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Dominus Iesus PDF
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Dominus Iesus
sobre la unicidad y la universalidad salvífica
de Jesucristo y de la Iglesia
Cristo, el Salvador
ΑΩ Declaración Dominus Iesus 3
al Prefecto de la Congregación
apostólica, la Declaración
unicidad y la universalidad
salvífica de Jesús y de la
lectores La Última Cena. Sant´ Angelo in Formis. Campania, Italia (siglo XI)
Introducción
1. El Señor Jesús, antes de as- solo Señor, Jesucristo, Hijo Evangelio de Jesús. Al final Verdad que ilumina a todos
cender al cielo, confió a sus único de Dios, nacido del Pa- del segundo milenio, sin em- los hombres4. Prosiguiendo
discípulos el mandato de dre antes de todos los siglos: bargo, esta misión está toda- en esta línea, el compromiso
anunciar el Evangelio al mun- Dios de Dios, Luz de Luz, vía lejos de su cumplimien- eclesial de anunciar a Jesu-
do entero y de bautizar a todas Dios verdadero de Dios ver- to2. Por eso, hoy más que nun- cristo, el Camino, la Verdad
las naciones: Id al mundo en- dadero, engendrado, no cre- ca, es actual el grito del após- y la Vida (Jn 14,6), se sirve
tero y proclamad el Evangelio ado, consustancial con el Pa- tol Pablo sobre el compro- hoy también de la práctica del
a toda la creación. El que dre, por quien todo fue hecho; miso misionero de cada bau- diálogo interreligioso, que
crea y se bautice, se salvará; que por nosotros los hombres La Iglesia tizado: Predicar el Evangelio ciertamente no sustituye, si-
el que se resista a creer, será y por nuestra salvación bajó en el curso no es para mí ningún motivo no que acompaña la missio ad
condenado (Mc 16,15-16); del cielo, y por obra del Es- de gloria; es más bien un de- gentes, en virtud de aquel
Me ha sido dado todo poder píritu Santo se encarnó de de los siglos, ber que me incumbe. Y ¡ay de misterio de unidad, del cual
en el cielo y en la tierra. Id, María, la Virgen, y se hizo ha proclamado mí si no predicara el Evan- deriva que todos los hombres
pues, y haced discípulos a to- hombre; y por nuestra causa gelio! (1 Co 9,16). Eso expli- y mujeres que son salvados
das las gentes bautizándolas fue crucificado en tiempos de y testimoniado ca la particular atención que participan, aunque en modos
en el nombre del Padre y del Poncio Pilato: padeció y fue con fidelidad el Magisterio ha dedicado a diferentes, del mismo miste-
Hijo y del Espíritu Santo, y sepultado, y resucitó al ter- motivar y a sostener la misión rio de salvación en Jesucris-
enseñándoles a guardar todo cer día según las Escrituras, el Evangelio evangelizadora de la Iglesia, to por medio de su Espíritu5.
lo que os he mandado. Y he y subió al cielo, y está senta- de Jesús. sobre todo en relación con las Dicho diálogo, que forma par-
aquí que yo estoy con voso- do a la derecha del Padre; y tradiciones religiosas del te de la misión evangelizado-
tros todos los días hasta el fin de nuevo vendrá con gloria Al final mundo3. ra de la Iglesia6, comporta una
del mundo (Mt 28,18-20; cf. para juzgar a vivos y muer- del segundo Teniendo en cuenta los va- actitud de comprensión y una
también Lc 24,46-48; Jn tos, y su reino no tendrá fin. lores que éstas testimonian y relación de conocimiento re-
17,18; 20,21; Hch 1,8). Creo en el Espíritu Santo, Se- milenio, ofrecen a la Humanidad, con cíproco y de mutuo enrique-
La misión universal de la ñor y dador de vida, que pro- una actitud abierta y positiva, cimiento, en la obediencia a
Iglesia nace del mandato de cede del Padre, que con el
sin embargo, la Declaración conciliar so- la verdad y en el respeto de la
Jesucristo y se cumple en el Padre y el Hijo recibe una esta misión bre la relación de la Iglesia libertad7.
curso de los siglos en la pro- misma adoración y gloria, y con las religiones no cristia- 3. En la práctica y profun-
clamación del misterio de que habló por los profetas. está todavía nas afirma: La Iglesia católi- dización teórica del diálogo
Dios, Padre, Hijo y Espíritu Creo en la Iglesia, que es una, lejos de su ca no rechaza nada de lo que entre la fe cristiana y las otras
Santo, y del misterio de la en- santa, católica y apostólica. en estas religiones hay de tradiciones religiosas, surgen
carnación del Hijo, como Confieso que hay un solo cumplimiento santo y verdadero. Conside- cuestiones nuevas, las cuales
evento de salvación para to- Bautismo para el perdón de ra con sincero respeto los mo- se trata de afrontar recorrien-
da la Humanidad. Es éste el los pecados. Espero la resu- dos de obrar y de vivir, los do nuevas pistas de búsque-
contenido fundamental de la rrección de los muertos y la preceptos y las doctrinas, que, da, adelantando propuestas y
profesión de fe cristiana: vida del mundo futuro1. por más que discrepen en mu- sugiriendo comportamientos,
Creo en un solo Dios, Padre 2. La Iglesia, en el curso cho de lo que ella profesa y que necesitan un cuidadoso
todopoderoso, Creador de de los siglos, ha proclamado y enseña, no pocas veces refle- discernimiento. En esta bús-
cielo y tierra [...] Creo en un testimoniado con fidelidad el jan un destello de aquella queda, la presente Declara-
4 Declaración Dominus Iesus ΑΩ
ción interviene para llamar la fabilidad de la verdad divina,
atención de los obispos, de ni siquiera por parte de la re-
los teólogos y de todos los fie- velación cristiana; la actitud
les católicos sobre algunos relativista con relación a la
contenidos doctrinales im- verdad, en virtud de lo cual
prescindibles, que puedan aquello que es verdad para al-
ayudar a que la reflexión teo- gunos no lo es para otros; la
lógica madure soluciones contraposición radical entre
conformes al dato de la fe, la mentalidad lógica atribuida
que respondan a las urgencias a Occidente y la mentalidad
culturales contemporáneas. simbólica atribuida a Orien-
El lenguaje expositivo de te; el subjetivismo de quien,
la Declaración responde a su considerando la razón como
finalidad, que no es la de tra- única fuente de conocimiento,
tar en modo orgánico la pro- se hace incapaz de levantar
blemática relativa a la unici- la mirada hacia lo alto para
dad y universalidad salvífica atreverse a alcanzar la ver-
del misterio de Jesucristo y dad del ser8; la dificultad de
de la Iglesia, ni el proponer comprender y acoger en la
soluciones a las cuestiones Historia la presencia de even-
teológicas libremente dispu- tos definitivos y escatológi-
tadas, sino la de exponer nue- cos; el vaciamiento metafísi-
vamente la doctrina de la fe co del evento de la encarna-
católica al respecto. Al mis- ción histórica del Logos eter-
mo tiempo, la Declaración no, reducido a un mero
quiere indicar algunos pro- aparecer de Dios en la His-
blemas fundamentales que toria; el eclecticismo de
quedan abiertos para ulterio- quien, en la búsqueda teoló-
res profundizaciones, y con- gica, asume ideas derivadas
futar determinadas posicio- de diferentes contextos filo-
nes erróneas o ambiguas. Por sóficos y religiosos, sin preo-
eso el texto retoma la doctri- cuparse de su coherencia y
na enseñada en documentos conexión sistemática, ni de su
precedentes del Magisterio, compatibilidad con la verdad
con la intención de corroborar cristiana; la tendencia, en fin,
las verdades que forman par- a leer e interpretar la Sagra-
te del patrimonio de la fe de la da Escritura fuera de la Tra-
Iglesia. dición y del Magisterio de la
4. El perenne anuncio mi- Iglesia.
sionero de la Iglesia es pues- Sobre la base de tales pre-
to hoy en peligro por teorías supuestos, que se presentan
de tipo relativista, que tratan con matices diversos, unas
de justificar el pluralismo re- veces como afirmaciones y
ligioso, no sólo de facto , sino otras como hipótesis, se ela-
también de iure (o de princi- boran algunas propuestas
pio). En consecuencia, se re- teológicas en las cuales la re-
tienen superadas, por ejem- velación cristiana y el miste-
plo, verdades tales como el rio de Jesucristo y de la Igle-
carácter definitivo y comple- sia pierden su carácter de ver- Maiestas Domini. Panteón Real de San Isidoro, León (siglo XII)
to de la revelación de Jesu- dad absoluta y de universali-
cristo, la naturaleza de la fe dad salvífica, o al menos se El diálogo jo se lo quiera revelar (Mt do con su muerte y resurrec-
cristiana con respecto a la arroja sobre ellos la sombra 11,27). A Dios nadie lo ha ción gloriosa de entre los
creencia en las otra religio- de la duda y de la inseguri- interreligioso, visto jamás: el Hijo único, muertos, y finalmente, con el
nes, el carácter inspirado de dad. que ciertamente que está en el seno del Padre, envío del Espíritu de la ver-
los libros de la Sagrada Es- Él lo ha revelado (Jn 1,18); dad, lleva a plenitud toda la
critura, la unidad personal en- I. PLENITUD no sustituye porque en Él reside toda la revelación y la confirma con
tre el Verbo eterno y Jesús de Y DEFINITIVIDAD sino que plenitud de la divinidad cor- el testimonio divino [...] La
Nazaret, la unidad entre la poralmente (Col 2,9-10). economía cristiana, como la
economía del Verbo encarna- DE LA REVELACIÓN acompaña la Fiel a la palabra de Dios, alianza nueva y definitiva,
do y del Espíritu Santo, la DE JESUCRISTO missio ad gentes, el Concilio Vaticano II ense- nunca cesará; y no hay que
unicidad y la universalidad ña: La verdad íntima acerca esperar ya ninguna revela-
salvífica del misterio de Je- 5. Para poner remedio a comporta de Dios y acerca de la salva- ción pública antes de la glo-
sucristo, la mediación salví- esta mentalidad relativista, ca- una actitud ción humana se nos mani- riosa manifestación de nues-
fica universal de la Iglesia, la da vez más difundida, es ne- fiesta por la revelación en tro Señor Jesucristo (cf. 1 Tm
inseparabilidad –aun en la cesario reiterar, ante todo, el de comprensión Cristo, que es a un tiempo 6,14; Tit 2,13)10 .
