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"Desamurallar la educación: Hacia nuevos paisajes

educativos.” - Dra. Denise Najmanovich

“Hoy están surgiendo otros sentidos posibles que nos llevan a concebir la información en
términos de procesos productivos y no de productos, de actividades y no de objetos, de
interacciones y no de propiedades”.

La Dra. Denise Najmanovich, posee un amplio Currículum Vitae, en el que se divisan


muchísimos títulos, entre los que quizás más se destaca el de Epistemóloga y Especialista
en Pensamiento Complejo y redes sociales, lo que nos permite ir contextuando el escrito y
el marco disciplinario desde el que se dispara.
Una de las primeras afirmaciones con las que nos invita a iniciar el desamurallamiento es
admitiendo "que no existe una entidad homogénea, universal y definida llamada educación"
y, como punto de partida pensar la institución escolar o si se quiere, los dispositivos
educativos en términos de construcciones.
Su trabajo consiste en indagar algunas de las configuraciones peculiares que ha tomado la
actividad educativa en diversos lugares y momentos para dar cuenta de cómo se despliegan
otras modalidades que ha tomado la actividad educativa en diversos lugares y momentos
aparece como la propuesta de la epistemóloga. Con ello, afirma, es posible cuestionar la
validez de los saberes instituidos y descreer de la existencia de formas naturales,
necesarias e inevitables de configurarlos, construirlos, transmitirlos.
Estos ejercicios de desamurallamiento que se propone Najmanovich adquieren un fuerte
componente crítico, en cuanto llevan a un lugar de relatividad a las modalidades del sistema
educativo formal -sus bases, resultados, consecuencias- frente a otros saberes y prácticas
educativas no formales…
Najmanovich se pregunta por modos específicos de instituir las relaciones de enseñanza-
aprendizaje, para lo que construye tres “figuras educativas” que sirven como guías de
exploración de complejos escenarios. Un modo tradicional, uno moderno y un último modo,
contemporáneo. Las distintas dimensiones con las que enhebra y dibuja cada figura
educativa buscan expresar que una comprensión de los dispositivos educativos, si se
pretende transformadora, debe partir de considerar aquellos como una compleja red de
elementos y relaciones que ligan.
Antes de pasar a explicitar las “dimensiones” que propone Najmanovich, es crucial
comprender que para la autora, “En todas las culturas humanas la palabra es un mediador
fundamental del proceso educativo”, en este fragmento, otorga carácter universal al uso de
la palabra. Las tecnologías de la palabra y la comunicación forman y conforman nuestro
pensamiento, así como nuestras formas de expresarnos, relacionarnos, nuestras actitudes y
valores. A partir de allí, la autora construye las siguientes dimensiones:
- Dimensión Espacio - Temporal: Configuración siempre modelada por la tecnología
de la palabra y la comunicación disponible y utilizada.
- Dimensión Epistemológica: Es fundamental, dado que la actividad educativa
depende en gran parte de ‘qué es considerado conocimiento’.

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- Dimensión Comunicativa: La forma específica de cualquier proceso educativo
estará ligada irremediablemente a la posibilidades de comunicación y los
dispositivos disponibles para preservar, transmitir y recuperar mensajes que tenga
esa sociedad. Para Najmanovich, ésta ligazón es tan irremediable que incluso las
tecnologías van modificando el sentido mismo de información.
- Dimensión Ética y Vincular: dimensiones que siempre han tenido una
consideración sesgada piensa Najmanovich, entendiendo (por parte de las
pedagogías dominantes) que afectos, valores y relaciones se encuentran al margen
de las problemáticas cognitivas específicas.

El recorrido que propone Najmanovich por las sucesivas “figuras educativas” y el desglose
de sus dimensiones articuladoras es fundamental, sobre todo en relación a las
trasformaciones que cada figura expresa en las valoraciones de sus dimensiones y las
relaciones entre ellas, como un rastreo arqueológico que se toparía con una figura
educativa actual, que es la que la epistemóloga define como contemporánea.
Para llegar hasta allí, la autora recorre un camino previo por dos figuras, a saber, la Figura
Tradicional que se representa en “El escenario poético” y la Escuela de la Modernidad que
hace lo suyo en “El Escenario Mecánico - Disciplinario”:

El “escenario” poético.
Las sociedades orales y la poesía como forma básica de la experiencia social e instrumento
fundamental para garantizar la supervivencia de los acervos culturales. Con ello el espacio
de conocimiento como actividad comunitaria, dotada de carga emocional y afectiva. La
“revolución cultural” de Platón, su ataque contra la “empatía poética” y la inauguración de un
modo educativo basado en el distanciamiento y la abstracción metódica a través de las
prácticas de la lectura. Esa nueva práctica cognitiva que inaugura Platón estabiliza el
pensamiento en la escritura, petrifica el mundo, la técnica de la palabra (escritura) permite
crear una institución separada para educar, que se vuelve práctica individual y
desafectivizada. Con el nacimiento de esta nueva práctica, el estudio, nace un nuevo
espacio, el académico, nos dice Najmanovich.

La escuela en la modernidad: El “escenario” mecánico-disciplinario.


