Obras completas, III, Escritos breves, pp. 352-
361; “La Justicia y su organización”; y, “La Justicia, su racionalización y organización funcional”, pp. 530-
537.
476
La Vanguardia, Domingo 13 de septiembre de 1931, p. 16. Esta información periodística fue comentada
en todos los medios y también por el diario La Nación del 15 de septiembre de 1931, que publicó un artículo
de opinión sin firma con el título de “El Ministro y el Gran Collar de Justicia”, muy crítico para Fernando de
los Ríos. Este artículo de opinión fue publicado íntegramente por la Revista de los Tribunales y de
Legislación Universal, dirigida por Francisco Bergamín, núms. 38-39, p. 559), en el mismo número en que se
publicaba el discurso del Ministro en el acto de apertura de los tribunales. Después de la guerra civil, Juan
Francisco Laso Gaite en su trabajo Aportación a la historia del Tribunal Supremo, de forma equívoca, fuera
de contexto y con cita imprecisa a la opinión manifestada por La Nación, se refería a las palabras de
Fernando de los Ríos de forma errónea, p. 43. En esta misma línea de pensamiento crítico, es de sumo interés
el modo de terminar Álvaro de Albornoz Liminiana, su obra El Gran Collar de la Justicia. Doctrina y
polémica, publicado en 1930, en el que se cuestiona la utilización del Gran Collar para simbolizar a la
Justicia que poco o nada soluciona los problemas reales de la sociedad.
148
El Presidente de la Sala Primera del Supremo, daba cuenta a la Sala de Gobierno el
29 de diciembre de 1939477, de las gestiones que hizo en Barcelona junto con el
Vicesecretario, en el sentido de que no habían encontrado los asuntos de los que conocía el
Tribunal de Cassació de Cataluña, presidido por Josep Andreu i Abelló. La inquietud y
nerviosismo del Tribunal pronto quedó colmada y empezó sus actuaciones en Madrid. Aún
así, la Sala de Gobierno se lamentaba el 12 de enero de 1940 de que a pesar del empeño
puesto, se había encontrado muy escasa documentación del Tribunal de Cassació de
Catalunya que había presidido Josep Andreu i Abelló478.
477
Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro Registro 15, Referencia 601927, Libro de Actas de
las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Acta de la sesión celebrada en
Madrid el 28 de diciembre de 1939.
478
Asistentes: Excmos. Sres.: D. Felipe Clemente de Diego (Pte.), Blas Pérez González (Fiscal), D. Rafael
Rubio Freire Duarte, D. Eduardo Alonso Alonso, D. Eduardo Dívar Martín, D. Eugenio Eizaguirre y
Francisco Javier Tornos Lafitte (Secretario). Archivo Central del Tribunal Supremo, tejuelo Libro Registro
15, Referencia 601927, Libro de Actas de las reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal
Supremo, Acta de la sesión celebrada en Madrid el 12 de enero de 1940 (folio 079).
149
VI. LA RUTA DE ABRIL O EL VIAJE DE DONDE NO SE VUELVE: EXILIO EN
PARÍS Y BUENOS AIRES (ENERO 1939-MARZO 1951).
151
españoles internados en los campos de concentración, de la que nos ha dejado breve pero
relevante testimonio escrito:
“Tuve ocasión de visitar todos los campos de concentración. Los jefes militares
estaban admirados de la conducta, dignidad y hombría de bien de nuestros
compatriotas. Juntos allí meritísimos hombres de carrera y expertos trabajadores de
variados oficios, la hermandad en el sufrimiento y su portentosa vitalidad se tradujo
en mil formas diversas, desde transformar los campos primitivos, sórdidos y
deficientes, en vibrantes campamentos de trabajo, hasta incorporarse a fábricas.
Talleres y fábricas cuando empezó la guerra, siendo muy solicitados y estimados
los obreros españoles. Había ingenieros, médicos, jueces y agricultores fabricando
pólvora o aviones, trabajando en industrias metalúrgicas o levantando las cosechas.
Luego ingresaron muchos en unidades militares o de trabajo. Estaban ciertos de la
ingratitud que les esperaba, pero no por eso desertaron de la lucha por la libertad de
Francia, sentida por ellos con la misma pasión que la de España. Cuando al cabo de
un año abandoné Francia, la cifra de nuestros muertos era superior a 40.000. Tengo
una sugestiva documentación estadística y fotográfica de los campos de
concentración. Espero que algún día se haga la historia de esta página gloriosa y
heroica, cuyos patéticos pormenores han dejado una profunda huella en mi
espíritu”479.
479
Mariano Gómez, Mi labor en el destierro, p. 12.
480
Mariano Gómez, Mi labor en el destierro, p. 12.
152
controlarían la mayor parte del escaso dinero republicano del exilio en Europa, África y
América.
481
Manuel Portela Valladares, Dietario de dos guerras. Notas, polémicas y correspondencia de un centrista
español, p. 136.
482
Julián Zugazagoitia Mendieta fue detenido en Paris por la GESTAPO el 27 de julio de 1940 y entregado a
los facciosos fue juzgado en consejo de guerra sumarísimo y fusilado como tantos en las tapias del
cementerio del Este, también conocido como de la Almudena, el 9 de noviembre de ese mismo año.
483
Ver Julián Zugazagoitia, Guerra y vicisitudes de los españoles, con prólogo de Santos Juliá, p. 278.
484
Mariano Gómez, Mi labor en el destierro, España Republicana, sábado 7 de noviembre de 1942, p. 12.
153
Los esfuerzos llevados a cabo a tal fin por los profesores universitarios con
epicentro en Paris, dieron lugar a la elaboración y distribución en Europa y América de una
serie de notas confidenciales que, como señala José María López Sánchez, “en un
principio parece que las conversaciones entre los miembros de aquel grupo organizador no
iban orientadas a la creación de una única organización, sino más bien se pensaba en la
fundación de “Grupos de amigos de la Cultura y de la Universidad Españolas”485.
Esa cantidad estaba destinada a sufragar dos grandes capítulos; de una parte, el
funcionamiento de las instituciones de la República, sus cargos y empleados, y, de otra
parte, los gastos del conjunto del exilio. Esos gastos de mantenimiento del exilio iban
desde la atención a cuantas personas en esa situación lo solicitaban, hasta la financiación
de los viajes de Europa a América (México, Panamá, Cuba, Chile, Argentina, Estados
Unidos). También se atendían los gastos relativos a la evacuación de personas desde la
Cataluña ocupada por los rebeldes y las enormes necesidades generadas en la zona Centro
485
José María López Sánchez, “El exilio científico republicano en México: la respuesta a la depuración”, p.
202, en la obra colectiva (Luis Enrique Otero Carvajal (dir), La destrucción de la ciencia en España.
Depuración universitaria en el franquismo.
486
José María López Sánchez, “El exilio científico republicano en México: la respuesta a la depuración”, pp.
203-204.
487
Francisco Méndez Aspe: Director General del Tesoro y Seguros y Subsecretario de Hacienda en varias
ocasiones durante la República y Ministro de Hacienda desde el 5 de abril de 1938 al 31 de marzo de 1931 en
el Gobierno de Negrín.
488
Enrique Moradiellos, Negrín, p. 472.
154
de España, donde miles de personas iniciaban su camino al exilio al término de la
resistencia a los facciosos, durante el fracasado golpe de estado de Casado y antes del 1 de
abril de 1939. Está claro que las necesidades económicas de ese exilio eran muy superiores
a los fondos de que el Gobierno disponía y, así las cosas, en junio de 1940 solamente se
disponía de 252.503,17 libras esterlinas según las cuentas detalladas facilitadas por
Francisco Méndez Aspe489.
489
Enrique Moradiellos, Negrín, p. 473, que toma el dato del Archivo de la Fundación Canaria Juan Negrín
(AFCJN), Nota reservada. Periodo en Francia. Periodo en Inglaterra, elaborada por Méndez Aspe y
fechada en abril de 1945, caja 43, 1ª-38k.
490
Enrique Moradiellos, Negrín, pp. 474 y 475. Los datos los toma Moradiellos de los siguientes
documentos: Contabilidad. Desde octubre de 1938 a 30 de junio de 1940. Rendida por D. Pedro Para en 30
de junio de 1948, Archivo de la Fundación Canaria Juan Negrín (AFCJN), Carpeta MAL 2(b), hojas
correspondientes a “Subsidios” y “Asignaciones personales” y la ya citada Nota reservada. Periodo en
Francia. Periodo en Inglaterra, elaborada por Méndez Aspe y fechada en abril de 1945, caja 43, 1ª-38k,
Archivo de la Fundación Canaria Juan Negrín (AFCJN).
155
mediados de 1940, cuando el ejército de Hitler se hizo fuerte en territorio francés. El exilio
republicano tuvo que poner a buen recaudo su modesta infraestructura organizativa y los
pocos recursos que para entonces disponía.
Terminada la guerra los recursos económicos eran nimios, pero los representantes
de las Cortes y el Gobierno en el exilio siguieron subsistiendo con grandes dificultades y
manteniendo una infraestructura material totalmente precaria.
491
Así, antes de la victoria y en el ABC de Sevilla del 2 de marzo de 1939, primera página de noticias, bajo el
título “Los dirigentes rojos en Francia”, se podía leer esta noticia manipuladora de la realidad: “Paris 1.
Mientras los refugiados españoles carentes de protección se encuentran en los campos de concentración, los
políticos rojos ya se han instalado cómodamente en la capital francesa. Martínez Barrio, después de haber
estado alojado en el domicilio del diputado radicalsocialista y subsecretario de Negocios Extranjeros francés,
François de Tessan, se ha instalado con su familia en un departamento del boulevard Brune. Álvaro de
Albornoz, su mujer y su hermana lo han hecho en el 58 de la rue Le Price, y el general Rojo, en el 49 de la
rue de Lafayete. Por cierto que estos dirigentes comienzan a sufrir la excitación de ánimo de sus
correligionarios. Mariano Gómez, el presidente del Tribunal Supremo de la zona roja, el que administraba
justicia vestido de mono, recibió hace algunos días a un buen número de refugiados de Barcelona en el
Centro de Ayuda a España Republicana de la rue de Tremoille, a los que manifestó, en nombre de Martínez
Barrio, que el Gobierno no podía ayudarles ya que necesitaba de todos los recursos para proseguir la guerra
en el centro de España. Estas declaraciones fueron causa de un alboroto de tal importancia que el Mariano
Gómez se vio precisado a abandonar precipitadamente el local del mencionado centro”.
156
La familia Gómez Alfaro recibió varios ofrecimientos para trasladarse a otros
países. El Presidente de la República mexicana, Lázaro Cárdenas del Río, les ofrecía la
hospitalidad de ese país, tan estrechamente ligado con la II República; la familia real sueca
y su Gobierno, insistían una vez más en su ofrecimiento antes de salir de Barcelona; la
embajada de la Republica Dominicana en París, garantizaba su acogida en la isla caribeña
de la que ya era dictador el general Leonidas Trujillo, hecho peculiar que, posteriormente,
estuvo en consonancia con la concesión de visados dominicanos a judíos perseguidos por
los nazis; y Argentina, con cuyo embajador en París ya se había entrevistado por iniciativa
de su hermano Federico en Buenos Aires, se ofrecía a facilitar los trámites para salir de
Francia.
Los pasajes para Buenos Aires los adquirieron de la Société Générale de Transport
Maritimes (S.G.T.M.), a la que pertenecía el vapor Alsina493 y procedieron al embarque el
492
Los permisos, autorizaciones y visado de Mariano Gómez se incluyen en este trabajo junto a fotografías y
documentos de interés.
493
Sobre la historia del vapor Alsina ver la obra de Alain Croce, La Société Générale des Transports
Maritimes à vapeur et ses filiales: Compagnie de Navigation France-Amérique, Sefton Steamships Company
157
8 de mayo que llegaron a Marsella. El barco se llenó de pasajeros, un tercio eran españoles
y los demás de diferentes nacionalidades que, la mayor parte, huían de la amenaza nazi. El
jueves 9 de mayo de 1940, la familia Gómez González iniciaba su viaje de prolongación
del exilio a la Argentina, sin saber que para Mariano Gómez y su hijo José Antonio, sería
un viaje definitivo sin retorno a España.
En esa larga travesía del Alsina, la tristeza que llenó a todo el pasaje fue
indescriptible al divisar las islas Baleares, las costas levantinas y andaluzas, el estrecho de
Gibraltar y al perderse de vista la península Ibérica desde el océano Atlántico. Por las
noches todas las luces debían estar apagadas y no se podía fumar en cubierta por miedo a
ser objeto de un ataque alemán. Mariano y Charito Gómez Alfaro, pasajeros junto con su
hermano José Antonio y sus padres, tienen grabado en sus mentes lo que probablemente
fue la primera vez que vieron llorar a sus padres, a Mariano Gómez y a Visita, en el
momento que el Alsina zarpó de Marsella ese 9 de mayo de 1940, y también, cuando a las
pocas horas, la tierra de la República traicionada por los rebeldes se divisó en el horizonte
hasta que se perdió a lo lejos.
En la travesía, se dio la circunstancia de que una viajera dio a luz y Visita fue una
de las personas que la asistió con eficacia en el parto. Este alumbramiento dio lugar a
largas conversaciones e incluso discusiones entre los viajeros, sobre que nacionalidad que
tendría la nueva criatura, si española por ser hija de españoles, si francesa por ser ésta la
bandera del Alsina, si nacionalidad argentina por ser este el país de destino, si podría ser
plurinacional por todas esas razones juntas o, si por el contrario, dada la situación de
conflicto bélico internacional, acabaría siendo apátrida.
El Alsina no había hecho más que empezar su labor de auxilio a los refugiados
republicanos españoles en su camino al exilio americano494. Le esperaban otras travesías
mas complicadas, en particular la que transportó a otro buen número de españoles entre los
& Lloyd Latino, fiche nº 77. Alsina, pp. 199-201. El vapor Alsina fue botado en Newcastle on Tyne, Gran
Bretaña el 9 de mayo de 1921, con una capacidad para 1425 pasajeros y en mayo del 1922 efectuó su primera
travesía desde Marsella a Buenos Aires (Argentina). Desde el término de la guerra civil española en él
viajaron miles de exiliados españoles y europeos que huían de la guerra en Europa. El 13 de noviembre de
1942 fue atacado por la aviación nazi y una vez reparado en 1944 no se pudo volver a poner en
funcionamiento. El 23 de noviembre de 1949 fue remolcado al puerto de La Spezia (Italia) para su desguace.
494
Se contabilizan alrededor de medio centenar de travesías de Europa a América con exiliados españoles
desde 1939 a 1942 con destino a México, República Dominicana, Cuba, Brasil, Argentina y Chile en los
vapores Alsina, Sinai, Orinoco, Flandre, Guinea, México, Siboney, Winnipeg, Saint Dominique, De La Salle,
Iseri, Leerdam, Orizaba, Mexique, Iberia, Ipanema, Degrasse, Nyassa, Nyassa II, Nyassa III y Serpa Pinto II.
158
que se encontraba el que fuera primer Presidente de la II República, Niceto Alcalá-Zamora
y Torres, que tardó 421 días en la travesía de Marsella a Buenos Aires495.
495
Sobre esta travesía del Alsina ver Niceto Alcalá-Zamora y Torres, 441 días ... Un viaje azaroso desde
Francia a la Argentina. Y sobre la labor del Alsina en relación con el exilio, ver también la obra de la nuera
de Manuel Irujo Ollo, Arantzazu Amezaga de Irujo, Crónicas de el Alsina. Pasajeros de la libertad.
496
Acta nº 117 de la reunión de la Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles (JARE), de 8 de octubre de
1941, Libros de Actas (1939-1942), Libros III y IV, Archivo Carlos Esplá, Biblioteca Virtual Miguel de
Cervantes.
159
Pero el mayor golpe afectivo le sobrevino en 1944 con la muerte repentina de su
hijo mayor José Antonio, de veintiún años. Ese día José Antonio sustituía a su hermano
Mariano, que no se encontraba en condiciones de jugar, en un partido de rugby con el
equipo del Club Gimnasia y Esgrima, de Buenos Aires, deporte al que tomaron mucha
afición. José Antonio cayó al césped de la cancha de juego, fulminado por un infarto de
miocardio.
El fallecimiento de José Antonio fue un duro golpe afectivo para sus padres y
hermanos. Desde entonces, la vida de Mariano Gómez cambió por completo y, a las
dificultades del exilio, se añadió una gran tristeza y un lento y progresivo aislamiento.
Escribía y, solo haciendo un esfuerzo, mantenía su actividad política e intelectual. Atrás
quedaron las ilusiones y esperanzas que José Antonio había puesto, al lado de su padre, a
favor de la República y la democracia. José Antonio recibió cristiana sepultura en el
cementerio de La Recoleta de Buenos Aires.
497
De entre las múltiples publicaciones sobre el exilio español en Argentina hay que destacar, por su
contextualización histórica y política, el interesante trabajo de Hernán Díaz, Historia de la Federación de
Sociedades Gallegas. Identidades políticas y prácticas militantes, en particular sus capítulos 5. El apogeo:
1936-1939, pp. 81-124 y 6. Derivas societarias durante el gobierno peronista, pp. 125-154, así como la obra
colectiva coodinada por Gerardo Álvarez, Los españoles de la Argentina. Además, entre otras obras
consultadas para la elaboración de este Apartado, caben destacar: la extensa obra de Dora Schwarzstein, “El
exilio andaluz en la Argentina”, T. II, pp. 173-195, “Historia oral y memoria del exilio. Los republicanos
españoles en la Argentina”, “La conformación de la comunidad del exilio republicano en la Argentina”, Los
canarios en el estuario del Río de la Plata, X Jornadas de estudios Canarias-América, pp. 43-47, “Actores
sociales y política inmigratoria en la Argentina. La llegada de los republicanos españoles”, Entre Franco y
Perón. Memoria e identidad del exilio republicano español en Argentina; Niceto Alcalá-Zamora y Torres,
Memorias; A. García Abasolo, Presencia andaluza en Argentina en la Posguerra Civil Española; Blas
Matamoro, “La emigración cultural española en Argentina durante la posguerra de 1939”, pp. 576-590;
Federica Montseny, El éxodo, pasión y muerte de españoles en el exilio; Ángel Ossorio, Mis memorias,;
Javier Rubio, La emigración de la guerra civil de 1936-1939; Nicolás Sánchez Albornoz, El destierro
español en América; José M. del Valle, Las instituciones de la República española en el exilio; Emilia de
Zulueta, “El exilio español de 1939 en la Argentina” y Españoles en la Argentina. El exilio literario de 1936.
498
Archivo del Centro Republicano Español (CRE) de Buenos Aires, Argentina, en la actual sede de la
Federación de Sociedades Gallegas en Buenos Aires.
160
Argentina, Bolivia, Canadá, Colombia, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, Panamá, Puerto
Rico, República Dominicana, Uruguay, Venezuela, Gran Bretaña y Marruecos499.
La UPUEE continuó sus trabajos durante años y sus actividades hicieron posible
que las diferencias políticas de los exiliados no fueran tan desgarradoras en el ámbito de la
ciencia e investigación. La mayoría de sus miembros tuvieron una extraordinaria acogida
en universidades del conjunto del continente americano, pero sin duda fue México, por la
solidaridad acreditada de su gobierno, donde tuvo una mayor implantación. La labor de la
UPUEE fue lentamente disgregándose, pero todavía a finales de la década de los años
sesenta, el número de miembros activos superaba el centenar502, a pesar de que para
entonces ya habían fallecido casi otro centenar de sus miembros503. El núcleo de profesores
miembros de la UPUEE exiliados en Argentina era reducido, comparado con el de los
residentes en México. Pero su reconocimiento científico y académico, en España y en el
ámbito internacional, era destacable504.
499
Todos los datos estadísticos y relaciones de profesores están recogidos en el interesante y completo
trabajo colectivo de Luis Enrique Otero Carvajal, Rafael Simón Arce, Gutmano Gómez Bravo y José María
López Sánchez, La destrucción de la ciencia en España. Depuración universitaria en el franquismo, pp. 241-
348. Sobre los profesores universitarios y el exilio véase, entre otros muchos los trabajos de Mariano Peset
Reig y María Fernanda Mancebo Alonso, “Exilio y depuraciones”, p. 251, en la obra colectiva Historia de la
Universidad de Valencia, Vol. III, La Universidad liberal (siglos XIX y XX), coordinada por Mariano Peset
Reig, pp. 249-257; María Fernanda Mancebo Alonso, “Consecuencias de la guerra civil en la Universidad
valenciana: depuraciones y exilios” y la obra colectiva Españoles en Francia, 1936-1946.
500
Sobre la expresada reunión de la UPUES en La Habana en 1943, véase, entre otros: María Fernanda
Mancebo Alonso, “Visión de la Universidad franquista desde el exilio (1939-1945)”, pp. 317-334, en
especial pp. 324 y 325, en la obra colectiva Españoles en Francia 1936-1946 y “La oposición intelectual en
el exilio. La reunión de La Habana, septiembre-octubre de 1943”, vol. II, pp. 57-72 en la obra titulado La
oposición al régimen de Franco. Estado de la cuestión y metodología de la investigación, 3 volúmenes; y
Libro de la Primera Reunión de Profesores Universitarios Españoles Emigrados.
501
José María López Sánchez, “El exilio científico republicano en México: la respuesta a la depuración”, pp.
208-209, en la obra colectiva ya citada La destrucción de la ciencia en España. Depuración universitaria en
el franquismo.
502
Ver la relación de miembros de la UPUEE a mediados de los años sesenta en Luis Enrique Otero Carvajal,
Rafael Simón Arce, Gutmano Gómez Bravo y José María López Sánchez, ob. cit., pp. 241-348 y pp. 345-
346.
503
Ver la relación de miembros de la UPUEE fallecidos a mediados de los años sesenta en Luis Enrique
Otero Carvajal, Rafael Simón Arce, Gutmano Gómez Bravo y José María López Sánchez, ob. cit., pp. 347-
348.
504
Niceto Alcalá-Zamora y Castillo (Derecho Procesal, Valencia), Francisco Ayala García Guarte (Derecho
Político, La Laguna), Juan Corominas (Filología Románica, Barcelona), Juan Cuatrecasas Arumi (Patología
General, Barcelona), Mariano Gómez (Derecho Político, Valencia), Felipe Jiménez Asúa (Histología,
Zaragoza), Luis Jiménez de Asúa (Derecho Penal, Madrid), Pedro Pi Calleja (Matemáticas, Barcelona), Jesús
Prados Arrarte (Economía Política, Santiago de Compostela), Julio Rey Pastor (Análisis Matemático,
Madrid), Pío del Río Hortega (Histología, Madrid), Claudio Sánchez-Albornoz Menduiña (Historia Antigua
y Media, Madrid), Gumersindo Sánchez Guisande (Anatomía Descriptiva, Zaragoza), Luis Santalo Sors
(Análisis Matemático, Madrid), Luis Saye Sempere (Tisiología, Barcelona) y Fernando Torino (Derecho
Penal, Madrid). Ver Luis Enrique Otero Carvajal, Rafael Simón Arce, Gutmano Gómez Bravo y José María
López Sánchez, ob. cit., pp. 241-342.
161
A ese trabajo académico se unió otro, no menos importante, de los llevados a cabo
en Argentina por los exiliados españoles en los ámbitos de la política, el arte y la cultural.
En ese colectivo del que formaba parte Mariano Gómez, se encontraban, entre otros:
Niceto Alcalá-Zamora y Torres, el general Vicente Rojo, Lorenzo Luzuriaga Medina,
Jorge Luzuriaga Navarro, Laura Cruzalégui, Diego Abad de Santillán (Sinesio Baudilio
García Fernández), Leandro Pita Romero, Castelao (Alfonso Daniel Manuel Rodríguez
Castelao), Ramón Rey Baltar, Manuel Serra Moret, Ricardo Baeza y Durán, Fernando
Baeza Martos505, Clemente Cimorra, Manuel Blasco Garzón, Augusto Barcia Trelles,
Francisco Madrid, Manuel García-Miranda, Rafael Alberti, María Teresa León, Alejandro
Casona, Jacinto Grau Delgado, Mariano Perla o Maruja Mallo (Ana María Gómez
González).
Sobre los intelectuales y el exilio véase también la obra colectiva dirigida por José Luis Abellán, El
pensamiento español contemporáneo y la idea de América, en particular en el vol. II. El pensamiento en el
exilio. El área rioplatense, apartados “13. El exilio español en Argentina: la labor de Francisco Ayala, Luis
Jiménez de Asúa y Lorenzo Luzuruaga” por Nidia Tagliabue, pp. 477-529 y apartado “14. La labor de
Claudio Sánchez Albornoz” por Beatriz Martínez, pp. 531-544.