distinción– entre el Reino de carácter definitivo y comple- mediador y plenitud de toda Por esto, la encíclica Re-
Dios, el Reino de Cristo y la to de la revelación de Jesu-
y una relación la revelación9. Y confirma: demptoris missio propone
Iglesia, la subsistencia en la cristo. Debe ser, en efecto, de conocimiento Jesucristo, el Verbo hecho nuevamente a la Iglesia la ta-
Iglesia católica de la única firmemente creída la afirma- carne, «Hombre enviado a los rea de proclamar el Evange-
Iglesia de Cristo. ción de que en el misterio de recíproco hombres», «habla palabras lio, como plenitud de la ver-
Las raíces de estas afirma- Jesucristo, el Hijo de Dios en- y de mutuo de Dios» (Jn 3,34) y lleva a dad: En esta Palabra defini-
ciones hay que buscarlas en carnado, el cual es el Cami- cabo la obra de la salvación tiva de su revelación, Dios se
algunos presupuestos, ya sean no, la Verdad y la Vida (cf. enriquecimiento, que el Padre le confió (cf. Jn ha dado a conocer del modo
de naturaleza filosófica o Jn 14,6), se da la revelación en la obediencia 5,36; 17,4). Por tanto, Jesu- más completo; ha dicho a la
teológica, que obstaculizan la de la plenitud de la verdad di- cristo –ver al cual es ver al Humanidad quién es. Esta
inteligencia y la acogida de la vina: Nadie conoce bien al a la verdad Padre (cf. Jn 14,9)–, con su autorrevelación definitiva de
verdad revelada. Se pueden Hijo sino el Padre, ni al Pa- y en el respeto total presencia y manifesta- Dios es el motivo fundamen-
señalar algunos: la convicción dre le conoce bien nadie sino ción, con palabras y obras, tal por el que la Iglesia es mi-
de la inaferrablilidad y la ine- el Hijo, y aquel a quien el Hi- de la libertad señales y milagros, sobre to- sionera por naturaleza. Ella
ΑΩ Declaración Dominus Iesus 5
no puede dejar de proclamar afirmaciones de fe, según las La presente la encarnación a la glorifica- la verdad revelada por Dios
el Evangelio, es decir, la ple- cuales en Jesucristo se da la ción, es la fuente, participa- Uno y Trino, y la creencia en
nitud de la verdad que Dios plena y completa revelación
Declaración da mas real, y el cumpli- las otras religiones, que es una
nos ha dado a conocer sobre del misterio salvífico de Dios. interviene miento de toda la revelación experiencia religiosa todavía
sí mismo11. Sólo la revelación Por lo tanto, las palabras, las salvífica de Dios a la Huma- en búsqueda de la verdad ab-
de Jesucristo, por lo tanto, in- obras y la totalidad del even- para llamar nidad14, y que el Espíritu San- soluta, y carente todavía del
troduce en nuestra historia to histórico de Jesús, aun sien- la atención to, que es el Espíritu de Cris- asentimiento a Dios que se re-
una verdad universal y últi- do limitados en cuanto reali- to, enseña a los Apóstoles, y vela. Éste es uno de los moti-
ma que induce a la mente del dades humanas, sin embargo, sobre algunos por medio de ellos a toda la vos por los cuales se tiende a
12
hombre a no pararse nunca . tienen como fuente la Persona contenidos Iglesia de todos los tiempos, reducir, y a veces incluso a
6. Es, por lo tanto, contra- divina del Verbo encarnado, la verdad completa (Jn anular, las diferencias entre
ria a la fe de la Iglesia la tesis verdadero Dios y verdadero doctrinales 16,13). el cristianismo y las otras re-
del carácter limitado, incom- hombre13 y por eso llevan en imprescindibles, 7. La respuesta adecuada ligiones.
pleto e imperfecto de la reve- sí la definitividad y la plenitud a la revelación de Dios es la 8. Se propone también la
lación de Jesucristo, que se- de la revelación de las vías que desde la fe obediencia de la fe (Rm 1,5: hipótesis acerca del valor ins-
ría complementaria a la pre- salvíficas de Dios, aunque la respondan Cf. Rm 16,26; 2 Co 10,5-6), pirado de los textos sagrados
sente en las otras religiones. profundidad del misterio di- por la que el hombre se confía de otras religiones. Cierta-
La razón que está a la base de vino en sí mismo siga siendo a las urgencias libre y totalmente a Dios, mente es necesario reconocer
esta aserción pretendería fun- trascendente e inagotable. La prestando «a Dios revelador que tales textos contienen ele-
darse sobre el hecho de que verdad sobre Dios no es abo-
culturales el homenaje del entendimien- mentos gracias a los cuales
la verdad acerca de Dios no lida o reducida porque sea di- contemporáneas to y de la voluntad», y asis- multitud de personas, a tra-
podría ser acogida y manifes- cha en lenguaje humano. Ella, tiendo voluntariamente a la vés de los siglos, han podido
tada en su globalidad y ple- en cambio, sigue siendo úni- revelación hecha por Él 15 . La y todavía hoy pueden ali-
nitud por ninguna religión ca, plena y completa porque fe es un don de la gracia: Pa- mentar y conservar su rela-
histórica, por lo tanto, tam- quien habla y actúa es el Hijo ra profesar esta fe es necesa- ción religiosa con Dios. Por
poco por el cristianismo ni de Dios encarnado. Por esto, ria la gracia de Dios, que pre- esto, considerando tanto los
por Jesucristo. la fe exige que se profese que viene y ayuda, y los auxilios modos de actuar como los
Esta posición contradice el Verbo hecho carne, en to- internos del Espíritu Santo, preceptos y las doctrinas de
radicalmente las precedentes do su misterio, que va desde el cual mueve el corazón y lo las otras religiones, el Conci-
convierte a Dios, abre los lio Vaticano II –como se ha
ojos de la mente y da «a to- recordado antes– afirma que,
dos la suavidad en el aceptar por más que discrepen en mu-
y creer la verdad» 16. cho de lo que ella [la Iglesia]
La obediencia de la fe con- profesa y enseña, no pocas
duce a la acogida de la ver- veces reflejan un destello de
dad de la revelación de Cris- aquella Verdad que ilumina
to, garantizada por Dios, a todos los hombres23.
quien es la Verdad misma17. La tradición de la Iglesia,
La fe es, ante todo, una «ad- sin embargo, reserva la cali-
hesión personal» del hombre ficación de textos inspirados
a Dios; es al mismo tiempo e a los libros canónicos del An-
inseparablemente «el asenti- tiguo y Nuevo Testamento, en
miento libre a toda la verdad cuanto inspirados por el Es-
que Dios ha revelado»18. La píritu Santo24. Recogiendo es-
fe, por lo tanto, don de Dios y ta tradición, la Constitución
virtud sobrenatural infundi- dogmática sobre la divina Re-
da por Él19, implica una do- velación del Concilio Vatica-
ble adhesión: a Dios que re- no II enseña: La santa Madre
vela y a la verdad revelada Iglesia, según la fe apostólica,
por Él, en virtud de la con- tiene por santos y canónicos
fianza que se le concede a la los libros enteros del Antiguo
persona que la afirma. Por es- y Nuevo Testamento con to-
to, no debemos creer en nin- das sus partes, porque, escri-
gún otro que no sea Dios, Pa- tos bajo la inspiración del Es-
dre, Hijo y Espíritu Santo20. píritu Santo (cf. Jn 20, 31; 2
Debe ser, por lo tanto, fir- Tm 3,16; 2 Pe 1,19-21; 3,15-
memente retenida la distin- 16), tienen a Dios como au-
ción entre la fe teologal y la tor y como tales se le han en-
creencia en las otras religio- tregado a la misma Iglesia25.
nes. Si la fe es la acogida en la Esos libros enseñan firme-
gracia de la verdad revelada, mente, con fidelidad y sin
que permite penetrar en el error, la verdad que Dios qui-
misterio, favoreciendo su so consignar en las sagradas
comprensión coherente21, la letras de nuestra salvación26.
