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CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN…

La capacidad de adaptación corresponde a la CAPACIDAD DE ADAPTARSE AL


CAMBIO RÁPIDAMENTE, ser transversal y ser capaz de realizar diversas tareas.

Adaptación es ser flexible, tener la mente abierta, ver que existen otras posibilidades distintas
a las que hasta ahora se habían visto. Es estar dispuesto o dispuesta a realizar los cambios
necesarios en determinadas situaciones.
La flexibilidad mental es una capacidad que define un estilo de vida y permite a las personas
adaptarse mejor a las presiones del medio. “Es una capacidad correctiva”, que implica la
aptitud de revisarse a sí misma, modificarse o reinventarse cuando la lógica o la evidencia
indican que estamos equivocados. Nos lleva a dudar sin miedo o a estar dispuestos al cambio,
cuando este cambio es razonable o razonado. Esto no significa que se deba negociar con los
principios, sino que es el proceso por el cual escuchamos, y de verdad al otro, viajamos hacia
otro punto de vista y confrontamos esa información con la nuestra. Es una dinámica de
observación de uno mismo que nos permite actualizarnos.
Tener la capacidad de adaptación es estar atento a las ideas nuevas, alternativas, ver otras
opciones, evaluando de vez en cuando lo pasado o ya conocido. Es aceptar que, si
determinadas estrategias no han dado resultados, es porque algo está fallando y es el
momento de hacer cambios; es ver en las dificultades un desafío y hacer los cambios
necesarios. La flexibilidad te lleva a si algo no funciona, pruebas otra cosa.
No todo cambio es progreso, solo aquel que lleva mejor o más rápido al fin que se persigue.
Siempre habrá mejores modos de hacer las cosas, pero hay que saber elegir el más
conveniente.
Para lograr la flexibilidad se debe abandonar, si es conveniente, antiguas costumbres y
aprender otras. Estar dispuesto a escuchar las opiniones y recomendaciones que hagan otras
personas, y modificar así los hábitos anteriores. Adaptación es respetar las diferentes formas
de pensar, no trate de salirse siempre con la suya, no sea obstinado y no trate de imponer sus
ideas.
LA CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN ES…
 Pensar que es posible cambiar
 Estar dispuesto a aprender cosas nuevas
 Evitar la terquedad
 Reconocer que se estaba equivocado en alguna idea
 Lograr adaptarse cuando sucede algo inesperado
 Estar predispuesto al cambio para mejorar
 Estar dispuesto a correr riesgos
 Tener iniciativa
ADAPTARSE PROPORCIONA FELICIDAD PORQUE…
 Se evita la rutina y el estancamiento
 Te lleva a un crecimiento y aprendizaje
 Es más fácil afrontar situaciones nuevas Se hacen cambios positivos
 Aceptas las cosas que no puedes cambiar
 Se encuentran nuevas soluciones a viejos problemas
 Se evita persistir en un error
 Disfrutas las sorpresas
Recuperado de: https://www.enfoquecentro.com/la-capacidad-de-adaptacion/
LA CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN
Por CÉSAR PIQUERAS
14 de junio 2017
Se habla mucho de la capacidad de adaptación al cambio, de ser flexibles con nuestro entorno
para así poder fluir entre las situaciones. Vivir y trabajar sin bloquearnos ante el cambio, sino
encontrando siempre el mejor camino entre las circunstancias que nos rodean.
Adaptarse al cambio es fácil, sobre todo cuando el cambio inicialmente parece que va a ser
para mejor. Si ahora te dijera que vas a cobrar 3.000€ más al año o que vas a tener una semana
más de vacaciones, seguramente no te costaría demasiado adaptarte al cambio ¿verdad?
El problema no es la adaptación al cambio, sino la adaptación cuando parece que las cosas
se ponen peor, cuando te dicen que cobrarás 3.000€ menos o que en lugar de 4 semanas de
vacaciones, este año sólo podrás tener 3.
El otro día escuchaba a un conferenciante decir con voz gritona (está demasiado de moda
gritar para motivar) “tenemos que adaptarnos al cambio”, como quien da clase a un grupo de
niños de primaria… Luego pensé: “Sí, que te comuniquen ahora que se han anulado todos
tus proyectos para los próximos 3 meses y verás cómo a ti también te cuesta adaptarte al
cambio”. Es algo humano, a todos nos cuesta, incluso a los que dicen que te adaptes al
cambio.
Entrenando la capacidad de adaptación al cambio