505
Indica Manuel García-Miranda, en el obituario escrito al fallecimiento de Fernando Baeza Martos: “Entre
los recuerdos que afloran a mi entristecida memoria figura nuestra presencia en una reunión histórica que
tuvo lugar en casa de su padre, en la que participaron los representantes de la flor y nata del exilio y, entre
ellos, el general Rojo, Mariano Gómez, ex presidente del Tribunal Supremo, el gran dramaturgo Jacinto
Grau, Mariano Perla, un periodista excepcional, Clemente Cimorra, creo que Alejandro Casona y, si mal no
recuerdo, Jiménez de Asúa. De esa reunión salió, por primera vez, la hermosa calificación del exilio como la
España Peregrina, y la idea de publicar una revista de la que vieron la luz algunos números titulada
Pensamiento Español, del que conservaba una colección el hijo del general Rojo, Vicente, médico ilustre
fallecido hace unos años y contertulio nuestro junto a sus hermanos hasta que viajaron a Bolivia, cuyo
ejército contrató como asesor a su padre” (Manuel García-Miranda, “Fernando Baeza Martos, un hombre
sabio y bueno”, El País, 17 de mayo de 2003).
506
Luis Enrique Otero Carvajal, Rafael Simón Arce, Gutmano Gómez Bravo y José María López Sánchez,
ob. cit., p. 344.
507
Auxiliar de Química General, Universidad de Santiago de Compostela.
508
Agregado de Psiquiatría de la Universidad de Barcelona.
509
Auxiliar de Derecho de la Universidad de Santiago de Compostela.
510
El grupo más numeroso se radicó en México, como José Aragonés Champín, Demófilo de Buen Lozano,
Luis Fernández Clérigo, Mariano Granados Aguirre, Álvaro Pascual Leone, Manuel Pérez Jofre y, en una
segunda etapa, también llegaron a México, desde Cuba, Francisco López de Goicoechea e Inchaurrandieta y,
desde el Reino Unido, José Antonio Balboltín Gutiérrez; en Francia estuvieron exiliados en diferentes etapas
y momentos Fernando Abarrategui Pontes, José María Álvarez Martín y Taladrid, Ricardo Calderón Serrano,
Gerardo Fentanes Portela, Vidal Gil Tirado, Fernando González Barón, Eduardo Iglesias Portal, Alberto de
Paz Mateos, Dionisio Terrer Fernández y Faustino Valentín Torrejón; en Puerto Rico estuvo exiliado
Federico Enjuto Ferrán; y en lugares y momentos que no ha sido posible precisar también estuvieron
exiliados, Juan Camín de Angulo y José Fernández Orbeta. Sobre el exilio de Magistrados del Tribunal
Supremo ver Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., pp. 218-219.
162
cita en las aulas de las universidades de todo el continente, aunque ello no impedía que las
diferencias políticas e ideológicas se hacían presentes con excesiva frecuencia.
Tres años después de aquellos actos del Centro Republicano Español en Rosario,
iba a tener lugar en Montevideo una gran convocatoria de actos para conmemorar el XII
aniversario de la proclamación de la II República. El pequeño pero activo grupo de
exiliados en el Uruguay, por medio del Centro Republicano Español de Montevideo
organizó una serie de encuentros de exiliados españoles con el Gobierno e instituciones
uruguayas, que tendrían como acto central una convocatoria de un mitin en el Stadium de
Montevideo el 18 de abril de 1943514. Para ello se invitó, entre otras muchas
personalidades, a Indalecio Prieto, que no asistió, al general Miaja y a Diego Martínez
Barrios, los tres residentes en México.
Los organizadores del referido acto contaban, además, con la estrecha colaboración
de las autoridades uruguayas, con los exiliados y la colonia española en el paisito y
Argentina, desde donde se desplazaron en gran número a Montevideo. Además del general
Miaja y Martínez Barrios se contaron entre los asistentes, Mariano Gómez, Manuel Blasco
Garzón, Luis Jiménez de Asúa, Augusto Barcia Trelles, Ramón María Aldasoro Galarza,
Manuel Serra Moret o Castelao. El mitin del Stadium de Montevideo tuvo una asistencia
de público como en pocas ocasiones del exilio se recuerda. De un aforo aproximado de
60.000 plazas, asistieron cerca de 40.000 personas. Quedaba de manifiesto la solidaridad
del pueblo uruguayo con los exiliados españoles y con la II República. Además de las
intervenciones de los oradores españoles, tomaron la palabra las varias autoridades
uruguayas como Luis Batlle, Presidente de la Cámara de Diputados y, por las fuerzas
políticas representativas de aquel entonces, Amador Sánchez del Partido Nacionalista
Independiente y Emilio Frugoni, Presidente del Partido Socialista.
511
El general Vicente Rojo Lluch se exilió al término de la guerra civil en Buenos Aires, donde permaneció
hasta 1942 para instalarse en Bolivia donde en 1957 decidió volver a España.
512
José Andrés Rojo, Vicente Rojo. Retrato de un general republicano.
513
José Andrés Rojo, ob. cit., pp. 323-327).
514
Sobre esta convocatoria en Montevideo ver el trabajo de Leandro Álvarez Rey, Diego Martínez Barrio.
Palabra de republicano, pp. 115 y 116, y en esta misma obra, Diego Martínez Barrio, “Enseñanzas de un
viaje”, pp. 750-766.
163
Como expuso Martínez Barrio a su vuelta a México, “al día siguiente, el 19 de
Abril, las representaciones de las distintas organizaciones argentinas y uruguayas de
carácter español que habían tomado parte en el acto celebraron una asamblea, y en ella
adoptaron el acuerdo de dirigirse a todos los españoles esparcidos por el continente
americano y por alguno de los escasos pueblos de Europa, donde todavía existe un régimen
de libertad, para invitarles a la celebración de una reunión o asamblea”515.
La sintonía entre las posiciones del general Miaja con las del conjunto del exilio en
Latinoamérica era muy superior a las que tuvo el general Rojo. Esas mismas diferencias
entre militares republicanos, se expresaron al final de la guerra de forma más cruda, a raíz
del fracasado golpe de Casado. El intento del coronel Segismundo Casado López, otros
jefes y oficiales y políticos republicanos - entre los que destacaron el sector moderado del
PSOE vinculado a Julián Besteiro y sectores anarquistas-, en marzo de 1939, se concibió
para lograr la finalización del conflicto bélico obteniendo del ejército rebelde un trato
digno y humanitario para los vencidos. Pero ese golpe militar rompió con la legalidad y
disciplina republicanas en contra del presidente Azaña, del gobierno de Negrín y de forma
singular contra el PCE. Franco nunca aceptó ese ofrecimiento, a pesar de las maniobras y
falsas esperanzas que dio a los emisarios del coronel Casado. El Gobierno de Negrin
rechazó de plano esos planteamientos traidores. Las consecuencias del intento de Casado
se convirtieron en un auténtico baño de sangre entre las filas republicanas, especialmente
en Madrid. Diezmó la resistencia contra los rebeldes, dio pié a que se ejerciera una
represión atroz contra los cuadros y militantes comunistas y arruinó las pocas esperanzas
que quedaban en el bando republicano de ganar la guerra. Fracasado el golpe de Casado,
los máximos responsables del mismo con el Coronel al frente, huyeron del ejercito rebelde,
muchos de ellos en aviones dispuestos al efecto en el aeródromo de “El Soto”, en Algete,
siendo de destacar la actitud de Julián Besteiro, que quedó aguardando estoicamente en la
sede del Ministerio de Hacienda, próxima a la Puerta del Sol, hasta su detención y
encarcelamiento por las tropas de Franco para morir posteriormente en la prisión.
515
Diego Martínez Barrio, “Enseñanzas de un viaje”, ob. cit., p. 751.
516
Archivo del Centro Republicano Español (CRE) de Buenos Aires, Argentina, en la sede de la
Confederación de Sociedades Gallegas en Buenos Aires.
517
La Comisión Honoraria que presidió los actos estuvo integrada por Manuel Blasco Garzón, Augusto
Barcia, Mariano Gómez y Claudio Sánchez-Albornoz y la organización estuvo a cargo de Manuel Heras
Martín, Francisco Vera Fernández de Córdoba, Enrique Hevia Azpiri, Miguel Servera, J. M. Serrano Valerio,
Andrés Lorenzo, Eugenio Vallés Fuster, Francisco Vera (h) y José A. Rey. En el Programa de actividades se
expuso un importantísimo y elevado número de obras de los intelectuales en el exilio y se impartieron las
siguientes conferencias por las personas que también se indican: Cine y teatro, Francisco Madrid; Los
editores, Diego Abad de Santillán; Derecho, Carlos P. Carranza; Literatura, Valentín de Pedro; Ciencias,
Francisco Vera Fernández de Córdoba; Historia, Clemente Cimorra; Los traductores, Francisco Romero;
Economía, Jesús Prados Arrarte; Medicina, Gumersindo Sánchez Guisande; y, la clausura de la Exposición
estuvo a cargo de Claudio Sánchez-Albornoz.
164
centenar, dictadas en Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Río Cuarto, 25 de Mayo, La Plata,
Santa Fé, Metán, Salta, Tucumán o Montevideo518. De igual forma, a partir de 1942
comenzó a impartir lecciones de derecho en diversas Universidades tanto en Argentina519
como en la República Oriental del Uruguay.
Su dolencia cardiaca era tratada por los médicos, pero él mismo hacía bromas sobre
su quejoso corazón y no se olvidaba que su hijo José Antonio había fallecido de un paro
cardiaco. Todo menos preocupar a Visita y a sus hijos. En esa última etapa llevaba una
vida muy retirada de la actividad política, que nunca abandonó del todo, y pasaba las horas
en la lectura y escritura con el objetivo de finalizar varios libros que tenía programado
publicar522.
518
Mariano Gómez, Mi labor en el destierro.
519
Mariano Gómez, Mi labor en el destierro, España Republicana, sábado 7 de noviembre de 1942, p. 12.
520
Ver al final, el apartado Obra escrita de Mariano Gómez, A) obra publicada.
521
Ver al final, el apartado Obra escrita de Mariano Gómez, B) Obra inédita.
522
Mariano Gómez, Mi labor en el destierro, España Republicana, sábado 7 de noviembre de 1942, p. 12.
523
Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas, Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, República
Argentina, Tomo IG, número 420, Defunción de Mariano Gómez González, veintiséis de marzo de mil
novecientos cincuenta y uno.
524
La Nación, lunes 26 de marzo de 1951.
525
“FALLECE MARIANO GÓMEZ, EX PRESIDENTE DEL SUPREMO.
Bueno Aires 26. Ha fallecido el que fue presidente del Tribunal Supremo de la República española en 1937,
Mariano Gómez. Fue también rector de la Universidad de Valencia y profesor de Derecho Político de la
165
El entierro tuvo lugar en el Cementerio de La Recoleta de Buenos Aires, en la
bóveda donde reposaban los restos mortales de su hijo José Antonio fallecido en 1944. El
féretro iba envuelto en una bandera republicana y la relación de instituciones y personas
que acompañaron a sus restos mortales hasta que recibieron cristiana sepultura, se hace
interminable526. Ante el féretro tomaron la palabra haciendo una semblanza del fallecido:
Carlos P. Carranza en representación de las Sociedades Demócratas Españolas, Claudio
Sánchez-Albornoz y Francisco Vera por la Agrupación de Intelectuales Demócratas
Españoles, el conocido cirujano Estanislao Lluesma, el Catedrático de Medicina Sánchez
Guisande, y el Embajador de México en Argentina, Juan Manuel Álvarez del Castillo527.
Mariano Gómez, trabó una buena amistad en Buenos Aires con el Dr. Juan
Cuatrecasas y Arumí528, al que visita con frecuencia en su consulta y con el que almorzaba
asiduamente. Su hijo Mariano Gómez Alfaro me remitía un e-mail el 9 de marzo de 2009
en el que me decía:
“Queridísimo Pedro-Pablo: por supuesto que todo lo que transmites en tu email del
8 de marzo es fiel reflejo del drama trágico de nuestra España. El Dr. Juan
Cuatrecasas y su sobrino el Dr. Rocamora eran asiduos amigos nuestros y en
Corrientes 1515, a media cuadra de donde vivíamos en Bs.Aires y a mediodía, eran
seguros clientes en el almuerzo … … Don Juan Cuatrecasas envidiaba a mi padre
misma. Formó parte del Tribunal que juzgó a los detenidos en la Cárcel Modelo de Madrid en 1937.- Efe”
(ABC de Madrid, martes 27 de marzo de 1951, p. 15 y ABC de Sevilla del mismo día p. 15).
Entre los temas recurrentes de la prensa franquista en esas fechas, destacar que se ocupaba con especial
preferencia del fallecimiento, honras fúnebres y traslado de los restos mortales del General Varela de Ceuta a
Cádiz -fallecido en Tánger el 24 de marzo de 1941 y que desempeñaba desde el 5 de marzo de 1945 el cargo
de Alto Comisario de España en Marruecos después de haber expresado junto con otros Jefes y Oficiales del
Ejército a Franco la necesidad de restaurar la Monarquía-, de la peregrinación triunfal de la imagen de la
Virgen de Fátima por la España nacional y de la aceptación de España por el Consejo Económico y Social de
la Organización de las Naciones Unidas reunido en Santiago de Chile como organización no gubernamental.
526
Al entierro asistió la casi totalidad del exilio español en Argentina y Uruguay: Embajador de México, Juan
Manuel Álvarez del Castillo; Luis Jiménez de Asúa, ex presidente de las Cortes de la República; Claudio
Sánchez Albornoz, ex ministro y presidente de la Agrupación de Intelectuales Demócratas Españoles;
Manuel Heras Martín, presidente del Centro Republicano Español; Ricardo Martínez Redondo, Juan
Cuatrecasas y Carlos P. Carranza, Presidente, Vicepresidente y Secretario, respectivamente, de la Federación
de Sociedades Democráticas Españolas; Francisco de Basterrechea, delegado del Gobierno de Euzkadi; Juan
Llorens, Presidente del Consejo de la Comunidad Catalana; Rodolfo Prada por el Consejo de Galicia; Manuel
Puente, Presidente de la Cámara de Comerciantes Republicanos Españoles; Francisco Vera y Juan Rocamora
en representación de la Agrupación de Intelectuales Demócratas Españoles; Gumersindo Sánchez Guisande,
José Prieto del Río, José Pedro Lecuona y Jesús Prados Arrarte, José Iturral, Francisco Madrid y don Juan
Garganta, por republicanos de La Palta; miembros de las directivas del Centro Republicano Español,
Agrupación Navarra Republicana, Rincón Familiar Andaluz y Patronato Español de Ayuda a las Víctimas
Antifascistas (P.E.A.V.A.).
527
Ver en el Anexo 6, la noticia del fallecimiento y la crónica del entierro en el diario España Republicana
del día 30 de marzo, que también publicaba un artículo de Manuel Blasco Garzón en memoria de Mariano
Gómez, que se incluye como Anexo 7. Igualmente, por el contenido y su autoría, se aportan como Anexos 8 y
9, respectivamente, los artículos en memoria de Mariano Gómez publicados en días posteriores por Manuel
de Irujo desde París y por Indalecio Prieto desde Veracruz, ambas publicados también en España
Republicana.
528
Juan Cuatrecasas Arumí: nacido en Camprodon, Girona en 1899 y fallecido en Buenos Aires el 3 de julio
de 1990. Licenciado en Medicina y en Farmacia por la Universidad de Barcelona. Catedrático numerario de
Patología General de la Facultad de Medicina desde el 4 de junio de 1930 y Catedrático numerario de
Patología Médica, con su clínica, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla desde el 9 de
octubre de 1931 y en la Universidad de Barcelona desde 1934. Exiliado en Argentina en 1937 impartió
docencia y trabajo en investigación en diversas universidades argentinas (Buenos Aires, La Plata, Litoral,
Rosario, Kennedy) así como en la Universidad boliviana de Cochabamba.
166
su gran fibra de orador ya que al Dr. Cuatrecasas le costaba mucho vencer su
timidez”.
En una ocasión, en la consulta del Dr. Cuatrecasas en Buenos Aires, Callao 545-1º,
le pidió un papel para transcribir el poema a la muerte de Antonio Machado que tenía sobre
una mesa en la salita de espera. Se lo envió desde Francia a Cuatrecasas un exiliado
español internado en un campo de concentración, pero nunca pudo descifrar su firma. Lo
transcribió de su puño y letra en papel timbrado del Dr. Cuatrecasas, que conservó entre
sus papeles con cariño, no tanto por su calidad poética como por lo que representaba. Hoy
guarda ese poema enmarcado su nieta Diana Wechsler Gómez, como entrañable recuerdo
de su abuelo. Dice así el poema:
La fortaleza de Visita le hizo aguantar todo el peso familiar desde que falleció su
marido. Incluso se atrevió a volver a España, igual que sus hijos Mariano y Charito y su
nieta Diana. Fueron acogidos por su primo Javier Gaspar Alfaro y la familia de este en
Madrid. En este su único viaje de Visita a España desde el exilio, tuvo el valor de
trasladarse a Valencia para realizar gestiones en la Universidad y solicitar la pensión de
viudedad de su marido por los años de servicio prestado y como Magistrado del Tribunal
Supremo530. Para llevar a cabo esas gestiones estuvo asesorada por el abogado que fuera
Alcalde de Valencia de marzo de 1936 a febrero de 1937, José Cano Coloma531, buen
529
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), p. 82.
530
Sobre las gestiones de María Visitación Alfaro y López en la Universidad de Valencia, para solicitar los
datos que le permitiesen solicitar la citada pensión de viudedad, hay constancia en el Arxiu Històric
Universitari, Universitat de València, València, Caja 1356/BIS, Mariano Gómez González.
531
José Cano Coloma: abogado valenciano, vinculado a la masonería bajo el nombre de Gayo, Diputado a
Cortes en las elecciones de 28 de junio de 1931 para la legislatura 1931/1933 por el Partido Republicano
Radical Socialista, Alcalde de Valencia de marzo de 1936 a febrero de 1937. Ver al respecto la interesante
obra de Néstor Ramírez Gómez, Vientos contrarios. Recuerdos autobiográficos de José Cano Coloma,
Ajuntament de València, 1983.
167
amigo republicano de Mariano Gómez. Siempre estuvo asistido en ese viaje por primo
Javier Gaspar Alfaro. En Valencia recorrió sus calles y pudo comprobar que la Quinta de
San Juan en la Malvarrosa, estaba prácticamente derruida. Después de una larga temporada
en España, cerca de un año, Visita volvió a Argentina en 1952, donde, al cabo del tiempo,
Javier Gaspar Alfaro le comunicó la concesión de la pensión y organizó el cobro periódico
de la misma en Buenos Aires.
532
Ver Cap. VII, apartado 4. La condena del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas (1937-1950).
168
VII. SU PERSECUCIÓN IMPLACABLE POR LOS VENCEDORES (1937-1951).
“No compete a las Comisiones depuradoras el aplicar las penas que los Códigos
señalan a los autores por inducción, por estar reservada esta facultad a los
Tribunales de Justicia, pero si proponer la separación inexorable de sus facciones
magistrales de cuantos directa o indirectamente han contribuido a sostener y
propagar a los partidos, ideario e instituciones del llamado “Frente Popular”. Los
individuos que integran esas hordas revolucionarias, cuyos desmanes tanto espanto
causan, son sencillamente los hijos espirituales de catedráticos y profesores que, a
través de instituciones como la llamada “Libre de Enseñanza”, forjaron
generaciones incrédulas y anárquicas. Si se quiere hacer fructífera la sangre de
nuestros mártires es preciso combatir resueltamente el sistema seguido desde hace
533
Ver Mariano Peset y María Fernando Mancebo, “Exilio y depuraciones”, pp. 249-250, en la obra colectiva
Historia de la Universidad de Valencia, Vol. III.
534
Ley sobre estructuración del nuevo Estado español, dentro de los principios nacionalistas, que crea la
Junta Técnica del Estado, BOE, viernes 2 de octubre de 1936, nº 1, Año I, pp. 1 y 2.
169
más de un siglo de honrar y enaltecer a los inspiradores del mal, mientras se
reservaban los castigos para las masas víctimas de sus engaños535.
535
Circular del Presidente de la Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado, de 7 de
diciembre de 1936, dirigida a los Presidentes y Vocales de las Comisiones depuradoras del personal de
Instrucción Pública (BOE, Burgos 1º de diciembre de 1936, nº 52, pp. 360-361).
536
BOE, Burgos 11 de noviembre de 1936, nº 27, p. 153.
537
BOE, Burgos 11 de noviembre de 1936, nº 27, p. 156 y 157.
538
BOE, Burgos 27 de febrero de 1937, nº 130.
539
BOE, 23 de marzo de 1939, nº 82, pp. 1658-1659.
540
Luis Enrique Otero Carvajal, Rafael Simón Arce, Gutmano Gómez Bravo y José María López Sánchez,
“Anexos” a la obra colectiva ya citada La destrucción de la ciencia en España. Depuración universitaria en
el franquismo, p. 328.
541
Francisco Gómez-Jordana Souza fue nombrado Presidente del Alto Tribunal de Justicia Militar por
Decreto nº 43, dado en Salamanca el 24 de octubre de 1936 (BOE, Burgos 1º de noviembre de 1936, nº 18) y
le sustituyó el General Nicolás Rodríguez Arias en junio de 1937; más tarde, el 31 de enero de 1938
Francisco Gómez-Jordana Souza fue nombrado Ministro de Asuntos Exteriores, cargo en que desempeñó
hasta el 9 de agosto de 1939.
170
La separación definitiva del servicio de D. Mariano Gómez González, y la
inhabilitación para cargos directivos y de confianza, debiendo ser dado de baja en
su escalafón.
Dios guarde a V.E. muchos años. Burgos 25 de septiembre de 1937.= Segundo Año
Triunfal.= Francisco G. Jordana.
Ese mismo día, hacía poco más de año desde que comenzó la insurrección, también
le tocó el turno de la depuración, con idénticas sanciones y el mismo texto, a un cualificado
grupo de Catedráticos de Universidad española:
542
BOE, Burgos 29 de septiembre de 1937, nº 344, p. 3587.
543
BOE, Burgos 29 de septiembre de 1937, nº 344, p. 3587 y 3588.
544
BOE, 17 de febrero de 1939, nº 48, p. 932.
171
López, Catedrático de Medicina de la Universidad Central; Pablo Azcárate Flórez,
Catedrático de Derecho, excedente; Demófilo de Buen y Lozano, Catedrático de
Derecho, excedente; Mariano Gómez González, Catedrático de Derecho excedente;
Julián Besteiro Fernández, Catedrático de Filosofía y Letras de la Universidad
Central; José Gaos González Pola, Catedrático de Filosofía y Letras de la
Universidad Central; Domingo Barnés Salinas, Catedrático de Filosofía y Letras de
la Universidad Central; Blas Cabrera Felipe, Catedrático de Ciencias de la
Universidad Central; Felipe Sánchez Román, Catedrático de Derecho de la
Universidad Central; José Castillejo y Duarte, Catedrático de Derecho de la
Universidad Central; Wenceslao Roces Suárez, Catedrático de Derecho, excedente.
Por los Ministerios a que corresponda se acordará que los funcionarios separados y
de aquellos dependientes, una vez resuelto favorablemente el expediente de
depuración a que puedan estar sometidos, vuelvan, si lo solicitaren, al servicio
activo con la categoría y número en el Escalafón que tuvieran en el Cuerpo a que
545
María Fernanda Mancebo Alonso, “Consecuencias de la guerra civil en la Universidad valenciana:
depuraciones y exilios”, pp. 172, 173 y 179:
- Facultad de Letras: J. Deleito (Catedrático), disponible gubernativo (22.11.1940); L. Gonzalvo París
(Catedrático), jubilación forzosa (17.10.1940); y E. Gómez Nadal (Auxiliar), no prorrogación del contrato;
- Facultad de Derecho: N. Alcalá-Zamora (Catedrático) separación definitiva (29.07.1939) y J. Mª Ots
Capdequí (Catedrático) separación definitiva (29.07.1939);
- Facultad de Medicina: M. Beltrán Báguena (Catedrático) inhabilitación cargos (17.10.1940); J. Peset
Aleixandre (Catedrático) separación definitiva (29.07.1939) y fusilado (24.05.1941); J. Puche Álvarez
(Catedrático) separación definitiva (29.07.1939); L. Urtubey Rebollo (Catedrático) separación definitiva
(08.10.1940); J. Blanco Pozo, J. Bosch Marín, F. Guyx Genovés y J. B. Marco Navarro (Auxiliares) no
prorroga del contrato;
- Facultad de Ciencias: R. Araujo García (Catedrático) separación definitiva (04-07.1940); F. Ramón
Ferrando (Catedrático) traslado forzoso (02.03.1943); F. Sierra Jiménez (Catedrático) traslado forzoso
(25.03.1941); Salvador Velayos Hermida (Catedrático) traslado forzoso (07.03.1940); S. Lacasta España y J.
Morera Arrix (Auxiliares) no prórroga del contrato.