creencia en las otras religio- Sin embargo, queriendo
nes es esa totalidad de expe- llamar a sí a todas las gentes
riencia y pensamiento que en Cristo y comunicarles la
constituyen los tesoros hu- plenitud de su revelación y
manos de sabiduría y religio- de su amor, Dios no deja de
sidad, que el hombre, en su hacerse presente en muchos
búsqueda de la verdad, ha modos, no sólo en cada in-
ideado y creado en su refe- dividuo, sino también en los
rencia a lo divino y al Abso- pueblos, mediante sus rique-
luto22. zas espirituales, cuya expre-
No siempre tal distinción sión principal y esencial son
es tenida en consideración en las religiones, aunque con-
la reflexión actual, por lo cual tengan «lagunas, insuficien-
a menudo se identifica la fe cias y errores»27. Por lo tanto,
Iglesia de San Clemente de Taüll (Cataluña, siglo XII) teologal, que es la acogida de los libros sagrados de otras
6 Declaración Dominus Iesus ΑΩ
religiones, que de hecho ali- dad de la salvación cristiana y, La Declaración
mentan y guían la existencia por otra, el hecho del plura-
de sus seguidores, reciben lismo religioso, se proponen
quiere confutar
del misterio de Cristo aque- contemporáneamente una determinadas
llos elementos de bondad y economía del Verbo eterno
gracia que están en ellos pre- válida también fuera de la posiciones
sentes. Iglesia y sin relación a ella, y erróneas
una economía del Verbo en-
II. EL LOGOS carnado. La primera tendría o ambiguas
ENCARNADO Y EL una plusvalía de universali- y corroborar
ESPÍRITU SANTO dad respecto a la segunda, li-
EN LA OBRA mitada solamente a los cris- las verdades
DE LA SALVACIÓN
tianos, aunque si bien en ella que forman
la presencia de Dios sería más
9. En la reflexión teológi- plena. parte
ca contemporánea, a menudo 10. Estas tesis contrastan del patrimonio
emerge un acercamiento a Je- profundamente con la fe cris-
sús de Nazaret como si fuese tiana. Debe ser, en efecto, fir- de la fe
una figura histórica particu- memente creída la doctrina de de la Iglesia
lar y finita, que revela lo di- fe que proclama que Jesús de
vino de manera no exclusiva, Nazaret, hijo de María, y so-
sino complementaria a otras lamente Él, es el Hijo y Verbo
presencias reveladoras y sal- del Padre. El Verbo, que es-
víficas. El Infinito, el Abso- taba en el principio con Dios
luto, el Misterio último de (Jn 1,2), es el mismo que se
Dios se manifestaría así a la hizo carne (Jn 1,14). En Je-
Humanidad en modos diver- sús el Cristo, el Hijo de Dios
sos y en diversas figuras his- vivo (Mt 16,16) reside toda
tóricas: Jesús de Nazaret sería la plenitud de la divinidad
una de esas. Más concreta- corporalmente (Col 2,9). Él
mente, para algunos Él sería es el Hijo único, que está en
uno de los tantos rostros que el seno del Padre (Jn 1,18),
el Logos habría asumido en el Hijo de su amor, en quien
el curso del tiempo para co- tenemos la redención [...]
municarse salvíficamente con Dios tuvo a bien hacer resi-
la Humanidad. dir en Él toda la plenitud, y
Además, para justificar, reconciliar con Él y para Él
por una parte, la universali- todas las cosas, pacificando,
de un cuerpo vivo aunque no to [...] que nuestro Salvador una única Iglesia de Cristo, Los libros la vida en Cristo mediante la
se identifiquen son insepara- confió después de su resu- que subsiste en la Iglesia ca- íntegra profesión de fe, la Eu-
bles, Cristo y la Iglesia no se rrección a Pedro para que la tólica, gobernada por el Su-
sagrados caristía y la plena comunión
pueden confundir pero tam- apacentara (Jn 24,17), con- cesor de Pedro y por los obis- de otras en la Iglesia63.
poco separar, y constituyen fiándole a él y a los demás pos en comunión con él58. Las Por lo tanto, los fieles no
un único Cristo total49. Esta Apóstoles su difusión y go- Iglesias que no están en per- religiones, pueden imaginarse la Iglesia
misma inseparabilidad se ex- bierno (cf. Mt 28,18ss.), y la fecta comunión con la Iglesia que de hecho de Cristo como la suma –di-
presa también en el Nuevo erigió para siempre como «co- católica, pero se mantienen ferenciada y de alguna ma-
Testamento mediante la ana- lumna y fundamento de la ver- unidas a ella por medio de alimentan nera unitaria al mismo tiem-
logía de la Iglesia como Es- dad» (1 Tm 3,15). Esta Igle- vínculos estrechísimos como y guían la po– de las Iglesias y Comu-
posa de Cristo (cf. 2 Cor 11,2; sia, constituida y ordenada en la sucesión apostólica y la Eu- nidades eclesiales; ni tienen
Ef 5,25-29; Ap 21,2.9)50. este mundo como una socie- caristía válidamente consa- existencia de la facultad de pensar que la
Por eso, en conexión con dad, subsiste [subsistit in] en grada, son verdaderas iglesias sus seguidores, Iglesia de Cristo hoy no exis-
la unicidad y la universalidad la Iglesia católica, goberna- particulares59. Por eso, tam- te en ningún lugar y que, por
de la mediación salvífica de da por el sucesor de Pedro y bién en estas Iglesias está pre- reciben lo tanto, deba ser objeto de
Jesucristo, debe ser firme- por los obispos en comunión sente y operante la Iglesia de del misterio búsqueda por parte de todas
mente creída como verdad de con él54. Con la expresión sub- Cristo, si bien falta la plena las Iglesias y Comunidades64.
fe católica la unicidad de la sistit in, el Concilio Vaticano II comunión con la Iglesia ca- de Cristo En efecto, los elementos de
Iglesia por Él fundada. Así quiere armonizar dos afirma- tólica al rehusar la doctrina esta Iglesia ya dada existen
como hay un solo Cristo, uno ciones doctrinales: por un la- católica del Primado, que por
aquellos juntos y en plenitud en la Igle-
solo es su cuerpo, una sola es do, que la Iglesia de Cristo, no voluntad de Dios posee y elementos sia católica, y sin esta pleni-
su Esposa: una sola Iglesia obstante las divisiones entre ejercita objetivamente sobre tud en las otras Comunida-
católica y apostólica51. Ade- los cristianos, sigue existiendo toda la Iglesia el Obispo de
de bondad des65. Por consiguiente, aun-
más, las promesas del Señor plenamente sólo en la Iglesia Roma60. y gracia que creamos que las Iglesias
de no abandonar jamás a su católica, y, por otro lado, que Por el contrario, las Co- y Comunidades separadas
Iglesia (cf. Mt 16,18; 28,20) y fuera de su estructura visible munidades eclesiales que no que están tienen sus defectos, no están
de guiarla con su Espíritu (cf. pueden encontrarse muchos han conservado el Episcopa- en ellos desprovistas de sentido y de
Jn 16,13) implican que, según elementos de santificación y do válido y la genuina e ínte- valor en el misterio de la sal-
la fe católica, la unicidad y la de verdad55, ya sea en las Igle- gra sustancia del misterio eu- presentes vación, porque el Espíritu de
unidad, como todo lo que per- sias que en las Comunidades carístico61, no son Iglesia en Cristo no ha rehusado ser-
tenece a la integridad de la eclesiales separadas de la Igle- sentido propio; sin embargo, virse de ellas como medios de
Iglesia, nunca faltaran52. sia católica56. Sin embargo, los bautizados en estas Co- salvación, cuya virtud deriva
Los fieles están obligados respecto a estas últimas, es ne- munidades, por el Bautismo de la misma plenitud de la
a profesar que existe una con- cesario afirmar que su efica- han sido incorporados a Cris- gracia y de la verdad que se
tinuidad histórica –radicada cia deriva de la misma pleni- to y, por lo tanto, están en una confió a la Iglesia66.
en la sucesión apostólica–53 tud de gracia y verdad que fue cierta comunión, si bien im- La falta de unidad entre los
entre la Iglesia fundada por confiada a la Iglesia católi- perfecta, con la Iglesia62. En cristianos es ciertamente una
Cristo y la Iglesia católica: És- ca57. efecto, el Bautismo en sí tien- herida para la Iglesia; no en
ta es la única Iglesia de Cris- 17. Existe, por lo tanto, de al completo desarrollo de el sentido de quedar privada
de su unidad, sino en cuanto
obstáculo para la realización
plena de su universalidad en
la Historia67.
V. IGLESIA,
REINO DE DIOS
Y REINO DE CRISTO
18. La misión de la Igle-
sia es anunciar el Reino de
Cristo y de Dios, establecer-
lo en medio de todas las gen-
tes; [la Iglesia] constituye en
la tierra el germen y el prin-
cipio de este Reino68. Por un
lado, la Iglesia es sacramento,
esto es, signo e instrumento
de la íntima unión con Dios
y de la unidad de todo el gé-
nero humano69; ella es, por lo
tanto, signo e instrumento del
Reino: llamada a anunciarlo
y a instaurarlo. Por otro lado,
la Iglesia es el pueblo reunido
por la unidad del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo70;
ella es, por lo tanto, el Reino
de Cristo, presente ya en el
misterio71, constituyendo, así,
su germen e inicio. El Reino
de Dios tiene, en efecto, una
dimensión escatológica: Es
una realidad presente en el
tiempo, pero su definitiva re-
alización llegará con el fin y
el cumplimiento de la Histo-
ria72.