Ser capaces de afrontar las circunstancias adversas con algo de entereza es difícil,
especialmente porque a todos nos gusta crearnos expectativas, buscar una zona de confort en
la que poder sentirnos seguros.
Quizás no podamos desarrollar demasiado esta capacidad, pero sí que podemos entrenarnos
para cada vez fluir más con la vida, pase lo que pase.
La famosa conferencia de Steve Jobs en la que habla de “unir los puntos” es para mí una gran
lección, en la que se nos invita a considerar el cambio, una oportunidad más, un pequeño
punto en una larga línea que es tu vida.
En el momento en que nos ocurren no vemos el sentido de los cambios “aparentemente
negativos”, sólo lo podemos ver desde la distancia, uniendo los puntos.
Claro, fácil es decirlo y difícil afrontarlo. Pero no queda otra, lo contrario es patalear. Aunque
hay quien saca mucho partido al pataleo, cuando el pataleo es contra la vida misma no hay
nada que hacer: o te aclimatas o te aclimueres.
Cada semana vivo circunstancias adversas, a unas me cuesta más adaptarme y a otras menos.
En cada área de tu vida te vas a encontrar con unas u otras dificultades: salud, trabajo,
finanzas, familia, hogar… Cada una de las áreas de tu vida va a sufrir cambios, unos te
gustarán y otros en absoluto.
Para mí lo que marca la diferencia es cómo afronto lo que no me gusta, cuánto tiempo me
quedo en el pataleo y cuánto tiempo tardo en rearmarme y decirme de nuevo ¡yo puedo con
esto!
Creo que vendría bien cultivar un poco más esa actitud, la de “yo puedo con esto”, porque si
me quedo pataleando estoy diciéndo a los demás “esto puede conmigo”.
No sé tú, pero yo no he venido a la vida a sentirme víctima, sino protagonista. Voy a estar
zarandeando la colmena para que ocurra todo lo que tiene que ocurrir, no quiero dejarme ni
los créditos del final por ver, con canción y todo…
Si me bloqueo ante el cambio, viviré bloqueado. Si me adapto a éste, viviré viendo nuevas
oportunidades, todas aquellas que aparecen después de un cambio, sea cual sea el color de
éste.
Bien es cierto que ni tú ni yo lo tenemos fácil, nadie lo tiene fácil. Todos, independientemente
de nuestra raza, religión, capacidad adquisitiva o familia de la que procedemos. Nadie lo
tiene fácil, pues la vida no es fácil en sí misma, es vida y punto. Te puede gustar o la puedes
odiar.
Dos personas afrontan un cambio negativo: una se queda agarrada a éste y se viene a menos.
La otra lo ve venir, se sorprende, lo acepta y se viene a más. Las separa una actitud.
Haz que todos los cambios en tu vida sean el trampolín que te impulse a dar lo mejor de ti
mismo/a.
Recuperado de: https://www.cesarpiqueras.com/la-capacidad-adaptacion/
LA CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN: UN FACTOR CLAVE PARA EL ÉXITO
DEL TALENTO
⁄Blog ⁄Recursos Humanos⁄ La capacidad de adaptación: un factor clave para el éxito del
Talento