- Exiliados: Emili Gómez Nadal (Francia), Mariano Gómez y Niceto Alcalá-Zamora y Castillo (Argentina),
José Puche y Manuel Usano (México) y José Mª Ots Capdequí (Colombia).
546
Decreto nº 42 de 24 de octubre de 1936, por el que se crea el Alto Tribunal de Justicia Militar (BOE,
Burgos, 1º de noviembre de 1936, Año I, nº 18, pp. 77 y 78).
547
Ley de la Jefatura del Estado de creación del Tribunal Supremo, dada en Burgos el 27 de agosto de 1938,
III Año Triunfal (BOE, 10 de septiembre de 1938, nº 72, pp. 1168-1171).
172
pertenecieren de no haber sido promovidos a los cargos que desempeñaban en el
Tribunal Supremo.
548
Ver, en particular: Juan Antonio Alejandre, La justicia popular en España. Análisis de una perspectiva
histórica: los tribunales y jurados; Manuel Álvaro Dueñas, “Por ministerio de la ley y voluntad del
Caudillo”. La jurisdicción Especial de Responsabilidades Políticas; Raúl Cancio Fernández, Guerra civil y
tribunales: de los jurados populares a la justicia franquista (1936-1939); la publicación oficial del
Ministerio de Justicia de comienzos de la dictadura franquista, Causa General. La dominación roja de
España; la obra colectiva Justicia en guerra, Jornadas sobre la administración de justicia durante la guerra
civil española: instituciones y fuentes documentales; Mónica Lanero Táboas, Una milicia de la justicia. La
política judicial del franquismo; Pascual Marzal Rodríguez, Magistratura y República. El Tribunal Supremo
(1931-1939); José Rodríguez Olazábal, La administración de justicia en la guerra civil; Glicerio Sánchez
Recio, Justicia y guerra en España. Los tribunales populares (1936-1939); y la obra colectiva coordinada por
Santos Juliá, de la que son autores Julián Casanova, Josep María Solé i Sabaté, Joan Villarroya y Francisco
Moreno, Víctimas de la guerra civil.
549
Las incautaciones las llevaban a cabo, en aplicación, entre otras normas, del Decreto 108 de la Presidencia
de la Junta de Defensa Nacional, dado en Burgos el 13 de septiembre de 1936 y firmado por el general
Miguel Cabanellas Ferrer (Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España, Burgos 16 de
septiembre de 1936, nº 22 p. 1).
550
El Tribunal Especial para represión de la Masonería y el Comunismo fue creado por Ley de 1 de marzo de
1940 (BOE de 2 de marzo de 1940, nº 62, pp. 1537-1539)
551
Los datos se han tomado del legajo titulado “expedientes unidos 2.198-28.741, año 1956”, Signatura
09186, AHD y, entre otros, de los siguientes trabajos: Raúl C. Cancio, Guerra civil y tribunales: de los
jurados populares a la justicia franquista (1936-1939), p. 231 y “Vicisitudes políticas y jurisdiccionales del
Tribunal Supremo durante la guerra civil español”, p. 71; Pascual Marzal Rodríguez, ob. cit., pp. 214-215;
Federico Vázquez Osuna, “Francisco Javier Elola Díaz-Varela, lealtad de un Magistrado al Estado de
derecho hasta las últimas consecuencias”, pp. 41-49 y la ponencia titulada “La recuperación de la memoria
histórica, la judicatura Republicana”.
552
BOE de 13 de marzo de 1937, nº 144, p. 682.
553
BOE de 22 de marzo de 1943, nº 81, p. 2562.
173
- José Antón Oneca554, (Magistrado de la Sala 6ª y Catedrático de Derecho Penal),
separación definitiva del servicio, causó baja en el escalafón de la Magistratura en
1937555 e fue inhabilitado para cargos directivos y de confianza556. Después de
padecer muchas penalidades, se dispuso por el Ministro de Educación Nacional,
Ibáñez Martín, su reingreso a la Cátedra en 1940557;
- José Aragonés Champín (Magistrado Sala 1ª), separación definitiva y baja en el
Cuerpo, exiliado en México;
- Agustín Aranda y García de Castro (actuó en la Sección Delegado del TS en
Madrid, Magistrado de la Sala 2ª), se entrega en Madrid, es separado de la carrera
judicial y condenado a 6 años y un día;
- Mariano de Azcoiti y Sánchez-Muñoz, Magistrado, al que se le suspendió de
empleo y sueldo en 1937, se reincorporó como Letrado del Consejo de Estado en
1945, órgano del que llegó a ser Consejero Permanente en 1951 y al año siguiente
recibió la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort;
- José Antonio Balbontín Gutiérrez (Magistrado Sala 3ª), exilio en Inglaterra y
México;
- Fernando Berenguer de las Cagigas (Magistrado Sala 6ª), se entrega en Barcelona
y fue fusilado el 12 de mayo de 1939;
- Demófilo de Buen y Lozano (Pte. Sala 1ª), exilio en México;
- Ricardo Calderón Serrano (Magistrado Sala 6ª), exiliado en Francia;
- Juan Camín de Angulo (Magistrado Sala 6ª), exilio;
- José Castán Tobeñas (Sala 1ª), se entregó tras la toma de Barcelona, discípulo de
Felipe Clemente de Diego Gutiérrez, reintegrado al TS faccioso en el que llegó a
ser su Pte.), procesado y absuelto
- Diego María Crehuet del Amo (Pte. Sala 7ª transitoria, excedente forzoso en 1936,
formó parte del TS faccioso creado en 1938), procesado y absuelto
- Salvador Díaz Berrio y López, Magistrado de la Sala Cuarta, al que se le
suspendió de empleo y sueldo y se ordenó que le instruyera expediente;
- Francisco Javier Elola Díaz-Varela (Pte. Sala 3ª), se entrega en Cataluña y fue
fusilado el 12 de mayo de 1939;
- Federico Enjuto Ferrán (Magistrado Sala 4ª), separación definitiva y baja en el
Cuerpo, huido a Puerto Rico desde noviembre 1938;
- Gerardo Fentanes Portela (Magistrado Sala 1ª), separación definitiva y baja en el
Cuerpo, pasó al exilio;
- Luis Fernández Clérigo (Magistrado Sala 1ª), separación definitiva y baja en el
Cuerpo, se exilió en México;
- José Fernández Orbeta (Magistrado Sala 5ª), separación definitiva y baja en el
Cuerpo, se exilió;
- Leopoldo Garrido Cavero (Fiscal y Magistrado del Tribunal Supremo), separación
definitiva y baja en el Cuerpo, se exilió en Francia;
- Vidal Gil Tirado (Magistrado Sala 2ª), separación definitiva y baja en el Cuerpo,
se exilió en Francia;
- Mariano Gómez González, separado del servicio como Catedrático y Magistrado
del Tribunal Supremo, exiliado primero en Francia desde el 5 de febrero de 1939 y
después en Argentina;
- Fernando González Barón (Magistrado Sala 6ª), exiliado en Francia;
554
Sobre la biografía de José Antón Oneca ver el trabajo de Alfonso Serrano Gómez, “Don José Antón
Oneca. In memoriam”, Anuario de Derecho Penal, 1981, pp. 341- 369.
555
Orden de 26 de febrero de 1937 (BOE, Burgos 28 de febrero de 1937, nº 131, p. 553).
556
Orden de 28 de septiembre de 1937 (BOE, Burgos 30 de septiembre de 1937, nº 345, p. 3603.
557
Orden de 24 de abril de 1940 (BOE de 7 de julio de 1940, nº 189, p. 4699).
174
- Juan José González de la Calle (Magistrado Sala 6ª): Magistrado de la Audiencia
Provincial de Teruel desde el 17 de enero de 1935558, en la que pronto desempeñó
su Presidencia559; Magistrado del Tribunal Supremo desde el 10 de octubre de
1936560; titular del Tribunal Popular nº 2 de Madrid hasta el 29 de mayo de 1937; y
Presidente en comisión de la Audiencia Territorial de Madrid nombrado por
Decreto de 16 de noviembre de 1938561. Los sublevados le sometieron a expediente
de depuración en 1937 por haber sido Presidente de la Audiencia Provincial de
Teruel y mediante Orden de la Presidencia de la Junta Técnica del Estado, firmada
por Francisco G. Jornada el 8 de octubre de 1937, “II Año Triunfal”, se acordó su
destitución como funcionario causando baja en el Escalafón de los de su Cuerpo.
Terminada la guerra fue sometido al procedimiento sumarísimo ordinario nº 502
seguido por el Juzgado Militar Eventual nº 12 de los de Madrid, que le condenó el
28 de julio de 1941 por el delito de adhesión a la rebelión militar a la pena de
muerte por su actuación al frente del Tribunal Popular de Toledo y fue fusilado el
17 septiembre 1941562;
- José González Llana Fagoaga (Magistrado Sala 3ª, se entrego a la caída de
Barcelona), condenado a 6 años y 1 día;
- José González Serrano (Magistrado Sala 2ª), se entrega en Barcelona y continuó
en la carrera fiscal en 1941;
- Mariano Granados Aguirre (Pte. Sala 5ª), separación definitiva y baja definitiva en
el Cuerpo, se exilió en México;
- Eduardo Iglesias Portal (Magistrado Sala 2ª), separación definitiva y baja en el
Cuerpo, exilio;
- Carlos de Juan Rodríguez (Fiscal y Magistrado del Tribunal Supremo), separación
definitiva y baja en el Cuerpo, se exilió en Francia;
- Francisco López de Goicoechea e Inchaurrandieta (Magistrado Sala 2ª), exilio en
Cuba y México;
- Emilio Martínez Jerez, Secretario de Sala, declarado cesante en el mencionado
cargo por no haberse presentado a las autoridades facciosas en el plazo debido y
dado de baja en el escalafón de su categoría, con pérdida de todos sus derechos563,
al que en 1955 se dispuso el pase a la situación de jubilado564;
- Diego Medina (Pte. TS hasta el 18 de agosto de 1936 que se jubiló), condenado a
7 años;
- Alberto de Paz Mateos (Pte. Sala 4ª), separación definitiva y baja en el Cuerpo,
exilio;
- Álvaro Pascual Leone (Magistrado Sala 5ª), exilio en México;
- Manuel Pérez Jofre (Magistrado Sala 3ª), exilio en México
- José María Rodríguez de los Ríos y Garcísa (Pte. Sección Delegado del TS en
Madrid y Magistrado de la Sala 1ª), separado de carrera judicial y condenado a 6
años y 1 día;
558
Decreto de 17 de enero de 1935 (Gaceta de Madrid de 19 de enero de 1935, nº 19, p. 435).
559
Decreto de 22 de enero de 1935 (Gaceta de Madrid de 24 de enero de 1935, nº 24, p. 715).
560
Decreto de 10 de octubre de 1936 (Gaceta de Madrid de 11 de octubre de 1936, nº 285, p. 288).
561
Decreto de 16 de noviembre de 1938 (Gaceta de la República, 18 noviembre 1938, nº 322, p. 628).
562
El procedimiento sumarísimo nº 502 del Juzgado Militar Eventual nº 12 de los de Madrid, del que era Juez
instructor el Coronel de Infantería Rafael Sevillano Carbajal y Secretario el Alférez de Complemento de
Artillería Jesús Romeo García, fue visto por el Consejo de Guerra de Oficiales Generales que dictó sentencia
el 28 de julio de 1941 y condenó a Juan José González la Calle en concepto de autor por adhesión del delito
de rebelión militar a la pena de muerte, que fue ejecutada por fusilamiento el 17 de setiembre del mismo año
a las seis de la mañana (AHN, FC-Mº_Justicia_Mag_Jueces, legajo 901, expte. n 12.926).
563
Orden de 11 de julio de 138 (BOE de 16 de julio de 1938, nº 16, p. 231).
564
Decreto de 15 de abril de 1955 (BOE de 22 de mayo de 1955, nº 122, p. 2747).
175
- José González Llana Fagoaga (Magistrado Sala 3ª), se entrega en Barcelona,
condenado a inhabilitación y 6 años y 1 día;
- Felipe Uribarri Mateos (Magistrado Sala 2º, se entregó a la caída de Barcelona),
12 años;
- Dionisio Terrer Fernández (Magistrado Sala 5ª), exilio en Francia;
- José Ubierna Eusa, Abogado Fiscal, al que se le sancionó con suspensión de
empleo y sueldo durante seis meses, sin que le fuese de abono para ningún efecto
en su carrera el tiempo que permaneció en el extranjero565 y que después fue
nombrado Vocal de la Comisión General de Codificación en 1945, Abogado del
Estado, Secretario de la Academia de Jurisprudencia y Legislación y Gran Cruz de
San Raimundo de Peñafort en 1961;
- Emilio Urizar y Olazábal, Secretario de Sala, el expediente de depuración que se
le siguió por el Ministerio de Justicia al término de la guerra, por Orden del
Ministro Esteban Bilbao Eguía de 11 de febrero de 1941 se acordó el
sobreseimiento y archivo de las diligencia que contra el se siguieron566;
- Faustino Valentín Torrejón (Magistrado Sala 4ª), exilio;
- Santiago del Valle y Aldabalde (jubilado el 12 de diciembre de 1936), procesado
y absuelto.
A la vista de este listado incompleto, no cabe duda de que los vencedores cumplían
sus objetivos y, conforme a las enseñanzas de Pemán, hacían fructífera la sangre de sus
mártires combatiendo a quienes desde hacía un siglo honraban y enaltecían el mal de la
libertad, la dignidad humana y la democracia que la forma de gobierno republicana
representa. La represión de profesores y magistrados estaba controlada.
176
“Año de la Victoria”568, por la que se acordaba la separación definitiva del servicio y su
baja en la escala del Cuerpo de los siguientes funcionarios:
Carrera Fiscal: Mariano Granados Aguirre, José Martí de Veses Sánchez574, Manuel
Sancho Sancho, Vidal Gil Tirado, Carlos de Juan Rodríguez y Leopoldo Garrido
Cavero.
568
Orden de 25 de abril de 1939 (BOE, 1 de mayo de 1939, nº 121, p. 2361) y Orden rectificada de la misma
fecha (BOE, 20 de mayo de 1939, nº 140, p. 2734). En este último BOE, en la p. 2733, se publica la
concesión al dictador, Francisco Franco Bahamonde, de la Gran Cruz Laureada de San Fernando, según
dispuso el Vicepresidente Francisco Gómez Jordana y Sousa a propuesta del Ministro de Defensa Nacional
Fidel Dávila Arrondo, “dada en Madrid, en el Día de la Victoria, a diecinueve de mayo de mil novecientos
treinta y nueve”.
569
Magistrado de la Audiencia de Valencia.
570
Juez Municipal.
571
Juez de Primera Instancia.
572
Juez de Primera Instancia.
573
Director General del Instituto de Reforma Agraria en 1933.
574
Fiscal.
575
Los procesos judiciales militares que se citan se han consultado en el AHD, a los que sólo hay acceso, de
momento, por las fichas nominales de los procesados, y que muchos de ellos se encuentran en el legajo
titulado “expedientes unidos 2.198-28.741, año 1956”, Signatura 09186.
576
Informe sobre responsabilidades de personal de la Sala 6ª del Tribunal Supremo (AHN, Fondos
Contemporáneos, Causa General, Pieza 5ª Justicia roja, Caja 1.638-2, expte. nº 62, 32 folios.
577
Federico Vázquez Osuna, “Un segle d’Administració de justícia al Palau”, p. 132, Cap. 4 de la obra
colectiva (Coord. M. Carme Polo, autores, R. Fontova y F. Vázquez Osuna), 1908-2008: cent anys del Palau
de Justicia de Barcelona, Cap. 4 “ Un segle d’Administració de justícia al Palau”, p. 132.
177
con el Palacio de Justicia de Madrid en el que uno de sus laterales fue ocupado por el Alto
Tribunal de Justicia Militar.
Según se desprende del contenido del Informe, no cabe duda de que fue inspirado,
dirigido, coordinado e incluso probablemente redactado por miembros de la carrera judicial
y, en particular, por algún o algunos Magistrados del Tribunal Supremo que se plegaron al
Ejercito de ocupación de Barcelona579. Y en lo que se refiere específicamente al
curriculum de Mariano Gómez, se decía:
578
Informe titulado “Antecedentes sobre los componentes y actuación de las distintas Salas del Tribunal
Supremo suministrados por el Servicio de Recuperación e Información de esta Auditoría”, que se encuentra
unido a las diligencias previas nº 399/1939 del Juzgado Especial de la 4ª Región Militar, Barcelona,
acumuladas en los procedimientos sumarísimos ordinarios 1.297 y 1.856 y los de urgencia 19.175, 21.324 y
19.187, AHD, “expedientes unidos 2.198-28.741, año 1956”, Signatura 09186.
579
El Informe en cuestión tenía los siguientes apartados:
- Curriculum vitae o breve referencia biográfica de los componentes del Tribunal en sus diferentes Salas,
plagados de datos falsos, erróneos y juicios de valor.
- Relación nominal de Sres. Magistrados que integraban el Tribunal Supremo hasta el 18 de julio de 1936.
(en realidad desde la proclamación II República).
- Composición de las Salas y de la Inspección de Tribunales, Fiscalía General de Republica y Magistrado
Agregado al TS Eduardo Capó Bonafous.
- “Funcionarios que integraban las distintas Salas del Tribunal Supremo”.
- “Relación nominal de los funcionarios nombrados para desempeñar cargos en el Tribunal Supremo con
posterioridad al 18 de julio de 1936”. Incluye una “Relación de los funcionarios comprendidos en la anterior
y que cesaron.
- “RELACION NOMINAL DE LOS FUNCIONARIOS DEL TRIBUNAL SUPEMO QUE CESARON EN
EL SERVICIO ACTIVO CON POSTERIORIDAD AL 18 DE JULIO DE 1936”.
- “RELACION NOMINAL DE LOS FUNCIONARIOS FISCALES DEL TRIBUNAL SUPREMO QUE
CESARON EN ELSERVICIO ACTIVO CON POSTERIORIDAD AL 18 DE JULIO DE 1936”.
- “RELACION DE PERSONAL FISCAL QUE SERVIA EN PLAZA EN EL TRIBUNAL SUPREMO A
LA ENTRADA DE LAS TROPAS NACIONALES, el día 26 de enero de 1939”.
178
Militar, formó parte de la sala al juzgar a los que actuaron en el levantamiento del
General Sanjurjo, de 10 de agosto.
Primer Presidente de los Tribunales Populares, comenzando a actuar en la Cárcel
Modelo de Madrid, en la misma noche de los asesinatos cometidos allí (Melquíades
Álvarez, Conde de Santa Engracia, etc. etc).- En el año 1934 gestionó y consiguió
los indultos de los comprometidos en el Movimiento revolucionario del mes de
Octubre del citado año.- Durante todo el tiempo en que actuó como Presidente del
Tribunal Supremo, mantuvo gran influencia sobre los Ministros de Justicia de la
España roja, estando últimamente en contacto inmediato con Negrín, de quien era
persona de confianza, interviniendo como tal en algún conflicto entre el Gobierno
rojo y el de la Generalitat.-
FUE EL ORIENTADOR Y EN LA MAYORIA DE LOS CASOS EL AUTOR DE
TODA LA LABOR LEGISLATIVA DE LA ADMINISTRACION DE
JUSTICIA.-
Por su mediación se obtuvo la libertad de algunos detenidos por derechistas,
deteniendo en otros casos las denuncias formuladas contra varios; se conocen
bastantes casos en que su actuación salvó de la aplicación de penas graves a varias
personas”.
580
Arhivo Histórico de Defensa, legajo titulado “expedientes unidos 2.198-28.741, año 1956”, Signatura
09186.
581
BOE de 8 de febrero de 1948, nº 39, p. 570.
179
De otra parte, el Juez Instructor de la Auditoría de Guerra de Cataluña, instruyó las
diligencias previas nº 399/1939582, dictando una Requisitoria el 26 de abril de 1939, “Año
de la Victoria”, contra los miembros de la Sala Sexta “del llamado Tribunal Supremo de la
República”, por el supuesto delito de adhesión a la rebelión, que se publicó en la prensa de
Barcelona. La Requisitoria lo era para que se presentasen y ser oídos en el Juzgado, los
magistrados Mariano Gómez González, Fernando Abarrategui y Ponte, José María Álvarez
M. Taladrid, Juan Camin de Angulo, Fernando González Barón, Ricardo Calderón
Serrano, Juan José González de la Calle, Emilio Urizar y Olazábal y Aurelio Matilla Díaz
del Barrio583. Como ya hemos visto en el apartado anterior, ninguno de ellos se personó en
el plazo de cuarenta de ocho horas que se les concedía.
582
AHD, legajo titulado “expedientes unidos 2.198-28.741, año 1956”, Signatura 09186.
583
La Vanguardia Española, Barcelona, viernes 28 abril 1939, Año de la Victoria, p. 3.
584
Informe sobre responsabilidades de personal de la Sala 6ª del Tribunal Supremo (AHN, Fondos
Contemporáneos, Causa General, Pieza 5ª Justicia roja, Caja 1.638-2, expte. nº 62, 32 folios.
585
Los procesados eran: Fernando Berenguer de las Cagigas, Auditor de la Armada y Magistrado del
Tribunal Supremo; Pedro Jordán de Urries y Patiño, Auditor de División; Francisco Javier Elola y Díaz-
Varela, Magistrado del Tribunal Supremo; Pedro Rodríguez Gómez, Teniente Auditor de Primera; y José
Romero Valenzuela, Teniente Auditor de Segunda
586
Informe sobre responsabilidades de personal de la Sala 6ª del Tribunal Supremo (AHN, Fondos
Contemporáneos, Causa General, Pieza 5ª Justicia roja, Caja 1.638-2, expte. nº 62, folio 2.
180
denuncias se presentaban por los vencedores con ánimo de resarcirse y lograr una
venganza ejemplar y, de esta forma se propiciaba la acción judicial correspondiente.
De igual forma, se procesa por la jurisdicción militar a todos los miembros de los
Tribunales Populares y demás órganos judiciales de la República durante la guerra. La
ausencia de ordenación de los archivos militares y su extraordinaria dispersión en la
actualidad, hace imposible establecer una relación completa de todos esos procedimientos
y de las personas encausadas. No obstante, baste señalar como ejemplo, los tres casos
siguientes:
El Juez fue informado por la policía de que Abarrategui vivía en París, Boulevard
Saint Marcel 57, Hotel des Gobelins; Juan Camín se había establecido en Biarritz, Av.
Jardin Public, Hotel Malhontes; Fernando Berenguer de la Cagigas se dijo que había
“fallecido” (sic) cuando lo cierto era que había sido condenado a muerte y fusilado junto al
Magistrado Francisco Javier Elola y Díaz-Varela y al General Auditor Pedro Rodríguez
Gómez el 12 de mayo de 1939 en el Campo de la Bota (Barcelona)590; y sobre Alfredo de
Matilla se informó que se ignoraba su paradero.
587
ABC de Sevilla, domingo 2 de julio de 1939, p. 16 y ABC de Madrid, martes 4 de julio de 1939, p. 17.
588
AHD, expediente 26.123, año 1946, signatura 04162.
589
El Teniente Provisional de Infantería Isidro de las Cagigas era pariente del Magistrado de la Sala Sexta y
General Auditor de la Armada Fernando Berenguer de las Cagigas, procesado en el sumario a pesar de haber
procesado, condena a muerte y fusilado el 12 de mayo de 1939.
590
Procedimiento sumarísimo en la causa nº 8/1939 de la Auditoria de Guerra de Cataluña, “instruida contra
magistrados, fiscales y jueces de Sala Sexta del Tribunal Supremo del llamado gobierno de la República”,
seguida por el delito de auxilio a la rebelión.
181
Ante la imposibilidad de seguir el procedimiento por la situación procesal de
rebeldía de los tres procesados vivos, el procedimiento se archiva y en la portada de la
causa figura de forma destacada la siguiente nota escrita a mano con lápiz rojo: “ =OJO=,
Contra los dos primeros hay otro sumario con el nº 3 de Auditoría y 7.595 del Juzgado”.
“Excmo. Sr.
Examinadas las presentes diligencias previas seguidas al Coronel de Infantería
DON ALFONSO MATEOS CAMPOS, y nueve más por su actuación en el
Tribunal Especial que entendió la causa seguida contra varios Jefes y Oficiales del
Rgto. De Artillería de Getafe, con motivo de la sublevación del mismo a favor del
Glorioso Alzamiento Nacional, y constando en autos que de dichos encartados uno
ha sido ya juzgado, otro se encuentran en tramitación sus respectivos
procedimientos, otros han sido declarados en rebeldía y otro por fin ha fallecido, es
pertinente que por V.E, se acuerde el archivo de este actuado sin declaración de
responsabilidad de conformidad con el contenido del art. 396 del C. de J.M. por las
siguientes causas:
591
AHD, Diligencias previas nº 109.369, procedimiento sumarísimo de urgencia nº 109.369, Legajo nº 4784.