De los textos bíblicos y de
Cristo. Calvario de Corullón (detalle). Museo de León los testimonios patrísticos, así
12 Declaración Dominus Iesus ΑΩ
Vista aérea del Coliseo de Roma, durante la conmemoración de los mártires del siglo XX VI. LA IGLESIA
Y LAS RELIGIONES
como de los documentos del denada al Reino de Dios, del como en el caso de determi-
Magisterio de la Iglesia, no cual es germen, signo e ins- nadas concepciones que in- EN RELACIÓN
se deducen significados uní- trumento. Sin embargo, a la Los fieles tencionadamente ponen el CON LA SALVACIÓN
vocos para las expresiones vez que se distingue de Cris- están obligados acento sobre el Reino y se 20. De todo lo que ha sido
Reino de los Cielos, Reino de to y del Reino, está indisolu- presentan como «reinocén- antes recordado, derivan tam-
Dios y Reino de Cristo, ni de blemente unida a ambos73. a profesar tricas», las cuales dan relie- bién algunos puntos necesa-
la relación de los mismos con 19. Afirmar la relación in- que existe ve a la imagen de una Igle- rios para el curso que debe se-
la Iglesia, ella misma misterio divisible que existe entre la sia que no piensa en sí mis- guir la reflexión teológica en
que no puede ser totalmente Iglesia y el Reino no implica una continuidad ma, sino que se dedica a tes- la profundización de la rela-
encerrado en un concepto hu- olvidar que el Reino de Dios histórica timoniar y servir al Reino. Es ción de la Iglesia y de las re-
mano. Pueden existir, por lo –si bien considerado en su fa- una «Iglesia para los demás» ligiones con la salvación.
tanto, diversas explicaciones se histórica– no se identifica –radicada –se dice– como «Cristo es el Ante todo, debe ser firme-
teológicas sobre estos argu- con la Iglesia en su realidad en la sucesión hombre para los demás»... mente creído que la Iglesia pe-
mentos. Sin embargo, ningu- visible y social. En efecto, no Junto a unos aspectos posi- regrinante es necesaria para
na de estas posibles explica- se debe excluir la obra de apostólica– tivos, estas concepciones ma- la salvación, pues Cristo es el
ciones puede negar o vaciar Cristo y del Espíritu Santo nifiestan a menudo otros ne- único Mediador y el camino
de contenido, en modo algu- fuera de los confines visibles
entre la Iglesia gativos. Ante todo, dejan en de salvación, presente a no-
no, la íntima conexión entre de la Iglesia74. Por lo tanto, se fundada silencio a Cristo: El Reino, sotros en su Cuerpo, que es la
Cristo, el Reino y la Iglesia. debe también tener en cuenta del que hablan, se basa en un Iglesia, y Él, inculcando con
En efecto, el Reino de Dios que el Reino interesa a todos: por Cristo «teocentrismo», porque Cris- palabras concretas la necesi-
que conocemos por la Reve- a las personas, a la sociedad, y la Iglesia to –dicen– no puede ser com- dad del bautismo (cf. Mt
lación, no puede ser separado al mundo entero. Trabajar prendido por quien no profe- 16,16; Jn 3,5), confirmó a un
ni de Cristo ni de la Iglesia... por el Reino quiere decir re- católica sa la fe cristiana, mientras tiempo la necesidad de la Igle-
Si se separa el Reino de la conocer y favorecer el dina- gobernada que pueblos, culturas y reli- sia, en la que los hombres en-
persona de Jesús, no es éste mismo divino, que está pre- giones diversas pueden coin- tran por el bautismo como por
ya el Reino de Dios revelado sente en la historia humana por el Sucesor cidir en la única realidad di- una puerta77. Esta doctrina no
por Él, y se termina por dis- y la transforma. Construir el de Pedro vina, cualquiera que sea su se contrapone a la voluntad
torsionar tanto el significado Reino significa trabajar por nombre. Por el mismo moti- salvífica universal de Dios (cf.
del Reino –que corre el riesgo la liberación del mal en to- y por los vo, conceden privilegio al 1 Tm 2,4); por lo tanto, es ne-
de transformarse en un obje- das sus formas. En resumen, obispos misterio de la creación, que cesario, pues, mantener uni-
tivo puramente humano e ide- el Reino de Dios es la mani- se refleja en la diversidad de das estas dos verdades, o sea,
ológico– como la identidad festación y la realización de en comunión culturas y creencias, pero no la posibilidad real de la sal-
de Cristo, que no aparece co- su designio de salvación en con él dicen nada sobre el misterio vación en Cristo para todos
mo el Señor, al cual debe so- toda su plenitud75. de la Redención. Además el los hombres y la necesidad de
meterse todo (cf. 1 Co 15,27); Al considerar la relación Reino, tal como lo entienden, la Iglesia en orden a esta mis-
asimismo, el Reino no puede entre Reino de Dios, Reino termina por marginar o me- ma salvación78.
ser separado de la Iglesia. de Cristo e Iglesia es necesa- nospreciar a la Iglesia, co- La Iglesia es sacramento
Ciertamente, ésta no es un fin rio, de todas maneras, evitar mo reacción a un supuesto universal de salvación79 por-
en sí misma, ya que está or- acentuaciones unilaterales, «eclesiocentrismo» del pa- que, siempre unida de modo
ΑΩ Declaración Dominus Iesus 13
misterioso y subordinada a
Jesucristo el Salvador, su Ca-
beza, en el diseño de Dios,
tiene una relación indispen-
sable con la salvación de cada
hombre80. Para aquellos que
no son, formal y visiblemen-
te, miembros de la Iglesia, la
salvación de Cristo es acce-
sible en virtud de la gracia
que, aun teniendo una miste- Panorámica de Conques (Francia), un pueblo cristiano
riosa relación con la Iglesia,
no les introduce formalmente salvador universal–, queda de otros errores (cf. 1 Co tanto, que, siguiendo el man-
en ella, sino que los ilumina claro que sería contrario a la 10,20-21), constituyen más damiento del Señor (cf. Mt
de manera adecuada en su si- fe católica considerar la Igle- La falta bien un obstáculo para la sal- 28,19-20) y como exigencia
tuación interior y ambiental. sia como un camino de sal- de unidad entre vación89. del amor a todos los hombres,
Esta gracia proviene de Cris- vación al lado de aquellos 22. Con la venida de Jesu- la Iglesia anuncia y tiene la
to; es fruto de su sacrificio y constituidos por las otras re- los cristianos cristo Salvador, Dios ha esta- obligación de anunciar cons-
es comunicada por el Espíri- ligiones. Éstas serían com- es ciertamente blecido la Iglesia para la sal- tantemente a Cristo, que es
tu Santo81. Ella está relacio- plementarias a la Iglesia, o vación de todos los hombres «el Camino, la Verdad y la Vi-
nada con la Iglesia, la cual incluso substancialmente una herida (cf. Hch 17,30-31)90. Esta ver- da» (Jn 14, 6), en quien los
procede de la misión del Hijo equivalentes a ella, aunque para la Iglesia; dad de fe no quita nada al he- hombres encuentran la pleni-
y la misión del Espíritu San- en convergencia con ella en cho de que la Iglesia consi- tud de la vida religiosa y en
to82, según el diseño de Dios pos del Reino escatológico no en el sentido dera las religiones del mun- quien Dios reconcilió consigo
Padre. de Dios. de quedar do con sincero respeto, pero todas las cosas94.
21. Acerca del modo en Ciertamente, las diferen- al mismo tiempo excluye esa La misión ad gentes, tam-
el cual la gracia salvífica de tes tradiciones religiosas con- privada mentalidad indiferentista bién en el diálogo interreli-
Dios, que es donada siempre tienen y ofrecen elementos marcada por un relativismo gioso, conserva íntegra, hoy
por medio de Cristo en el Es- de religiosidad, que proceden
de su unidad, religioso que termina por como siempre, su fuerza y su
píritu y tiene una misteriosa de Dios85, y que forman parte sino en cuanto pensar que «una religión es necesidad95. En efecto, «Dios
relación con la Iglesia, llega de todo lo que el Espíritu tan buena como otra» 91. Si quiere que todos los hombres
a los individuos no cristia- obra en los hombres y en la obstáculo para bien es cierto que los no cris- se salven y lleguen al cono-
nos, el Concilio Vaticano II historia de los pueblos, así la realización tianos pueden recibir la gra- cimiento pleno de la verdad»
se limitó a afirmar que Dios como en las culturas y reli- cia divina, también es cierto (1 Tm 2,4). Dios quiere la
la dona por caminos que Él giones86. De hecho, algunas plena de su que objetivamente se hallan salvación de todos por el co-
sabe83. La Teología está tra- oraciones y ritos pueden asu- universalidad en una situación gravemente nocimiento de la verdad. La
tando de profundizar este ar- mir un papel de preparación deficitaria si se compara con salvación se encuentra en la
gumento, ya que es, sin du- evangélica, en cuanto son en la Historia la de aquellos que, en la Igle- verdad. Los que obedecen a
da, útil para el crecimiento ocasiones o pedagogías en las sia, tienen la plenitud de los la moción del Espíritu de ver-
de la compresión de los de- cuales los corazones de los medios salvíficos92. Sin em- dad están ya en el camino de
signios salvíficos de Dios y hombres son estimulados a bargo, es necesario recordar la salvación; pero la Iglesia,
de los caminos de su reali- abrirse a la acción de Dios87. a los hijos de la Iglesia que a quien esta verdad ha sido
zación. Sin embargo, de todo A ellas, sin embargo no se les su excelsa condición no de- confiada, debe ir al encuen-
lo que hasta ahora ha sido re- puede atribuir un origen di- ben atribuirla a sus propios tro de los que la buscan para
cordado sobre la mediación vino ni una eficacia salvífica méritos, sino a una gracia es- ofrecérsela. Porque cree en
de Jesucristo y sobre las re- ex opere operato, que es pro- pecial de Cristo; y si no res- el designio universal de sal-
laciones singulares y úni- pia de los sacramentos cris- ponden a ella, con el pensa- vación, la Iglesia debe ser
cas84 que la Iglesia tiene con tianos88. Por otro lado, no se miento, las palabras y las misionera96. Por ello el diá-
el Reino de Dios entre los puede ignorar que otros ritos obras, lejos de salvarse, se- logo, no obstante forme par-
hombres –que substancial- no cristianos, en cuanto de- rán juzgados con mayor se- te de la misión evangeliza-
mente es el Reino de Cristo, penden de supersticiones o veridad93. Se entiende, por lo dora, constituye sólo una de
14 Declaración Dominus Iesus ΑΩ
Iglesia, y, una vez conocida, a
abrazarla y practicarla99.
