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59 países firman declaración conjunta para promover aborto en medio de la

pandemia

Esta semana 59 países firmaron una declaración conjunta para la “protección de la


salud y los derechos sexuales y reproductivos” (eufemismo que encubre la
anticoncepción y el aborto) y la promoción de “la sensibilidad de género” como
respuesta a la pandemia de coronavirus.

“A medida que nuestra cadena de suministro nacional e internacional se ve


afectada por esta pandemia, nos comprometemos a proporcionar a todas las
mujeres y niñas en edad reproductiva productos de salud reproductiva. Y pedimos
a los gobiernos de todo el mundo que garanticen el acceso total y sin trabas a
todos los servicios de salud sexual y reproductiva para todas las mujeres y niñas”,
dice la declaración emitida el 6 de mayo y que puede encontrarse en varios sitios
web gubernamentales como el del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia, su
homólogo en Canadá, el Global Affairs Canada, entre otros.

El texto, que fue firmado por 39 ministros de relaciones exteriores en nombre del
“pueblo y gobiernos de 59 naciones”, se titula “Joint statement on Protecting
Sexual and Reproductive Health and Rights and Promoting Gender-
responsiveness in the COVID-19 crisis”.

Entre los países latinoamericanos que firmaron el documento se encuentran


Argentina, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, México, Uruguay y Perú.
Coincidentemente en este último país, la semana pasada, varios líderes provida y
médicos denunciaron que el ministro de Salud, Víctor Zamora, aprovechó la crisis
del coronavirus para impulsar el aborto a través de la directiva sanitaria 094-
MINSA/2020/DGIESP, con la que se permite el aborto cuando la madre tiene
coronavirus.

La declaración conjunta, además, señala que ante la “amenaza sin precedentes”


de la pandemia de coronavirus, que se originó en Wuhan, China, se “requiere
solidaridad y cooperación entre todos los gobiernos, científicos, actores de la
sociedad civil y el sector privado”.

Por tanto “la financiación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos debe


seguir siendo una prioridad para evitar un aumento de la mortalidad materna y
neonatal, una mayor necesidad insatisfecha de anticoncepción y un mayor número
de abortos inseguros e infecciones de transmisión sexual”, prosigue.

Luego, se vuelve a poner énfasis en que “las necesidades de salud sexual y


reproductiva, incluidos los servicios de apoyo psicosocial y la protección contra la
violencia de género, deben priorizarse para garantizar la continuidad”.

Al final de la declaración, se informa que los países firmantes acogen “con


beneplácito los esfuerzos multilaterales" de las Naciones Unidas (ONU), incluidos
el UNFPA y ONU Mujeres, la OMS, el Banco Mundial y el FMI, "hacia una
respuesta coherente y global al COVID-19”.
Sobre el punto anterior, recientemente el Centro para la Familia y los Derechos
Humanos (C-Fam), un grupo de defensa con sede en los Estados Unidos, publicó
un artículo en el que denunció dos proyectos de resolución de la ONU sobre
COVID-19 y mujeres.

“Ambas resoluciones se basan en un informe de política del Secretario General de


la ONU, Antonio Guterres, publicado justo antes de Pascua sobre ‘El impacto de
COVID-19 en las mujeres’. El informe busca designar una lista de políticas
prioritarias para proteger a las mujeres de la pandemia, entre ellas ‘servicios de
salud sexual y reproductiva’”, denunció C-Fam.

El grupo de defensa subrayó que “el término ‘salud sexual y reproductiva’ se usa
ampliamente para agrupar el aborto junto con políticas de salud de planificación
materna y salud materna más ampliamente aceptadas”; e informó que el Gobierno
de Estados Unidos “ha encabezado los esfuerzos para eliminar el término en la
política de la ONU y utilizar una terminología menos ambigua”.

C-Fam también precisa que desde antes de que el COVID-19 fuera declarado una
pandemia, “las agencias de la ONU promovieron el aborto como un servicio
esencial que no debía ser interrumpido en las respuestas de salud”. 

“Se prestó aún más atención y recursos a la ‘salud sexual y reproductiva’ en el


llamado del Secretario General de la ONU al sistema de la ONU para la pandemia,
que también hizo que el aborto formara parte de la respuesta de la ONU al
incorporar un manual que lo califica como un derecho humano”, añade.

Finalmente, C-Fam resaltó que el Comité para la Eliminación de la Discriminación


Contra la Mujer (CEDAW), un panel de derechos humanos de la ONU, “también
emitió su propia orientación sobre COVID-19, la cual exige a los países
proporcionar “acceso confidencial a información sobre salud sexual y reproductiva
como formas modernas de anticoncepción, servicios de aborto seguro y servicios
post-aborto” durante la pandemia.

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