182
A) Por haber sido ya objeto de procedimiento anterior el Coronel de Infantería
DON ALFONSO MATEOS CAMPOS y el Comandante de Sanidad Militar
DON TEOFILO ZELAYA CLAVERIA;
B) Por haber sido declarados rebeldes en este y otros procedimientos según consta
en los antecedentes obrantes en esta Auditoria los Tenientes de Artillería DON
LORENZO CARAVANTES MOSALVES y D. RAMON ORGEL LEON,
Alférez de Infantería D. ISAAC MALDONADO MARTIN y paisanos D.
RICARDO CALDERON SERRANO, DON MARIANO GOMEZ
GONZALEZ, DON MIGUEL CARANZÓN y
C) Por ser objeto de otro procedimiento sobre los mismos hechos que con el
carácter de causas se siguen en el Juzgado nº 14 el paisano DON JUAN
GONZALEZ OCAMPO; y
D) Por su fallecimiento el también paisano DON FERNANDO BERENGUER DE
LAS CAGIGAS.
Mariano Gómez y los demás magistrados del Supremo en el exilio tuvieron que ser
declarados en rebeldía y, por tanto, así lo hicieron en los procedimientos y diligencias ya
citados.
592
Federico Vázquez Osuna, “La recuperación de la memoria histórica, la judicatura republicana”, p. 19 y
“Apunt biogràfic. Buenaventura Sánchez-Cañete”, pp. 139. Ver también del mismo autor, “L’Audiència
Territorial i la Provincial de Barcelona (1931-1945). Una aproximació política, administrativa i humana als
jutges i magistrats que administraren justícia”.
593
Nombramiento mediante Decreto nº 847 de 2 de marzo de 1931 (Gaceta de Madrid, nº 62, 3 de marzo de
1931, p. 1209). Buenaventura Sánchez Cañete López fue nombrado Magistrado de la Audiencia Territorial
de Barcelona en mayo de 1931 y posteriormente jubilado. Recurrida la jubilación fue admitido el recurso en
diciembre de 1932 y volvió al servicio activo en su anterior destino en la Audiencia de Barcelona. Al ocupar
los facciosos Barcelona se puso a su disposición en la Audiencia Territorial.
594
BOE de 7 de marzo de 1939, nº 66, p. 1317.
595
BOE de 28 de septiembre de 1945, nº 271, p. 1973.
596
José María García Amorós: durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera y siendo Juez de Primera
Instancia del distrito de San Juan (Murcia), fue sometido a juicio de responsabilidad a virtud de demanda de
183
Magistrado de la Audiencia Provincial de Barcelona desde diciembre de 1928, Juez de
Primera Instancia del Distrito Sur de Barcelona desde 1931 y Magistrado Decano de
Barcelona. Sánchez Cañete llegará a acusar a su compañero José María García Amorós de
“persona de acendrados ideales rojos, al extremo que en ocasiones hacía la apología del
régimen soviético, propugnando la constitución de la sociedad comunista, sin que puedan
obtenerse datos concretos que hubiera podido realizar durante la dominación marxista”597.
José María García Amorós fue condenado a la pena de doce años y un día y separado de la
carrera judicial por sus convicciones republicanas.
Juan Viudez Pascual, Marqués de Rioflorido, la Junta inspectora del personal judicial falló que debía
“declarar y declara no existir hay motivos comprobados para imponer corrección disciplinaria alguna a D.
José García Amorós”, decisión que para su cumplimiento y publicación remitió a la Gaceta de Madrid el Jefe
de Gobierno en funciones Antonio Magaz y Pers, Marqués de Magaz (Gaceta de Madrid, 22 de noviembre
de 1923, nº 326, p. 794); nombrado Juez de Primera Instancia e Instrucción del Distrito del Hospital
(Barcelona) el 10 de mayo de 1926 (Gaceta de Madrid, 11 de mayo de 1926, nº 131, p. 811) y Magistrado de
la Audiencia Provincial de Barcelona el 24 de diciembre de 1928 (Gaceta de Madrid, 26 de dic8iembre de
1928), nº 361, p. 1955); solicitó y se acordó su nombramiento como Juez de Primera Instancia del Distrito
del Sur de Barcelona el 23 de mayo de 1931 (Gaceta de Madrid, 27 de mayo de 1931, nº 147, p. 958).
597
Federico Vázquez Osuna, “La recuperación de la memoria histórica, la judicatura republicana”, pp. 21 y
22.
598
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp. 35 y 36.
599
Fernando Berenguer de las Cagigas: Nació en Manila (Filipinas) el 24 de agosto de 1874. Ingresó por
oposición en el Cuerpo Jurídico e la Armada en 1896; fue promovido al empleo de Auxiliar en 1904; a
Teniente Auditor de tercera en 1910; a Teniente Auditor de segunda en 1917; a Teniente Auditor de primera
en 1920, y a Auditor de Departamento en 1929. Desempeñó los destinos de Auxiliar de la Auditoría del
Departamento de Cartagena; Secretario de Justicia del Departamento de Cartagena; Ayudante a las ordenes
del Sr. Auditor general D. Juan Spottorno; Auxiliar de la Auditoría del Consejo Supremo de Guerra y
Marina; Auxiliar de la Auditoría del Departamento de Cádiz; Auxiliar de la Asesoría general del Ministerio y
Fiscal de la Escuadra; Ayudante a las ordenes del Sr. Ministro togado D. Eladio Mille Suárez; Secretario
Relator del Consejo Supremo de Guerra y Marina, y Jefe de los Servicios de la jurisdicción de Marina. Por
Decreto de 2 de agosto de 1932 fue promovido al empleo de General Auditor de la Armada (Gaceta de
Madrid de 9 de agosto de 1932, nº 222, p. 1040; por Decreto de 8 de septiembre de 1932 queda en situación
de disponible forzoso en Madrid (Gaceta de Madrid de 10 de septiembre de 1932, nº 254, p. 1822); por
Decreto de 9 de marzo de 1933 fue nombrado Jefe de la Sección de Justicia del Ministerio de Marina (Gaceta
184
Gómez600, que tomaron la decisión de no abandonar Barcelona el 26 de enero de 1939. Los
tres fueron condenados a la pena de muerte por el delito rebelión en Sentencia de 13 de
mayo de 1939 y, recurrida ante el Alto Tribunal de Justicia Militar, fue confirmada por
Sentencia de 18 de abril de 1939. El fusilamiento de los mencionados tres juristas del
Tribunal Supremo de la República, se llevó a cabo a las cinco horas del 12 de mayo de
1939 en el Campo de la Bota (Barcelona).
“El general don Dámaso Berenguer acababa de abandonar el Gobierno que negó el
indulto a Galán y García Hernández, los dos héroes republicanos de Jaca, y, sin
embargo, nadie le molestó, pudiendo entregarse voluntariamente al Gobierno de la
República el 15 de Abril. En carta que dirigió con esta fecha al presidente del
Consejo de ministros declara “estar seguro de la severa justicia del nuevo régimen”.
Conservo el autógrafo de dicha carta, que si es honor de quien la firma, todavía es
más honrosa para el régimen bajo el cual pudo ser escrita. En cambio, el ilustre
general del Cuerpo Jurídico de la Armada, don Fernando Berenguer, fue fusilado el
12 de mayo de 1939 en Barcelona por el tremendo delito de haber servido
legalmente a la República como magistrado de la Sala de Justicia Militar del
Tribunal Supremo, caso no único en el martirologio judicial”601.
En consonancia con las palabras anteriores, importa conocer que al general Dámaso
Berenguer Fusté, de conformidad con lo acordado por el Consejo Director de las
Asambleas de las Ordenes Militares de San Fernando y San Hermenegildo, siendo
Presidente de la República Alcalá-Zamora y Presidente del Consejo de Ministros y
Ministro de la Guerra Azaña, se le concedió la Gran Cruz de San Hermenegildo con
antigüedad de 21 de julio de 1932602.
de Madrid de 11 de marzo de 1933, nº 70, p. 1900); por Decreto de 4 de enero de 1934 queda en situación de
disponible forzoso en Madrid, encargándose del estudio y redacción de un anteproyecto de ley de
Enjuiciamiento militar de Marina y las comisiones de servicio que se le encomienden (Gaceta de Madrid de
7 de enero de 1934, nº 7, p. 316); por Decreto de 6 de agosto de 1936 fue nombrado con carácter interino
Magistrado de la Sala Sexta del Tribunal Supremo (Gaceta de Madrid de 9 de agosto de 136, nº 222, p. 1154;
y por Decreto de 26 de agosto de 1936 fue nombrado Magistrado de la Sala Sexta del Tribunal Supremo
(Gaceta de Madrid de 27 de agosto de 1936, nº 240, p. 1494). Estaba en posesión, entre otras
condecoraciones, de la Cruz del Mérito Militar de primera clase con distintivo blanco y de la Cruz de la
Orden de San Hermenegildo.
600
Pedro Rodríguez Gómez: Teniente Auditor de primera del Cuerpo Jurídico del Ejército fue nombrado
Secretario de la Sala Sexta (Militar) del Tribunal Supremo por Decreto de 16 de octubre de 1936 (Gaceta de
Madrid de 17 de octubre de 1936, nº 291, p. 368) y por Orden Circular del Ministerio de Defensa Nacional,
de 23 de septiembre de 1937, pasa agregado, con carácter transitorio, a la Auditoría de Guerra del Ejército de
operaciones del Centro (Gaceta de la República de 30 de septiembre de 1937, nº 273, p. 1279).
601
Mariano Gómez, Jornadas republicanas de Valencia (Historia de dos días), pp. 61-62.
602
Decreto de 21 de marzo de 1932 (Gaceta de Madrid, 23 de marzo de 1933, nº 82, p. 2163).
185
Segunda de la Audiencia Territorial de Barcelona. Fue condena a muerte pero evitó el
fusilamiento al serle conmutada la pena603.
Durante la guerra, quienes estaban autorizados para ello en la sede del Tribunal en
Valencia y ante la falta de fondos para atender los pagos de la Sección Delegada de
Madrid, ordenaron en varios ocasiones que acudieran a la referida cantidad depositada,
orden que nunca se llegó a cumplir.
603
Fondos del archivo del Tribunal Territorial 3º de Barcelona hoy depositados en el AHD en Madrid.
604
María Sofía de la Hoz Bárcena, Vizcondesa viuda de Ros, estuvo casada con Antonio Vega Ros de Olano
y tuvieron tres hijos: Alfredo (fallecido antes de la guerra), Isabel (fallecida el 14 de noviembre de 1936) y
Elena (fallecida en 1939). Antonio Vega Ros de Olano era primo hermano de Ros de Olano, Marqués de
Gad-el-Jelú (abuelo materno del autor de este libro).
186
urgencia del Excmo. Sr. Ministro de la Gobernación los oportunos y necesarios
salvoconductos”605.
“Abierta la Caja apareció en ella lo siguiente:- Una caja pequeña de hierro que
contiene: CUARENTA Y CUATRO MIL TRESCIENTAS PESETAS EN
BILLETES DE EMISIONES AL PARECER LEGÍTIMAS. Manifiesta el Sr. Cos-
Gayón a quien se requiere a este solo efecto que dicha cantidad le fue entregada en
depósito por Don Mariano Gómez como Presidente del Tribunal Supremo del
Gobierno marxista para quedara en caja a su disposición añadiendo el propio Sr.
Cos-Gayón que oficialmente se ignora su procedencia pero que oficiosamente le
dijeron que la repetida cantidad se encontró en el cadáver de Dª Elena de la Vega de
la Hoz que apareció asesinada, nombre que figura en la envoltura del dinero”606.
605
Archivo Central del Tribunal Supremo, Sala de Gobierno, Tejuelo Libro Registro 15, Referencia 601927,
Libro de Actas de las Reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Sesión de 24 de
febrero de 1939. Asistentes: Excmos. Señores D. Felipe Clemente de Diego, Pte., Galo Ponte Escartín,
Rafael Rubio Freire-Duarte, Eduardo Alonso Alonso, Eduardo Dívar Martín y el Excmo. Sr. Fiscal Blas
Pérez González.
606
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1.
607
Archivo Central del Tribunal Supremo, Sala de Gobierno, Tejuelo Libro Registro 15, Referencia 601927,
Libro de Actas de las Reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Sesión de 11 de
noviembre de 1939, folio 050 vlto. Asistentes: Excmos. Señores D. Felipe Clemente de Diego, Pte., Blas
Pérez, Fiscal, Rafael Rubio, Eduardo Alonso, Eduardo Dívar y Luis Suárez Alonso de Fraga.
608
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1.
187
España nº 2659, por 43.050 pesetas constituido á disposición del Secretario de
gobierno, con orden al Excmo. Señor Gobernador de dicho Banco, a fin de que
realice la entrega a Don Francisco Muguiro, como albacea testamentario de la
difunta Doña María Sofía de la Hoz Bárcena, así como las 1250 pesetas existentes
en la Caja de este Tribunal.
609
Archivo Central del Tribunal Supremo, Sala de Gobierno, Tejuelo Libro Registro 15, Referencia 601927,
Libro de Actas de las Reuniones celebradas por la Sala de Gobierno del Tribunal Supremo, Sesión de 11 de
noviembre de 1939, folio 050 vlto. Asistentes: Excmos. Señores D. Felipe Clemente de Diego, Pte., Blas
Pérez González, Fiscal y los siguientes Magistrados: Rafael Rubio Freire-Duarte, Eduardo Alonso Alonso,
Juan Gualberto Bermúdez Ballesteros y Luis Suárez Alonso de Fraga.
610
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1. Asistentes al Pleno:
Presidente Felipe Clemente de Diego y los siguientes Magistrados: Rafael Rubio Freire-Duarte, Eduardo
Alonso Alonso, Eduardo Dívar Martín, Manuel Moreno y Fernández de Rodas, Diego María Crehuet del
Amo, Rafael Muñoz Lorente, Pío Ballesteros Álava, Félix Álvarez Santullano y Aramburu, Juan Gualberto
Bermúdez Ballesteros, Ildefonso Bellón Gómez, Luis Suárez Alonso de Fraga, José Márquez Caballero,
Domingo de Guzmán de la Calle y Matute, Eduardo Eizaguirre y Pozzi, Mariano de Miguel Rodríguez, Luis
Felipe Vivanco y Pérez del Villar, Celestino Valledor y Suárez de Otero, Felipe Gil Casares, Federico
Castejón Martínez de Arizala, Juan Salvador Minguijón Adriano y Manuel Miralles Salabert.
611
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1. Asistentes al Pleno:
Presidente Felipe Clemente de Diego y los siguientes Magistrados, Diego María Crehuet del Amo, Rafael
Rubio Freire-Duarte, Eduardo Alonso Alonso, Eduardo Dívar Martín, Miguel Moreno Laguía, Rafael Muñoz
Lorente, Pío Ballesteros Álava, Félix Álvarez Santullano y Aramburu, Juan Gualberto Bermúdez Ballesteros,
José Castán Tobeñas, Ildefonso Bellón Gómez, Luis Suárez Alonso de Fraga, Domingo de Guzmán de la
Calle y Matute, Eduardo Eizaguirre y Pozzi, Mariano de Miguel Rodríguez, Luis Felipe Vivanco y Pérez del
Villar, Celestino Valledor y Suárez de Otero, Felipe Gil Casares, Federico Castejón Martínez de Arizala,
Juan Salvador Minguijón Adriano, Manuel Miralles Salabert, Juan Brey Guerra, Juan de Dios Cuenca-
Romero y Uclés, Isidro Romero Civantos, Napoleón Ruíz Falcó, Manuel de la Plaza Navarro, Manuel
Gómez Pedreira y Francisco González Naharro.
188
Tribunal Supremo612, concebían su trabajo como un servicio a la justicia y, además,
algunos fueron compañeros de Mariano Gómez, como José Castán Tobeñas, amigo suyo
desde la infancia y del que conocía su rectitud de conducta humana y profesional.
“El Fiscal dice que de los hechos que aparecen en estas diligencias no se
desprenden los elementos necesarios para fundar una querella por malversación ni
por ningún otro delito por lo que el Tribunal puede servirse acordar el archivo de
este expediente.
Madrid 3 de Diciembre de 1940”613.
Mariano Gómez nunca supo y nadie le informó en el exilio que el Supremo instruyó
y archivó esas diligencias penales contra él. Mariano y Charito Gómez Alfaro, tuvieron
conocimiento por primera vez en su vida de la existencia de las referidas actuaciones y
hechos, en conversación mantenida con ellos por el autor de este trabajo en Buenos Aires
el año 2008.
612
Sobre la profesionalidad de los magistrados del Tribunal Supremo en ese y otros periodos, son de gran
interés, entre otros, los siguientes trabajos: Mónica Lanero, Una milicia de la justicia. La política judicial del
franquismo (1936-1945), Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1996 y VV.AA., Justicia en guerra,
en particular el apartado Justicia”Nacional”, pp. 249-404. Además, son también de interés, Braulio Díaz
Sampedro, La politización de la justicia. La designación de los Magistrados del Tribunal Supremo (1836-
1881) y, aunque referido en particular al pensamiento político del Tribunal Supremo durante el periodo del
franquismo 1964 a 1974, Francisco J. Bastida, Jueces y franquismo. El pensamiento político del Tribunal
Supremo en la Dictadura, prologo de J. A. González Casanova.
613
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1.
614
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1. Asistentes al Pleno:
Presidente Felipe Clemente de Diego y los siguientes Magistrados: Diego María Crehuet del Amo, Rafael
Rubio Freire-Duarte, Eduardo Alonso Alonso, Eduardo Dívar Martín, Manuel Moreno y Fernández de
Rodas, Rafael Muñoz Lorente, Félix Álvarez Santullano y Aramburu, Juan Gualberto Bermúdez Ballesteros,
José Castán Tobeñas, Ildefonso Bellón Gómez, Luis Suárez Alonso de Fraga, José Márquez Caballero,
Domingo de Guzmán de la Calle y Matute, Eduardo Eizaguirre y Pozzi, Mariano de Miguel Rodríguez, Luis
Felipe Vivanco y Pérez del Villar, Celestino Valledor y Suárez de Otero, Federico Castejón Martínez de
Arizala, Manuel Miralles Salabert, Juan de Dios Cuenca-Romero y Uclés, Napoleón Ruíz Falcó, Manuel
Gómez Pedreira y Francisco González Naharro.
615
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1.
616
AHN, Tribunal Supremo, Pleno, Causa nº 1/1940 contra Don Mariano Gómez González, (Presidente del
T.S.) por malversación, FC-TRIBUNAL_SUPREMO_RECURSOS, 147, EXP. 1.
189
la Causa General, iniciada por Decreto de 26 de abril de 1940617, que concedía amplias
facultades al Fiscal del Tribunal Supremo para instruirla y en ella se deberían reunir las
pruebas de los hechos delictivos cometidos en todo el territorio nacional durante la
“dominación roja”. Fue el gran escaparate político-jurídico-ideológico de la represión
franquista, que se mantuvo abierta y activa hasta la entrada en vigor del Decreto-Ley
10/1969, de 31 de marzo, por el que se declara la prescripción de todos los delitos
cometidos con anterioridad al 1 de abril de 1939618.
Los mismos Felipe Díaz y Manuel Díaz se incautaron de la casa pocas horas
después de haberse llevado detenidos a sus habitantes y pasados tres o cuatro días
se instalaron para vivir en el piso de los asesinados, divulgando por la vecindad la
noticia de que las dueñas habían muerto. De ella robaron muebles, cuadros, objetos
de Arte, alhajas y cuanto de valor había.
Pueden dar noticias sobre los hechos el portero de la casa, Juan López (detenido en
Porlier) y la amante de Felipe Salas, llamada Matilde Galego Gómez (detenida en la
Cárcel de Mujeres de Ventas) y Antonio Hidalgo Berene (detenido hasta hoy en
Castellana nº 68).
617
BOE, 4 de mayo de 1940, nº 125, pp. 3048 y 3049.
618
BOE, 1 de abril de 1969, nº 78, p. 4704.
190
Olano, Vizconde de Ros), de cuyo matrimonio dejó dos hijas, una la esposa del
declarante, que falleció, según deja dicho, el 14 de noviembre de 1936, y otra que
vive en la actualidad y se llama Elena, de 32 y 30 años de edad, respectivamente.
La Causa General ordenó unir esa manifestación a la Pieza Principal y de ello existe
Certificación firmada por el Abogado Fiscal Eusebio Rams Catalán620, Fiscal Secretario de
la Pieza nº4, en el Ramo Separado nº 69, “checa de Claudio Coello 112” de Madrid621, de
la que Adolfo de Miguel Garcilópez622 fue Fiscal Delegado Instructor.
619
AHN, FC-CAUSA_GENERAL, Pieza Principal, folio 357.
620
Años más tarde se nombró a Eusebio Rams Catalán para la plaza de Abogado Fiscal del Tribunal
Supremo por Decreto 1464/1967, de 1 de junio (BOE, 4 de julio de 1967, nº 168, p. 9342).
621
AHN, FC-CAUSA_GENERAL, 1534, Ramo Separado nº 69, folio 5.
622
Adolfo de Miguel Garcilópez: ingresó en la carrera fiscal en 1933, en la que ejerció antes y después de la
guerra civil. Fue uno de los Fiscales de la Causa General, en particular de la Pieza 4 "checas" en Madrid.
Magistrado del Tribunal Supremo de 1962 a 1979, en 1967 fue nombrado Presidente de su Sala Segunda
donde conoció entre otros muchos asuntos del "caso Matesa" y del “proceso 1001”. Una vez jubilado pasó a
ejercer de abogado, formó parte del equipo de abogados defensores de los golpistas del 23-F.
623
Resulta relevante el hecho de que, en el Colegio de Abogados de Madrid, se elaborase una Memoria “en
la que se exponen las infracciones más salientes y más insistentemente comentadas por el público en general
del procedimiento y normas puestas en uso en la actualidad por los Tribunales Militares de esta capital”,
Madrid, 10 noviembre 1939, Año de la Victoria (8 folios).
624
AHN, FC-CAUSA_GENERAL, 1534, Ramo Separado nº 69.
191
- Isidora García García, “La Morena”: detenida. Consejo de guerra, procedimiento
sumarísimo nº 21.347.
- Eulogia García García, “La Eulogia”: detenida. Consejo de guerra, procedimiento
sumarísimo nº 21.347.
- Juan López, casado con Elvira, portera de Serrano nº 100: detenido en la Cárcel de Díaz
Porlier.
- Antonio Hidalgo Berene: detenido hasta hoy en Castellana nº 68.
- José Rasero Buitrago (U.G.T.): consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº
102.353.
- Leonardo Gómez Mora (“El Potaje”): consejo de guerra, procedimiento sumarísimo
ordinario nº 102.382 instruido por el Juzgado Eventual nº 27 de Madrid: detenido en
Pamplona el 13 de octubre de 1940. Prisión de Yeserías.
- Pilar Fortea Martín, que hizo vida marital con Leonardo Gómez Mora durante el
periodo de dominación marxista: detenida.
- Antonio Pérez González: ejecutado.
- Antonio Molina: se suicidó cuando era conducido de Jaén a Madrid en 1942.
- Eduardo Ballesteros Ballesteros: ejecutado en Jaén.
- José Pérez Pareja “El Ditero”: en ignorado paradero.
- Juan Arena “El Chato Arenas”: en ignorado paradero.
- José Marín García: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 1.930.
- Salvador Quevedo Gutiérrez: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 61.607.
- Aniceto Martínez García: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 51.526.
- José Rueda Sánchez: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 51.526.
- Tomás Galindo Zaldívar: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 5.653.
- Serafín Gutiérrez Martínez: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 10.247.
- Manuel Acosta Osuna: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 9.809.
- José Basedo Buitrago: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 102.353.
- Federico Rodríguez Solís: consejo de guerra, procedimientos sumarísimos nº 51.526 y
61.356.
- Marcos Pérez Ramírez: consejo de guerra, procedimiento sumarísimo nº 105.615.
Si los consejos de guerra se celebraban presididos por la palabra muerte que
inspiraba toda su actuación, valga como muestra y referencia estadística de las ejecuciones
por fusilamiento llevadas a cabo, solamente en la ciudad de Madrid. Solamente en las
tapias del cementerio del Este, más conocido hoy por el nombre de Cementerio de La
Almudena, patrona de Madrid, en cuyos registros no cabe duda que se efectuaron
manipulaciones para ocultar ejecuciones, los datos numéricos de fusilamientos son
estremecedores: en los últimos ocho meses de 1939, novecientos setenta y ocho (978); en
1940 novecientos cincuenta y tres (953); en 1941 doscientos ochenta (280); en 1942
doscientos cuarenta y uno (241); y en 1943 doscientos siete (207); lo que hace un total de
2.659 fusilamientos en las tapias del citado cementerio en menos de cinco años. A ese total
y en ese mismo periodo, habría que añadir 68 fusilamientos en la ciudad y 378 en otras
localidades de la provincia. Y todo ello sin olvidar que en casi todos los cementerios y en
otros lugares de la ciudad, se llevaban a cabo fusilamientos.