La revelación de Cristo
continuará a ser en la Historia
la verdadera estrella que
Para aquellos orienta a toda la Humani-
dad 100: La verdad, que es
que no son Cristo, se impone como au-
formal toridad universal101. El mis-
terio cristiano supera de he-
y visiblemente cho las barreras del tiempo y
miembros del espacio, y realiza la uni-
dad de la familia humana:
de la Iglesia, Desde lugares y tradiciones
la salvación diferentes todos están llama-
dos en Cristo a participar en
de Cristo la unidad de la familia de los
es accesible hijos de Dios [...] Jesús de-
rriba los muros de la división
en virtud y realiza la unificación de
de la gracia que, forma original y suprema me-
diante la participación en su
aun teniendo misterio. Esta unidad es tan
profunda que la Iglesia pue-
una misteriosa de decir con san Pablo: «Ya
relación no sois extraños ni foraste-
ros, sino conciudadanos de
con la Iglesia, los santos y familiares de
no les introduce Dios» (Ef 2,19)102.
formalmente El Sumo Pontífice Juan
en ella, sino que Pablo II, en la Audiencia del
día 16 de junio de 2000, con-
los ilumina cedida al infrascrito Carde-
de manera nal Prefecto de la Congrega-
ción para la Doctrina de la
adecuada Fe, con ciencia cierta y con
en su situación su autoridad apostólica, ha
ratificado y confirmado esta
interior Declaración decidida en la
y ambiental. Sesión Plenaria, y ha orde-
nado su publicación.
Esta gracia Dado en Roma, en la sede
de la Congregación para la
proviene Doctrina de la Fe, el 6 de
Cristo, con los discípulos de Emaús. Claustro del monasterio de Santo Domingo de Silos de Cristo agosto de 2000, Fiesta de la
Transfiguración del Señor.
las acciones de la Iglesia en CONCLUSIÓN yo os he mandado» (Mt 28,19-
su misión ad gentes97. La pa- 20). Por su parte todos los Joseph Card. Ratzinger
ridad, que es presupuesto del 23. La presente Declara- hombres están obligados a Prefecto
diálogo, se refiere a la igual- ción, reproponiendo y clari- buscar la verdad, sobre todo Tarcisio Bertone, S.D.B.
dad de la dignidad personal ficando algunas verdades de en lo referente a Dios y a su Secretario
de las partes, no a los conte- fe, ha querido seguir el ejem-
nidos doctrinales, ni mucho plo del apóstol Pablo a los fie-
menos a Jesucristo –que es el les de Corinto: Os transmití,
mismo Dios hecho hombre– en primer lugar, lo que a mi
comparado con los fundado- vez recibí (1 Co 15,3). Frente
res de las otras religiones. De a propuestas problemáticas o
hecho, la Iglesia, guiada por incluso erróneas, la reflexión
la caridad y el respeto de la teológica está llamada a con-
libertad 98, debe empeñarse firmar de nuevo la fe de la
primariamente en anunciar a Iglesia y a dar razón de su es-
todos los hombres la verdad peranza en modo convincen-
definitivamente revelada por te y eficaz.
el Señor, y a proclamar la ne- Los Padres del Concilio
cesidad de la conversión a Je- Vaticano II, al tratar el tema
sucristo y la adhesión a la de la verdadera religión, han
Iglesia a través del bautismo afirmado: Creemos que esta
y los otros sacramentos, para única religión verdadera sub-
participar plenamente de la siste en la Iglesia católica y
comunión con Dios Padre, apostólica, a la cual el Señor
Hijo y Espíritu Santo. Por Jesús confió la obligación de
otra parte, la certeza de la vo- difundirla a todos los hombres,
luntad salvífica universal de diciendo a los Apóstoles: «Id,
Dios no disminuye, sino que pues, y enseñad a todas las
aumenta el deber y la urgen- gentes, bautizándolas en el
cia del anuncio de la salva- nombre del Padre y del Hijo y
ción y la conversión al Señor del Espíritu Santo, enseñán-
Jesucristo. doles a observar todo cuanto Cristo, el centro y el fin de la Historia. Monasterio de Irache (Navarra)
ΑΩ Declaración Dominus Iesus 15
Notas
(1) Conc. de Constantinopla I, Symbolum Costantino- (41) Ibíd., 5. (66) Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegratio, 3.
politanum: DS 150. (42) Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, (67) Congr. para la Doctrina de la Fe, Carta Commu-
(2) Cf. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 1: AAS 10; cf. san Agustín, cuando afirma que fuera de nionis notio, 17.Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Uni-
83 (1991) 249-340. Cristo, camino universal de salvación que nunca tatis redintegratio, 4.
(3) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes y Decl. Nos- ha faltado al género humano, nadie ha sido libe- (68) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium,
tra aetate; cf. también Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii rado, nadie es liberado, nadie será liberado: De Ci-
5.
nuntiandi: AAS 68 (1976) 5-76; Juan Pablo II, Enc. vitate Dei 10, 32, 2: CCSL 47, 312.
(69) Ibíd., 1.
Redemptoris missio. (43) Conc. Ecum. Vat.II, Const. dogm. Lumen gentium, 62.
(4) Conc. Ecum. Vat.II, Decl. Nostra aetate, 2. (44) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 5. (70) Ibíd., 4. Cf. san Cipriano, De Dominica oratione, 23:
(5) Pont. Cons. para el Diálogo Interreligioso y Congr. pa- (45) Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, CCSL 3A, 105.
ra la Evangelización de los Pueblos, Instr. Diálogo y 45. La necesidad y absoluta singularidad de Cristo (71) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium,
anuncio, 29; cf. Conc.Ecum. Vat II, Const. past. en la historia humana está bien expresada por san 3.
Gaudium et spes, 22. Ireneo cuando contempla la preeminencia de Jesús (72) Cf. ibíd., 9. Cf. también la oración dirigida a Dios,
(6) Cf. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 55. como Primogénito: En los cielos como primogénito que se encuentra en la Didaché, 9, 4: SC 248,
(7) Cf. Pont.Cons. para el Diálogo Interreligioso y Congr. del pensamiento del Padre, el Verbo perfecto dirige 176: Se reúna tu Iglesia desde los confines de la tie-
para la Evangelización de los Pueblos, Instr. Diálo- personalmente todas las cosas y legisla; sobre la rra en tu reino, e ibíd., 10, 5: SC 248, 180: Acuér-
go y anuncio, 9: AAS 84 (1992) 414-446. tierra como primogénito de la Virgen, hombre justo date, Señor, de tu Iglesia... y, santificada, reúnela
(8) Juan Pablo II, Enc. Fides et ratio, 5: AAS 91 (1999) y santo, siervo de Dios, bueno, aceptable a Dios, desde los cuatro vientos en tu Reino que para ella has
5-88. perfecto en todo; finalmente, salvando de los in-
preparado.
(9) Conc. Ecum Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, 2. fiernos a todos aquellos que lo siguen, como pri-
(73) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 18; cf. Exhort.
(10) Ibíd., 4. mogénito de los muertos es cabeza y fuente de la vi-
(11) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 5. da divina (Demostratio, 39: SC 406, 138). ap. Ecclesia in Asia, 6-XI-1999, 17: L'Osservato-
(12) Juan Pablo II, Enc. Fides et ratio, 14. (46) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 6. re Romano, 7-XI-1999. El Reino es tan inseparable
(13) Conc. Ecum. de Calcedonia, DS 301. Cf. san Ata- (47) Cf. Conc. Ecum. Vat.II, Const. dogm. Lumen gentium, de Cristo que, en cierta forma, se identifica con Él
nasio de Alejandría, De Incarnatione, 54,3: SC 14. (cf. Orígenes, In Mt. Hom., 14, 7: PG 13, 1197;
199,458. (48) Cf. ibíd., 7. Tertuliano, Adversus Marcionem IV, 33, 8: CCSL
(14) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, (49) Cf. san Agustín, Enarrat.In Psalmos, Ps 90, Sermo 1, 634.
4 2,1: CCSL 39, 1266; san Gregorio Magno, Mo- (74) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 18.
(15) Ibíd., 5. ralia in Iob, Praefatio, 6, 14: PL 75, 525; santo (75) Ibíd., 15.
(16) Ibíd. Tomás de Aquino, Summa Theologicae, III, q. 48, (76) Ibíd., 17.
(17) Cf. Catecismo de la Iglesia católica, 144. a. 2 ad 1. (77) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium,
(18) Ibíd., 150. (50) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium,
14. Cf. Decr. Ad gentes, 7; Decr. Unitatis redinte-
(19) Ibíd., 153. 6.
gratio, 3.
(20) Ibíd., 178. (51) Símbolo de la fe: DS 48.Cf. Bonifacio VIII, Bula
(21) Juan Pablo II, Enc. Fides et ratio, 13. Unam Sanctam: DS 870-872; Conc. Ecum. Vat. II, (78) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 9. Cf. Ca-
(22) Cf. ibíd., 31-32. Const. dogm. Lumen gentium, 8. tecismo de la Iglesia católica, 846-847.
(23) Conc. Ecum. Vat.II, Decl. Nostra aetate, 2. Cf. tam- (52) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegra- (79) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm., Lumen gentium,
bién Decr. Ad gentes, 9, donde se habla de todo lo tio, 4; Juan Pablo II, Enc. Ut unum sint, 11: AAS 87 48.
bueno presente en los ritos y en las culturas de los (1995) 921-982. (80) Cf. san Cipriano, De catholicae ecclesiae unitate, 6:
pueblos; Const. dogm. Lumen gentium, 16, donde (53) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, CCSL 3, 253-254; san Ireneo, Adversus haereses
se indica todo lo bueno y lo verdadero presente en- 20; cf. también san Ireneo, Adversus haereses III, 3, III, 24, 1: SC 211, 472-474.
tre los no cristianos, que pueden ser considerados co- 1-3: SC 211, 20-44; san Cipriano, Epist. 33, 1: (81) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 10.
mo una preparación a la acogida del Evangelio. CCSL 3B, 164-165; san Agustín, Contra advers. le- (82) Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes, 2. La conoci-
(24) Cf. Conc. de Trento, Decr. De Libris Sacris et de gis et prophet., 1, 20, 39: CCSL 49, 70. da fórmula extra Ecclesiam nullus omnino salvatur
Traditionibus recipiendis: DS 1501; Conc. Ecum. (54) Conc. Ecum Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, 8.
debe ser interpretada en el sentido aquí explicado
Vat. I, Const. dogm. Dei Filius, cap. 2: DS 3006. (55) Ibíd., Cf. Juan Pablo II, Enc. Ut unum sint, 13. Cf. tam-
(cf. Conc. Ecum. Lateranense IV, Cap. 1. De fide cat-
(25) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Dei Verbum, 11. bién Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gen-
(26) Ibíd. tium, 15, y Decr. Unitatis redintegratio, 3. holica: DS 802). Cf. también la Carta del Santo
(27) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 55; cf. tam- (56) Es, por lo tanto, contraria al significado auténtico del Oficio al Arzobispo de Boston: DS 3866-3872.
bién 56. Pablo VI, Exhort. ap. Evangelii nuntiandi, texto conciliar la interpretación de quienes dedu- (83) Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes, 7.