En un estudio llevado a cabo en 2016 por Human Age Institute en el que se consultaron a
3.791 empresas de 8 paríses europeos (entre ellos España), una de las preguntas de
investigación fue: ¿cuál será el factor clave para el éxito del Talento en los próximos cuatro
años? Se apuntaron 3 factores: capacidad de aprendizaje (learnability), capacidad de
adaptación (liquidity) y movilidad (mobility).
El factor clave que los entrevistados consideraron más influyente (56%) fue la capacidad de
adaptación que se describía como la capacidad de adaptarse rápidamente en una
organización, ser transversal y ser capaz de realizar diversas tareas. Este factor añadiría valor
a las personas con Talento y les permitiría destacar en el entorno de trabajo del mañana.
Así pues, se considera que, en los próximos años, la capacidad de adaptación en el entorno
de trabajo será el factor clave para el éxito del Talento.
Muy bien, pero ¿en qué consiste exactamente la capacidad de adaptación? ¿es una capacidad
o una actitud? ¿qué papel juega el entorno organizativo? ¿se puede identificar o medir esta
capacidad?
Desde un enfoque sociológico, la capacidad de adaptación sería el proceso por el cual un
individuo modifica sus patrones de comportamiento para ajustarse a las normas imperantes
en el nuevo entorno. Esto supone abandonar hábitos o prácticas que se evalúan negativamente
en la nueva empresa e incorporar otros en consonancia con las expectativas que se tienen del
nuevo rol. Desde este enfoque, no encontraríamos grandes diferencias entre personas siempre
y cuando hablemos de una personalidad “normal”, es decir, flexible y adaptada al entorno
(no patológica). La flexibilidad conductual y la capacidad adaptativa son connaturales a
nuestra especie y es lo que más nos distingue de otras especies cuyo comportamiento es
instintivo y, por lo tanto, mucho más rígido y estereotipado (p.ej. un gato solo puede
comportarse como un gato, mientras que un humano puede comportarse con mayor o menor
grado de extroversión en función de las circunstancias). El grado de diferenciación según
este enfoque iría desde individuos que se conforman y se ajustan a las expectativas del grupo,
aunque sus opiniones y acciones privadas no se vean afectadas (acatamiento), pasando por
individuos que hacen suyos los principios y normas del grupo mientras estén en ese ámbito,
aunque la asimilación no sea duradera (identificación), hasta individuos que aceptan como
propios los principios y normas del grupo (internalización).
Aunque estos tres grados de adaptación pueden comportar consecuencias diferentes, en
especial en relación al grado de compromiso de la persona con la organización, cuando aquí
hablamos de capacidad de adaptación no nos referimos a este tipo de enfoque, sino que
ponemos el acento en los aspectos más psicológicos.
Desde un enfoque psicológico, pues, podríamos hablar de capacidad de adaptación como la
plasticidad o potencial de la persona para proporcionar una respuesta adecuada a las
exigencias del medio en cada momento. Hablamos, pues, de esa capacidad intelectual y
emocional de hacer frente a las demandas del entorno a partir de una conducta inteligente y
adaptada a la situación. Así, en el entorno laboral actual en el que lo único que no cambia es
el cambio, la capacidad de adaptación pasa a ser clave para el éxito del talento puesto que los
empleados tienen que afrontar continuamente nuevas situaciones de aprendizaje, procesar
nueva información, afrontar nuevos requerimientos del trabajo o adaptarse a los cambios del
medio de forma flexible… y todo ello rápida y eficientemente.
Hablamos entonces de dos elementos que integran esa capacidad de adaptación: la
versatilidad en el comportamiento y la capacidad intelectual. La primera se adquiere en el
proceso de maduración personal que pasa, inexorablemente, por el autoconocimiento, la
clave de la inteligencia emocional. Un mayor y más profundo autoconocimiento permite
agudizar la observación y entendimiento del mundo social externo y permite una mayor y
más eficiente auto-regulación conductual. La segunda pasa por la habilidad cognitiva general
del individuo, un indicador de cuán rápido y eficiente puede ser la persona al absorber nuevo
conocimiento, resolver problemas, aplicar lo aprendido a la práctica o rendir en situaciones
de discernimiento basado en el procesamiento de información compleja.
Las organizaciones harían bien en medir esta capacidad de adaptación a partir de la
evaluación por separado de los dos grandes constructos implicados en ella: la personalidad y
la capacidad intelectual. El intento de evaluar la capacidad de adaptación con un solo y único
instrumento a partir de un cuestionario que fuerce la respuesta en relación a preferencias
conductuales, corre el riesgo de la falta de fiabilidad de los resultados. Habría que huir de los
productos/evaluaciones milagro “todo en uno” que prometen la identificación de este tipo de
capacidades complejas a partir de cuestionarios puramente conductuales.
Desde la perspectiva de la organización, no podemos olvidar que dar y recibir son dos caras
de la misma moneda, quiere decir que en cualquier transacción debe existir cierta
reciprocidad. Percepción de reciprocidad entre el esfuerzo del empleado y la compensación
que recibe de la organización. Y no me refiero a compensación económica, sino a ese tipo de
compensación que configura el contrato psicológico entre ambos. Aplicado al tema de este
artículo, quiere decir que el colaborador pondrá sus recursos y su capacidad de adaptación al
servicio de la organización siempre y cuando la organización esté dispuesta a promoverla
sinceramente y, sobretodo, a reconocerla.
Montserrat Sugranyes
Psicólogo Organizacional
CEO ESPERTA
Abril 2017
Publicado por Martinez-Cue&Asociados
Recuperado de: https://www.esperta.es/la-capacidad-adaptacion-factor-clave-exito-del-
talento/

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