192
consejos de guerra sumarísimos y, entre otros extremos, se afirmaba que, diariamente
“cada consejo viene viendo de 10 a 30 juicios sumarísimos de urgencia” y en cada juicio el
número de procesados variaba. Desgraciadamente habrá que seguir esperando a que todos
los archivos judiciales militares de España se abran al público definitivamente, para ser
consultados sin limitaciones y poder establecer, de una vez por todas, los datos más
completos posibles de la represión por la jurisdicción militar en todos sus aspectos.
Han transcurrido más de 70 años desde que los sublevados impusieran su singular
victoria, y la denominada Ley de la Memoria Histórica626, a pesar de la propaganda que ha
recibido por parte del Gobierno y de los partidos políticos en general, ha sido un
instrumento del todo insuficiente para llegar a saber el alcance de la represión llevada a
cabo por la dictadura y, en ese sentido, ha venido a ser un nuevo impedimento jurídico para
la labor investigadora de esa tragedia.
A los dos meses de iniciarse el golpe de Estado del 18 de julio, la Junta de Defensa
Nacional de España presidida por el General Miguel Cabanellas Ferrer, aprobaba el
Decreto nº 108, dado en Burgos el 13 de septiembre de 1936627, en el que establecía:
- Se declaraban fuera de la ley todos los partidos y agrupaciones políticas y sociales del
Frente Popular así como cuantas organizaciones habían tomado parte en la oposición a
las fuerzas que cooperaban al movimiento nacional, decretándose la incautación de
todos sus bienes;
- todos los funcionarios y empleados públicos, podrían ser corregidos, suspendidos y
destituidos por los jefes de los centros donde prestasen sus servicios;
- Los generales jefes de los Ejércitos de operaciones o los de columna o unidad, podrían
en las plazas ocupadas, tomar medidas precautorias encaminadas a evitar posibles
ocultaciones o desaparición de bienes de aquellas personas que por su actuación fueran
responsables directos o subsidiarios, por acción o inducción, de daños y perjuicios de
todas clases ocasionados como consecuencia de la oposición al triunfo del movimiento
nacional;
626
Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a
favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura (BOE, 27 de
diciembre de 2007, nº 310, pp. 53410-53416).
627
Boletín Oficial de la Junta de Defensa Nacional de España, Burgos 16 de septiembre de 1936, nº 22, pp. 1
y 2.
193
Como señala Manuel Álvaro Dueñas, “parece lógico que tanto la recién creada
Junta Técnica del estado, como, con más razón, el propio Cuartel General de Franco, se
plantearan enseguida el control de un mecanismo que, al margen de su carácter represivo,
suponía, cuanto menos, unas expectativas de acopio de recursos económicos para los
esfuerzos bélicos”628.
194
Jefe de la Jefatura Superior Administrativa), José Anguita Sánchez (Secretario) y
José de Partearroyos (Secretario suplente)636;
- Juzgados Instructores;
636
Datos tomados de Manuel Álvaro Dueñas, ob. cit., Cuadro nº 2 en las pp. 260-261.
637
Ley de 1 de marzo de 1940 sobre represión de la masonería y del comunismo (BOE, 2 de marzo de 1940,
nº 62, pp. 1537-1539.
638
Volksgerischtshof.
639
Tribunales per la Difesa dello Stato.
640
Manuel Álvaro Dueñas, ob. cit., Cuadro nº 6 de la p. 265.
641
Manuel Álvaro Dueñas, ob. cit., p. 197.
195
Y por lo que se refiere al catálogo de sanciones y reglas para su aplicación,
contenidos en la Ley, se estructuraba de la forma siguiente:
642
BOE, 25 de abril de 1945, nº 115, p. 3282.
643
BOE, 12 de noviembre de 1966, nº 271, p. 14218.
644
Ver a este respecto Manuel Álvaro Dueñas, ob. cit., pp. 170-172.
196
Tribunal de Orden Público (TOP) y su Juzgado instructor, al que más tarde se añadió otro
más. Aparecía otra jurisdicción especial para la persecución penal de los opositores a la
dictadura. Según los resultados del completo y minucioso estudio llevado a cabo por Juan
José del Águila Torres, el TOP tramitó un total 22.600 procedimientos, se dictaron 2.839
sentencias condenatorias y 950 absolutorias, hubo 8.943 procesados y 50.609 afectados y,
en fin, el total de sus sentencias condenatorias sumaron 11.720 años de prisión645. La
jurisdicción especial del TOP permaneció activa hasta su supresión mediante Real
Decreto-ley 2/1977, de 4 de enero646.
SENTENCIA
SEÑORES DE LA SALA
PRESIDENTE
DON ESTEBAN SAMANIEGO649
645
Juan José del Águila Torres, El TOP. La represión de la libertad (1963-1977).
646
BOE, 5 de enero de 1977, nº 4, pp. 174-175.
647
Centro Documental de la Memoria Histórica (CDMH), Salamanca, Tribunal de Responsabilidades
Políticas, expediente 34.085. Expediente iniciado en 1937 y terminado en 1950.
648
Fernando Ruiz del Árbol y Rodríguez: fue nombrado interinamente Secretario del Juzgado de Primera
Instancia e Instrucción de Estepona, Málaga el 10 de diciembre de 1938 (BOE, 15 de diciembre de 1938, nº
168, p. 2951); y más tarde Vicesecretario de la Comisión Liquidadora de Responsabilidades Políticas.
197
VOCALES
DON RICARDO ÁLVAREZ MARTÍN650
DON ADOLFO SUÁREZ MANTEOLA651
649
Esteban Samaniego Rodríguez: Juez de Primera Instancia e Instrucción nº 18 de Madrid (BOE, 27 de
diciembre de 1942, nº 361, p. 10606); Vocal Magistrado suplente de la Sala Segunda del Tribunal Nacional
de Responsabilidades Políticas (BOE, 3 de abril de 1943, nº 93, p. 2929); Magistrado de la Sala Tercera de lo
Civil de la Audiencia Territorial de Madrid (BOE, 6 de febrero de 1947, nº 37, p. 873); Director General de
Justicia (BOE 31 de julio de 1951, nº 212, p. 3589); Magistrado del Tribunal Supremo (BOE, 14 de julio de
1952, nº 196, p. 3227); y Presidente de la Sala Quinta del Tribunal Supremo (BOE, 6 de abril de 1962, nº 83,
p. 4611).
650
Ricardo Álvarez Martín: Cruz Distinguida de San Raimundo de Peñafort (BOE, 24 de febrero de 1944, nº
55, p. 1636); Presidente de la Sala nº 1 adscrita al Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas (BOE,
24 de febrero de 1944, nº 55, p. 1635); Vocal Magistrado suplente de la Sala de Alzadas del Tribunal
Nacional de Responsabilidades Políticas (BOE, 16 de marzo de 1944, nº 76, p. 2196); y jubilación (BOE, 16
de septiembre de 1960, nº 223, p. 13039).
651
Adolfo Suárez Manteola: Juez de Primera Instancia en Agreda, Soria (1928) y en Pola de Lena, Oviedo
(1930); nombrado en comisión a la Jefatura Superior Administrativa de Responsabilidades Políticas (BOE, 7
de diciembre de 1940, nº 342, p. 8397); se dispone su pase a prestar servicios en comisión a la Fiscalía
Superior de Tasas (BOE, 22 de enero de 1943, nº 22, p. 755) y cese (BOE, 29 de mayo de 1943, nº 149, p.
5135); se le promueve a Magistrado de ascenso (BOE, 7 de julio de 1949, nº 188, p. 3011); Magistrado de la
Audiencia Territorial de Oviedo (BOE, 15 de noviembre de 1953, nº 319, p. 6766); Magistrado de la
Audiencia Territorial de Ciudad Real (BOE, 10 de marzo de 1957, nº 69, p. 1536); Magistrado de la
Audiencia Territorial de Madrid (BOE, 5 noviembre 1958, nº 265, p. 9566); y Magistrado de la Sala Cuarta
del Tribunal Supremo (BOE, 22 de marzo de 1966, nº 69, p. 3398).
198
referida Ley, solicitando que como era infracción grave, se le impusieran las
sanciones de quince años de inhabilitación absoluta, diez años de extrañamiento y
pago de cien mil pesetas.
(Firma y rúbrica)
(Sello)”
199
En el marco general de la barbaridad jurídica y política que supuso el Tribunal de
Responsabilidades Políticas y sus decisiones, se puede apreciar que en 1948, casi diez años
desde que terminó la guerra, la fase aguda de represión en esta jurisdicción había pasado a
un periodo algo cansino y menos eficaz. Se condena en términos generales y sin precisar,
aunque la sanción económica impuesta era realmente importante y su ejecución inevitable.
Mariano Gómez Alfaro tuvo que trasladarse a España desde Buenos Aires en 1950.
Por primera pisaba tierra española desde que comenzó su exilio en enero de 1939, con el
encargo que sus padres, Mariano y Visita, le habían encomendado: liquidar todo su
patrimonio familiar (restos de la casa de la Malvarrosa en Valencia, terrenos de Ayamonte
y Castellón), para poder hacer efectiva la condena y pagar los gastos que la expresada
liquidación comportaba. Meses después fallecía Mariano Gómez en Buenos Aires el 25 de
marzo de 1951, a los sesenta y siete años de edad.
200
Obra escrita de Mariano Gómez.
A) Publicada.
Las leyes obreras en España, accésit concedido en el Concurso convocado por el Círculo
Católico de Obreros de Pontevedra, 1903.
202
Oposiciones al Cuerpo de Secretarios de Ayuntamiento (Primera categoría):
contestaciones al cuestionario del ejercicio teórico.
Biblioteca Jurídica de la Escuela Jurídica Matritense
Librería General de Victoriano Suárez, Madrid, 1924.
Madrid, 1924.
Sistemas de gobierno.
Cuadernos de Cultura, publicación quincenal, VI.
Valencia, 1930.
Discurso del Excmo. Sr. D. Mariano Gómez en el acto de su toma de posesión como
Presidente interino del Tribunal Supremo, celebrado en el Paraninfo de la Universidad de
Valencia el miércoles día 13 de enero de 1937, precedido del discurso del Jurado del
Tribunal Popular, Serafín Sánchez.
Ambos discurso se publicaron con el título El Tribunal Supremo institución de la
República.
Ministerio de Propaganda, Valencia, 1937.
“Unas palabras preliminares del Excmo. Sr. Presidente del Tribunal Supremo”, pp. 1-10,
(20 de enero de 1937), a la conferencia pronunciada por el Ministro de Justicia, Juan
García Oliver con el título “Nuevas orientaciones de la Justicia en España” en el Gran
Teatro de Valencia el jueves 31 de diciembre de 1936, en el acto organizado por el
Ministerio de Propaganda desempeñado por Carlos Esplá, que hizo la presentación del
203
orador y al que también asistieron el Subsecretario de Justicia, Mariano Sánchez Roca, y el
Fiscal General de la República, Carlos de Juan. En esta publicación se incluye, además, el
trabajo titulado “Algunos Decretos y Ordenes Ministeriales comentados brevemente por el
Sr. Subsecretario de Justicia, Mariano Sánchez Roca”.
Publicaciones del Ministerio de Propaganda.
Valencia, 1937.
“Jovellanos. Magistrado”, pp. 331- 431 de la obra colectiva Jovellanos, su vida y su obra.
Homenaje del Centro Asturiano de Buenos Aires en el bicentenario de su nacimiento, con
la adhesión de los Centros Asturianos de La Habana y México, de la que son autores: Luis
Méndez Calzada, Augusto Barcia, Ángel Ossorio y Gallardo, Jesús Prados Arrarte,
Francisco Ayala, Mariano Gómez, Manuel Blasco Garzón, Manuel Serra Moret, Claudio
Sánchez-Albornoz, Clemente Cimorra, Julio V. González y Ramón Iniesta.
Buenos Aires, Argentina, 7 de diciembre de 1945.
Mariano Gómez publicó durante toda su vida, desde su juventud en Zaragoza, un ingente
número de artículos y colaboraciones en prensa. Desde su llegada a Buenos Aires el 31 de
mayo de 1940 hasta su fallecimiento en la misma ciudad en el mes de marzo de 1951,
escribió más de un centenar de artículos en prensa y revistas.
Se indican a continuación los artículos que he podido consultar, todos ellos publicados en
España Republicana (ER), a los que he tenido acceso gracias a la amabilidad de la
Federación de Sociedades Gallegas de Buenos Aires y, en particular, a la atención recibida
del historiador Hernán M. Díaz del Centro de Investigación Ramón Suárez Picallo y,
posteriormente, del también historiador Ruy Farias:
204
Bessiers en la España de 1823, ER, p. 8.
C) Obra inédita.
205
Nuestra República (La revolución española de 1931 y su obra)
Buenos Aires, Argentina.
A las obras anteriores hay que añadir los Programas de las asignaturas que impartió
durante toda su carrera académica docente en la Universidad así como los textos que
presentó en los diferentes ejercicios de oposiciones a los que se presentó y no superó, en
particular los de la Cátedra de Derecho Internacional Publico y Privado de la Facultad de
Derecho de la Universidad de Zaragoza (1910) y la Cátedra de Economía Política y
Hacienda Pública de la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza (1912); y la de
la oposición a la Cátedra que obtuvo de Derecho Político Español, Comparado con el
Extranjero, de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia (1915). Cada una de
las expresadas oposiciones obligaba reglamentariamente, además de realizar y superar por
mayoría de los miembros del Tribunal todos los ejercicios, a la presentación de una
Memoria y un Programa de la asignatura.
206
Distinciones honoríficas que le concedieron en vida.
Muchas fueron las distinciones honoríficas que recibió durante su vida profesional,
académica y judicial. Estoy convencido de que él nunca hubiera incluido en su
autobiografía, de haberla escrito, un apartado como el presente dedicado a resaltar méritos
que con toda modestia acumuló en vida en su servicio a la Universidad, la Justicia y la
República, sin la más mínima aspiración de reconocimiento alguno.
Precisamente por eso y con el fin de que el lector disponga de todos los datos
biográficos necesarios que le puedan facilitar la comprensión de la vida de Mariano
Gómez, me ha parecido oportuno señalar, aunque sea sumariamente, las distinciones de
mayor relevancia que recibió durante su dilatada vida profesional:
Gran Caballero de la Orden del Nilo con papiro, collar y medallón: concesión que
le otorgó el Rey Faruk I de Egipcio en mayo de 1938, por su extensa y eficaz labor en los
trabajos de la Conferencia de las Capitulaciones en Egipto celebrada en Montreux (Suiza)
en 1937 (ver Cap. V, apartado 2. Delegado de España en la Conferencia de las
Capitulaciones en Egipto (Montreux 1937) y miembro del Comité Nacional de Ayuda a
España(1938).
Esta Orden fue creada por Decreto de la Presidencia del Consejo de Ministros de 9
de diciembre de 1938 (Real Decreto de 9 de diciembre de 1938, Gaceta de la República,
10 de diciembre de 1938, nº 344, pp. 1020 y 1021), a propuesta de su Presidente, Juan
Negrín, y estaba destinada a premiar a los funcionarios del Estado que prestasen a la
República servicios relevantes, caracterizados por la lealtad inquebrantable al Régimen
constituido y por la continuidad y constancia en los esfuerzos realizados. El citado Decreto
fue completado por la Orden del Ministerio de Hacienda y Economía de 30 de diciembre
208
de 1938, Gaceta de la República, 1 de enero de 1939, nº 1, p. 4). Debido al
recrudecimiento de la guerra, que condujo a la pérdida de Barcelona por la República el 26
de enero de 1939 y a la victoria posterior de los rebeldes el 1 de abril de 1939, este
reconocimiento honorífico sólo se pudo conceder en una ocasión, en su modalidad de Placa
de Oro y el mismo día de su creación, a Adolfo Sisto Hontán, Subsecretario de Hacienda y
anterior Interventor General de la Administración del Estado (Decreto de 9 de diciembre
de 1938, Gaceta de la República, 10 de diciembre de 1939, nº 344, pp. 1021 y 1022, y
Decreto de igual fecha rectificando el anterior, Gaceta de la República, 12 de enero de
1939, nº 346, pp. 1003 y 1004).
209
ANEXOS
210
ANEXO 1. La Justicia bajo el signo de la República, Declaraciones del presidente del
Tribunal Supremo en Valencia, La Vanguardia, Barcelona, miércoles 22 de septiembre de
1937, p. 4.
Valencia, 21. -E1 presidente del Tribunal Supremo, don Mariano Gómez, ha tenido una
conversación con un periodista.
—¿Cuál cree usted que es el contraste esencial entre los Tribunales militares que actúan
en el territorio faccioso y los Tribunales de la República y del pueblo?
—¿Cree usted que la defensa del régimen es debidamente interpretada por los Tribunales
Populares?
—Uno de los puntos más firmes para la defensa del régimen republicano es la lealtad,
rectitud y competencia de sus Tribunales de Justicia que han tramitado y fallado
numerosos e importantes procesos dentro del marco establecido por las leyes e
interpretado con extraordinaria sagacidad y elevado espíritu de justicia las necesidades de
la República y los sentimientos de la colectividad en esta materia, armonizando con
ecuanimidad y acierto el rigor exigido por las circunstancias con un fuerte sentido
humanitario y una fina apreciación de las particularidades de cada caso concreto.
—¿Qué argumentos oponen a la Justicia republicana los que muestran extrañeza ante una
comentada prodigalidad de sentencias absolutorias?
—Los Tribunales Populares no han vacilado en dictar sentencias absolutorias, cuando estas
eran las justas. Sus fallos reflejan siempre estados de ánimo dignos del mayor respeto. Sin
pruebas no ha sido condenado ningún presunto responsable. La dureza inexorable de la
Ley ha sido moderada en muchos casos mediante el ejercicio de la gracia de indulto y la
212
conmutación de las penas impuestas por otras menos graves. Es digno de notar que los
Tribunales de la República aplican leyes dadas con anterioridad a su advenimiento. La
República por ser fuerte, es justa y generosa, y uno de los más claros testimonios de su
fortaleza moral es la independencia de sus Tribunales y el tributo que en todo caso rinden
los magistrados y jurados que los forman a los fueros de la conciencia. Quienes censuran
de buena fe algunas sentencias absolutorias, no lo harían seguramente, si tuvieran
conocimiento pleno de los motivos que tuvieron los Tribunales para dictarlas. El
sentimiento de la justicia se aviva con la responsabilidad contraída al votar y firmar un
fallo y la participación dada a los Jurados en los Tribunales de la República ha producido
una más exacta y general comprensión de los deberes ciudadanos en este orden de cosas.
Por fortuna, la publicidad de los procesos y la confianza general que inspira la nueva
Justicia va borrando muchos prejuicios. Nuestros jurados y jueces no son esbirros ni látigo
de tiranos, y cuando en conciencia creen que deben absolver, lo hacen con fortaleza moral
y con la plena convicción de que ese es el deber de todo hombre justo.
213
ANEXO 2. Dos años de justicia republicana, una entrevista a Mariano Gómez González,
Presidente del Tribunal Supremo por Max Aub, Ce Soir, Grand Quotidien d’Information
Indépendant, Paris, lunes 18 de julio de 1938 (La traducción del francés al castellano es
del autor de esta obra).
DOCUMENTO
___________________
214
Catedrático de Derecho en la Universidad de Valencia, perteneció al partido moderado del
presidente de la República, Alcalá Zamora. Desde el principio de la rebelión franquista
estuvo al lado de los defensores de la República. Ha comprendido que el derecho y la
legalidad no pueden estar más que del lado de la República y que él, hombre de derecho,
no podía estar más que con ella.
Tribunales populares
- ¿Y cuales son las garantías aseguradas a los acusados?
215
- Las campañas de prensa dirigidas contra la República en el extranjero y en la zona
facciosa tienen como tema preferido la gestión de nuestros tribunales de justicia. Esas
campañas no son solo una obra de difamación sino también de burda invención.
«En junio de 1937 se creó un Tribunal especial de espionaje y alta traición cuya
jurisdicción se extiende a todo el territorio nacional. Está compuesto por tres magistrados
civiles del mayor rango y dos jefes u oficiales letrados. En el mes de agosto del mismo año
se creó otro tribunal del mimo tipo para Cataluña y se completaron, en noviembre de 1937,
con los «Tribunales Especiales de Guardia» para los delitos e infracciones relativas a los
medios de subsistencia y la elevación abusiva de los precios. Se componen de un
magistrado civil y dos adjuntos, investidos de las atribuciones y responsabilidad que
incumben a los jueces en el ejercicio de sus funciones. Las partes pueden recurrir contra las
sentencias dictadas por los «Tribunales Especiales de Guardia» ante el tribunal central o el
de Cataluña y la pena de muerte debe ser ratificada por el gobierno, que la puede conmutar.
216
«Soy el hijo de Arturo Menéndez»(*)
Aquí, mi interlocutor evoca recuerdos personales:
«El oficial que tomaba declaración al policía le preguntó si conocía los detalles de
la detención y ejecución de Arturo Menéndez.
(*)- Arturo Menéndez López fue Jefe Superior de la Policía gubernativa de Barcelona hasta le nombraron
Director General de Seguridad por Decreto de 2 de marzo de 1932 (Gaceta de Madrid, 4 de marzo de 1932,
nº 64, p. 1506), cargo que desempeñó hasta que presentó la dimisión que le fue admitida por Decreto de 5 de
marzo de 1933 (Gaceta de Madrid, 5 de marzo de 1933, nº 65, p. 1785). Siendo Director General de
Seguridad tuvieron lugar los sucesos de Casas Viejas a consecuencia de los cuales fue procesado y siendo
revocado dicho procesamiento el 11 de mayo de 1933 por la Sala 2ª del Tribunal Supremo. De agosto de
1933 a enero de 1932 desempeñó el cargo de Delegado especial del Estado en el Consorcio de la Zona franca
de Barcelona y el 12 de mayo de 1936 fue nombrando Comisario del Estado en la Compañía de los
Ferrocarriles del Oeste de España.
- Su hermano Leopoldo Menéndez López fue Ayudante de Manuel Azaña, al comienzo de la guerra
desempeñó durante un mes el cargo de Subsecretario del Ministerio de la Guerra desempeñado por Juan
Hernández Sarabia, se incorporó al Ejército de Levante como Teniente Coronel, ascendió por méritos de
guerra a Coronel el 24 de diciembre de 1937 y fue promovido al empleo de General el 16 de agosto de 1938.
Al final de la guerra se exilió en México, donde falleció en 1960.
- Juan Hernández Sarabia: Jefe del Gabinete Militar de Azaña en el Ministerio de la
Guerra. En la guerra se incorporó al frente donde llegó a ser Jefe del Ejército de Levante y
participó activamente en la batalla del Ebro y de Teruel. Al final de la guerra se exilió en
México, donde falleció en 1974.
217
Provocaciones y atentados de los facciosos
Mi interlocutor continúa:
«Tampoco se puede ignorar, hoy, que «los grupos de acción» al servicio de los
facciosos son reclutados en los bajos fondos sociales o entre los fanáticos de la juventud
burguesa.
«El audaz asesinato de la joven socialista Juanita Rico, perpetrado en las calles de
Madrid, una tarde en que la joven, acompañada de sus padres, volvía de la Casa de Campo,
se sospechó y la justicia probó a los incrédulos que los agresores fueron de clase «alta».
«Se ha sabido después que esos disturbios, seguidos de la muerte del teniente
Reyes, fueron operaciones de sondeo, realizadas por los facciosos. Habían concebido el
plan de hacer estallar ese día la sublevación militar pero sus proyectos fueron desbaratados
por las sensatas previsiones del Gobierno.
«El asesinato frustrado del líder socialista Francisco Largo Caballero, contra el que
efectuaron varios disparos, cuando trabajaba en su despacho, es otro episodio del mismo
orden.
«Los asesinatos no menos odiosos, del capitán Faraudo, joven ingeniero militar,
instructor de las milicias socialistas, y del teniente Castillo, igualmente muy conocido por
su lealtad con el régimen, se difuminaron en el curso de los días julio, pero todo el mundo
sabe hoy quienes fueron los autores de esos crímenes, obra de fascistas y trágico preludio
218
de la hecatombe española, fríamente premeditada y que debía comenzar el día 18 del
mismo mes.
La quinta columna
¿Pero que resultaron ser en nuestro caso, después del 18 de julio, los grupos de
acción movilizados por el fascismo? ¿Verdaderamente se puede suponer que abandonaron
por completo el territorio controlado por la República? ¿Los que quedaron entre nosotros
renunciaron a su actividad, cambiaron de conducta por el efecto de un improbable y tardío
arrepentimiento? ¿Por el contrario, con el desconcierto general provocado por el golpe de
Estado, vieron la atmosfera favorable a nuevos desordenes, bajo la cobertura de una
maquiavélica metamorfosis? Aún es pronto para contestar a estas preguntas.