53. cen de la fórmula subsistit in la tesis según la cual la (84) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 18.
(28) Conc. Ecum. de Nicea I, DS 125. única Iglesia de Cristo podría también subsistir en (85) Son las semillas del Verbo divino (semina Verbi),
(29) Conc. Ecum. de Calcedonia, DS 301. otras Iglesias cristianas. El Concilio había escogi- que la Iglesia reconoce con gozo y respeto (cf.
(30) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Gaudium et spes, do la palabra «subsistit» precisamente para aclarar Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes, 11, Decl.
22. que existe una sola «subsistencia» de la verdadera Nostra aetate, 2).
(31) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 6. Iglesia, mientras que fuera de su estructura visible exis- (86) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 29.
(32) Cf. san León Magno, Tomus ad Flavianum: DS 269. ten sólo «elementa Ecclesiae», los cuales –siendo (87) Cf. Ibíd.; Catecismo de la Iglesia católica, 843.
(33) Cf. san León Magno, Carta Promisisse me memini ad elementos de la misma Iglesia– tienden y conducen
(88) Cf. Conc. de Trento, Decr. De sacramentis, can. 8
Leonem I imp: DS 318: In tantam unitatem ab ipso a la Iglesia católica (Congr. para la Doctrina de la
de sacramentis in genere: DS 1608.
conceptu Virginis deitate et humanitate conserta, ut Fe, Notificación sobre el volumen «Iglesia: carisma
nec sine homine divina, nec sine Dio agerentur hu- y poder» del P. Leonardo Boff, 11-III-1985: AAS (89) Cf. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 55.
mana. Cf. también ibíd.: DS 317. 77 (1985) 756-762). (90) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium,
(34) Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, (57) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegra- 17; Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 11.
45. Cf. también Conc. de Trento, Decr. De pecca- tio, 3. (91) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 36.
to originali, 3: DS 1513. (58) Cf. Congr. para la Doctrina de la Fe, Decl. Myste- (92) Cf. Pío XII, Enc. Mystici Corporis: DS 3821.
(35) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, rium Ecclesiae, n. 1: AAS 65 (1973) 396-408. (93) Conc. Ecum. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium,
3-4. (59) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegra- 14.
(36) Cf. ibíd., 7.Cf. san Ireneo, el cual afirmaba que tio, 14 y 15; Congr. para Doctrina de la Fe, Carta (94) Conc. Ecum. Vat. II, Decl. Nostra aetate, 2.
en la Iglesia ha sido depositada la comunión con Communionis notio, 17 AAS 85 (1993) 838-850. (95) Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Ad gentes, 7.
Cristo, o sea, el Espíritu Santo (Adversus haereses III, (60) Cf. Conc. Ecum Vat. I, Const. Pastor aeternus: DS (96) Catecismo de la Iglesia católica, 851; cf. también,
24, 1: SC 211, 472). 3053-3064; Conc. Ecum. Vat. II, Const dogm. Lu-
849-856.
(37) Conc. Ecum. Vat. II, Const. past. Gaudium et spes, men gentium, 22.
(97) Cf. Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 55; Exhort.
22. (61) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decr. Unitatis redintegra-
(38) Juan Pablo II, Enc. Redemptoris missio, 28. Acerca ap. Ecclesia in Asia, 31, 6-XI-1999.
tio, 22.
de las semillas del Verbo, cf. también san Justino, 2 (62) Cf. ibíd., 3. (98) Cf. Conc. Ecum. Vat. II, Decl. Dignitatis humanae, 1.
Apología, 8,1-2,1-3; 13, 3-6: ed. E. J. Goodspe- (63) Cf. ibíd., 22. (99) Ibíd.
ed, 84; 85; 88-89. (64) Congr. para la Doctrina de la Fe, Decl. Mysterium Ec- (100) Cf. Juan Pablo II, Enc. Fides et ratio, 15.
(39) Cf. ibíd., 28-29. clesiae, 1. (101) Ibid., 92.
(40) Ibíd., 29. (65) Juan Pablo II, Enc. Ut unum sint, 14. (102) Ibíd., 70.
16 Declaración Dominus Iesus ΑΩ
Índice
Introducción 3
l. Plenitud y definitividad de la Revelación de Jesucristo 4
ll. El Logos encarnado y el Espíritu Santo en la obra de la
Salvación 6
lll. Unicidad y universalidad del misterio salvífico de Jesucristo 9
lV. Unicidad y unidad de la Iglesia 10
V. Iglesia, Reino de Dios y Reino de Cristo 11
Vl. La Iglesia y las religiones en relación con la Salvación 12
Conclusión 14
Notas 15
Segador.
Pintura
del Panteón
Real de San
Isidoro, León
Ilustraciones tomadas de Evangelio Románico (Ed. Mensajero) y de El despertar de Europa (Ed. Encuentro)
ΑΩ Anexo: XV Jornada Mundial de la Juventud 17
YQueridos
vosotros ¿quién decís que soy yo?
(Mt 16,15).
jóvenes, con gran ale-
gría me reúno de nuevo con vosotros,
con ocasión de esta Vigilia de ora-
ción, durante la cual queremos po-
nernos juntos a la escucha de Cristo,
que sentimos presente entre nosotros.
Es Él quien nos habla.Y vosotros
¿quién decís que soy yo? Jesús plantea
esta pregunta a sus discípulos en la
región de Cesarea de Filipo. Simón
Pedro contesta: Tú eres el Cristo, el
Hijo de Dios vivo (Mt 16,16). A su
vez, el Maestro les dirige estas sor-
prendentes palabras: Bienaventurado
eres Simón, hijo de Jonás, porque no
te ha revelado esto la carne ni la san-
gre, sino mi Padre que está en los cie-
los (Mt 16,17). ¿Cuál es el significa-
do de este diálogo? ¿Por qué Jesús
quiere escuchar lo que los hombres
piensan de Él? ¿Por qué quiere saber
lo que piensan sus discípulos de Él? Je-
sús quiere que los discípulos se den
cuenta de lo que está escondido en
sus mentes y en sus corazones, y que
expresen su convicción. Al mismo tiem-
po, sin embargo, sabe que el juicio
que harán no será sólo el de ellos,
porque en el mismo se revelará lo que
Dios ha derramado en sus corazones
por la gracia de la fe. En vosotros veo a los centinelas del mañana. Vista aérea del campus de Tor Vergata donde se desarrollaron los dos últimos días de la Jornada Mundial
Este acontecimiento en la región de la Juventud
de Cesarea de Filipo nos introduce,
en cierto modo, en el laboratorio de Queridos jóvenes, con gran alegría me estás vivo aunque te mataron, quie-
la fe. Ahí se desvela el misterio del re decir que eres mi Señor y mi Dios.
inicio y de la maduración de la fe. reúno de nuevo con vosotros, con ocasión Con el caso de Tomás el labora-
En primer lugar, está la gracia de la torio de la fe se ha enriquecido con un
revelación: un íntimo e inexpresable
de esta vigilia de oración, durante la cual nuevo elemento. La revelación divi-
darse de Dios al hombre; después, queremos ponernos juntos a la escucha na, la pregunta de Cristo y la res-
sigue la llamada a dar una respuesta; puesta del hombre se han completa-
y, finalmente, está la respuesta del de Cristo, que sentimos presente do con el encuentro personal del dis-
hombre, respuesta que, desde ese entre nosotros cípulo con Cristo vivo, con el Resuci-
momento en adelante, tendrá que dar tado. Ese encuentro pasa a ser el
sentido y forma a toda su vida. Aquí inicio de una nueva relación entre el
tenemos lo que es la fe. Es la res- hombre y Cristo, una relación en la
puesta a la palabra del Dios vivo por que el hombre reconoce existencial-
parte del hombre racional y libre. Las pués, estaban otra vez reunidos los po, ante una confesión aún más pro- mente que Cristo es Señor y Dios; no
cuestiones que Cristo plantea, las res- discípulos y Tomás estaba con ellos. funda de la verdad sobre Cristo. Ver- sólo Señor y Dios del mundo y de la
puestas de los apóstoles y la de Simón Entró Jesús estando la puerta cerra- daderamente no era fácil creer que es- Humanidad, sino Señor y Dios de es-
Pedro son como una prueba de la da, saludó a los apóstoles con estas tuviese vivo Aquel que tres días an- ta existencia humana mía concreta.
madurez de la fe de los que están palabras: La paz con vosotros (Jn tes había sido depositado en el se- Un día san Pablo escribirá: Cerca de
más cerca de Cristo. 20,26), y acto seguido se dirigió a pulcro. El divino Maestro había ti está la palabra: en tu boca y en tu
● El diálogo en Cesarea de Filipo Tomás: Acerca aquí tu dedo y mira anunciado varias veces que iba a re- corazón, es decir, la palabra de la
tuvo lugar en el tiempo prepascual, mis manos; trae tu mano y métela en sucitar de entre los muertos, y ya ha- fe que nosotros proclamamos. Por-
es decir, antes de la pasión y resu- mi costado, y no seas incrédulo sino bía dado también pruebas de ser el que, si confiesas con tu boca que Je-
rrección de Cristo. Convendría re- creyente (Jn 20,27). Tomás le con- Señor de la vida. Sin embargo, la sús es Señor y crees en tu corazón
cordar también otro acontecimiento testó: Señor mío y Dios mío (Jn experiencia de su muerte había sido que Dios lo resucitó de entre los muer-
durante el cual Cristo, ya resucitado, 20,28). tan fuerte que todos tenían necesidad tos, serás salvo (Rm 10,8-9).
