Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Adultez Demencias
Adultez Demencias
Alumna:
María Celeste Sarmiento
Catedra:
Psicología Clínica de la Adultez
Fecha:
1 de febrero del 2018
DIMENSIÓN EVOLUTIVA DE LA EVALUACIÓN PSICO-GERONTOLÓGICA E
HISTORIA CLÍNICA GERIÁTRICA:
Introducción
La psicogerontología emerge ligada a la psicología del desarrollo y a la corriente llamada del ciclo
vital, que considera el curso de la vida el eje esencial del envejecimiento y la vejez. Cada persona
mayor es el resultado de su historia, de la interacción entre el organismo (biología), la persona
(repertorios de conducta) y los contextos y ambientes, que han ido sucediéndose a lo largo de su vida.
Según el modelo biomédico de envejecimiento, el organismo humano crece y se desarrolla
exponencialmente a lo largo de la infancia y adolescencia, se estabiliza durante la edad adulta y se
deteriora en la vejez, esto no es totalmente transponible a su funcionamiento psicosocial, porque en la
edad adulta y en la vejez existe estabilidad, desarrollo y declive en función de las variables a las que
nos refiramos y a las condiciones socioculturales y personales del individuo.
Sobre el funcionamiento cognitivo se cree que con la edad se produce un fuerte deterioro y que hay
una escasa capacidad de aprendizaje. Esto no es avalado por los resultados de las investigaciones, el
declive depende del tipo de función cognitiva evaluada. Así mientras la inteligencia fluida declina
(rapidez de respuesta, razonamiento inductivo, capacidad visoespacial), la inteligencia cristalizada
(los conocimientos y el vocabulario) se mantiene bastante estable e incluso puede incrementarse
hasta altas edades de la vida, existiendo un límite biológico para la inteligencia cultural, en torno a
los 70 años.
Al encarar la valoración del paciente anciano es conveniente tener en cuenta algunos conceptos. Ellos
son:
a) Características de las enfermedades en los ancianos: No existen enfermedades propias de los
ancianos, ellos padecen las mismas patologías que los jóvenes en la mayoría de los casos. Lo que
cambia es el terreno donde éstas asientan y las repercusiones que ocasionan. El geronte tiene sus
reservas orgánicas disminuidas y por lo tanto su capacidad de adaptación y los mecanismos
compensadores para los cambios que aparecen con la enfermedad, están menoscabados. Con
mayor frecuencia que en otras etapas de la vida, la patología produce repercusiones funcionales,
psíquicas y sociales en el enfermo y su entorno.
2) CAPACIDAD FUNCIONAL: Es la aptitud del anciano para realizar las actividades de la vida
diaria en forma independiente. Comprende varios actos: higienizarse, vestirse, moverse en el hogar,
controlar los esfínteres, alimentarse, usar escaleras. Si estas funciones básicas están conservadas, se
explora otras más complejas como el tomar medicamentos, telefonear, manejar dinero, atender el
hogar, usar medios de transporte. Ver esquema al final del artículo
3) FACTOR PSÍQUICO: Abarca la función intelectual, la afectiva y la perceptiva.
3.1. Función intelectual: Es la función superior del individuo gracias a la cual genera ideas y
juicios, resulta de diferentes capacidades como recordar, entender, abstraerse, orientarse en tiempo y
espacio, calcular, comunicarse, resolver problemas. Se exploran mediante pruebas sencillas: la
orientación, averiguar el día de la semana, fecha, mes, año, estación del año, lugar donde vive y
donde se encuentra durante el momento del examen. La memoria reciente: repetición de tres palabras.
Memoria tardía: interrogación sobre hechos o personas del pasado alejado. Repetición de tres
palabras que ya hubiera dicho minutos antes. Concentración y cálculo. Cálculos matemáticos
simples. Repetición de tres dígitos siguiendo un orden determinado y luego en orden inverso. Mostrar
un objeto y preguntar qué es. Escribir una oración, copiar un dibujo (lenguaje). Ver esquema al final
del artículo
3.2. Función afectiva: Es el estado del humor. Interesa pesquisar dos alteraciones frecuentes en los
ancianos, la depresión y la ansiedad. Estas pueden aparecer primariamente constituyendo toda la
enfermedad, o, secundariamente a diversas afecciones somáticas o psíquicas. Algunas preguntas para
investigar estas dos alteraciones son: ¿se siente decaído? ¿se siente atemorizado? ¿se siente
intranquilo y se muestra inquieto? ¿tiene ganas de llorar ? ¿es muy impaciente y se irrita fácilmente?
¿puede dormir de noche? ¿cómo se siente al despertarse? ¿se siente mejor a la mañana o transcurrido
el día? ¿tiene el mismo apetito que antes? ¿aún mantiene el mismo peso que habitualmente? ¿tiene
palpitaciones, ahogos o transpira sin causa evidente? ¿se cansa con las tareas habituales? ¿mantiene
la misma lucidez mental habitual? ¿hace las tareas con la misma facilidad que antes? ¿confía en el
futuro? ¿tiene dificultad para tomar decisiones? ¿se siente útil y necesario para su familia y la
sociedad? ¿le resulta agradable vivir? ¿le gustan las mismas cosas que antes? ¿cree que sería mejor
para los demás si desapareciera?. Ver esquema al final del artículo.
3.3. Función perceptiva: Estudia dos de las funciones más frecuentemente alteradas en los viejos,
la visión y la audición. Ocasiona importante discapacidad y repercuten marcadamente sobre la esfera
psíquica y social. La audición se explora en forma gruesa durante la anamnesis y la visión con el
examen de la parte anterior de los ojos en el estado actual y luego haciendo leer un texto al paciente.
En caso necesario, se solicita la consulta con los especialistas. Ver esquema al final del artículo
3.4. Factores sociales que influyen a sobre el anciano: Explora las actividades que desarrolla y las
relaciones con que cuenta el paciente, sus recursos y vivienda. La carga que representa para sus
familiares. Es importante en discapacitados, individualizar una persona responsable que colabore con
su atención.
En base a los datos aportados por la valoración geriátrica, se confeccionan los diagnósticos
biomédico, psíquico, funcional y social y se consignan los respectivos tratamientos, ambulatorios o
su internación. se lo controla periódicamente mencionando los cambios producidos y las medidas
aplicadas hasta el alta o la baja del paciente.
Bibliografía:
1. Salgado Alba A, Alarcon MT. Valoración del paciente anciano. Barcelona : Masson S.A., 1993
2. Salgado Alba A. Geriatría, Especialidad médica valoración geriátrica en: Salgado Alba A
Guillen F, Ed Manual de Geriatría 2° edición. Barcelona : Ediciones científicas y técnicas, S.A.
Masson-Salvat, 1996 : 31-42 . Recuperado
https://med.unne.edu.ar/revista/revista98/evaluacion_paciente_anciano.htm