Max AUB
219
ANEXO 3. Los días 18 y 19 de julio de 1936 … Anécdotas, juicios e impresiones de la
insurrección incivil y militar y de la autodefensa del pueblo en armas, entrevista a Mariano
Gómez, Presidente del Tribunal Supremo, La Vanguardia, Barcelona, domingo 24 de julio
de 1938, p. 7.
En otras circunstancian, cada periódico que salía a la calle era una batalla librada y casi
siempre ganada; contra el cronómetro, contra las dificultades dé la platina, contra, la
noticia que se resiste a llegar a su hora... El papel de bobina, al romperse, podía ocasionar
una catástrofe, tal como la perdida de los correos o un retraso en el reparto del periódico...
Es que no estábamos en guerra. Ahora, estas y aquellas incidencias se multiplican por
mil...
Escribimos esto porque la presente encuesta debió terminar hace ocho días. Toda iba
destinada al número extraordinario de LA VAGUARDIA, fecha 19 de julio. No fue
posible. Aquellas dificultades «multiplicadas por mil» a que hemos aludido lo impidieron.
Esta es una de las dos razones por las qué aparecen hoy algunas intervius que debieron
aparecer en aquella fecha. La otra razón está en el interés que tienen las mismas.
No puede haber, por lo tanto, inconveniente alguno en leerlas hoy. Bastará, en todo caso,
que la imaginación retroceda al 19 de julio de 1938. Es bien fácil. Así como así, quienes
nos han facilitado estas anécdotas os harán retroceder |al 19 de julio de 1936!
220
Don MARIANO GÓMEZ fue en pocas horas, presidente del Tribunal
Supremo, presunto fusilado y, nuevamente, presidente del más alto
Tribunal
Quizá nadie tiene recogidas y bien guardadas donde no pueden perderse, tantas anécdotas y
detalles de los días de julio, como don Mariano Gómez.
Es suficiente la consideración de que don Mariano Gómez era ya en los primeros meses de
la insurrección y de la revolución, representante de la ley, en un momento en que la ley se
la aplicaba, a su modo, cada grupo... Y basta el detalle para dos cosas: para considerar el
caudal inagotable de episodios que podría dar al lector, y para comprender que don
Mariano Gómez es persona de raro mérito cuando, a través de tantas vicisitudes, ocupa el
cargo —habiendo restablecido todas las prerrogativas de la Justicia—, con el beneplácito
de todo el mundo.
Nos ofrece hoy dos anécdotas de las infinitas que tiene guardadas. No son, precisamente de
los días 18 y 19 de julio; pero deben incluirse en esta encuesta. Son dos anécdotas
escogidas por nosotros mismos, de entre las muchas que nos ofreció en relato amable...
Porque don Mariano Gómez fue, de verdad, periodista. Claro que hace de esto muchos
años. Recién terminada su carrera de abogado, crítico teatral, recogía la «Información del
Ayuntamiento» y escribía los artículos de fondo en el «Diario de Avisos de Zaragoza”.
Quizá por ello en esta ocasión en que nos procuraba las dos anécdotas pedidas, se sentía,
de nuevo, un poco periodista, y nos decía:
«Eso de escribir los «fondos» del periódico me tuvo mucho tiempo inquieto. Hasta que un
amigo me dio la fórmula. «Mira —me dijo—: si los fondos son para un periódico tipo «El
Debate », no leas nada más que «El Motín». Si son para un periódico tipo «El Motín”, lee
exclusivamente «El Debate».
Esta era, ¡claro!, una fórmula que daba resultado hace treinta años. Ahora es otra cosa...»
Don Mariano Gómez nos ha enviado las cuartillas que siguen. Dicen mucho más de lo que
en ellas aparece escrito. Son unas cuartillas razonadas por un presidente del Tribunal
Supremo; pero de ellas se desprende una sal periodística...
Contaré, sin embargo, la pequeña historia de un libro inédito y dos facturas pagadas.
221
Dos días después tuve que volver apresuradamente a Madrid. Había, estallado la rebelión
militar y los magistrados del Tribunal Supremo nos reintegramos a nuestros cargos,
suspendiendo las vacaciones reglamentarias.
Había que constituir inmediatamente unos Tribunales Populares. Los motivos, detalles y
circunstancias del episodio no son del caso.
Pero, aun así, ¡qué amargo es el cumplimiento de ciertos deberes! En la guerra todo cede
ante el supremo interés nacional. También la madre despide al hijo, acaso para no
volverle a ver, y el soldado paga con su vida la cuenta que todos tenemos con la patria.
Empujados por un sentimiento análogo nos encaminamos hacia la Cárcel Modelo tres
magistrados, para pagar nuestro tributo de dolor y subsumir la propia alma en el alma
colectiva...
Aquel Tribunal despejó en pocas horas el ambiente de tragedia de la víspera y dio tema
para un nuevo capitulo del libro todavía inédito. Sólo por la piedad y amparo debidos a un
pueblo inocente, puede ser dura e inexorable la ley con los que no tienen piedad para con
su patria. Pero el libro pensado ya no se escribirá en aquel tranquilo refugio de la
Malvarrosa, alcanzado por las bombas facciosas. Sin haberlo escrito, he pagado la
factura...
La otra factura pagada, y no por mi, tiene fecha 6 de noviembre.
222
Por la noche circularon los primeros rumores de la ida del Gobierno a Valencia.
El Gobierno resistió en Madrid, por pundonor que le honra, hasta el último momento. Era
de prever que su inesperada marcha y la situación militar de Madrid, provocara
reacciones terribles. Nada es tan popular en España, como «meterse» con el Gobierno,
aunque, como ya hemos visto en estos dos años, cuando el Gobierno cambia de residencia,
los habitantes de la que abandona, experimentan una sensación de orfandad y vacío.
Tal fue el caso de Madrid. Las voces: «el Gobierno se va», «el Gobierno se ha ido»,
impregnaron la ciudad de siniestros presentimientos.
Hasta mí llegó algún rumor, que no pasó de ser el plan de unos cuantos aturdidos. Hay,
sin embargo, circunstancias en que la locura o la insensatez de uno es un peligro de
contagio fulminante. Había que prevenirlo. Cuando mayor era el temor de que surgiera la
llamarada, el azar me hizo testigo, primero, y actor subalterno, después, de una escena, de
la que no es para recordado ahora, el lugar, los protagonistas, ni el propósito que alguien
alentaba.
En un mutis del diálogo fui presentado a uno de los interlocutores, como presidente de la
Sala Sexta. «¿Usted es? —me preguntó, citando mi nombre—. ¿Me permite usted que le
abrace?». El que así me acogía, con demostraciones de vivo afecto, era uno de los que,
durante el bienio, fue presentado por la Prensa derechista, como un monstruo de
perversidad. En mi concepto, no lo era. Mi voto absolutorio contribuyó al indulto. Lo que
voy a contar corrobora aquel concepto.
Apartándole de los demás y acercándole hacia mí, pecho contra pecho, seguro de
encontrar en el suyo oro puro de nobleza, le dije poco más o menos: «No tiene usted que
agradecerme nada; fue un acto de justicia, del que ni siquiera tiene usted que darse por
enterado... Pero hoy necesito que me pague usted la factura... Eso que usted ha oído, no
puede ser, ... Madrid nos pertenece mañana, a los hombres de corazón... Tenemos que
salvar entre todos, sin alharacas, la autoridad del Gobierno, el decoro de la República, el
orden en Madrid…» Y aquel hombre lo prometió y lo hizo, contribuyendo con su
ascendiente personal a imponer la serenidad y a remontar el Cabo de las Tormentas...
Así pagó aquel hombre su factura, y acaso salvara con su generosidad y firmeza a muchos
de los que le calumniaron en octubre de 1934 y tal vez le sigan calumniando hoy...
ANEXO 4. Glosario de los 13 fines de guerra, artículo de Mariano Gómez, Presidente del
Tribunal Supremo, La Vanguardia, Barcelona, miércoles 16 de noviembre de 1938, p. 4.
223
GLOSARIO
DE LOS 13 FINES DE GUERRA
13 Amplia amnistía para todos los españoles que quieran cooperar a la intensa labor de
reconstrucción y engrandecimiento de España. Después de una lucha cruenta como la que
ensangrienta nuestra tierra, en la que han resurgido las viejas virtudes de heroísmo y de
idealidad de la raza, cometerá un delito de alta traición a los destinos de nuestra patria
aquel que no reprima y ahogue toda idea de venganza y represalia en aras de una acción
común de sacrificios y trabajo que en el porvenir de España estamos obligados a realizar
todos sus hijos.
El ilustre presidente del Tribunal Supremo, don Mariano Gómez, poniendo digno remate a
las glosas radiadas de los trece fines de guerra del actual Gobierno, escribió las siguientes
enjundiosas cuartillas:
El punto trece de la declaración del Gobierno sobre fines de la guerra, ofrece «amplia
amnistía para todos los españoles que quieran cooperar a la intensa labor de reconstrucción
y engrandecimiento de España».
Con, esta explícita promesa, establece el Gobierno una de las condiciones necesarias para
el apaciguamiento de los espíritus y el retorno a la normalidad que ambiciona la República.
Para lograrlo, es indispensable llevar al ánimo de todos los españoles la esperanza del
perdón e inducirles a que ahoguen las pasiones belicosas en un común afán patriótico que
ponga honroso término a la tragedia nacional.
En el programa del Gobierno aparece la amnistía con las dimensiones indispensables para
constituir una de las piezas esenciales de la paz civil que ha de poner término a la lucha
presente. Esas dimensiones son tres; la espontaneidad de su otorgamiento; la universalidad
de la gracia, extensiva a todos los españoles; y su extraordinaria amplitud, pues no sólo
extinguirá por completo todas las responsabilidades, sino qua ha de borrar hasta el
recuerdo de las infracciones cometidas y de las penas impuestas, dándolas al olvido, como
sí no hubiesen existido jamás.
224
Muy numerosas han sido las amnistías en España. Cada una de ellas tiene como
antecedente un período de agitación o de franca lucha, un encrespamiento emocional de los
que tan pródiga es nuestra turbulenta historia política.
Aunque las amnistías son, por su peculiar naturaleza, actos soberanos de generosidad que
realiza el Poder público, por altas razones de Estado, no siempre se otorgaron por libérrima
iniciativa de los Gobiernos, ni respondiendo a móviles de rango nacional, a exigencias
permanentes de la justicia o a necesidades supremas del país.
En no pocos casos, la amnistía es la bandera que se despliega por una fracción política
como protesta contra la acción represiva de un Gobierno o un régimen. Y solamente
cuando éstos caen, vencidos en los comicios, o son derribados por la opinión pública, se
otorga la gracia reclamada por los que llegan al Poder con el compromiso de concederla.
De ahí que casi todas las amnistías hayan tenido entre nosotros un alcance polémico y
restringido. Las postula un partido y las impugna otro; las rechazan los gobernantes de hoy,
y las acuerdan sus inmediatos sucesores, en cuanto pasan de la oposición a las alturas del
Poder. Y como nacen de una pugna entre partidos y son el trofeo de la victoria, sus
beneficios se limitan, se regatean y rara vez alcanzan a los adversarios. Así pierden su
eficacia y son, a lo más, una tregua precaria, pero no la paz civil verdadera.
A diferencia de lo que fueron otras amnistías, la República la promete ahora a todos los
españoles, y especialmente a los adversarios del régimen, sin exigirles otra condición sino
la de que quieran cooperar a la intensa labor de reconstrucción y engrandecimiento de
España, con lo cual da ocasión a todos los errores y a todas las conductas reprobables que
se han manifestado a través de la lucha, para reparar digna y noblemente los incalculables
males originados en momentos de contumacia y ofuscación.
En contraste con el sentido partidista que han tenido casi siempre las amnistías, ésta es
eminentemente nacional y pacificadora, como dictada bajo la inspiración de propósitos que
se identifiquen con los intereses permanentes de España, pues una de las condiciones para
restablecer la convivencia ciudadana después de la guerra, es el desarme moral; es decir, la
paz y reconciliación de todos los españoles, sin represalias, humillaciones ni vejación
alguna para nadie.
No hay en los anales de la legislación española una amnistía de tan considerable amplitud
como ésta. Abarca el pasado y el futuro. Cancela las responsabilidades ya enjuiciadas y las
presuntamente contraídas en todo el ámbito nacional. Desplaza los problemas de la culpa
225
del plano limitado de la ley sancionadora al más fecundo de la política constructiva.
Aborda con fino sentido de la situación real de España la ingente misión de subsumir los
desastres de la guerra en el complejo arte de la pacificación, lo que no implica despreciar
las lecciones y escarmientos de la lucha en lo que tiene de pauta para depurar conductas,
seleccionar hombres, discernir capacidades y escoger los caminos más seguros del
porvenir, cerrándolos enérgicamente al estrago de una nueva tragedia como la de ahora.
Obrando así, el Gobierno ha conjugado, con sagacidad y buen sentido, aquellas exigencias
de la guerra que rigen el momento presente con las necesidades vitales a que ha de atender
España una vez consolidada con la paz la legalidad libremente querida por el pueblo.
¡Magníficas palabras! Con ellas habla el Gobierno el lenguaje de dignidad que corresponde
a su rango de Gobierno legal de toda España. Ellas dan a los postulados del programa
gubernamental acentos llamados a tener resonancias infinitas en la conciencia de todos los
españoles sensatos, y caerán sobre los espíritus atormentados por la guerra como un
bálsamo capaz de cicatrizar heridas que todavía sangran.
Los motivos que justifican el alcance dado a la amnistía que anuncia el punto trece, son de
una objetividad tan grande que, aun despojada la solemne promesa de los sentimientos
generosos que alientan en ella, quedaría con todo el valor que le da el ser una síntesis de
las enseñanzas de la guerra, las cuales gravitan hacia el pensamiento expresado por el
Gobierno, ya que la experiencia lograda en estos dos años y los imperativos morales que
determinan la situación psicológica presente nos dicen que la guerra no persigue e1
aniquilamiento del adversario, ni puede cancelarse con la política implacable del castigo, a
la que aventaja en los menesteres de la reconciliación nacional la política de generosidad
que perdona y olvida.
226
Si, pues, no depende de nuestra voluntad suprimir el pasado, pero si borrar el recuerdo de
lo que divide y envenena la obra del futuro; si los problemas del porvenir inmediato a la
guerra tienen magnitud sobrada para absorber por completo los afanes y preocupaciones de
nuestra generación; y si es evidente que la lucha fratricida despertó la codicia de los
invasores y ha puesto en duro trance la existencia nacional, el destino común de los
españoles ha de ser el señalado por el Gobierno de la República en sus apelaciones a la
noble colaboración de todos en la empresa de rehacer la patria en escombros, bien
entendido que si el respeto a las víctimas, el recuerdo constante que les es debido, nos veda
colocarnos en posiciones claudicantes, el mejor homenaje a. los caídos heroicamente en la
lucha es el que traza el Gobierno en sus trece puntos, en los que la efectividad de la
amnistía aparece condicionada por la consecución de todos los demás objetivos, púas estos
forman una unidad indivisible de pensamiento y acción, reveladora de que la República
tiene energías morales suficientes para erguirse ante la adversidad con la viril afirmación
de su vocación de restaurar la vida española sobre los sólidos de la generosidad, la justicia
social y el trabajo fecundo.
227
Hace cinco años, por estos mismos días, otoñales y tristes en Europa –exactamente: el 7 de
noviembre de 1936-. Decidió Madrid su destino con una corazonada que recuerda otra
fecha gloriosa: la del 2 de mayo de 1808.
Los madrileños sabían –y saben- que la República –en su sentido más profundo, o sea,
considerada como un fenómeno de vitalidad colectiva- es en la paz mucho más que una
forma política del Estado, y que en la guerra civil significaba bastante mas que un simple
problema geográfico de los que resuelve la estrategia de las armas contra la toma de una
ciudad.
Cosa trágica es toda guerra civil. No hay mayor miseria ni dolor más grande que pueda
caer sobre un pueblo. Madrid podía jactarse de no haberla provocado. Se limitaba a
defenderse contra la terrible agresión, pues también es una tragedia espantosa perder la
independencia de la patria y las libertades humanas. Ante la disyuntiva de ceder
cobardemente o resistir con dignidad, los madrileños se sintieron capaces de todos los
sacrificios, así por el horror que les inspiraba la tiranía fascista como por la grandeza de la
casa que defendían.
Los seres unidos por la esperanza que alienta un ideal común alcanzan cimas
insospechadas, como los unidos por el amor. El 7 de noviembre Madrid no tenía más
armas que su voluntad de no dejarse vencer. Sucediera lo que sucediese en aquella lucha
desigual e inicua, estaba dispuesto Madrid a no renegar de los sentimientos alojados en el
reducto invencible del espíritu colectivo. El adversario podía destruir la ciudad con su
mayor potencia combatiente. Pero del alma de Madrid nadie –nadie- se apoderaría nunca.
Nunca.
He ahí la victoria moral más alta, la que decidió el destino glorioso de Madrid, destino
único e incomparable hasta la fecha.
Por eso precisamente el nombre de MADRID marca el comienzo de una nueva época en la
historia del mundo. Le cupo la triste suerte de ser la primera gran capital europea sometida
a un bombardeo en gran escala. Fue como un experimento de vivisección hecho con miras
a la guerra mundial, que ya entonces tenían premeditada las potencias fascistas. Madrid
soportó todas las pruebas con estoicismo y majestad que no tienen parangón en los anales
contemporáneos ni desmerecen de los ejemplos dados por Numancia y Sagunto en sus
luchas con Roma, y por Zaragoza y Gerona en la guerra contra Napoleón.
Como si a todos guiara una energía instintiva –envuelta la gran urbe por un sentimiento de
orfandad, pues el Gobierno estaba camino de Valencia-, en cosa de pocas horas se
improvisó la defensa de Madrid, sin alharacas ni teatralidades, con serenidad portentosa,
no habiendo armas, municiones, ni mandos, y casi en silencio: en aquel impresionante
silencio de la noche del 6 al 7 de noviembre, que no podremos olvidar jamás quienes
tuvimos nuestro corazón en vela, tan dentro del corazón de Madrid.
228
Madrid estaba sumido en la negrura: en la doble negrura de la noche y de tristes
presentimientos. No había otras luces que los resplandores de incendios provocados por los
bombardeos. Pululaban por calles y plazas verdaderos hormigueros humanos. Se iban
formando compañías y brigadas de voluntarios, como por generación espontánea, en las
veredas de las calles, en plazas y jardines. Luego veíamos que se dirigían a pié, en
interminables hileras, o en los pocos camiones disponibles por la escasez de gasolina, hacia
Carabanchel, el Parque del Oeste, la Ciudad Universitaria, la Puerta de Toledo … Iban con
muy reducida dotación de armas, serenos, cada cual a su puesto … Quedó movilizado todo
el Sindicato de la Construcción para levantar barricadas y abrir trincheras … En Tetuán de
las Victorias, en Cuatro Caminos, en todos los barrios populares, las mujeres y los chicos
llevaban a los últimos pisos de las casas los elementos de ataque y de resistencia que
podían encontrar … Daba Madrid la sensación de un frente invisible donde se coordinaban
fantasmagóricamente las energías de medio millón de seres … Quedó convertido en
inmensa hoguera el Hospital de San Carlos; pero no se desatendió la evacuación y
asistencia de los heridos … En una de las salas administraba los Sacramentos un miliciano
belga. Cuando el sacerdote decía “Requiem aeternam” … otros milicianos respondían con
unción: “Et lux perpetua luce” … ante un general y emocionado respeto.
Cada obús que caía sobre la ciudad mártir reforzaba la fe del pueblo madrileño en su
propio coraje. Una honda repugnancia contra la guerra totalitaria, más que la depresión del
terror, hacía estremecer las entrañas de Madrid. “¿Y estos son –decían las gentes- los que
quieren gobernar a España?” Tal era la voz general ante el patético espectáculo de Madrid
en llamas, de Madrid convertido en calvario, donde a diario caían despedazadas numerosas
víctimas inocentes … “¡Vaya una guerra santa!”
Los más cautos advertían que los moros estaban ya en la Moncloa y que las fuerzas
totalitarias no tardarían en asaltar la capital, a pesar de los preparativos improvisados a
última hora. “¿Por qué no se ha hecho antes todo esto?” La respuesta era unánime: “¡No
importa! ¡A Madrid se le defiende en Madrid!”.
Desde muchos teléfonos de las afueras llamaban los facciosos a las casas de Madrid:
“Aquí, un oficial nacionalista. Mañana tomaremos el café en la Puerta del Sol”.
Los madrileños, después de contestar con una interjección, fueron amables y pusieron en la
Puerta del Sol el 7 de noviembre una mesita con tazas de café: un café que nadie tomaría.
Así –entre gallardías y humorismos- detuvo Madrid al enemigo más de treinta y dos meses.
Treinta y dos meses perdidos por los países que permitiendo la inmolación de la República
negando a su Gobierno armas para defenderla, tardarían pocos meses en ver que habían
firmado su propia sentencia cometiendo uno de los más funestos errores políticos de
nuestro siglo.
El caso de Madrid es realmente único. Ninguna capital ha tenido menos medios de defensa
que Madrid. Ninguna tampoco ha igualado el heroísmo de Madrid, baluarte de la
democracia universal desde el 7 de noviembre de 1936 hasta marzo de 1939. Si el ejemplo
de Madrid hubiera sido imitado –o comprendido a tiempo-, otra muy distinta sería hoy la
situación del mundo.
229
ANEXO 6. Ha muerto un gran español. Con el doctor Mariano Gómez la República
Española pierde uno de sus valores máximos, noticia de su fallecimiento, España
Republicana, Año XXXII, nº 1025, Buenos Aires, 30 de marzo de 1951.
231
Con el Doctor Mariano Gómez la República Española
Pierde uno de sus Valores Máximos
Por deseo de la familia los restos fueron velados en su hogar, por el que desfilaron
numerosos amigos y al que llegaron ofrendas florales del delegado del Gobierno de la
República, doctor Blasco Garzón; Centro Republicano Español, Federación de Sociedades
Democráticas Españolas, ESPAÑA REPUBLICANA, Ateneo Pi y Margal, Agrupación de
Intelectuales Demócratas Españoles, Centro Orensano, y de otras muchas entidades, así
como también de particulares, expresión de la amplitud del duelo.
232
Intelectuales Demócratas Españoles; doctores Gumersindo Sánchez Guisande, José Prieto
del Río, José Pedro Lecuona y Jesús Prados Arrarte, don José Iturral, don Francisco
Madrid y don Juan Garganta, por republicanos de La Plata; miembros de las directivas del
Centro Republicano Español, Agrupación Navarra Republicana, Rincón Familiar Andaluz,
P.E.A.V.A. y otras muchas instituciones y un gran número de compatriotas y
correligionarios.
Reunidos los presentes en torno del féretro, que aparecía envuelto en la bandera
republicana, hizo uso de la palabra en primer lugar el doctor Carlos P. Carranza, quien dijo
así:
La muerte de don Mariano Gómez significa para nosotros y, sobre todo, para
España, una pérdida imposible de reparar. Con él se nos ha ido un amigo entrañable y
cordial, un hombre ejemplar, un auténtico patriota, un servidor sin tacha de la causa
democrática de nuestra patria.
Toda su vida estuvo consagrada a la práctica de las dos disciplinas que más
enaltecen al ser humano: la enseñanza y la justicia. Fue profesor universitario y magistrado
del más alto Tribunal de Justicia en España.
Fue así don Mariano, una de las personalidades españolas más ilustres de nuestra
patria y uno de los más destacados forjadores de la nueva España que anhelábamos
levantar.
233
acuerdo con los consejos de don Quijote y Sancho, bajo el noble imperio de la
misericordia.
Señala el orador las dos vocaciones del gran español, la enseñanza y la justicia, a
las que se entregó con la pasión y el talento que todos conocimos, y afirma que si ahora
confiamos sus restos a la tierra, su espíritu resucitará, como resucitarán el de todos los
españoles que han muerto y que irán muriendo a la espera de volver a ver las tumbas y las
cunas de los suyos. También sus cenizas hoy confiadas a una tierra amiga y fraternal,
pero extraña, habrá de volver bajo la bandera de la libertad a la tierra que fue suya y que
tanto amó.
Por ruego del doctor Blasco Garzón, delegado oficioso del gobierno de la
República, cuyo estado de salud no le permitió hacer acto de presencia, el doctor Sánchez
Guisande dio lectura a las cuartillas de nuestro director, que insertamos en otro lugar de
esta crónica.