probó la madurez de la fe de sus de un encuentro directo con Él para ● En las lecturas de la Liturgia de
apóstoles. Se trata del encuentro con El laboratorio de la fe creer en su resurrección: los apóstoles hoy están descritos los elementos de
Tomás Apóstol. Era el único ausente en el Cenáculo, los discípulos en el los que se compone ese laboratorio
cuando, después de la resurrección, También el Cenáculo de Jerusalén camino a Emaús, las piadosas muje- de la fe, del cual los apóstoles salen
Cristo fue por primera vez al Cená- fue para los Apóstoles una especie res junto al sepulcro... También To- como hombres plenamente cons-
culo. Cuando los otros discípulos le di- de laboratorio de la fe. Lo que allí más lo necesitaba. Cuando su incre- cientes de la verdad que Dios había
jeron que habían visto al Señor, él no sucedió con Tomás va, en cierto sen- dulidad se encontró con la experien- revelado en Jesucristo, verdad que
quiso creer. Decía: Si no veo en sus tido, más allá de lo que ocurrió en cia directa de la presencia de Cristo, habría modelado su vida personal y
manos la señal de los clavos y no me- la región de Cesarea de Filipo. En el Apóstol que había dudado pro- la de la Iglesia en el curso de la His-
to mi dedo en el agujero de los clavos el Cenáculo nos encontramos ante nunció esas palabras con las que se toria. Este encuentro romano, queri-
y no meto mi mano en su costado, una dialéctica de la fe y de la incre- expresa el núcleo más íntimo de la dos jóvenes, es también una especie
no creeré (Jn 20,25). Ocho días des- dulidad más radical y, al mismo tiem- fe: Si es así, si Tú verdaderamente de laboratorio de la fe para vosotros,
20 XV Jornada Mundial de la Juventud ΑΩ
discípulos de hoy, para quienes con- tes del matrimonio. Pienso también
fiesan a Cristo en los umbrales del en los matrimonios jóvenes y en las No se os pedirá la sangre, pero sí
tercer milenio. pruebas a las que se expone su
Cada uno de vosotros puede en- compromiso de mutua fidelidad. ciertamente la fidelidad a Cristo.
contrar en sí mismo la dialéctica de Pienso, asimismo, en las relaciones
preguntas y respuestas que hemos entre amigos y en la tentación de Una fidelidad que se ha de vivir
señalado anteriormente. Cada uno deslealtad que puede darse entre en las situaciones de cada día
puede analizar sus propias dificulta- ellos. Estoy pensando también en
des para creer, e incluso sentir la ten- el que ha empezado un camino de
tación de la incredulidad. Al mismo especial consagración y en las di- dos contra la misma y contra el res- ros llevar del conformismo; es Él quien
tiempo, sin embargo, puede también ficultades que, a veces, tiene que peto que se le debe. os empuja a dejar las máscaras que
experimentar una progresiva madu- afrontar para perseverar en su en- ● Queridos jóvenes, ¿es difícil falsean la vida; es Él quien os lee en
ración de la convicción consciente trega a Dios y a los hermanos. Me creer en un mundo así? En el año el corazón las decisiones más au-
de la propia adhesión de fe. En efec- refiero igualmente al que quiere vi- 2000, ¿es difícil creer? Sí, es difí- ténticas que otros querrían sofocar.
to, siempre en este admirable labo- vir unas relaciones de solidaridad y cil. No hay que ocultarlo. Es difícil, Es Jesús el que suscita en vosotros el
ratorio del espíritu humano, el labo- de amor en un mundo donde úni- pero con la ayuda de la gracia es deseo de hacer de vuestra vida al-
ratorio de la fe, se encuentran mu- go grande, la voluntad de seguir un
tuamente Dios y el hombre. Cristo re- ideal, el rechazo a dejaros atrapar
sucitado entra en el cenáculo de por la mediocridad, la valentía de
nuestra vida y permite a cada uno comprometeros, con humildad y per-
experimentar su presencia y confe- severancia, para mejoraros a voso-
sar: Tú, Cristo, eres mi Señor y mi tros mismos y a la sociedad, ha-
Dios. ciéndola más humana y fraterna.
Cristo dijo a Tomás: Porque me Queridos jóvenes, para estos no-
has visto has creído. Dichosos los bles objetivos no estáis solos. Con
que no han visto y han creído (Jn vosotros tenéis a vuestras familias, a
20,29). Todo ser humano tiene en vuestras comunidades, a vuestros sa-
su interior algo del apóstol Tomás. cerdotes y educadores y a tantos de
Es tentado por la incredulidad y se vosotros que, en lo oculto, no se can-
plantea las preguntas fundamenta- san de amar a Cristo y de creer en Él.
les: ¿Es verdad que Dios existe? ¿Es En la lucha contra el pecado no estáis
verdad que el mundo ha sido creado solos: ¡muchos como vosotros luchan
por Él? ¿Es verdad que el Hijo de y con la gracia del Señor vencen!
Dios se ha hecho hombre, ha muerto ● Queridos amigos, en vosotros
y ha resucitado? La respuesta surge veo a los centinelas del mañana (cf.
junto con la experiencia que la per- Is 21,11-12), en este amanecer del
sona hace de su divina presencia. tercer milenio. A lo largo del siglo
Es necesario abrir los ojos y el cora- que termina, jóvenes como vosotros
zón a la luz del Espíritu Santo. En- eran convocados en reuniones ma-
tonces a cada uno le hablarán las sivas para aprender a odiar, eran
heridas abiertas de Cristo resucita- enviados para combatir los unos con-
do: Porque me has visto has creído. tra los otros. Los diversos mesianis-
Dichosos los que no han visto y han mos secularizados, que han intenta-
creído. do sustituir la esperanza cristiana, se
han revelado después como verda-
Se os pide fidelidad deros y propios infiernos. Hoy estáis
reunidos aquí para afirmar que, en el
● Queridos amigos, también nuevo siglo, no os prestaréis a ser
hoy creer en Jesús, seguir a Jesús instrumentos de violencia y destruc-
siguiendo las huellas de Pedro, de ción; defenderéis la paz, incluso a
Tomás, de los primeros apóstoles y costa de vuestra vida si fuera nece-
testigos, conlleva una opción por sario. No os conformaréis con un
Él y, no pocas veces, es como un mundo en el que otros seres huma-
nuevo martirio: el martirio de quien, nos mueren de hambre, son analfa-
hoy como ayer, es llamado a ir con- Diciendo «sí» a Cristo decís «sí» a todos vuestros ideales más nobles. Una joven besa, después betos, están sin trabajo. Defenderéis
tra corriente para seguir al divino de confesarse, la Cruz de los Jóvenes instalada en el centro del Circo Massimo la vida en cada momento de su de-
Maestro, para seguir al Cordero a sarrollo terreno; os esforzaréis con
dondequiera que vaya (Ap 14,4). camente parece valer la lógica del posible, como Jesús dijo a Pedro: todas vuestras energías en hacer que
No por casualidad, queridos jóve- provecho y del interés personal o No te ha revelado esto la carne ni la esta tierra sea cada vez más habi-
nes, he querido que durante el Año de grupo. Asimismo, pienso en el sangre, sino mi Padre que está en table para todos.
Santo fueran recordados en el Co- que trabaja por la paz y ve nacer y los cielos (Mt 16,17). Queridos jóvenes del siglo que
liseo los testigos de la fe del siglo estallar nuevos focos de guerra en Esta tarde os entregaré el Evan- comienza, diciendo sí a Cristo de-
XX. Quizás a vosotros no se os pe- diversas partes del mundo; también gelio. Es el regalo que el Papa os cís sí a todos vuestros ideales más
dirá la sangre, pero sí ciertamente en quien actúa en favor de la li- deja en esta Vigilia inolvidable. La nobles. Le pido que reine en vues-
la fidelidad a Cristo. Una fidelidad bertad del hombre y lo ve aún es- palabra que contiene es la palabra tros corazones y en la Humanidad
que se ha de vivir en las situaciones clavo de sí mismo y de los demás; de Jesús. Si la escucháis en silencio, del nuevo siglo y milenio. No ten-
de cada día. Estoy pensando en pienso en el que lucha por el amor en oración, dejándoos ayudar por gáis miedo de entregaros a Él. Él os
los novios y su dificultad de vivir, y el respeto a la vida humana y ha el sabio consejo de vuestros sacer- guiará, os dará la fuerza para se-
en el mundo de hoy, la pureza an- de asistir frecuentemente a atenta- dotes y educadores, con el fin de guirlo todos los días y en cada si-
comprenderla para vuestra vida, en- tuación. Que María Santísima, la
tonces encontraréis a Cristo y lo se- Virgen que dijo sí a Dios durante
Los diversos mesianismos secularizados, guiréis, entregando día a día la vida toda su vida, que los santos após-
por Él. En realidad, es a Jesús a quien toles Pedro y Pablo y todos los san-
que han intentado sustituir la esperanza buscáis cuando soñáis la felicidad; es tos y santas que han marcado el
Él quien os espera cuando no os sa- camino de la Iglesia a través de los
cristiana, se han revelado después como tisface nada de lo que encontráis; siglos, os conserven siempre en es-
verdaderos y propios infiernos es Él la belleza que tanto os atrae; es te santo propósito. A todos y a ca-
Él quien os provoca con esa sed de da uno de vosotros os imparto con
radicalidad que no os permite deja- afecto mi Bendición.