Emergencia de la concepción representacionalista del conocimiento, que supone que este
es una copia del mundo, un reflejo en el espacio interno del sujeto, de aquello que está
dado en el mundo exterior independiente. Esta concepción totalmente distinta a la
tradicional apunta Najmanovich fue estructurada por el desarrollo y expansión de la
escritura que, a través de la técnica de la imprenta -y más precisamente del desarrollo de
las prácticas de lectura y dispositivos de producción-, hizo pensable la posibilidad de re-
producir y re-presentar ese mundo externo.
De esta concepción se desprende que el objetivo del conocimiento sea obtener una imagen
“objetiva” del mundo, para lo cual la mente debía reducir su actividad a mero reflejo.
La idea central que despliega es que el objetivo de ésta nueva práctica educativa “ha sido
disciplinar la subjetividad para que no “infecte” con sus deformaciones la imagen canónica
aceptada (legitimada) del mundo”. A partir de allí, se ocupa de las reestructuraciones que
este escenario mecánico-disciplinario (materializado en el aula de la escuela moderna) tiene
sobre la dimensión espacio-tiempo, la relación entre y la jerarquización de los entes vivos
del conocimiento (eslabones o “correas de transmisión”), el estilo comunicacional entre ellos
(“cadena de distribución” de los conocimientos, panoptismo, neutralidad áulica), la

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mitificación del texto como producto absoluto e inmutable. Nos habla Najmanovich
entonces, de un modelo cognitivo caracterizado por la estandarización de las prácticas a
través de la enseñanza disciplinadora, basado en el estudio reproductivo y a-subjetivo, en el
que se excluye la creatividad y se resaltan valores como la homogeneidad, la serialización,
la sistematización. Una institución escolar cuya dimensión epistemológica responde a las
exigencias de la sociedad mercantil (conocimiento mercancía); una configuración vincular
totalmente asimétrica (maestro que inocula conocimientos), alumnos que los reciben pasiva
y disciplinadamente, la capacidad humana creadora completamente excluida del modelo
pedagógico y otros etcéteras.
Este análisis nos vinculó con la descripción que hace Ranciére en los capítulos de “El
Maestro Ignorante” que nos señaló la cátedra, en el que ese sistema de enseñanza propio
de sociedades pedagogizadas, sostenido en la instrucción, la explicación, la “transmisión”
de conocimientos, la distancia como fundamento, un sistema, en suma, “atontador”. La
concepción representacionalista de Najmanovich encontraría algún punto de conexión
quizás con la concepción explicadora del mundo que plantea Ranciére y que nuestro
amigue Jacocot vendrá a desestabilizar. Tal el planteo de Najmanovich sobre las
implicancias de la figura educativa moderna, pareciera que hace inminente y necesaria la
llegada de un Jacotot, o digamos, de una perspectiva transformadora.

El “escenario” de la red interactiva es presentado como la alternativa transformadora.


Para Najmanovich ese modelo educativo moderno se cristalizó en la escuela como una
institución cerrada y aislada del medio ambiente social, escindida de la creación,la decisión,
la acción, anquilosada a sus “tareas específicas”… Pero enfatiza que estas fronteras están
cayendo, frente a la emergencia de lo multimediático, lo multimodal, la inter y la
transdisciplina… El vertiginoso crecimiento de las redes y las conexiones comunicacionales
estructuraría en parte tal “caída de muros”.
“¿Tiene sentido mantener a la escuela al margen de estos procesos?” es la pregunta literal
que se y nos plantea Najmanovich.
El planteo se orienta aquí a delinear este mundo de la diversidad, la interactividad y
complejidad en que transcurrimos… Entonces, ¿cómo se reestructuran las dimensiones de
la “figura educativa” contemporánea?
Muta el significado de conocer; dejamos de creer en verdades universales para pensar en
saberes socialmente significativos; tendemos a desligar el aprender de una simple
apropiación pasiva de productos cognitivos para considerarla una actividad creativa
(poiética) en la que estamos involucrades. En suma, dice la epistemóloga, la
contemporaneidad nos sitúa en las puertas de nuevas prácticas cognitivas y nos obliga al
desafío de enfrentar a la vez que estructurar nuevos paisajes educativos, más ricos y
variados nos dirá: para Najmanovich esta es una “tendencia inevitable”!
Esta tendencia desafiante que presenta la figura educativa contemporánea la significará la
epistemóloga como una oportunidad para que la potencia creativa de la subjetividad
encuentre en las instituciones educativas espacio para la expansión.”
Por otra parte, este desafío de ruptura respecto a las modalidades estandarizadas de la
relación enseñanza-aprendizaje requiere fundamentalmente de una revalorización de los
conocimientos generados en el ámbito de la educación no formal, entendiendo que son
las prácticas poiéticas que se han mantenido en estos territorios un abono vital capaz de
potenciar las actividades creativas del ámbito formal. La noción de “fertilización cruzada”
explicaría esta necesaria convergencia, participación e intercambio.

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Este planteo que enfatiza en la valoración y fertilidad de los conocimientos, saberes y
prácticas no formales nos entona un poco en relación a los procesos de prácticas pre-
profesionales, poniendo en concepto aquellas tramas y dinámicas que nos esperan “allá
afuera” e invitándonos quizás a un concienzudo rompimiento con los propios procesos de
estandarización y uniformidad que hemos ido configurando en nuestros derroteros
académicos singulares.
Parafraseando parcialmente a Najmanovich podemos pensar que la tarea principal consiste
en aceptar el desafío de una disciplina que no se limite a transmitir conocimientos y
herramientas (término que tenemos profundamente incorporado) sino a investigar y crear
nuevos saberes y prácticas… incorporando e incorporándonos en saberes y prácticas
provenientes de otres actores, actrices y ámbitos.

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