El doctor Juan Manuel Álvarez del Castillo, embajador de México, cerró las
oraciones de despedida con estas palabras:
234
"En nombre de mi gobierno y especialmente del señor presidente de la República,
don Miguel Alemán, vengo a expresar la profunda pena mexicana por el fallecimiento del
doctor don Mariano Gómez.
La República Española pierde uno de sus valores máximos, mas conquista otro
laurel de gloria inmarcesible mediante la exposición al mundo de este nuevo ejemplo de
asombrosa resistencia moral y abnegada virtud ciudadana. Es amargo decirlo. ¡Pero a las
veces, en el curso de los acontecimientos históricos, se hace menester el sacrificio vital -
fuera de las fronteras nacionales- de hombres superiores a fin de que se aquilate
debidamente la causa sagrada que ellos siempre supieron servir con celo y honor!
TESTIMONIOS DE CONDOLENCIA
Enviaron también telegramas: desde Mar del Plata, el doctor Augusto Barcia; desde
San Rafael, el general don Fernando Martínez Monge, y entre otros, los Centros Españoles
de Unión Republicana de Rosario, Republicano Español de Tucumán, Democrático
Español de San Fernando y Tigre, Republicano Español de General Alvear, Republicano
Español de Córdoba, Republicano Español de Mendoza, Republicano Español de Mar del
Plata, Republicano Español de Bahía Blanca, grupo de republicanos españoles de Río
Cuarto, don Nicolás Micheli; de Alcorta y otros.
==============================================================
235
PÉSAME DEL GOBIERNO
==============================================================
236
Era católico, con un catolicismo de estirpe puramente evangélica, mal avenido con
la púrpura y los formalismos al uso. Por eso, entre sus anécdotas de periodista figurar
curiosas y sonadas escaramuzas con obispos y canónigos, a la sombra del Pilar. Al estallar
la guerra civil, la fidelidad de don Mariano –católico y hombre de orden- a la República
sobrecogió a los trogloditas de la otra banda como un prodigio de Satanás. Su rectitud, su
entereza y sus convicciones religiosas por encima de cualquier sospecha, de modo que su
actitud, hija de la devoción al derecho y a la libertad, no eran un fenómeno explicable fuera
de los ámbitos infernales.
La última vez que lo vimos convalecía de una agresión de la dolencia que nos lo ha
arrebatado. Se burlaba de ella, lleno de vitalidad y optimismo. Como siempre, sus abrazos
eran potentes y campechanos, sus ojos bondadosamente fieros, su voz sonora, con las
bravas resonancias de una tierra a la que quería porque vivió en ella su juventud. Otro
desafío al mal, nos lo devolvió vencido, con los brazos inmóviles, muda la voz, la faz
serena y los ojos vueltos hacia su Dios y su eternidad.
==============================================================
237
ANEXO 7. Último adiós. Mariano Gómez: Serenidad, Justicia y Misericordia”
necrológica por Manuel Blasco Garzón, España Republicana, Año XXXII, nº 1025,
Buenos Aires, 30 de marzo de 1951.
ULTIMO ADIOS
Es muy difícil serenar el espíritu y reposar la palabra para dar el último adiós a un
hombre con el que se ha convivido en diversas épocas de la existencia y hacia el que se ha
mantenido siempre una profunda corriente de simpatía comunicativa.
Más aún, cuando el suceso ocurre en tierra extranjera, siquiera esté llena de dolor y
del saber de España, representa una pérdida esencial para la valoración estimativa y moral
de nuestra causa sagrada.
239
permitió que se produjese esta situación que reunía, en las máximas responsabilidades, a
dos condiscípulos de la Universidad Sevillana.
Hace unos siglos, los españoles trajeron de la Península a las tierras descubiertas, su
afán de extensión, su espíritu inmarcesible, su sed de hazañosas empresas, su aliento épico.
Con todo ello, fundaron una civilización en este continente, reserva del mundo en los días
actuales, y dieron un sentido ecuménico al hispano-americanismo, hecho de la forja de
nuestra tradición secular y del respeto a la cultura indígena cuya corriente esencial,
recogieron y captaron. La grandeza actual, es fruto de aquel sublime despliegue de
energías peninsulares.
Ahora, como en alguna otra ocasión, has venido trayendo del espíritu la palabra
señera y en las manos la antorcha de la libertad. Los llegados, han sido sembradores de
esperanzas y valorizadores de todo lo nuestro. No importa que muchos hayan quedado en
la tierra americana sin presenciar el retorno del buen día. Los muertos mandan, y su
recuerdo enaltece y obliga a la obra, a los que quedan. Así ocurrirá con el recuerdo de este
varón ejemplar, docto en disciplinas jurídicas, feliz escritor literario, ameno conversador,
maestro en sus enseñanzas y hombre honesto, cariñoso y justo.
240
ANEXO 8. La flor de mi recuerdo. Un gran Magistrado de la República, necrológica por
Manuel de Irujo, España Republicana, Año XXXII, nº 1024, Buenos Aires, 30 de abril de
1951.
LA FLOR DE MI RECUERDO
“Yo no vengo aquí a defender a los caídos. Yacen confundidos en la fosa común
inocentes y culpables, valores humanos y escoria social. Levanto mi voz para oponerme al
sistema y afirmar que se han acabado los paseos. La defensa y enjuiciamiento de los
ciudadanos está confiada al Estado y este no cumplirá con su deber sin reaccionar con toda
241
la fuerza de su poder contra quien intente tomarse la justicia por su mano, cualquiera que
sea su nombre y color. Hubo días en que el Gobierno no fue dueño de los resortes del
poder. Se encontraba impotente para oponerse a las demandas sociales. Aquellos
momentos han sido superados. En adelante no existirá en la República otra norma de
aplicación que la ley, ni más poder que el Gobierno. Nadie está investido de la facultad de
juzgar fuera de los Tribunales. La función judicial es la máxima garantía del respeto
impuesto para la vida y la libertad de los ciudadanos. Quien falte a esa consigna será
detenido, puesto en prisión y condenado como enemigo de la República.
“Quiero comentar una alegación que se me ha hecho por voz autorizada al dar
comienzo a este acto. En el campo fascista se asesina con mucho mayor número de
víctimas que en el demócrata, con la esencial diferencia de que allí los crímenes son
cometidos por orden del Gobierno, mientras aquí lo fueron contra las normas dadas por el
Poder Público, en tanto este no pudo impedirlos. Esta observación es atinada y oportuna.
Más, es preciso que el ejemplo de la brutalidad monstruosa del enemigo no sea exhibido
como lenitivo a los crímenes repugnantes cometidos en casa. No puede olvidarse de que
ellos son fascistas. Su dios es la fuerza, sus armas son la violencia y el terror. Luchan
contra la voluntad popular. Tratan de instaurar un poder totalitario y tiránico. No pueden
sujetar a la ciudadanía que les detesta más que con la prisión, el terror y la amenaza de
muerte. Para que ésta táctica sea eficaz necesitan matar. ¡Triste sino el de un régimen que
tiene por cuna la fosa sepulcral!
“Vuelvo, pues, a repetir: Ojalá pudieran oírme hasta los muertos como me oirán sus
asesinos. Se terminaron los paseos. Quien quite la vida a un semejante por su propia
autoridad, será juzgado por ese delito. Jueces y fiscales especiales serán designados para
entender en los crímenes de ese género que se cometen, siempre que exista indicio de que
la jurisdicción ordinaria encuentra dificultades para el desarrollo de su misión. La misma
242
táctica será empleada con relación a todos los ilícitos cometidos contra los derechos de la
persona humana. Los nombres de los caídos serán inscriptos en los registros civiles de
defunción, otorgándose a sus familiares y sucesores las acciones inherentes.
Estas palabras eran expresivas de una posición neta, bien difícil de enunciar y de
mantener en aquellos momentos. Puedo decir, en honor de la República, que mientras fui
ministro de Justicia, constituyeron la ley del Estado. Pero, debo decir, que ello fue posible
gracias al carácter, al vigor, a la entereza y a la adhesión fervorosa del Presidente del
Tribunal Supremo. Esta es la flor del envío emocionado y cordial, que llevo a la tumba del
gran magistrado de la República que en vida se llamó Don Mariano Gómez.
MANUEL DE IRUJO
París 31, marzo 1951
243
ANEXO 9. Don Mariano Gómez, necrológica por Indalecio Prieto, España Republicana,
Año XXXII, nº 1025, Buenos Aires, 10 de mayo de 1951.
OBITUARIO
245
gran héroe civil de la República, tan o como quien más y mucho más que algunos que
brillaron como tales. Cuando surgió la insurrección ejercía sus funciones de magistrado en
Valencia. ¿Qué hubiera ocurrido en la gran ciudad levantina sin su activa presencia? La
guarnición vacilaba entre apremiantes requerimientos de los militares sublevados en otras
poblaciones y la presión del republicanísimo pueblo valenciano. Mariano Gómez, con esa
serenidad de los hombres de temple, que no conocen espasmos ni desfallecimientos, supo
de un lado calmar excitaciones peligrosísimas, acentuadas por la impaciencia. Al fin las
tropas se sumaron al pueblo y concluyeron aquellas horas de angustiosísima zozobra,
gracias, en gran parte, al tacto y a la prudencia de un hombre ejemplar, alejadísimo de toda
demagogia y fiel cumplidor de sus obligaciones.
Más tarde, siempre sumiso a las órdenes del Gobierno, Mariano Gómez aceptó la
presidencia del tribunal popular que funcionaba en la Cárcel Modelo de Madrid. Los
bombardeos de aviadores falangistas, italianos y alemanes sobre una ciudad indefensa,
exasperaban a las masas, exasperación culminada con el petulante e imbécil anuncio del
general Mola, director del ataque desde el Norte, de que Madrid sería tomado por la quinta
columna, por la que, en momento crítico, formarían los enemigos del régimen republicano,
agazapados en la capital. Hubo en represalia matanzas en la cárcel y propósitos de no dejar
con vida a un solo derechista de cuantos, por precaución, hallábanse detenidos. No habría
quinta columna suprimiendo a sus probables jefes. Para impedir una explicable racha de
venganzas, el Gobierno Giral instituyó los Tribunales Populares.
Cuando en septiembre de 1936, entré a formar parte del Gobierno, llevaba varias
semanas Mariano Gómez, presidiendo el Tribunal Popular, cuyas sentencias de muerte
pasaban al Consejo de Ministros, siendo éste, en consecuencia, el verdadero responsable de
su ejecución.
Un día –lo tengo relatado anteriormente-, nos tocó examinar el fallo que condenaba
a pena capital al ex ministro Rafael Salazar Alonso. Las opiniones manifestándose
divididas. Yo expuse la mía en los siguientes términos: “Es probable que entre ustedes no
haya nadie que sienta tan invencible aversión como la mía hacia Salazar Alonso, quien,
luego de extremar predicaciones demagógicas sintiese atraído por halagos de las derechas
y se pasó a ellas descaradamente ofreciéndoles como mérito la sañuda persecución
realizada contra nosotros desde el Ministerio de la Gobernación; pero en los autos no
aparece prueba plena de que haya participado en la insurrección objeto del sumario y por
eso me pronuncio a favor del indulto”. Mi actitud resultó decisiva. El Gobierno, por siete
votos contra seis, resolvió indultar a Salazar Alonso, y el acuerdo fué participado en
seguida al presidente del Tribunal Popular.
246
Poco después llegó al Ministerio de la Guerra, donde el gobierno seguía
deliberando sobre otras cuestiones, Mariano Gómez. Sin duda por conocerme más que a
los restantes ministros me llamó a mí para exponerme la situación: “Acabo de recibir,
devuelto, el expediente de Salazar Alonso con el acuerdo del Consejo conmutando la pena
de muerte por la condena perpetua. No he dado cuenta a nadie de esta resolución, seguro
que apenas sea conocida se producirá un motín terrible que se iniciará con el fusilamiento
del reo. El Gobierno, falto de medios suficientes para hacerse respetar, no podrá salvarle la
vida y, al ser derrotado, su autoridad rodará por los suelos; pero no será eso lo peor. El
Tribunal Popular, estoy segurísimo, se negará a seguir actuando y tras Salazar caerán
acribillados a tiros quizá esta misma noche, todos los presos políticos”.
Con gran sorpresa mía, pues estaba convenido ir a Barcelona, Largo Caballero
dispuso que el Gobierno se trasladara a Valencia. Nunca lo comprendí. Valencia estaba
cerca de los frentes y carecía de la holgura de Barcelona, para el establecimiento de todas
las dependencias gubernativas.
247
saliendo –le contesté-, a medida que se faciliten medios de transporte: pero creo que usted
debe salir en seguida, conforme lo mandan”. No pude convencerle: mientras hubiera en
Madrid un solo magistrado del Supremo, él continuaría allí.
Me preguntó si había modo de que salieran su esposa y sus hijos. “Pueden venir
conmigo –le manifesté-. Yo saldré mañana, a primera hora, en avión, y hay sitio para ellos,
pues dispongo de dos aparatos Douglas y sobran plazas. Haga usted que su familia se
presente en mi domicilio a las cinco de la madrugada”.
A esa hora llegaron a mi casa Mariano Gómez, su señora y sus hijos. Allí estaban
los ministros cenetistas Peyró y López, a quienes sus correligionarios, que constituían la
columna destacada en Tarancón, les cortaron el paso la tarde anterior cuando iban camino
de Valencia.
Por Tarancón pasaron, sin novedad, Largo Caballero y algún ministro de los que
primeramente tomaron la carretera, pero cuando los sindicalistas allí apostados se dieron
cuenta de que el Gobierno entero marchaba, no dejaron pasar a nadie. A Peyró y López les
obligaron a retroceder y a Álvarez del Vayo le cubrieron de injurias.
¿Tiene algo de extraño que su corazón, que tanto sufrió en España durante la
guerra, se haya roto bruscamente en Buenos Aires durante el exilio? ¡Pobre amigo! Ante su
cadáver me descubro con veneración.
248
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Archivo General del Registro del Estado Civil y Capacidad de las Personas de la ciudad de
Buenos Aires, Argentina.
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Boletín Oficial del Estado, desde el 2 de octubre de 1936 hasta el 27 de febrero de 1961.
Boletín Oficial del Estado. Gaceta de Madrid, desde el 28 de febrero de 1961 hasta el 28
de diciembre de 1978.
Boletín Oficial del Estado, Gaceta de Madrid, a partir del 29 de diciembre de 1978.
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Prensa consultada.
Madrid:
- ABC de Madrid.
- ABC. Diario republicano de izquierdas (Madrid).
- http://hemeroteca.abc.es
- Ahora.
- Claridad.
- El País.
- El Mundo.
- La Nación.
- Mundo Obrero. Órgano Central del Partido Comunista (SEIC).
- El Socialista.
- Solidaridad Obrera. AIT. Órgano de la Confederación Regional del Trabajo de
Cataluña, Portavoz de la Confederación Nacional del Trabajo de España
Barcelona:
- La Vanguardia.
- La Vanguardia Española.
- http://www.lavanguardia.es
Buenos Aires:
- España Republicana
- La Nación
Valencia:
- Adelante.
- El Mercantil Valenciano.
- El Pueblo. Diario republicano de Valencia.
- La Correspondencia de Valencia.
- Las Provincias.
- La Semana Gráfica
- La Verdad.
- Nosotros. Portavoz de la Federación Anarquista Ibérica.
Sevilla:
- ABC.
- http://hemeroteca.abc.es
265
Agradecimientos.
Gracias a la amabilidad y eficacia de Ana María Prados García -hija del ilustre
profesor republicano ya fallecido Jesús Prados Arrarte- y de Laura Cruzalegui, viuda de
ese otro gran republicano que fue Jorge Luzuriaga Navarro, logré al fín conocer en Buenos
Aires, en el 2008, a los hijos de Mariano Gómez. El trabajo estaba ya avanzado, pero las
aportaciones Mariano y Charito Gómez Alfaro y sus respectivas familias, me sirvieron
para comprender más y mejor la vida de Mariano Gómez y dar más sentido a mi trabajo.
Desde entonces he tenido muchas conversaciones con Mariano y Charito, con sus hijos,
especialmente con Diana Wechsler Gómez y sus hijas, y sus nietos, en Buenos Aires y en
San Antonio de Areco, además de una comunicación permanente por Internet.
Tuvieron la amabilidad de leer la primera redacción del texto, tres buenos amigos y
compañeros, de formación e ideas diferentes: Antonio Ortiz-Arce de la Fuente, Santos
Juliá e Ignasi Riera. Los tres me han hecho todo tipo de observaciones, sugerencias y
críticas sinceras, muchas de ellas aceptadas y que me han servido para hacer importantes
mejoras al texto final, por lo que les estoy enormemente agradecido.
267
Pero no sería justo si no explicitase mi agradecimiento a algunas personas de otros
centros que, en su trabajo, me han atendido pacientemente y han sido enormemente
eficaces para lograr los objetivos que me había propuesto:
Juan José Escobar Stemmann. Cónsul General Adjunto de España en Buenos Aires.
Paloma Jiménez Buendía. Jefa de Servicio del Archivo y Biblioteca del Consejo de
Estado.
Pilar Llorente. Archivo del Tribunal Militar Territorial 3º, Barcelona, España.
Miguel Moreno Gómez. Jefe del Archivo del Tribunal Militar de Madrid, Archivo
Histórico de Defensa (AHD).
268
Índice onomástico.
269
Andión Pérez, Sergio
Anguera de Sojo, José Oriol
Ansó Zunzárren, Mariano
Antón Oneca, José
Aragon, Louis
Aranda y García de Castro, Agustín
Araujo García, Roberto
Arena, Juan (“El Chato Arenas”)
Arias de Velasco, Jesús
Ariño, Julio
Arlegui y Bayonés, Miguel
Armasa, Pedro
Arquer Saltó, Jorge
Arrazola García, Lorenzo
Asensio Torrado, José
Aub, Max
Aunós Pérez, Eduardo
Avilés Farré, Juan
Ayala García Guarte, Francisco
Ayguadé, Jaime
Azaña Díaz, Manuel
Azcárate Flórez, Pablo
Aznar y Cabanas, Juan Bautista
Azpiazu Paul, Manuel (Coronel)
Baeza y Durán, Ricardo
Baeza Martos, Fernando
Balbontín Gutiérrez, José Antonio
Ballesteros Álava, Pío
Ballesteros Ballesteros, Eduardo
Bañón, Francisco
Baños, Sebastián
Barcia Trelles, Augusto
Barcia Goyanes, Juan José
Barea, Arturo
Barnés Salinas, Domingo
Barrio y Mier, Matías
Barriobero
Bartrina Capella, Jesús
Bartual Moret, Juan
Basedo Buitrago, José
Basterrechea, Francisco
Batlle, Luis
Bellón Gómez, Ildefonso
Beltri, Cándido
Berttoldy Ruiz, Rafael
Beltrán Báguena, Manuel
Beltrán Bigorra, Francisco
Beltrán Ibáñez, Adolfo
Benavente, Jacinto
Benedicto XIV
Benito, Enrique de
270
Benito Mampel, José de
Bensan, Gaston
Bell, Ramón
Bellido, Jesús María
Bello Trompeta, Luis
Benlloch (Cardenal)
Benlloch Montesinos, Vicente
Berenguer de las Cagigas, Fernando
Berenguer y Fusté, Dámaso (Conde de Xauen)
Bergamín García, Francisco
Bermejo Corral, Hilario
Bermúdez Ballesteros, Juan Gualberto
Bermúdez de Castro, Cristino
Bermúdez de Castro, Salvador
Bernal
Bertrán Musitu, José
Besteiro Fernández, Julián
Blanco Fernández, José
Blanco Pozo, J.
Blasco Garzón, Manuel
Blasco Ibáñez Blasco, Sigfrido
Blasco Ibáñez, Vicente
Bloch, Jean-Richard
Bofarull Romañá, Manuel
Bolívar
Bonet Cuito, Pedro
Bonilla Alasín, Gabriel
Bonilla Bravo, Fausto
Bonilla San Martín, Adolfo
Borbón, Jaime de
Borbón, Juan Carlos de
Borchgrave, Jacques (Barón de)
Bordanove y Tarrasó, Emilio
Bort, Juan
Bosch Marín, J.
Boulanger, Patrick
Bravo Ayuso, Lucio
Brau Sanoguerra, Juan Bautista
Brey Guerra, Juan
Buen y Lozano, Demófilo de
Bujeda Muñoz, Jerónimo
Buylla
Cabanellas Ferrer, Miguel
Cabello Lapiedra, Javier
Cabrera Felipe, Blas
Cabrero, Pablo
Cagigas, Isidro de las
Calderón Serrano, Ricardo
Calle y Matute, Domingo de Guzmán de la
Calvet Prats, Fernando
Calvo, Concepción
271
Calvo, Ismael
Calvo Serer, Rafael
Calvo Sotelo, José
Cámara y Tecedor, Sixto
Camarero y Marrón, Dimas
Cambó, Francisco
Camín de Angulo, Juan
Caminero, Antonio
Campos Fillol, Juan
Canales, Juan
Cancio Fernández, Raúl C.
Cano Coloma, José
Capa, Robert
Capaz Montes, Oswaldo Fernando
Carabantes Monsalvez, Lorenzo
Carande, Ramón
Caranzón, Miguel
Cárdenas del Río, Lázaro
Cárdenas de la Torres, Francisco de
Carnero, Antonio
Carranza, Carlos P.
Carrasco Formiguera, Manuel
Carrasco Reyes, Manuel
Carreño España, José
Carrero Blanco, Luis
Carrillo Solares, Santiago
Carrión, Manuel
Casado López, Segismundo
Casanovas y Maristany, Joan
Casares Quiroga, Santiago
Casal, Mariano
Casona, Alejandro
Castán Tobeñas, José
Castejón Martínez de Arizala, Federico
Castelao (Alfonso Daniel Manuel Rodríguez Castelao)
Castelar, Emilio
Castell Oria, Enrique
Castelló Pantoja, Luis
Castelló y Madrid, José María
Castillo y Olivares Matos, Antonio del
Castillo Sáez de Tejada, José
Castillejo y Duarte, José
Castro, Honorato de
Casuso, Luis
Cazorla Maure, José
Cebrián Mezquita, Luis
Centeno, José
Cerda López-Mollinedo, Emilio de la
Cerezo Cardona, Enrique
Cervera, Javier
Chapaprieta, Joaquín
272
Cimorra, Clemente
Clavel
Clemente de Diego Gutiérrez, Felipe
Cobián y Fernández de Córdoba, Fernando
Colmeiro Laforet, Ángel
Colvés Reig, José
Companys i Jover, LLuis
Conde y Luque, Rafael (Conde de Leyva)
Contreras y López de Ayala, Juan de
Córdoba, Juan de (seudónimo de José Losada de la Torre)
Corominas, Juan
Corominas, Pedro
Cortón Freijanes, Domingo
Corts Grau, José
Cos-Gayón Travesí, Luis
Couceiro Corral, Pedro
Crehuet del Amo, Diego María
Crespo Franco, Vicente
Cruz y Martín, Aurelio
Cruzalégui, Laura
Cuatrecasas y Arumí, Juan
Cuenca-Romero y Uclés, Juan de Dios
Cueva Palacio, Francisco
Dalmau y Olivart, Ramón Nonnato María de (Marqués de Olivart)
Dávila Arrondo, Fidel
Daladier, Édouard
Deleito, J.