ΑΩ XV Jornada Mundial de la Juventud 21
¿A Quién confiar
la propia vida?
Santa Misa: clausura Jornada Mundial de la Juventud. Texto íntegro de la Homilía del Santo Padre Juan Pablo II. Tor Vergata,
domingo 20 de agosto de 2000
Entre todas
las preguntas
que surgen
en vuestro interior,
las decisivas
no se refieren
al qué.
La pregunta
de fondo
es quién:
hacia Quién ir,
a Quién seguir,
a Quién confiar
la propia vida
¿No ha prometido al que lo ha dejado todo por Él, aquí el ciento por uno y después la vida eterna? Juan Pablo II sigue el ritmo de la música durante la
Vigilia del 19 de agosto en Tor Vergata
la diversión. Nos ama cuando llena da, también hoy nosotros queremos zón indiviso (cf. 1 Co 7,34), que no Te damos gracias, Padre nuestro,
de frescura los días de nuestra exis- repetir: Señor, ¿a quién vamos a acu- se deje paralizar por la duda o el por la vida y el conocimiento que
tencia y también cuando, en el mo- dir? Tú tienes palabras de vida eter- miedo. Que pronuncie con valentía nos diste a conocer por medio de Je-
mento del dolor, permite que la prue- na (Jn 6,68). su propio sí sin reservas, fiándose de sús, tu siervo.
ba se cierna sobre nosotros; también ● Queridos jóvenes, al volver a Él que es fiel en todas sus promesas. A ti la gloria por los siglos.
a través de las pruebas más duras, Él vuestra tierra poned la Eucaristía ¿No ha prometido, al que lo ha de- Así como este trozo de pan esta-
nos hace escuchar su voz. en el centro de vuestra vida perso- jado todo por Él, aquí el ciento por ba disperso por los montes y reunido
Sí, queridos amigos, ¡Cristo nos nal y comunitaria: amadla, ado- uno y después la vida eterna? (cf. se ha hecho uno, así también reúne
ama y nos ama siempre! Nos ama in- radla y celebradla, sobre todo el Mc 10,29-30). a tu Iglesia desde los confines de la
cluso cuando lo decepcionamos, domingo, Día del Señor. Vivid la ● Al final de esta Jornada Mun- tierra en tu reino [...]
cuando no correspondemos a lo que Eucaristía dando testimonio del dial, mirándoos a vosotros, a vuestros Tú, Señor omnipotente, has crea-
espera de nosotros. Él no nos cierra amor de Dios a los hombres. Os rostros jóvenes, a vuestro entusiasmo do el universo a causa de tu Nombre,
nunca los brazos de su misericordia. confío, queridos amigos, este don sincero, quiero expresar, desde lo has dado a los hombres alimento y
¿Cómo no estar agradecidos a es- de Dios, el más grande dado a no- hondo de mi corazón, mi agradeci- bebida para su disfrute, a fin de que
te Dios que nos ha redimido llegando sotros, peregrinos por los caminos miento a Dios por el don de la ju- te den gracias y, además, a noso-
incluso a la locura de la Cruz? ¿A del tiempo, pero que llevamos en el ventud, que a través de vosotros per- tros nos has concedido la gracia de
este Dios que se ha puesto de nues- corazón la sed de eternidad. ¡Oja- manece en la Iglesia y en el mundo. un alimento y bebida espirituales y
tra parte y está ahí hasta al final? lá que pueda haber siempre en ca- ¡Gracias a Dios por el camino de de vida eterna por medio de tu sier-
da comunidad un sacerdote que las Jornadas Mundiales de la Juven- vo [...]
Disponibilidad celebre la Eucaristía! Por eso pido tud! ¡Gracias a Dios por tantos jó- A ti la gloria por los siglos.
al Señor que broten entre vosotros venes que han participado en ellas (Didaché 9,3-4; 10,3-4).
● Celebrar la Eucaristía, co- numerosas y santas vocaciones al durante estos dieciséis años! Son jó-
miendo su carne y bebiendo su sacerdocio. La Iglesia tiene nece- venes que ahora, ya adultos, siguen Amén.
ΑΩ XV Jornada Mundial de la Juventud 23
Quiero saludar ahora a los pre- tarjeta de visita de Jesús. El Señor os (suahili)
A l final de esta celebración euca-
rística, nuestro pensamiento se di-
rige a la Mujer, de la que nos habla
sentes en las diversas lenguas. necesita, heraldos de esperanza. Vol-
ved a vuestra patria. Sois enviados.
Queridos jóvenes africanos, lle-
vad la alegría de Cristo a vuestros
san Pablo en la segunda lectura de la (inglés) Con una bendición especial. países. El Papa os acompaña con su
Misa (Gal 4,4), es decir, la Virgen Queridos jóvenes, debemos des- oración.
María, en cuya fiesta de la Asunción pedirnos hasta la próxima vez. Vues- (portugués)
se ha iniciado esta decimoquinta Jor- tra peregrinación tras las huellas de Je- A los jóvenes de lengua portu- (tagalo)
nada Mundial de la Juventud. Con sús debe proseguir dondequiera que guesa y a los guías que los acompa- Queridos amigos de Filipinas y de
su presencia solícita y materna, Ma- vayáis. Llevad con vosotros las pala- ñan y ayudan, les digo: ¡Gracias por Asia, conservad en el corazón la ale-
ría ha presidido estas jornadas ro- bras de vida de Jesús y difundidlas vuestra peregrinación, con mi bendi- gría de estos días y dad testimonio
manas de intensa experiencia de fe. por doquier. ¡Dios esté con vosotros! ción para el camino de vida que os de Cristo, salvación del mundo.
A ella queremos manifestar todo nues- espera! Sed la tienda del divino Em-
tro agradecimiento por aquel sí que (francés) manuel en medio de vuestra gente y (italiano)
dio al inicio de la aventura de la Re- Queridos jóvenes, ¡feliz regreso a permitid que entren los que tienen Saludo a todos con afecto y gra-
dención. vuestros países! Sed entre vuestros hambre de Dios. titud. Invocamos ahora todos juntos
Mientras pido a la Santísima Vir- hermanos y hermanas testigos cada la protección de la Virgen sobre el
gen que vele sobre los jóvenes y las vez más audaces del amor que os (polaco) camino de cada uno de nosotros.
jóvenes del mundo, doy las gracias impulsa en vuestra vida. ¡Que Dios Os saludo a vosotros, jóvenes pe-
cordialmente a todos vosotros, que os bendiga! regrinos procedentes de Polonia y Una vez más quisiera dar gra-
habéis tomado parte en la decimo- otros países del mundo. Pido a Dios cias al Señor, nuestro Dios, por esta
quinta Jornada Mundial de la Juven- (español) que este encuentro jubilar dé frutos excepcional y espléndida asamblea
tud. Saludo y doy las gracias, ante Saludo ahora a los jóvenes de en vuestra vida diaria. Permaneced que ha superado todas nuestras ex-
todo, a quienes han organizado este América Latina y España presentes en unión con Cristo y con vuestros pectativas. Roma no sólo ha sido
evento: el Consejo Pontificio para los en la Jornada Mundial de la Juven- hermanos. Llevad a vuestros coetá- conquistada por vosotros; ahora ha
Laicos, presidido por el cardenal Ja- tud. Al regresar a los lugares de ori- neos la paz y la alegría de estos días. llegado a ser vuestra, porque aquí
mes Francis Stafford; el Vicariato de gen, contad a vuestros coetáneos la está Pedro. Vosotros sois el corazón
Roma y la Conferencia Episcopal Ita- experiencia vivida y dadles un abra- (ruso) joven de la Iglesia. ¡Id por todo el
liana, presidida por el cardenal Ca- zo del Papa. Queridos jóvenes, ¡feliz regreso a mundo y llevad la paz! El Señor ha
millo Ruini; el Presidente y los miem- vuestros países! Sed en medio de resucitado y camina con vosotros.
bros del Comité Italiano para la de- (alemán) vuestros coetáneos testigos valientes Sed sus testigos entre vuestros coe-
cimoquinta Jornada Mundial de la Ju- Queridos jóvenes, sed en vuestro del Evangelio. ¡Que Dios os bendi- táneos en el amanecer del nuevo
ventud, así como también las ambiente la carta viva de Cristo, la ga! milenio.
comunidades parroquiales de Roma
y de las diócesis limítrofes, sus aso-
ciaciones, movimientos y grupos que,
desde hace tres años, han rezado y
trabajado con entusiasmo para pre-
parar este evento. Pido a todos que
no se deje desperdiciar el rico patri-
monio de bien que el trabajo común
ha producido. Mi agradecimiento se
dirige también a las autoridades pú-
blicas, que con gran esfuerzo se han
ocupado de que la compleja orga-
nización de la Jornada Mundial de
la Juventud se desarrollase lo mejor
posible. Saludo, finalmente, a tantos
cardenales y obispos presentes, a los
sacerdotes, a las religiosas y religio-
sos, a los educadores y a vosotros, jó-
venes del mundo, mi gozo y mi co-
rona (Flp 4,1). Antes de concluir esta
grande y bella asamblea, deseo
anunciar que el próximo Encuentro
Mundial de los Jóvenes tendrá lugar
en Toronto, Canadá, en el verano de
2002. Al invitar, ya desde ahora, a
los jóvenes del mundo a encaminarse
hacia aquella meta, dirijo un saludo
especial a la Delegación canadiense,
que ha estado presente en esta cele-
bración para recoger el testigo de su
futuro compromiso. Sobre ellos y el
encargo que hoy asumen invoco la Si sois lo que tenéis que ser, ¡prenderéis fuego al mundo entero! Un momento del saludo de acogida a los jóvenes de todo el mundo, el pasado
protección de la Santísima Virgen. 15 de agosto, en la Plaza de San Pedro