Delgado Benítez, Rafael
Delorme, Manuel
Despujol y Sabater, Ignacio
Díaz, Hernán
Díaz, Felipe
Díaz, Manuel
Díaz-Benito y Rodríguez, Ángel
Diéguez Dueñas, Isidoro
Dieste Gonçalves, Rafael
Díez Huidobro, Luis
Dios, Máximo de
Dívar Martín, Eduardo
Domingo Sanjuán, Marcelino
Domínguez, Joaquín
Domínguez Arévalo, Tomás (Conde de Rodezno)
Don Quijote
Dorderis Tatay, Luis
D’Ors, Eugenio
Dunan, René
Durán de Ocón
Eizaguirre Pozzi, Eugenio
Elola y Díaz-Varela, Francisco Javier
Elvira
Enjuto Ferrán, Federico
273
Enrile y González Aguilar, Manuel
Escandell Úbeda, Isidro
Escobar Stemmann, Juan José
Escuder Poves, José
Escudero
Esparza y Tomás de Salort, Rafael
Esplá Rizo, Carlos
Fanjul Goñi, Joaquín
Fanjul Sedeño, José Ignacio
Faraudo y de Micheo, Carlos
Farias, Ruy
Felipe
Fentanes Portela, Gerardo
Fernández Calzada, Carlos
Fernández Castillejo, Federico
Fernández Clérigo, Luis
Fernández de Córdova y Morales, Fernando (Marqués de Olivart)
Fernández y Fernández de Quirós, Felipe
Fernández de Heredia y Adalid
Fernández Gordillo, Manuel
Fernández Hontoria y García de la Hoz (Conde de Torreánaz)
Fernández Montesinos, José
Fernández Mourillo y Fernández Rodas, Manuel
Fernández Navarrete, Domingo
Fernández Orbeta, José
Fernández Quintana, Tomás
Fernández Serrano, José
Font Toba, Alfonso
Forriols Ferrer, Francisco
Fortea Martín, Pilar
Frade, Fernando
Franco, Gabriel
Franco, Inmaculada
Franco Bahamonde, Francisco
Franco Bahamonde, Ramón
Franco Salgado, Francisco
Frugoni, Emilio
Gadea Orozco, José María
Galán Rodríguez, Fermín
Galarza, Ángel
Galindo Zaldívar, Tomás
Gallego Gómez, Matilde
Gallego, Pilar
Gaos González Pola, José
Garazony, Miguel
García Atadell, Agapito
García Amorós, José María
García Cascales, Mariano
García Escámez, Francisco
García Fernández, Benjamín
García Galán, Wenceslao
274
García García, Eulogia (“La Eulogia”)
García García, Isidora (“La Morena”)
García Hernández, Ángel
García de la Herranz, Miguel
García Herreros, Enrique
García López, Enrique
García Lorca, Federico
García Miranda, Manuel
García Oliver, Juan
García Oltra, Santiago
García Rodrigo, Manuel
García Rodríguez de Aumente, Salvador
García Trejo, Juan
García Valdés, Rafael
Garganta, Juan
Garrigues, Joaquín
Garrido Cavero, Leopoldo
Gascó Oliag, José
Gaspar Rodrigo, Baldomero
Gaspar Alfaro
Gaspar Alfaro, Javier
Gaspar Alfaro, María Lurdes
Gaspar Rodrigo, Baldomero
Gestoso Acosta, Luis
Gil Cámara, Manuel
Gil Casares, Felipe
Gil Robles y Quiñones, José María
Gil Roldán, Ángel G.
Gil Tirado, Vidal
Giner de los Ríos García, Bernardo
Giner de los Ríos García, Fernando
Giral Pereira, José
Gisbert Urreta, Jesús
Goded Llopis, Manuel
Gómez, Emilio
Gómez Alfaro, José Antonio
Gómez Alfaro, María del Rosario, Charito
Gómez Alfaro, Mariano
Gómez García, Julián (Gorkin)
Gómez González (Gómez de Otero), Federico
Gómez Jordana y Sousa, Francisco
Gómez y López, Manuel Pablo
Gómez Mora, Leonardo (“El Potaje”)
Gómez Nadal, Emili
Gómez Otero, Elisa
Gómez Pedreira, Manuel
Gómez Zanou, Beltrán
Gómez Zanou, María Eugenia
Gómez Zanou, Mariano
Gómez Zanou, María José
Gómez Zanou, Fernando
275
Gonzalbo Gimeno, Daniel
González, Antonio
González, Manuel Antonio
González, Ramón
González Barón, Fernando
González Borrego, Francisco
González Bravo López de Arjona, Luis
González de la Calle, Juan José
González de Echávarri y Vivanco, José María
González Hernández, Olegario
González Llana Fagoaga, José
González López, Emilio
González Naharro, Francisco
González Ocampo, Juan
González Oliveros, Wenceslao
González Peña, Ramón
González Posada y Biesca, Adolfo
González Serrano, José
González y Solesio, Adelaida
Gonzalvo París, Luis
Gracia Villarrubia, Anastasio
Granados Aguirre, Mariano
Grau Delgado, Jacinto
Gregory, León
Gutiérrez Martínez, Serafín
Guyx Genovés, F.
Helfant Crigel, Henry
Henny, Georges
Henry, Jules (Embajador)
Heras Martín, Manuel
Hernández, Miguel
Hernández Malillos, Heraclio
Hernández Saravia, Juan
Hernández Tomás, Jesús
Herrero, Emilio
Hidalgo Berene, Antonio
Hidalgo de Cisneros y López de Montenegro, Ignacio
Hinojosa Ferrer. Juan
Hitler, Adolf
Horcajo Romero, Reyes
Hoz Bárcena, María Sofía de la (Vizcondesa viuda de Ros)
Ibáñez Martín, José
Ibargüen Pérez-Seoane, Luis
Ibarruri, Dolores (La Pasionaria)
Iglesias Portal, Eduardo
Infantes y Martín, Emilio Esteban
Irujo Ollo, Manuel
Isabel II
Iturral, José
Iturralde, Juan (seudónimo de José María Pérez Prat)
Izquierdo Gómez, Antonio
276
Jáuregui Lasanta, Julio
Jiménez de Asúa, Felipe
Jiménez de Asúa, Luis
Jiménez Buendía, Paloma
Jiménez González, Enrique
Jiménez de la Puente, Francisco Javier (Conde de Santa Engracia)
Jestoso y Tudela, Luis
Jordán y Santa Eulalia, José Alberto
Jordana de Pozas, Luis
Jordana (hija)
Jordana (madre)
Jové y Suárez, José María Rogelio
Juana
Juan Rodríguez, Carlos de
Juarros, Cesar
Juliá, Santos
Just Gimeno, Julio
Kent, Victoria
Kirpatrik O’Farril, Guillermo
Lacalle Matute, Domingo Guzmán
Lacambra Brun, Joaquín
Lacasta España, S.
Laín Entralgo, Pedro
Lamela y Cartea, Félix
Lanero Táboas, Mónica
Langle Rubio, Emilio
Lanuza
Largo Caballero, Francisco
Lecea Grijalba, Ignacio de
Lecuona, José Pedro
León, María Teresa
Lerroux García, Alejandro
Lino Vaamonde, José
Lladó y Vallés, José
Llorens, Juan
Llorente, Pilar
Lluesma, Estanislao
López (anarquista)
López, Esperanza
López, Juan
López Escribano, Eulogio
López de Goicoechea e Inchaurrandieta, Francisco
López Ibor, Juan José
López Lerdo, María Visitación
López Martínez, Pedro María
López Ochoa, Eduardo
López Pereira, Francisco
López Sánchez, José María
López Sánchez, Juan
López Sancho, Enrique
López-Soro Cirugeda, José
277
Lorenzo Penalva, Francisco
Losada, Vicente
Losada de la Torre, José (como seudónimo Juan de Córdoba)
Luzuriaga Medina, Lorenzo
Luzuriaga Navarro, Jorge
Madrid, Francisco
Magaz y Pers, Antonio (Marqués de Magaz)
“Maine” (buque-hospital británico)
Maldonado Martín, Isaac
Malinov
Mallo, Maruja (Ana María Gómez González)
Mallol Bosch, Matías
Mancebo Alonso, María Fernanda
Manmenen, Vicente
Marañón y Posadillo, Gregorio
March, Juan
Marín García, José
Marco Merenciano, Francisco
Marco Miranda, Vicente
Marco Navarro, J.B.
Marqués de Casa-Jiménez
Márquez Caballero, José
Márquez de Diego, José
Martí Soro, José
Martí de Veses Sánchez, José
Martín de Hijas y Muñoz, Pedro
Martín Lagos, Francisco
Martín y Mingod, Juan Luis
Martín Posadillo, Isabel
Martín Báguenas, Santiago
Martínez (platería)
Martínez Alcubilla, Marcelo
Martínez Anido, Severiano
Martínez de Aragón y Urbistondo, Gabriel (Fiscal)
Martínez Barrio, Diego
Martínez Campos Antón, Arsenio
Martínez Elorza, José
Martínez Ferrando, Daniel
Martínez de Galisoga y de la Serna (como seudónimo Siul)
Martínez García, Aniceto
Martínez Lombreras, Francisco
Martínez Pardos, Miguel
Martínez Redondo, Ricardo
Martínez Risco, Manuel
Martínez Saura, Santos
Martínez de Velasco, José
Marzal Rodríguez, Pascual
Mateos Campos, Alfonso
Mateu
Matilla, Alfredo de
Matilla y Díaz del Barrio, Aurelio
278
Matorras Páez, Enrique
Matos González, José
Matres (empleado de Instrucción Pública)
Maura Gamazo, Miguel
Maura y Muntaner, Antonio
Maura y Salas, Manuel
Mayans y Enríquez de Navarra, Luis
Mazón Sáiz, José
Mediano Flores, Juan Manuel
Medina García, Diego
Menbrilleras, Manuel
Melo, Prudencio
Méndez Aspe, Francisco
Mendizábal, Alfredo
Menéndez López, Arturo
Menéndez Pelayo, Marcelino
Merimée, Henri
Merino Horodinsky, Luis
Mestres Puig, José
Miaja Menant, José
Michelena y García de Paredes, Leopoldo
Micheli, Nicolás
Miguel (portero del TS)
Miguel Garcilópez, Adolfo de
Miguel Rodríguez, Mariano
Mije García, Antonio
Miláns del Bosch y Ussía, Jaime
Millán Astray (hermana del General)
Millán-Astray y Terceros, José
Mille Suárez, Eladio
Minguijón Adriano, Juan Salvador
Mira López, Emilio
Miral y Marín, Arsenio
Miralles, Ricardo
Miralles Álvarez, Carlos (hermanos Miralles)
Miralles Álvarez, Luis (hermanos Miralles)
Miralles Álvarez, Manuel (hermanos Miralles)
Miralles Salabert, Manuel
Miralles Sangro, Fátima
Miralles Sangro, Jaime
Mola Vidal, Emilio
Moles Ormella, Juan
Molina, Antonio
Mon y Landa, Alejandro
Monclús, Irene
Monroe
Montaner Canet, Federico
Montejo, Tomás
Montero Ríos, Eugenio
Montes
Montseny Mañé, Federica
279
Monzón, Telesforo
Mora Maura, Constancia de la
Mora Requejo, Miguel
Moradiellos, Enrique
Moral Roncal, Antonio Manuel
Moratilla, Francisco
Moreno Calderón, Fernando
Moreno y Fernández de Rodas, Manuel
Moreno Laguía, Miguel
Moreno Gómez, Miguel
Morera Arrix, J.
Moret y Remisa, Lorenzo
Moreu González-Pola, Ángel
Muguiro, Francisco
Muhino Díez, Pedro
Muñoz Lorente, Rafael
Muñoz Martínez, Manuel
Mussolini, Benito
Nebot, Jaime
Negrín López, Juan (Dr. Negrín)
Nelken, Margarita
Neruda, Pablo
Nicolau d’Olwer, Luis
Nieto de la Fuente, Luis
Noguères, Louis
Núñez Díaz-Balart, Mirta
Núñez Morgado, Aurelio (Embajador)
Ocón Urzay, Armando
Ogilvie-Forbes, George
Olóriz y Martínez, Rafael de
Oñate, Antonio
Orgel León, Ramón
Orlov, Alexander (General soviético)
Ortyega, Alberto
Ortega y Gasset, Eduardo
Ortega Morejón, José María
Ortega Tena, Antonio
Ortiz-Arce de la Fuente, Antonio
Ortiz de Zúñiga, Salvador
Orúe y Arregui, José Ramón
Ossorio y Gallardo, Ángel
Ossorio y Florit, Manuel
Osuna Hervás, Francisco de
Ots Capdequí, José María
Pabón y Suárez de Urbina, Benito
Pacheco
Pacheco Sampedro, Rogelio
Padilla
Pagés i Blanch, Pelai
Panero Gil, Ernesto
Para, Pedro
280
Pareja Navarro, Gregorio de
Pardo, Manuel
Parera Abelló, Federico
Parrot, Louis
Partearroyo, José de
Pascual Leone, Álvaro
Pascual Leone, Juan
Pastor, Miguel
Pastor Reig, Rafael
Pavía
Paz Mateos, Alberto de
Pedregal y Sánchez Calvo, José Manuel
Pedro, Valentín de
Peiró Belis, Juan
Pemán y Pemartín, José María
Peña Mantecón, Máximo
Pérez, Antonio
Pérez González, Antonio
Pérez González, Blas
Pérez Jofre, Manuel
Pérez Lizano, Agustín
Pérez Martínez, José
Pérez Pareja, José (“El Ditero”)
Pérez Prat, José María
Pérez Quesada, Edgardo
Pérez Ramírez, Marcos
Pérez Rodríguez, Manuel
Pericot García, Luis
Perla, Mariano
Peset Aleixandre, Juan Bautista
Peset Reig, Mariano
Petain
Peyró Belis, Joan
Pi Calleja, Pedro
Pi i Sunyer, Carles
Pi y Margal, Francisco
Pilar
Pin Ruano, Eladio
Piniés (familia)
Piniés Bayona, Mario
Piniés Bayona, Pío Vicente
Piniés Rubio, Vicente
Pita Romero, Leandro
Pittaluga y Fattorini, Gustavo
Pizarro Horcaho, Tiburcio
Plá, José
Plaza Navarro, Manuel de la
Polo Pérez, Manuel
Pomares Pérez, Luis
Ponte Escartín, Galo
Ponte y Manso de Zúñiga, Miguel
281
Portela Valladares, Manuel
Pozas Perea, Sebastián
Prada, Rodolfo
Prados Arrarte, Jesús
Prexés Costa, Antonio
Prieto del Río, José
Prieto Tuero, Indalecio
Primo de Rivera y Orbaneja, Miguel
Primo de Rivera (hermana del General)
Primo de Rivera (cuñada del General)
Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, José Antonio
Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, Fernando
Príncipe de Asturias
Prior Cabanillas, Julián
Prior Untoria, Germán
Puche Álvarez, José
Puebla Aguirre, José Manuel
Puente, Manuel
Puig Espert, Francesc
Queipo de Llano (hermana del General)
Queipo de Llano y Sierra, Gonzalo
Quero Morales, José
Quevedo Gutiérrez, Salvador
Ramírez Ramírez, Pedro
Ramón Ferrando, F.
Ramón Laca, Julio
Ramón y Lara, Julio de
Ramón Sorrosal, Valentín
Rams Catalán, Eusebio
Rasero Buitrago, José
Raúl Ramos, Salvador
Rebull Cabré, Daniel
Recaséns Siches, Luis
Reig Casanova, Enrique (Cardenal)
Rey, José A.
Rey Baltar, Ramón
Rey Pastor, Julio
Reyes, Anastasio de los
Reyna López, Antonio
Reynaud, Paul
Richard, Élie
Rico Avelló, Manuel
Río, José del
Río Hortega, Pío del
Ríos Urruti, Fernando de los
Riquelme y López Bago
Rivas Cherif, Cipriano
Rivas Cherif, María Dolores
Robles Nisarre, Enrique
Roca Meca, José
Rocamora, Juan
282
Roces Suárez, Wenceslao
Rodicio Arias, Avelino
Rodríguez de los Ríos, José María
Rodríguez Aniceto, Nicolás
Rodríguez Bárcena, Manuel
Rodríguez Dranguet, Alfonso
Rodríguez Fornos, Fernando
Rodríguez García, Melchor
Rodríguez Gómez, Pedro
Rodríguez Muñoz, José Antonio
Rodríguez Olazábal, Juan José
Rodríguez Revilla, Vicente
Rodríguez de los Ríos y García, José María
Rodríguez-Roda, Francisco Ramón
Rodríguez San Pedro, Faustino
Rodríguez Solís, Federico
Rojas, Antonio
Rojo, José Andrés
Rojo Arana, Baldomero
Rojo Lluch, Vicente
Romero, Francisco
Romero Civantos, Isidro
Romero García, Jesús
Ros, Manuel
Ros Gómez, Joaquín
Rubio-Freire Duarte, Rafael
Rubio López, Rafael
Rubio Paz, Isidro
Rueda Ortiz, Juan
Rueda Sánchez, José
Ruiz, Julios
Ruiz de Alda, Julio
Ruiz del Árbol y Rodríguez, Fernando
Ruiz Casaux, Juan
Ruiz Falcó, Napoleón
Ruiz de la Fuente, Ángel
Ruiz-Funes García, Mariano
Ruiz-Giménez Cortés, Joaquín
Ruiz Gómez, Manuel
Ruiz Luengo, Domingo
Ruiz de la Puente y Sánchez Portal, Ángel
Saborit Belenguer, Julio
Sacristán Colas, Antonio
Sáenz de Heredia y Arteta, Andrés
Sainz Rodríguez, Pedro
Salas Delgado, Felipe
Salazar, Domingo
Salazar Alonso, Rafael
Sales Musoles, Vicente
Saliquet Zumeta, Andrés
Salmerón Alonso, Nicolás
283
Salom y Antequera, Salvador
Salvatierra (Condesa)
Samaniego Rodríguez, Esteban
Samper Ibáñez, Ricardo
Sánchez, Amador
Sánchez, Vicente
Sánchez-Albornoz Menduiña, Claudio
Sánchez Cañete López, Buenaventura
Sánchez Guerra, Rafael
Sánchez Guisande, Gumersindo
Sánchez Maestre, Agustín
Sánchez Pascual, Francisco
Sánchez Roca, Mariano
Sánchez Román y Gallifa, Felipe
Sanchís, Francisco
Sancho
Sancho Brased, Ramón
Sancho Sancho, Manuel
Sangro Ros de Olano (Marqués de Guad-el-Jelú)
Sangro Torres, Melchor
Sanjurjo y Jiménez Peña, Justo
Sanjurjo Sacanell, José
Sansisin, Fernando
Santa María de Paredes, Vicente
Santalo Sors, Luis
Santamaría y de Rojas, Vicente
Santander Ruiz Jiménez, Federico
Santolaya Cascajo, Pablo
Saravia (Juan Hernández Saravia)
Saro Martín, Leopoldo de (Conde de Playa de Ixdain)
Sastre Olamendi, Onofre
Saura Mery, Gerardo
Saye Sempere, Luis
Schlayer, Félix
Sela y Sampil, Aniceto
Semprún, José María de
Semprún Maura, Jorge
Sentís, Carlos
Sentís Melendo, Santiago
Serra Moret, Manuel
Serrano Gómez, Alfonso
Serraut, Albert Pierre
Sevillano Carbajal, Rafael
Sierra Jiménez, F.
Silió Cortés, Cesar
Simón Martín, Agripino
Sisto Hontán, Adolfo
Siul (seudónimo de Luis Martínez de Galisoga y de la Serna)
Soler Porta, José
Solesio, Josefa
Soria, Georges
284
Soto, Francisco
Soto Mas, Francisco
Spaey van Engelen, Marc
Stalin, José
Suárez y Alonso de Fraga, Luis
Suárez Manteola, Adolfo
Suarrán, Tomás
Suevos Hernández, Jesús
Sugrañes, Ramón
Suñer Ordóñez, Enrique
Tarazona Blanch, Ignacio
Tarradellas i Joan, Josep
Tejero Gozalo, Mateo
Terrer Fernández, Dionisio
Thomas, Édith
Toldra, Albert
Toribio Fernández, Luis
Torino, Fernando
Tormos Monzó, Elías
Tornos Lafitte, Francisco Javier
Torre, Matilde de la
Torre, Guillermo de la
Torres Campos, Manuel
Torres López, Manuel
Torres Roldan, Miguel
Torroba Sacristán, José
Torroncher (Juez)
Trieros, José
Trigo Mezquita, Agustín
Trujillo, Leonidas
Unamuno y Jugo, Miguel de
Ureña, Rafael
Uribarri Mateos, Felipe
Urizar y Olazábal, Emilio
Urtubey Rebollo, L.
Usano Martínez, Manuel
Valdés Rubio, José
Valentín Torrejón, Faustino
Valera
Valera Aparicio, Fernando
Valera Parra, Salvador
Valle y Aldabalde, Santiago del
Valledor y Suárez de Otero, Celestino
Valls de la Torre, Miguel
Varela Iglesias, José Enrique
Varela Méndez, Santiago
Vargas Guerendiain, Pedro
Vázquez Osuna, Federico
Vega, Félix
Vega de la Hoz, Alfredo de la
Vega de la Hoz, Elena de la
285
Vega de la Hoz, Isabel de la
Vega Ros de Olano (Vizconde de Ros)
Vela Navarrete, Nena
Velayos Hermida, Salvador
Velilla Sarasola, Abel
Velasco Pajares, Ramón
Ventosa Calvell, Juan
Ventura Traveset, José
Vera, Francisco (h)
Vera Fernández de Córdoba, Francisco
Victoria Eugenia (Reina)
Vidarte Franco Romero, Juan-Simeón
Viesca Hernández, Luis
Villalba Riquelme, José
Villalba Rubio, José Eduardo
Villalonga, Augusto
Villegas Montesinos, Rafael
Viñas, Ángel
Viñuales Pardo, Agustín
Viollis, André
Viudez Pascual, Juan (Marqués de Rioflorido)
Vivanco y Pérez del Villar, Luis Felipe
Vives, Blas
Wechsler, Manuel
Wechsler Gómez, Diana
Wechsler Gómez, Gonzalo
Wechsler Gómez, Mariano
Xirgu, Margarita
Yagüe Blanco, Juan
Yagüe Estebarán, Pablo
Yáñez Arroyo, Antonio
Zanou, Hebe
Zaragoza y León, Roberto
Zelaya Clavería, Teófilo
Zugazagoitia Mendieta, Julián
Zumalacárregui y Prats, José María
286
Homenaje a Mariano Gómez, Presidente del Ateneo Mercantil de Valencia en la
Lonja de la Seda de Valencia (La Semana Gráfica, Valencia, nº 46, AÑO III,
sábado 28 de mayo de 1927).
289
Visita Alfaro, Mariano Gómez y su hija
Charito a la salida de misa en Madrid
en 1932. Visita Alfaro y su hija Charito.
290
Fotografía del
retrato de
Mariano
Gómez en el
Rectorado
de la
Universidad de
Valencia.
291
El Pueblo, Diario republicano de Valencia, Portada del libro de Mariano Gómez Jornadas
martes 14 de abril de 1931 (En la segunda fila, republicanas de Valencia (historia de dos días),
empezando por la izquierda, el tercero, Buenos Aires 1942.
Mariano Gómez).
292
Toma de posesión de Mariano Gómez como Presidente del Tribunal Supremo en el Paraninfo de la
Universidad de Valencia el 13 de enero de 1937. De izquierda a derecha: Mariano Gómez (de pie), Luis
Fernández Clérigo (Vicepresidente de las Cortes), Juan García Oliver (Ministro de Justicia), General José
Asensio Torrado (Subsecretario del Ministerio de la Guerra) e Indalecio Prieto (Ministro de Marina y Aire).
(Foto: Bondía, portada de La Vanguardia, Barcelona, domingo 17 de enero de 1937)
Portada de la publicación del Ministerio de Propaganda que contiene los discursos de la toma de
posesión de Mariano Gómez como Presidente interino del Tribunal Supremo, celebrado en el
Paraninfo de la Universidad de Valencia el 13 de enero de 1937.
293
.
.
Colegio de Abogados de Valencia (jueves 11 de marzo de 1937). Entrega del pergamino dedicado por este
organismo a D. Mariano Gómez y González. En la fotografía, junto a diversos miembros de la Junta de
Gobierno del Colegio aparecen, en el centro, detrás del pergamino, el subsecretario de Justicia Sr. Sánchez
Roca, a su izquierda, por este orden, D. José Manaut Nogués, el Ministro de Justicia Sr. García Oliver y el
homenajeado; y a su derecha José Rodríguez Olazábal. (Fotografía tomada de la obra de José Rodríguez
Olazábal, La administración de Justicia en la guerra civil, p. 16 y también publicada en La Vanguardia,
Barcelona, viernes 12 de marzo de 1937, p. 4).
294
Mariano Gómez (con sombrero) visita un campo de concentración de exiliados
republicanos españoles en el sur de Francia en febrero de 1936.
295
Parte de la documentación obtenida por Mariano Gómez en el exilio para su salida de
Francia rumbo a Argentina (salvoconducto, permisos de embarque en Marsella y de
desembarco en Buenos Aires, certificado de antecedentes penales).
296
Solicitud de ingreso de Mariano Gómez en el Centro Republicano
Español (CRE) de Buenos Aires el 13 de diciembre de 1940.
(CRE de Buenos Aires, Federación de Entidades Gallegas, Buenos Aires)
297
De izquierda a derecha: José Antonio, Visita, Mariano Gómez, Federico (hermano de
Mariano Gómez), Charito y Mariano, en Buenos Aires, 1941.
298
Laura Cruzalégui (viuda de Jorge Luzuruaga), Nena Vela
Navarrete, Pedro-Pablo Miralles Sangro, Charito Gómez Alfaro y
Mariano Gómez Alfaro (Buenos Aires, septiembre 2008).
Hebe Zanou, Diana Wechsler Gómez, Nena Vela Navarrete, Mariano Gómez
Alfaro y Pedro-Pablo Miralles Sangro, en San Antonio de Areco, provincia de
Buenos Aires, Argentina, junio 2009.
299
Fotografía de Mariano Gómez
Alfaro, en la terraza de la casa
de la calle de Serrano 16 de
Madrid, a comienzos de la
guerra, dedicada por él mismo
a su primo hermano Javier
Gaspar Alfaro.
300
La
Nación,
Buenos
Aires,
lunes 26
de marzo
de 1959.
301